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La contribución de los Pueblos Indígenas Amazónicos es vital para la estabilidad del clima mundial Proyecto Regional sobre Territorios Indígenas Amazónicos: reconociendo y respondiendo a los riesgos de la pérdida de bosques Amazonía, deforestación y Territorios Indígenas Los Territorios Indígenas ocupan cerca del 30% del área de la Cuenca Amazónica y estudios científicos han demostrado que los bosques en estos territorios almacenan alrededor de un tercio de toda la reserva de carbono forestal de la Amazonía (22,084 millones de toneladas de carbono). Pero lo más importante, es que de toda la deforestación acumulada para la Amazonía al 2015 (cerca de 850 mil km²), apenas un 8% se ha producido en los bosques ocupados por los pueblos indígenas mientras que fuera de estos territorios se ha producido el 88% de la deforestación. El área original de los bosques Amazónicos se calcula en unos 6,012,201 km2 y al 2015 se ha perdido el 14% de estos bosques. Estas cifras van más allá de ser una “evidencia”: es la contundente realidad que solo confirma la magnitud de las presiones y amenazas en la Cuenca Amazónica. En el período del 2000 al 2015 hubo un aumento de 37 % en la tasa de deforestación con respecto a las décadas anteriores. Sin embargo, desde el 2005 la deforestación en la región amazónica muestra una tendencia a disminuir aunque esa tendencia no es homogénea en toda la región, puesto que hay países como Venezuela y Guyana donde la deforestación ha aumentado considerablemente en el último quinquenio y otros, como Colombia, Ecuador y Perú donde la tendencia es cíclica. Lo que es claro es que las tasas de deforestación son significativamente más bajas dentro de los Territorios Indígenas (Figura 1), si bien sus bosques también están amenazados por la deforestación y la degradación. Figura 1. Deforestación 2000-2013 en los bosques amazónicos. Se ha mostrado que los cerca de 3000 Territorios Indígenas y Áreas Protegidas en la Cuenca Amazónica, almacenan más carbono que el que se encuentra en los bosques de la República Democrática del Congo e Indonesia combinados y, que a pesar de la aparente situación de seguridad territorial de estas piedras angulares de la conservación de la Amazonía, casi el 20% de este carbono está en peligro por las presiones que actúan como motores de deforestación (Figura 2, subsiguiente página). Esto significa que el reconocimiento internacional y la inversión en gestión de territorios indígenas y áreas naturales protegidas son esenciales para garantizar que estas áreas continúen contribuyendo a mantener la estabilidad climática global. Una oportunidad para las Estrategias Nacionales de REDD+: asegurar beneficios para los Territorios Indígenas Amazónicos El mecanismo REDD+ (Reducción de Emisiones de la Deforestación y Degradación de Bosques) que opera bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, fue creado para valorar el carbono almacenado en los bosques y ofrecer incentivos financieros para reducir las emisiones provenientes de la deforestación e invertir en lograr el desarrollo sostenible con una huella baja de carbono. La figura 1 muestra la enorme diferencia en área deforestada fuera de los Territorios Indígenas (TI) y Áreas Naturales Protegidas (ANP) versus dentro de estas unidades de gestión. Tanto en términos absolutos como proporcionales la diferencia es igual de significativa ya que del total de los bosques de la Amazonía, el área combinada de los bosques de los TIs y ANPs representa el 55%. (Datos RAISG 2015). Las estrategias nacionales de REDD+ en la región junto con sus planes de acción, detallan las estrategias para cumplir con los compromisos nacionales de reducción de emisiones. Estas estrategias apuntan a reducir la deforestación y degradación de los bosques a través de la conservación, manejo forestal sostenible y la optimización de otros usos de suelo para reducir la presión sobre los bosques, aportando de esta forma a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Las metas y acciones propuestas van más allá de la mitigación y adaptación al cambio climático y proponen un abordaje amplio del tema dado su carácter multisectorial y los beneficios asociados, el cual debe anclarse firmemente en el marco de políticas socio-ambientales nacionales y sus prioridades. Todas las evidencias sugieren que los pueblos indígenas y las comunidades locales asentadas ancestralmente en la Amazonía, son los mejores administradores de estas tierras, el carbono que contienen y la riqueza de otros servicios ambientales que proporcionan, por lo que una manera muy eficiente de implementar las estrategias REDD+ es asegurar que contemplan programas y mecanismos financieros específicos para los pueblos indígenas, en línea con los objetivos de manejo forestal y producción sostenibles, conservación y regeneración de bosques, enfocados en enfrentar las causas de la deforestación. Conscientes de su patrimonio territorial, los pueblos indígenas de la Amazonía organizados bajo la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), han presentado a nivel nacional e internacional una clara propuesta para estos temas desde su visión de derechos de propiedad colectivos, planes de vida y gobernanza territorial, llamada