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REV. OBSTET. GINECOL. - HOSP. SANTIAGO ORIENTE DR. LUIS TISNÉ BROUSSE. 2009; VOL 4 (1): 61-65 INFECCIONES INTRAHOSPITALARIAS Y EPIDEMIOLOGÍA CLÍNICA Higiene de manos y resistencia bacteriana a los antibióticos Ana M. Demetrio R1, Jorge Varas C2 RESUMEN Estudios convincentes demuestra n que una mejor higiene de ma nos puede reducir la frecuencia de infecciones rela ciona da s con la a tención sa nita ria . El incumplimiento de dicha higiene se considera la principa l ca usa de esta s infecciones, fa cilita la propa ga ción de orga nismos multirresistentes y contribuye a brotes infecciosos. Los beneficios que puede reporta r la promoción efica z de higiene de la s ma nos supera n los costos, por lo que debe a poya rse su a mplia difusión. La tra scendencia de la s infecciones intra hospita la ria s (IIH) es enorme, ya que a fecta la ca lida d de la a tención y la segurida d de los pa cientes, con costos a diciona les evita bles. Palabr as clave: Higiene de ma nos, resistencia ba cteria na , brote epidémico. SUMMARY Convincing studies demonstra te tha t better ha nds hygiene ca n reduce the frequency of infections rela ted to the sa nita ry a ttention. The brea ch of this hygiene considers the ma in ca use of these infections, fa cilita tes the propa ga tion of ba cteria l resista nce a nd contributes to epidemic outbrea k. The benefits tha t ca n report the effective promotion of ha nds hygiene surpa ss the costs, rea son why its a mple diffusion must be done. The importa nce of nosocomia l infections (IN) is enormous, since it a ffects the qua lity of the a ttention a nd the security of the pa tients, with a voida ble a dditiona l costs. Key words: Ha nd hygiene, ba cteria l resista nce, epidemic outbrea k. INTRODUCCIÓN L as infecciones intrahospitalarias, también denominadas infecciones nosocomiales o infecciones relacionadas con la atención sanitaria afectan a miles de pacientes en todo el mundo. Son consecuencia involuntaria de dicha atención, y a su vez ocasionan afecciones más graves, hospitalizaciones más prolongadas y discapacidades de larga duración. Representan además un alto costo 1 Enfermera Especialista en Control de Infecciones Intrahospitalarias. 2 Médico Comité Infecciones Intrahospitalarias. Correspondencia a : Ana M. Demetrio R. E mail: amdemetrio@hsoriente.cl imprevisto para los pacientes y sus familias, una carga económica adicional para el sistema de salud y elevan la mortalidad. Su etiología es multifacética y se relaciona con los procesos de prestación sanitaria, las limitaciones económicas y con el comportamiento humano condicionado por la educación. La mayoría de las complicaciones y defunciones derivadas de infecciones relacionadas con la atención sanitaria pueden evitarse. La higiene de las manos sigue siendo la medida principal para reducir su incidencia y detener la diseminación de la resistencia a los antimicrobianos, lo que mejora la seguridad del paciente en todos los ámbitos. Sin embargo, la adhesión a esta práctica es muy deficitaria en todo el mundo, por tanto se hace indispensable realizar los esfuerzos necesarios para incentivar 61 REV. OBSTET. GINECOL. - HOSP. SANTIAGO ORIENTE DR. LUIS TISNÉ BROUSSE. 2009; VOL 4 (1): 61-65 la higiene de manos y cautelar que existan los recursos suficientes para que resulte eficaz. El Desafío Mundial por la Seguridad del Paciente 2005-2006 diseñado por la OMS “Una a tención limpia es una a tención má s segura ”, centra su atención en mejorar las normas y prácticas de higiene de manos en la atención sanitaria. Este desafío es una realidad a nivel mundial, ya que actualmente no existe sistema sanitario que pueda negar la importancia del cumplimiento de estas recomendaciones. La idea que una atención más limpia es una atención más segura no es una opción, sino un derecho de los pacientes a una atención de calidad.1,2 EPIDEMIOLOGÍA Las infecciones relacionadas con la