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06 Abril 2015
Proyecciones de la CCS hacen énfasis en necesidad de mejorar expectativas
Primeros síntomas de recuperación avalarían un
crecimiento cercano a 3% en 2015
La economía chilena finalmente cerró 2014 con un crecimiento de 1,9%, prácticamente
dos puntos menos de lo que anticipaban las primeras proyecciones para el año. La
inversión en la minería fue uno de los detonantes iniciales del ciclo a la baja, que terminó
involucrando transversalmente expectativas, consumo y también la inversión en el resto de
los sectores.
Las proyecciones de consenso apuntan a un crecimiento menos malo para 2015. Las
publicaciones de Latin American Consensus Forecast y Latin Focus a marzo entregan una
estimación promedio de 2,8% real y, del último Ipom es posible estimar una proyección
de crecimiento implícita de 2,9% para el año.
Este panorama previsto para 2015 refleja los primeros síntomas de reactivación que es
posible identificar en algunas variables macro. Estos síntomas se aprecian principalmente
en la inversión, en los ingresos de los hogares y en las ventas del comercio, elementos que
son favorecidos en distinta intensidad por las políticas monetarias y fiscales más
expansivas, el menor precio del petróleo, el mayor dinamismo en EEUU y el repunte en la
zona Euro.
Uno de los primeros signos positivos en la coyuntura actual se relaciona con el fin del
proceso de contracción de la inversión y una leve recuperación ad portas. Los quantum de
importaciones de bienes de capital frenaron su prolongada tendencia declinante de 2013 y
2014, mostrando en el cuarto trimestre de 2014 una variación de sólo -1% en 12 meses, y
un repunte de 14% en relación al trimestre inmediatamente anterior.
Este cambio de tendencia de las importaciones de bienes de capital, que se aprecia en
varias de sus categorías, tiene el valor de producirse en medio de un importante aumento
en sus precios causado por el mayor valor del dólar. Cada unidad importada de bienes de
capital durante el cuarto trimestre de 2014 tuvo un precio 11% superior (medido en pesos)
al de igual período del año anterior. Esto afecto negativamente el flujo de caja de las
empresas. Se trata de una situación muy distinta a la observada entre 2012 y 2013,
cuando los precios medidos en pesos permanecieron estables, de la mano de una escasa
volatilidad en el tipo de cambio.
Adicionalmente, el rebrote en este tipo de importaciones tiene una dinámica que por ahora
no se relaciona con otro tipo de importaciones. Los quantum importados de bienes de
consumo se mantienen en descenso y aceleraron su caída a -12,6% en el cuarto trimestre
de 2014. Además, los montos importados en lo que va de 2015 siguen deteriorándose a
ritmos de dos dígitos.
La inversión en maquinarias y equipos representa del orden de un 40% de la inversión
total y depende fundamentalmente de las decisiones de las empresas y de sus
expectativas de crecimiento futuro. Un punto de inflexión en este ámbito es una señal
auspiciosa y posiblemente ligada en esta ocasión a mejores expectativas en los sectores
transables de la economía y también a decisiones de ampliación de sus capacidades
productivas.
Ello ya se vislumbra en un importante repunte en las exportaciones industriales, que
durante el cuarto trimestre de 2014 elevaron su crecimiento a 7,9% en 12 meses, lo que
sobrepasa largamente la expansión de sólo 0,1% observada durante los dos años previos.
Desde otro vértice, también está presente el impulso al gasto en inversiones que el sector
público dará a lo largo del año en curso. Estimamos que esto operará como una palanca
expansiva, otorgando entre 1 y 2 puntos al crecimiento total de la inversión.
Ingreso de los hogares
Un segundo frente de reactivación se aprecia en la situación de ingresos de los hogares.
En efecto, la masa de remuneraciones referida a los empleos asalariados (que excluye las
diferentes categorías de empleos por cuenta propia y autoempleo) ha tenido una
importante recuperación en los últimos meses, tal como fue previamente estimado por la
CCS. En efecto, durante enero y febrero ha tenido un crecimiento del orden de 4,5% en
12 meses, dejando atrás los magros incrementos de 2014, particularmente del segundo y
tercer trimestre (2,1% promedio).
