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Incorporación del concepto de Servicios de Ecosistemas a la Gestión Integrada del Recurso Hídrico. Estudio de caso: Cuenca del Río Carcarañá, Provincia de Santa Fe, Argentina. Gisela Maydana1, Margarita Portapila1,2, Diego Alfonso Erba1, Esteban Salceek1 1 Centro Universitario Rosario de Investigaciones Hidroambientales 2 Centro Internacional Franco Argentino de Ciencias de la Información y de Sistemas gmaydana@fceia.unr.edu.ar Riobamba 245 bis Código Postal: 2000- Rosario- Santa Fe Teléfono: 54 - 341 – 4808541 Resumen Este trabajo pretende abordar el concepto de servicios de ecosistemas dentro de la unidad de análisis y planificación de una cuenca hídrica, y en el marco de la gestión integrada del recurso hídrico (GIRH). La evaluación de estos servicios se ha venido desarrollando desde hace varias décadas como una manera de llamar la atención sobre la vinculación de la calidad de vida humana y los ecosistemas en que esta se desarrolla. El objetivo de esta evaluación es explicar los efectos de las acciones antrópicas sobre las funciones o servicios de los ecosistemas mediante la integración de ciencias del ambiente y la economía. El concepto de servicios de ecosistemas no está destinado a sustituir a la economía o las ciencias ambientales como disciplinas, sino que tiende a formar puentes entre ambas. La comprensión y la gestión de servicios de ecosistemas requieren información sobre la naturaleza de los servicios, así como datos acerca de la situación social, económica e institucional de los actores involucrados. Una de las disciplinas dentro de las ciencias económicas que ha venido investigando la valoración de los mismos en las últimas décadas, es la economía ecológica, que busca incorporar los costes ambientales en la economía. Esta ciencia intenta desarrollar nuevas alternativas que den respuesta a los criterios de sostenibilidad, tratando de construir un nuevo marco conceptual de análisis que refleje e incorpore los costes físicos de la actividad económica. Dentro de esta línea de pensamiento, se intenta analizar las teorías propuestas por esta ciencia de gestión para brindar apoyo a los tomadores de decisiones, como también la utilización de herramientas de análisis, como ser indicadores ambientales, con el fin de evaluar sus potenciales aplicaciones en el manejo integrado de servicios de ecosistemas en la región sur de la provincia de Santa Fe. Abstract This study aims to address the concept of ecosystem services at basin scale in the framework of the Integrated Water Resources Management (IWRM) approach. In the last decade research on the evaluation of Ecosystem Services has been done in an attempt to draw attention on the relationship between Human welfare and the ecosystem functions or processes that directly or indirectly contribute to it. The aim of this evaluation is to explain the effects of human actions on the functions or ecosystem services through the integration of environmental science and economics. Not with the intention of replacing the economic and environmental sciences as disciplines, but to find links between them. The management of ecosystem services requires information about the nature of services, as well as data about the social, economic and institutional stakeholders. Ecological Economics (EE) is the transdisciplinary field of research that in the last decades has been seeking to integrate environmental cost in Economic Sciences, trying to develop new alternatives that respond to sustainability criteria, trying to build a new framework for analysis that reflect and incorporate the physical costs of economic activities. Following this line of reasoning we investigate the proposed theories in the context of EE and IWRM in order to develop a suitable methodology that will allow decision making with respect to water resources under certain environmental constraints at basin scale in the South of Santa Fe province, Argentina. Palabras Claves: Servicios de Ecosistemas, Gestión Integrada del Recurso Hídrico, Cuenca hidrográfica, Indicadores ambientales. Introducción La