Download Formas híbridas de empresa: del reinado del accionista al del bien
Document related concepts
Transcript
Formas híbridas de empresa: del reinado del accionista al del bien común: los caminos paralelos de la Economía del Bien Común y las Empresas B. Oscar Sanabria Garro* * Estudiante Doctorado Direccion de Empresas. Escuela de Administración, Tecnológico de Costa Rica Por favor dirigir correspondencia a: Oscar Sanabria Garro Escuela de Administración, Tecnológico de Costa Rica osanabriagarro@gmail.com/ +506 8910 1582 Mayo 2016 2 Formas híbridas de empresa: del reinado del accionista al del bien común: los caminos paralelos de la Economía del Bien Común y las Empresas B. Resumen El necrocapitalismo, forjado y alimentado en el crisol del egoísmo y la competencia, concentrado en el retorno del accionista ha traído consecuencias nefastas al bien común. Para cambiar la forma usual de hacer negocios nacen las organizaciones híbridas que han emergido no solo para permanecer compitiendo por la calidad de los bienes y servicios que venden, sino que, a partir de esto, poner como objetivo superior de su estrategia, la generación un cambio social y ambiental en los grupos de interés y clientes que atienden, cambiar la forma usual de hacer negocios. Proponen una forma diferente de plantear la estrategia empresarial desde la perspectiva de la sostenibilidad. En menos de 10 años, han surgido movimientos a ambos lados del Atlántico promoviendo las organizaciones hibridas, con un impacto significativo en la forma de formular y gestionar estrategia de sostenibilidad corporativa. Esta propuesta, considera a las Empresas B y a la Economía del Bien Común como modelos de organizaciones híbridas, buscando identificar y armonizar sus semejanzas y ver su futuro potencial armonizado en acciones y resultados conforme sus objetivos fundamentales. Las Empresas B y la EBC tienen elementos comunes en términos de la misión y objetivos estratégicos en pos del bien común que deben ser estructurados, puntualizados y armonizados. Su homologación teórica y práctica en la investigación propuesta, potencia sus contribuciones a una nueva manera de formular estrategia empresarial en el campo de Direccion de Empresas, que no es otra cosa que incidir en la forma de pensar y enseñar a las nuevas generaciones de gerentes y directores de la empresa, es allí donde el mayor impacto debe gestionarse. Palabras Clave: Necrocapitalismo, Organizaciones híbridas, Empresas B, Economía del Bien Común, LOHAS 3 Formas híbridas de empresa: del reinado del accionista al del bien común: los caminos paralelos de la Economía del Bien Común y las Empresas B. Introducción El necrocapitalismo, forjado y alimentado en el crisol del egoísmo y la competencia, concentrado en el retorno del accionista ha traído consecuencias nefastas al bien común. Eso ha conducido a un deterioro de la confianza en las empresas, organizaciones y gobiernos, al agotamiento y daño acelerado de los recursos naturales, un uso desmedido de las energías fósiles necesarias para mantener operando una globalización que potencia el cambio climático y sobre todo la inequidad socioeconómica mundial. Un panorama gris, que demanda de la academia y del mundo empresarial un abanico de soluciones, alternativas que resuelvan la problemática planteada, de un capitalismo centrado en el accionista prevaleciente en el siglo 20, generar un punto de inflexión, para migrar a un capitalismo de siglo 21, basado en los grupos de interés, creando simultáneamente valor social y ambiental. (Coen, 2010). Las organizaciones híbridas, llamadas así porque, han emergido no solo para permanecer compitiendo por la calidad de los bienes y servicios que venden, sino que, a partir de esto, poner como objetivo superior de su estrategia, la generación un cambio social y ambiental en los grupos de interés y clientes que atienden, cambiar la forma usual de hacer negocios. Proponen una forma diferente de plantear la estrategia empresarial desde la perspectiva de la sostenibilidad. En menos de 10 años, han surgido movimientos a ambos lados del Atlántico promoviendo las organizaciones hibridas, con un impacto significativo en la forma de formular y gestionar estrategia de sostenibilidad corporativa. Esta propuesta, considera a las Empresas B y a la Economía del Bien Común como modelos de organizaciones híbridas, buscando identificar sus semejanzas y las diferencias, y ver su futuro potencial armonizado en acciones y resultados conforme sus objetivos fundamentales. Las Empresas B, debido al marco legal corporativo en los Estados Unidos, amplían la responsabilidad fiduciaria de los accionistas y los directores, para adicionar intereses no financieros, se comprometen a crear impacto material positivo social y ambiental, operando con altos estándares de gestión y transparencia, al mismo tiempo que buscan el mejor rendimiento financiero y permite la repartición de utilidades