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ENTORNO INTERNACIONAL Y NACIONAL DE REFERENCIA Resumen Los datos actualmente disponibles y las expectativas a corto plazo son coincidentes en un escenario, a escala mundial, que debe considerarse optimista. Ritmos elevados de crecimiento y revisiones generalizadas al alza respecto a lo que se pensaba hace meses que iba a darse en 2007. La expansión de la economía mundial continúa trimestre tras trimestre. Las preocupaciones de analistas e inversores a escala global son más bien de posible recalentamiento y de cautela ante una fase de fuerte crecimiento que dura más de 4 años (crecimientos agregados por encima del 3%). Nuestro diagnóstico sigue siendo el mismo, a escala global, que el que venimos haciendo en informes anteriores: Las perspectivas para el año en curso son generalmente coincidentes en el mantenimiento de unos ritmos elevados y superiores al promedio 2002-2006. Si comparamos la evolución trimestral del crecimiento durante 2006 para la UE y EE.UU., parece que el optimismo podría aplicarse en Europa. De un punto y medio de mayor crecimiento del PIB en EE.UU. respecto a la Zona Euro en el primer trimestre, el año ha terminado con dos décimas por encima para la eurozona. Sin embargo, mientras que los centros de predicción para EE.UU. apuntan a una ligera desaceleración en 2007 que se corregirá al alza ya en 2008, para la Zona Euro las expectativas son, por el momento, de una disminución progresiva (aunque suave) de ritmo. En conjunto, de cumplirse estas predicciones, ambas zonas crecerían a un ritmo similar durante el presente año, pero retornaría la diferencia, del orden de un punto de porcentaje, en 2008. La economía española continúa en expansión. Sin embargo, la inversión en construcción y el consumo es previsible que no puedan mantenerse a las tasas de crecimiento actuales, al menos a corto plazo. Sin alarmismos excesivos, hay que prepararse para una etapa de mayor moderación en el crecimiento, con ciertos riesgos especialmente vinculados a la construcción de viviendas y el sector inmobiliario. La economía mundial sigue en fase expansionista La expansión de la economía mundial continúa trimestre tras trimestre. Las preocupaciones de analistas e inversores a escala global son más bien de posible recalentamiento y de cautela ante una fase de fuerte crecimiento que dura más de 4 años (crecimientos agregados por encima del 3%). Con la única excepción relevante de Japón y con la UE en proceso de aceleración, el año 2006 arroja un panorama mundial, por grandes áreas geográficas, de una expansión generalizada. Incluso el África Sub-Sahariana en su conjunto se estima que habrá crecido el pasado año por encima del 5% (aunque el punto de partida sea raquítico y la evolución demográfica siga compensando gran parte de esa mejora). Dado que el crecimiento por trimestres sólo puede conocerse (y con inevitable retraso) para los principales países desarrollados, es difícil dar un diagnóstico claro de si el mundo, en su conjunto, tiende a reducir su dinamismo económico. Utilizando los datos disponibles y complementándolos con estimaciones provisionales y predicciones para los dos primeros trimestres del año en curso, parece ya apuntarse una desaceleración para el conjunto de los países más desarrollados, aunque habrá que confirmarla con los datos definitivos de crecimiento del primer semestre de 2007 y con los datos de otras áreas geográficas también relevantes, en particular Asia-Pacífico, Europa Central y del Este no UE y Latinoamérica. 1 El clima económico-financiero sigue siendo favorable a una continuidad de la fase expansiva del ciclo durante 2007 Con diversos matices, las encuestas sobre clima económico realizadas a expertos y a inversores financieros siguen apuntando hacia un mantenimiento de los altos ritmos de crecimiento precedentes, aunque con una ligera tendencia a irse progresivamente debilitando. El panel de expertos (115) de PriceWaterhouseCooper (PWC) correspondiente al primer trimestre de 2007 (Consenso Económico), sigue apuntando hacia una situación favorable de la economía mundial (86% entre excelente y buena), que se mantendrá durante al menos un año (58% igual y 12% de saldo negativo entre mejorar y empeorar). El indicador mundial que consideramos más significativo para medir el clima económico, en opinión