atención sanitaria se producen tanto en países desarrollados como en aquellos con escasos recursos. Constituyen una de las principales causas de muerte de pacientes de todas las edades y especialmente en aquellos más vulnerables. Cuanto más enferma esté la persona, mayor es el riesgo que contraiga alguna infección de este tipo y muera a consecuencia de ella. Los hospitales han sido concebidos para curar a los enfermos, pero también son fuentes de infección. Es una ironía que los avances médicos puedan ser parcialmente responsables de que las infecciones nosocomiales se cuenten entre las principales causas de muerte en algunas partes del mundo. En países desarrollados, entre 5 y 10% de los pacientes hospitalizados en centros para enfermedades agudas, contraen una infección que no padecían o no estaban incubando al momento de ingresar. En los Estados Unidos de América, uno de cada 136 pacientes ingresados se enferma gravemente por infecciones contraídas en el hospital. Ello equivale a dos millones de casos y aproximadamente 80.000 muertes anuales. En países en los que el sistema de salud debe enfrentar la falta de recursos humanos y técnicos, la sobrecarga que representan las infecciones relacionadas con la atención sanitaria es aún más importante.1,2 En nuestro país se estima que alrededor del 3% de las IIH se asocian a muerte de pacientes o contribuyen fuertemente a este desenlace3. Por otra parte, patógenos resistentes a muchos antibióticos son cada vez más frecuentemente aislados en los cultivos de las actuales infecciones, haciendo cada vez más difícil encontrar tratamientos efectivos para su control. Otro problema que se agrega es la 62 diseminación de bacterias multirresistentes al interior de los hospitales por las manos de los trabajadores de la salud, constituyéndose en el modo primario de transmisión de estos patógenos. La higiene correcta de las manos es la medida más simple para prevenir el desarrollo y expansión de la resistencia bacteriana. Sin embargo en la mayoría de los centros asistenciales, la adhesión a esta práctica es inaceptablemente baja. En la literatura se describe que raramente excede el 40%.4 La higiene de manos se realiza en diferentes situaciones durante la atención de pacientes: antes de instalar vías venosas centrales, realizar procedimientos quirúrgicos entre otros. En estos casos los funcionarios son muy cuidadosos de realizar higiene de manos, sin embargo es durante la atención rutinaria cuando esta práctica es olvidada, comprometiendo la seguridad del paciente y aumentando el riesgo de diseminación de microorganismos multirresistentes. La necesidad urgente de mejorar la adhesión a higiene de manos deriva del aumento acelerado de la resistencia bacteriana y posterior diseminación a través de las manos de los trabajadores de la salud. Ejemplo de ello son Sta phylococcus a ureus meticilino resistente (SAMR), Enterococo vancomicina resistente, enterobacterias productoras de betalactamasa de espectro expandido (BLEE) y bacterias resistentes a carbapenémicos. Esto es especialmente importante en caso de brotes epidémicos, en que los establecimientos sanitarios actúan como multiplicadores de la enfermedad.2,5,6 Las causas principales para el aumento de estos microorganismos multirresistentes son complejas. Las prácticas de aislamiento inconsistentes, la irracionalidad en el uso de antibióticos y la escasa adhesión a higiene de las manos de rutina son los principales causantes de este incremento en la resistencia bacteriana. Las razones por las cuales los trabajadores de la salud no realizan higiene de manos durante la atención rutinaria de pacientes, incluyen la carencia del conocimiento científico, falta de conciencia sobre los riesgos, errores conceptuales (por ejemplo, “el uso de guantes no necesita la higiene previa de las manos”), carencia de modelos entre colegas o superiores, sobrepoblación de pacientes y falta de prioridad institucional para esta