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(Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. 2007; 54: 242-245) CASO CLÍNICO Dos casos de tromboembolismo pulmonar masivo precoz en el postoperatorio de cirugía bariátrica F. Parramóna,*, O. Pinedaa,*, B. Pardinaa,*, J. Rodríguezb,*, B. Ruizb,*, A. Villalongaa,** Servicio de Anestesiología y Reanimación. bServicio de Cirugía General. Hospital Universitari de Girona Dr. Josep Trueta. a Resumen El tromboembolismo pulmonar (TEP) en las primeras horas del postoperatorio es poco habitual. Presentamos dos casos de TEP masivo precoz que ocurrieron en las primeras horas después de cirugía bariátrica. El primer caso era un varón de 32 años, fumador, con índice de masa corporal (IMC) 52 kg/m2, síndrome de apnea obstructiva del sueño e insuficiencia venosa en extremidades inferiores. A las 22 horas del postoperatorio presentó colapso cardiorrespiratorio mortal. La necropsia confirmó TEP masivo. El segundo caso era una mujer de 48 años con IMC 40 kg/m2, operada dos meses antes de histerectomía abdominal. A las 11 horas postcirugía presentó colapso cardiopulmonar del cual sobrevivió sin secuelas. La ecocardiografía transesofágica confirmó el diagnóstico de TEP masivo. Seguramente estos pacientes presentaban trombosis venosa profunda asintomática preoperatoria. La prevención del TEP es fundamental en pacientes de alto riego, las medidas más comúnmente usadas son la tromboprofilaxis con heparina de bajo peso molecular, combinada con la deambulación precoz, medias de compresión elástica o compresión neumática intermitente. Palabras clave: Embolia pulmonar. Trombosis venosas. Obesidad mórbida. Filtros de vena cava. Introducción La prevalencia de la obesidad continúa aumentando en nuestro país y la cirugía bariátrica está incrementando sus indicaciones1. Para los anestesiólogos esta cirugía es un reto debido a la alta asociación de pato- *Médico Adjunto. **Jefe de Servicio. Correspondencia: Dr. Fina Parramón Vila Servicio d’Anestesiologia i Reanimación. Hospital Universitari de Girona Dr. Josep Trueta. Avd/ França s/n 17001 Girona. E-mail: fparramon@comg.es Aceptado para su publicación en septiembre de 2006. 242 Two cases of early postoperative massive pulmonary thromboembolism after gastric bypass surgery Summary Pulmonary thromboembolism in the early postoperative period is rare. We present 2 cases of massive embolism that occurred soon after gastric bypass surgery. The first patient was a 32-year-old man, a smoker with a body mass index (BMI) of 52 kg/m2, obstructive sleep apnea–hypopnea syndrome and venous insufficiency in the lower extremities. Fatal cardiorespiratory arrest occurred 22 hours after surgery. Autopsy confirmed massive pulmonary thromboembolism. The second patient was a 48-year-old woman with a BMI of 40 kg/m2 who had undergone abdominal hysterectomy 2 months earlier. She survived cardiorespiratory arrest occurring 11 hours after surgery. There were no sequelae. The diagnosis of pulmonary thromboembolism was confirmed by transesophageal echocardiography. These patients undoubtedly had asymptomatic deep vein thrombosis before the operations. Prevention of pulmonary embolism is essential in high risk patients. The prophylactic measures usually applied are administration of low molecular weight heparin to prevent thrombosis, early ambulation, and the use of elastic compression stockings or intermittent pneumatic compression. Key words: Pulmonary embolism. Vein thrombosis. Obesity, morbid. Vena cava filters. logía y dificultades técnicas que comporta tanto en el intraoperatorio como en el postoperatorio2. El tromboembolismo venoso (TV) postoperatorio, incluyendo la trombosis venosa profunda (TVP) y el tromboembolismo pulmonar (TEP), son importantes causas de morbimortalidad postquirúrgica. En los enfermos con obesidad mórbida se estima que el riesgo de sufrir TVP en la cirugía no maligna es el doble que en los enfermos no obesos (48% frente a 23%)3. Durante la cirugía bariátrica, la incidencia de sufrir una enfermedad tromboembólica se calcula que es 46 F. PARRAMÓN ET AL– Dos casos de tromboembolismo pulmonar masivo precoz en el postoperatorio de cirugía bariátrica entre 2,4%-4,5%3,4. Excluyendo el fallo de sutura, el TEP es la principal causa de muerte evitable en los pacientes sometidos a cirugía bariátrica5. Presentamos dos casos de TEP masivo postquirúrgico dentro de las primeras 24 horas tras cirugía bariátrica. En la literatura revisada hemos encontrado pocos casos tempranos de TEP en las primeras horas del post-operatorio. Normalmente el TEP aparece a las