cuestión ambiental en las cuencas hidrográficas comenzó a ser tratada como una consecuencia de las intervenciones antrópicas: las formas de ocupación del suelo, el uso del espacio y las infraestructuras. La cuenca es una unidad de planificación, ya que obliga explícitamente a reconocer que el desarrollo basado sobre la misma, depende de la interacción de las actividades que en ella tienen lugar. Una conceptualización de cuenca hidrográfica está referida a un espacio físico perfectamente definido por sistemas topográficos y geológicos que permiten delimitar territorialmente una superficie de drenaje común, en donde interactúan los sistemas físicos-bióticos y socioeconómicos (Portapila et al, 2007). El objetivo de una investigación científica sobre el medio ambiente en estas unidades de planificación es detectar problemáticas, desarrollar conceptos, sistematizar información y efectuar análisis, que permitan mejorarlas. La gestión integrada del recurso hídrico (GIRH) está llamada a colaborar con este proceso. Dentro de esta unidad de análisis, la cuenca hídrica, se analizará el concepto de servicios de ecosistemas, los cuales se definen como el flujo de beneficios de la naturaleza a las personas (Millennium Ecosystem Assessment, UNEP 2003). Los impactos de las actividades humanas sobre los ecosistemas han aumentado rápidamente en las últimas décadas. El análisis claro de los efectos no deseados y sus consecuencias para las personas ha sido difícil, debido a los numerosos cambios que en los ecosistemas ocurren cuando existen interacciones en diferentes escalas sociales, geográficas y temporales. Los servicios de ecosistemas y las existencias de capital que producen recursos naturales son esenciales para el funcionamiento de la vida. Dentro de la cuenca, se busca tener una nueva relación campo-ciudad, en donde haya más oportunidades de empleo y mayores ingresos procedentes de las zonas rurales, por medio de lo cual las ciudades se beneficiarían de un suministro sostenible de estos productos y de servicios de ecosistemas proporcionados, buscando restaurar el medio ambiente rural (Portapila et al, 2007). La valoración de los servicios de ecosistemas presenta como principal objetivo el determinar las preferencias de las personas para evaluar el cambio que supone para ellos la pérdida de determinados bienes y servicios (Daly, 1992). Es importante darse cuenta de que un concepto como el de servicios de ecosistemas no está destinado a reemplazar a la economía o las ciencias ambientales como disciplinas, sino que tiende, en cierta medida, a formar un nexo entre ambas. La comprensión y la gestión de estos servicios requieren recopilar información sobre el funcionamiento de los mismos, así como también datos acerca de sus problemáticas sociales, económicas e institucionales. Se lo considera una herramienta potencialmente poderosa para la aplicación de estrategias de participación ciudadana, ya que simplifica la complejidad de los procesos de los ecosistemas en un pequeño número de funciones de ecosistemas integradas o "servicios", para ser analizada con los distintos actores presentes en la cuenca. Es trivial preguntarse cuál es el valor de la atmósfera para la especie humana, o cuál es el valor de las rocas del suelo como sistema de apoyo de las infraestructuras. Su valor es infinito en total. Sin embargo, merece la pena preguntarse cómo los cambios en la cantidad o la calidad de los distintos tipos de servicios de los ecosistemas pueden tener un impacto en la calidad de vida de la población. Este trabajo trata de vincular los servicios de los ecosistemas relevantes a nivel de cuenca, mediante la formulación de un listado adecuado de indicadores ambientales. El objetivo de incorporar el concepto de Servicios de Ecosistemas en estas unidades de gestión, es detectar problemáticas, elaborar conceptos, organizar informaciones y efectuar análisis, orientados al uso racional del recurso hídrico. Un insumo importante dentro de este marco de análisis es el planteo de indicadores ambientales, los cuales permiten condensar la información y realizar una comparación de las