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La Tierra se calienta. Los hielos se derriten. Y no es ciencia ficción. El clima está cambiando aceleradamente por culpa del ser humano. Los efectos, ya irreversibles, pueden ser devastadores si no pasamos a la acción. El peor enemigo del hombre por OLALLA CERNUDA Pavorosas sequías en África —con sus correspondientes hambrunas—, desaparición de especies, inundaciones en Centroeuropa y Asia, huracanes en el Caribe, tifones en Asia, escasez de nieve en los Alpes, deshielo en el Himalaya y los polos... Desde hace años, los científicos ven un claro culpable detrás de buena parte de los males que asolan el planeta: el hombre. La actividad humana está generando año a año un incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero, que provocan el progresivo e imparable aumento de las temperaturas del planeta. Intentar mitigar sus efectos está en nuestra mano, pero aún queda mucho por hacer, y los efectos del calentamiento global son ya inequívocos e imparables. Pero si la situación es mala ahora, el futuro no se nos depara agradable. Los últimos informes científicos son incuestionables: la Tierra se ha calentado durante los últimos 100 años 0,74 grados centígrados, y lo seguirá haciendo a un ritmo de 0,2 grados por década. Y en la atmósfera la situación no es mucho mejor: hoy en día la concentración de dióxido de carbono es la más alta de los últimos 650.000 años, y la concentración de gases de efecto invernadero alcanza las 379 partes por millón, y subiendo. «Es el mayor problema de la Humanidad», dicen ahora los mandatarios mundiales, dispuestos a subirse a un carro, el de la lucha contra el calentamiento del planeta, al que no prestaron ninguna atención en las últimas décadas. Para que el esfuerzo comience a ser fructífero, falta la implicación de un gigante, EEUU, que emite él solo el 25% de los gases contaminantes del mundo, y Bush no parece por la labor de hacerlo. En España, en los últimos años el Gobierno parece hacer concienciado a las distintas administraciones de que hay que hacer algo ya, no en vano somos el país de la Unión Europea que está más lejano de cumplir los objetivos de Kioto. Mientras el Ejecutivo anuncia medidas como la incentivación del uso de energías renovables, el transporte marítimo y a pie, los científicos alertan: de seguir así, el futuro nos deparará sequías aún más prolongadas y frecuentes, aumento de temperaturas y más episodios de fuertes tormentas. Reducir los gases de efecto invernadero por OLALLA CERNUDA El Protocolo de Kioto es un pacto firmado por los gobiernos en la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático celebrada en la ciudad japonesa de Kioto en 1997. Los firmantes se comprometían a reducir, entre los años 2008 y 2012, en un 5,2% la cantidad de emisiones a la atmósfera de gases contaminantes que emiten los países industrializados y que son los causantes del efecto invernadero: el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso, el hidrofluocarbono, el perfluorocarbono y el hexafluorocarbono de azufre. Pero para que el pacto se aplicara aún tuvo que pasar mucho tiempo. En la Cumbre de 1997, los países acordaron que el Protocolo entrara en vigor 90 días después de que lo hubieran ratificado al menos 55 países cuyas emisiones representaran el 55% de las emisiones contaminantes del planeta. Ese momento llegó al ratificarlo Rusia, el 5 de noviembre de 2004. Kioto entró en vigor el 16 de febrero de 2005. A día de hoy, las naciones que han ratificado Kioto son 141, y emiten el 61,5% de los gases de todo el planeta, aunque entre ellas hay dos ausencias muy significativas: EEUU, país culpable de la emisión del 25% de los gases contaminantes del mundo, y Australia. Según Kioto, cada una de las naciones firmantes debe alcanzar un objetivo distinto de reducción de gases de efecto invernadero. A la UE le corresponde una reducción del 8% — a los 15 países miembros antes del 1 de mayo de 2004— y, según el reparto interno de cuotas entre los socios, España podía —cuando se firmó el Protocolo— aumentar sus emisiones un 15% respecto a lo que emitía en el año 1990. Pero los números están muy lejos de la realidad. En la actualidad, nuestro país supera ya en un 52% las emisiones que producía hace 17 años y el propio Ministerio de Medio Ambiente ha advertido de las graves consecuencias que tendrá el cambio climático en España. Uno de los aspectos más criticados de este Protocolo es que incluye una cláusula que permite a los países comprar o vender su cuota de