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En defensa del clero Written by Elizabeth Lev En 1790 la mayor parte del mundo felicitaba a Francia por lo que parecía una exitosa resolución de su revolución. El odiado rey había sido subyugado y los vientos del cambio soplaban sobre la nación oprimida, ofreciendo la esperanza de un futuro mejor bajo un gobierno mejor. Los periódicos que entonces exultaban proclamando el albor de una nueva era de paz y prosperidad, mientras que los antecesores de los analistas mediáticos de hoy comparaban el cambio a la Gloriosa Revolución inglesa de 1688. Hubo un observador, sin embargo, el estadista inglés Edmund Burke, que no se dejó engañar por las imágenes triunfalistas difundidas por la propaganda revolucionaria. Burke vio que las nubes de una tormenta mucho más fuerte ya se apretaban en el horizonte ¿Cuál fue la primera indicación que la revolución había agotado su curso? Fueron los ataques sostenidos dirigidos al clero católico. Luego que la Asamblea Nacional recortara la autoridad de Luis XVI en 1789 descendió el entusiasmo de la literatura antimonárquica, pero las acusaciones contra el clero católico por errores pasados y presentes creció. Los casos aislados de inmoralidad en el clero fueron magnificados para que pareciera que la depravación era endémica en el sacerdocio (es irónico que al mismo tiempo abundara el libertinismo rampante en la sociedad). Los propagandistas franceses trabajaron dia y noche desenterrando los escándalos del pasado sin importar si habían ocurrido hacía una década o un siglo. En sus Reflexiones Sobre la Revolución Francesa, publicado en 1790, Burke, que era protestante, le preguntaba a los franceses "Por el estilo general de las últimas publicaciones de toda suerte, uno tendría que creer que el clero francés está compuesto por monstruos, una horrible mezcla de superstición, ignorancia, desidia, fraude, avaricia y tiranía, pero... ¿es cierto eso?" 1/4 En defensa del clero Written by Elizabeth Lev ¿Qué diría Edmund Burke de los titulares de las pasadas semanas, donde las historias de abuso sexual por un clérigo alemán ocurridas hace ya un cuarto de siglo, han llenado las primeras planas y las pantallas de los noticiarios de televisión? ¿Qué pensaría él de la insistencia en tratar de pegarle ese abusador sexual al mismo Papa con la más tenue de las conexiones? En 1790, Burke contestó su propia pregunta retórica con estas palabras: "No escucho con mucha credulidad a los que hablan mal de las mismas personas a quienes se disponen a desplumar. Más bien sospecho que los vicios son imaginarios o exagerados cuando es la ganancia el fin perseguido por el castigador". Mientras se escribían estas palabras los revolucionarios franceses se preparaban para confiscar en masa las tierras de la Iglesia. A medida que la venta de las propiedades de la Iglesia se venden para llenar los cofres de un contingente de abogados y especuladores de bienes inmobiliarios, uno tiene que darle crédito a Burke por su profunda e histórica comprensión de la naturaleza humana. Los reportes salaces informando de abusos por parte del clero (presentados como si se limitaran solamente al clero católico) han recibido una atención mucho mayor que las masacres de cristianos en India e Irak. Es más, el término "abuso sexual en el clero" es presentado inexactamente como "pedofilia" para azuzar aún más la ira del público. No se necesita la penetrante visión política de un Edmund Burke para preguntarse por qué la Iglesia Católica ha sido separada especialmente para este tratamiento. Nadie niega los delitos y el daño que ha causado esa minoría de curas, su conducta desviada ha sido usada para ensuciar las reputaciones de la mayoría del clero que viven vidas santas y reposadas en sus parroquias, atendiendo a sus feligreses. Estos hombres buenos han sido enchastrados por la misma tinta venenosa. La realidad brutal es que hoy hay unos 39 millones de niños y niñas víctimas de abuso sexual solamente en los Estados Unidos. De entre estos, el 40% al 60% han sido abusados por miembros de sus propias familias (la mayor parte por tios, primos, padrastros y hombres relacionados con madres solteras). Carol Shakeshaft y Audrey Cohan han producido un estudio que muestra que un 5% han sido molestados sexualmente por sus maestros en la escuela, mientras que el New York Times publicó una encuesta mostrando que menos del 2% de los ofensores eran sacerdotes católicos. Pero si uno lee la prensa pareciera que el clero católico tiene el monopolio del abuso sexual de niños. 2/4 En defensa del clero Written by Elizabeth Lev La explicación de Burke del furioso anticlericalismo de entonces podría volver a ser escrita hoy mismo: la denigración del clero consistió en "enseñar al pueblo a perseguir a sus propios pastores ... haciendo crecer el deprecio y el horror por el clero." Si Burke viviera hoy, quizás podría discernir otro motivo detrás de los ataques selectivos al sacerdocio católico, aparte de la ambición por los bienes de la Iglesia. Hablo de la destrucción de la credibilidad de un poderoso referente moral en la arena pública. El ejemplo más reciente toca de cerca la batalla por la reforma de las leyes de salud en los Estados Unidos. La sonora oposición de la Conferencia de los Obispos de los Estados Unidos (particularmente en lo que se refiere a la subvención del aborto con fondos públicos) ha probado ser especialemente molesta para los que proponen dicha legislación. A medida que se acercaba el voto final en el congreso estadounidense, la insistencia de las noticias en los escándalos de abuso sexual han alcanzado un nivel frenético. La gran cantidad de manifestantes en la Marcha por la Vida en enero, la reprimenda que el obispo Tobin le dió públicamente a Patrick Kennedy por su posición en favor del aborto y el éxito del movimiento pro-matrimonio en los Estados Unidos, todo indica que la voz de los obispos es recibida entre la gente. Para silenciar la voz moral de la Iglesia, se ha recurrido al descrédito de sus ministros. A los tres años de la publicación de las reflexiones de Burke, sus predicciones resultaron ser ciertas. El Terror descendió sobre Francia en 1793, llevando cientos de sacerdotes a la guillotina y forzando al resto a tomar juras de lealtad al Estado por sobre la Iglesia. Para Burke estaba claro que la campaña anticlerical de 1790 había sido "solo temporaria y preparatoria en el plan para abolir la religión cristiana" por medio de "exponer a sus ministros al desprecio universal". Uno espera que los americanos tengan el buen sentido de cambiar el curso antes de llegar a ese punto. Traducido por Carlos Caso-Rosendi 3/4 En defensa del clero Written by Elizabeth Lev Publicado originalmente en: Politics Daily Referencias Elizabeth Lev es escritora e historiadora especializada en arte. Reside en Roma, donde han nacido sus tres hijos. Enseña en el campus romano de la Universidad de Duquesne y es la autora de una biografía de Caterina Riario Sforza, la heroína casi desconocida del Renacimiento Italiano. Su documental en diez capítulos sobre los museos del Vaticano se puede ver en EWTN la Red de la Palabra Eterna. 4/4