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ARTES ESCÉNICAS, EMPATÍA, AUTISMO Y NEURONAS EN ESPEJO Enrique Soto Eguibar* A mi amigo Diego Ceijas A l movernos, actuar, bailar, danzar, representar, se pone en acción una singular coreografía cerebral que implica la participación de un enorme conjunto de redes neuronales que controlan todos los aspectos del movimiento. Pero la pregunta que interesa no es cómo nos movemos, sino ¿cómo es que reconocemos los movimientos o acciones de otros, y les conferimos un sentido y hasta un contenido simbólico?, ¿por qué al mirar a un actor y conociendo que el contexto es el de la actuación, podemos sufrir intensamente, abstrayéndonos del hecho de que estamos cómodamente sentados en un teatro o en la sala de un cine?, ¿por qué una cierta danza puede emocionarnos hasta las lágrimas o inducir una sensación de erotismo profundo?, ¿por qué son los seres humanos particularmente hábiles para entender o traducir las intenciones de otros? La clave para explicar estos fenómenos parece estar en la activación del sistema de neuronas en espejo. En 1905 Edmund Husserl introdujo el concepto de empatía. Entendía por tal la experiencia de la conciencia ajena y de sus vivencias, a diferencia de la experiencia que la propia conciencia hace de sí misma. Hoy este proceso, que fue concebido como de orden puramente psicológico-intelectual, adquiere bases biológicas. LAS NEURONAS EN ESPEJO Las neuronas en espejo fueron descubiertas por serendipia. Se encontró que al registrar la actividad eléctrica de la corteza cerebral en primates, había neuronas que se activaban cuando los investigadores realizaban ciertos movimientos específicos. Posteriormente se pudo corroborar que estas mismas neuronas se activaban también cuando los primates realizaban movimientos Investigador titular del Instituto de Fisiología de la BUAP. Correo electrónico: esoto@siu.buap.mx; esoto2424@yahoo.com METAPOLÍTICA 34 núm. 61 | septiembre-octubre 2008 similares a los del investigador (por ejemplo al tomar con la mano un objeto). Se llegó así a la conclusión de que la actividad de esos grupos de neuronas daba al animal una comprensión directa, implícita, de las acciones del investigador. Esta comprensión no estaba mediada por procesos analíticos, sino por la capacidad del animal de realizar esos mismos movimientos. No es que el cerebro del primate analice la imagen visual y luego de reconocer al sujeto, el objeto, el movimiento, etcétera, le otorgue una intencionalidad. Más bien, en la corteza motora del mono se recrean miméticamente las acciones del investigador confiriéndole la posibilidad de identificar con sus propios programas motores lo que ve en el otro (Rizzolatti y Sinigaglia, 2006; Soto y Vega, 2007). Las neuronas en espejo no son ni puramente motoras ni puramente sensoriales, sino que tienen ambas características a la vez. De hecho, parte de la idea que se tiene hoy es que, justamente por tener este carácter dual, juegan un papel relevante en la capacidad de los primates y del hombre para comprender los movimientos, las acciones y, eventualmente, las intenciones de otros sujetos. El cerebro que actúa es un cerebro que comprende. Se trata de una comprensión pragmática, preconceptual y prelingüística. “Vemos porque actuamos, y podemos actuar precisamente porque vemos” (Rizzolatti y Sinigaglia, 2006). La investigación de las neuronas en espejo ha provisto las bases para la comprensión de algunos aspectos del comportamiento humano como la empatía, el aprendizaje por imitación e incluso la evolución del lenguaje. La propuesta es que la activación del sistema de neuronas en espejo permite reconocer las secuencias motoras que otros realizan y pre-programar dichas secuencias para ser realizadas por el observador. Recurriendo a la resonancia magnética funcional y a la estimulación magnética transcraneal se ha podido demostrar que, cuando el sujeto tiene la intención de mirar para imitar, se activan regiones temporales y frontales que se han asociado con el sistema de neuronas en espejo (Rizzolatti y Craighe- NEURONAS EN ESPEJO l SOCIEDAD ABIERTA servamos en otros. Hay así una conexión entre el hacer y el reconocer. Cabe destacar que el sistema de neuronas en espejo está ampliamente distribuido en el cerebro, incluyendo regiones vinculadas al movimiento y la expresión emocional. Por ese motivo, cuando una persona sufre un dolor intenso, nuestra percepción de su condición pasa por un proceso