diferentes alternativas propuestas. Reflexionar sobre los usos posibles de estas herramientas, ayudará a conseguir un abordaje más completo e integral para discriminar y medir el equilibrio posible entre la sociedad y la naturaleza, y definir las medidas de gestión a tomar para mejorar el nivel de vida de la sociedad de una manera sostenible. El Concepto de Servicios de Ecosistemas El concepto de los servicios de ecosistemas se ha venido desarrollando desde hace varias décadas como una manera de llamar la atención sobre la dependencia humana de los ecosistemas para satisfacer las necesidades humanas. El objetivo de la evaluación de los servicios de ecosistemas es explicar los efectos de las acciones antrópicas sobre las funciones de los ecosistemas y la calidad de vida de la población mediante la integración del medio ambiente y la economía. Según la Millennium Ecosystem Assessment (UNEP, 2006), “un ecosistema es un complejo dinámico de comunidades vegetales, animales, comunidades de microorganismos y el sistema abiótico que interactúan como una unidad funcional”. Los ecosistemas son comúnmente considerados como el menor nivel de organización en la naturaleza. Estos vínculos fundamentales entre los organismos y su medio físico y biológico constituyen un sistema de interacción y en constante evolución que se conoce como ecosistema. Estas funciones que realizan proporcionan materiales para los seres humanos en forma de alimentos, fibras y materiales de construcción y contribuyen a la regulación del suelo, el aire y la calidad de agua. El concepto funciones de los ecosistemas ha sido utilizado para describir el funcionamiento interno del ecosistema (por ejemplo, los flujos de energía, ciclo de nutrientes, etc.), así como para describir los beneficios obtenidos por los seres humanos a partir de los ecosistemas (por ejemplo, producción de alimentos, tratamiento de residuos). Desde una perspectiva de gestión y según De Groot (1992) las funciones del ecosistema se pueden definir como "la capacidad de proceso natural y sus componentes para proveer bienes y servicios que satisfagan las necesidades humanas, directa o indirectamente". Servicios de ecosistemas es un nuevo nombre para un tema que ya se viene investigando hace mucho tiempo. Parte de la promesa de la modernidad era que la tecnología podría proporcionar servicios de manera más eficiente y con más confiabilidad que los que pueden proporcionar los sistemas naturales. El concepto de servicios de ecosistemas es un poderoso lente a través del cual entender las relaciones humanas con el medio ambiente y una herramienta útil para el diseño de medidas de gestión (Brauman et al, 2007). Muchos autores consideran la necesidad de establecer una definición unificada de los servicios de ecosistemas, por lo que intentos de crear una única y estática metodología de evaluación es desaconsejable debido a la subyacente complejidad de los ecosistemas (Berta Martín-López, 2010). La relación entre el flujo de servicios de ecosistemas y la calidad de vida de la población, la cual depende de las condiciones de los ecosistemas y de cómo se brindan los flujos de servicios a los grupos de personas, es diversa y compleja. Además, cambia con el tiempo. Muchos cambios en los ecosistemas se han previsto, pero muchos son consecuencia involuntaria de otras actividades antrópicas. Las intervenciones humanas en la naturaleza han tenido consecuencias inesperadas y sorprendentes, algunas de las cuales han dañado y empobrecido aún más a aquellos ecosistemas más vulnerables. La evaluación mundial que lleva a cabo la Millennium Ecosystem Assessment (MA) de los ecosistemas se basa en 10 grandes categorías: agua marina, costera, aguas interiores, bosques, tierras áridas, islas, montañas, tierras polares, cultivadas y urbanas. Estas categorías no son ecosistemas en sí, pero cada una contiene una serie de ecosistemas. Las categorías no se excluyen mutuamente: sus fronteras pueden y usualmente se superponen. Hay grandes similitudes entre las categorías, como ser en las condiciones climáticas; las condiciones geofísicas; el uso dominante por