de expertos, (1030 expertos de 90 países en la última encuesta correspondiente al primer trimestre de 2007) es el elaborado por el Instituto alemán IFO en colaboración con la International Chamber of Commerce (ICC) de París. Los datos insisten en la opinión de una economía mundial que se mantiene a principios del 2007 en un alto nivel, aunque las expectativas a seis meses vista tienden a empeorar suavemente. En particular para la UE, las expectativas económicas se valoran sensiblemente a la baja dentro de medio año. UBS (anteriormente Unión de la Banca Suiza) elabora mensualmente el Index of Investor Optimism a partir de entrevistas a aproximadamente 1.000 inversores privados (familias) que mantengan activos financieros en EE.UU. o los grandes países europeos de al menos 10.000 dólares o euros. Las preguntas se refieren al grado de confianza en la evolución general de la economía y de los mercados financieros (especialmente bursátiles) en un año. Por su mayor cobertura y detalle, incorporaremos al presente informe la Global Fund Manager Survey de Merrill Lynch, que recoge opiniones de unos 200 inversores institucionales (Portfolio Manager, Asset Allocator, Chief Investment Officer,...) sobre la situación de la economía global y de los mercados financieros internacionales. Los resultados de esta encuesta muestran las contradicciones del momento actual en que se combinan un elevado optimismo inversor y una preocupación incipiente por la evolución económica. Respecto a la situación dentro del ciclo económico global, las opiniones se reparten prácticamente por igual entre los que piensan que aún estamos instalados en una fase media y los que empiezan a temer que nos acercamos al final de la etapa de alto crecimiento. Existe acuerdo generalizado en que es descartable el que puede irse hacia una etapa recesiva en un horizonte de 12 meses, aunque sea posible una progresiva desaceleración del ritmo de crecimiento, opinión sólo compartida por una reducida mayoría. Mayor acuerdo existe en cuanto a un ligero deterioro de los beneficios empresariales, dados los altos niveles alcanzados. En conjunto, los inversores institucionales parecen instalados en una posición de mantenimiento, donde no esperan en los próximos meses grandes cambios. También las expectativas de los centros mundiales de predicción son acordes con una continuidad de la fase expansiva durante 2007 y 2008 El consenso de predictores apunta, como en las encuestas de clima a expertos e inversores, hacia un mantenimiento de altas tasas de crecimiento de la economía mundial durante 2007 y, también, 2008. Más aún: tanto los ritmos de crecimiento 2 estimados para el pasado año, como los previstos para el año en curso, se sitúan por encima de las expectativas de hace 12 meses. Por grandes áreas geográficas, también las expectativas son acordes en altas tasas de crecimiento en 2007 y 2008. Posiblemente, la única rebaja significativa sea la de EE.UU. que podría desacelerar su ritmo en más de un punto de porcentaje durante 2007. Pero lo más significativo no es ya el dinamismo esperado en la economía a escala mundial, sino el que incluso las expectativas de futuro sean ahora superiores a las que se tenían hace un año. Es posible que el aterrizaje de la economía mundial será algo más rápido de lo previsto Los riesgos potenciales múltiples puede que terminen afectando a los altos ritmos de crecimiento previstos: corrección de sobrecalentamientos, mercado de la vivienda, mayor debilidad de EE.UU., desequilibrios estructurales, reducción de beneficios empresariales, volatilidad de activos y tipos de cambio, nuevas elevaciones de precios del petróleo,... ¿No somos demasiado optimistas?. A una evolución global como la prevista por el Banco Mundial en su informe del pasado diciembre (coincidente a nivel agregado con la actual de Consensus Forecast), la califica esta institución de escenario de Soft-landing. Tan suave es la desaceleración como para pasar de un 3,9% de crecimiento del PIB real mundial estimado para 2006 a 3,2% en el presente año y a 3,5% en 2008. Es decir, a pesar del alto ritmo alcanzado, se considera como lo más probable una reducción del orden de sólo medio punto de porcentaje durante el conjunto de este año y el próximo. Sin embargo, el Banco Mundial, añade una nota de alerta sobre el predominio de riesgos hacia una