mimético, su dolor se convierte en nuestro dolor, nos invade, pero es completamente diferente a la manera como percibimos, por ejemplo, el color rojo, pero semejante, sí, por ejemplo, a lo perturbador que resulta mirar la “Medusa” de Caravaggio (ver figura 1). Las emociones se mimetizan en el cuerpo, las introyectamos, se convierten en algo que nos habita, que transcurre por debajo de nuestra racionalidad. Imaginemos a un mimo, en tanto sus movimientos nos son relativamente familiares; es decir, en cierta medida somos capaces de ejecutarlos, comprendemos y sentimos intensamente su actuar. Podemos chocar con una pared con la que él choca, sentir la frialdad de un vidrio que él toca, pero seguramente algunos de NEURONAS EN ESPEJO Y ARTES ESCÉNICAS sus actos o escenificaciones nos serán incomprensibles por absurdas o sin sentido. En este caso, observándolo Con el descubrimiento de las neuronas en espejo las podemos describir sus movimientos, pero algo sucede neurociencias han empezado a comprender lo que en que nos impide comprender el sentido de su actuación. el teatro se había sabido desde siempre. El trabajo del Seguramente el mimo no ha logrado activar nuestro actor sería vano si éste no pudiera trascender sistema de neuronas en espejo. Probablemente por eso las barreras lingüísticas o culturales. los griegos, que eran sabios, incorporaron a la represenPeter Brook, “Prólogo” a Rizzolatti y Sinigaglia (2006). tación teatral elementos tales como las máscaras. Éstas esquematizaban al máximo el carácter y las emociones La red de neuronas en espejo ofrece al individuo la cade los personajes. Allí donde la expresión en el rostro de pacidad de una comprensión implícita de los actos de un actor se hubiese perdido en la inmensidad de la gralos otros. Para este sistema neuronal no hay dería, la máscara amplificaba lo esencial de una diferencia entre la ejecución de un moviemoción haciéndosela llegar al espectador miento propio, o la expresión de una de manera ciertamente esquemática, emoción personal y el observar estas sintética, pero también inequívoca. acciones cuando son realizadas por Nuestra capacidad para una comotros sujetos, produciendo una prensión cabal y para el goce esforma de reconocimiento que va tético más profundo estará en más allá del análisis de los patrorelación con lo que nosotros nes de movimiento y que se relamismos somos capaces de realiciona con la capacidad del sujeto zar. Si nunca hemos llorado, supara realizar él mismo una cierta frido una profunda tristeza, una conducta. Lo que el estudio de las pasión desenfrenada, si no hemos neuronas en espejo esencialmente bailado o realizado alguna forma ha demostrado, es que en el cerebro de danza o de actuación, nuestra case activan los mismos grupos neuropacidad para comprender y gozar de nales cuando sentimos y expresamos una las artes escénicas será parcial. Y esto lo FIGURA 1 emoción o una acción, que cuando la obsabía perfectamente Konstantin Stanislavsro, 2004). En el área de Broca se ha identificado una profusión de neuronas en espejo, lo que indica su participación en la adquisición del lenguaje, contribuyendo con un sistema capaz de imitar patrones complejos de movimiento de la boca. Adicionalmente, se han hallado también neuronas con respuestas bimodales (motoras y auditivas) que podrían contribuir a la programación de movimientos que producen ciertos sonidos. De hecho V. S. Ramachandran (2000) ha propuesto que las neuronas en espejo están en la base de los procesos que dan origen al desarrollo del lenguaje. Las neuronas en espejo se han encontrado también en áreas relacionadas con la expresión emocional que parecen ser la base de nuestra comprensión de lo que le sucede a los otros. De hecho, se ha identificado en el lóbulo temporal una región relacionada con el reconocimiento de rostros que se activa de forma específica cuando planificamos ciertos gestos o cuando vemos a otro realizarlos. METAPOLÍTICA núm. 61 | septiembre-octubre 2008 35 SOCIEDAD ABIERTA l ENRIQUE SOTO EGUIBAR ky (1863-1938), el actor, director y teórico teatral ruso, al desarrollar la técnica interpretativa que pretende la creación de personajes con universos emotivos complejos construidos a partir de las emociones y experiencias de los propios actores. Stanislavsky pensaba que sólo los actores entrenados para realizar esta inmersión en su yo más íntimo serían capaces de transmitir al espectador emociones verídicas, exentas de artificialidad, emociones