Download UN DIAGNÓSTICO EN DIEZ RESPUESTAS
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Información embargada hasta las 20,30 horas El profesor Barreiro, a contracorriente en el Foro Empresarial Boirense Apostó por más Europa y menos Estado, elogió la posición de Angela Merkel y abogó por una política monetaria propia para la UE Boiro, 3 de mayo de 2012 El filósofo, sociólogo, profesor, director de la UIMP en Galicia y comentarista político Xosé Luís Barreiro Rivas, fue el protagonista del Foro Enmpresarial Boirense que, organizado por la asociación empresarial de la localidad, se celebró esta tarde en la Casa de la Cultura. El conferenciante fue presentado por Carlos Rodríguez Muñiz, presidente de la Asociación Boirense de Empresarios (ABE) que calificó a Barreiro como “un analista fino, un comentarista polémico e un contertulio habitual na prensa, radio e televisión”, para añadir que “os seus artigos son unha referencia obrigada para a clase política e dirixente do país”. Segundo Rodríguez Muñiz, o profesor Barreiro “alonxado do discurso imperante, é un bó coñecedor da realidade política, social, económica e cultural de Galicia”. Para o presidente da ABE, Xosé Luis Barreiro é “un intelectual que non só sabe comunicar coas élites senon, tamén, coas clases populares. Coñece o poder por dentro porque él mesmo o exerceu nos gobernos de Fernández Albor e González Laxe”. Carlos Rodríguez Muñiz dijo en su presentación que “se algo nos afecta a todos, ou a case todos, é a crise que está a provocar o peche de moitas empresas, e a destrucción de miles de postos de traballo; que dificulta, ata o extremo, a obtención de créditos, e que empobrece a cidadanía”. Por eso, adelantó, se ha organizado este foro porque “nada se soluciona metendo a cabeza debaixo da á. So enfrontándose a ela, desde un correcto diagnóstico, podemos superala”. Por su parte, Xosé Luis Barreiro, que titulo su charla “Una crisis en tres versiones: histórica, económica y política”, hizo un primer diagnóstico respondiendo a las siguientes diez preguntas: 1.- “¿Tiene sentido renegociar a la carta el pacto fiscal europeo? No”. 2.- “¿Tenemos recursos suficientes para activar la economía que no supongan una vuelta a las mismas estrategias y burbujas que nos trajeron hasta aquí? No”. 3.- “¿Es posible pensar una España fuera de los marcos políticos de la UE o mantenerse en ellos sin cumplir los acuerdos que rigen la integración monetaria? No”. 4.- “¿Nos iría mejor, o tendríamos menos paro, si alargásemos la confluencia en el déficit del 3 % y dedicásemos los recursos a amortiguar las reformas, a retribuir convenios laborales por encima de la producción, a darle mayor rigidez a la reestructuración laboral de las empresas, o a mantener el espejismo de unos servicios gratuitos y gestionados tal y como se hace actualmente? No”. 5.- “¿Se ha descrito alguna fórmula teórica que, contradiciendo a la señora Merkel y a los mejores expertos de Europa, permita relanzar la economía sin aumentar la morbosidad del sistema o sin correr el riesgo de un rescate incierto y gravosísimo? No”. 6.- “¿Se pueden reconducir las cuentas del Estado y las autonomías sobre el principio de intangibilidad de los costes y los modelos de organización y administración de los sistemas de educación, salud y pensiones? No”. 7.- “¿Se puede insistir en la idea de que las empresas, los bancos y los grandes capitales son los que tienen que pagar la crisis y proporcionar los recursos para las transformaciones del sistema sin echar más cuentas que las que surgen de la fraseología populista?” No. 8.- “¿Existe un Estado de bienestar que sea sostenible y viable al margen del equilibrio razonable entre ingresos y gastos?” No. 9.- “¿Vale la pena aplicar a la economía el viejo principio de Spain is different para ver qué pasa y huir hacia adelante?” No. 10.- “¿Se puede fiar la gestión del Estado a los ilusos, a los optimistas congénitos y a los que siguen creyendo que éste es soberano y suficiente para mantener altos estándares de justicia y bienestar?” No. Una vez contestadas a estas cuestiones, Barreiro afirmó: “cada vez que titubeamos en alguna de las respuestas, o dejamos para mañana lo que podemos hacer hoy, o pensamos que no estamos empobrecidos por nuestra mala cabeza sino por las tirrias y obsesiones de Angela Merkel, o creemos que la prima de riesgo sube porque Nicolás Sarkozy dice en sus mítines las mismas tonterías que dicen aquí las sucesivas oposiciones, o pensamos que la sanidad, la educación y el I+D+i están gestionados de forma óptima y ajustada y que podemos seguir así ad aeternum, estamos jugando con pólvora, y retrasando una ventura que solo podrá venir después de fortísimos ajustes hechos en la cartera, en la cabeza y en la lengua”. Más Europa y menos Estado Para el profesor Barreiro, “la Unión Europea, que recibió la crisis financiera bajo la modalidad del déficit privado, se enfrenta ahora al