Algo similar se deduce de las Cuentas Institucionales del Banco Central de Chile, cuyas
mediciones nominales muestran una primera recuperación del ingreso disponible1 de 6,8%
en el tercer trimestre de 2014, apreciablemente por sobre el 4,3% del primer semestre. De
acuerdo a nuestras estimaciones, el ingreso de los hogares habría tenido un nuevo avance
de 7,5% nominal en el cuarto trimestre.
Esta mejoría en las condiciones de ingreso de los hogares responde en gran medida, al
importante fortalecimiento del empleo asalariado, que forma parte del núcleo duro de
ingresos de los hogares (70% del empleo total). Desde mediados de 2014 la generación de
este tipo de ocupaciones se ha empinado desde no más de 20 mil empleos en 12 meses a
alrededor de 110 mil empleos en promedio en los dos primeros trimestres móviles del año.
Las cifras disponibles muestran que al sector público le ha cabido un rol protagónico, así
como a sectores de servicios en la generación de empleos.
1Incluye ingresos laborales más ingresos provenientes de rentas de propiedad.
Adicionalmente, los salarios nominales, afectos a cláusulas de reajustabilidad sobre
inflación pasada, han acelerado su trayectoria expansiva en un contexto de inflación en
declinación. De esta forma, los salarios reales avanzan a un ritmo de 2,5% en los últimos
meses, en lugar de 1,5% como a mediados de 2014. Sin duda este impulso en los salarios
reales es un fenómeno transitorio, que operará sólo mientras la inflación converge al rango
meta de largo plazo (3%). Posteriormente debiera adecuarse a los aumentos de
productividad.
Todos estos elementos tienen una correlación directa con la recuperación que muestran las
ventas del comercio, cuyo crecimiento se aceleró a 2,9% en febrero 2015 (y 1,8% en
enero), desde un piso de 0,7% en el segundo semestre de 2014.
Las condiciones para una recuperación más prolongada son positivas. De acuerdo a
nuestras estimaciones, existen holguras de capacidad en las empresas que permiten una
recuperación de la actividad, sin mediar inversiones inmediatas.
Por otro lado, el sector externo también muestra mayores holguras, que permiten
alimentar un ciclo de aumento moderado de las importaciones sin generar mayores
tensiones sobre el tipo de cambio. La sostenida desacumulación de inventarios en los
últimos tres trimestres nos permiten prever un repunte de las importaciones, en un
contexto de mayores ventas del comercio minorista y moderada recuperación de las
inversiones.
En definitiva, estimamos que estos primeros signos de un mejor comportamiento de la
economía chilena durante 2015 permiten proyectar un mayor ritmo de crecimiento para
2015, aunque sin descartar elementos de riesgos, como pueden ser la falta de una
recuperación significativa en las expectativas, un alto nivel de conflictividad y desacuerdos
en las reformas en desarrollo o una desaceleración más pronunciada en China y
Latinoamérica.
Escenario Base de Proyecciones 2015
Nuestro escenario base apunta a un crecimiento del PIB de 2,9% en 2015 y de 2,6% en el
consumo privado, en el marco de un avance en materia de ingresos de los hogares y de
las ventas del comercio. Prevemos un aumento de 2% en la inversión, liderada por el
sector público, y un rol todavía cauto del sector privado.
Por otra parte, proyectamos un mejor desempeño en las exportaciones, las que crecerían
en 3% (quantum) en lugar del magro 0,7% de 2014. Estimamos, eso sí, una prolongación
del bajo dinamismo en minería y algunos productos industriales. Prevemos una
recuperación de inventarios, que activaría también las importaciones de bienes de
consumo e intermedios en un contexto de avance del consumo privado.
En cuanto al sector comercio, proyectamos un repunte en el PIB sectorial a 3,1%
consistente con un mejor desempeño, tanto del subsector mayorista como minorista. Las
ventas del comercio las hemos estimado con una expansión de 3,4% en lugar del 2,6% de
2014. Vemos una moderada recuperación en las ventas de bienes durables, ya que el
efecto cambiario seguirá tensionando el poder de compra de bienes transables.
Pese al mayor crecimiento del PIB, prevemos una creación de empleos similar a la de 2014
y un repunte en la tasa de desempleo a 6,8%. Las empresas se verán impulsadas a
mejorar la productividad de la mano de obra, en un contexto de mayores presiones
cambiarias e incertidumbres regulatorias que inciden en la postergación en las decisiones
de contratación.