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EL ISLAM, ORIENTE Y OCCIDENTE Historia y Perspectiva Introducción «La piedad no consiste en que orientéis vuestros rostros hacía el oriente o hacia el occidente, sino en creer en Dios, en el Día del Juicio, en los ángeles, en el Libro, en los Profetas, e invertir en caridades, por amor a Dios, a los parientes, a los huérfanos, a los necesitados a los viandantes y a los mendigos» (El Sagrado Corán, 2:177). Introducción Desde medios de comunicación y en la voz de algunos de los líderes del planeta, se presenta a la relación entre Islam y Occidente como un enfrentamiento. Los argumentos que se exhiben se relacionan con el hecho de que poseer culturas, religiones y valores diferentes a los que profesamos día a día implica un conflicto. Así la tesis del "choque de civilizaciones", presenta un mundo dividido en regiones culturales, donde esta identidad está dada por diversas formas, étnicas, históricas religiosas, etc. Vale destacar en este punto, que esta división en regiones culturales muestra singularidades que llaman la atención, como en nuestro caso en particular de argentinos, en señalar a nuestro país fuera del esquema de occidente. Desde la caída del muro de Berlín, muchas políticas se han articulado para presentar al Islam como un posible enemigo de la civilización occidental. A tal fin se han comenzado a utilizar términos que por su repetición constante e indiscriminada desde medios masivos, son ligados rápidamente a Islam, como terrorismo islámico, fundamentalismo islámico, células dormidas, integrismo islámico, guerra preventiva, eje del mal, nueva cruzada, oriente versus occidente, violencia islámica, terror de origen islámico, asesinatos selectivos, etc. Cabe acotar en este punto que un análisis razonado de la construcción de estos calificativos pierde fuerza rápidamente: fundamentalismo e integrismo son ideas ajenas al Islam, por historia y significado diferente a lo que representan en la doctrina Islámica. El fundamentalismo es una denominación que se aplicaba a los grupos religiosos protestantes surgidos en Estados Unidos a finales del siglo XIX. Estos grupos proponían una interpretación literal de la Biblia y se denominaban así mismo fundamentalistas. Una de los motivos principales de su advenimiento fue una acérrima oposición al darwinismo. Esta palabra hoy se liga al Islam, inclusive por la definición que otorga del término la Real Academia Española, quien también actualiza el idioma por uso, y cae así 5 en la trampa mediática, no siguiendo un método razonado y veraz para la actualización de nuestra lengua. El concepto de célula dormida es por cierto una perversión que pone bajo sospecha a 1.400 millones de personas en el mundo. Hablar de guerra preventiva es un sinónimo de "guerra por las dudas", lo que equivale a "matar por las dudas", un principio contrapuesto a toda norma moral o ética. El mal uso de estos términos generaliza la confusión y contribuye a fundar dudas. No se puede hablar de terrorismo o violencia de origen islámico, ya que no hay nada dentro de esta doctrina que anime a sus fieles a realizar actos de esta naturaleza. Los actos delictivos como terrorismo o cualquier manifestación de violencia que ponga en juego vidas humanas, no son desde ningún punto de vista asociables al esquema religioso que presenta el Islam, son hechos cometidos por personas, y por lo tanto deben ser condenados como tal, y no relacionarlos al pensamiento religioso. Alguien podría afirmar que a veces la violencia desatada es pretendida desde elementos islámicos. Pero la pregunta es ¿Se puede reivindicar desde una doctrina algo prohibido por dicha doctrina? En este trabajo vamos a analizar cómo fueron algunas de las relaciones entre Occidente y el Islam, sus intercambios, enriquecimiento mutuo y disputas. Las relaciones del Islam con occidente en la historia La verdad histórica ofrece muchos puntos de vista. Ante un mismo hecho histórico podemos encontrarnos con variantes que muchas veces expresan hasta principios contrapuestos en el análisis del hecho. También, y por la carencia