que, como en la vida real, se manifiestan también en un lenguaje corporal específico con el cual el espectador es capaz de identificarse. Más que en otros aspectos de la vida, nuestra capacidad para ejecutar acciones determina también nuestra capacidad para reconocerlas en otros y gozarlas. Igualmente cuando observamos una obra plástica —El grito de Edvard Munch o el Grupo de Laocoonte, por ejemplo—, percibimos un acontecer dramático y le conferimos un contenido emocional, en gran parte gracias a la activación del sistema de neuronas en espejo que, además, le da a nuestra percepción este carácter de recreación que las hace particularmente intensas. Esto implica, ciertamente, que los artistas son quienes muestran mayor sensibilidad ante la obra de arte, y no exclusivamente en las artes escénicas, sino en todas las artes. Las personas que más pueden gozar de la música son músicos, y no sólo por su comprensión del contenido simbólico de la obra, sino por su condición de ejecutantes. Es casi imposible para un músico evitar que sus manos o dedos se muevan cuando escucha una melodía que él mismo ha ejecutado. Se trata de un reflejo de la activación del sistema de neuronas en espejo que, en el proceso de comprensión del sonido, lleva implícita su ejecución. Es así también para los bailarines que observan una coreografía que han ejecutado con anterioridad: tienden a moverse —casi incontrolablemente— al unísono con la actuación que observan. Seguir melodías con los pies o golpeteando con los dedos una superficie corrobora que la percepción sensorial implica la acción. Viene a la mente Charles Chaplin en La fiebre del oro comiéndose unas agujetas como si fueran unos deliciosos espaguetis; su actuación seguramente será incomprensible para quien no haya disfrutado de un plato de espaguetis y del enrollarlos en el tenedor antes de engullirlos. Las bestias se humanizan cuando se yerguen. El minotauro cuadrúpedo es inofensivo, apela a su bestialidad; erguido, en cambio, apela a nuestra animalidad. Es la bestia humanizada con la que nos mimetizamos y que, por tanto, imaginamos que nos imita. Igualmente METAPOLÍTICA 36 núm. 61 | septiembre-octubre 2008 sucede con el oso: erguido se humaniza, plantado en sus cuatro patas es simplemente otro animal. Si Gregorio Samsa hubiera despertado convertido en un cuadrúpedo, lo imaginaríamos caminando erguido, buscándose a sí mismo, a su vieja imagen. Con una infinidad de patas y caparazón es irrealizable lo humano. En las artes escénicas la animalidad es siempre representada con la mirada al piso; la humanización de la bestia se logra con la posición erecta, con la gesticulación y la libertad de acción de los miembros superiores. Entonces, nos reconocemos en el animal, y podemos atribuirle sentimientos, imaginarle pensante y sujeto de sufrimiento, poseedor de una historia de vida. Cuando el animal se planta en el piso pierde esas cualidades porque al mirarlo dejamos de reconocernos en él. Estas observaciones son parte de los elementos que nos obligan a replantear ciertas categorías acerca del sistema nervioso central. Tradicionalmente se han estudiado los mecanismos de control motor y de la percepción sensorial como eventos separados. De hecho, se tiende a pensar que un acontecimiento primero impacta nuestros órganos de los sentidos, éstos envían información al cerebro que posteriormente la procesa y después se emite una cierta conducta. Es decir, los procesos de percepción, análisis y respuesta motora tradicionalmente se han concebido integrados por etapas que ocurren secuencialmente. Hoy estamos obligados a modificar esta visión porque son procesos que pueden ocurrir de forma paralela. Las categorías que usamos para pensar el cerebro y el acontecer psíquico se vuelven más difusas. No existen actos motores desligados de procesos de percepción, ni procesos perceptuales independientes de nuestras capacidades de acción. Se ha demostrado, por ejemplo, que la percepción visual depende de la acción, y que los campos receptivos de neuronas corticales se desplazan con el movimiento de la mano. Es decir, el cerebro recibe un mapa visual que no está determinado por la retina (el ojo), sino por la posición de la mano. El descubrimiento de las neuronas en espejo le ha devuelto a la mente un cuerpo y al cuerpo una mente, reuniéndolos finalmente en un todo indivisible. De ahí quizá el horror que significa la inmovilidad total. No puedo imaginar un tormento peor que el