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PUBLICIDAD ESPECIAL EN TELEVISIÓN: NUEVAS TENDENCIAS DE LA CREATIVIDAD PUBLICITARIA AL SERVICIO DEL FORMATO DE PRESENTACIÓN. Jesús Antonio Segarra Saavedra Universidad de Alicante jesus_segarra@yahoo.es 1. INTRODUCCIÓN. No hay peor publicidad que aquella que no se ve. Ésta podría ser la principal tesis defendida por quienes apostamos por la eficacia de la comunicación publicitaria, por la rentabilidad de las inversiones de anunciantes y clientes. Ya no es suficiente con emitir mensajes. Ahora más que nunca es necesario alcanzar a nuestro público, hacerse oír, ver, sentir. Los mensajes publicitarios pueden gustar o defraudar, ser vistos o pasar desapercibidos. En este último caso, cuando la publicidad no es vista por sus destinatarios, todo un proceso de investigación, creación y difusión llega a un destino que perjudica no sólo a quien ha sufragado el trayecto –el cliente-, sino también a los profesionales que lo han llevado a cabo. Esta comunicación tiene por objeto realizar una revisión de las formas publicitarias del medio televisión, centrar la atención en las diferencias entre el formato convencional publicitario –el spot- y los formatos no convencionales, así como difundir los resultados del trabajo llevado a cabo en el seno de una investigación para la obtención del Diploma de Estudios Avanzados en el área de conocimiento de Comunicación Audiovisual y Publicidad. 2. ENTORNO DEL FENÓMENO. Podría decirse que en el medio televisión hay dos formas bien diferenciadas de hacer publicidad. La primera es aquella que utiliza como formato de presentación de los mensajes publicitarios al spot convencional. Y la segunda, la que nos ocupa, que difunde mensajes publicitarios bajo lo que la industria publicitaria conoce como formatos publicitarios no convencionales en televisión y lo que en el estudio que nos ocupa se denomina como Publicidad Especial en Televisión (P.E.T.V.). Si bien es cierto que no sería pertinente afirmar que los formatos de la P.E.T.V. son mejores que el spot, sí que se podría apuntar que la publicidad no convencional es complementaria, y mucho, al spot publicitario. Bien es sabido que la televisión, al igual que casi la gran mayoría de medios publicitarios, pasa por momentos difíciles. La crisis y la reducción en el consumo llevan a muchos anunciantes a reducir las partidas presupuestarias dirigidas a la contratación de publicidad. No es del todo acertado adoptar esta postura. Más bien sería necesario reorientar las políticas de comunicación de sus empresas, productos y servicios hacia la maximización y rentabilización de sus inversiones en acciones comunicativas específicas. Un camino acertado es adoptar estrategias no convencionales. Esto supone para un anunciante dejar de emitir spots televisivos en breaks publicitarios de larga duración -que en la mayor parte de ocasiones pasan desapercibidos ante la huida de la audiencia mediante el efecto zapping y saturación- y empezar a desarrollar creatividades publicitarias especiales. Ya no son las agencias de publicidad quienes desarrollan los formatos de P.E.T.V. sino los departamentos de publicidad de las televisiones o las empresas exclusivistas que gestionan la contratación de las difusiones publicitarias televisivas. Bajo la denominación de la P.E.T.V. se programan en las cadenas nacionales y autonómicas formatos especiales como el emplazamiento de la marca (brand placement), el patrocinio televisivo (de programas o secciones de televisión), el patrocinio televisado (las menciones a través del logotipo de los eventos, actos o motivos que patrocinan los anunciantes), multipantalla o pantalla dividida en la que la emisión televisiva se visiona al mismo tiempo que los mensajes publicitarios, el morphing que es el cambio del logotipo de la cadena a la comunicación del anunciante, la telepromoción, el publirreportaje superior a los 60 segundos de duración, los momentos o espacios internos, las sobreimpresiones, la autopublicidad de la cadena o de sus programas, los programas de bartering que sitúan al anunciante como creador de contenidos televisivos, la televenta y un largo etcétera. Veamos algunos ejemplos. Imagen 1. Frame del emplazamiento de Victoria´s Secret en la serie “Sexo en Nueva York”. Imagen 2. Frame del patrocinio televisivo del programa “El Buscador” de Telencinco (en el que también aparece el logotipo del patrocinio televisivo de Expo Zaragoza 2008) y del patrocinio televisado que realiza la cerveza Mahou de la Liga de Fútbol Profesional. Imagen 3. Frames del morphing del logotipo de la cadena Antena 3 a la imagen del anunciante. Imagen 