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1 8 preguntas básicas para entender lo que pasa en Grecia… y sus consecuencias Fuente: BBC Mundo Después de cinco años, la crisis griega se acerca a un momento de definiciones que tendrá profundas consecuencias tanto para el país como la Unión Europea. Los griegos votarán este domingo en un referendo que muchos consideran clave para el futuro del país, pero también para el del euro y de la misma Unión Europea. Pero, ¿sobre qué votarán exactamente los helenos y por qué la votación es tan importante para el resto del continente? Y, tal vez más importante, ¿cómo se llegó ahí? Les presentamos las respuestas a estas y otras preguntas fundamentales para entender la crisis griega en esta guía de BBC Mundo. 1. ¿Cuál es la causa de la crisis griega? La base de la crisis griega es una deuda de aproximadamente 320.000 millones de euros (unos US$358.000 millones), que el país simplemente no está en condiciones de pagar. La explicación más simple para la misma es que durante muchos años el país estuvo gastando más dinero del que producía y financiando ese gasto a través de préstamos. null El déficit del sector público y los niveles de endeudamiento de Grecia están muy por encima de los límites acordados por los países miembros de la zona euro. Grecia ya hacía eso antes de adoptar el euro. Y la llegada de la moneda común en 2001 no cambió las cosas, como en teoría debía suceder. El gasto público, por ejemplo, aumentó un 50% entre 1999 y 2007, mucho más que en otros países de la eurozona. Y sumado a problemas de corrupción y evasión fiscal, reconocidos por la propia Grecia, esto terminó provocando un déficit muy superior al 3% del PIB contemplado en las reglas de moneda común. 2 Préstamos no declarados a la eurozona, por su parte, también llevaron a que la deuda excediera significativamente el 60% acordado como límite por los países de la eurozona: actualmente se estima en 177% del PIB. El problema, sin embargo, solo se volvió urgente cuando la crisis financiera global limitó el acceso griego al crédito, lo que motivó la intervención de los otros países de la eurozona temerosos del impacto de una cesación de pagos o default. Aunque, para muchos economistas, las medidas de austeridad impuestas como condición para financiar un rescate financiero, o bailout, terminaron agravando la situación. 2. ¿Qué se ha estado haciendo para salir de la crisis? El primer paquete de ayuda financiera a Grecia fue aprobado por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional en mayo de 2010. En ese momento se pusieron a disposición del gobierno griego 110.000 millones de euros (unos US$120.000 millones) para que honrara sus compromisos con sus acreedores, en ese momento en su mayoría bancos privados de la región. Los préstamos ofrecidos a Grecia están vinculados a medidas de austeridad bastante impopulares entre los helenos. Pronto, sin embargo, se hizo evidente que ese monto no sería suficiente, por lo que un segundo rescate elevó la cifra total a 240.000 millones de euros. Y, en ambos casos, como condición para facilitar el dinero se identificaron una serie de medidas de austeridad. Estas han incluido drásticos recortes del gasto público, mayores impuestos y reformas al sistema de pensiones y el mercado laboral. Pero el actual gobierno griego, que llegó al poder a inicios de año con una plataforma anti-austeridad, ha estado intentado renegociar algunas de esas condiciones de cara a un nuevo paquete de rescate estimado en 29.100 millones de euros adicionales. 3. ¿Cuál ha sido el impacto de las medidas anti-crisis? ¿Han funcionado? Para saber si las medidas asociadas al rescate financiero han funcionado, primero hay que ponerse de acuerdo sobre el principal objetivo del mismo. Si lo que se buscaba era proteger el euro, por ejemplo, entonces parecen estar funcionado. Aunque sólo sea por el momento. Muchos sienten que las medidas impuestas a Grecia no tienen como principal consideración el futuro de sus ciudadanos, sino el del euro. Efectivamente, los préstamos coordinados por el FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo –la denominada troika– han ayudado a reducir el impacto de la crisis griega sobre la moneda común. Pero economistas de la talla de Paul Krugman y Joseph Stiglitz –ganadores del premio Nobel de economía en 2008 y 2001, respectivamente– consideran que las medidas no han hecho nada por mejorar la situación o las perspectivas de Grecia. 