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Transcript
El movimiento como concepto estructurado 1
Luis París
Incihusa - Conicet
paris@lab.cricyt.edu.ar
Resumen
La literatura en semántica léxica asume dos niveles descriptivos: el estructural y el de
contenido o raíz. La investigación que expone este trabajo intenta captar interacciones
sistemáticas entre significado estructural y contenido. Ofrece una descripción en
profundidad de la semántica de los Verbos de Movimiento en torno a dos hipótesis
centrales. En primer lugar, existe una distinción a la vez que una relación sistemática
entre significados y conceptos que es relevante en la semántica de los Verbos de
Movimiento. En segundo lugar, asumo que los Verbos de Movimiento constituyen un
frame, esto es, un conjunto de unidades conceptualmente interdependientes que operan
solidariamente para hacer posible así la representación y comunicación de un dominio
experiencial. Este estudio revela propiedades significativas de este frame:
desacoplamientos entre conceptos y significados. Ejemplos relevados aquí de tales
desacoplamientos son: desalineaciones entre simplicidad conceptual y morfosintáctica;
carencia de lexemas que corresponden a nodos de la red cristalizados por el sistema,
presencia conceptual de constituyentes ausentes en la semántica verbal. Por último, la
propuesta que se presenta aquí contraría la clasificación comúnmente imperante según
la cual los Verbos de Movimiento se reducen a dos clases (verbos de Manera y verbos
de Trayecto en Rappaport y Levin, 2010). La descripción detallada del contenido revela
una clasificación más compleja que capta sutilezas semánticas, algunas de las cuales
tienen incluso visibilidad sintáctica.
Palabras clave: semántica, léxico, movimiento.
1
Este trabajo se benefició de la conversación que mantuve con Guillermo Soto durante el Primer
Simposio de la Asociación Argentina de Lingüística Cognitiva (Mendoza, 12 y 13 de noviembre de 2009)
y, en especial, de distintos intercambios con Sonia Suárez Cepeda. Relevo a ambos de cualquier
responsabilidad en los errores.
Introducción2
Reaccionar frente a los movimientos del entorno y moverse en un espacio plagado de
objetos son experiencias tan elementales como tempranas en la supervivencia de todo
ser biológico. El sistema cognitivo humano está múltiplemente dotado para registrar
movimientos que representamos y comunicamos mediante la lengua. La audición nos
puede dar información inferencial sobre el movimiento; el tacto también nos permite
inferirlo. Si algo choca contra mí o una parte de mí, deduzco –si mi estado era de
reposo– que algo se había movido. Sin embargo, la visión es nuestra principal fuente de
información y la más certera. Si vemos un objeto en movimiento, típicamente tenemos
certeza de que se movió y podemos comunicar toda la información relevante para
caracterizarlo, esto es, su por, desde, hacia y cómo.
Una segunda fuente de información es la propiocepción en experiencias
motrices. La percepciones internas al movernos, ser movidos y mover objetos
contribuye además a las nociones que nos hacemos de "control" y de (cierto tipo de)
"causalidad" y del espacio como un vacío ocupable. La propiocepción me informa
además sobre el esfuerzo involucrado en la motricidad y la relación entre grado de
esfuerzo y rapidez del traslado (velocidad). Experimentamos, por último, movimientos
involuntarios internamente causados como tiritar, temblar.
Lo común a todos esos fenómenos es el movimiento en el sentido del
desplazamiento en el espacio de un objeto o de una de sus partes. En el primer caso, el
objeto es una unidad o totalidad que cambia de Lugar; este Lugar es una referencia en
reposo (relativo), y el desplazamiento es un movimiento progresivo, en un espacio
continuo, convexo, y al que corresponde un intervalo temporal también continuo.