parte de los seres humanos; la superficie cubierta (según el tipo de cobertura vegetal en los ecosistemas terrestres o de agua dulce, o agua salada en los ecosistemas acuáticos); y los sistemas de gestión de los recursos. La definición de la MA sigue la de Costanza y sus colegas en la inclusión de los ecosistemas naturales y los modificados por los humanos como fuente de servicios de ecosistemas, y siguiendo lo propuesto por Daly en el uso del término “servicios”, para abarcar tanto los beneficios tangibles como los intangibles que obtienen los seres humanos de los ecosistemas, los cuales son separados en bienes y servicios respectivamente. (Costanza, R., d’Arge, R., de Groot, R., Farber, S., Grasso, M., Hannon, B., et al., 1997) La investigación sobre estos servicios ha crecido enormemente en la última década. La MA sugirió que se dividieran los servicios en cuatro categorías (Figura 1). En primer lugar, los que proporcionan servicios de suministro de bienes como alimentos, agua dulce, madera, etc.; que son de uso directo de la población y forman parte de los bienes de mercado. En segundo lugar, y mucho menos apreciados, se encuentran los que regulan el mantenimiento de la vida en el planeta, y proporcionan beneficios tales como la polinización de los cultivos, la mitigación de inundaciones, y la estabilización del clima. En tercer lugar, los servicios culturales, que incluyen la recreación, así como lo estético, intelectual, y los aspectos espirituales. Y en la última categoría, se incluyen los servicios que brindan soporte a los demás procesos de los ecosistemas que generan los beneficios anteriormente mencionados, incluyendo la preservación de los mismos. Con esta clasificación se hace hincapié en que los servicios de soporte son fundamentalmente intermedios y no productos finales. Pero también se reconoce que este tipo de servicios son esenciales para la gestión y el mantenimiento de la entrega de los productos finales de los ecosistemas. Figura 1- Tipos de Servicios de Ecosistema (Millennium Ecosystem Assessment, 2003) En el marco de la GIRH nos podemos referir a otro tipo de servicios de ecosistemas que son los servicios hidrológicos. Éstos integran los beneficios para la población producidos por efectos de ecosistemas terrestres de agua dulce. Siguiendo la clasificación general propuesta por la MA, y debido a que son un grupo variado de servicios, es útil dividirlos en cinco grandes clases: abastecimiento de agua para usos consuntivos, abastecimiento de agua para usos no consuntivos, la mitigación de impactos relacionados al recurso hídrico, la prestación de servicios culturales relacionados con el agua y el agua asociada a los servicios que brindan soporte a todos los demás procesos. Los Servicios de Ecosistemas y la GIRH Una cuenca hidrográfica es la unidad de análisis dentro de los ecosistemas que se utiliza para evaluar los impactos de las actividades antrópicas en los servicios hidrológicos, así como también para evaluar las interacciones de estos con los demás flujos de bienes y servicios provistos por ecosistemas dentro de esta unidad (Brauman, 2007). Por lo tanto, el espacio de las cuencas, dentro del proceso de la gestión integrada de los recursos hídricos, se debe tomar como la unidad de planeamiento dentro de la cual se puede plantear la definición del uso de estos recursos y determinar el efecto que tales usos originan sobre los mismos. La GIRH en su forma más simple, se basa en que los múltiples usos del recurso hídrico, son interdependientes. La Gestión Integrada establece que todos los usos diferentes del recurso hídrico deben ser considerados en conjunto. La distribución del agua y las decisiones de gestión consideran los efectos de cada uno de los usos sobre los otros. Los principios de la GIRH toman en cuenta de forma global, las metas sociales y económicas, incluyendo la búsqueda del desarrollo sostenible. El concepto básico de la GIRH ha sido ampliado para incorporar la toma de decisiones participativa. Diferentes grupos de usuarios (agricultores, comunidades, ambientalistas) pueden tener influencia en las estrategias