problema del déficit público. Y, aunque es evidente que una cosa viene de la otra —porque los estados se endeudaron para socorrer a la banca y para poner parches a las caídas del empleo y del consumo—, también es verdad que los políticos debían saber que la vuelta al Estado, y la ruptura brutal de los criterios de estabilidad, podían traer estas consecuencias”. Según el protagonista del foro organizado por ABE, “la principal equivocación que cometieron los políticos y economistas europeos, fue la de no darse cuenta de que nuestro problema era el déficit de política, o la falta de adecuación entre la enorme dimensión de los problemas económicos y la escasa relevancia de las instituciones que deben corregir sus desajustes”. Para Barreiro los políticos también se equivocaron “al creer que la situación de emergencia económica exigía más Estado y menos Europa, en vez de necesitar más Europa y menos Estado. Y pocas dudas pueden caber de que a la cabeza de ese error estuvieron Francia y Alemania, perfectamente jaleadas y animadas por la Inglaterra anti-euro y pro-dólar y por todos los que, instalados en la economía del dólar, pretenden que el déficit europeo lleve al euro a donde ya está la moneda estadounidense”. Xosé Luís Barreiro mantuvo que muchos países europeos están endeudados y mantienen déficits al borde de la imprudencia. Y, afirmó, “aunque en la mayor parte de los casos, las pasadas alegrías solo nos van a pasar una dura factura en el crecimiento y el empleo, algunos estados —como Grecia— pueden moverse al borde de la quiebra. Y esto se produjo no por el euro —que nos salvó de la catástrofe—, ni por la UE —que sólo cometió pecados de omisión—, sino por haber caído en la tentación de regresar al Estado y resolver un problema nuevo con herramientas políticas viejas”. En esta línea comentó:”si hoy tuviésemos moneda -¡Dios nos libre!- y un banco central en cada país, la respuesta a la crisis griega y a los apuros de Portugal y España sería una terrorífica devaluación a la venezolana que, en menos de un suspiro, nos haría más pobres y menos creíbles y nos privaría para siempre del sueño europeo”. Y abundando en su tesis apuntó que “por eso hay que recordar que el empobrecimiento general es muy mala medicina y que la competitividad ganada a base de devaluar la moneda no es más que un trágico engaño del que los españoles deberíamos huir como el gato escaldado”. La posición de Angela Merkel, la más útil y europeísta El protagonista de esta nueva edición del Foro Empresarial Boirense también se refirió a la canciller alemana, de la que señaló, “en contra de lo que parece, y de los consejos que nos dan a diario los enemigos del euro y de Europa, la posición adoptada por Angela Merkel sobre el espinoso tema griego es la más útil, la más lógica y, sobre todo, la más europeísta”. Y lo justificó arguyendo “no sólo razones de carácter general, sino porque todos sabemos que quien más dinero va a poner en la operación rescate y quien más puede ganar o perder en los asaltos al euro y a su estabilidad es Alemania”. Sobre la moneda europea, Barreiro se mostró tajante:”el euro sólo puede funcionar si, a la espera de establecer normas y controles adecuados sobre las llamadas deudas soberanas y las políticas fiscales, se adoptan acuerdos de mínimos que pongan disciplina y coherencia en los presupuestos estatales de la zona euro”. Y para que esos acuerdos sean efectivos, dijo que “no queda más remedio que establecer sanciones a quienes los incumplan, que pueden traducirse en fuertes e impopulares ajustes para las economías infractoras o en la simple expulsión del euro de aquellos países que pongan en riesgo su estabilidad y su valor como forma de pago o de reserva”. Y refiriéndose de nuevo a la canciller alemana, sostuvo que por lo expuesto más arriba,”antes de rescatar la economía griega, Angela Merkel quiera dejar claro que los ciudadanos griegos deben saber a dónde les ha llevado la actitud manirrota, fraudulenta y mentirosa que mantuvo su Gobierno en los últimos años”. Y añadió: “lo que no quiere Merkel es que los países entren en el euro, o se mantengan en él, contando con que hay un primo de Zumosol que siempre tiene la posibilidad y la necesidad de salir al rescate, y que por eso pueden actuar con el euro con la misma indisciplina y el mismo caos presupuestario con los que se actuaba desde el dracma, la lira, el escudo o la peseta” Para Barreiro, “la idea de salir al rescate de Grecia o de cualquier otro país sin pasarle factura es una temeridad y una injusticia, y por eso los verdaderos europeístas debemos estar espabilados y salir, en contra de la opinión dominante, en la prensa económica afecta al dólar y a la libra, en apoyo de esta Angela Merkel que quiere poner orden y concierto en la zona euro antes de rescatar, como hará, a quien haya que rescatar”. Sería malo, según el conferenciante, “que la zona euro fuese incapaz de rescatar a uno de