4. Frame de la telepromoción para Samsung del programa Supermodelo de Cuatro. Los formatos publicitarios que se generan de estas nuevas tendencias de la creatividad publicitaria a veces se originan tras el mestizaje entre fórmulas, por la adquisición de características diferenciales de un formato para conseguir destacar de la diversidad y la cantidad de mensajes que contaminan los circuitos habituales de los medios convencionales y no tradicionales. Imagen 5. Frames de la pieza publicitaria de más de 60 segundos de Freixenet 2008. La publicidad televisiva se ve restringida por motivos legales. Al cumplimiento de las normativas que prohíben la difusión de mensajes de productos alcohólicos superiores a los 20 grados, así como al tabaco entre otros, hay que sumarle las restricciones temporales que no permiten superar los 12 minutos por hora natural de emisión para los spots y los 5 minutos restantes para formatos no convencionales de publicidad. La P.E.T.V. se caracteriza por ser diferente, por llevar la creatividad a la forma de presentación -al formato-, por su elevada eficacia publicitaria, por ser recordada, porque evita el zapping ya que se ubica en posiciones preferentes y destacadas (primeras y últimas de los bloques publicitarios), por integrar y vincular el mensaje publicitario con el televisivo (mensajes emitidos en el interior del programa, utilización de actrices, presentadores, prescriptores, logotipos de cadenas…), es decir, por su mestizaje e hibridación. Además son formatos de elevados niveles de notoriedad y recuerdo que permiten la segmentación del público objetivo en función de los perfiles de los programas televisivos que acompañan. A diferencia de los spots, los formatos de P.E.T.V. contribuyen a que el anunciante obtenga una planificación fija en su contratación de espacios publicitarios, que garantiza la presencia y la posición de su comunicación con respecto a quienes se publicitan en espacios indiferenciados que a veces no se visionan y otras muchas no se recuerdan, lo que genera una emisión insatisfactoria para los anunciantes. Otro formato que también se utiliza para generar audiencia de la campaña es el avance de spot. Se trata de mensajes publicitarios que podrían ser calificados como metapublicitarios (que publicitan la propia publicidad). Es decir, su objetivo es dar a conocer la emisión del comienzo de una campaña publicitaria. En gran número de ocasiones esta fórmula es utilizada por anunciantes que dan el pistoletazo de salida a campañas protagonizadas por personajes famosos o por clientes televisivos que realizan puntuales estrategias en determinadas temporadas: navidades, vacaciones, etc. Normalmente tratan de generar una expectativa, una cierta dosis de intriga en los espectadores para que permanezcan atentos de la salida a la pequeña pantalla de la campaña. Es lo que el mercado publicitario conoce como mensajes teaser “publicidad que trata de generar notoriedad a través de la expectación, intriga, y de la ocultación del anunciante o producto publicitado” (Reinares y Reinares, 2003: 219). Si se habla de las características diferenciales de la P.E.T.V. con respecto al spot resulta obvio pensar que debido a sus ventajas diferenciales su precio de contratación es superior. No obstante, se ha de comprobar si el anunciante desea gastar en spots o invertir en formatos especiales de mayores audiencias y que mejor consiguen los objetivos de comunicación. La diferencia reside en la libertad de los telespectadores, que se alían con su principal herramienta de consumo de espacios y tiempos televisivos: el mando a distancia. Ese artefacto que lleva a su manipulador a decidir sobre la recepción o evasión de mensajes publicitarios y televisivos. En la actualidad, a la multiplicación de las cadenas de televisión ha de sumársele la diversificación de soportes informativo-publicitarios y de entretenimiento que el público tiene a su alcance. La televisión ya no sólo se consume a partir de la caja tonta, sino que también es posible la difusión de mensajes audiovisuales vía Internet, móvil, satélite. Y no sólo a través de los portales de cadenas, sino también gracias a portales más descentralizados y menos controlados por si mismas como youtube. Esto genera competencias fuera del mercado y la industria televisiva. Así que si antes las distintas cadenas televisivas se sometían a disputas en la denominada guerra de las audiencias, ahora el campo de batalla se amplía y los actores que intervienen en él se multiplican. Pero todos ellos comparten un objetivo: ampliar su cuota de audiencia en detrimento de sus competidores para ampliar y