Las preguntas fundamentales en torno a la representación lingüística del
movimiento giran en torno a qué de su descripción puramente conceptual y qué de
nuestras experiencias perceptuales resulta codificado en la lengua y si aquello
2
Adopto la convención notacional del doble corchete recto para expresar realidades en el mundo
–por oposición a sus representaciones– como [[situación 1]] o [[casa3]] que refieren, respectivamente, a
una situación individual concreta y a una casa individual en el mundo externo. El doble corchete no recto
designa conceptos como en {{casa}} y la doble barra //casa// para designar al significado de la palabra
"casa".
finalmente codificado se constituye en un dominio unitario y específico dentro del
sistema léxico. La literatura previa no es consistente. Levin (1993) distingue al menos
cinco subclases de Verbos de Movimiento que en Levin y Rappaport (1992) se reducen
a tres en términos de la especificación de dos parámetros: +/-Manera y +/-Causa. En
Rappaport y Levin (2010), las subclases son solo dos: Manera y Trayecto. Más allá de
esta disparidad, los autores no consideran necesario justificar la existencia de la la clase
de palabras Verbos de Movimiento, asumen que la unidad conceptual acarrea
automáticamente unidad semántica en el Léxico (entre otros, Jackendoff, 1983, 1990 y,
para el español, Morimoto, 2001).
La Semántica Léxica ha reflejado la relevancia descriptiva y teórica del estudio
de la representación del movimiento hasta el punto de que algunas teorías han
magnificado su rol. Tanto la "iconicidad" –defendida por cierta parcialidad de
practicantes de la Lingüística Cognitiva– como la hipótesis de las Relaciones Temáticas
(Jackendoff, 1983) comparten la idea de que las estructuras lingüísticas desarrolladas
para la representación del espacio y el movimiento son las matrices de toda otra
estructura semántica en cualquier dominio cognitivo. Sin necesidad de reclamar esa
dimensión fundamental, existe amplio consenso tanto en Lingüística Cognitiva –Croft y
Cruse (2004)– como en trabajos de tradición formalista (Rappaport y Levin 1998) sobre
un doble rol articulador del movimiento. Por un lado, es codificado al interior del
contenido, es decir, en el significado de un conjunto abierto de lexemas (open class
forms); por otro, la representación del movimiento opera al interior del significado de
closed class forms e, incluso, contribuye con esquemas estructurantes al significado de
otros tipos de verbos.
Mi primera premisa es que VM constituye un frame, esto es, un dominio unitario
de la experiencia que es representado también como una unidad semántica en el léxico.
Uso aquí el concepto de frame resaltando sus propiedades más abstractas -y, en tal
sentido, con un matiz distinto al de Fillmore (1985) Goldberg (1995, 2010)- para
definirlo como un conjunto de unidades conceptualmente interdependientes que operan
solidariamente para hacer posible así la representación y comunicación de un dominio
experiencial unitario. De ser traducido, mi uso de tal concepto debería referir
simultáneamente a dos términos, "armazón" y "mosaico". El primero refiere al conjunto
de relaciones semánticas y el segundo a los segmentos de contenido sostenidos por ese
armazón. Asumo que los frames así caracterizados son representables mediante redes
taxonómicas de herencia múltiple. La pregunta directriz de este trabajo problematiza la
constitución de ese frame en relación a VM; puede ser concebido como puramente
conceptual (Fillmore, 1985) o constituido por significados (como en los estudios
estructuralistas sobre "campos semánticos") o, como concluyo aquí, incluir ambos. Mi
presupuesto es que existe una diferencia entre conceptos y significados y mi hipótesis es
que en el frame movimiento (de aquí en más, FM), ambos tipos de representaciones
interactúan en modos que espero quedarán claro en el resto de este artículo.
En la primera sección me propongo abordar las grandes temáticas que emergen
al intentar la especificación semántica del léxico del movimiento. La literatura sobre el
tema es tan rica, que imaginar una perspectiva fresca resulta quizás implausible. Mi
apuesta es que tal enfoque de investigación tiene sentido porque, en primer lugar, no se
ha ofrecido una descripción precisa y completa de VM en español. En segundo lugar, la
literatura no ha extraído y luego organizado sistemáticamente todas las conclusiones
relevantes, conclusiones que debieran incidir sobre la caracterización del relativismo
lingüístico. A partir de los trabajos de Talmy (recopilados en Talmy, 2000), sabemos que
las lenguas registran el movimiento con estrategias de codificación diferente. La
discusión es si a las distintas representaciones lingüísticas subyace una representación
conceptual universal (como lo asume Talmy y el grueso de los practicantes de la
Lingüística Cognitiva) o si no hay una base conceptual enteramente independiente de la
representación lingüística (escuela de Nijmegen).
