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Humanities Theresa Marx La filosofía científica de Hans Reichenbach - Un resumen crítico Seminar paper La filosofía científica de Hans Reichenbach Un resumen crítico La esencia del conocimiento según Reichenbach es la generalización. El conocimiento se deriva de la generalización de experiencias particulares. Se separa los factores pertinentes de la experiencia de los que no son pertinentes, así posibilitando una generalización que constituye el principio del conocimiento y el origen de la ciencia. La generalización es la naturaleza misma de la explicación. Cuando observamos un hecho, tratamos de derivar la ley general que se incorpora en este hecho. El poder explicativo de las leyes se deriva de su generalidad, no de analogías. Por eso, explicación es generalización. La explicación científica exige amplia observación y pensamiento crítico. El espíritu humano tiende a buscar una generalidad cada vez mayor, y por más amplia la generalidad sea, mayor debe ser la cantidad de material por observar y más agudo el pensamiento crítico. Cuando el conocimiento científico de una época no es suficiente para permitir generalizaciones correctas, surgen pseudoexplicaciones (muchas veces basadas en analogías con experiencias humanas) que se tomaron como explicaciones, y así también surgió la filosofía. Pseudoexplicaciones típicas son las mitologías, por ejemplo la historia de la creación. Muchos sistemas filosóficos son como estos mitos, una confusión de la lógica con la poesía, de la explicacion racional con la imaginación, de la generalidad con la analogía. Muchas veces estas explicaciones filosóficas ya son un paso en la dirección correcta, son teorías científicas primitivas, y si se las hubiera usado para base de la observación, podrían haber conducido a mejores explicaciones. Por un lado, esto significa un inconveniente de la filosofía, porque sus explicaciones sin base científica suelen ser pseudoexplicaciones, por otro lado pueden ser el principio de explicaciones más correctas. Reichenbach distingue dos clases de falsas generalizaciones. Las primeras son formas inocuas de error, nacen entre filósofos con espíritu empirista y pueden corregirse fácilmente con una experiencia más amplia. Las segundas son las formas más perniciosas de error, porque consisten en analogías y pseudoexplicaciones y conducen a huecos verbalismos y a peligrosos dogmatismos. Nacen de la obra de filósofos especulativos. El lenguaje vago o confuso que se utiliza para construir estas analogías superficiales y falsas de la experiencia humana con los hechos del mundo observable (p.e. la sustancialización de lo obstracto) , da origen a ideas falsas y a a conclusiones que la lógica no puede garantizar. Esto constituye el peligro y la enfermedad del filósofo. La crítica fundamental que hace Reichenbach a Aristóteles es su uso del lenguaje. Utiliza palabras como “sustancia” en un sentido amplio, vago, que a su vez le conduce a analogías falsas (relación entre universo y razón sea la misma que la entre el hierro y la puente, porque son la misma clase de sustancia – Aristóteles busca analogías entre la mente humana y el mundo fuera, y así llega a una pseudoexplicacion). La metafísica de Aristóteles por eso no es conocimiento, no es explicacion sino analogismo, o sea, una fuga hacia el lenguaje imaginativo. También la relación de forma y materia se presta a muchas analogías, sin suministrar ninguna explicacion. El conocimiento de Aristóteles no era suficiente para generalizar de manera adecuada, y por eso adaptó un lenguaje vago, cuyos todos significados ni siquiera le estaban consciente, que le hizo acabar en un analogismo dogmático que ni siquiera podía servir como punto de partida de una investigación científica. Entre los juicios universales (o implicaciones generales) encontramos cierta clase de juicios que nacen de la satisfacción de condiciones expuestas, es decir, formulamos un teorema y lo podemos comprobar empíricamente tomando en cuenta las condiciones dentro de cuales sería verdadero, y comparar esto con la realidad. Si llegamos a un acuerdo entre teorema y realidad, formulamos un juicio sintético. Otra clase de juicio general es el juicio análitico; su verdad se basa exclusivamente en el lenguaje (p.e. “todos los solteros no son casados”). En la primera parte del juicio ya está implicada la seguunda, así que es un juicio vacío, auto-explicativo. La verdad de los juicios análiticos se comprueba a través del análisis del lenguaje, la verdad de los jucios empíricos se comprueba empíricamente, o sea, comparándolos con los hechos en el mundo por medio de la observación. La geometría es un caso problemático, porque sus verdades se producen a través del razonamiento, no de la observación (en el mundo real casi no existen objetos geométricos perfectos). Sin embargo, no son verdades analíticas, porque no se llega a ellas por mera análisis del lenguaje (la frase “es un triángulo” no implica lingüísticamente que tenga ángulos con 180 grados en total, no se puede llegar solo a esta verdad sin razonamiento). Este hecho le hizo Platón postular, que además de cosas físicas hay otra clase de cosas, las ideas (objetos perfectos, p.e. círculos perfectos, que existen en el mundo cotidiano de forma menos perfecta). Las propiedades de esos objetos ideales nos son revelados por actos de visión, o sea, son accesibles únicamente a través de la razón, que es superior a la observación de los objetos reales, porque revela propiedades necesarias de sus objetos. Sin embargo, esta visión sólo es posible porque las ideas existen realmente, Platón construye la analogía de esta visión con la percepción cotidiana, y es ahí donde Reichenbach empieza su crítica. En vez de proporcionar una explicación, Platón utiliza una analogía, que borra la intrínseca diferencia entre el conocimiento matemático y el empírico. No es científico el uso que hace Platón de la palabra “existencia”. El concepto de la existencia ideal mezcla dos elementos, la existencia física y el conocimiento matemático. Al final la teoría de las ideas de Platón no es ciencia, sino poesía, es un producto de su imaginación, e incluso cae en el misticismo porque mantiene que el conocimiento innato que tenemos de las ideas, es reminiscencia de vidas anteriores. Es más interesante considerar la filosofía como una forma de plantear problemas, porque donde sus explicaciones empiezan, se tiene que huir muchas veces en pseudoexplicaciones por falta de conocimiento científico. Pero el descubrimiento de cuestiones fundamentales es en sí mismo una contribución esencial al progreso intelectual. Los problemas planteados sirven más que las soluciones dadas. La filosofía por eso ha servido siempre para formular preguntas cuyas respuestas se encontraron (o incluso aún no se han encontrado) a través de los medios científicos que se desarrollaron después. La historia de la filosofía así se debería considerar como una historia de problemas, no de sistemas.