diversificar su cartera de clientes: los anunciantes. Al tiempo que desarrollan su cartera de clientes, en el mejor de los casos, las televisiones diversifican su cartera de formatos publicitarios. Esta tarea la desarrollan a partir de la creatividad de la P.E.T.V. así como a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación: servicio de mensajería, productos audiovisuales de la cadena, venta de derechos televisivos, etc. De esta manera, la primera conclusión alcanzada, desde nuestro punto de vista, es que con la P.E.T.V. la creatividad ya no es exclusiva del mensaje. Con la P.E.T.V. forma (formato) y contenido (mensaje) pueden ser creativos al mismo tiempo. Los formatos especiales se confeccionan a media del anunciante (ad hoc) y se adquieren como productos ventajosos frente a la crisis desarrollada en el mercado publicitario tradicional y convencional. Esta tarea es fruto del esfuerzo, de la investigación y de la originalidad de los profesionales audiovisuales. En definitiva, la P.E.T.V. es una forma no convencional de entender la publicidad, una forma distinta de concebir la comunicación del anunciante, un fenómeno emergente y diferenciador con respecto a la publicidad convencional, un universo de creación y difusión donde la creatividad se encuentra al servicio del formato publicitario y por el que se obtienen importantes dosis de eficacia con respecto al spot tradicional. Lo que la P.E.T.V. y sus formatos pretenden es impactar en su público objetivo, de dar en el clavo, de acertar su tiro. Hablamos de formatos no convencionales pero el patrocinio, debido a su abundancia en las parrillas televisivas, quizás haya pasado a ser casi tan convencional como el spot. Pero hay formas de hacer diferente al patrocinio. Una de ellas puede ser cambiar la careta de patrocinio corporativa o institucional de la cadena por una cuya estética guarde estrecha relación con el programa patrocinado. Imagen 6. Frames del patrocinio televisivo de Los Simpsons por Kellog´s. 3. METODOLOGÍA. Ahora que ya se conocen las nociones básicas sobre la P.E.T.V., pasamos a la parte principal de esta comunicación. En este sentido, se hará referencia a la investigación que se llevó a cabo en el seno de un trabajo de investigación para la obtención del D.E.A. Este proyecto de investigación fue denominado “Publicidad Especial en Televisión: la creatividad publicitaria al servicio del formato”. Su principal objetivo fue analizar la P.E.T.V. o aquella publicidad convencional –spots- que incluyera características cercanas a ella. De esta manera fueron analizadas 153 piezas publicitarias, relativas a los sectores de alimentación y bebidas, y emitidas en el cuarto trimestre del año 2006, es decir, entre octubre y diciembre en las cadenas nacionales TVE 1 y TVE2, Antena 3, Telecinco, Cuatro, La Sexta y la autonómica Telemadrid 1. El método utilizado fue el análisis de contenido a través del programa estadístico SPSS donde se introdujeron 39 variables entre las que cabe destacar aquellas que hacen referencia a aspectos formales de las piezas, cumplimiento o no de las normativas legales vigentes así como a variables clasificatorias de las piezas y los formatos. Todas estas variables procedían de una labor previa desarrollada en un marco teórico donde se profundizó en la legislación vigente a nivel nacional y europeo, 1 Las piezas publicitarias provienen de la participación en el proyecto de investigación “Los valores sociales en los spots publicitarios emitidos en el año 2006”, (referencia GV06/090) financiado por la Consellería d´Empresa, Universitat i Ciencia de la Generalitat Valenciana, que contó con la dirección de la profesora de la Universidad de Alicante Claudia Rausell Köster. Del material adquirido para este proyecto (4.283 piezas publicitarias) se comprobó que para el estudio de la P.E.T.V., aproximadamente 1.965 podrían incluir alguna de las características estudiadas relativas a la Publicidad Especial en Televisión, mientras que 2.318 piezas podrían ser calificadas como spots convencionales. así como a la escasa bibliografía especializada del objeto de estudio y la heterogéneas fuentes consultadas en lo que a artículos, nacionales e internacionales, escritos no sólo desde el ámbito académico, sino también, y muy importante, desde el profesional. De todo este material, destaca una saga, la de los hermanos Reinares Lara. Ricardo, Pedro y Eva quienes comparten no sólo la labor docente y universitaria, sino también la profesional ejercida como en el caso de Ricardo en Publiespaña, exclusivista de la cadena Telecinco, que a su vez, es uno de los principales exponentes de la Publicidad Especial junto con la emergente cadena Cuatro. 