para el desarrollo y la gestión del recurso hídrico. Esto genera beneficios adicionales, como usuarios informados que aplican auto-regulación local con relación a cuestiones tales como conservación del agua y protección de sitios de captación de una manera mucho más efectiva que la que puede lograrse con regulación y vigilancia centralizadas. En el proceso de la gestión integrada se enfatiza que no solo tenemos que enfocarnos en el desarrollo del recurso hídrico, sino que debemos gestionar conscientemente la gestión del agua de una manera tal, que asegure su uso sostenible a largo plazo y para futuras generaciones. "El enfoque ecosistémico es una estrategia para la gestión integrada de los recursos hídricos que promueve la conservación y el uso sostenible de forma equitativa, y que reconoce que las personas con sus necesidades sociales y culturales, son una parte integral de los ecosistemas" (Maltby, 2000). Vinculación de la Ecología y la Economía en la evaluación de los Servicios de Ecosistemas Lo que la ciencia económica ha tratado tradicionalmente en términos de bienes y servicios, ha sido reconceptualizado desde las ciencias de la sostenibilidad en un sentido más amplio como Servicios de los Ecosistemas (MA, 2003), englobando también todos aquellos beneficios de los ecosistemas que sin pasar por los mercados (y por tanto careciendo de precios asociados), tienen una incidencia directa o indirecta en la satisfacción de las necesidades humanas (GómezBaggethun et al, 2007) La evaluación de los servicios de ecosistemas es un tema polémico, no sólo por sus aspectos técnicos, sino también debido a los diferentes valores que se le pretenden dar a estos servicios, muchos de los cuales van más allá de simples estimaciones económicas, como ser el significado cultural o sagrado que tienen ciertas funciones de los ecosistemas para las comunidades. Pese a que la conciencia sobre la crisis ambiental cuenta ya con más de tres décadas de historia, la economía tradicional sigue renuente a modificar sus fundamentos teóricos sobre bases más sostenibles. Una de las disciplinas dentro de las ciencias económicas que ha venido investigando la valoración de los bienes y servicios de ecosistemas en las últimas décadas, es la economía ecológica que busca incorporar los costes ambientales en la economía. Por lo que esta ciencia intenta construir nuevas alternativas frente a las demandas que imponen los criterios de sostenibilidad. Por esta razón, científicos sociales y administradores del medio ambiente están cada vez más interesados en las distintas técnicas de valoración que se vienen desarrollando asociadas a la valuación de las funciones de los ecosistemas (Farber et al. 2002, Wilson et al. 2002). La integración de la ecología-economía puede ofrecer un enfoque útil para la cuantificación de las ventajas y desventajas de los servicios de ecosistemas en sistemas complejos y dinámicos (Costanza, 2006). Por eso, enfoques como los que propone la economía ecológica, han tratado de conectar el sistema económico con el sistema ecológico que lo sustenta, cuestionando los fundamentos y axiomas sobre los que reposa la economía neoclásica y tratando de desarrollar un nuevo marco conceptual y metodológico de análisis que refleje e incorpore los costes físicos de la actividad económica (Martínez Alier et al, 2000). Aún así esta disciplina no está subordinada ni a la economía ni a la ecología; según uno de sus primeros pensadores, es una síntesis integradora de ambas (Constanza, 1994), es decir, es transdisciplinaria y holística pues “trata de abarcar las relaciones entre los sistemas ecológicos y económicos en el más amplio sentido sin pretender acotar rígidamente el campo de investigación” (Jiménez, 1996). Las bases de la economía ecológica se remontan a los estudios de GeorgescuRoegen y otros precursores en la aproximación entre los procesos económicos y los de la organización de la naturaleza en sus flujos de energía y materiales en la producción de la vida. La economía ecológica conforma un campo de estudio interdisciplinario que, desde otra perspectiva, sostiene que es imposible