mayor desaceleración: “Aunque el aterrizaje suave es el escenario más probable, la economía global está en un punto de cambio de tendencia tras varios años de muy elevado crecimiento -y tales periodos están cargados de riesgo-. También el pasado siglo empezó bajo auspicios similares, con un extenso periodo de alto crecimiento alentado por el cambio tecnológico y una amplia liquidez. Sin embargo, en lugar de continuar hacia adelante, como adelantaban los economistas líderes de aquel momento, el mundo cayó en la Gran Depresión. Por tanto, aunque el momento actual es tranquilizador, bien se merece una nota de cautela”. Algunos de los riesgos que pueden hacer más brusco el posible aterrizaje de la economía mundial, podrían ser: sobrecalentamiento, mercado de la vivienda, debilitamiento de EE.UU., Desequilibrios estructurales, reducción de beneficios empresariales, volatilidad de activos y tipos de cambio y petróleo. Respecto a un sobrecalentamiento que pueda provocar una desaceleración más acusada, el propio Banco Mundial alerta de que puedan aumentar las presiones inflacionistas, lo que podría exigir medidas para reducir el crecimiento en diversas economías de países en desarrollo, tales como China, India, Argentina y varios países de Asia Central y del Este Europeo. Con relación al mercado de la vivienda también el Banco Mundial es cauteloso al admitir que, aunque poco probable, un crash de este mercado, por ejemplo en EE.UU., con caída de precios, reducción acusada de la inversión residencial y efectos sobre el impago de hipotecas basadas en una continua revalorización de los activos inmobiliarios, podría tener efectos muy negativos que podrían llevar incluso a la recesión a la economía norteamericana. 3 También podría tener efectos a escala mundial una mayor debilidad del crecimiento en EE.UU., consecuencia de efectos conjuntos de correcciones en el mercado de la vivienda y corrección bursátil, principalmente por reducción de unos beneficios empresariales que parten ya de unos niveles muy elevados y difíciles de seguir mejorando. Un tema adicional de preocupación es el de los desequilibrios persistentes de las balanzas por cuenta corriente de algunos países (principalmente EE.UU.), que suponen una necesidad continuada de financiación internacional. Referido a EE.UU. el Banco Mundial avisa de que “el riesgo a medio plazo para la economía global reside en que el ajuste se produzca no en el lado real sino en el financiero, bien porque los inversores pierdan rápidamente confianza en el dólar provocando una crisis de tipos de cambio, elevación de tipos de interés en EE.UU. y perturbaciones en los mercados financieros- o porque se demanden progresivamente mayores tipos de interés para los activos financieros nominados en dólares.” Estas preocupaciones las comparte The Institute of International Finance en sus informes sobre flujos de capital. Sin entrar en mayores detalles, sólo llamar la atención sobre la caída de la inversión, particularmente en edificación y equipamiento residencial, así como el pésimo dato último sobre exportaciones. Por último, no hay que olvidar el riesgo permanente de una reducción en la oferta mundial de petróleo, consecuencia de un recrudecimiento de algunos de los conflictos bélicos potenciales. Simulaciones realizadas para el último Global Economic Prospects del Banco Mundial, sugieren que un shock de oferta de dos millones de barriles por día, provocaría una duplicación de los precios del crudo durante un periodo de tres meses, manteniéndose en el nivel de los 80$ barril durante los siguientes nueve meses, lo que podría suponer un punto y medio de menor crecimiento para el PIB mundial, en comparación con el escenario básico. Existen dudas razonables de los predictores sobre la evolución futura del precio del barril de petróleo, en particular con un horizonte de un año, así como de la evolución de los tipos de interés. A pesar de que el crecimiento en 2006 para la UE fue superior a lo inicialmente previsto, continúan primando las expectativas de desaceleración. El contexto económico más cercano para nuestro país, la UE, ha mejorado durante el pasado año, claramente por encima de lo previsto, pero las expectativas no pueden calificarse de optimistas al menos para 2007/2008. Frente a un grupo de países cuya economía puede calificarse de expansiva (entre