Download evolución de la actividad económica: la clave del consumo
Document related concepts
Transcript
EVOLUCIÓN DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA: LA CLAVE DEL CONSUMO LAS ESTIMACIONES SOBRE LA EVOLUCIÓN DE LA ECONOMÍA ARGENTINA SE MUESTRAN NEGATIVAS PARA 2016. EN EFECTO, SE ESPERA QUE LA CAÍDA DEL PBI GIRE EN TORNO AL 2,5% EN 2016. EL ENFRIAMIENTO DE LA ECONOMÍA ARGENTINA, PRODUCTO DEL PROCESO DE RECESIÓN, HA COMENZADO A GENERAR GRAN PREOCUPACIÓN EN EL PLANO LABORAL, NO YA SOLO EN CUANTO A LA DENOMINADA “PUJA SALARIAL”, SINO – FUNDAMENTALMENTE – RESPECTO AL RETROCESO DEL CONSUMO Y A LA SECUENCIA NEGATIVA QUE CONLLEVA A LA CONSERVACIÓN DE LOS PUESTOS DE TRABAJO. EL CÍRCULO VIRTUOSO DE LA ECONOMÍA CONSISTE EN EL INCREMENTO DEL PBI POR AUMENTO DE LA CAPACIDAD DE CONSUMO, POR ENDE DE LA DEMANDA AGREGADA, LO CUAL DEBE DESENCADENAR MERCED A POLÍTICAS DE PROMOCIÓN (FUNDAMENTALMENTE SOBRE LOS PEQUEÑOS Y MEDIANOS EMPLEADORES) SOBRE LA OFERTA DE BIENES Y SERVICIOS. GOBIERNO, EMPRESARIOS Y TRABAJADORES (A TRAVÉS DE SU GENUINA REPRESENTACIÓN GREMIAL) TIENEN UN DEBER COMÚN EN EL CUAL TRABAJAR: INCREMENTAR LA CANTIDAD Y CALIDAD DEL TRABAJO, FUNDAMENTALMENTE POR EXPANSIÓN DE LA OFERTA A TRAVÉS DE LOS PEQUEÑOS Y MEDIANOS EMPLEADORES, PRINCIPALES GENERADORES DE EMPLEO EN NUESTRA ECONOMÍA Y ASÍ IMPULSANDO EL CONSUMO Y SU CÍRCULO VIRTUOSO. ACTIVIDAD ECONOMICA, CONSUMO Y EMPLEO El enfriamiento de la economía argentina, producto del proceso de recesión que se vive en la actualidad, y de las medidas económicas implementadas, ha comenzado a generar gran preocupación en el plano laboral, no ya solo en cuanto a la denominada “puja salarial”, sino – fundamentalmente – respecto al retroceso del consumo y a la secuencia negativa que conlleva a la conservación de los puestos de trabajo. Los números de la desocupación se mostraron preocupantes y comenzaron a alertar sobre su agravamiento. En efecto, la tasa de desocupación no es una variable independiente de un modelo económico, ni del comportamiento del mercado interno, y por ende, del nivel del consumo que se registra en la economía de nuestro país. EL CONSUMO, LOS SALARIOS Y LAS EMPRESAS El consumo es una de las variables más importantes de la economía de un país. Junto al gasto público, la inversión y las exportaciones netas (deducidas las importaciones), conforman la demanda agregada de un país, la cual para encontrarse en equilibrio debe ser similar a la oferta agregada del mismo. Una clave para entender la dinámica del consumo y del nivel de actividad de una economía es observando el comportamiento de una medida sintética: el Producto Bruto Interno (PBI). El PBI es la consecuencia de la relación resultante del comportamiento entre el Consumo, la Inversión, el Gasto, las Exportaciones y las Importaciones. PBI =C + I + G + (X - M) Consumo ( C ): Comprende todos aquellos bienes y servicios producidos en el año, que son adquiridos por las familias y empresas para su consumo final. Por ejemplo: un libro, un chocolate, un automóvil, los honorarios de un médico, un corte de pelo, etc. Inversión ( I ): Implica aquellos bienes adquiridos principalmente por las empresas para incorporarlos a sus estructuras productivas. Por ejemplo: una computadora, un equipo, una maquinaria, un camión, un tractor, una cosechadora, etc. SEyE |2 Un mismo bien puede estar destinado al consumo o a la inversión, dependiendo del uso que se le vaya a dar: por ejemplo, si una familia adquiere un automóvil para su uso, se trata de un bien de consumo; pero si es una empresa la que lo adquiere para su equipo de venta, entonces se trata de una inversión. Gasto público ( G ): Es el importe total de aquellos bienes y servicios adquiridos por el Estado, bien para su consumo (material de oficina, servicios de seguridad y limpieza...), bien como elemento de inversión (equipos de computación, obra pública, construcción de escuelas, hospitales, etc.). También incluye el pago de sueldos de los empleados públicos. Saldo neto del comercio exterior ( X – M ), donde: X: exportaciones y M: importaciones. Por lo tanto, es la diferencia entre lo que el país exporta al exterior (bienes y servicios) y lo que importa. Las exportaciones van con signo positivo, ya que incrementan el PBI, al ser un producto elaborado en el país, mientras que las importaciones van con signo negativo, y no es que disminuyan el PBI, simplemente se trata de compensar un importe contabilizado en consumo, inversión o gasto público, que por haber sido elaborado en el exterior no se debería incluir en el PBI. En la