4. RESULTADOS. Atendiendo a una de las primeras variables, la “duración” (medida en segundos) se puede afirmar que el tamaño de las piezas publicitarias tiende a reducirse ya que el 81% de las mismas oscilan entre los 6 y los 10 segundos. A ello contribuye el peso representativo en la muestra de los patrocinios televisivos. De todas formas, es evidente que la media de duración de las piezas publicitarias se reduce a medida que la campaña publicitaria de un anunciante evoluciona desde el inicio (duración superior para dar a conocer la totalidad de los mensajes publicitarios) hasta su final (meras alusiones a los mensajes emitidos con anterioridad para generar recuerdo). Hay quien destaca la muerte del spot de 30 segundos, no sólo porque la duración tiende a reducirse, sino porque su eficacia pasa por momentos difíciles. El fin del spot no es una realidad. De ello se encarga de confirmarlo las televisiones que, día a día, ven ocupar sus 15 minutos por hora natural de diversos, heterogéneos y repetitivos mensajes comerciales. Tomando como referencia el día de emisión de la pieza publicitaria, los lunes, seguidos de los sábados y los martes son los días en que mayor número de piezas publicitarias de P.E.T.V. se insertan. Bien es cierto que esta información se ha contrastado con las informaciones relativas a los días de la semana en los que mayores audiencias se recogen y los resultados comparativos no guardan estrechas relaciones. Por soporte, TVE1 (32%), seguida de Antena 3 (26,8%) y Telecinco (22,8%) son las cadenas que incluyen mayor número de creatividades especiales. Resulta necesario destacar que si bien en un principio hubiera parecido evidente haber vaticinado la superioridad numérica de las cadenas privadas, lo cierto es que la cadena pública, estatal y comercial TVE1 alcanza importantes ingresos de la mano de la publicidad especial. Como es sabido, se trata de una de las cadenas europeas de doble financiación: pública y privada. E igual de cierto es que aun habiendo reducido en el pasado año el tiempo dedicado a la publicidad convencional de doce a once minutos por hora natural de emisión, aun persiste la negativa de las cadenas privadas a permitir que las cadenas públicas actúen en un entorno desleal. Adoptando los aspectos legales y las cadenas como punto de referencia, se ha estudiado el grado de cumplimiento de la normativa que marca que los formatos de P.E.T.V. deben estar diferenciados de los meramente televisivos mediante motivos visuales o sonoros, en esa necesidad de discernir lo informativo de lo publicitario, de estar identificados. De esta manera cabe destacar que La Sexta es la única cadena que identifica todas sus piezas publicitarias, mientras que ni TVE ni Telemadrid 2 no identifican ninguna de las que la representan en la muestra analizada. También destaca el hecho de que TVE 1 identifique tan sólo dos de las 49 piezas publicitarias, mientras que el sector privado representado por Antena 3, Cuatro y Telecinco hagan referencia en la mayor parte de sus inserciones de la muestra a la naturaleza publicitaria de las piezas. Por otro lado, si tenemos en cuenta el grado de integración o vinculación de los mensajes publicitarios con los elementos de la cadena (logotipo, nombre del programa o sección, etc.), podemos afirmar que en el 21,6% de las piezas no aparece el logotipo de la cadena, mientras que en el restante 72,5% si que aparece además en casi la totalidad de la pieza. De esta manera, se puede comprobar cómo los patrocinios publicitarios (los televisivos especialmente) aluden a alguno de los elementos por los cuales los anunciantes intentan vincular su imagen al de los programas televisivos. Continuando con la integración de la cadena, y haciendo referencia a los rostros conocidos o famosos de la pequeña pantalla, se apunta que tan sólo un 23,5% de piezas publicitarias de la muestra incluye personajes famosos. Pero éstos no están asociados directamente a la cadena ya que por ejemplo se trata del deportista Rafael Nadal, de los rostros de la campaña de Freixenet o de la colaboración de Bertin Osborne en la campaña de Navidul. Por el contrario, no utilizan rostros de presentadores de programas como Ana Rosa Quintana, Anne Igartiguru o José Coronado, rostros más cercanos a la industria televisiva. Por formatos publicitarios sobresale, como ya se ha apuntado, el patrocinio televisivo y televisado, con 123 piezas, seguidos de los 14 spots convencionales con alusiones a mensajes especiales (de la mano del patrocino televisado) así como de los avances de spot (6 ejemplos), las 4 teletiendas, los 