entre sus accionistas y sus grupos de interés. Lo trascendental es que el cambio del deber fiduciario se incorpora en forma vinculante a los estatutos de creación de la empresa, lo cual asegura 4 el compromiso y protege la misión frente al escalamiento y/o cambios en la propiedad. (Abramovay, 2013). La Economía del Bien Común (EBC) es un sistema que integra alternativas ideológicas y de gerencia al sistema neoliberal predominante. Constituye un movimiento empresarial que busca reorientar la misión, estrategias y visión actual de las empresas en los contextos económicos-científicos, cultural-ético, político-democrático y el natural-ecológico. (Felber, 2012). El génesis y potenciador del movimiento se remonta a la crisis económica, que se ensaño por el año 2008, cuyos orígenes tienen ramificaciones que deben ser primero identificadas, luego señaladas y combatidas para mitigar y eliminar sus efectos. Se cuentan entre ellos, las burbujas especulativas, el desempleo, la inequidad, el cambio global, consumismo, perversión de valores y el deterioro de los principios democráticos. La EBC responde con un enfoque holístico poniendo al bien común como objetivo ético supremo tanto para la sociedad en general como para la economía en especial, como lo señala Felber, (2012), acotando a la Constitución del Estado Bávaro, “toda la economía sirve al bien común”. Se pasa de un plano de pensamiento económico a la práctica, en el contexto de la realidad económica. La investigación pretende establecer coincidencias para identificar puntos de encuentro y armonización respecto a la contribución de las Empresas B y la EBC a la creación de valor social y ambiental al bien común. Ambas ofrecen una alternativa para transformar el mundo a través de la herramienta del mercado. Su planteamiento también revoluciona la manera de formular estrategia empresarial y las vías de forjar alianzas. Los resultados de la investigación propuesta, sumariza los puntos de coincidencia de ambos sistemas en potenciar el bien común, para que puedan interactuar conjuntamente en foros distintos. Tanto las coincidencias como las posibles diferencias de fondo, permitirán entender mejor como ambos planteamientos potencian el bien común, independientemente de una ú otra óptica. Cuestión de investigación La relación entre sociedad y sistemas, enfocando la evolución del capitalismo, pasando en el siglo 20, de un capitalismo enfocado exclusivamente en la maximización de los intereses del accionista, a un capitalismo en el siglo 21, enfocado en los grupos de interés, creando un punto de inflexión donde se les brinde valor desde la perspectiva social y ambiental, al mismo tiempo que a los accionistas. (Coen, 2010). Esta evolución ha 5 posibilitado el surgimiento vigoroso de las empresas hibridas de triple impacto por medio de un enfoque holístico que convierten el mercado en una herramienta para potenciar cambios sociales y ambientales positivos. Marco teórico-conceptual Las organizaciones híbridas La degradación de la confianza en la clase empresarial para generar bienestar y prosperidad. La evolución empresarial concentrada en el interés del accionista y basada en la competencia ha traído a nuestros días, múltiples problemas que van de desde la degradación ambiental, hasta el uso de prácticas de gestión que han lesionado patrimonial y socialmente a millones de personas. En el primer caso, las practicas industriales y comerciales basadas en la economía del petróleo han llevado el planeta al borde un abismo ambiental de consecuencias incalculables, para las cuales la capacidad de respuesta y recuperación son, aparte de diversas, muy cuestionadas por los diversos foros políticos y científicos. En el segundo caso, la evidencia de las malas prácticas originadas en la crisis financiera de 2008-2009, lleva a la sociedad a niveles de desconfianza en los negocios muy altos. La publicación “2104 Edelman Turst Barometer” reporta que solo, uno en cuatro miembros del público general, confía en los lideres empresarios para solucionar problemas de los negocios, y solo, uno en cinco, confía en que están diciendo la verdad y que toman decisiones éticas y morales correctas. (Hollensbe et al, 2014). Esta desconfianza también se manifiesta en las cifras record de multas impuestas a corporaciones financieras e industriales por sus prácticas tendientes a generar retornos económicos marginalmente altos a costa del bien y la confianza común, no solo perjudicando la salud, y el patrimonio, sino que impide la habilidad del sector empresarial de tomar los riesgos apropiados y necesarios para potenciar la innovación y contribuir al desarrollo económico y social, al tiempo que se protegen al ambiente. (Hollensbe et al. (2014). El propósito de las organizaciones. Hollensbe et al. (2014), proponen un cambio en la forma de abordar las prácticas de los negocios desde la perspectiva académica y corporativa, enfocándose en el propósito