Argentina el PBI ronda los U$S 550.000 millones. El PBI de un país puede medirse de dos maneras diferentes, arrojando en ambos casos el mismo resultado. Es decir, puede obtenerse de la manera descripta anteriormente, que se relaciona con el “destino” que se les ha dado durante un año a los diferentes bienes y servicios producido en el mismo. O bien, por la sumatoria de todos los “ingresos” (rentas) que ha generado esa producción de bienes y servicios en la economía del mismo. En consecuencia, el PBI se conformará por la sumatoria de los distintos “ingresos o rentas” que obtengan los diferentes sectores de la economía: PBI = Salarios + Beneficios + Intereses/Rentas + Impuestos + Amortizaciones Salarios (ingresos de los trabajadores) Beneficios (ingresos de los propietarios de las empresas) Intereses, Rentas o Alquileres (ingresos de los propietarios de bienes alquilados a las empresas) Impuestos Indirectos (ingresos o rentas del Estado) Amortización / Depreciación (ingresos que percibe la propia empresa para compensar la depreciación o desgaste de sus bienes inmovilizados) SEyE |3 Como claramente puede apreciarse, existen dos elementos claves y decisivos a la hora de analizar el mercado interno de un país: el Consumo y la masa de Salarios que se inyectan en una economía, que precisamente van a sostener las cifras de tal consumo. Es decir, son la “fuerza trabajadora” de una empresa, pero potencialmente son también “clientes” de esa misma empresa. Empresa Ingreso como Cliente CONSUMO Ingreso como Salario Trabajador Por supuesto que variables como el tipo de cambio, la tasa de interés y el nivel general de precios, influyen en la conformación de la demanda agregada, y en la distribución de las rentas o ingresos entre los diferentes sectores de la economía, pero sin dudas los elementos centrales a la hora de hablar de un país desarrollado e inclusivo de todos los sectores, lo conforman justamente el consumo y los salarios de los trabajadores. Por ende, no pueden explicarse políticas encontradas entre ambos conceptos. En la Argentina actual la demora de la reactivación económica se explica sin duda alguna por el desplome del consumo. El motor más importante de la actividad económica en nuestro país es el “consumo privado”, que representa el 67% del PBI según calcularon consultoras privadas como LCG. Es decir, el valor de todos aquellos bienes y servicios producidos en el año, que son adquiridos por las familias y empresas para su consumo final. Por lo tanto, y si no hubiera modificación en el resto de las variables de la economía, con un aumento del Consumo del 10% se daría una expansión del PBI del 6,7%. Ahora bien, en nuestra economía, el consumo lejos de crecer, viene cayendo marcadamente. En junio de 2016 la caída fue del 5,9%, y esto obedece básicamente a la caída del poder adquisitivo de los salarios. SEyE |4 El salario real viene perdiendo frente a la inflación, cuya estimación anualizada alcanza cifras cercanas al 45%, mientras que los salarios promedios no se han incrementado (o incrementarán) más allá del 30%. Esto significa una pérdida de capacidad de compra para los asalariados, y por consiguiente un menor impacto en el consumo. Para poder mantener el PBI, si el consumo privado de los asalariados cae, inexorablemente el Gobierno debe acudir al incentivo de las demás variables de la ecuación macroeconómica. Y es allí donde notamos que el tan criticado déficit fiscal continúa creciendo de manera imparable, o sea, crece el “Gasto Público”, a pesar de la caída real de los salarios de los empleados públicos (importes que forman parte del gasto público). El déficit fiscal que viene incrementándose desde 2009, alcanzó su cifra récord en 2015, con un 7,37% del PBI. Sin embargo, según cifras de julio de 2016 volvió a dispararse arrojando un resultado negativo en $ 31.080 millones. Esto es un “rojo” del 109% superior al déficit de $14.867 millones de igual mes de 2015. El déficit de los siete primeros meses del año que, nuevamente sin el BCRA ni la ANSES, fue de $ 248.117 millones, un 46,3% superior al rojo de enero-julio de 2015. En síntesis, los ingresos (enero-julio 2016) aumentaron solo un 26% (por impuestos solo un 23%). Y esto se explica principalmente por la recesión económica, y se ahonda por las reducciones y eliminación de las retenciones (Derechos de Exportaciones). Por otro lado, y de manera negativa, los gastos se elevaron un 30,1%, sobresaliendo el incremento en los gastos por el pago de intereses, que insumió $101.202 millones, un 62,3% más que los $69.369 millones pagados