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El árbol que se bebió las estrellas Cuento: Rosa Mª Badillo Baena Dibujos:Pilar Peña García COLECCIÓN GOTAS DE ETERNIDAD Actividades: LA DIDÁCTICA DEL SER Este cuento se creó y se contó, por primera vez, en el año 2006 en una clase de Educación Infantil del Colegio San Sebastián de Pueblo de Mijas, donde estaba mi hijo Angel con cinco años. Su tutora, Aurora Romero, al ver como los niños y las niñas se quedaban maravillados con la narración y la actividad, me pidió que lo escribiera. Por eso, hoy pervive. Gracias al Grupo Arco Iris de Madres Narradoras, se ha seguido contando y su magia se ha expandido a otros colegios. El árbol que se bebió las estrellas Deposito legal: MA-322-12 Colección Gotas de Eternidad. Actividades: La Didáctica del Ser. Cuento: Rosa María Badillo Baena Ilustraciones: Pilar Peña García Edición: Juan Carlos Pérez Torres Junio 2012 2 11 ACTIVIDAD DIDÁCTICA: LA ESTRELLA INTERIOR Este cuento está inspirado en la historia que me contó una maestra llamada Margarita. Por lo visto, su madre, para que comiera manzanas, siempre le decía que el árbol del manzano logró alcanzar las estrellas y se las comió. Por eso, las manzanas tenían estrellas dentro. Y así se lo demostraba cuando las abría. Para contar el cuento, y mostrar a los oyentes que, efectivamente, las manzanas tienen una estrella dentro, se pueden llevar varias manzanas a la cuentulia y partirlas delante del auditorio. Hay que contarlas de forma transversal para que se dibuje esta figura en su corazón. Yo suelo utilizar las manzanas “Fuji” que son las más proclives a tener la forma de estrella en su interior. 10 SEMBRANDO HUMANIDAD Con este cuaderno se inicia una colección de cuentos que he titulado: GOTAS DE ETERNIDAD. Porque creo, como los sabios antiguos, que cuando un cuento lleno de sabiduría cae en la Tierra es como si una gota de eternidad cayera en nuestro planeta. Esto creía Nostradamus, el mayor visionario de todos los tiempos. Cada vez que pensaba en esta colección de cuentos me venía a la mente una imagen que brotaba de lo más profundo de mi corazón. Era una abuela sentada en una butaca con un cuento entre sus manos. A ella llega un niño, que se apoya en su regazo, y le pide que le cuente la historia que está leyendo. En ese instante, el tiempo no existe, es un momento eterno lleno de plenitud, donde solo el amor, la calidez y la ternura son los protagonistas. Los cuentos de esta colección van acompañados de unas actividades didácticas que son la continuación de una línea de trabajo que está implícita en mi forma de enseñar desde que soy maestra y a la que he denominado: DIDÁCTICA DEL SER. Deseo que disfruten de la magia de estas narraciones y que su mensaje se expanda sembrando humanidad por doquier. 3 El árbol que se bebió las estrellas Cuenta la voz del viento que hubo una vez un árbol que se bebió las estrellas… Ésta es la historia de un hermoso manzano que daba hermosas manzanas rojas, tan hermosas, tan hermosas, que todos los niños y las niñas que las veían, querían cogerlas y comérselas. En verdad, era el árbol más bello de aquel lugar. Sin embargo, él no estaba contento consigo mismo, porque, aún, no había logrado realizar su gran sueño: alcanzar las estrellas. Todas las noches, el manzano intentaba estirar sus ramas para tocar los luceros. Y al sentir que no podía llegar hasta el cielo iluminado, luchaba con la tierra para sacar sus raíces que lo tenían prisionero. Su sueño, ¡parecía tan imposible!... Aún así, no sabía lo que era el desánimo, y el manzano no dejaba de intentar ser más ligero que un pájaro. 4 9 Una tarde escuchó un pío pío incesante que se acercaba hasta él. Era una bandada de pájaros azules que habían cruzado el mar y habían tomado el color de océano. Por el esfuerzo realizado, tenían tanta hambre que se posaron en el manzano y en un santiamén devoraron todos sus frutos. El árbol se sorprendió de una ayuda tan inesperada, pero, mayor fue su asombro cuando miró al suelo. Pues, descubrió, maravillado, que dentro de sus frutos estaban todas las estrellas de sus sueños. 8 5 Así que un día decidió tocar su tronco como si fuera un tambor. Hizo un esfuerzo tremendo para que las ramas más bajas golpearan su talle, con la esperanza de soltar todas sus manzanas, que eran un lastre para él. Sonó y resonó en todo el campo durante un buen rato. Pero, cuando miró al suelo, ¡sólo había caído una manzana!. ¡Qué decepción! Sin embargo, el árbol no se rindió, lo intentó de nuevo. Esta vez esperó que soplara el viento del norte, seguramente, él le arrancaría todos sus frutos. Cuando azotó el vendaval lo hizo más fuerte que nunca; y el manzano se abandonó a su azote muy gustoso. Después de cesar la ventisca, el manzano miró ansioso a sus pies, pero, ¡solo habían caído dos manzanas! ¡Qué triste se sintió!, hasta dejó caer hojas como lágrimas. Tras esta experiencia, pensó que nunca se llenaría del brillo de las estrellas. Entonces, se volvió hacia dentro y cerró su alma de árbol. 6 7