de elementos, se conjetura acerca de determinadas situaciones. Desde el advenimiento mismo del Islam hubo encuentros y desencuentros con occidente, como en toda relación protagonizada por seres humanos. Desde su amanecer, los fieles musulmanes fueron una civilización en movimiento. Desde el principio doctrinal que indica al creyente peregrinar una vez en la vida hasta la Ciudad de Meca hasta el rápido crecimiento del imperio islámico en sus albores, hubo una característica inherente a la civilización islámica relacionada con el viaje y todo lo que este implica. Dada la vasta y rápida expansión de su imperio, los musulmanes se pusieron en contacto con cantidad de pueblos y culturas distintas a la propia. Para dar una idea, hacia el año 750, existía presencia islámica desde España hasta China. Con esta expansión los intercambios comerciales terrestres y marítimos se multiplicaron: rutas de caravaneros recorrían enormes distancias y barcos cinglaban el Mediterráneo, el Índico y el Mar Negro. Todo este movimiento generó múltiples contactos. Como 6 prueba de esto último legamos amplias crónicas de viajeros, comerciantes, embajadas e historiadores que nos muestran los múltiples contactos que existieron desde el mismo nacimiento del Islam y occidente. El Ándalus En menos de 100 años luego de la muerte del Profeta Muhammad (PyB), el Islam se extendía desde la India hasta la Península Ibérica: el motor de esta rápida expansión fue sin duda alguna la revelación del Corán. Los musulmanes llegaron a España en el Occidente y a las fronteras de la India en el Oriente en el año 711 y hacia el 750 controlaban la mayor parte de la península. Podríamos decir que este fue uno de los primeros contactos con el occidente actual. Desde la revelación del Libro Sagrado, el musulmán siempre tuvo presente la existencia de las anteriores manifestaciones monoteístas, y el libro sagrado del Islam otorga una perspectiva en referencia a judíos y cristianos es decir, los pueblos que agraciados por el Creador recibieron el mensaje divino antes del advenimiento del Islam a través de los Profetas y las escrituras sagradas. Hubo ocho siglos de presencia islámica en la Península (llamada en árabe al-Ándalus), divididos en diferentes períodos, desde el Califato Omeya hasta el Sultanato Nazarí, hubo momentos de gran intercambio y producción científica, filosófica, arquitectónica e influencias en los ámbitos espirituales. Una de las consecuencias más emblemáticas de esta cultura de al-Ándalus fue sin duda la Escuela de Traductores de Toledo. El sultanato de Granada, el último enclave islámico, duró hasta 1492. La influencia de la civilización hispanomusulmana, se proyectó luego al nuevo mundo. El Califa Abbasi y Carlomagno La Ciudad de Bagdad era la sede del Califato Islámico de la Dinastía Abbasi. Desde allí partió una embajada a la Coronación del Emperador Carlomagno, durante el reinado de Harun Al Rashid. Los embajadores recorrieron miles de kilómetros para llegar a la coronación del Emperador de Occidente a cargo del Papa Leon lll. Presentaron diferentes regalos como muestra de amistad y buena voluntad, entre los que se encontraba un elefante que desfiló en lugares que hoy son parte del territorio alemán. También llevaron un ajedrez, camellos, especias, un reloj, incienso, perfumes y un instrumento musical similar a un órgano. Pero lo más emblemático de esta misión fue sin duda la entrega de las llaves del Santo Sepulcro y el Símbolo de Jerusalén. 7 Ibn Ÿubair, un viajero que testimonia sobre Sicilia Cuando Sicilia dejó de estar bajo el predominio islámico, podemos hablar de una actitud parecida a la que tomaron en referencia a los musulmanes Alfonso EL Sabio y Pedro el Ceremonioso. Los reyes normandos generaron un gobierno tolerante, y bajo su auspicio los arquitectos musulmanes dirigieron y crearon una gran cantidad de construcciones en todas las ciudades de la isla. Cuenta Ibn Ÿubair, quien a la vuelta de su peregrinación a la ciudad santa del Islam, llega a Palermo en el año 1184: «La más hermosa de las ciudades (de Sicilia) es la sede de su rey (Guillermo II), los