de la inmovilidad. Además de que seguramente surgirá la sensación de comezón en algún lado del cuerpo y el deseo incontrolable de rascarse, a largo plazo la inmovilidad lleva a una modificación de la forma en que el sujeto percibe. La película Johnny tomó su fusil (Johnny Got NEURONAS EN ESPEJO l SOCIEDAD ABIERTA His Gun, 1971) de Dalton Trumbo, explora la situación extrema de un individuo inmovilizado. En esta película, durante un bombardeo Johnny sufre un daño corporal masivo que le amputa los cuatro miembros; además le destruye el rostro, con pérdida de visión, audición, olfato y gusto. El personaje queda atrapado dentro de sí mismo, incapacitado para comunicarse. Sin embargo, luego de un tiempo en que únicamente vive de sus memorias, recuerda que conoce la clave Morse y moviendo la cabeza logra comunicarse; de esta manera pide que lo sacrifiquen. La enfermera —que percibe su sufrimiento—, ante la negativa de médicos y militares de acabar con su vida, le ofrece a Johnny, en un gesto humanitario, el único placer posible: la masturbación-felación. Finalmente, la enfermera es alejada del paciente y él queda abandonado en un cuarto oscuro esperando una muerte “natural”, según dictan las autoridades. Ese es el verdadero suplicio: el martirio infligido a Johnny, una forma moderna de crucifixión, paliado por una mujer generosa —una María Magdalena. La música, la danza y el lenguaje representan un continuo que resulta fundamental para el desarrollo de la actividad mental, tanto desde el punto de vista filogenético como ontogenético. La producción y la comprensión de estas expresiones están en la base de los procesos de hominización. Se ha reconocido el papel fundamental del lenguaje como distintivo de lo humano; hoy parece necesario ampliar esta idea para comprender la comunicación humana en toda su extensión, incluyendo en ella a la música, el baile, la danza, la actuación y otras formas de expresión que forman todo un espectro expresivo que constituye la base del proceso de comunicación. This is why “forms of life” are so important. What matters to you depends on how you live (and vice versa), and this shapes your experience. So if a lion could speak, we would not be able to understand it. We might realize that “roar” meant zebra, or that “roar, roar” meant lame zebra, but we would not understand lion ethics, politics, aesthetic taste, religion, humor and such like, if lions have these things. We could not honestly say “I know what you mean” to a lion. Understanding another involves empathy, which requires the kind of similarity that we just do not have with lions, and that many people do not have with other human beings. Duncan J. Richter, “Ludwig Wittgenstein”, The Internet Encyclopedia of Philosophy, http://www.iep.utm.edu/w/wittgens.htm CUANDO TE MIRO, ME MIRO La idea de que los otros, nuestros congéneres, piensan y sienten como nosotros, está en la base de la interacción social entre los individuos; nos hace posible entender que, cuando hablamos con alguien, él o ella nos comprende, que podemos entablar diálogo, reconocer en sus actitudes las nuestras, saber que cuando alguien dirige los ojos a un punto en el espacio, está viendo en esa dirección. Este proceso, que permite imaginar en el otro a un ser cognoscente, capaz de sentimientos y pensamientos como los nuestros, se denomina empatía, y es el fundamento de muchas de nuestras conductas sociales. La empatía explica algunos fenómenos como el altruismo y está en la base de la ética laica, ya que apreciar la vida del otro es apreciar y respetar nuestra propia vida. Nuestra identidad se construye en el otro, y es a través del proceso de identificación con otros individuos que los sujetos desarrollan un esquema de su propio yo. La capacidad que tenemos de pensarnos a nosotros mismos se debe en gran medida a que sabemos que otros nos piensan y se piensan a sí mismos. La idea de que existe un Dios infinitamente solitario y absoluto, es inquietante. Subsumido todo él en su universo, sin nadie en quien reconocerse, incapacitado de pensarse a sí mismo en su infinitud, en su tristeza infinita. ¿O es que realmente el mito de la creación implica que Dios necesita al hombre tanto como el hombre a su Dios? De ahí la necesidad de crear al hombre que, según la tradición judeo cristiana, fue creado por Dios a su imagen y semejanza. Pareciera que Dios necesita a sus criaturas para expandir su identidad más allá de sí mismo, para que lo existente