1. Verbos focalizados en el proceso
El concepto de que existe algo unitario denominable movimiento y que aparece en cada
cosa que –de cualquier manera y en cualquier contexto– se mueva, resulta ser una
generalización sumamente abstracta pero fácil de aceptar porque no impone resolver
incoherencias sustanciales con nuestra experiencia cotidiana. A excepción de ciertas
experiencias ocasionales (como estar arriba de un vehículo en reposo que está al lado de
otro en movimiento), no tenemos serias dificultades en afirmar que algo está, en
relación a un objeto en reposo, en movimiento. El español registra ese concepto
suprageneral de movimiento con el verbo "moverse", que se aplica a cualquier tipo de
objeto que ejecute o, por así decir, al que le acontezca un movimiento.
(1)
a. Pedrito se movió.
b. Se movió la lámpara.
Puede haber un agente en la [[situación 1]] descripta en (1); sin embargo, su presencia no
se entraña de (1a) o (1b); de hecho, el Oyente deduce pragmáticamente que el Hablante
desconoce la presencia de un Agente. El verbo solo registra el movimiento del Tema
(objeto en movimiento) y este puede ser de cualquier tipo, esto es: Locativo o no
Locativo; parcial o total; inducido o espontáneo.
La representación del significado de "moverse" nos lleva a dos conclusiones. En
primer lugar, es difícil pensar una representación icónica de su significado y, por ende,
en el propio campo del movimiento –un dominio perceptible– la hipótesis de la
iconicidad confronta aquí un problema. En segundo lugar, conlleva un desacoplamiento
entre conceptos y significados. Se trata de un verbo morfológicamente derivado de
"mover", y este es un lexema semánticamente más complejo en cuanto añade causalidad
al movimiento. Si entendemos por simpleza conceptual la menor carga informativa
relativa a un mismo dominio referencial, la forma más abstracta debiera ser la más
simple. En nuestra lengua, entonces, la forma causativa es (morfosintácticamente) más
simple y la forma conceptualmente más general y abstracta es derivada. 3
Este desacoplamiento es visualizable en la distinta arquitectura de "a" y "b" en la
Figura 1. En "a" se muestra que el significado de "mover" deriva de una combinación
(particular) entre el concepto de {{moverse}} y la noción de {{causa}}. Todo evento
[[mover]] incluye un subevento [[moverse]].4 Al mismo tiempo, ya sea representada en
una red (como en "b") o a la manera de una regla léxica (como en "c"), la forma
dependiente es "moverse".
a.
{{moverse}}
{{causar}}
3
No es una transición accidental, la derivación de formas no causativas de causativas es por
demás frecuente en español. Típicamente los Verbos de Posición siguen el mismo patrón: "pararse",
"inclinarse", "acostarse", "levantarse", "arrodillarse", etc. En inglés, por el contrario, el verbo de origen
latino move permite registrar tanto movimientos simples como causados.
4
En términos de entrañamientos léxicos, la relación es que el significado de "mover" entraña el
significado de "moverse".
{{mover}}
b.
//mover//
c. mover + se}  moverse
//moverse//
Figura 1
La simplicidad de "a" no evita visualizar una propiedad crucial de FM y,
presumiblemente, de cualquier otro frame: está atravesado por conceptos que, como la
causalidad, no le son exclusivos ni dependientes. Un frame es en cierto sentido una isla
de contenido; sin embargo, en el lenguaje todo frame está filtrado por un armazón de
nociones que lo articulan a la estructura de toda la lengua.
En la taxonomía isa de palabras en Figura 2 se representa este desacoplamiento
al representar “moverse” entre corchetes dobles, con lo cual intento indicar que se trata
de un nodo puramente conceptual que es luego ocupado por una palabra
morfológicamente derivada. En un segundo nivel aparecen verbos como "tiritar",
"vibrar", "temblar", "ondear", "flamear", etc., conjunto tradicionalmente denominado
Verbos de Manera de Movimiento pero que aquí denomino Verbos de Movimiento
Intrínseco o VMoIs. Este cambio terminológico se basa en que el concepto de Manera
siempre es ‘Manera de instanciar otra descripción eventiva’ (Ernst 2000; París 2006 a,
b). Sin embargo, ese otro evento en la semántica de estos verbos es inmaterial,
inexistente. Podría pensarse a “tiritar” como una manera de “moverse”; pero en tal caso
lo mismo equivaldría para todo verbo de movimiento subsumido bajo aquél (por ej.,
“cruzar”), con lo cual concluiríamos en el sin sentido de que todo VM sería un verbo de
manera de movimiento.