3 De hecho, se estima que la economía griega se ha reducido en un 25% desde el inicio de los programas de austeridad, lo que ha acentuado su dependencia en créditos externos. Y el impacto de las medidas sobre el pueblo griego ha sido brutal: su tasa de desempleo del 26% es la más alta de toda la Unión Europea y entre los jóvenes ya supera el 60%. Ya son millones los ciudadanos griegos que están viviendo bajo la línea de pobreza. El impacto de las medidas de austeridas sobre el pueblo griego ha sido brutal, llevando a muchos a la pobreza. Esta situación fue, de hecho, lo que llevó al poder a Syriza, el partido que mejor supo recoger el descontento generado por las medidas de austeridad. Y los intentos del actual gobierno de izquierda por renegociar las condiciones son los que han llevado la crisis a lo que parece ser –con el perdón de la redundancia– su momento más crítico. O, al menos, a un momento de definición que podría tener importantes consecuencias para el futuro de la moneda común. 4. ¿Cuál es la situación actual? El escenario más temido al inicio de la crisis –una cesación de pagos– empezó a hacerse realidad el martes por la noche, cuando Grecia no logró honrar un pago de unos 1.500 millones de euros (US$1.780 millones aproximadamente) adeudados al FMI. Grecia se convirtió así en el primer país desarrollado en entrar en mora con el FMI y su impago en el más grande en la historia del organismo multilateral, aunque técnicamente todavía no ha sido declarada en default. Y el mismo martes también se venció el último programa de ayuda financiera, luego de que el gobierno griego no aceptara la última serie de condiciones de la troika por considerarla "humillante". Aunque ya antes el gobierno de Alexis Tsipras había anunciado que dejaría la decisión final en manos de la ciudadanía, para lo que convocó a un referendo. Los partidarios del "sí" aumentaron con la imposición de un corralito que limita lo que los griegos pueden sacar de los bancos. Según las últimas encuestas, la mayoría de los griegos se inclinan por rechazar más medidas de austeridad. Aunque lla ventaja del "No" –favorecido por Tsipras– se ha venido reduciendo luego de que Atenas impusiera un "corralito financiero" con el que intentar evitar retiros masivos que agraven la situación. 4 El primer ministro griego, sin embargo, ha dejado en claro que para él la posibilidad de una negociación –y por consiguiente de un acuerdo de última hora– se mantiene abierta. Pero, hasta el momento, sus contrapropuestas han sido consideradas insuficientes. Y la canciller alemana, Angela Merkel, ya dijo que hay que esperar el resultado del referendo antes de pensar en reabrir una negociación con el gobierno de Atenas. 5. ¿Cuáles son los puntos más contenciosos? En su última contrapropuesta, el gobierno griego prácticamente aceptó la mayor parte de las demandas de la troika. Pero, entre otras cosas, solicitó más tiempo para implementar la reforma del sistema de pensiones –una de las principales exigencias de sus acreedores– y pidió mantener excepciones para el cobro del IVA en sus islas, que son uno de los principales destinos turísticos del país. Muchos creen que el problema de fondo es la diferencia de filosofías e ideologías representadas por Merkel y Tsipras. Los líderes de la eurozona, sin embargo, no se mostraron dispuestos a reabrir negociaciones incluso después de lo que algunos analistas presentaron como una capitulación. Y eso ha hecho que muchos concluyan que las principales diferencias ya no son tanto técnicas, sino políticas. O, dicho más sencillamente, que los principales líderes de la eurozona quieren botar al gobierno de Tsipras para evitar que su postura anti austeridad contagie a otros países de la región. 6. Y entonces, ¿sobre qué votarán los griegos? La pregunta sometida a referendo es tremendamente específica y está redactada en un lenguaje bastante técnico, no particularmente fácil de comprender. Oficialmente el referendo es sobre una propuesta específica y concreta. Pero en la práctica, es sobre mucho más que eso. "¿Debe ser aceptado el acuerdo propuesto, que fue presentado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional en el Eurogrupo del 25.06.2015 y consiste de dos partes, las que constituyen su propuesta unificada?", se lee en la boleta, en la que luego se especifican los títulos de los documentos en cuestión. Y luego se ofrecen dos simples opciones: sí o no. Los puntos centrales de la propuesta son una ampliación de la base del IVA y una reducción drástica del número de personas que pueden optar a un retiro anticipado. Y los acreedores también demandan más acciones para reducir la evasión fiscal y acabar con la corrupción. 