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Evangelio vivo Patxi Loidi cirsol6@integra.com.sv DOMINGO TERCERO DE PASCUA CICLO C Amigas y amigos de Evangelio Vivo: El evangelio de hoy es un apéndice del evangelio de Juan añadido posteriormente. Nos muestra la entrada de las comunidades de Juan en la Iglesia general, después de haber estado durante mucho tiempo separadas de ella. Nos transmite otros hechos importantes, como por ejemplo, el encuentro con Jesús Resucitado en la acción misionera, la gran misión de las primeras comunidades cristianas –representada por la grandísima pesca milagrosa-, la comida eucarística servida por Jesús mismo, y, finalmente, el amor de Jesús a Pedro, a quien pone a prueba y le perdona, y le hace responsable de la Iglesia. Feliz domingo pascual. Jn 21,1-19.- ¿ME QUIERES? PROCLAMACIÓN DEL EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 1 Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera. 2 Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. 3 Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le contestaron: También nosotros vamos contigo. Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada. 4 Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Él. 5 Jesús les dijo: Muchachos, ¿habéis pescado algo? Le contestaron: No. 6 Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis. La echaron; y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces. 7 El discípulo a quien Jesús amaba le dijo entonces a Pedro: Es el Señor. Cuando Pedro oyó “es el Señor”, se puso el vestido -pues estaba desnudo- y se lanzó al mar. 8 Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino solo unos cien metros. 9 Nada más saltar a tierra, vieron preparadas unas brasas con un pez sobre ellas y pan. 1 10 Jesús les dijo: Traed algunos de los peces que acabáis de pescar. 11 Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red. 12 Jesús les dijo: Venid y comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Quién eres tú?, sabiendo que era el Señor. 13 Entonces Jesús tomó el pan y se lo dio; y luego el pez. 14 Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos. 15 Después de haber comido, Jesús le dijo Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Pedro le respondió: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis corderos. 16 Volvió a preguntarle por segunda vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. 17 Por tercera vez le preguntó: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció porque Jesús le había preguntado por tercera vez si lo amaba. Y le dijo: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le respondió: Apacienta mis ovejas. 18 En verdad, en verdad te digo: Cuando eras joven, te vestías tú mismo e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te vestirá y te llevará adonde tú no quieras. 19 Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho esto, añadió: Sígueme. PALABRA DEL SEÑOR 00000000000000000000000000000000000000000000000 COMENTARIO Amigas y amigos de Evangelio Vivo: El relato de hoy tiene dos partes bien definidas: la pesca milagrosa y la confirmación de Pedro como Responsable principal de la Iglesia de Jesús. Y en medio, la comida fraterna de acción de gracias. La pesca milagrosa se parece a un relato de san Lucas, aunque el de hoy tiene además la aparición de Jesús resucitado y la comida eucarística. En ambos relatos trabajan toda la noche sin pescar nada; y pescan muchísimo cuando hacen caso a Jesús. Ambos se refieren simbólicamente a la gran pesca espiritual que recogieron las primeras comunidades. Realizaron una misión grandísima por todo el Imperio Romano en poco tiempo. La causa de su éxito fue Jesús: la fe en él; la comunicación de su persona y su palabra; el anuncio de su vida, su cruz y su resurrección. Es una gran lección, que se repite en la atracción irresistible de Pedro hacia Jesús. El centro de la Iglesia era Jesús, centro de todos sus miembros y comunidades, a pesar de que eran tan plurales. En la segunda parte, Pedro queda confirmado como conductor de la Iglesia, después de una purificación intensiva, con la triple pregunta cargada de trampa. Detengámonos en las 2 tres preguntas, que recuerdan las tres negaciones de Pedro. ¿Son una acusación? Son sobre todo un lance amoroso. ¿Me quieres? Es la gran pregunta, la más importante de todas. El amor a Jesús está por encima de todo lo demás. Quien ama a Jesús, ama a sus hermanas-os en la fe, aunque sean de otra iglesia, y ama a toda clase de personas, no de forma general, sino una a una. La confirmación incluía a las comunidades de Juan Evangelista, que habían estado separadas de la Iglesia general. Hablaban de unidad –como se ve en las cartas del mismo Juan-, pero era unidad entre ellos, al margen de la gran Iglesia. Precisamente por su aislamiento, sufrieron fuertes crisis y choques internos. Y el resultado fue que la mayoría de esas comunidades desaparecieron. Solo se mantuvieron en pie las que, finalmente, después de muchos años de separación, se unieron a la Iglesia general, que es lo que muestra el pasaje de hoy, bajo el liderazgo de Pedro. Este hecho queda más claro cuando comprobamos que este texto es un apéndice del evangelio de Juan, añadido posteriormente. Basta fijarse en Juan 20,30-31. Estos versículos, que leímos el domingo pasado, son en realidad el final del evangelio Hoy es un buen día pascual para pensar en la unidad de la Iglesia. El revoltijo de innumerables iglesias cristianas que tenemos no corresponde a la voluntad de Jesús. Y tampoco las divisiones y descalificaciones que se dan dentro de nuestra Iglesia Católica. No es nada cristiano que las diferentes tendencias de la misma iglesia se ataquen unas a otras. Ni es admisible que cristianas y cristianos de distintas comunidades o iglesias no nos hablemos y hasta nos hagamos la guerra. Todas y todos tenemos que cambiar para realizar la voluntad del Señor, que quiere la unidad de su gente. 00000000000000000000000000000000000000000000000 PLEGARIA CON TRAMPA Pedro, ¿me quieres? Inocente cuestión, si no llevara trampa. ¿Cómo no recordar su gran fanfarronada: “Aunque todos te dejen, yo jamás”? ¡Pobre Pedro enfrentado a su verdad! Pero mantuvo el tipo humildemente, sin caer en la trampa. Alerta, Pedro, que te esperan más disparos. Y le alcanzaron inmediatamente, 3 con el mismo balazo triplicado. Demasiado agresivo este amoroso lance. ¡Aquella oscura noche en casa de Caifás! Si pudiera arrojarla al cementerio del olvido… Pero acertó cuando apeló a la misericordia. Señor, lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Has aprendido mucho, Pedro, de tus propios tropiezos y del humilde Nazareno, que con su picardía te ha bajado los humos y ha subido tu amor. Y ¿si Jesús me hiciera a mí esa misma pregunta? 4