3 publirreportajes y los 2 morphings. Cabe adelantar que uno de los principales retos del futuro investigador pasa por adquirir como unidades de análisis períodos audiovisuales completos, en lugar de piezas individuales. En la medida en que se adoptan emisiones completas se amplía la diversidad de formatos publicitarios al tiempo que tienen cabida en la muestra representativa los espacios publicitarios que se desarrollan fuera de los breaks convencionales. Al mismo tiempo, si esos formatos publicitarios se clasifican como fórmulas especiales per se y se diferencian de los spots convencionales, los resultados de la investigación indican que el 90,2% corresponden a formatos de P.E.T.V. mientras que el restante 9,8% se insertan como piezas convencionales pero que poseen características especiales. Otro aspecto que se ha estudiado en el presente estudio ha sido la gran confusión terminológica con la que los distintos profesionales e investigadores se refieren a una misma realidad. Es decir, ante un formato idéntico, hay quienes lo conocen con diferentes etiquetas. Esto perjudica el desarrollo de la industria de la P.E.T.V. en la medida en que sus principales, los anunciantes, ven como cada soporte adopta una denominación distinta para un producto publicitario determinado. Además, no existe un consenso entre el ámbito académico y el profesional, lo que perjudica seriamente su desarrollo, difusión y conocimiento. Esto se ha podido observar igualmente en el presente estudio. De esta manera, la fuente que proporcionó las piezas publicitarias objeto de estudio (Infoadex) enviaba informaciones relativas a cada pieza donde se indicaban aspectos como anunciante, sector, categoría y subcategoría de producto, duración en segundos y lo más destacado, la clasificación que realizaban de la pieza publicitaria atendiendo al formato publicitario. De esta forma, mientras que Infoadex contabilizaba 122 patrocinios, nuestra clasificación y recuento recoge uno más. El número de teletiendas contabilizadas por Infoadex coincide con los resultados de la presente investigación. Lo mismo ocurre con lo que se ha considerado como spot, Infoadex lo ha hecho en igual medida. En cambio, existen otras piezas que Infoadex ha tomado como spots y desde la investigación se ha clasificado como morphing, publirreportaje o avance de spot. Esto responde a la clasificación reduccionista de formatos ejercida por Infoadex que se limita a clasificar las piezas publicitarias en spot, patrocinios o teletiendas. 5. CONCLUSIONES. En definitiva, la PETV es una forma diferente a la habitual de hacer publicidad, eso es lo que la hace única. Además, la P.E.T.V. es una oportunidad no sólo para la industria televisiva, sino también para los anunciantes, las cadenas de televisión que necesitan hacer creíble y atractivos sus soportes, para las agencias de publicidad y de medios y por qué no, también para los profesionales y los estudiantes de comunicación. Quizás sea cierto que hasta la aparición de Internet, el medio publicitario por excelencia era la televisión. En nuestro país, hacia 1956 apareció TVE y con ella la forma convencional de hacer publicidad en el medio: el spot. Pero a partir de 1990 aparecen las cadenas privadas que, además de romper con el monopolio televisivo, proporcionan nuevas fuentes de información a los telespectadores, al tiempo que amplían la cartera de productos publicitarios para los anunciantes. Con la ampliación y diversificación del mercado televisivo se lleva a cabo un proceso de saturación de los espacios publicitarios. Aumenta el número de soportes (cadenas) pero también lo hace el tiempo que la televisión dedica a la publicidad (su principal fuente de recursos). La estrategia de la publicidad convencional intersticial (aquella que ubica los spots en los descansos de los programas) da paso a un proceso de integración, de vinculación de la publicidad con esa programación, con aquellos programas que gozan de una gran audiencia y cuyos valores suscitan el interés de las marcas anunciantes. Una regla proporcional parece establecerse en la recepción comunicativa: “cuanta más publicidad lleva un medio, menos efectivo es cada anuncio individual” (Ries y Ries, 2003: 32). Y dado que “al parecer, en este momento no queda ningún terreno virgen” (Laermer y Simmons, 2008: 149) en lo que a publicidad se refiere, parece que la abundancia publicitaria se establece como una compañía más del telespectador, que pasa desaperciba por completo. De ahí la necesidad de un giro creativo que viene de la mano de lo que el mercado profesional conoce como formatos publicitarios no convencionales. En