5 El gobierno griego, sin embargo, sostiene que las demandas específicas de la troika además de poco efectivas son humillantes y por lo tanto inaceptables. Y para ellos la cuestión es mucho más simple: es si los griegos deben seguir padeciendo más medidas de austeridad o no. El gobierno griego ha presentado el referendo del domingo como una votación como una elección entre crecimiento económica o más austeridad. Esta decisión podría además decidir la continuidad del gobierno de Tsipras, quien ya dijo que en caso de victoria del "sí" respetará la decisión de los griegos pero no se quedará para implementar la propuesta del Eurogrupo. Mientras que los otros líderes europeos, empezando por Merkel, insisten en que la pregunta es otra, aunque igualmente sencilla. Afirman que lo que los griegos decidirán el domingo es si quieren que su país siga siendo parte del euro o no. 7. ¿Es inevitable una salida del euro en caso de una victoria del No? La verdad es que nadie lo sabe con certeza. No existe ningún precedente y el mismo vicepresidente del Banco Central Europeo, Vitor Constancio, dijo en abril pasado que no había ninguna ley que ordenara la expulsión de la eurozona en caso de default. Muchos creen que el futuro del euro y la Unión Europea están en juego en el referendo de Grecia. El gobierno griego insiste además en que no está intentando abandonar la moneda común e incluso insinuó que podría iniciar procesos legales en caso de que los otros países de la eurozona intenten expulsarlo del club. Los principales líderes europeos, sin embargo, lo han dicho claramente: la votación del domingo es sobre conservar el euro o no. Y si no existe voluntad política para mantener a Grecia en el euro, lo que digan las actuales leyes y reglamentos de la Unión Europea podría no importar. Efectivamente, si el Banco Central Europeo decide detener completamente el crédito hacia Atenas, las autoridades griegas no tendrían más opción que empezar a imprimir su propia moneda para intentar mantener su economía funcionando. Y el "Grexit", como se ha dado en llamar a la salida de Grecia del euro, sería una realidad. 8. ¿Cuáles serían las consecuencias de una salida griega del euro? La UE ha estado trabajando duro para intentar aislar al euro y la eurozona de los problemas de Grecia y de una eventual salida de la moneda común. En el fondo, casi todo depende de la voluntad política de los líderes europeos. 6 Pero el mismo FMI advirtió que "los riesgos y vulnerabilidades aún no han desaparecido" y es difícil predecir el comportamiento de los mercados si el escenario más temido por todos se hace realidad. Una posibilidad es que los compradores de bonos de las naciones de la eurozona con más problemas empiecen a exigir pagos más altos para compensar los riesgos de su inversión. Eso afectaría negativamente a la moneda europea y aumentaría la inestabilidad en países con un peso mayor en la economía global. Y una Grecia insolvente implicaría importantes pérdidas de dinero para varios países europeos. Además, también está el riesgo de un contagio político. Efectivamente, si la salida del euro se muestra como una opción viable –e incluso beneficiosa para Grecia– otras naciones podrían verse tentadas a seguir el ejemplo. Y eso podría poner en riesgo a la misma Unión Europea, que ha puesto a la moneda común en el centro de su proyecto de integración. La salida del euro podría además forzar la salida de Grecia de la UE. Pero, como sucede con muchos de los otros escenarios, todo dependerá de la voluntad política e imaginación que muestren los líderes europeos. LA CRISIS GRIEGA La falta de liquidez asfixia a Grecia La patronal bancaria advierte de que la liquidez de las entidades se limita a 1.000 millones. Fuente: El País / CLAUDI PÉREZ / LUCÍA ABELLÁN Bruselas Un octogenario espera su turno en un banco para sacar 120 euros. / EMILIO MORENATTI (AP) 7 La banca griega está a un paso de quedarse literalmente seca. La patronal bancaria helena advirtió este viernes de que la liquidez de las entidades financieras se limita a menos de 1.000 millones de euros. Las sucursales podrían quedarse sin