sea posible. EL ESQUEMA CORPORAL Tuve la oportunidad de visitar un museo donde se exponía la obra de Orlan. Se trata de una obra en la que la intervención sobre el cuerpo es el medio para la expresión artística. La persona es la obra plástica. La exposición obligaba al observador a la reflexión sobre el esquema corporal (ver figura 2). Orlan practica sobre su cuerpo, mediante infinidad de cirugías, una coreografía de imágenes que se presentan al espectador con diversas, a veces encontradas, otras veces convergentes, presencias. Mientras Cindy Sherman logró el mismo efecto, incluso conceptualmente, con disfraces METAPOLÍTICA núm. 61 | septiembre-octubre 2008 37 SOCIEDAD ABIERTA l ENRIQUE SOTO EGUIBAR y poses fotográficas, Orlan dio un paso más y mediante intervenciones quirúrgicas, además de cosméticas, ofreció su cuerpo para el reconocimiento del otro: el incaico, el maya o el africano. El recurso de la cirugía obliga a preguntarse sobre los límites y medios que utilizan los artistas para transmitir un concepto o crear una obra artística: ¿hasta dónde es lícito llegar en el arte? Un caso que pone de relieve el concepto de “esquema corporal” es el de los sujetos que por un daño cerebral o de vías nerviosas pierden la capacidad para reconocer como propias algunas partes de su cuerpo. Este fenómeno, denominado anosognosia, se presenta más comúnmente en pacientes que sufren una lesión en la circunvolución temporal inferior y regiones perinsulares del hemisferio derecho, aunque también —como magistralmente ha descrito Oliver Sacks— se puede producir en diversos tipos de lesiones, comúnmente de las extremidades, que pueden llevar a un individuo a no reconocer como propio alguno de los miembros (Sacks, 1988). Quizá algo similar ocurre en los perros que se persiguen la cola: no logran reconocerla como propia; por fortuna, creo que muy pocas veces la alcanzan, aunque habrá perros contorsionistas que logren pescarla, así como individuos que pescan su nariz, orejas, ojos, abdomen y los someten a cirugía. ¿Existen las neuronas en espejo en animales diferentes a los primates superiores? La investigación aún no ha dado respuestas puntuales pero es probable que así sea: los perros ladran imitando a otros perros ladrando (¿o es que más bien platican entre ellos?), cuando otros perros brincan aprenden a brincar; no así cuando miran a un pájaro, en el cual no se reconocen. Otro caso de alteración del reconocimiento del cuerpo es el del miembro fantasma, en el cual sujetos que han sufrido amputaciones tienen sensaciones, comúnmente dolorosas, en el miembro amputado. Aunque ellos pueden reconocer —desde el punto de vista lógico— que carecen de esa extremidad, la sienten y en ocasiones pueden llegar a percibir su movimiento. Se trata de desórdenes de lo que se ha llamado el esquema corporal. Cuando hablamos de empatía hablamos del otro; cuando nos referimos al esquema corporal lo que entra en juego es la construcción mental de nuestro cuerpo, tal como nos pensamos a nosotros mismos. Aunque los otros nos vean dos piernas, si nosotros sentimos sólo una, es difícil que alguien nos convenza de que conoce nuestro cuerpo mejor que nosotros mismos, que lo habitamos. NEURONAS EN ESPEJO Y AUTISMO El electroencefalograma de sujetos normales muestra una supresión del ritmo Mu en regiones sensoriomotoras cuando realizan o cuando observan a otro realizar actos motores específicos (Oberman et al., 2005, pp. 190-198). Esta modificación en la actividad electroencefalográfica se ha correlacionado con la activación de las neuronas de la región premotora que corresponden al sistema de neuronas en espejo. En contraste, los niños autistas no muestran la supresión del ritmo Mu cuando observan a otros sujetos realizar actos motores, lo cual sugiere que el sistema de neuronas en espejo no se activa FIGURA 2 METAPOLÍTICA 38 núm. 61 | septiembre-octubre 2008 NEURONAS EN ESPEJO l SOCIEDAD ABIERTA normalmente y, por tanto, son incapaces del reconocimiento empático de las conductas de los otros. La hipótesis es que en los autistas el sistema de neuronas en espejo se desarrolla de forma inadecuada, y eso es determinante en su incapacidad para comprender las acciones de los demás, produciendo una incapacidad para imaginar que los otros son seres pensantes con intenciones y motivaciones intelectuales semejantes a las propias. A esto se le ha llamado la teoría de la mente, que consiste en la capacidad de un individuo para imaginar los