ultimo de las organizaciones, en el sentido que ellas son parte de la sociedad y no aparte de ella, y que por lo tanto los estándares de comportamiento de ellas deben ser obtenidos de la sociedad para favorecer el bien común, 6 su propósito en términos de identidad y valores sociales, ambientales y empresariales para que sean transparentemente compartidos y, no al contrario. La falta de confianza refleja una relación fracturada entre la gente y los negocios. Al enfocarse en el propósito, establecen una serie de desafíos para las empresas en términos de promover el bien común. (Daly y Cobb, 1994, mencionados por Hollensbe et al, 2014). Su valor reside en el servicio a la sociedad, como ella los potencia, inspirando y permitiendo innovación tecnológica y ambiental, así como justicia distributiva, al mismo tiempo retornos financieros apropiados. El enfoque del propósito necesariamente parte de la gente, las organizaciones no solo producen bienes y servicios, también “producen” personas. Los trabajadores son influenciados por los ambientes y la cultura organizacional en el trabajo, constituyen ambientes de aprendizaje, donde las buenas prácticas (y las malas) son absorbidas, por lo que la comunicación del propósito por parte de los directivos de la organización impacta directamente en el compromiso, la dedicación y las relaciones con la fuerza laboral en lograr que la empresa cumpla su propósito para el bien común. (Hollensbe et al, 2014) Las organizaciones hibridas. Los procesos de reflexión del mundo académico y empresarial ha derivado en movimientos y acciones que, aparte de señalar la disfuncionalidad entre organizaciones y el bien común, han propuesto y generado nuevas formas de empresa, que no solo compiten en términos de sus propuestas de valor en bienes y servicios, sino que también en su habilidad para generar cambios sociales y ambientales, estableciendo una frontera difusa entre las organizaciones que persiguen el lucro, de aquellas que no, llamadas empresas hibridas. (Haigh, 2012). Estas organizaciones, nacen de la realidad de que tanto, las empresas orientadas al lucro como aquellas que no, son incapaces de darle un tratamiento apropiado a los problemas sociales y ambientales que enfrentan. Las organizaciones híbridas generan ingresos necesarios como empresas orientadas al lucro como medio para cumplir su misión en función al bien común. Han nacido ligadas a un nuevo grupo demográfico que valora de sobremanera una forma de vida saludable, bajo una justicia social y ambiental, ecológicamente sostenible en los bienes y servicios que ellos compran, las compañías en las cuales invierten, los políticos y políticas que apoyan, los lugares en los cuales trabajan, el estilo de vida que llevan, que han sido etiquetados como LOHAS (lifestyles of healthy and sustainability), con un valor de mercado creciente, que para el año 2011 hacían transacciones del orden de US$290 billones. (Haigh, 2012). Este grupo se ha evolucionado a empresarios y directivos consientes y propensos a desarrollar nuevas formas de organización y su manejo, 7 desarrollándolas para ser comercialmente viables para crear un cambio social y ambiental, enfocado al bien común, de allí su calificación de híbridas, más allá de las prácticas mampara de responsabilidad social y “greenwashing” para ocultar practicas mercantilistas que atentan contra el bien común. (Haigh, 2012). Fundamentos del modelo de negocios de las empresas híbridas. Las organizaciones híbridas basan su estrategia de negocios en el cambio ambiental y social, utilizando el mercado para reformular estos sistemas para un beneficio mutuo desde la perspectiva de la generación del lucro, orientada al largo plazo y el desarrollo autónomo de la propuesta de valor, para asegurar que la misión permanece a través de un liderazgo positivo e intensamente vinculante. Otro rasgo diferenciador, es la forma de establecer relaciones proactivas con sus grupos de interés que, no obstante persiguen una gran autonomía en su gestión, estructuran relaciones intensas con las comunidades, los empleados, los clientes y vecinos; enseñando y practicando acciones de sostenibilidad y altas normas de desempeño social para fomentar el aprendizaje, la innovación y la resiliencia para renovar la prosperidad en los sistemas ambientales y sociales relacionados. (Haigh, 2012). Desafío al status quo en la forma tradicional de hacer negocios. Las organizaciones híbridas tienen una manera totalmente diferente de hacer negocios, tanto en forma como en fondo respecto a las estructuras organizacionales clásicas y, de lo que para ellas significa la sostenibilidad. Las organizaciones hibridas no presuponen un crecimiento exponencial sostenido en las operaciones, contrariamente se orientan a la atención de un mercado viable y de crecimiento mesurado que pueda conducir a un cambio positivo favoreciendo el bien común, (más que las utilidades generadas por