dos semanas del postoperatorio, aunque este riesgo se puede prolongar en algunas cirugías hasta a los 2-3 meses del acto quirúrgico6. Caso 1 Varón de 32 años, de 178 Kg de peso, 185 cm de altura e índice de masa corporal (IMC) 52 kg/m2. Fumador de 20 cigarrillos/día, con antecedentes médicos de síndrome de apnea del sueño (SAOS), enfermedad de Castleman localizada variante de células plasmáticas e insuficiencia venosa de extremidades inferiores (EEII) de 15 años de evolución, con éstasis venosa y úlceras varicosas residuales. En el preoperatorio se pautó heparina de bajo peso molecular (HBPM) 5.000 UI subcutánea 12 horas antes de la cirugía y vendaje elástico compresivo de las EEII. La siguiente dosis de 5.000 UI de HBPM no fue administrada hasta pasadas 12 horas de la cirugía. Bajo anestesia general balanceada y catéter epidural lumbar L2-L3 para analgesia postoperatoria, se realizó derivación gástrica de R. Capella (reservorio gástrico con anastomosis gastro-yeyunal en Y de Roux e inserción de banda de Gore-Tex proximal a la anastomosis). La intubación orotraqueal fue más difícil de lo habitual y requirió laringoscopio de McCoy por presentar un Cormack-Lehane grado III, intubándose al segundo intento sin problemas. La intervención transcurrió sin incidentes y posteriormente fue trasladado a la Unidad de Reanimación intubado por presentar un retraso en el despertar. El paciente se mantuvo en la cama y permaneció en ventilación mecánica durante 17 horas sin precisar sedación, con FiO2 de 0,4, presión soporte entre 10 y 15 cm de H2O y PEEP de 6 mmHg. A la mañana siguiente, cuando el paciente no tenía ningún signo de sedación fue extubado sin problemas (gasometría arterial con cánulas nasales a 4 litros de oxígeno: pH: 7,37; pCO2: 47,2 mmHg; pO2: 113 mmHg; bicarbonato: 28 mmol/L; exceso de base: 2,7 mmol/L), posteriormente inició deambulación y permaneció en sedestación. Una vez en la planta de hospitalización, aproximadamente a las 22 horas de la finalización de la cirugía, coincidiendo con el cambio del sillón a la cama, inició un cuadro brusco de disnea y cianosis que progresó hasta el colapso cardiorrespiratorio. Se iniciaron maniobras de soporte vital básico (SVB) y soporte vital avanzado (SVA) durante 30 minutos, sin obtener respuesta. La necropsia confirmó el diagnóstico de TEP masivo. Caso 2 Mujer de 48 años, 102 Kg de peso, 160 cm de altura, IMC 40 Kg/m2, e hipercolesterolemia. Dos meses antes de 47 realizar la cirugía bariátrica se le practicó una histerectomía abdominal porque los miomas le causaban importantes metrorragias y anemia. En el preoperatorio de la actual intervención se pautó HBPM 5.000 UI 12 horas antes de la cirugía y vendaje elástico compresivo de las EEII. La siguiente dosis de HBPM fue a las 6 horas de la cirugía. Se realizó derivación gástrica de R. Capella, bajo anestesia general balanceada y catéter epidural dorsal T6-T7 para analgesia postoperatoria que transcurrió sin incidentes. Pasó a la Unidad de Reanimación extubada, consciente, orientada y en sedestación. A las once horas de finalizar la cirugía, coincidiendo con el inicio de la deambulación, presentó pérdida de conciencia con caída al suelo, sin pulsos centrales y cianosis. Inmediatamente se inició ventilación con bolsa reservorio y compresiones torácicas. El monitordesfibrilador mostró actividad eléctrica aberrante por lo que se administró adrenalina y se intubó a la paciente. Después de 10 minutos de reanimación cardiopulmonar recuperó pulsos centrales y retornó a la circulación espontánea. Se colocó a la paciente en la cama y se inició perfusión de líquidos y de fármacos vasoactivos (dopamina a 15 μg Kg–1min–1 y noradrenalina 1 μg Kg–1min–1) por presentar hipotensión severa. Se descartó hipovolemia por sangrado, neumotórax u otros diagnósticos que pudieran causar una actividad eléctrica sin pulso. Ante la alta probabilidad de TEP se volvió a administrar 5.000 UI de HBPM vía subcutánea. El ECG posterior mostró un ritmo sinusal con bloqueo de rama derecha y la ecocardiografía transesofágica evidenció una gran dilatación de las cavidades derechas con disminución severa de la motilidad y desviación del septo hacia la izquierda, con función ventricular izquierda conservada (Fig. 1). Se descartó realizar una tomografía computarizada helicoidal por la gran inestabilidad de la paciente. Durante más de 8 horas la paciente permaneció hipotensa con taquicardia sinusal, presentando durante este periodo varios episodios de actividad eléctrica sin pulso precisando nuevas maniobras de SVA. Posteriormente, ingresó en la Unidad de Intensivos donde