musulmanes la llaman al-Madina (la Ciudad) y los cristianos la conocen como Balarma (Palermo). En ella está la residencia de los musulmanes urbanos, tienen allí mezquitas, y los mercados que les están reservados en los arrabales son numerosos (...) La actitud de este rey es admirable en lo concerniente a la bondad de su conducta y al empleo de musulmanes (...). Él tiene plena confianza en los musulmanes, confía en ellos sus negocios e importantes oficios, hasta el punto que el intendente de su cocina es un hombre musulmán. Tiene una tropa de negros musulmanes bajo el mando de un jefe salido de entre ellos. Sus visires y chambelanes también son musulmanes (...) Una de las admirables condiciones que de él se cuentan es que lee y escribe el árabe (la lengua de los normandos era el francés) y que, según lo que nos manifestó uno de sus servidores privados, su fórmula de validación es: Alabado sea Dios, Creador del Universo (pasaje coránico)». Un párrafo sobre las Cruzadas No podemos abordar en este trabajo de manera exhaustiva ese complejo período que históricamente representan las Cruzadas. Por otra parte cada una de ellas tuvo connotaciones particulares y consecuencias distintas. Sin duda la incidencia de las mismas en la historia posterior fue profunda. Podemos decir que en el espacio que tuvieron lugar estas guerras inhibió por siglos el crecimiento de la mutua y objetiva apreciación del otro. Salvo en excepciones los bandos que se encontraron en la contienda no pudieron beneficiarse de la experiencia del otro. Un estudio profundo de las Cruzadas vistas por uno u otro bando identifica muchos móviles que nada tienen que ver con el ámbito religioso. San Francisco de Asis y el Sultán Malik al-Kamil Un acontecimiento que nunca deberíamos perder de vista, es el encuentro que mantuvieron Francisco de Asis y el Sultán Malik Al-Kamil, 8 nieto de Salahuddin Al-Ayyubi (Saladino). Esta reunión se produjo en medio de la guerra consecuencia de la quinta Cruzada (1218-1221), y según narran los cronistas de época, se desarrolló en los mejores términos: fue un acercamiento histórico que dejó una profunda huella. Prueba de esto es que existe una presencia franciscana entre los musulmanes desde hace más de casi ocho siglos. Brevemente y para situarnos en contexto histórico podemos señalar lo siguiente: en 1187 el sultán Saladino anunciaba que Jerusalén había sido restituida, pero que dejaba a los cristianos el Santo Sepulcro y otras iglesias, respetando el decreto del Califa Omar Bin Al-Jattab. Honorio III, proclama la V Cruzada y en septiembre de 1218 Llega a Damieta Pelagio Galván, para ponerse al frente del ejercito en nombre del Sumo Pontífice. En 1219 el Sultán al-Kamil propone un tratado de paz, qué es rechazado por el Cardenal español Pelagio. Ese mismo año llega Francisco de Asís al campo de los cruzados prediciendo la derrota europea. Luego de su fracaso en la gestión emprendida en la prédica de la paz, Francisco intenta el encuentro con los musulmanes, sin ningún legado especial de la Iglesia y con la única prerrogativa de ser un seguidor de Jesús (P). Para establecer un cuadro de situación es necesario esbozar un panorama acerca de la visión del otro que tenían el Sultán y San Francisco. El entonces Sultán de Egipto Malik al-Kamil, según cronistas de la cristiandad posteriores. era "un hombre justo y no el sultán feroz que presentaban los documentos cristianos". También era un gobernante de profunda comprensión religiosa. En el marco del Islam esto implica conocimiento de las fuentes originales, es decir el Corán y la Tradición Profética, y podemos decir que actuó en consecuencia. Existe una visión islámica de los temas relacionados con el Cristianismo, no sólo desde el punto de vista teológico sino también en como ve el Islam a los cristianos, "la gente del Libro". Esto último es demostrable, simplemente a través de los versículos coránicos: El Sultán acepta recibir a los frailes y dialogar con ellos en virtud que San Francisco y los suyos traían una propuesta de paz: «Y si ellos se inclinan hacia la paz inclínate tu también hacia ella, y