efectivo el lunes. En solo cinco días de controles de capital, la economía griega se desintegra a toda velocidad: hay problemas para los importadores, los exportadores, el sector turístico, los pensionistas y por supuesto para los bancos, que sin dinero fresco van hacia la quiebra. Esas dificultades imponen una enorme presión sobre el referéndum del domingo: el BCE y la eurozona anuncian que actuarán en función del resultado. El sí generará graves dificultades políticas. El no, avisa Bruselas, puede precipitar a Grecia hacia la salida del euro. El poder blando de la UE puede transformarse a veces en una especie de trituradora económica. La Comisión Europea ha convertido el referéndum griego en un plebiscito sobre el euro, y el resto de instituciones aúnan esfuerzos para imponer la máxima presión sobre el voto de mañana: el mecanismo de rescate (Mede) declaró ayer el impago de la deuda griega y se reserva la opción de reclamar su devolución de un solo golpe, y el BCE asegura prácticamente a diario que una negativa provocaría una ruptura de relaciones y activaría los peores escenarios. La banca y la economía sufren ya de lo lindo, incluso antes del resultado del referéndum. Y la tensión explora nuevos límites cada día: el primer ministro Alexis Tsipras ha tenido que pedir calma a los militares después de que 16 ex altos cargos de las fuerzas armadas pidieran el viernes “unidad nacional”, “en un momento crítico de la historia de Grecia, que requiere tomar decisiones dolorosas”. A la crisis política que se avecina se suma una economía y sobre todo un sistema financiero que muestran preocupantes signos de congelación. El presidente de la patronal bancaria, Louka Katseli, reveló que el control de capitales, el corralito y la congelación de la liquidez de emergencia del BCE han hecho mella en el maltrecho sistema financiero, que dispone de reservas de efectivo de menos de 1.000 millones. Fuentes de las Cámaras de Comercio reducen esa cifra a solo 500 millones. Eso permite sobrevivir apenas unos días, a expensas del BCE. El ministro Yanis Varoufakis afirma que las entidades abrirán sus puertas el martes “con toda seguridad”, pero no está claro con qué disponibilidad de liquidez. La desintegración a cámara lenta de la economía griega —una pérdida de una cuarta parte del PIB en el último lustro— se ha acelerado en la última semana, a raíz de la convocatoria del referéndum y la suspensión del movimiento de capitales. Atenas acusa a los socios de haber obligado a activar el corralito (60 euros por persona y día). Pero incluso con esa medida de emergencia, el sistema financiero está abocado a un rápido colapso si el lunes, sea cual sea el resultado del referéndum, no se pone en marcha un salvavidas casi automático. La ayuda más indispensable es la del BCE, ante el riesgo de que la banca muera de asfixia y, con ella, la economía entre en barrena y precipite una crisis a gran escala. Los cuatro grandes bancos (NBG, Alpha, Piraeus y Eurobank) ya estarían quebrados sin los controles de capital, según las agencias de calificación. Y el agujero en sus cuentas no ha hecho más que crecer desde el lunes. La posición de liquidez y de solvencia del sector es de lo más débil; sin salvavidas, el Banco de Grecia puede verse obligado en breve a cerrar entidades, según un informe de Fitch, una de las grandes agencias de rating. 8 Ahorradores con pérdidas Apenas hay dinero en el fondo de garantía de depósitos (unos 3.000 millones), por lo que ni siquiera es descartable que las autoridades obliguen a los ahorradores a asumir pérdidas, una medida con un coste político exorbitante. “Sin una acción rápida por parte de las instituciones, el lío está asegurado”, dijo una fuente europea; “para eso, Bruselas y Berlín han dejado claro que debe ganar el sí”. Esa jugada europea entraña grandes riesgos: en caso de un voto negativo, los puentes entre Bruselas y Atenas habrán quedado calcinados. Tsipras invitó el viernes a sus conciudadanos a hacer caso omiso de “chantajes y ultimatums”, pero la banca por sí sola asusta de lo lindo. El corralito podría ser aún más restrictivo en breve. “Si los griegos votan no, Grecia será mucho más débil”, avisó Wolfgang Schäuble. El ministro alemán no vota e4l domingo, pero es una de las figuras del Eurogrupo, que el lunes evaluará los resultados para ver si Europa da una señal política al BCE para desatascar la situación. O para hacer lo contrario y