en enero-julio de 2015. Con problemas en el consumo y en el gasto público, el Gobierno y los empresarios privados esperan un repunte de la Inversión (la 3ra de las variables macroeconómicas). Si bien la Inversión contribuye al crecimiento, lejos de lo que se piensa, la hace con muy baja incidencia, a tal punto que si la inversión crece 10%, el PBI lo haría sólo 1,7%. Respecto de los créditos y la obra pública, las políticas del Gobierno no alentaron su aporte al crecimiento hasta el momento. Las altas tasas establecidas por el Banco Central por encima del 30%, y la escasa inversión en infraestructura han transformado a este rubro en uno de los componentes menos dinámicos del gasto público en el primer semestre del 2016. La obra pública aporta 3,6% al PBI. SEyE |5 Finalmente, un rubro al cual el Gobierno nacional apostó mucho - y de hecho benefició fuertemente mediante la quita de retenciones, aranceles y una devaluación que superó el 40% - es el “Comercio Externo”, del cual se esperaba un gran aporte a la generación de valor agregado para la economía argentina. Sin embargo, el mismo resultó casi nulo porque las exportaciones son casi compensadas por las importaciones (como ejemplo crítico puede citarse a la industria automotriz). Las exportaciones no presentan un panorama alentador (a excepción de algunos productos primarios o “commodities”) pues las mismas van a estar condicionadas por un mundo en bajo crecimiento, con el principal socio comercial (Brasil) sumido en una crisis económica y política de una magnitud difícil de cuantificar. El crecimiento desmedido de las importaciones para consumo (no así la de insumos para la producción), producto de la baja o eliminación de aranceles de ingreso al país, también es una señal de alerta para el “trabajo argentino”. Es decir, productos que se fabrican en el país y su mano de obra asociada, corren riesgos de competitividad frente a productos fabricados en países sin reglas laborales claras, donde el trabajo y su remuneración rozan los parámetros de la esclavitud. Las exportaciones en julio de 2016 cerraron con una cifra de u$s 4.960 millones registrando una caída del 10,9% respecto del mismo mes del año 2015. Así, el total acumulado de exportaciones a la fecha es de u$s 32.699,5 millones, un 3,9% inferior al acumulado enero-julio de 2015. Con estos indicadores, el diagnóstico de situación es preocupante: las exportaciones bajan y las importaciones crecen fuertemente, siendo menores las de capital para la producción y mayores las que refieren a bienes de consumo finales. En julio 2016 se cerró con una importación de u$s 4.989,5 millones, prácticamente empatando con el valor de las exportaciones, registrando una caída global respecto a julio de 2015 de un 17,3%, y un acumulado del 7,7%. El total importado durante los primeros siete meses del año asciende a u$s 31.945,3 millones. Con estos datos el resultado de la balanza comercial es un superávit de sólo u$s 270,5 millones. En este contexto, la situación de la industria es clave. La caída del nivel de actividad provoca la baja de las importaciones de insumos para la fabricación y consumo. Según las cifras del propio INDEC, el Estimador Mensual de la Actividad Económica cerró el mes de junio de 2016 con una caída promedio del -4,3%. SEyE |6 De manera agregada, el PBI cayó al término del segundo trimestre del año el -3,4% en relación con igual período del año pasado, mientras que en el primer semestre el nivel de actividad cerró con un retroceso de -1,7% (debido a la retracción en la producción industrial, la construcción, la inversión y el consumo). Teniendo en cuenta los distintos indicadores que conforman en PBI, el Indec informó que la actividad industrial de junio presentó una caída de -6,4% con respecto al mismo mes de 2015, y acumuló una baja del -3,3% en el primer semestre del año. Por su parte, la construcción presentó en junio una baja del -19,6% con respecto a igual mes del año anterior, por lo que acumuló un retroceso del -12,4% durante el primer semestre. El declive no alcanzó al comercio exterior, el cual, durante el primer semestre del año, mostró un aumento del 8% en las cantidades exportadas, y del 9,1% en las importaciones. En efecto, el sector agropecuario tuvo un incremento en la actividad, con un aumento del 68% registrado en la facturación por las ventas de maquinaria destinada a dicha actividad, según los datos oficiales publicados. COROLARIO La situación socio-económica del país se presenta con graves dificultades y es bastante consensuada una estimación de que el