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Cuento El Origen Origen de las Estrellas www.cosmopekes.com 1 Hace mucho, mucho tiempo, en un reino muy lejano, vivió una pequeña princesa que adoraba observar el firmamento. del mundo y cuidando de ellas.... La Princesa del Cielo, la que hace mucho tiempo llamaban Ánemi. Era una princesa muy querida por su pueblo, disfrutaba jugando todo el día, le encantaba estudiar y aprender, pero, sobre todo, le encantaba observar el cielo durante la noche. Fin 2 15 en el cielo y en función de cómo nos acordamos, del cariño que sentimos y de la añoranza que tenemos, esas estrellas van cambiando de brillo, nuestros seres queridos nos van diciendo que aún siguen ahí, que nos quieren y que también nos añoran.... Por eso, hoy por la noche, seguro que puedes observar un cielo lleno de estrellas muy brillantes. De todas aquellas personas que nos quieren y que tuvieron que irse de viaje, pero que siempre nos acompañarán y a los que siempre podremos observar, ahí arriba en el Cielo y a todas esas estrellas, sigue observándolas con todo el cariño 14 Ánemi, que es como se llamaba la princesa, tenía una característica especial; ella no dormía por la noche, su cuerpo descansaba y recuperaba fuerzas al recibir la luz del Sol y de la Luna. Esta era la característica especial que tenía toda su familia, sus abuelos, su papá y su mamá y que ella había heredado; sólo dormían en las noches que la Luna nueva nos alcanza, 3 cuando ni el Sol ni la Luna nos irradian con su energía. De este modo, al caer la noche, cuando el resto del reino caía en un profundo sueño, ella se dedicaba a mirar hacia arriba, recibía la luz de la Luna y recuperaba las fuerzas gastadas durante el día… y tenía tiempo para seguir observando el cielo nocturno!!. En aquella época sólo había siete estrellas en el cielo y Ánemi dedicaba cada noche de cada día de la semana 4 Con el paso del tiempo, su abuela, su papá y su mamá también salieron de viaje y para cada uno de ellos, el Cielo les regalaba una nueva estrella, que Ánemi apuntaba en su diario y seguía diariamente en su viaje por el firmamento. Así es como Ánemi nunca se sintió sola, siempre estuvo acompañada de sus seres queridos y poco a poco el firmamento se fue llenando de estrellas. Aún hoy en día, cada vez que un corazón se parte por la marcha de un ser querido, una estrella nueva aparece 13 ausencia, sintió tanto dolor, que no podía resistirlo. Sin embargo, aquella misma noche, cuando subió a su observatorio, se llevó la mayor alegría de su vida. El Cielo, había escuchado su súplica y su dolor y aquella noche, en el firmamento, había aparecido una estrella más. El universo había regalado a su abuelo una estrella en la que navegar por el espacio, así Ánemi siempre podría seguir su camino y sentiría mucho más cercana su presencia. 12 a mirar y estudiar cada una de esas siete estrellas. Aquellas estrellas se llamaban Luniciencia, Marteciencia, Miercociencia, Jueveciencia, Vierneciencia, Sabaciencia y Dominciencia. Y para cada estrella, Ánemi dedicaba toda una noche a observarla. Por qué lado del cielo salía, cómo avanzaba, cuánto tardaba en recorrer el firmamento y cuándo y por dónde solía esconderse. 5 En su sexto cumpleaños, sus padres regalaron a la princesa un observatorio especial, tenía todo lo que necesitaba para contemplar a sus siete estrellas, con un gran telescopio para observar el cielo y todos los libros y cuentos que existían para que pudiese aprender todo el conocimiento que había en esa época. Incluso tenía una cama especial para poder mirar el cielo mucho más cómoda!!. Ese mismo año, también recibió de sus abuelos un maravilloso regalo: un diario de observación, donde Ánemi podía escribir todas las anotaciones y 6 que su abuelo le había dado aquella noticia, Dominciencia brillaba con más intensidad. Se dio cuenta que sus sentimientos influían en el brillo de las estrellas y justo en aquel momento fue cuando se percató que ella no sólo era la princesa de aquel reino tan lejano. De tanto estudiar y querer a aquellos siete puntos brillantes, todo el Universo la había adoptado como la Princesa del Cielo. Pronto, su abuelo partió para aquél viaje infinito. Y Ánemi lloró tanto su 11 su abuelo. Pensó que, con el tiempo, lo mismo pasaría con su abuela, con su papá, con su mamá, con todos a los que quería. Y tuvo mucho miedo de quedarse sola. Durante semanas estuvo muy preocupada, pensando en qué podía hacer para seguir siempre rodeada de sus seres queridos. todas las cosas que pudiese ver en sus largas noches de exploración. Según iba pasando el tiempo, para cada una de las siete estrellas del firmamento Ánemi iba recopilando información y la escribía en su diario de observaciones. Y una noche, encontró la solución.... Estaba observando a Dominciencia y vió que tenía un brillo un poco diferente con el resto de las ocasiones que lo había contemplado. Revisó sus anotaciones y se dio cuenta, que desde 10 Después de aquel diario, llegó otro y otro y otro; cada año sus abuelos le regalaban uno nuevo y Ánemi dedicaba todo el año en completarlo. 7 Era tanto el cariño y el interés con el que observaba y apuntaba todo, que pronto, aquellos diarios se convirtieron en la principal enciclopedia de astronomía que existía en todo el reino. Muchos científicos, investigadores e incluso magos, acudían durante el día a estudiar las observaciones de Ánemi y todas las anotaciones que había en aquellos diarios. De hecho, hoy en día, aún se siguen buscando aquellos diarios que contienen toda la información de las siete 8 estrellas primigenias, aunque aún nadie ha podido encontrarlos. Con el paso del tiempo, los abuelos y los papás de Ánemi se fueron haciendo mayores. Un día, Ánemi fue a pasear con su abuelo y éste le comentó que en algún momento tendría que dejarla, se iría a un viaje eterno por el universo y dejarían de verse para siempre. Aquello dejó muy preocupada a Ánemi, que no quería dejar de ver a 9