el crecimiento). El manejo apropiado del crecimiento permite tener la autonomía necesaria para ello, que además facilita la adecuada internalización de los contextos sociales y ambientales, valorando la naturaleza más allá de su concepción como un recurso disponible adicional, que permita la maximización del retorno de los accionistas. Finalmente, el desafío trascendental se circunscribe a la noción de que el lucro es el fin último de la organización, la maximización del valor de las acciones. Los promotores de las organizaciones hibridas contradicen esta noción, estableciendo negocios que no solamente generen utilidades, sino que vayan más allá, creando un valor superior del bien común. En su empeño, han logrado en varios lugares del mundo cambios importantes en la legislación impositiva y comercial que permiten un propósito renovado de las organizaciones, dando nacimiento a las organizaciones hibridas, tales como las empresas B y la Economía del Bien Común. (Haigh, 2012). 8 Desafíos al modelo de negocios de las organizaciones híbridas. La modificación de los marcos jurídicos impositivos y comerciales, el crecimiento del segmento de consumidores LOHAS, la posibilidad de poder certificar las operaciones bajo el formato híbrido, abre un campo muy fértil para las organizaciones híbridas, pero también trae consigo amenazas al modelo. La transparencia implícita en la operación, facilita la posibilidad de que las propuestas de valor pueden ser fácilmente copiadas e indirectamente degradadas por organizaciones tradicionales, como productos social y ambientalmente sostenibles. La posibilidad de poder ser adquiridas por jugadores de mayor tamaño y con ello apropiarse del valor que traen por medio de procesos hostiles, es uno de los riesgos más significativos, lo mismo la razón de tener que servir a varios “amos”: mantener la viabilidad económica, simultáneamente a los objetivos superiores de significancia social y ambiental y, mantenerse enfocada en ellos. (Haigh, 2012). No obstante que estos objetivos pueden modularse conforme el desempeño económico de la organización hibrida, la posibilidad escalar a tamaños con una variedad de productos y servicios trae consigo interrogantes respecto al control y enfoque de la organización que deben ser cuidadosamente elaborados para no perder su norte de tener un triple impacto. (Haigh, 2012). Las empresas B Historia de las empresas B y B-Lab. Jay Coen Gilbert, Bart Houlahan y Andrew Kassoy fueron los tres fundadores de B-Lab, en el 2006. Con la venta de su empresa de implementos deportivos AND1 sufrieron de una gran decepción, luego que los posteriores dueños desmantelaran todas las mejoras de impacto ambiental y social que habían creado con ella. Este proceso coincidió con la venta en el año 2000 de la famosa heladería “Ben & Jerry” a Unilever, una adquisición hostil que confirmo el objetivo primario de todo negocio de maximizar los rendimientos financieros de los accionistas. (Marquis, 2010). Hace casi un siglo, la Corte Suprema de Michigan (en el caso Dodge vs. Ford Motor Company) estableció que la responsabilidad social de la firma es incrementar la rentabilidad de sus accionistas. Cuarenta años después, Milton Friedman, subrayó este argumento, adicionando que la era responsabilidad del Gobierno resolver los problemas sociales. (Haigh, 2012). Los fundadores de “Ben & Jerry” habían edificado su negocio donde el impacto social y ambiental, así como la relaciones con sus colaboradores eran los impulsores de la compañía. Los fundadores no pudieron esquivar la oferta de compra, 9 al no poder demostrar que el modelo de gestión iba a maximizar los rendimientos de los accionistas. Bajo la legislación de los Estados Unidos, las organizaciones, sus directores y gerentes deben enfocarse en la maximización de los retornos, cualquier acción que sea contraria y que conduzcan a su reducción, conlleva el riesgo de ser acusados de incumplimiento de su responsabilidad fiduciaria. (Abramovay, 2013). Esto condujo a que los emprendedores Coen, Houlahan, y Kassoy en el 2006 se avocaran a buscar nuevas alternativas para que las empresas con fines de lucro tuvieran una contribución a la sociedad, más allá de los rendimientos financieros. Inicialmente identificaron la necesidad de ampliar la responsabilidad de los accionistas y los directores para poder dar solución a la problemática social y ambiental en el corto plazo, a sabiendas que estas acciones conducirían a mejorar los rendimientos financieros de largo plazo. (Abramovay, 2013). La Empresa B, amplia la responsabilidad fiduciaria de los accionistas y los directores, para adicionar intereses no financieros, se compromete a crear impacto material positivo social y ambiental, operando con altos estándares de gestión y transparencia, al mismo tiempo que busca el mejor rendimiento financiero y permite la repartición de utilidades entre sus accionistas y grupos de interés. Lo trascendental es que el cambio del deber fiduciario se incorpora en forma vinculante a los estatutos de creación de la empresa, lo cual asegura el compromiso y protege la misión frente al escalamiento y/o cambios en la propiedad. (Abramovay, 2013). Las Empresas B persiguen ánimo de lucro, pero califican su propósito. Para caracterizar la diferencia entre las empresas con fines de lucro de aquellas que no lo persiguen, se plantean 3 preguntas para su tratamiento: 1- Utilidades: ¿para qué? Redefinición de su propósito. Las Empresas B tratan las utilidades como la herramienta para lograr sus objetivos y no un fin en sí mismas, redefinen el propósito al redefinir su sentido de éxito. 