medida. FLORA MICROBIANA DE LA PIEL La piel normal habitualmente posee bacterias, frecuentemente entre 102 y 106 Unidades Formadoras HIGIENE de Colonias (UFC)/cm cuadrado. Durante las actividades diarias los funcionarios de la salud acumulan microorganismos de manera progresiva en sus manos por el contacto con pacientes o con superficies o aparatos contaminados. Podemos distinguir dos tipos de flora microbiana: residente o colonizante y transitoria o contaminante. La flora residente coloniza las capas más profundas de la piel y son más resistentes a su remoción que la flora transitoria. Habitualmente está compuesta por estafilococos coagulasa negativos y corinebacterias que se multiplican en los folículos pilosos. La flora residente tiene menor potencial patogénico que la transitoria y se la considera muy importante para prevenir la colonización por otros microorganismos potencialmente más patogénicos. La flora transitoria se encuentra en la superficie de la piel, por períodos cortos, y son transferidas a las manos del personal de salud generalmente por el contacto con otro paciente o superficies contaminadas. Se eliminan fácilmente por medios mecánicos como el lavado de las manos. La flora transitoria está compuesta habitualmente por Sta phylococcus a ureus, bacilos gramnegativos o especies de Ca ndida responsables de la mayoría de las infecciones asociadas a la atención sanitaria y posterior diseminación de la resistencia microbiana. Una de las medidas más importante para la prevención y control de infecciones nosocomiales es la higiene de manos. La forma más frecuente de transmisión de microorganismos patógenos entre pacientes se produce a través de las manos del personal sanitario (transmisión cruzada). La fuente de estos microorganismos la forman no sólo los pacientes con infecciones activas, sino también aquellos pacientes que están colonizados por los mismos. Otra manera de transferir microorganismos a las manos del personal es el contacto directo con superficies ambientales del entorno cercano al paciente (mobiliarios, equipos, artículos, etc.). HIGIENE DE MANOS Es durante la atención convencional de pacientes cuando se produce el riesgo de transmisión de microorganismos por parte del personal. El desafío en la actualidad es por una parte lograr una mayor adhesión a la práctica de higiene de manos en la atención rutinaria de pacientes y por otra garantizar la eliminación de microorganismos multirresistentes y su posterior diseminación, es decir no sólo necesi- DE MANOS Y RESISTENCIA BACTERIANA A LOS ANTIBIÓTICOS tamos manos limpias sino además manos seguras para el paciente. En lo que se refiere al cuidado directo de pacientes se han definido dos tipos de eliminación de microorganismos de las manos del personal: 1. Higiene o lavado clínico, cuyo principio se sustenta en el arrastre mecánico. El procedimiento consiste: en manos libres de accesorios, mojar manos y muñecas con agua corriente, aplicar jabón, friccionar palmas, dorso y espacios interdigitales, enjuagar con abundante agua, secar con toalla desechable o de un solo uso y cerrar el grifo sin contaminar. Se recomienda al personal del equipo de salud que este procedimiento lo realice: • Cuando las manos están visiblemente sucias o contaminadas con sangre u otros fluidos corporales. • Antes de comer y después de usar los sanitarios. • Cuando se sospecha o se confirma pacientes portadores de bacilos esporulados, ya que todos los antisépticos tienen pobre actividad contra las esporas. 2. Higiene o descontaminación de manos con antiséptico. Consiste en: cuando las manos no se encuentren visiblemente sucias aplicar gel antiséptico y friccionar palmas, dorso y espacios interdigitales hasta que las manos se sequen. Existen cinco momentos críticos en atención de pacientes donde se pueden transferir microorganismos a las manos, incluidos los multirresistentes y, por tanto, se recomienda la descontaminación rutinaria con un antiséptico7. Estos momentos son (Figura 1): 1. Antes del contacto directo con la piel indemne de pacientes (valoración física, toma de signos vitales, auscultación y cuando se acondiciona a los pacientes). 