su tarea diaria, continua y cíclica, la televisión pone en circulación continentes (programas) pero vende su contenido (la audiencia de ese programa). La otra parte contratante, el anunciante, no adquiere el programa, sino el volumen de audiencia al que llega ese programa. El deseo del anunciante es que el perfil de su target o público objetivo coincida con el de la audiencia de ese programa. Esta coincidencia y el hecho de que no sólo se perciba el programa sino los espacios publicitarios que lo rodean, harán de esa estrategia un éxito de contacto y de recuerdo o una simple emisión sin trascendencia comercial. Es decir, la televisión necesita hacer negocio, de convertir su pantalla en una actividad rentable. De ahí que busque nuevas formas, fórmulas o formatos publicitarios, que más que evitar la saturación de sus espacios, satisface sus deseos de ser rentable y atractiva para los anunciantes y destinatarios. Hoy día, la publicidad es ubicua y cualquier soporte es susceptible de contener mensajes publicitarios. La televisión no escapa a ello. De esta manera, intenta copar todos los espacios para así lograr maximizar los ingresos. Las lagunas legislativas en este ámbito favorecen que cualquier manifestación o actividad no regulada sea susceptible de ser estudiada en términos de ocupación publicitaria a través de nuevas fórmulas. Otro hecho sobresaliente es que la industria y el mercado van por delante de la legislación. Ello favorece que los vacíos legales permitan llevar a cabo prácticas de dudosa naturaleza. El legislador, a medida que va conociendo estas prácticas que realiza la industria así como las reacciones provocadas en la sociedad, va regulando cuando la práctica en algunos casos ya se ha convertido en habitual y generalizada. Por otra parte, entre las conclusiones provenientes de la investigación realizada, merece destacar que aun existiendo medidas legales marcadas por la legislación vigente, aun cuando la Subdirección General de Medios Audiovisuales viene recordando la obligatoriedad de cumplir con los principios básicos de la publicidad televisiva, aun existen cadenas que no siguen la normativa. Merece ser resaltado igualmente el hecho de que los formatos especiales más utilizados –como el patrocinio televisivo- sea el que más se acerque al cumplimiento de la norma. En cambio, otros formatos no tan asiduos en las pantallas televisivas, no cumplen tanto la normativa. Por tanto, parece ser que a medida que la técnica se va desarrollando e implantando en el mercado, evoluciona hacia la legalidad y la ética. Por otra parte, sobresale la idea que ubica a las cadenas privadas como las más integradoras de los mensajes de los anunciantes con sus contenidos televisivos. El hecho de que el sector privado dependa casi únicamente de los ingresos publicitarios, obliga a las cadenas a llevar su creatividad, esfuerzo y trabajo a las cotas más altas, a la conquista de territorios libres. En cambio, quizás debido a que las cadenas públicas cuentan con el respaldo de los ingresos públicos, deja a sus dirigentes en posiciones acomodadas, pasivas y nada proactivas, sino más bien reactivas. Para finalizar, merecen ser destacadas las aportaciones del presente trabajo, fruto del esfuerzo de reunir las escasas y dispersas informaciones relativas al tema de la P.E.T.V. El material publicado que ha sido consultado se ubica en documentos que contienen informaciones generales y desagregadas, relativas a la publicidad, pero que tratan el tema de la Publicidad Especial de forma tangencial. En este sentido, no existe una monografía especializada en el tema. Por el contrario, sí que existen pequeños estudios y comunicaciones que no llegan a profundizar lo suficientemente en el objeto de análisis. Si a ello le unimos que estas comunicaciones provienen del ámbito profesional y no del académico, convierte en una necesidad fundamental el desarrollo de este tipo trabajos multidisciplinares y especializados en el tema. 6. BIBLIOGRAFÍA. Agulló, J., (2005) “En la frontera de la publicidad convencional” en Bartrina, J. (coord.) 21 Seminario de Televisión. AEDEMO, 2, 3 y 4 febrero de 2005, Valencia, pp. 71-84. Chowdhury, R. M. M. I., Finn, A. y Olsen, G. D. (2007). “Investigating the simultaneous presentation of advertising and television programming” en Journal of Advertising. [En línea]. Disponible en http://www.accessmylibrary.com/coms2/summary_0286-33263981_ITM [Recuperado el 29 de febrero 2008] Corredoira, L., (1991) Mecenas en pantalla. El patrocinio de programas de televisión. Barcelona, Edicions Del Drac, S.A. Del Pino, C. 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