emisión de gases, es decir, vender sus excendentes si consiguen reducir más de lo que tienen comprometido, o comprar a terceros emisiones si los sobrepasan. Es lo que se denomina Mercado de Emisiones, en el que el precio de la tonelada de CO2 fluctúa, en función de la demanda y la oferta, entre los 5 y los 35 euros. En España —y en el resto de los países de la Unión Europea—, el Gobierno ha repartido las cuotas máximas de emisión de gases contaminantes en cada sector industrial, de acuerdo con un Plan Nacional de Asignación (PNA) de emisiones, que prevé fuertes sanciones para quienes lo incumplan, así como mecanismos de compensación. Agujero de ozono a En realidad, no existe un agujero como tal. Se llama así a la zona de la atmósfera donde la cantidad de ozono es muy inferior a la media. De forma natural, el 'agujero' crece y disminuye todos los años con las estaciones (el frío favorece su desaparición y el calor su reaparición), pero los cloroflurocarburos (CFC) —productos químicos utilizados como componentes de aerosoles, refrigerantes y otros líquidos a presión empleados en automóviles y maquinaria— y otros gases de efecto invernadero como el CO2, en contacto con las bajas temperaturas, han provocado una destrucción 'adicional' en la capa de ozono que ha alcanzado niveles irrecuperables. En la Antártida, la pérdida asciende al 70%, mientras que en el Ártico sólo alcanza el 30%. La capa de ozono, que actúa como filtro de los rayos ultravioleta, es imprescindible para la vida en la Tierra. CO2 c Gas de efecto invernadero procedente, en su mayoría, de la quema de combustibles fósiles (carbón y petróleo fundamentalmente). Su incremento tiene relación directa con la evolución industrial —desde 1750, la concentración de dióxido de carbono ha aumentado más de un 30%— y sus efectos son más que nocivos para la salud del planeta. Junto a otros gases de efecto invernadero, el dióxido de carbono se concentra en la atmósfera formando un manto que atrapa el calor y que provoca el calentamiento de la Tierra. En la ciudad de Linfen (China), el punto más contaminado del planeta, la mortalidad es un 30% más alta que en el resto de China. Disminuir las emisiones de CO2 fue el gran objetivo del Protocolo de Kioto, aunque los resultados no han sido los esperados —EEUU, responsable del 25% de las emisiones, rechaza Kioto por intereses económicos—. Aunque se consiga frenar la emisión de este gas, sus efectos aún se notarán durante siglos. Deshielo y desertización d Deshielo Glaciares y polos han perdido gran parte de su nieve y de su hielo por el calentamiento de la Tierra. Los pronósticos más alarmistas auguran que el Polo Norte —que ya ha perdido un 5%— puede llegar a desaparecer a final de siglo. Desertización En los últimos 50 años se ha destruido más del 50% de la superficie selvática de la Tierra, según un informe de la ONU. Los incendios, las talas y la lluvia ácida han hecho desaparecer más de 11 millones de hectáreas de bosque tropical, mientras que el desierto crece 12 hectáreas por minuto. Ambos fenómenos se han extremado como consecuencia directa de las variaciones climáticas y de la acción del hombre. Por Olalla Cernuda Efecto invernadero e Es el fenómeno por el que los gases que componen la atmósfera provocan que la energía que llega a la Tierra procedente del sol sea 'devuelta' más lentamente, por lo que se mantiene más tiempo junto a la superficie, lo que provoca una elevación de las temperaturas. En el último siglo, la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera terrestre ha ido en aumento, por la actividad humana. Primero, por la quema de grandes masas de vegetación para ampliar tierras de cultivo. Después, por el uso masivo de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón o el gas natural, para obtener energía, a los que hay que sumar los procedentes de los miles de incendios forestales que se producen cada año en la Tierra. La concentración media de dióxido de carbono se ha incrementado desde las 275 partes por milímetro de la era preindustrial a las casi 400 de la actualidad, lo que, según los estudios científicos, podría provocar una elevación de la temperatura media de la Tierra en los próximos años de hasta cuatro grados. Huracanes, tifones y ciclones h Los tres términos son el mismo fenómeno, lo único que varía es su ubicación: huracán, en el Atlántico Occidental y el Pacífico Oriental; tifón, en el Pacífico Occidental; y ciclón, en el Océano Índico y en el Pacífico Sur. Se forman cuando la temperatura del mar alcanza al menos