2. Antes de instalación o manipulación de procedimientos invasivos que no sea de tipo quirúrgico. 3. Después del contacto con fluidos corporales, membranas mucosas, piel no intacta aun cuando se porten guantes. 4. Después del contacto con piel intacta de pacientes (valoración física, toma de signos vitales, auscultación y cuando se acondiciona a los pacientes). 5. Después de tocar objetos inanimados de la proximidad inmediata a los pacientes (incluye equipamiento médico). En la actualidad se dispone de diversos tipos de agentes antisépticos tanto jabonosos como solucio- 63 REV. OBSTET. GINECOL. - HOSP. SANTIAGO ORIENTE DR. LUIS TISNÉ BROUSSE. 2009; VOL 4 (1): 61-65 Figura 1. Descontaminación de manos. Cinco momentos intransables nes antisépticas que no requieren de la utilización de agua para conseguir este objetivo. Algunos avances recientes, como la disponibilidad de soluciones alcohólicas, pueden ayudar a mejorar el cumplimiento de la descontaminación de manos, por su rapidez y facilidad de utilización. ALCOHOLES Y SOLUCIONES ALCOHÓLICAS Los alcoholes utilizados habitualmente como antisépticos de manos son isopropanol y etanol. Las soluciones que contienen 70%-95% de alcohol son las más eficaces. Éstas tienen una excelente actividad in vitro frente a bacterias gram positivas y gram negativas, incluyendo microorganismos multirresistentes: Sta phylococcus a ureus resistentes a meticilina, Enterococcus resistentes a vancomicina, Mycoba cterium tuberculosis, ciertos hongos y virus con envuelta lipídica (incluyendo VIH, virus influen- 64 za y el virus sincicial respiratorio, VHB y VHC). Sin embargo, tienen escasa actividad frente a esporas bacterianas, y virus sin envuelta lipídica. Además de la actividad in vitro, su eficacia in vivo se ha comprobado en numerosos estudios. El mecanismo de acción del alcohol es por desnaturalización de las proteínas y tiene una excelente actividad en la reducción de la carga bacteriana, siendo su acción germicida inmediata8. En resumen las manos del personal de salud constituyen el modo más frecuente de transmisión de patógenos a los pacientes. La higiene correcta de manos puede prevenir el desarrollo de infecciones hospitalarias y la diseminación de la resistencia antimicrobiana. Los beneficios que implica el uso de soluciones alcohólicas o alcohol gel en los cinco momentos descritos en esta revisión son irrefutables para la prevención de infecciones nosocomiales y diseminación de microorganismos hospitalarios multirresistentes. HIGIENE REFERENCIAS 1. CDC BOYCE JM, PITTET D. Guideline for hand hygiene in health-care settings. Recommendations of the Healthcare Infection Control Practices Advisory Committee and the HICPAC/SHEA/APIC/IDSA Hand Hygiene Task Force. Society for Healthcare Epidemiology of America/Association for Professionals in Infection. Control/Infectious Diseases Society of America. MMWR Morb Mortal Wkly Rep 2002; 51 (No. RR16): 145. Disponible en http:// www.cdc.gov/handhygiene. 2. Organización Mundial de la Salud. Directrices de la OMS Sobre Higiene de las manos en la atención sanitaria (borrador avanzado) Resumen. Geneva: Organitzazió Mundial de la Salut. 2005 (en castellano). Disponible en: http://www.who.int/entity/patientsafety/information centre/Spanish HH Guidelines.pdf 3. Sistema de Vigilancia de las Infecciones Intrahospitalarias. Ministerio de Salud. 1998. DE MANOS Y RESISTENCIA BACTERIANA A LOS ANTIBIÓTICOS 4. LARSON EL ET AL. An organizational climate intervention associated with increased handwashing and decreased nosocomial infections. Interna tiona l Journa l of Beha viora l Medicine, 2000, 26: 14-22. 5. HART CA, KARIUKI S. Antimicrobial resistance in developing countries. 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