los que se encuentra España), aproximadamente la mitad, en peso de PIB, presentan un débil crecimiento. Si comparamos la evolución trimestral del crecimiento durante 2006 para la UE y EE.UU., parece que el optimismo podría aplicarse en Europa. De un punto y medio de mayor crecimiento del PIB en EE.UU. respecto a la Zona Euro en el primer trimestre, el año ha terminado con dos décimas por encima para la eurozona. Sin embargo, mientras que los centros de predicción para EE.UU. apuntan a una ligera desaceleración en 2007 que se corregirá al alza ya en 2008, para la Zona Euro las expectativas son, por el momento, de una disminución progresiva (aunque suave) de ritmo. En conjunto, de cumplirse estas predicciones, ambas zonas crecerían a un ritmo 4 similar durante el presente año, pero retornaría la diferencia, del orden de un punto de porcentaje, en 2008. A pesar de todo, el europesimismo crónico va teniendo que corregirse permanentemente y la predicción de crecimiento del PIB en 2006 era del orden del 2% a principios de ese año y terminó en cerca del 3%. Las predicciones referidas al año en curso se iniciaron por debajo del 2% y ya se han corregido medio punto al alza. Sin embargo, hay poco optimismo respecto a una reactivación clara de la UE, al menos para el 2008. Parece que la expansión económica (que concretaremos en ritmos de crecimiento del PIB del 3% o superiores), aunque afecta a casi todos los países de la Ampliación y a seis de la UE-15, no termina contagiándose al resto de países. En último término, es difícil pensar en una UE en expansión generalizada con grandes países en situación de debilidad (crecimientos entre el 1,5 y el 2%), como es el caso de Alemania, Francia e Italia, además de Portugal. Prácticamente, el 50% de la economía de la UE, puede calificarse de crecimiento débil en 2007, sin que se espere una clara corrección en 2008. Progresiva revisión al alza de las predicciones previas de crecimiento para España en 2006 y 2007, pero con tendencia a la desaceleración y reducción del diferencial con relación al conjunto de la UE La economía española continúa en expansión y no parece que la posible desaceleración pueda conducir a una situación de debilidad. Sin embargo, la inversión en construcción y el consumo es previsible que no puedan mantenerse a las tasas de crecimiento actuales, al menos a corto plazo. En enero de 2006 las predicciones de consenso situaban el crecimiento de la economía española para el pasado año en 3,1%. La cifra final se situó ocho décimas de punto por encima. Para el 2007, hace un año el consenso era el 2,9% y actualmente se ha revisado ya en siete décimas de punto al alza. Sin embargo, existe un acuerdo generalizado en que el crecimiento económico se reduzca en 2007 y 2008 hasta situarse en un todavía confortable nivel del orden del 3% el próximo año. De ser correctas estas predicciones, se reducirá a sólo medio punto de porcentaje el crecimiento diferencial positivo de España respecto a la UE-25. Tomando como referencia el pasado año, el diferencial positivo para España, de cerca de un punto de porcentaje, podría explicarse sólo por el mayor ritmo de consumo de las familias. Ese diferencial aún sería más acusado si se añade el impacto sobre el PIB del consumo público y la inversión fija. La menor dinamicidad de las exportaciones españolas compensa, sin embargo, la mayor contribución al crecimiento de las partidas anteriores. Por sectores, la mayor aportación al crecimiento diferencial proviene de la construcción (tres décimas de punto) y de los servicios en su conjunto, aparte del mayor crecimiento de los impuestos netos sobre productos. Sólo la industria supone una aportación menor al crecimiento en España que en la UE. Precisamente, a futuro puede ser el consumo y la inversión en viviendas los agregados que expliquen la desaceleración de la economía española, excepto en el caso de que su efecto quede compensado por un sector exterior más dinámico, lo que no es previsible a corto plazo dada la inflación diferencial acumulada desde nuestra entrada en el euro y las reducidas ganancias de productividad. 