adjudicar valores monetarios (precios) a las externalidades, porque muchas de ellas son inciertas, desconocidas o irreversibles. Siguiendo esta línea de análisis, intenta poner énfasis en los conflictos ecológicos distributivos ínter e intra-generacionales, y entiende que la escala del desarrollo de las economías está restringida a los límites físicosecosistémicos, ya que una gran parte del patrimonio natural no es sustituible por el capital fabricado por el hombre. Reconoce, además, la necesidad de la formulación de indicadores ambientales que permitan superar las limitaciones de los indicadores exclusivamente monetarios para medir la sustentabilidad. Asumiendo que los residuos sólo pueden ser generados en una magnitud que el ecosistema pueda asimilar, es decir sin superar su capacidad de resiliencia (Martínez Alier, 1999). Por ende el concepto de servicios de ecosistemas nos ofrece así el puente de conexión entre la ecología y la economía, al hacer referencia a la capacidad de los ecosistemas de sustentar la actividad económica, siendo una herramienta conceptual valiosa y útil para poder formular un enfoque integrado del manejo de estos servicios. Herramienta que será de ayuda a los tomadores de decisiones en el diseño de las medidas de gestión a implementar para los diferentes ecosistemas (Gómez-Baggethun, 2007). Caracterización de la zona de estudio La Cuenca Baja del Río Carcarañá, es una Cuenca Interprovincial, que ocupa un área de 24.500 km2, extendiéndose sobre el Sudoeste de la Provincia de Córdoba y sobre el Centro-Sur de la Provincia de Santa Fe. El Río Carcarañá tiene una longitud total de 190 Km., en la Provincia de Córdoba se registra un caudal de 23.7 m3/seg en la Estación de Cruz Alta; y en la Provincia de Santa Fe, en la Estación de Andino de 70.9 m3/seg. Sus dos principales afluentes son los Ríos Tercero y Cuarto (Provincia de Córdoba), con el mismo régimen de alimentación pluvial. El Canal San Antonio, el Arroyo de las Tortugas y la Cañada de Santa Lucía, luego de establecer por más de 150 Km. el límite entre Córdoba y Santa Fe, escurren sus aguas en el Río Carcarañá. Este recibe por su margen izquierda el Arroyo Cañada de Gómez, ya en la Provincia de Santa Fe, y desemboca en el Río Coronda al sur de la Localidad de Puerto Gaboto. El área en estudio tiene un clima subtropical húmedo, con una temperatura media de 17 ºC; y precipitaciones entre el rango de 900-1000 mm que se incrementan de Oeste a Este. Para poder realizar la recopilación y sistematización de datos se recortó la cuenca limitándose al área que se encuentra comprendida en los límites de la provincia de Santa Fe, por ser más accesible administrativa y territorialmente. Dentro de la zona de estudio seleccionada se delimitaron subcuencas en función de parámetros de áreas mínimas (Figura 2). Para la formulación e identificación de los indicadores ambientales, los cuales se utilizarán como herramientas de análisis de los cambios producidos por las actividades antrópicas que se llevan a cabo en la cuenca, se seleccionó como cuenca piloto la subcuenca de Cañada de Gómez (marcada en negro en recuadro Figura 2). La elección de esta subcuenca se relaciona con el acceso a los datos hidrológicos y de calidad de agua indispensables para poder cuantificar los indicadores, y según la caracterización realizada en torno a infraestructura de agua y saneamiento, condiciones de acceso a servicios sanitarios, estructura demográfica y condiciones de vida en general (Golin et al, 2010; Zanuccoli et al., 2011). Figura 2-Izquierda: Cuenca Baja (SIAN, SAyDS). Derecha: Parte de la Cuenca Baja dentro de la Pcia. de Santa Fe, con delimitación de sub-cuenas (producción propia) Formulación de Indicadores Ambientales en el Marco de los Servicios de Ecosistemas. Metodología La evaluación y monitoreo de los servicios de ecosistemas en general requiere del desarrollo y aplicación de indicadores. Los indicadores adecuados pueden ayudar a detectar cambios en los ecosistemas y en la provisión de estos servicios y son herramientas útiles para los tomadores de decisiones para adoptar medidas que mitiguen