Download Meditación y alimentación ¿Qué comemos?
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14+15+16+17 21/2/10 13:28 Página 4 Espacio Humano ofrece a sus lectores una guía para la meditación de la mano del Centro internacional de Yoga Sivananda Vedanta de Madrid. Desde una óptica práctica iremos analizando, mes a mes y paso a paso, los conceptos fundamentales de esta maravillosa experiencia, para que todos podamos incorporar la meditación y mejorar nuestra forma de aproximarnos a la Vida. Meditación y alimentación ¿Qué comemos? “Los componentes químicos de los diversos alimentos vibran en un rango variable. Cada partícula de comida es una masa de energía. La ingesta de ciertos alimentos establece vibraciones discordantes en el cuerpo físico que lanza a la mente a un estado de oscilación y desequilibrio. La concentración mental se vuelve difícil y el pensamiento elevado es perturbado, pues los pensamientos elevados implican vibraciones finas”. Swami Sivananda en su obra Senda Divina L a meditación, como hemos visto en las entregas anteriores de esta sección va mucho más allá de sentarse con las piernas cruzadas y en silencio. Un conjunto de elementos coadyuva a que ésta pueda experimentarse. El estilo de vida que llevamos nos facilita la meditación o nos aleja de ella. La mente está formada por la parte más sutil de los alimentos. Si la comida es impura, la mente también se vuelve impura en sus funciones y por tanto en la práctica de la meditación. Somos lo que comemos: dice Swami Sivananda. Esta es la máxima de los antiguos sabios de La India, hoy aceptada en Occidente. La comida ejerce una tremenda influencia en la mente. Obsérvalo en tu vida diaria. Tras una indigesta, suntuosa y pesada comida resulta muy difícil controlar la mente. Ésta corre, vagabundea y salta como un mono todo el tiempo. El alcohol causa una gran excitación mental. Según sea el tipo de ali- 16 espacio HUMANO mentos que ingerimos y de las bebidas con las que nos hidratamos así será nuestra práctica meditativa. TIPOS DE DIETA La dieta puede ser de tres tipos en relación con las gunas, denominación sánscrita para las cualidades primordiales de la naturaleza que se manifiestan en diversas combinaciones en todas las cosas. *Dieta Sátvica: equilibrada, pura y armónica. *Dieta Rajásica: relacionada con la acción, la pasión y la dispersión de la energía. *Dieta Tamásica: en la que predomina la oscuridad, la opacidad y la inercia. En la Bhagavad-Guita el Señor Krishna le dice a Arjuna: “Los alimentos que incrementan la vitalidad, la energía, el vigor, la salud y la alegría, y que son deliciosos, blandos, substanciosos y agradables son estimados por el meditador. Las personas apasionadas desean alimentos amargos, agrios, salados, excesivamente calientes, picantes, secos y quemados, y que producen dolor, pesadumbre y enfermedad. Los alimentos que son rancios, insípidos, pútridos e impuros son apreciados por las personas tamásicas.” La leche, la cebada, el trigo, los cereales, las legumbres, la mantequilla, el queso, los tomates, la miel, los dátiles, las frutas y las almendras, entre otros son todos comestibles sátvicos. Vuelven la mente pura y calma y son una parte importante de las prácticas de los que practican la meditación. Los pescados, los huevos, la carne, la sal, los picantes excesivos son alimentos rajásicos; excitan la pasión y vuelven a la mente desasosegada, inestable e incontrolable. La carne, el alcohol, el ajo, las cebollas y el tabaco son alimentos tamásicos, distorsionan la mente de los que meditan y la llenan de ira, ansiedad y confusión. DIETA SÁTVICA, MEDITACIÓN Y REFINAMIENTO DE LA NATURALEZA HUMANA El hombre es mucho más que sólo mente y cuerpo. Es esencialmente un espíritu eternamente perfecto, puro y libre en su auténtica naturaleza interna. El nacimiento humano se ofrece como una oportunidad y un medio para alcanzar ese sublime conocimiento de la naturaleza interna espiritual. En este proceso, las tendencias animales deben aminorarse en el meditador. El hombre ha sido creado como criatura frugívora o comedores de frutas. Es un hecho científico evidente, bajo la comparación con los animales carnívoros, de los que difiere completamente en cuanto a sus órganos internos, dentadura y apariencia externa. Anatómicamente se encuentra más cercano a los monos antropoideos cuya dieta consiste en frutas, cereales y frutos secos. Disminuir las comidas a base de carne y nutrirse directamente de la mano de la naturaleza, de frutas y granos maduros y saludables, de frutos secos y vegetales con miel, queso y leche, elimina un buen número de enfermedades y facilita la práctica de la meditación. Lo necesario es una dieta bien equilibrada, no una dieta rica. La dieta rica produce 14+15+16+17 21/2/10 13:28 Página 5 enfermedades del hígado, los riñones y el páncreas. Una dieta equilibrada ayuda al hombre a crecer, a soportar mayor carga de trabajo, a incrementar su peso corporal y a mantener la eficiencia, la resistencia y un alto nivel de empuje y vigor. SOMOS LO QUE COMEMOS La eficiencia de nuestro cerebro está relacionada con lo que comemos. Si nuestra ingesta incorpora demasiados alimentos manipulados, la mente se llenará de impurezas y se mostrará desequilibrada. Las personas que practican la meditación deben ser conscientes de lo que comen pues la calidad de los alimentos ingeridos afecta directamente a la meditación. Lo óptimo es comer de forma sencilla, lo que no significa que la comida vegetariana, inmersa en el principio de Ahimsa o no violencia y recomendada para los que quieren meditar, deba ser poco apetitosa. Lo ideal es ir suprimiendo poco a poco los alimentos y las bebidas que nos perjudican. Los alimentos precocinados, los demasiado maduros, el alcohol y el tabaco entorpecen nuestra mente, adormilándola e impidiendo la concentración. DIETA VEGETARIANA Y MEDITACIÓN No debes llevar un cambio de dieta radical, pero si quieres realmente que tu práctica meditativa avance es conveniente adoptar una dieta vegetariana sencilla. Hoy, a diferencia de lo que sucedía hace unos años, esta dieta es mejor conocida en Occidente y ya no existe la obsesión de que sin carne no se puede vivir. Sabemos que lo que comemos afecta directamente a nuestra salud. La meditación es más difícil si el estómago está demasiado lleno pues aparece un sopor progresivo que nos adormila e impide la concentración. Observa como funciona tu mente después de una comida pesada, intenta buscar el silencio y meditar. Reconoce que, al menos, te será difícil. Hazlo ahora en ayunas o habiendo comido ligeramente alimentos sencillos: será más fácil. Sabemos que somos lo que comemos. Una parte sutil de nuestra ingesta alimenticia se convierte en nuestra conciencia. La dieta vegetariana sencilla y natural transforma tu conciencia y la mente se apacigua. No lo dudes: simplificando la dieta y haciéndola vegetariana de forma progresiva, sin radicalismos, nos acerca a la experiencia de la meditación.● CENTRO INTERNACIONAL DE YOGA SIVANANDA VEDANTA DE MADRID. www.sivananda.org/madrid espacio HUMANO 17