5 La opinión predominante de los asociados (aproximadamente dos tercios) en nuestra última Junta de Predicción de finales del pasado año, era que un déficit por cuenta corriente que va deteriorándose progresivamente desde hace años y puede acercarse a niveles del 10% del PIB, colaborará a una progresiva desaceleración del crecimiento, de no corregirse adecuadamente. Los riesgos para la economía española Sin alarmismos excesivos, hay que prepararse para una etapa de mayor moderación en el crecimiento, con ciertos riesgos especialmente vinculados a la construcción de viviendas y el sector inmobiliario. Sin caer en pesimismos no justificados, parece inevitable una desaceleración de consumo, empleo e inversión en construcción. Si queremos evitar que ello se traduzca en menor ritmo de crecimiento del PIB, habrá que tomar acciones compensadoras muy especiales, particularmente en la dinamización del sector exterior. El efecto que puede esperarse sobre la desaceleración del crecimiento proviene de la suma, interacciones y efectos inducidos de tres aspectos: 1) Efecto sobre el consumo familiar de un fuerte endeudamiento de las familias y la consiguiente reducción de los recursos disponibles, acelerada si continúan los incrementos de los tipos de interés, especialmente de los hipotecarios. 2) Efecto sobre el consumo familiar de una desaceleración, estancamiento o incluso reducción de la riqueza familiar como consecuencia de la evolución del precio de la vivienda y una menor revalorización de activos financieros. 3) Efecto de reducción de la actividad constructora, en particular en la edificación de viviendas, con los efectos en cadena sobre el empleo y sobre otros sectores. Nuestras hipótesis de trabajo no son especialmente pesimistas sobre los efectos renta+riqueza sobre consumo y sobre la incidencia del ajuste en el mercado inmobiliario sobre FBCF y empleo. El problema es que parece inevitable una menor generación de empleo en la construcción (aunque no se llegue a la reducción de puestos de trabajo que exigirían las mejoras de productividad) y ello incide sobre la creación de nuevos puestos de trabajo en el total de la economía y, por tanto, sobre el crecimiento de la renta disponible y del consumo. Pero además hay que añadir el impacto de una carga financiera creciente de las familias. Sólo acciones compensadoras en otros campos (p. ej. en el sector exterior) pueden evitar, en nuestra opinión, una desaceleración de la economía española. En resumen, varios de los riesgos considerados a escala mundial se repiten en España con características propias. El flujo de nuevos hogares, que se estima entre 400.000 y 300.000 por año durante el periodo 2006-2011. Los cálculos apuntan a un promedio anual de 360.000 nuevos hogares de residentes, 140.000 de inmigrantes y 113.000 de turistas, de los que habría que deducir unos 250.000 de hogares que salen del sistema como consecuencia del envejecimiento de la población. En términos de crecimiento de la inversión real en vivienda, incluso un ajuste gradual lo reduciría a cero hacia el 2008 y al –2% en 2009. En el caso de ajuste brusco, la caída podría llegar hasta el –5%, según estas estimaciones. La opinión de las empresas vinculadas al Panel Sectorial de Ceprede sobre la evolución futura en España de la construcción, sus materiales y el alquiler inmobiliario, coinciden en una corrección suave en 2007 y acusada en 2008 aunque manteniéndose en tasas positivas de crecimiento. Sin embargo, una institución poco dada a alarmismos como es el FMI incluye en su informe último de abril 2007 un análisis de evoluciones alternativas observadas en EE.UU. en las fases de desaceleración del mercado de la vivienda, que debemos también tener como referencia. 6 Los resultados apuntan que en las desaceleraciones más acusadas (un cuarto de los casos observados) las diferencias de crecimiento medio entre los seis trimestres anteriores y posteriores al momento de pico en los precios de la vivienda, pueden ser de hasta nueve puntos de porcentaje en inversión residencial y del orden de 1,5 puntos en crecimiento del PIB. Esta evolución podría llevar a una reducción de la inversión residencial que se situase en el 75% de la zona de máximos al cabo de tres años de desaceleración progresiva. (escenario más pesimista). En las predicciones Ceprede para nuestro escenario básico, mantenemos una clara tendencia a la baja de la renta familiar disponible (ante una carga financiera creciente), la actividad del sector de la construcción y el empleo generado directamente. Equipo HISPALINK-CENTRAL Antonio Pulido 7