impactos negativos sobre los ecosistemas de las zonas de estudio. Marcos conceptuales pueden facilitar y estructurar el desarrollo de los indicadores, tales como el esquema de Fuerzas Motrices-Presión-Estado-Impacto-Respuesta (FM-P-E-I-R) (EEA 2007). El conocimiento de la relación entre los componentes FM-P-E-I-R permite vincular indicadores de fuerzas motrices sociales, presiones ambientales e impactos en los recursos naturales, posibilitando así la identificación de estrategias apropiadas para atenuar los cambios en los servicios que proveen los ecosistemas. En el año 2003, la Convención en Diversidad Biológica (CBD) propuso una lista de indicadores para marcar el seguimiento de las tendencias en la biodiversidad de los ecosistemas y sus servicios a escala global (UNEP/CBD/COP7 2003). Aunque solo pocos de los indicadores propuestos muestran una relación directa del estado de, el impacto sobre, los ecosistemas; la mayoría de ellos hacen referencia a los componentes de presión y respuesta del marco de FM-P-E-I-R. Este tipo de indicadores se utilizan como un instrumento analítico que permite organizar y agrupar, de manera lógica, los factores que actúan sobre el medio ambiente. Es decir, cómo las diferentes dinámicas (dinámica demográfica, dinámica económica, dinámica de ocupación-apropiación del territorio y usos del suelo) inciden en el medio ambiente, en este caso en particular en el recurso hídrico y su ecosistema. Las Fuerzas Motrices están representadas por los procesos naturales y sociales que son las causas últimas de las presiones sobre el ambiente (i.e. cambios en los usos del suelo y la agricultura, industria, gestión del recurso, etc.). Las Presiones son los resultados de las fuerzas conductoras que influencian el actual estado del recurso, son las variables que causan directamente los problemas ambientales (polución, ruido, etc.). El Estado describe fenómenos físicos, químicos o biológicos en el área y refleja el estado actual del ambiente (agua, aire, suelo). Los Impactos son en la población, en la economía, en los ecosistemas y describen los efectos últimos de los cambios de estado en términos de daños causados (eutrofización, pérdida de biodiversidad). Las Respuestas demuestran el esfuerzo de la sociedad para salvar estos problemas (medidas políticos-administrativas). Desde el punto de vista del contexto de la toma de decisión, el impacto describe el problema existente. La Respuesta representa el acto de decisión, la opción escogida para reducir la presión negativa en el estado del ambiente. Tanto las fuerzas conductoras como las presiones y el estado son niveles posibles de intervención, los decisores pueden escoger uno de ellos o varios como objeto concreto para aplicar su respuesta. En este trabajo se analizaron diferentes indicadores de diversas fuentes bibliográficas y se formularon algunos nuevos, siguiendo el esquema propuesto para intentar evaluar las modificaciones en los servicios de ecosistemas, específicamente en los servicios hidrológicos, provistos por los ecosistemas de la cuenca seleccionada (Tabla 1). Tabla 1.- Indicadores propuestos Fuerza Motriz Conexiones a red cloacal Presión Carga orgánica cloacal sin tratar Estado Disponibilidad de agua para recreación Impacto Especies afectadas por agua contaminada Cantidad de industrias Carga orgánica industrial Disponibilidad de agua para consumo Número de personas potencialmente expuestas al agua contaminada Nº de reglamentaciones vinculadas a la protección del recurso hídrico Consumo de agua por Municipio o Localidad Parámetros químicos de calidad de agua (NO 2 , NO 3 , P, DBO) Percepción de problemas de salud relacionados al agua contaminada Superficie urbanizada Distancia del relleno sanitario/vertedero al curso superficial Variabilidad de los niveles de agua Problemas vinculados a los diferentes usos consuntivos y no consuntivos Superficie sembrada Concentración de Fertilizantes y Pesticidas Producción de sedimentos Superación de Umbrales de parámetros químicos Los indicadores formulados en la Tabla 1 se correlacionan con los servicios hidrológicos que se engloban en 5 grandes categorías y se muestran en la Tabla 2. Cada uno de los servicios hidrológicos se define por atributos de cantidad, calidad, ubicación y períodos de tiempo (Brauman et al, 2007). Es con este marco conceptual que se está abordando la cuantificación de Servicios de Ecosistemas en la región en estudio (Portapila et al. 2011). Tabla 2.