permaneció durante varios días. La paciente fue dada de alta domiciliaria a los 15 días sin ninguna secuela. Discusión Un estudio clave realizado por Kakkar7 en el año 1969 demostró la historia natural del tromboembolismo venoso en pacientes sometidos a cirugía sin profilaxis tromboembólica. Gracias a este estudio y otros posteriores, actualmente sabemos que el riesgo de un embolismo pulmonar fatal depende del riesgo de sufrir trombosis venosa a nivel de la pantorrilla. Sin tratamiento, el 20-25% de los trombos de la pantorrilla progresan dentro de las venas femorales y poplíteas provocando trombosis venosa profunda (TVP) y de éstos, sin tratamiento, aproximadamente la mitad desarrollarán TEP8. Se ha visto que sin profilaxis el periodo de más riesgo para que se produzca un TEP fatal es 243 Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 54, Núm. 4, 2007 Fig. 1. Ecocardiograma transesofágico del caso 2 donde se observa la gran dilatación del ventrículo derecho y desviación septal hacía la izquierda. aproximadamente entre el tercer y el séptimo día después de la cirugía6. Nuestros dos casos de TEP tuvieron lugar dentro de las primeras 24 horas tras finalizar la cirugía. En la revisión bibliográfica realizada sólo hemos encontrado un caso descrito de TEP a las pocas horas de la cirugía9. En nuestro primer caso, el TEP apareció a las 22 horas de finalizar la cirugía y lo atribuimos a que era un paciente de alto riesgo por presentar éstasis venosa. Además no realizó deambulación precoz dentro de las primeras horas por la necesidad de ventilación mecánica. También se dudó de la eficacia de la dosis profiláctica de la HBPM, ya que la segunda dosis se dio de forma tardía. Pero de todas maneras, incluso con una profilaxis tanto mecánica como farmacológica insuficiente, no se justifica la aparición de un TEP tan precoz. La enfermedad de Castleman localizada que padecía es una enfermedad poco común y de causa desconocida que cursa con linfadenopatías, estos pacientes “per se” no tienen un riesgo aumentado de trombosis venosa, aunque existe algún caso descrito de trombosis venosa secundaria a la compresión de los vasos venosos por las adenopatías que presentan10. En el segundo caso, el colapso cardiorrespiratorio tuvo lugar a las 11 horas y atribuimos la causa de la prematuridad del TEP masivo a la cirugía realizada tan sólo 2 meses antes. La literatura no contempla como factor de riesgo una cirugía anterior reciente, pero parece que este periodo puede ser de riesgo en pacientes que además presentan otros factores concomitantes como en este caso, ser mayor de 40 años, mujer y obesa mórbida. Dada la gravedad de este cuadro, sería deseable detectar a los pacientes que presenten TVP asintomática preoperatoria para poder iniciar el tratamiento adecuado y reducir de esta manera la probabilidad de TEP postoperatorio. El problema radica en como reconocer a estos pacientes que clínicamente están asintomáticos. 244 Prystowsky11 en un estudio prospectivo analizó la incidencia de TVP en los pacientes de obesidad mórbida y concluye que el Doppler venoso de las EEII preoperatorio no es necesario realizarlo de forma rutinaria, quizá sólo sea conveniente en los pacientes con historia previa de tromboembolismo venoso. Hay autores como Sapala et al 5, en una revisión retrospectiva, apuntan que los enfermos que presenten 4 factores de riesgo como insuficiencia venosa, IMC 60 Kg·m2, obesidad central, éstasis venoso y SAOS serían candidatos a colocarles un filtro temporal en la vena cava inferior de forma profiláctica. Nuestro primer enfermo cumplía casi todos los factores de riesgo, eso nos puede replantear el manejo de estos enfermos con alta probabilidad de sufrir TVP. Aunque todavía no existen estudios randomizados que evalúen la eficacia de colocar filtros temporales en la vena cava inferior, puede considerarse antes de iniciar la cirugía colocar estos filtros en los pacientes que presenten uno o más factores de riesgo, evaluando los posibles beneficios y los efectos secundarios de su colocación12-15. Los métodos profilácticos tanto mecánicos como farmacológicos han sido efectivos y seguros en muchos tipos de cirugía, por lo que se deben implantar de forma rutinaria. En la cirugía bariátrica los métodos más utilizados y recomendados son el uso de medias de compresión elástica o aparatos de compresión neumática intermitente, la deambulación precoz, junto con la tromboprofilaxis farmacológica15-17. Hay estudios que confirman que, a pesar de recibir estas medidas de tromboprofilaxis en el preoperatorio y en el postoperatorio, el riesgo de padecer