año terminará inexorablemente con una caída del PBI que rondará el -2,5%. En efecto, las expectativas sobre el 2do semestre del año y la supuesta reactivación en ese período parecen haberse desvanecido, corriendo ahora el horizonte hacia el año 2017. En ese corrimiento hacia 2017, y aún con las tendencias de crecimiento negativas relevadas en gran parte de la economía, el Gobierno proyecta para 2017 que el nivel de actividad económica mostrará una expansión de +3,5%. Parte de esa expectativa positiva se apoya en que el Gobierno espera que las exportaciones recuperen terreno, y que la inflación se retraiga. Sin embargo, son pocas las medidas que directamente vengan a apuntalar al principal motor propulsor del mercado interno: “El Consumo”. Enfriar la economía, con el objetivo de bajar la inflación ha vuelto a ser la receta. Ahora bien, el consumo y el empleo, son la base del mercado interno. Y es allí donde los principales actores deben confluir, y pelear juntos. SEyE |7 El empleo genera mejores salarios, y lejos de ser un mayor costo para el sector empresarial (fundamentalmente para los empleadores), implica “clientes potenciales” con mayor capacidad de compra de las mercaderías, productos y/o servicios que esas mismas empresas fabrican, prestan o comercializan. Vale recordarlo una vez más, el consumo (el valor de todos los bienes y servicios producidos en el año, que son adquiridos por las familias y empresas para su consumo final) es la variable macroeconómica que más aporta al PBI de Argentina. Implica el 67% del mismo, por lo cual las medidas más sensibles para la reactivación deberían apuntar allí, obviamente con el resguardo necesario para que el impacto no vaya a parar a los precios. El mundo empresarial debe comprender que su mejora en los costos de producción no pasa por disminuir salarios o el volumen de empleados, así sólo estaría disminuyendo o eliminando capacidad de consumo, vale decir, demanda de los mismos productos que fabrica. El círculo de ajuste, enfriamiento y achicamiento del mercado interno es un círculo vicioso, que en el corto plazo desencadena en una grave desocupación, con sectores que lamentablemente quedan excluidos del consumo, y por ende, caen en la marginalidad social. El círculo virtuoso de la economía consiste en el incremento del PBI por aumento de la capacidad de consumo, por ende de la demanda agregada, lo cual debe desencadenar merced a políticas de promoción (fundamentalmente sobre los pequeños y medianos empleadores) sobre la oferta de bienes y servicios. El Gobierno debe esforzarse por incrementar la “torta productiva de bienes y servicios” promocionando el incremento de la oferta de los mismos, y favoreciendo la demanda interna a través del incremento del poder adquisitivo de los asalariados. Gobierno, Empresarios y trabajadores (a través de su genuina representación gremial) tienen un horizonte común en el cual trabajar: incrementar la cantidad y calidad del trabajo, fundamentalmente por expansión de la oferta a través de los pequeños y medianos empleadores, principales generadores de empleo en nuestra economía. Este debe ser el desafío, el empresario pensando que su empleado debe mejorar permanentemente su poder adquisitivo, pues sin dudas se transforma de manera automática en un cliente de más calidad y poder de compra. SEyE |8 Este horizonte es el del desarrollo económico de las sociedades, las cuales no deben solo apuntar al crecimiento de su PBI (crecimiento económico) sino al desarrollo sustentable de su mercado interno, vale decir, sociedades integradas, con alto poder adquisitivo, sin nichos de marginalidad y una equitativa distribución del ingreso nacional. FUENTES: FONDO MONETARIO INTERNACIONAL (2001). Evolución económica mundial en el ejercicio 2001, Abril 2001. Washington DC: Fondo Monetario Internacional (FMI). FONDO MONETARIO INTERNACIONAL (2015). Perspectivas de la economía mundial, Ficha técnica, Abril 2015. Washington DC: Fondo Monetario Internacional (FMI). FONDO MONETARIO INTERNACIONAL (2015). La respuesta del FMI a la crisis financiera mundial. l, Octubre 2015. Washington DC: Fondo Monetario Internacional (FMI). FONDO MONETARIO INTERNACIONAL (2016). Perspectivas de la economía mundial. Enero 2016. Washington DC: Fondo Monetario Internacional (FMI). INDEC (2016). Informe de Avance del Nivel de Actividad. Septiembre 2016. Buenos Aires: INDEC. SEyE (2014). Evolución de la Actividad Económica. Boletín Digital. Buenos Aires: FAECYS. SEyE (2015). Evolución de la Actividad Económica. Boletín Digital. Buenos Aires: FAECYS. SEyE |9