2- Utilidades: ¿para quién? Las Empresas B, amplían el espectro distributivo de las utilidades, privilegiando el reparto de ellas entre los colaboradores y las comunidades, acortando también significativamente la brecha salarial entre los directores y los colaboradores operativos más sencillos. 3- Como se obtienen las utilidades? Califican a su vez, la forma de funcionar, gestionando con las mejores prácticas en un proceso de mejora continua. (Abramovay, 2013). 10 B-Lab, las B-Corp (certificadas) y las Benefit Corporations. “B”, es el acrónimo de “Benefit”. La estrategia seguida por los fundadores fue establecer una organización sin fines de lucro que se llamó B-Lab cuya función fue establecer una comunidad de empresas que a partir de la certificación de empresa B pasaba a ser una B-Corp que luego al modificarse el marco legal que permitiera crear en los Estados Unidos un nuevo tipo de empresa, se podrían constituir en las Benefit Corporations. (Abramovay, 2013). También desarrollaron un brazo de inversión de impacto B, el “Global Impact Investment Rating (GIIRS)”, un servicio de evaluación de impacto para inversionistas que buscan empresas con un impacto material social y ambiental positivo. La empresa B, en esencia amplia la responsabilidad fiduciaria para maximizar valor de los grupos de interés de la empresa y del medio ambiente. Para convertirse en una empresa B, se pueden seguir dos caminos: (Abramovay, 2013) i- Obteniendo la certificación que otorga B-Labs, para lo cual los accionistas se comprometen a mantener el propósito de forma vinculante, modificando el contrato de constitución de la persona jurídica, ii- La persona jurídica de la empresa se constituye como Empresa B desde su génesis, cuando la legislación del país lo permite. Las dos categorías, Empresas B y Benefit Corporations generan confusión, comparten el concepto central, pero tienen diferencias claras. La certificación B es otorgada por B Lab, mientras que las Benefit Corporations, son personas jurídicas autorizadas por el Estado y no requieren necesariamente se certificadas como Empresas B, aunque la mayoría opta por el proceso. (Abramovay, 2013). En las palabras de Kassoy y Gilbert: “el marco legal de la B Corporations hornea los valores de la compañía en su ADN y las Empresas B, tienen un compromiso intrínseco de crear beneficios a la sociedad por medio de las prácticas y desempeño de alto impacto”. (Bauer, 2015). La primera legislación referente a las Benefit Corporations fue aprobada en Maryland en el 2010. Para principios del 2016, 31 Estados más el Distrito de Columbia han conocido y/o aprobado legislación referente a las Benefit Corporations. Se tiene información que, a mayo del 2015, había registradas cerca de 1,550 Benefit Corporations. (Bauer, 2015). Desde la perspectiva internacional, para finales del 2011, había 450 empresas certificadas en 3 países, para agosto del 2013, se contaban 830 empresas en 29 países certificadas como empresas B, operando en 60 industrias, con más de 8,000 empresas que han usado las herramientas de evaluación social y ambiental de B-Lab. (Abramovay, 2013). 11 La evaluación de impacto. Para poder convertirse en una Empresa B, se debe pasar por un proceso de certificación, que determina si una empresa cumple con los requerimientos en sus dimensiones sociales y ambientales para obtenerla. Se tienen seis pasos para completar el proceso (www.sistemab.org, 2016). Arranca con los procedimientos legales de constitución como empresa. Luego se completa el proceso de evaluación, para lo cual se tiene un instrumento de puntuación en diferentes áreas de la empresa que contempla aproximadamente 100 preguntas, a saber: (www.sistemab.org, 2016) Gobernanza. Se evalúan: Responsabilidad corporativa y transparencia Trabajadores. Se evalúan: Compensación, beneficios y capacitación. Participación accionaria de los trabajadores. Ambiente de trabajo. Comunidad. Se evalúan. Productos y servicios a la comunidad. Proveedores y distribuidores. Participación local. Creación de trabajo. Diversidad. Participación cívica y donaciones. Medio ambiente. Se evalúan. Productos y servicios ambientales. Tierra, oficinas, e instalaciones. Insumos. Salidas. Transporte, distribución y proveedores. Se obtiene