descabellar a la banca. ¿Cómo puede afectar la crisis griega a tus vacaciones? Fuente: ABC / MADRID Si eres uno de los 200.000 españoles que cada año pasa sus vacaciones en Grecia, en Kelisto te explican cómo puede afectarte el actual «corralito» o cuánto dinero deberías llevar contigo. Turistas en la isla griega de Paros. Reuters Restricciones a la retirada de dinero, bancos cerrados… La actual situación de incertidumbre que afecta a Grecia y a su futuro dentro de la Eurozona ha provocado que muchos viajeros se pregunten qué deben hacer en caso de haber comprado unas vacaciones con destino a territorio heleno e, incluso, si es conveniente cancelar sus planes. «Antes de viajar a cualquier destino, tanto dentro de la Eurozona, como fuera de ella, el consumidor debe planificar varias cuestiones, como dónde cambiará moneda (si fuera necesario) o si va a utilizar su tarjeta como medio habitual de pago o para extraer efectivo en cajeros, ya que un correcto análisis de todos estos aspectos puede 9 permitirle ahorrar una buena cantidad de dinero. En el caso de Grecia, llevar suficiente efectivo es la recomendación más esencial para cualquier viajero. Además, será necesario que el consumidor esté atento a cualquier novedad que pudiera producirse para evitar sustos a su llegada a destino», asegura Estefanía González, portavoz de Finanzas personales de Kelisto. Si eres uno de los 200.000 españoles que cada año pasa sus vacaciones en Grecia, en Kelisto te explican cómo puede afectarte el actual «corralito», cuánto dinero deberías llevar contigo o si cancelar tu viaje puede ser una buena opción. ¿Cuánto dinero deberías llevar para pasar unas vacaciones en Grecia? El pasado domingo, las autoridades helenas anunciaron fuertes restricciones al funcionamiento de su sistema bancario. En la práctica, estas medidas implicaban dos cosas: la primera, el cierre de los bancos, en principio, hasta el próximo 6 de julio; y la segunda, la imposición de un límite diario de 60 euros para las retiradas de los cajeros automáticos. A priori, las restricciones al uso de los dispensadores solo afecta a personas que dispongan de una cuenta bancaria en Grecia. Por tanto, no debería tener ninguna consecuencia para los turistas extranjeros. Sin embargo, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores español –al igual que ya han advertidos otros como el británico, el holandés o el alemán- se recomienda que los viajeros acudan a Grecia con suficiente dinero en efectivo para poder afrontar sus gastos habituales, así como posibles imprevistos. Además, dado que las novedades respecto a la situación de Grecia se suceden a gran velocidad, las autoridades también recomiendan estar pendientes (a través de los medios de comunicación, agencias de viajes, líneas aéreas, hoteles, etc.) de la posible convocatoria de huelgas en las zonas céntricas de Atenas y Salónica, y de su impacto en servicios como el transporte. ¿Podrás sacar dinero de los cajeros? Tal y como han confirmado las autoridades helenas y las del resto de países comunitarios, las restricciones a la retirada de dinero de los cajeros (60 euros/día) solo afectan a ciudadanos con cuentas en Grecia. Por tanto, un turista extranjero podría sacar sin ningún problema de cualquier dispensador con su tarjeta de débito o crédito. Ahora bien, lo que nadie puede garantizar es que los propios cajeros puedan quedarse sin efectivo en algún momento, tal y como ocurrió el pasado domingo en algunas sucursales de Atenas. Por tanto, pese a que llevar la tarjeta siempre pueda ser un buen respaldo, los turistas siempre deberían disponer de suficiente efectivo para pagar cualquier gasto durante su estancia. ¿Podré utilizar mi tarjeta de crédito para pagar las compras? A día de hoy, las tarjetas de crédito y débito siguen siendo un medio de pago válido en cualquier comercio griego. Por tanto, pueden ser una buena opción para complementar el efectivo que cualquier turista debería llevar. Ahora bien, tal y como advierten desde el Ministerio de Asuntos Exteriores británico, los turistas deben ser conscientes de que no pueden descartarse nuevas restricciones en el funcionamiento del sistema bancario, lo que podría afectar, tanto al uso de tarjetas, como a la extracción en cajeros. 