los 27 grados Celsius, y van acompañados de fuertes lluvias y vientos en forma de espiral que pueden llegar a superar los 250 kilómetros por hora. En el Hemisferio Sur giran en el mismo sentido que las agujas del reloj, y en el norte, al contrario. En los últimos 30 años se ha duplicado la intensidad y frecuencia de estos fenómenos meteorológicos de consecuencias devastadoras. Kioto k Convenio internacional que tiene como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Entró en vigor el 16 de febrero de 2005 y está firmado por 141 países que 'concentran' el 61% de las emisiones de gases contaminantes. EEUU, responsable del 25%, se negó a ratificar esta iniciativa. Los firmantes del Protocolo de Kioto se comprometieron a reducir, entre 2008 y 2012, un 5,2% los niveles de emisión de dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, hidrofluocarbono, perfluorocarbono y hexafluorocarbono de azufre que tenían en 1990. Pero como no todas las zonas del mundo emiten la misma cantidad de gases contaminantes, no todos firmaron las mismas condiciones. Los más industrializados deberán reducir más estos niveles: Japón un 6% y los países de la UE un 8%. Por el contrario, Rusia podrá mantener los niveles de 1990. El incumplimiento de Kioto traerá sanciones, aunque la cuantía no está especificada. Actualmente, España emite un 52% más que en 1990, lo que complica mucho alcanzar el 15% máximo establecido para 2008. Lluvia ácida l Se forma cuando la humedad del aire, la que propicia las precipitaciones en forma de lluvia, se combina con el óxido de nitrógeno y el dióxido de azufre que emiten las empresas o centrales eléctricas que queman combustibles fósiles. Estos componentes químicos entran en contacto con el vapor de agua y forman cúmulos de ácido sulfúrico y ácidos nítricos, que caen a la tierra en forma de precipitación, normalmente de lluvia, en ocasiones más excepcionales de nieve. Es un fenómeno recurrente en lugares como China o los países de la antigua Unión Soviética y que provoca un altísimo deterioro del medio ambiente. En grandes cantidades o con niveles muy altos de ácido sulfúrico, puede ser extremadamente dañina para la población. Mercado de emisiones m Programa puesto en marcha por los países más industrializados del Protocolo de Kioto para disminuir la emisión de dióxido de carbono a través de su comercio. Mediante un sistema de cotizaciones basado en la oferta y demanda, cada estado asigna a sus empresas unas cuotas que no deben sobrepasar si no quieren pagar una multa de hasta 100 euros por tonelada, pudiendo comprar las industrias sus derechos sobre el CO2 a otras menos contaminantes. Los estados atrasados en la lucha contra el medio ambiente, entre ellos España, se enfrentarán a las sanciones si no cambian el rumbo de sus emisiones. El Niño' y 'La Niña' n Fenómeno meteorológico que origina la aparición de corrientes oceánicas cálidas en las costas americanas —normalmente entre diciembre y marzo— y altera el sistema global océano-atmósfera. Lo llamaron así los pescadores peruanos que descubrieron siglos atrás que estas aguas cálidas llegaban en diciembre con la Navidad y el nacimiento del 'niño' Jesús. En condiciones normales, este fenómeno aparece en intervalos de dos a siete años y se alarga durante un periodo de un año o año y medio. 'El Niño' se origina cerca de Australia e Indonesia, produciéndose cambios en las rachas de viento (dirección y fuerza) y desplazando las lluvias y la formación de nubes hacia América. Estos cambios influyen en la temperatura del agua, en su salinidad y en los ecosistemas marinos (sobre todo en las poblaciones de peces, anidamiento de aves marinas y arrecifes de coral). Este fenómeno llega a secar áreas húmedas como Indonesia y a humedecer con intensas precipitaciones regiones secas de la costa oeste de América. 'La Niña' es el proceso inverso y también provoca alteraciones en el sistema global. Por Olalla Cernuda, Mª Jesús Hernández e Ignacio de los Ola de calor o canícula o Es un periodo más o menos largo de temperaturas excesivamente cálidas, y en ocasiones muy húmedas, que normalmente tiene lugar en verano. Durante la última década, y más concretamente en los últimos años, la frecuencia de las olas de calor extremas ha aumentado sobre todo en países y regiones con clima mediterráneo. Las canículas más severas pueden llegar a ocasionar los conocidos 'golpes de calor'. Ancianos, niños, enfermos y obesos son la población con mayor riesgo. La ola de calor que azotó Europa en 2003 dejó 20.000 muertos en Italia. Y