una calificación total de impacto que conduce a la revisión del puntaje con el acompañamiento de personal de B-Lab. Se obtiene la certificación si se obtiene una puntuación de 80 sobre 200. (www.sistemab.org, 2016). A este proceso, se le añade la fase de documentación, donde se respalda y verifica lo manifestado en el instrumento de evaluación. Luego se procede a la inducción como Empresa B certificada con los derechos y responsabilidades que le atañen. Si la legislación del país lo permite, el paso final consiste en la modificación de los estatutos de la persona jurídica para considerar a los trabajadores, la comunidad y al medio ambiente de manera vinculante en la toma de decisiones. Otras consideraciones. La mayoría de las Empresas B, son de creación reciente con menos de 5 años de operación, pequeñas con menos de 10 empleados, con ventas menores a dos millones de dólares y más de la mitad de ellas están en el sector de servicios. (Abramovay, 2013). Se tienen figuras jurídicas similares en otros países que también utilizan herramientas de mercado para potenciar la misión social y ambiental de las empresas: Reino Unido. En el año 2005, se crean un marco legal para las empresas sociales, con las “Community Interest Companies”. Sus principales características estriban 12 en que sus actividades y utilidades benefician principalmente a la comunidad, tienen limitada la capacidad de repartir utilidades y son fiscalizadas por un regulador. (Abramovay, 2013) Estados Unidos. En adición a lo descrito, también se tienen las L3C, “low profit limited liability Company” con propósitos educacionales y de caridad, donde el resultado financiero no es una cuestión relevante. Luego están las “flexible purpose corporation”, diseñadas para el beneficio público en temas religiosos, científicos, literarios, educacionales y otros de bienestar público, tienen menos exigencias que una Benefit Corporation en asuntos relacionados con la transparencia. (Abramovay, 2013) Italia. En el 2005, se crea la Ley #118, donde se crea el marco legal para las empresas sociales que las define como “organizaciones privadas sin fines de lucro que ejercen como actividad principal y de manera constante una actividad económica y de producción, o de intercambio de bienes y servicios de utilidad social, para la realización de objetivos de interés general”. (Abramovay, 2013). España. La ley # 44 del año 2007, establece el marco legal de la empresas de inserción (EI) que se aplica a toda sociedad mercantil que realice actividad económica cuyo fin primordial sea la integración y formación socio-laboral de ciudadanos en situación de exclusión social. La Economía del Bien Común (EBC) Objetivos y alcance. La economía del bien común es un sistema que integra alternativas ideológicas y de gerencia al sistema neoliberal predominante. Constituye un movimiento empresarial que busca reorientar la misión, estrategias y visión actual de las empresas en los contextos económicos-científicos, cultural-ético, político-democrático y el naturalecológico. (Felber, 2012). Nace formalmente en el 2010, principalmente en el seno de la organización ATTAC, que derivó en una expansión del modelo que abarca más de 800 empresas en 15 diferentes países, formándose aproximadamente 70 grupos impulsores fuera de España, entre los que se cuentan, Austria, Alemania, Suiza e Italia. (Gomez, 2013). El génesis y potenciador del movimiento se remonta a la crisis económica, que se ensaño por el año 2008, cuyos orígenes tienen ramificaciones que deben ser primero 13 identificadas, luego señaladas y combatidas para mitigar y eliminar sus efectos. Se cuentan entre ellos, las burbujas especulativas, el desempleo, la inequidad, el cambio global, consumismo, perversión de valores y el deterioro de los principios democráticos. Consecuentemente surge la pregunta, acerca del rumbo que se debe buscar. La EBC responde con un enfoque holístico poniendo al bien común como objetivo ético supremo tanto para la sociedad en general como para la economía en especial, como lo señala Felber, 2012, acotando a la Constitución del Estado Bávaro, “toda la economía sirve al bien común”. Se pasa de un plano de pensamiento económico a la práctica, en el contexto de la realidad económica. (Felber, 2012). La EBC persigue tres objetivos principales: (Felber, 2012) Ofrecer una alternativa completa y coherente al modelo existente actual. Proponer un proceso concreto de implementación democrática que deja el modelo abierto a la combinación y cooperación con otras alternativas, incluyendo aquellas del sistema actual que funcionan apropiadamente, Brindar a cada persona, empresa, organización e institución una forma concreta de cocrear la transición hacia una economía más social, sostenible, humana y democrática. Los objetivos configuran un modelo de la EBC que se compone de 20 elementos clave que derivan en el primer orden democrático económico. Instrumentos. La