10 Por tanto, pese a llevar una o varias tarjetas sea una buena alternativa, siempre habrá que completarla con suficiente efectivo como para abonar cualquier gasto. ¿Qué seguros me cubren de posibles robos? Las tarjetas son una opción práctica y, sobre todo, segura para viajar el extranjero. Entre otras cuestiones, evitan llevar grandes cantidades de efectivo encima y, por tanto, reducen el peligro en caso de robo. Ahora bien, en una situación excepcional como el de Grecia, el viajero no tendrá más remedio que desplazarse con bastante efectivo. En ese caso, es importante saber que existen dos tipos de seguros que pueden cubrir al consumidor si se produjera un robo, tanto en España como en el extranjero: el seguro de viaje y el seguro de hogar. En ambos casos, la cantidad que las pólizas suelen cubrir ronda los 300 euros, aunque todo dependerá de lo que figure en el contrato que haya firmado el consumidor. Por tanto, si estás pensando en contratar un seguro de viaje para tu desplazamiento a Grecia, echa cuentas, calcula cuánto dinero llevarás y asegura la cantidad que más se adecúe al efectivo con el que te desplazarás. Otras de las cosas que deberás tener en cuenta respecto a estas coberturas es que, para que tu compañía te devuelva el dinero sustraído, deberás presentar una denuncia, con las complicaciones que eso conlleva cuando estás en el extranjero, como los problemas relacionados con el idioma. Algunas aseguradoras, como Mapfre, ofrecen un servicio telefónico gratuito para que, en caso de robo, puedas ponerte en contacto con su servicio de atención al cliente en España y, directamente desde aquí, ellos tramiten la denuncia y todo el papeleo necesario. ¿Puedo cancelar mis vacaciones a Grecia? En el actual contexto de incertidumbre, es posible que a muchos viajeros se les haya pasado por la cabeza utilizar el seguro de cancelación que contrataron con su viaje para anular sus planes, pero ¿es una buena opción? Lo cierto es que no. Las pólizas por cancelación de viajes tienen una lista de causas muy limitada para poder anular unas vacaciones. Entre las más comunes suelen figurar el fallecimiento de un familiar (hasta el tercer grado de parentesco), que el asegurado haya sido convocado a oposiciones o a formar parte de un jurado popular, complicaciones en el embarazo o enfermedad grave (motivos que deberán demostrarse con el correspondiente certificado médico), aunque cada seguro incluye unos supuestos específicos que el consumidor debe consultar. Ahora bien, lo que nunca permitirá una póliza de este tipo es cancelar un viaje por el “simple” hecho de que el consumidor tenga miedo, por ejemplo, a las restricciones bancarias que haya en el país de destino, como sucede con Grecia. Por tanto, si decides anular tus vacaciones, ninguna compañía te devolverá la cantidad que hayas abonado. 11 La derecha es de Marte y la izquierda de Venus Fuente: Blog Contrapoder / El Mundo La crisis griega ha abierto un debate político de gran calado que ha trascendido las fronteras de Europa. Ayer, dos premios Nobel de Economía, Josep Stiglitz y Paul Krugman entraron de lleno en la discusión para ponerse del lado de Tsipras. El primero, desde la tribuna de 'Time' y el segundo en su blog del 'New York Times'. Llama la atención que Stiglitz haya utilizado las mismas palabras que el primer ministro griego para acusar a la Troika: "Responsabilidad criminal". No creo en las casualidades. Yo diría que el gran éxito del gobierno de Syriza ha sido precisamente este: convertir la posible salida del euro de Grecia en una cuestión política. Tanto Stiglitz como Krugman son conocidos economistas situados en la izquierda y a los que recurrió Rodríguez Zapatero como referentes y asesores durante sus mandatos. Stiglitz llegó a afirmar en una entrevista en la Cadena Ser (enero de 2008) que lo que había hecho el presidente español durante su primera legislatura había sido "increíble". ¡Y lo dijo como halago! Ya sabemos que durante los primeros años del gobierno de Zapatero se hicieron unas políticas de gasto que inflaron la burbuja que estalló dos años después con las consecuencias que todos conocemos. Por su parte, Krugman, que ahora pide a los griegos que voten "no" en el referéndum del día 5 ya vaticinó en 2012 que la salida de Grecia del euro era "inevitable". Pues bien, un poco tarde, ahora está a punto de cumplirse su previsión. Bien es cierto que no por las causas que él apuntaba. La cuestión no es si estos dos premios Nobel aciertan o no, sino que han llevado el agua al molino que quiere el gobierno de Grecia. En su intervención ante el Eurogrupo el pasado 27 de junio (puede leerse íntegra en su página: yanisvaroufakis.eu), el responsable económico griego Varoufakis preguntó a sus colegas: "¿Pueden coexistir la unión monetaria y la democracia?". A ese clavo se han agarrado los grupos afines a Syriza, como Podemos, que calificó en un comunicado la decisión de Tsipras de convocar un referéndum de "actitud ejemplar". Pablo Iglesias aseveró: "Quieren asustarnos castigando a los griegos". 