- Servicios hidrológicos (Brauman et al, 2007) Nº Servicios de Ecosistemas Abastecimiento de agua para usos consuntivos Almacenamiento y retención de agua Agua para uso municipal, agricultura, industrial. 2 Abastecimiento de agua para usos no consuntivos Provisión de oportunidades para usos recreativos, etc. Agua para recreación, transporte. 3 Mitigación de daños relacionados al agua Capacidad de los ecosistemas a dar respuesta a las fluctuaciones ambientales Mitigación de inundaciones, salinización, sedimentación. 4 Cultural Provisión de oportunidades para usos culturales, religiosos. Usos culturales, religiosos, estéticos, paisajísticos. 5 Soporte Almacenamiento y provisión de nutrientes esenciales Agua y nutrientes para el mantenimiento de la vida acuática. 1 Funciones del Ecosistema Ejemplos Conclusiones El crecimiento económico de los países supone un aumento cuantitativo del consumo de los bienes y servicios brindados por los sistemas naturales, sólo disponibles para aquéllos individuos con capacidad de adquirirlos. Pero ya que las sociedades son un subsistema dentro de un ecosistema que tiene límites, este crecimiento basado en el consumo de materiales y energías no renovables no puede ser sostenible a lo largo de amplios períodos de tiempo, porque choca contra limitaciones físicas y energéticas (Leff, 2002). Frente a este panorama se hace necesario el desarrollo de enfoques metodológicos que sean integradores y que además de cuantificar indicadores necesarios para el monitoreo y la evaluación de los cambios en estos bienes y servicios brindados por los ecosistemas, plantee la generación de sistemas multicriterio que den un entorno más sostenible y democrático a la hora de la toma de decisiones en la gestión integrada de los recursos hídricos, que puedan ayudar a dar una mayor respuesta a las necesidades humanas y sociales en un marco algo más participativo. Por lo que el concepto de los Servicios de Ecosistemas puede ser una guía útil para analizar y medir el equilibrio posible entre la sociedad y la naturaleza, y definir las estrategias para mejorar la calidad de vida de una manera más sostenible. Como expresó Koellner (2010) en su trabajo “Los Servicios de Ecosistemas en los Sistemas Ambientales Humanos”, las decisiones sobre los usos de suelo y el manejo de los servicios de ecosistemas no pueden explicarse sólo por los costos y beneficios en términos monetarios, sino también por factores sociales y culturales, por ejemplo, las normativas ambientales. Por lo que el enfoque de los servicios de ecosistemas puede ser una herramienta útil para discriminar y medir el equilibrio posible entre la sociedad y la naturaleza, y definir las medidas a tomar en el marco de la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos de una manera sostenible. Y por último como expresa Pengue (2007), para el caso de Argentina, “…un país con tamaña calidad de servicios de ecosistemas debería rápidamente considerarlos e integrarlos en sus sistemas de contabilidad macroeconómica pero no sólo en términos crematísticos sino especialmente en la valoración y resguardo de lo inconmensurable que estos recursos involucran…”. Agradecimientos Este trabajo fue parcialmente financiado a través del programa PFDT - IP-PRH 2007, FONCyT, MinCyT – UNR. Bibliografía Castro, J. E. 2007. Water governance in the twentieth-first century. In: U Ambiente e Sociedade U, Vol. 10, No. 2, 2007, pgs. 97-118. Costanza, R. (1998). The value of ecosystem services. Ecological Economics, 25(1), 1-2. Costanza, R., d’Arge, R., de Groot, R., Farber, S., Grasso, M., Hannon, B., et al. (1997). The value of the world’s ecosystem services and natural capital. Nature, 387, 253-260. Cork, S. J., Proctor, W (2005). 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