estados mentales de sus semejantes. Cada individuo elabora una teoría de la mente de las otras personas. Cuando esto no sucede, entonces es incapaz de representarse las emociones y la intencionalidad de la conducta ajena. En el reconocimiento de los otros parece jugar un papel predominante la definición de la imagen corporal del individuo y la actividad del sistema de neuronas en espejo. Pareciera como si el autismo fuera en cierta forma antonímico con las artes escénicas. Por ello resulta interesante preguntarse si una terapia que incluya la enseñanza de teatro, ballet y diversas formas de actuación tendrá un efecto positivo en los autistas, ayudándoles a desarrollar o a “ejercitar” su sistema de neuronas en espejo. Otra interrogante que surge naturalmente como consecuencia de la idea de que el autismo se debe a una falla en el sistema de neuronas en espejo, es la posibilidad de usar drogas entactógenas (similares al éxtasis) en la terapia de los niños autistas. Estas drogas se han denominado así, entactógenas o empatógenas, por el hecho de que inducen en los sujetos que las consumen un incremento notable en su capacidad empática, es decir, en su capacidad de comprensión e identificación con otros. Un número importante de estas drogas entactógenas es derivado de las feniletilaminas, y recientemente las feniletilaminas endógenas se han asociado con el sentimiento amoroso (no olvidemos que el éxtasis fue llamado “la droga del amor”). Se ha propuesto que su producción en el cerebro puede ser desencadenada por diversos eventos tan simples como un intercambio de miradas, un roce o un apretón de manos, lo cual sugiere, además, que el cerebro de una persona enamorada contiene grandes cantidades de feniletilamina, y que ésta podría ser la responsable en gran medida por las sensaciones y modificaciones fisiológicas que experimentamos cuando ocurre el enamoramiento, como vigilia, excitación, taquicardia, enrojecimiento e insomnio” (Wikipedia, 2008). A MANERA DE COLOFÓN El estudio de las neuronas en espejo es hoy uno de los más prometedores en neurociencias. Su descubrimiento nos ha provisto de elementos que nos permiten comprender los procesos cerebrales que están en la base de fenómenos conductuales tan complejos como la empatía y, particularmente, de algunas de nuestras capacidades como el aprendizaje por imitación, la comprensión gestual y, consecuentemente, la comprensión de la actuación. Apunta a explicarnos también nuestra actuación preverbal, conductas que no están sujetas a la lógica del pensamiento racional y que se explican encadenadas a nuestro actuar. Los descubrimientos sobre el sistema de neuronas en espejo nos obligan a repensar además las categorías que hemos usado para comprender diversos aspectos de la cognición, particularmente aquellos que se relacionan con las formas en que concebimos a los otros. El arte en general, pero particularmente las artes escénicas encuentran en las neuronas en espejo su contraparte biológica. ■ REFERENCIAS Arcos-Palma, R. (2008), “Orlan y la hibridación de la identidad”, Escáner Cultural, http://revista.escaner.cl/node/783 (consulta realizada el 2 de junio). Brown, S. y L. M. Parsons (2008), “The Neuroscience of Dance”, Scientific American, núm. 299, (1) 58-63. Oberman L. M., et al. (2005), “EEG Evidence for Mirror Neuron Dysfunction in Autism Spectrum Disorders”, Cognitive Brain Research, núm. 24. Ramachandran, V. S. (2000), “Mirror Neurons and Imitation Learning as the Driving Force Behind ‘the Great Leap Forward’ in Human Evolution”, Edge The Third Culture (www.edge.org/ 3rd_culture/ramachandran06/ramachandran06_index.html). Rizzolatti, G. y L. Craighero (2004), “The Mirror-Neuron System”, Annual Review of Neuroscience, núm. 27. Rizzolatti, G. y C. Sinigaglia (2006), Las neuronas en espejo: los mecanismos de la empatía emocional, Barcelona, Paidós. Sacks, O. (1988), Con una sola pierna, Barcelona, Anagrama. Shulguin, A. (1999), “La legalización de ciertas drogas debería de ir acompañada de educación”, Muy Interesante, Año XVI, núm. 2, febrero. Soto, E. y R. Vega (2007), “El sistema de neuronas en espejo”, Elementos, núm. 68. Stanislavsky, K. (1981), Un actor se prepara, México, Diana. Trumbo, D. (1971), Johnny Got His Gun, película basada en la novela del propio Trumbo publicada en 1939. Wikipedia (2008), “Feniletilamina”, http://es.wikipedia.org/wiki/ Feniletilamina (consulta del 18 de julio). METAPOLÍTICA núm. 61 | septiembre-octubre 2008 39