12 Krugman en su blog dio pábulo a una teoría conspiratoria al afirmar que el ultimátum a Grecia tenía como objetivo sustituir al actual gobierno. A nadie le gustan los recortes. Un referéndum que plantee a los ciudadanos si aceptan un empeoramiento de sus condiciones de vida tendrá un resultado previsible. Es como si se pregunta a la gente si quiere que le suban los impuestos. Tanto el referéndum como el debate sobre la democracia y la unión monetaria tienen un solo fin: eludir las responsabilidades que implica una situación financiera insostenible. Si las políticas de ajuste, en general, no dieran resultado, España ahora estaría en una situación similar a la de Grecia. Pero no es así. La cuestión es que Grecia apenas ha hecho ajustes. Sólo hay que ver el peso de su sector público o el volumen de sus jubilaciones anticipadas para darse cuenta de ello. Al margen de que (y parece mentira que de eso no diga nada la izquierda) la mayoría de los ciudadanos se han acostumbrado a no pagar impuestos. Los países de la UE, el MEDE y el BCE han prestado a Grecia casi 200.000 millones de euros en condiciones muy favorables cuando nadie le prestaba ya dinero. No se puede decir que Europa no haya sido solidaria. Ayer, en su intervención en la Faes, el ex presidente francés, Nicolás Sarkozy afirmó: "El problema no es sólo Grecia, sino cómo salvar al euro. La situación es mucho más grave de lo que se dice. Grecia ha elegido a un gobierno que ha mentido a sus ciudadanos, un gobierno que quiere las ventajas de la zona euro pero que no quiere asumir sus responsabilidades". Europa, es cierto, está en una encrucijada. De cómo se resuelva la crisis griega dependerá el futuro de la UE y del euro. Por desgracia, no valen ya paños calientes. Lo mejor sería un acuerdo, que Tsipras aceptara las condiciones del Eurogrupo y que el gobierno pidiera el "si" en la consulta del domingo. Si eso no sucede, las posibilidades de ruptura son muy elevadas. Hace años, el ensayista neoconservador Robert Kagan escribió un artículo (Poder y debilidad) en el que afirmaba que "los americanos son de Marte -Dios de la guerra- y los europeos son de Venus -Diosa del amor-". Eran los tiempos de la guerra contra el terrorismo de George Bush. El debate político situaría hoy a la derecha europea en el agresivo lado de Marte, mientras que la izquierda se situaría compasivamente en el de Venus. La cuestión es que mientras que Venus hace promesas que no puede cumplir, Marte se ve obligado a financiarlas. 13 El gasto militar y la crisis de Grecia Fuente: blogs.publico.es / Pere Ortega, Centro Delás de Estudios por la Paz La entrada de Grecia en la zona euro profundizó la crisis de su economía por un hecho en que coinciden la mayoría de analistas: haber aceptado compartir una moneda hecha a medida de las economías más fuertes de la UE (Alemania y Francia), cuando el país no reunía las condiciones mínimas para compartir esa moneda. De qué lado recae la mayor responsabilidad, si de la UE o del gobierno griego, hoy sólo tiene importancia para la historia económica. Lo importante es que esta situación es difícilmente reversible, pues la salida de Grecia del euro sería una bajada a los infiernos para los helenos y muy gravosa para los países europeos. Entonces, lo más probable es que el chantaje de las imposiciones de la UE se retire o rebaje y se llegue a un acuerdo que impida la caída de Grecia y la crisis del euro. El cómo se ha larvado la enorme deuda que ha hipotecado la economía griega tienen la responsabilidad tanto los gobiernos anteriores a Syriza, como el FMI, la Comisión Europea y el propio Banco Central Europeo. Una deuda que hoy es el 180% de su PIB, y unos intereses a los que no puede hacer frente. El chantaje de la Comisión Europea consiste en que reduzca su enorme déficit público mediante recortes de todo tipo, los más indecentes, los de coberturas sociales, las dos últimas exigidas: rebaja de las pensiones y aumento del IVA. La cuestión que aquí nos