EBC propone un modelo económico basado en la cooperación, para lo cual las empresas además de continuar realizando sus balances contable-financieros, realizan también el balance del bien común (BBC), que a partir del principal valor humano representado en la dignidad, el instrumento es capaz de medir su contribución a estos valores, en el tanto la actividad económica debe estar al servicio del ser humano. (Felber, 2012) Los cinco valores que se miden en el BBC están fundamentados en las Constituciones y leyes fundamentales: dignidad humana, solidaridad, justica, sostenibilidad medio ambiental y democracia. El BBC, mide la forma en que las empresas “viven” estos principios con relación a sus grupos de interés, personas que pueden verse afectadas por las actividades de la empresa y que sostienen una relación directa con ella, tales como los proveedores, los financiadores, empleados (incluyendo propietarios), clientes, competidores, asociaciones locales, futuras generaciones y el medio ambiente. Estos dos 14 arreglos conforman la matriz del BBC. En la parte horizontal superior los valores que privan y en la parte vertical izquierda los grupos de interés afectados por la actividad de la empresa, lo que arroja en las intersecciones matriciales, 17 criterios positivos y 16 criterios negativos que se han de medir. Cada uno de esos indicadores, pueden alcanzar cuatro niveles: principiante, avanzado, experimentado y ejemplar. Como resultado, las organizaciones e instituciones pueden conseguir como un máximo de 1000 puntos en total, que serían publicitados en todos sus bienes y servicios, brindando información a sus clientes acerca del comportamiento ético de la empresa cuyo producto o servicio van a comprar, amén de verse favorecida por tratos y preferencias legales e impositivas. Aparte de medir impacto, el BBC provee un instrumento de autoevaluación que permite los ajustes necesarios en la conducta con respecto a los valores y objetivos. (Felber, 2012) Rol del balance financiero. El papel de los informes contable-financieros es colateral (el dinero es un medio para producir) y subyacente el BBC, da la información necesaria para proceder a la distribución de los beneficios en los usos permitidos en función al bien común. Auditorias. El proceso de auditoría del BBC es similar al clásico desde la perspectiva contable-financiera. Se compila internamente por empleados responsables del bien común y después se auditan de manera externa por auditores del bien común. Con la opinión limpia de los auditores la empresa es clasificada para los fines pertinentes tributarios, arancelarios, crediticios y otros. El nivel de transparencia que está asociado al proceso y a la EBC, permite a su vez un control cruzado con el público y los grupos de interés, limitando la posibilidad de corrupción y fraude. Impacto. Durante el año 2015, se abrió una ventana para la implementación de los instrumentos de la ECB, aprobando la Unión Europea una directiva sobre informes no financieros OBLIGATORIOS para empresas con al menos 500 empleados, posiblemente a partir del 2017. 15 Justificación Las empresas hibridas tienen como misión y objetivo estratégico el cambio social y ambiental en los sistemas económicos al que pertenecen, caracterizado por horizontes de largo plazo, desarrollo autónomo del modelo de negocios y un liderazgo participativo y transformacional de la dirección. Deben crear relaciones de mutuo beneficio con los grupos de interés de empleados, clientes y otros actores de los sistemas sociales y ambientales. Deben así mismo interactuar sistémicamente con los mercados, competidores e instituciones de la industria. (Haigh, 2012) y ser lo suficientemente confiables para poder formular y ejecutar modelos de negocios que contradicen la forma usual de hacer negocios y las nociones actuales de lo que significa ser sostenible. (Haigh, 2012). La evolución de una empresa tradicional a una empresa hibrida requieren de cambios profundos en la misión de la organización, por medio de una transformación no solo de los estilos de liderazgo y ofertas de valor, sino que de las estructuras legales que conforman la persona jurídica de la organización de manera tal que el bien común sea el pilar que potencia la empresa y, que todas las transformaciones y operaciones sean posibles de certificar por terceros autónomos sea en la plataforma de empresas B ó del EBC. Las Empresas B y la EBC tienen elementos comunes en términos de la misión y objetivos estratégicos en pos del bien común que deben ser estructurados, puntualizados y armonizados. Su homologación teórica y práctica en la investigación propuesta, potencia sus contribuciones a una nueva manera de formular estrategia empresarial en el campo de Direccion de Empresas, que no es otra cosa que incidir en la forma de pensar y enseñar a las nuevas generaciones de gerentes y directores de la empresa, es allí donde el mayor impacto debe