complicaciones tromboembólicas en la cirugía bariátrica sigue siendo alto18. Este riesgo aumentado se debe a varios factores: al éstasis venoso producido por la inmovilización, a la policitemia, al aumento de la presión intraabdominal que provoca un aumento de la presión de los canales venosos profundos de las EEII y a la disminución de la actividad fibrinolítica con aumento de fibrinógeno3. La muerte del primer enfermo nos replanteó de nuevo la pauta de tromboprofilaxis, que desde entonces se cambió a HPBM cada 12 horas. Esta pauta se mantiene hasta el alta a domicilio y posteriormente se administra una pauta ambulatoria cada 24 h durante 10 días. La duración y el tipo de la tromboprofilaxis en la cirugía bariátrica también están por determinar y supeditadas al uso de técnicas locorregionales2,18. La cirugía laparoscópica respecto a la abierta induce más hipercoagulación pero tiene menos respuesta aguda inflamatoria por lo que parece que existe menos incidencia de TV, sin embargo en la cirugía bariátrica no hay datos concluyentes18. A pesar del énfasis en la profilaxis y en el desarrollo de mejores técnicas diagnósticas y terapéuticas, la 48 F. PARRAMÓN ET AL– Dos casos de tromboembolismo pulmonar masivo precoz en el postoperatorio de cirugía bariátrica mortalidad por TEP masivo es de alrededor de 30%19. Más del 90% de las muertes por TEP, son debidas a que no se ha tratado adecuadamente porque no se ha realizado el diagnóstico de TEP. Sólo el 10% de todas las muertes por TEP, ocurren en pacientes en los que se inició el tratamiento adecuado. De aquí la importancia de realizar un diagnóstico precoz. En caso de TEP submasivo existen multitud de parámetros clínicos y pruebas complementarias que pueden ayudar a realizar el diagnóstico de probabilidad20. En el TEP masivo que provoque un paro cardiaco, como en nuestros dos casos, se tiene que realizar un diagnóstico de presunción, descartando las demás causas que ocasionen un ritmo eléctrico sin pulso. La ecocardiografía transesofágica nos fue útil para el diagnóstico definitivo en el segundo caso. La ecocardiografía es una herramienta muy válida por su rapidez y seguridad en los pacientes inestables hemodinámicamente. En el tratamiento del TEP masivo, lo más adecuado es iniciar la trombolisis de forma inmediata para procurar la lisis del émbolo. Cuando existe una cirugía reciente o sangrado, como en estos dos casos, la trombolisis está contraindicada y sólo nos queda realizar medidas de soporte cardiorrespiratorio. En algunos centros, con recursos, pueden plantearse la cateterización arterial y embolectomía para fragmentar el émbolo y/o administrar pequeñas dosis de trombolítico21. La embolectomía quirúrgica se reserva cuando los otros métodos menos invasivos han fallado o en pacientes que están hemodinámicamente muy inestables o en paro cardiopulmonar22. Tanto para las embolectomías percutáneas o abiertas se necesita de un equipo especializado y todavía hay pocos estudios que demuestren su eficacia sobre otros tipos de tratamiento. En los dos casos, la parada cardiorrespiratoria fue presenciada por personal sanitario. En el primer caso tuvo lugar en la unidad de hospitalización convencional, en cambio, el segundo, ocurrió dentro del área de reanimación, factor que probablemente contribuyó a la supervivencia de la paciente. Los éxitos de la reanimación cardiopulmonar en las unidades de hospitalización normalmente son menores que en las unidades de críticos, atribuibles a que es más fácil que falle algún elemento de la cadena de la vida, debido a la poca experiencia del personal y de los retrasos en iniciar las maniobras efectivas23. Mejorar el diagnóstico de la TVP y una prevención más efectiva en el preoperatorio de los enfermos de obesidad mórbida es la clave para prevenir el TEP postoperatorio. Si éste ocurre, es necesario un diagnóstico precoz y tratarlo de forma agresiva, para ello, es muy importante mantener una alto índice de sospecha diagnóstica incluso en los casos tempranos del postoperatorio. 49 BIBLIOGRAFÍA 1. Vieito Amor M, Hernández-Iniesta J, Santiveri X, García CH, Maestre P, Villalonga A, et al. Morbimortalidad anestésica-quirúrgica en 60 pacientes intervenidos de cirugía bariátrica Rev Esp Anestesiol Reanim. 2002;49(7):365-72. 2. Ogunnaike BO, Jones SB, Jones DB, Provost D, Whitten CW. Anesthetic considerations for bariatric surgery. Anesth Analg. 2002;95(6):1793-805. 3. Adams JP, Murphy PG. Obesity in anaesthesia and intensive care. Br J Anaesth. 2000;85:91-108. 4. Eriksson S, Backman L, Ljungstrom KG. 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