REDD+ Indígena Amazónica (RIA). Figura 2. Territorios Indígenas (naranja) y Áreas Naturales Protegidas (verdes) en la Amazonía. Los tonos amarillos representan la deforestación acumulada hasta el 2000, calculada en unos 600.000 km2, y los tonos lilas son la deforestación del periodo 2000-2013 que alcanzó 220.248 km2, de los cuales sólo el 14% ocurrió dentro de TI/ANP. Las áreas rosadas al sureste de la Cuenca son áreas antrópicas en la sabana amazónica de Brasil. (Datos RAISG 2015). Objetivos del Proyecto Territorios Indígenas Amazónicos: reconociendo y respondiendo a los riesgos de la pérdida de bosques ¿Quiénes ejecutamos este proyecto? El impacto que buscamos es reducir a largo plazo los riesgos que provocan la pérdida de bosques en Territorios Indígenas de la Amazonía y con esto, la pérdida de sus valiosas reservas de carbono. Desde el 2007 la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) ha publicado información cartográfica y análisis, periódicamente actualizados sobre territorios indígenas, áreas protegidas y motores del cambio: carreteras, explotación de hidrocarburos, minería, plantas hidroeléctricas, fuegos y deforestación para toda la Cuenca Amazónica. Esta información estandarizada y rigurosamente producida es constantemente utilizada y citada por todas las entidades que trabajan por una Amazonía viva. (3a) El equipo técnico del proyecto va a analizar las tendencias de pérdida de biomasa forestal a lo largo de un periodo de casi 20 años, dentro y fuera de los Territorios Indígenas y su relación con la deforestación y sus motores. La COICA y sus organizaciones indígenas nacionales usarán esta información para mejorar la gestión sobre sus bosques y territorios, así como para sustanciar sus posiciones en los espacios de formulación de las políticas nacionales relevantes, asumiendo que mejores datos sobre los factores de deforestación y degradación, facilitarán el diseño de políticas y programas más eficaces para la protección de los Territorios Indígenas. (3b) La estrategia de incidencia se propone influir en escenarios nacionales, regionales e internacionales donde se decide la implementación de REDD+ y sus mecanismos de financiamiento y para esto se apoyará con la difusión de los resultados de nuestros análisis. Su amplia difusión facilitará esta información al mundo académico y a otros actores de la sociedad civil. Una primera mirada a los datos con que cuenta este consorcio (Figura 3), muestra de una manera convincente la (3c) relación directa entre las áreas donde la biomasa forestal y el carbono Figura 3. Datos para análisis del proyecto. se han perdido o han disminuido en los últimos 12 años (Fig. 3a) y (3a) Mapa de cambio de biomasa forestal 2003-2014. las presiones causantes de esta Las áreas claras es donde se ha perdido biomasa, las pérdida (Fig. 3b). Al mismo tiemverde oscuro es donde se ha conservado y las verde claro es donde ha aumentado. (WHRC 2016). po, demuestra que los Territorios (3b) Muestra una sobre-posición entre el mapa anteIndígenas han sido una barrera rior y la representación de presiones causadas por la para detener esta dinámica nered vial. (WHRC 2016, RAISG 2016). (3c) Muestra la gativa (Fig. 3b y 3c). sobre-posición entre el mapa de cambio de biomasa forestal y Áreas Protegidas (verde) y Territorios Indígenas (naranja). (WHRC 2016, RAISG 2016). La RAISG está conformada por siete instituciones de seis países amazónicos. En el caso de este proyecto participan el Instituto Socioambiental de Brasil; Fundación Gaia Amazonas de Colombia; Fundación EcoCiencia de Ecuador y el Instituto del Bien Común de Perú. raisg.socioambiental.org socioambiental.org ecociencia.org Así mismo participa en este proyecto la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), que es la organización indígena territorial más grande en el bosque tropical más extenso del mundo. Representa a 390 pueblos, 5000 comunidades, 400 organizaciones, 9 confederaciones y a 2,5 millones de habitantes. Este proyecto facilita su participación directa y posibilidades de incidencia en los espacios y eventos nacionales e internacionales donde se toman decisiones sobre la implementación de REDD+. COORDINADORA DE LAS ORGANIZACIONES INDÍGENAS DE LA CUENCA AMAZÓNICA coica.org.ec Otra entidad clave es Woods Hole Research Center, reconocido por su investigación científica enfocada en informar las políticas sobre cambio climático y encontrar soluciones. Ellos aportan a este proyecto con sus datos anuales de cambio (pérdida y ganancia) en la densidad de carbono forestal en la Amazonía, tomados desde el 2003. Estas mediciones objetivas y científicamente avanzadas son esenciales para entender los progresos hacia el logro de los objetivos del Acuerdo de París sobre Cambio Climático. gaiaamazonas.org ibcperu.org whrc.org El Fondo para la Defensa del Medio Ambiente (EDF por sus siglas en inglés) es reconocido por su enfoque en incidencia política basada en la evidencia y la creación de mecanismos e incentivos financieros para apoyar la consolidación de los programas REDD+. edf.org Fotos: Fundación EcoCiencia, Archivo de la COICA, Nicolás Kingman. Diseño gráfico: MAGENTA El proyecto, que será ejecutado hasta el año 2020, es financiado por la Agencia Noruega de Cooperación para el Desarrollo (NORAD).