en España, la mortalidad creció un 15%. Renovables (energías) r El sol, el viento, el mar, los ríos y hasta el calor de la Tierra son capaces de producir una energía que el hombre puede convertir en electricidad. Son las llamadas energías renovables, que se obtienen de fuentes naturales, y por tanto son inacabables. La energía hidráulica, que se obtiene aprovechando la energía generada por las corrientes de los ríos o los saltos de agua, es la más extendida, aunque en los últimos años ganan enteros las opciones solar y eólica, que en España empiezan a ser potenciadas por parte de administraciones, ayuntamientos y empresas. Sin embargo, llama poderosamente la atención el hecho de que España, uno de los países con más horas de sol de Europa, tenga uno de los menores índices de implantación de energía solar, mientras que Alemania concentra el 62% de las placas solares instaladas en el Viejo Continente. En cualquier caso, la apuesta del Gobierno español es impulsar este tipo de fuentes energéticas en los próximos años, con proyectos piloto como las plantas de energía de las olas instaladas en Cantabria Stern, informe s Documento encargado por el primer ministro británico Tony Blair al economista Nicholas Stern, en el que se advierte que el coste de cruzar los brazos ante el cambio climático sería del 5% del Producto Interior Bruto mundial al año, y provocaría una situación similar a la de la Gran Depresión de 1930. Tomar medidas para frenarlo costaría sólo el 1% del PIB. Compuesto por 700 páginas, propone que todos los países, especialmente EEUU, reduzcan urgentemente las emisiones de gases invernaderos. . Urbanización u Acondicionar un terreno para su uso urbano. Crear núcleos residenciales; viviendas, calles, luz y demás servicios que acompañan a la rutina diaria de una población, lo que incluye industrias, maquinaria y transportes. El aumento de concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera es directamente proporcional al crecimiento de las urbes en el planeta. Cada vez que encendemos la calefacción —tanto eléctrica como de gas o gasoil— o utilizamos el coche, estamos quemando combustibles fósiles y, por lo tanto, emitiendo gases de efecto invernadero. Cuando desechamos comida o cualquier tipo de materia orgánica, ésta se descompone en vertederos de basura y produce metano, de ahí la necesidad de reciclar: separar plásticos, vidrios, papeles y envases en sus respectivos contenedores permite su reutilización y disminuye el volumen de basura en los vertederos. Vapor de agua v Es el gas de efecto invernadero más significativo en la atmósfera. Contribuye a mantener la temperatura de la Tierra dentro de unos límites que, hasta ahora, han permitido el desarrollo de la vida en ella. Sin la existencia natural de este gas y de otros como el dióxido de carbono, la temperatura media del planeta sería de unos 18 grados centígrados bajo cero. Sin embargo, la acción del hombre y otras variaciones en la atmósfera han dado lugar a que los niveles del vapor de agua se alteren y favorezcan un excesivo calentamiento de la Tierra, y en consecuencia el cambio climático. WCP, World Climate Program w Establecido en 1979, el Programa Mundial sobre el Clima (WCP, por sus siglas en inglés) tiene un objetivo claro: utilizar la información climática existente para mejorar la planificación económica y social. La organización, dependiente de la Organización Meteorológica Mundial, engloba a decenas de científicos que constantemente analizan toda la información disponible sobre la ciencia, los efectos y la diversidad de problemas económicos y de otro tipo relacionados con el cambio climático, en particular un posible calentamiento mundial inducido por las actividades humanas. Xian, You x El doctor You Xian es el médico que ha realizado el único informe sobre los efectos de la contaminación en la población china de Linfen, la ciudad más contaminada del mundo, situada entre más de 2.000 fábricas y minas. Aquí la mortalidad es un 30% superior a la del resto del país. Nada de apagar cinco minutos por si las moscas. Ponte ecológico en serio y desconecta tu casa todo un fin de semana. Una vez al mes, apágalo todo. Y ya de paso ¿por qué no te apagas tú también? La necesidad de consumir al mínimo sólo dejará un lugar en la Tierra apto para ti: los bio-hoteles, lugares que tú necesitas para desconectar, y el planeta también. La oferta de alojamientos con etiqueta verde va desde el lujo convencional (a lo Sol Meliá) hasta la más recóndita casa rural. Hay distintos sellos internacionales que distinguen estos alojamientos de todos los demás, los más serios son: Biosphere Hotels, Green Globe 21 y Green Key. Una buena noticia para tu conciencia es que los Paradores de Turismo de España se están adhiriendo progresivamente al Sistema de Gestión y Auditorías Ambientales. Cuando no lo apagues todo, recuerda cambiar las bombillas normales por las compactas fluorescentes. Emitirás mucho menos dióxido de carbono. El verano es cada vez más caliente, y para respetar el medio ambiente no te queda otra que no pasarte con el aire acondicionado (según Al Gore, subiendo el termostato dos grados en verano ahorrarás 400 kilos de dióxido de carbono). La única solución es quitarte ropa. En 'La juguetería' encontrarás algunas propuestas muy divertidas para estar fresquito en casa y que tu hogar se caliente sólo cuando y cuanto tú desees. << ANTERIOR | SIGUIENTE >> Pues sí, está demostrado. Las personas que conocen mejor la situación del planeta son quienes mejor lo tratan. La educación, esa que para los políticos es siempre el último recurso, resulta que al final es lo que mejor funciona. No te pedimos que leas tratados sobre el cambio climático, pero hay libros de fotografía (¡letras fuera!) con los que disfrutar y sintonizar con el planeta que habitas. 'Life' (Taschen) y el ya clásico 'La tierra vista desde el cielo' (Lundwerg) son dos joyas imprescindibles. Si tienes hijos, sobrinos o retoños que cuidar, vete a Imaginarium y hazte con '100% reciclado', un libro lleno de ideas para que los 'peques' reutilicen, reinventen y repitan. Y si las letras no te asustan, 'La tierra herida', de Delibes e hijo, es un buen comienzo. Los puestos en la materia, que consigan 'The atlas of climate change'. En 2003, una mujer de la limpieza tiró una bolsa vieja a la basura. Un gran error teniendo en cuenta que trabajaba en la Tate Britain de Londres. Se trataba, en realidad, de una obra de arte. Y es que la basura es la materia prima del arte moderno: neumáticos, redes, colillas, restos industriales o envases domésticos se exhiben en los museos más importantes después de pasar por la sensibilidad de un creador. En Madrid, la acción creativa de los ciudadanos se concentra cada año en Basurama. En la Red, un grupo de diseñadores reclama que envíes toda la basura que implique un diseño (desde un bono metro hasta el envoltorio de un chicle) y aquí, en elmundo.es, hemos abierto un escaparate para exhibir tus obras de arte-basura. El reciclaje es rentable para el planeta y para tu bolsillo. De pequeño soñaste con tener una casita en el árbol. Y ahora que eres mayor sigues soñando con lo mismo porque, al precio que está el suelo, no te queda otra que irte por las ramas. Pues bien, anímate a plantar un árbol. Con el tiempo, quizá puedas hacerte un chamizo en lo más alto —siete o diez metros cuadrados con vistas—. O sea, una pasta. Y si no, siempre habrás oxigenado el planeta y tu cabeza. Además, con tanto como curras para ganar mil tristes euros, no tienes tiempo para escribir un libro. Y sin casa, de hijos mejor ni hablamos. Conclusión: el único mandato que puedes cumplir de la célebre lista es el de la reforestación. No te dejarás estafar por los brillos y oropeles asociados a comida que después sabe a plástico». Estate alerta. El marketing ha inventado el 'packaging' para hacer más atractivos productos mediocres con el objetivo de que pagues más por menos. El carísimo embalaje termina en la basura, ergo tu dinero también. ¿Qué tal emplear la pasta que cuesta el envoltorio en comer mejor? Hoy en día, la calidad lleva una etiqueta llamada 'Orgánico', y aunque esta comida es más cara, tiene la ventaja de que se vende al peso. Sólo pagas lo que comes, nada de adornos. Al final, puedes satisfacer estómago y bolsillo. Además, ahorrarás 545 kilos de dióxido de carbono si reduces tu basura un 10%. Todo el mundo sabe ya que el tamaño del coche es inversamente proporcional al cerebro de quien lo conduce. Y lo que es peor, es sabido que las inseguridades sexuales masculinas se intentan salvar a golpe de cilindrada. Lo de ligar por el 'buga' ya no convence a nadie, todo el mundo pasa de atascos y de asientos de atrás. Puedes tenerlo claro, si quieres un toque de 'sex appeal' hazte con una Brompton, la bicicleta plegable de los interesantes. En avión, tren, metro o taxi, la bici de moda se desplaza contigo en las distancias largas y es la mejor aliada en la urbe. El trono ideal para lucir palmito por las avenidas. El dióxido de carbono que ahorrarás equivaldrá a todo un bosque de pinos.