sus socios, porque esa actitud reactivaría la crisis financiera mundial y pondría a los grandes países europeos en una dramática situación. Pero aún sería peor si, obviando las desmesuras protagonizadas por los gobernantes de los países del sur, diésemos a entender que el problema de las economías con fuerte déficit es, en realidad, un problema alemán, y que el pequeño país que no gasta a espuertas y sin controles los euros que no tiene, no es más que un pobre tonto que aún no se ha enterado de dónde está el negocio”. El dominio de la perspectiva económica es insuficiente y provoca errores El sociólogo, filósofo y analista comentó que “al contrario de lo que creía James Carville, el famoso asesor de Clinton, para quien la política no era más que una deriva poco seria de la economía —the economy, stupid—, la Unión Europea está demostrando exactamente lo contrario, al mostrar a cámara lenta cómo la falta de un contexto institucional estable y suficiente está frustrando todos los intentos de meter en vereda los desajustes -provocados también por un déficit de política- que definen la terrible crisis que padecemos”. “Nuestro problema, dijo Barreiro, viene de la fragmentación política, de la imposibilidad de establecer estrategias unificadas, de la falta de un discurso común que ponga freno a la extrema facilidad y simplicidad de los movimientos especuladores”. Y al respecto señaló: “la paradoja final puede ser que varias economías perfectamente viables en la perspectiva técnico-científica acaben siendo tumbadas, y después rescatadas, en un efecto dominó de imprevisibles consecuencias”. Y subrayó “que entre los principales actores de la descoordinación están los gobiernos y los países de las economías más amenazadas, que, incapaces de diagnosticar su problema y sus consecuencias, siguen instalados en un soberanismo teórico que está arrasando las defensas de nuestro bienestar”. De acuerdo con las tesis del exvicepresidente de la Xunta, “cuando ya nadie duda de cuál es la receta que hay que aplicar —más Europa y mayor rigor y ajuste de las economías públicas—, los ciudadanos, las representaciones sociales y los gobiernos, que actúan como partes autónomas de una UE reblandecida, parecen volver a añorar aquellos tiempos en los que las devaluaciones de la moneda y el empobrecimiento general y regresivo de los trabajadores tapaba y retiraba de la opinión pública la ineficiencia y la indecencia de los gobiernos”. Europa necesita una política monetaria propia En los prolegómenos de su intervención, Barreiro puso el dedo en la yaga al afirmar que “el sistema mediático europeo no tiene más referentes económicos que Financial Times, las agencias de clasificación que situaron a Lehman Brothers en la cima mundial de la solvencia, y los artículos que publican en The New York Times los que —premiados con el Nobel— trabajan abiertamente a favor del dólar como única moneda de reserva y como instrumento de presión sobre todos los sistemas monetarios del mundo”. Ante esta situación señaló: “a los señores Trichet, primero, y Draghi, después, no les ha quedado más remedio que gobernar el BCE, en contra de la inmensa mayoría de la opinión publicada, y contradecir a diario a los gurús que piensan que lo único que se necesita para ser un buen economista es copiar a pies juntillas las medidas que toman en Washington para salvarse a sí mismos y para ver si pueden mantener las inercias sistémicas que tanto les han favorecido desde Bretton Woods hasta hoy”. En palabras de Barreiro, “lo que se le pide al BCE, desde los medios de comunicación y desde las nerviosas ocurrencias de los gobiernos nacionales europeos, es que gobierne el euro en zigzag, tratando de responder cada día a los movimientos de las bolsas, de las deudas soberanas, y de los debates mediáticos que mantienen Merkel y Sarkozy; y todo ello sin perderle el rastro al otro zigzag, de motivaciones autónomas, que está trazando la Reserva Federal. Y lo que hizo hasta ahora el BCE fue mirar la brújula del euro y trazar la única singladura que puede salvarnos a todos”. Para finalizar, Xosé Luís Barreiro Rivas quiso despejar el camino de toda confusión y dijo “ni Trichet ni Draghi son infalibles como el papa, ni ese súpereuropeo que todos llevamos dentro. Solo son la encarnación de una institución europea bien estructurada y bien regulada, que, por actuar con independencia y bajo la batuta colectiva que manejan todos los bancos centrales de la eurozona, casi nunca se equivocan. Y esa es la lección que necesita la UE”. Y remató: “el día en que toda nuestra política se haga así, desde instituciones técnicas e independientes de trayectoria irreprochable, irá todo como la seda. Porque, como dijo el propio Trichet, Europa saldrá de la crisis con la economía mejor ordenada y saneada del mundo”. Saludos, Prensa Para más información se pueden dirigir a Carlos Rodríguez Muñiz, presidente de ABE, teléfono 607998105