encomiéndate a Dios porque es Omnioyente, Sapientisimo» (Sagrado Corán, 8:61). Los cronistas árabes dicen también que un consejero del Sultán, Muhammad Ibn Ibrahim al-Farisi al ver el atuendo que usaba Francisco lo asoció con el de los ascetas musulmanes, "ya que el mismo era de lana burda" (as-suf). Francisco se presenta como un monje cristiano al servicio de Dios, cuestión que desde el punto de vista islámico merece la siguiente consideración revelada en el Sagrado Corán: «..hallarás que quienes están más próximos del afecto de los creyentes los que dicen en verdad somos cristianos, porque tienen sacerdotes y monjes que no se enorgullecen» (Sagrado Corán, 5:82). 9 Y San Francisco era un testimonio vivo de esto. Durante la permanencia de los frailes en el campamento musulmán, fueron varios los encuentros entre Francisco y el Sultán. Al concluir la visita el gobernante le ofreció regalos como muestra de cortesía. Francisco sólo aceptó un cuerno de marfil tallado que aun se conserva en la Basílica de San Francisco de Asis. Según un cronista, Ángel Clareno (1247-1337), él mismo había obrado de salvoconducto. Luego de que se cumpliera el vaticinio de San Francisco en cuanto a la derrota de los cruzados en Damieta, se recogieron testimonios por demás emblemáticos en cuanto al Sultán y su actitud hacia los cristianos: Uno de los jefes de la cruzada Juan de Brienne, quien se unió a los hermanos menores franciscanos antes de morir, lloró de emoción por el buen trato que recibieron por parte de las tropas egipcias comandadas por el Sultán, cuando fueron apresados y posteriormente liberados luego de la derrota de Damieta. Podemos mencionar también algunos otros hechos y puntos de encuentro entre musulmanes y franciscanos: El gobernante marroquí Mulay Ismael, antepasado de la actual dinastía que gobierna Maruecos, es calificado por historiadores cristianos como el mayor protector de los franciscanos, ya que les otorgó privilegios con los que no contaban en algunas naciones europeas. El sultán promulgó dos dahires (decretos con fechas 20 de diciembre de 1711 y julio de 1714) en los que se decretaba formalmente "la pena máxima contra todos aquellos que se atrevieran a molestara los cristianos o insultarlos." El encuentro entre Francisco de Asís y el Sultán Malik al-Kamil, se puede analizar desde múltiples puntos de vista. En medio de una verdadera contienda como fueron las Cruzadas, libraron su propio “jihad”. Este concepto en el Islam lejos de estar relacionado con la idea de "guerra santa", significa esfuerzo por la causa de Dios: es la lucha que día a día realiza el creyente para vencerse así mismo, vencer a sus pasiones y en definitiva, "buscar más comprender que ser comprendido". Francisco se opuso a la cruzada, con todo el riesgo de lo que esto implicaba y prefirió el diálogo, definiendo para su punto de vista como debía ser el mismo en el documento "Regla no Bulada". Malik al-Kamil lo aceptó dentro del marco del Islam «Nada de imposición en cuanto a la religión» (El Sagrado Corán 2:256) y también «Oh gente del libro, venid y comprometámonos en que no adoraremos sino al Dios, y no le atribuiremos nada, y no nos tomaremos los unos a los otros como amos en vez de Dios» (El Sagrado Corán, 3:64). Vale destacar en cada uno de los actores de esta historia la búsqueda del diálogo sin la necesidad de renunciara la propia identidad. 10 La Ilustración Durante el reinado de Luis XIV, el Islam despertó gran curiosidad en Francia. De hecho la corte de este rey generó varios intercambios de embajadas con los gobernantes islámicos de Persia, Turquía y con los soberanos mogoles de la India. El mundo del Islam era un espacio misterioso. En esa época hubo presencia e imágenes del oriente que se manifestaron como una especie de moda, plasmadas en la aparición de personajes de características árabes o turcas. Así en la obra de Moliere, Montesquieu y otros se incorporan personajes con características islámicas, algunas reales y otras producto de la imaginación propia del artista. En ese mismo siglo comienzan los primeros estudios. El conocimiento del mundo otomano y de Irán fue ampliado también en el siglo XVII por obra de algunos viajeros como Pietro Della Valle (1586-1652), llamado Oleanus, que llevó a cabo las primeras traducciones persas al alemán. Entre los siglos XIV y XVI comienzan las publicaciones europeas acerca del mundo islámico, y se fundan en las universidades las primeras cátedras acerca de Lengua y estudios arabo-islámicos. La primera enciclopedia que reviste un carácter objetivo y basada en fuentes árabes, turcas y persas, acerca de cultura islámica fue publicada en Francia en 1767. Hasta el momento la mayoría de los trabajos hechos en Europa revestían la característica de polémicas y refutaciones a la doctrina islámica. No podemos dejar de mencionar el interés que despertó en Europa la literatura oriental a partir de la traducción, por parte de Antoine Galland de las Mil y una Noches. Si bien Galland le agregó al texto sus apreciaciones personales adaptándolo a su época, fue punto de partida para otras traducciones que inmortalizaron la obra, cuya belleza literaria es más apreciada hoy en occidente que en oriente. A las puertas de Viena A pesar de haberse multiplicado los contactos entre oriente y occidente, en Europa reinaba un clima de sospecha y reticencia hacia sus vecinos de Oriente. De hecho el imperio Otomano era visto como un gigante capaz de avanzar sobre Europa. Luego de la derrota de los turcos en la murallas de Viena en 1683 esta visión empezó a cambiar, ya que fue amplia su repercusión en el mundo cristiano. Aunque el "enemigo turco" aun era poderoso, Europa había comenzado hacía un tiempo a ser un gigante tecnológico y económico. Es a través de las misiones comerciales de las potencias europeas, especialmente Inglaterra y Holanda, en donde se empiezan a entremezclar las economías. 11 Napoleón en Egipto El 1 de julio de 1798 el general francés desembarcó en Egipto e invadió Alejandría. Permaneció en oriente por más de un año combatiendo incluso en Siria y Palestina. El 12 de julio de 1799, lanzó a los egipcios una proclama en donde la consigna revolucionaria francesa, Libertad, Igualdad y Fraternidad se mezclaban con exhortaciones en el nombre del "verdadero Islam". Podemos decir que la egiptología y el estudio moderno de las cruzadas nacen a partir de la invasión napoleónica. El paso de Napoleón por Egipto fue fugaz, y en la opinión de algunos autores se llevó consigo una gran impresión del Islam, en la convicción que éste y los ideales revolucionarios eran convergentes y compatibles. Existen grabados de la época que muestran desfiles de las tropas de Napoleón en homenaje al Profeta del Islam. El período colonial Europa empieza a proyectarse sobre el mundo Islámico. La expansión de los intereses coloniales, la "misión" de llevar la libertad política, el progreso civil, social y tecnológico fuera de Europa, fue la justificación para las expediciones militares asiáticas y africanas. Así Argelia, Túnez, Libia, Marruecos, Siria, El Líbano, Palestina, Irak fueron anexados como colonias o protectorados, con todo que esto implica. No es hasta entrado el siglo XX que estos países vuelven a tener autonomía. Este período dejó muchas bajas y un impacto profundo en los países islámicos, que van desde la modificación del contexto geopolítico incluida la creación de nuevos estados hasta la inserción de nuevas pautas culturales. En los ejemplos anteriores hemos hecho un repaso histórico somero de algunas de las relaciones que existieron entre el Islam y occidente. Son pasibles de ser enumeradas muchas más, a la vez de ser extendidas las presentadas, en especial a la España islámica, a las cruzadas y al período colonial, para lo cual al final del texto indicaremos bibliografía recomendada. Hoy Al entrar en el mundo actual podemos decir que el término occidente no cobra el mismo significado que tenía en nuestras exposiciones anteriores. El término se amplia hacia América y no es exactamente un sinónimo de cristiandad como se podía evaluar en términos del medioevo. Tampoco los musulmanes pueden dividir al mundo como en a antigüedad y hablar de un lugar específico para el Islam como era el Dar al Islam" de mayoría musulmana, ya que existen importantes comunidades islámicas 12 en Europa y en América. Como sostiene el medievalista italiano Franco Cardini en virtud de la historia, «no podemos considerar a la europea y la musulmana como caras distintas de una sola civilización, sino que hay que entenderlas como civilizaciones diferentes pero ricas en áreas de presencia conjunta y de convivencia, y dotadas de una común y profunda raíz euroasiática, helenística y mediterránea. Los acontecimientos del 11 de Septiembre de 2001 y sus consecuencias han llevado a demasiados políticos, intelectuales y creadores de opinión tanto occidentales como musulmanes- a situarla relación occidente e Islam en términos de contraposición, e incluso de choque de civilizaciones, empleando la expresión de Samuel Huntington. Ante estas tesis aberrantes, ante esta ventolera de locura que amenaza con levantar una tormenta de odio y de violencia, parece oportuno reflexionar serenamente sobre las razones históricas que permiten, en cambio, una interpretación de las relaciones entre Europa y el Islam en términos de convivencia e integración». Indudablemente vivimos en una etapa de cambios. El día a día del mundo moderno no es precisamente el deseo que anhelan la mayoría de los hombres. En los últimos años presenciamos una escalada de violencia inusitada a través del terrorismo y de la invasión de países violando la normativa internacional de la manera más impune. Como siempre en la historia no escapa a estas contiendas la lucha por la apropiación de recursos. De alguna manera establecimos un valor discriminatorio para la sangre, ya que pareciera ser que el mundo, por lo menos el de la información, no siente con el mismo dolor a todos los protagonistas. También es una deuda de nuestro mundo moderno aportar soluciones para la resolución de conflictos que perduran a través de los años como el palestino-israelí, y más cerca Irak y Afganistán. De alguna manera y de cómo resulten las conclusiones de estos conflictos, se perfilará la moral y la justicia que prevalecerá en los años venideros. Un detalle que debemos tomar en cuenta a la hora de resolver estas situaciones es el que nos aporta la historia en cuanto a que ninguna propuesta de paz ha culminado exitosamente sin intervenir en la misma la verdad, ¡ajusticia y el respeto por los anhelos de los hombres involucrados. El rol de las religiones La fe monoteísta del mundo, debe jugar un rol preponderante en el camino hacia el entendimiento humano. Las religiones, como una medicina del alma, deben mostrar lo mejor de sí para seguir siendo la alternativa que permite al hombre transitar el camino de equilibrio entre lo material y lo espiritual. En el espacio religioso no hay lugar para la dicotomía oriente versus occidente, ni este versus oeste, la única dirección posible en esta dimensión es la que pone todos sus esfuerzos en la práctica de la piedad, 13 la misericordia y el entendimiento, con la firme convicción de que el otro es un semejante. Las religiones tienen una gran responsabilidad en la historia ya que al ser depositarias del mensaje divino, se remiten a una instancia superior, y esa remisión, es la que de alguna manera pone límites a la aceptación de doctrinas de origen dudoso que niegan al hombre cualquier posibilidad de trascendencia más allá de la vida mundanal. No es casual que hoy en día surjan movimientos o personas que se rotulen directamente como antirreligiosas, en el argumento que la creencia en Dios no es más que mito, y que en realidad las religiones han generado sólo enfrentamientos en la humanidad. Si bien es cierto que hubo choques, en realidad la mayoría de ellos comenzaron cuando muchos hombres en lugar de ponerse al servicio de Dios, pusieron a Dios a su servicio. La moral y la ética de la fe son sin duda una pauta de reconciliación. El diálogo Tanto oriente como occidente en sus diferentes manifestaciones, con especial énfasis en las religiosas, deben articular instancias de diálogo. Este diálogo debe surgir de la verdadera intención, ya que sabemos positivamente