gestionarse. Pregunta de investigación ¿Cuáles son los factores que potencian una armonización en la contribución de las Empresas B y la EBC en la creación de valor social y ambiental al bien común? Método Se propone un análisis cualitativo de dos etapas. La primera, sobre la base de una revisión de literatura comparada, se estructuran los principales fundamentos de cada una de los enfoques teniendo como factor común las acciones y objetivos que determinan el bien común: el Análisis de Impacto para el caso de las Empresas B y luego el Balance del 16 Bien Común para el caso de la EBC y se configuran conforme las hipótesis planteadas. En una segunda etapa, se conforma un marco muestral de empresas certificadas para ambos sistemas y sobre esta base se constituyen estudios de caso para cada una, que son sujetas a comparación con el instrumento generado en la primera etapa. Se obtienen los puntos coincidentes y los que no. Resultados esperados Tanto las Empresas B, como la Economía del Bien Común, ofrecen una alternativa para transformar el mundo a través de los negocios. Su planteamiento también revoluciona la manera de formular estrategia empresarial y las vías de forjar alianzas. Los resultados de esta investigación sumarizan los puntos de coincidencia de ambos sistemas en potenciar el bien común, para que puedan interactuar conjuntamente en foros distintos. Las diferencias identificadas, también permitirán identificar las razones de no coincidencia, permitiendo eventualmente la adopción de modificaciones que permitan una armonización sincronizada para los fines del bien común y nuevos campos para la investigación en Direccion de Empresas. 17 Referencias Abramovay, R., De, U., Paulo, S., María, B., Correa, E., & Sebastián Gatica, S. B. (n.d.). NUEVAS EMPRESAS, NUEVAS ECONOMÍAS: EMPRESAS B EN SUR AMÉRICA. Balaguer, H. G. V. (2014). Empresas B: ¿hacia un nuevo tipo societario? Estudios de Derecho Empresario, 3(1). Battistel, P. (2013). Una aproximación a las empresas B. Ser las mejores para el mundo. Estudios de Derecho Empresario, 2(1). Bauer, J., & Umlas, E. (2015). Making Corporations Responsible: The Parallel Tracks of the B Corp Movement and the Business and Human Rights Movement. SSRN Electronic Journal. http://doi.org/10.2139/ssrn.2650136 Boyd, B., Henning, N., Reyna, E., Wang, D., Welch, M., & Hoffman, A. J. (2008). HYBRID ORGANIZATIONS: INNOVATIONS TOWARD SUSTAINABILITY. Bridges Ventures. (2015). To B or Not To B. London. Retrieved from http://bridgesventures.com/wp-content/uploads/2015/09/To-B-or-Not-To-B-online4-spread.pdf Coen Gilbert J. (2010, December 1st ). TEDxPhilly -Jay Coen Gilbert- On better businesses [Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=mGnz-w9p5FU Cetindamar, D. (2015). Organizations with purpose: Benefit corporations. In 2015 Portland International Conference on Management of Engineering and Technology (PICMET) (pp. 28–32). IEEE. http://doi.org/10.1109/PICMET.2015.7273064 Dörrenbächer, C., & Geppert, M. (n.d.). Micro-Politics and Conflicts in Multinational Corporations: Current Debates, Re-framing, and Contributions of this Special Issue. Farber, V. A., Caballero, S., Priale, M. A., & Fuchs, R. M. (2015). Social Enterprises in Lima: Notions and Operating Models. Journal of Entrepreneurship and Innovation in Emerging Economies, 1(1), 56–78. http://doi.org/10.1177/2393957514554986 Felber, C. (2015). La economía del bien común. (Centro Español de Derechos Reprográficos, Ed.) (2da ed.). Barcelona. Retrieved from www.planetadelibros.com Freeman, R. E., Hart, S. L., & Wheeler, D. (n.d.). Corporations and Citizenship. Retrieved from www.cambridge.org 18 Groppa, O., & Sluga, M. L. (2014). Empresas para el bien común: síntesis del informe final de investigación. Buenos Aires. Retrieved from http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/investigacion/empresas-bien-comuninforme-final.pdf Haigh, N., & Hoffman, A. J. (2014). The New Heretics: Hybrid Organizations and the Challenges They Present to Corporate Sustainability. Organization & Environment, 27(3), 223–241. http://doi.org/10.1177/1086026614545345 Haigh, N., & Hoffman, A. J. (2012). Hybrid organizations: The next chapter of sustainable business. Organizational Dynamics, 41, 126–134. http://doi.org/10.1016/j.orgdyn.2012.01.006 Hall-Thompson, S., Haigh, N., & Griffiths, A. (n.d.). Understanding Corporate Sustainability. Hollensbe, E., Wookey, C., Hickey, L., George, G., & Nichols, C. V. (2014). Organizations with Purpose. Academy of Management Journal, 57(5), 1227–1234. http://doi.org/10.5465/amj.2014.4005 Kelly, M. (2009). Not Just for Profit. Reflections The SoL Journal, 10(1), 9–19. Marquis, C., Klaber, A. D., & Thomason, B. (2011). B Lab: Building a New Sector of the Economy. Roncancio-Rachid, R. A. (Rolando A. (2013). Benefit corporations: desde la primacía del accionista hacia la del bien común. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra.