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Un Estudio Psicopolítico de las imágenes del enemigo entre Los Estados Unidos y la URSS durante La Guerra Fria La aproximación psicosocial al estudio de la relación conflictiva entre ambos países se hace desde las perspectivas de las teorías de la identidad social y de las imágenes del enemigo. Esta aproximación sociocognitiva nos permite conocer cuál es la imagen que las partes en conflicto tienen del otro, cuáles son los contenidos de las imágenes difundidas por los medios de comunicación y los políticos, y en qué sentido deben reorganizarse dichas imágenes para asegurar aceptación del otro en un proceso de distensión y búsqueda de cooperación. Marco Antonio González Pérez El presente trabajo es una aproximación desde la psicología social al estudio de la relación internacional conflictiva entre la URSS y los EUA, protagonistas de la guerra fría. Se trata de una investigación documental en la que se revisaron diversos artículos publicados sobre el tema, los cuales representan aproximaciones psicosociales en las que se aplican las teorías de la identidad social (de tradición europea) y las imágenes del enemigo (de tradición norteamericana). El resultado es la generación de un marco de análisis que puede dar cuenta de cómo se generan, se alimentan y resuelven conflictos utilizando estrategias en las que se estereotipa la identidad del oponente. Este marco teórico se puede traspolar a otras situaciones menos complejas que la aquí analizada, para reconocer cómo se gesta el conflicto sociocognitivo e idear estrategias que distensen la relación y abran paso a la negociación con posibilidades de éxito. Finalmente, este trabajo pretende ser un ejemplo de cómo la psicología social puede aportar análisis relevantes en el estudio de las relaciones internacionales. En la revisión bibliográfica sobre este tema se han consultado documentos que reflejan el devenir de las relaciones entre las dos superpotencias, y que nos muestran el cambio de la percepción del contrario, desde los tiempos de la guerra fría hasta las postrimerías del derrumbamiento de la URSS. La generación de confianza intergrupal es el factor clave para lograr una negociación exitosa y para crear un clima de distensión. Los procesos sociocognitivos en términos de la modificación de las imágenes del enemigo son, como posteriormente veremos, de gran relevancia. Palabras clave: Relaciones Intergrupales, Conflicto Intergrupal, Imágenes del Enemigo, Relaciones Internacionales. Un objetivo académico de este trabajo es mostrar que la psicología social puede aportar elementos de análisis para entender situaciones conflictivas en el campo de la relaciones internacionales, que pueden utilizarse en la negociación de similares situaciones de conflicto. 1.- Introducción En este trabajo se presentan distintas aproximaciones psicosociales utilizadas para explicar las relaciones políticas entre la ex-Unión Soviética y los Estados Unidos. El tema es de gran relevancia en la medida en que se aborda el análisis de una relación internacional fuertemente polarizada que alcanzó grados insospechados de conflicto, altamente peligrosos para la seguridad mundial. 2.- Metodología Se realizó una investigación documental que cubrió las dos áreas teóricas que componen el marco de referencia: Las teorías psicosociales de la identidad social y las imágenes del enemigo y las 83 relaciones conflictivas Estados UnidosURSS. menos negativas que las que les imputan a las acciones soviéticas. Los autores comentan que "los sesgos endogrupales pueden dificultarle a los políticos el concebir que un líder soviético desee honestamente desarrollar una fuerte economía y la paz. En suma, cada acción tomada por la Unión Soviética puede ser interpretada de una forma consistente con nuestro punto de vista negativo sobre ellos" (1). La teoría de la identidad social Los profesores Shawn M. Burn y Stuart Oskamp de la Universidad Politécnica del Estado de California se acercaron al estudio de las relaciones conflictivas entre los Estados Unidos y la URSS, utilizando la teoría de la identidad social del psicólogo inglés Henri Tajfel. Otro aspecto analizado en el estudio de estos investigadores, y que es importante considerar, es la correlación positiva entre las atribuciones a las acciones soviéticas y el apoyo a un incremento en el gasto militar, en especial al proyecto de defensa estratégico o "Guerra de las Galaxias", lo que da pie para reflexionar sobre las ventajas políticas que un gobierno puede obtener, al ser aceptada socialmente las imágenes del enemigo que ellos mismos difunden, ya que de esta manera se puede lograr un fuerte respaldo social a políticas socialmente discutibles como la militarización del espacio. En su investigación pusieron a prueba varias hipótesis concordantes con el marco teórico de referencia que, en suma, dice que los miembros de un grupo en una relación intergrupal dada, tienden a hacer comparaciones que les sean favorables al endogrupo al mismo tiempo que discriminan al exogrupo. Este proceso psicosocial tiene como objetivo el asegurar una identidad social positiva a los miembros del grupo de pertenencia. Burn y Oskamp encontraron que las atribuciones que los norteamericanos hacían de las razones que motivaron a los soviéticos y a los norteamericanos a implicarse en distintas acciones internacionales, eran positivas en el caso norteamericano y negativas en los casos donde intervino la URSS. Como ejemplo se presenta la siguiente tabla donde se observan los porcentajes de entrevistados que eligieron las dos acciones más negativas para cada gobierno (ver figura 1). Oskamp y Burn concluyen que la estereotipación que hicieron los norteamericanos de las conductas y acciones de los soviéticos fundadas en una supuesta ―maldad intrínseca‖, afectó por mucho tiempo el logro de negociaciones de paz. El mismo Gorbachev narra en su libro "Perestroika" la siguiente reacción norteamericana: "durante el verano de 1985 la Unión Soviética presentó una moratoria unilateral para todas las explosiones nucleares y expresó su disposición inmediata para reanudar las negociaciones de un tratado extenso de prohibición de pruebas...¿cómo se ha comportado la administración americana después de Ginebra?. Se desató, por Los autores resaltan que el apoyo de los Estados Unidos a Ferdinand Marcos en Filipinas fue la única acción norteamericana juzgada de manera desfavorable. Los atributos de causalidad demuestran la presencia de un sesgo endogrupal evidente, ya que las razones que se atribuyen a las acciones de los Estados Unidos son 84 enésima vez, una estridente campaña destinada a instigar pasiones antisoviéticas. Nuevos intentos para presentar a la Unión Soviética como una especie de pesadilla, para hacer crecer el miedo con vistas a hacer aprobar en el congreso el último presupuesto militar. El 'imperio del mal' salió a relucir de nuevo. El presidente ha vuelto a confirmar que no piensa descartar el epíteto" (2). que tener en cuenta la dura realidad de las variables políticas" (4). Es importante iniciar, pues, el análisis de cómo fueron construidos los estereotipos del grupo opositor a través de las imágenes del enemigo, generando sesgos endogrupales que deteminaron el procesamiento de la información, en cuanto a la percepción del otro. Al responder a estrategias políticas determinadas que generaron un estado de polarización grupal, se hacía imposible encontrar un terreno fértil en el que se asentara el establecimiento de relaciones de paz duraderas. En referencia a la moratoria de pruebas nucleares propuesta por Gorbachev, los psicólogos Brett Silverstein y Robert R. Holt del City College de Nueva York comentan que "La prensa norteamericana puso muy poca atención al ofrecimiento de Gorbachev. La mayoría de los periódicos y revistas le dieron poca cobertura y se consagraron hacia las declaraciones hechas por la administración Reagan, proporcionándole mayor credibilidad a la respuesta negativa que al ofrecimiento....Esta asimilación de la nueva información hacia la imagen de la Unión Soviética como enemigo condujo a los Estados Unidos a perder la oportunidad de finalizar las pruebas de armas nucleares y así parar la carrera armamentista" (3). Las imágenes del enemigo El profesor C.R. Mitchell en su libro "La estructura del conflicto internacional" compila una serie de fenómenos psicosociales que ocurren a nivel perceptual durante los conflictos internacionales. Las imágenes territoriales, las autoimágenes del intruso, las imágenes del adversario, las blacktop images, la imagen unificada del enemigo y las imágenes de espejo e interdependientes son algunos ejemplos de los procesos psicosociales presentados. Los estudios de Burn y Oskamp y Silverstein y Holt analizan las relaciones internacionales recurriendo al marco teórico proporcionado por la teoría de la identidad social desde la psicología social. Aún cuando es imprescindible el conocer cómo en un conflicto social emergen las imágenes y estereotipos compartidos que determinan las evaluaciones que las personas hacen del endogrupo y el exogrupo, es necesario ampliar este análisis ya que, como los mismos autores reconocen, ―la conducta de los políticos está determinada por más elementos que por las variables propiamente psicológicas, por lo que hay La imagen territorial es un fenómeno psicosocial muy común en los conflictos internacionales en la actualidad y tiene como origen el valor simbólico que ostenta el territorio en la conformación de la identidad social. La disputa que mantienen los israelíes con los palestinos por la pertenencia de la zona de Gaza y Cisjordania, surge del valor simbólico que los territorios tienen para ambos grupos y que genera este conflicto de interés. Otros ejemplos de este fenómeno son los que ocurren entre ingleses e irlandeses; vascos y españoles y chinos y tibetanos, entre otros. El objetivo final de los grupos poseedores de la imagen territorial es el de expulsar 85 a los intrusos de las zonas ocupadas ―ilegítimamente‖. disidencia intragrupal que tiene consecuencias observables totalmente diferentes. Se llama la "imagen del traidor en nuestro medio" y consiste en "limpiar" la identidad del endogrupo de elementos contaminados y prescindibles que representan al enemigo infiltrado. Las purgas estalinistas en la Unión Soviética durante los años treinta, la persecución y el holocausto judío perpetrado por los nazis y "la cacería de brujas" del senador McCarthy en los Estados Unidos en los cincuenta, son dramáticos ejemplos de dicho fenómeno. Las autoimágenes del adversario se presentan en situaciones en las que dentro del mismo grupo existe un conflicto o una disputa entre sus miembros y en la que la intolerancia de la fracción mayoritaria del endogrupo ha hecho evidente. El descontento o la posición desviada de la minoría es atribuida por la mayoría a distintos actos de agitación o de deseo de ruptura. Algunos ejemplos mencionados por Mitchell son: " 1) Los habitantes blancos sureños de los Estados Unidos estaban convencidos de que la comunidad negra local había sido movilizada para luchar por sus derechos civiles por agitadores del norte del país, que nada sabían de los problemas reales del sur. Las black top images surgen como una forma de salvaguardar la identidad social positiva, evitando las molestias que podría representar el hecho de que el endogrupo sea odiado y temido por una gran cantidad de personas. El enemigo es entonces dividido en dos categorías plenamente diferenciadas. Por un lado están los líderes políticos que nos temen y nos odian y que se dedican a engañar a su pueblo difundiendo falsas informaciones sobre nuestros objetivos y ambiciones y, por otro lado, están las masas de seguidores que son básicamente buenos pero que nos son hostiles por culpa de sus líderes políticos. En este sentido es de esperarse que los estadounidenses y los soviéticos diferencien a los ricos explotadores de Wall Street y a los miembros tiránicos del Kremlin de la ciudadanía sometida de ambos países. 2) Los militantes comunistas en los países desarrollados vieron en cada manifestación contraria a sus objetivos la intromisión de los imperialistas norteamericanos. 3) Los militantes anticomunistas en Vietnam y sus aliados norteamericanos vieron en el Vietcong a disidentes norvietnamitas apoyados por los intervencionistas chinos y por el movimiento militante marxista a escala mundial " (5). Este proceso psicosocial se explica desde el punto de vista de la mayoría del endogrupo, ya que éste intenta dar una imagen de justicia y de indulgencia con la disidencia interna, a la vez que se presenta severo con el exogrupo enemigo, que es el que promueve la ruptura del propio grupo. Burn y Oskamp en el estudio ya citado, llegaron a la conclusión de que, en efecto, los norteamericanos evaluaban más negativamente al gobierno soviético que al norteamericano ( 3.95 vs. 5.20, en una escala de siete puntos que iba de 1 totalmente negativo a 7 totalmente positivo ) y que los ciudadanos soviéticos eran, a su vez, mejor considerados que los dirigentes de su país. Existe, sin embargo, otra solución sociocognitiva al problema de la 86 de que la imagen del enemigo se deriva de la propia identidad grupal. Silverstein y Holt, matizan estas conclusiones que en su parecer resultan anacrónicas, ya que no todos los líderes políticos soviéticos son evaluados de la misma forma, y ponen como ejemplo al mismo Gorbachev que en octubre de 1987 contaba ya con una impresión favorable que alcanzaba el 72 % de una muestra estadounidense, superando en simpatías al mismo presidente Ronald Reagan. Edward E. Azar y John W. Burton parten precisamente del concepto de identidad grupal para explicar el surgimiento del conflicto, introduciendo en él las fortalezas y debilidades de los grupos en cuestión. En los Estados Unidos, por ejemplo, se valora en gran medida las bondades de la democracia y se piensa que el sistema americano es el más indicado para preservar, promover y alcanzar las necesidades humanas. Por otro lado, en la ex-URSS existía el consenso de que el socialismo era el garante de la justicia y el desarrollo en todos sus aspectos. Retomando la exposición de Mitchell sobre las percepciones durante el conflicto nos encontramos con la llamada "imagen unificada del enemigo", que es la expresión más polarizada de la percepción del otro. Esta consiste en considerar al exogrupo como una entidad singular fuertemente cohesionada en la que sus miembros comparten los mismos valores, propósitos injustos y metas destructivas. La identidad social, según Azar y Burton, está estrechamente ligada a los valores promovidos por el Estado, sin embargo, la generación de las imágenes del enemigo tiene su origen en la percepción de las debilidades de cada uno de los sistemas políticos que ponen en peligro su misma permanencia: poca movilidad social, empobrecimiento de la clase obrera y dificultades en la repartición justa del ingreso en los Estados Unidos, y los problemas de participación política, de desarrollo individual y de ampliación de espacios de libertad en la URSS. El miedo que recíprocamente se tenían los Estados Unidos y la URSS no era más que el reflejo del temor interno de que sus sistemas fallaran.(6) Este proceso cognitivo cumple con el objetivo de simplificar el trato con el exogrupo al reducirlo a un sólo cuerpo de comportamiento evitándose el hacer diferenciaciones internas existentes en él. El problema principal de esta construcción de imágenes del otro es que nos ciega en el intento de comprender de una manera más precisa la evolución de ese grupo y se termina anteponiendo nuestra propia visión de la realidad exogrupal sobre la complejidad que, efectivamente, le subyace. Otro fenómeno interesante es el de la interdependencia de las imágenes del endo y exogrupo. Parece evidente que ante la imagen del enemigo elaborada por uno de los contendientes se le confronta inmediatamente la del otro grupo. Esto nos sugiere la interdependencia o complementariedad de ambas imágenes. Complementaria en el sentido Las autoimágenes e imágenes del enemigo que cada uno de los grupos posee, pueden considerarse circulares y ser denominadas de "espejo". Mitchell presenta el siguiente resumen confrontando ambas imágenes de espejo. 87 Imágenes de espejo durante la guerra fría Imágenes soviéticas de los Estados Unidos. Imágenes americanas de la URSS 1) Ellos (los dirigentes) son malos. Los banqueros de Wall Street, los políticos y militaristas quieren una guerra porque están temerosos de perder sus riquezas y poder en una revolución comunista. Ellos nos están rodeando de bases militares. Ellos envían espías para destruir la patria de los trabajadores. 1) Ellos (los dirigentes) son malos. Los hombres del Kremlin son agresivos y ambiciosos. Brutales en su represión a Hungría. Crueles en su trato con la gente. Ellos se han infiltrado en occidente para atacarnos. Ellos están comprometidos en el espionaje y en el sabotaje para destruir nuestro país. 2) Ellos son como los nazis, rearmando a los alemanes contra nosotros. Ellos intentan dividirnos, separar a Yugoslavia y a Polonia. Incitan a la rebelión contra nuestro gobierno. 2) Ellos son como los nazis, una dictadura expansionista agresiva. Ellos intentan dividirnos, desmembrar la OTAN y agitar el odio entre las clases. 3) Ellos son imperialistas. Las naciones capitalistas dominan áreas coloniales que mantienen en sumisión. Los regímenes latinoamericanos (a excepción de Cuba) son marionetas de los Estados Unidos. 3) Ellos son imperialistas. Los comunistas intentan dominar el mundo. Ellos controlan rígidamente a sus gobiernos- títere satélites. 4) Ellos explotan a su propia gente. Ellos controlan los bienes de consumo y mantienen bajo el estándar de vida, excepto para los burócratas comunistas. 4) Ellos explotan a su propia gente. Todos los capitalistas viven en el lujo por la explotación de los trabajadores que sufren inseguridad, desempleo, etc. 5) Ellos están contra la democracia. Sus formas democráticas son mera pretensión, ya que la gente sólo puede votar por candidatos comunistas. Los dirigentes controlan los órganos de propaganda, educación y comunicación. Ellos persiguen a cualquiera que favorezca las democracias occidentales. 5) Ellos están en contra de la democracia. Las formas democráticas son mera pretensión para ellos. La gente sólo puede votar por candidatos capitalistas. Los dirigentes controlan los órganos de propaganda, educación y comunicación. Ellos persiguen a cualquiera que favorezca las ideas comunistas. 6) Ellos distorsionan la verdad. Ellos pasan como amigos de la gente colonizada con la intención de esclavizarlos. 6) Ellos distorsionan la verdad. Ellos acusan falsamente a la URSS de desear imponer su ideología por la fuerza. 7) Ellos son inmorales, materialistas y ateos. 7) Ellos son inmorales, materialistas y egoístamente individualistas. 88 En una investigación llevada a cabo por el profesor Richard K. Herrmann de la Universidad del estado de Ohio, en la que realizó un análisis de contenido de 81 artículos políticos publicados en la prensa soviética, llegó a la siguiente conclusión: totalmente negativa de nuestros asuntos internos" (8). En este punto me gustaría introducir una reflexión del Dr. Rosendo Romero en la que se refiere a las imágenes que de los Estados Unidos poseían los ciudadanos de la Unión Soviética: ―La imagen del enemigo vista desde el pueblo norteamericano está solidamente documentada y es muy completa, no así desde el punto de vista del ciudadano común de la URSS, en el cual varios autores hemos valorado una notable ambivalencia, odio y temor ―oficial‖ versus la idealización de su modo de vida y el situar lo proveniente del otro como superior‖.(9) "La imagen de los Estados Unidos que prevalece tanto en las discusiones regionales como en las globales, se ajusta al patrón del enemigo. Esta enfatiza la agresividad de los norteamericanos y la proclividad de usar su fuerza. No se menosprecia las capacidad estadounidense o su fuerza de voluntad. Al mismo tiempo se reitera constantemente los límites del crecimiento del control norteamericano y la inevitabilidad histórica de la caída del imperialismo. En este retrato los Estados Unidos permanecen fuertes, pero las fuerzas en oposición han crecido y ahora con resolución y unidad pueden contener los designios americanos". (7). Silverstein y Holt señalan que las imágenes del enemigo no son únicamente producidas por la existencia de una relación intergrupal conflictiva, sino que hay elementos específicos en la socialización de los niños que favorecen la emergencia de dichos fenómenos. Los cuentos, las historietas, los dibujos animados y los juegos están cargados de personajes que representan la maldad y la bondad, la justicia y la injusticia, lo negro y lo blanco. Así, al aprender estos contenidos, vamos categorizando el mundo en buenos y malos. La imagen del enemigo sería el resultado de esa diferenciación categorial. Los libros escolares de adoctrinamiento para los infantes en la Alemania nazi, en donde estaban personificados los judíos como los tenebrosos comerciantes con nariz de forma de "seis" que abusaban de los niños, es un ejemplo extremo de este tipo de socialización. El mismo Mikahil Gorbachev reflexiona sobre la imagen enemiga que los americanos poseen de los soviéticos y dice "Algunos americanos, según parece, necesitan a la Unión Soviética como figura enemiga. De otra forma no pueden entenderse algunas películas, las incendiarias emisiones radiofónicas americanas desde Munich, el torrente de artículos y programas plagados de odio hacia el pueblo soviético, que nos hace retroceder a los años cuarenta o incluso antes......estamos sensibilizados y, con franqueza, cautelosos por los intentos de proporcionar a la Unión Soviética la imagen de un enemigo, en especial cuando no sólo implican ejercicios ideológicos de las habituales historias fantásticas sobre la "amenaza militar soviética", "la mano de Moscú" , "los designios del Kremlin" y una descripción En un interesante estudio sobre cómo los norteamericanos desarrollaron y socializaron imágenes del enemigo de japoneses, alemanes y soviéticos desde la segunda guerra mundial, Robert Mc Dougall señala que los políticos 89 americanos promovieron la idea del ―facismo rojo‖, el cual consistío en ―articular similaridades distorsionadas entre la Alemania Nazi y la Rusia Soviética, de tal forma que el público americano transfiriera fácilmente el odio a la Alemania de Hitler a la Rusia de Stalin‖ (10) Evidentemente, un factor clave para la distensión de las relaciones EU-URSS fue la llegada de Gorbachev al poder. Su programa político aperturista reflejado en la perestroika y la glasnot, generó una mayor confianza internacional en sus proyectos; sin embargo, resulta claro que la posición tradicional soviética sobre las relaciones internacionales había cambiado.¿Cómo se dio ese cambio interno?. Ahora bien, ¿cómo pudieron mejorar las relaciones intergrupales polarizadas? y ¿qué tipos de procesos sociales se presentaron para que ésto ocurriera?. Kimberly Martin Zisk, investigadora de la Universidad de Berkeley, indagó cómo los enfoques académicos soviéticos sobre los conflictos internacionales y su negociación se habían estado modificando. Ella basó sus conclusiones en algunas entrevistas que tuvo con destacados investigadores de dos importantes institutos en la Unión Soviética, el Instituto de Estados Unidos y Canadá (ISKAN) y el Instituto de la Economía Mundial y las Relaciones Internacionales (IMEMO). La autora trató de dilucidar hasta que punto Gorbachev se vio influenciado por el nuevo pensamiento académico que surgió en su país, o si fue la postura política del presidente de la ex-URSS la que proporcionó nuevas dimensiones a las reflexiones de estos profesores. Su conclusión es que es difícil llegar a un acuerdo al respecto, pero que resulta indudable la influencia mutua, dados los nexos personales que tuvieron numerosos políticos con importantes investigadores académicos de la Unión Soviética. 3.- Resultados y discusión. Una vez que se han expuesto tanto las teorías de la identidad social como las diferentes formas de crear imágenes del enemigo, pasaremos a discutir las dimensiones que adquirió el conflicto, las formas en el que fue resuelto a través de la generación de confianza y de un genuino proceso de cambio que dejó sin argumentos a la contraparte. En este caso específico, (del que todos conocemos su desenlace) tuvieron que darse una serie de situaciones que generaron un proceso de generación de confianza en el otro, de tal manera que permitiera negociar el conflicto con ciertas garantías de éxito. La negociación principal se centraba en la reducción conjunta de armas nucleares. El primer paso lo dio Gorbachev, como ya lo hemos mencionado, en 1985, al declarar una moratoria unilateral de pruebas nucleares con duración de un año. Los Estados Unidos reaccionaron con agresividad a tal decisión, quizá llevados por la corriente anti-soviética que en aquel entonces era predominante en los círculos de poder norteamericanos. Sin embargo, la negociación entre las potencias del orbe no se cayó por esa primera negativa. Fueron cuatro los temas recurrentes en la última posición de la URSS, en cuanto a su concepción de las relaciones internacionales. El primero era la necesidad de asumir un nuevo pensamiento en la era nuclear que superase los conflictos internacionales y que promoviera la paz mundial. El segundo se refería a la necesidad de 90 establecer relaciones de confianza que favorecieran la cooperación y la seguridad. El tercer tema era el del reconocimiento de que la teoría marxista-leninista era inaplicable a los conflictos internacionales en la era nuclear, ya que no consideraba elementos importantes como la posibilidad de una guerra nuclear y el desastre ecológico, temas que necesitaban un marco de análisis totalmente nuevo. El cuarto y último tema se refería a la perestroika, la cual era vista por los analistas soviéticos como el principal programa generador de confianza internacional y que le había otorgado a la URSS un nuevo estatus en el concierto de las naciones. Sobre la generación de confianza en la distensión de las relaciones EU-URSS, el teórico soviético Andrei Mel'Vil', del ISKAN, es concluyente: "El mecanismo más importante para la construcción de confianza no es meramente el hecho de ofrecer concesiones sobre asuntos conflictivos, sino el propio cambio interno, con el objetivo de dejar al oponente sin bases para afirmar que uno es un enemigo" (12). 4.- Conclusiones. Resulta evidente el hecho de que la psicología social cuenta con herramientas teóricas para adentrarse en el estudio de los más relevantes asuntos sociales. Las teorías de las identidad social y las teorías de la construcción de la autoimagen y de las imágenes del enemigo cuentan con un amplio alcance para entender las más conflictivas relaciones entre grupos, tal como fueron las relaciones Estados Unidos-URSS (el propio Gorbachev, con conocimiento o con gran intuición psicosocial, estaba persuadido de la importancia y del impacto que tenía la construcción de las imágenes del enemigo). Las aproximaciones teóricas utilizadas por los investigadores soviéticos fueron: la línea de investigación en las imágenes del enemigo desarrollada por N.P. Popov desde 1985. En uno de sus estudios se reconocía que muchas de las imágenes del enemigo que los norteamericanos tenían de los soviéticos, estaban justificadas debido a distintas acciones equivocadas por parte de la URSS, tales como las purgas estalinistas, la política de colectivización forzada de la agricultura, el pacto de no agresión Hitler-Stalin, la invasión de Afganistán y la estigmatización de Boris Pasternak, entre otros. Pensamos que el hecho de que haya desaparecido la Unión Soviética y todo el bloque comunista europeo, no debe desalentar la realización de estudios a posteriori que puedan ayudar a comprender mejor las bases de sustentación de esos regímenes y los tipos de relaciones intergrupos que establecían con otros países. Existe otro punto de vista teórico que reconoce la complejidad de cualquier tipo de negociación internacional. "Un complejo sistema de negociaciones internacionales se ha desarrollado, donde todos los procesos de negociación interactúan con cada uno y pueden tener impacto uno sobre otro. Los asuntos militares, económicos y políticos están entrelazados...el resultado debe ser un sistema multilateral de negociaciones de conflictos" (11). Creemos que este tipo de aproximación psicosocial debería seguir siendo utilizado en el estudio psicosociológico de las relaciones internacionales actuales, tal como es el caso de las acciones militares que están desarrollando actualmente los Estados Unidos y sus aliados contra el régimen 91 Talibán, en el que la propaganda basada en las ―motivaciones malignas‖ del enemigo, son un fuerte argumento para seguir prolongando las acciones bélicas. Referencias (1) Burn, M.S. y Oskamp, S. (1989) Ingroup biases and the U.S.-Soviet conflict, en Journal of Social Issues., 45, 73 - 89. (2) Gorvachev, M. (1990) Perestroika: "Mi mensaje a Rusia y al mundo entero". Barcelona: Ediciones B. (3) (4) (12) Figura 1 Silverstein, B. y Holt, R.R.(1989) Research on enemy images: present status and future prospects, en Journal of Social Issues, 45, 159-175. Burn, M.S. y Oskamp, S. (1989) Ingroup biases and the U.S.-Soviet conflict, en Journal of Social Issues., 45, 73 - 89. (5) Mitchell, C.R. (1997) The structure international conflict.London: Mc Millan. (6) Azar, E.E. y Burton, J.W. (1998) International conflict resolution. Theory and practice. Sussex: Wheatsheaf. (7) Herrmann, R.K. (1985) Analyzing soviet images of the United States (A psychological theory and empirical study), en Journal of Conflict Resolution. 29, 665 - 697. (8) Gorvachev, M. (1990) Perestroika: "Mi mensaje a Rusia y al mundo entero". Barcelona: Ediciones B. (9) Conversación personal con el Dr. Rosendo Romero González, Jefe del Departamento de Comportamiento Organizacional del ITESMCEM (2001). (10) Mc Dougall, R. (1999) Red, brown and yellow perils: Images of the American enemy in the 1940s and 1950s, en Journal of Popular Culture. Spring 1999, 59-75. (11) Zisk, M.K. (1990) Soviet academic theories on international conflict and negotiation (a research note), en Journal of Conflict Resolution.34, 678 - 693 Zisk, M.K. (1990) Soviet academic theories on international conflict and negotiation (a research note), en Journal of Conflict Resolution.34, 678 - 693 of LA MORATORIA RUSA SOBRE PRUEBAS NUCLEARES 58 % LA PRESENCIA SOVIETIVA EN POLONIA 60 % LA INVASIÓN SOVIETICA EN AFGANISTÁN 57 % EL INCIDENTE CON EL JET 007 COREANO 63 % LA INVASIÓN DE ESTADOS UNIDOS A GRENADA 27 % EL ATAQUE NORTEAMERICANO A LIBIA. 12 % EL APOYO DE LOS ESTADOS UNIDOS A LOS 30 % CONTRAS. EL APOYO MARCOS. 92 NORTEAMERICANO A FERDINAND 59 %