que estas instancias no se desprenden solamente de un tratado o un convenio, sino más bien de la voluntad de las partes. La referencia que hacemos al especial énfasis del rol de los credos en el tema del diálogo, es que está a la vista que las religiones han encontrado los mecanismos necesarios para dialogar. Si bien este camino no se encuentra en el mismo estado en todo el mundo, las diferentes experiencias demuestran que es viable, efectivo y por demás emblemático. En muchas partes del globo se han generado manifestaciones del tipo interreligioso, en la cual se expone y se propone acerca de la problemática del planeta. A diferencia de los análisis eminentemente técnicos, económicos o políticos, con sus intereses determinados en uno u otro sector, la visión religiosa se concentra en el bienestar de los hombres en su conjunto. En este sentido podemos citar las palabras de Monseñor Michael Luis Fitzgerald, Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo interreligioso en referencia al diálogo del cristianismo con el Islam: «... Tanto el cristianismo como el Islam tienen una manera de ver que es universal. Se sienten llamados a expandirse, y realmente se han difundido, en la mayor parte del mundo. Y así cristianos y musulmanes se relacionan cada vez más. Si en el pasado el mundo se consideraba dividido en bloques religiosos, el mundo cristiano por un lado y el mundo islámico por otro, esto ha dejado de ser verdad. Ciertamente, nunca ha sido verdad para las comunidades cristianas pre-islámicas que siguen existiendo hasta hoy en el mundo árabe. Sin embargo, hay muchos más contactos que antes por el movimiento de poblaciones; tanto permanente 14 como temporal (...). Ciertamente es una ventaja para todos, para los cristianos como para los musulmanes, pero también para las sociedades a las que pertenecen, que puedan, vivir juntos amigable y pacíficamente. Esto exigirá constantes esfuerzos. Para asegurar un espíritu de buena vecindad será preciso llegara un mayor conocimiento de las tradiciones culturales y religiosas de los diversos grupos. Esto supone una atención a las dimensiones interculturales e interreligiosas de la educación y significa enseñar el respeto por las diferencias. Este respeto implica, además, crear posibilidades para que se cumpla con el derecho a la libertad religiosa, que no es simplemente el derecho a seguirla propia convicción personal, sino también el derecho a expresar públicamente la fe como miembros de una comunidad». Multiplicar del diálogo en diferentes órdenes es apostar por el entendimiento. Para lograrlo es necesario reconstruir la imagen que tenemos del otro. Ni occidente ni oriente son un todo homogéneo, pretender esto es caer en una actitud simplista que nos dará una idea alejada de la realidad. Comprender, para que así el tránsito de Oriente y Occidente no sea de contradicción, rechazo o indiferencia, sino que se edifique sobre una base de respeto y enriquecimiento mutuo, recordando que las consecuencias de la diversidad las sufrimos los humanos desde siempre, y a pesar de todo, lo común nos identifica cada vez más. El mundo ha acortado como nunca sus distancias. La era de la múltiple comunicación y la súper tecnología debe ser acompañada con una visión humanista proporcional al grado de avance, entendiendo que el devenir de la condición humana está comprometido en términos de clara responsabilidad que afectan a nuestra vida cotidiana en cualquier rincón del planeta. Cambiar la percepción social, las imágenes prejuiciosas, seleccionar la información que consumimos nos hará crear un ambiente armónico. El diálogo entre culturas será sin duda el elemento que dará vuelta la página de la historia y le pondrá un título nuevo a la cuestión "Oriente versus Occidente", para redefinirla por el bien de la humanidad, y rotularla "Oriente Y Occidente". Desde el Islam se proclama: «¡Oh Humanos!, ciertamente os creamos de un hombre y de una mujer y os dividimos en naciones y en pueblos para que os reconozcáis. Por cierto que el más honrado de ustedes ante Dios es el más piadoso» (El Sagrado Corán, 49:13). 15