ocupa ha estado aireada estos días por el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Junker: el enorme gasto militar griego. Junker ha indicado que a cambio de no subir el IVA podrían rebajar unas décimas el gasto militar respecto del PIB. Es decir que el ajuste recaiga sobre el Ministerio de Defensa en lugar de gravar el consumo que perjudicaría a toda la población y lastraría la economía productiva. El enorme gasto militar griego es una de las causas del endeudamiento del país heleno, de su déficit presupuestario y de la crisis. Una causa no demasiado aireada y que debería hacer reflexionar a Syriza y a toda la izquierda en general. Grecia es un país con un fuerte militarismo que proviene, en primer lugar, del número de sus efectivos militares. A este respecto, hay que saber, que las fuerzas armadas helenas tienen el ratio más alto de efectivos de Europa, 12,9 por mil habitantes (España tiene 2,9 y Francia un 3,3). En segundo lugar un gasto militar de 2,2% del PIB en 2014. Que si bien es cierto ha disminuido desde la llegada de la crisis, en la última década fue del 4%, cuando el promedio de la UE era del 1,7% (España tiene en la actualidad un 0,9% y Francia que es quien más gasta un 2,2%). Entonces, si sus fuerzas armadas hubieran estado más acordes con los promedios de los países de la UE, Grecia se podría haber ahorrado no menos de un 50% del PIB de su gasto militar, es decir entre 4.800 y 6.000 mil millones de euros al año (Sipri 2014). La parte más substancial del gasto militar griego proviene de la adquisición de material militar en el exterior, unos 10.000 millones de euros en los últimos diez años. Esto hizo alcanzar a Grecia el cuarto lugar en 2007 del ranquin mundial de compradores de armas. Compras que fueron adquiridas en su mayoría en Alemania (3.000 M€) y Francia (4.000 M€), precisamente los principales acreedores de Grecia. Entonces, la enorme deuda griega está relacionada con esas adquisiciones de armas. Diversas fuentes han denunciado que Alemania forzaba contratos de ventas de armas como condición para conceder préstamos. Tanto Alemania como Francia le vendieron a Grecia en 2010 diverso material: Alemania, 4 submarinos (1.800 M€), 12 buques 14 (1.700 M€) y 170 blindados Leopard (1.700 M€); Francia 25 aviones Mirage, 6 fragatas y 20 helicópteros de combate por 4.000 M€. Hechos corroborados por la canciller Ángela Merkel quien apoyada por Nicolás Sarkozy exponían en su día tras la concesión del primer préstamo, que Grecia debía cumplir con los compromisos adquiridos en sus contratos en el exterior, es decir, la compra de esas armas. Transacciones de armamentos que fueron objeto de investigación bajo sospecha de corrupción, tanto por parte de tribunales alemanes de Munich que investigó el pago de comisiones a miembros del gobierno griego (mayo 2010) por parte de la empresa MAN Ferrostaa, asociada a ThissenKrupp, la industria constructora de los submarinos y buques de guerra; como de los tribunales helenos que implicaron a diversos altos cargos griegos de recibir comisiones millonarias por las compras de armas. Así, Akis Tsochadzopoulos, en 2013, fue condenado a 20 años de cárcel por haber recibido 50 M€ como soborno por la adquisición de submarinos. Hechos corroborados por el entonces ministro griego, Teodoros Pagkalos, que declaró en una entrevista que debido a las presiones alemanas “estaba obligado a comprar armamentos que no necesitábamos”. Así como otras trampas contables de envergadura: la agencia Eurostat de la UE denunció que en 2001, no se habían contabilizado 1.600 M€ de carácter militar en sus presupuestos. Entonces, es razonable que el gobierno de Tsipras rebaje el gasto militar, sólo con reducir un 1% del PIB se ahorrarían al año 1.790 M€. Así se puede concluir que el gasto militar y en especial esas compras de armas obedecían a los intereses del lobby militar-industrial franco-alemán que orquestaron toda una red de maquinaciones y corrupciones para desviar recursos públicos de Grecia para favorecer intereses privados y que contaron con la complicidad de los gobiernos alemán y francés. También es razonable que el gobierno de Syriza haya exigido una auditoria sobre su deuda para conocer que parte de ella es ilegítima por estar sometida a causas ajenas al interés nacional. Y en ese sentido es correcto que desee renegociar las condiciones de una deuda cuando existen perversiones de ese calibre por esclarecer.