Al mismo nivel de subsunción taxonómica de VMoIs debemos situar a
“desplazarse”, verbo que refiere a un movimiento Locativo a través de un Trayecto Ty,
movimiento ejecutable de cualquier manera por cualquier Tema. Este verbo denota –
como el par “moverse/mover”– un desacoplamiento de significado y forma; el concepto
de “desplazarse” es más simple que el asociado a “desplazar”, puesto que este
involucra, además de movimiento, causalidad. Por el contrario, esta última es la forma
más simple.
{{moverse}}
{{causar}}
//mover//
{{desplazarse}}
//tiritar vibrar
temblar//
//caminar ir cruzar entrar//
//desplazar//
Figura 2
Una representación de FM en términos puramente de significados no permite captar
ciertas generalizaciones relevantes. En primer lugar, no existiría allí un lexema que
cristalice el contenido “moverse sin desplazarse” y, por lo tanto, esa red no agrupa a los
VMoIs bajo un nodo único que los diferencie de “desplazarse”, aun cuando la literatura
semántica ha acumulado suficiente evidencia para considerar a los VMoIs como una
generalización relevante. En segundo lugar, no se captarían las oposiciones al interior de
cada subgrupo; por ejemplo, sitúa en un mismo nivel a la oposición “caminar/correr” y
aquellas “caminar/ir” o “caminar/entrar”. Se necesita aquí una representación que
refleje, por un lado, subsumciones que determinan ‘membrecías’ (elementos que
comparten una propiedad y, por ende, pertenecen a un mismo conjunto) y, por otro lado,
lexemas cuyos significados comparten todo su contenido y se oponen en relación a un
único parámetro.
La solución a esas carencias es, tal como lo he hecho, introducir conceptos al
FM en Figura 2 asumiendo que forman parte de la red semántica. Es posible así captar
que del nodo “moverse” derivan dos grupos: el nodo VMoI (movimiento no locativo [Loc]) y el nodo hermano ocupado por “desplazarse”, que es [+Loc]. Los VMoIs
registran movimientos de partes de un individuo en relación con sí mismo como un todo
estático. Esos movimientos consisten en la iteración de cierta unidad de movimiento con
una frecuencia continua y sin un final distintivo, son Procesos (Actividades). 5 Este
conjunto no muestra una organización interna en subclases mediante parámetros
sistemáticos, es un conjunto ‘desestructurado’. “Ondear” y “Flamear” registran
situaciones en las que un objeto –típicamente, una bandera– se mueve en el lugar en una
configuración ondular. “Tiritar” y “temblar” denotan movimientos iterativos de un
cuerpo –necesariamente un ser vivo en el caso del primero, no en el segundo– o partes
de un cuerpo durante un segmento temporal. “Bailar” registra eventos iterativos de
movimiento no locativo de un humano. 6 El verbo “oscilar” es un VMoI que se aplica a
situaciones en las que un objeto se mueve iterativamente de un lado a otro. ¿Entraña
Desplazamiento y, por ende, codifica un Trayecto? No. Se trata de otro desacoplamiento
concepto/significado. Es un movimiento iterativo no direccionado, un ida y vuelta, tal
que para la lengua –aunque conceptualmente exista– la situación es visualizada sin
Trayecto, es decir, sin una línea direccionada constituida a partir del desplazamiento de
un Tema. El máximo grado de oposición –que es “inmediata” y “excluyente”– es el que
hay entre “caminar” y “correr”. En tal caso, ambos lexemas no pueden ser verdaderos
de la misma situación. Por otro lado, una oposición inmediata no excluyente y,
diríamos, de “perspectiva”, se instancia en el par “entrar/salir”, donde ambos predicados
podrían predicarse del mismo evento (“El contingente entró a Chile desde Perú”/“El
5
La combinación feliz con frases preposicionales con valor de duración como “durante” o “por”
es la prueba usual para determinar la presencia de un Proceso. (“M. Guerra bailó ininterrumpidamente
durante veinte minutos” vs. “*M. Guerra bailó en veinte minutos”).
6
Mi posición es que este verbo no pertenece estrictamente a FM, por cuanto no lo usamos para
registrar movimientos del entorno sino una actividad humana intencional que involucra movimientos. Es
un verbo multiclasificable pero no centrado en el movimiento.
contingente salió de Perú”), pero no desde un mismo enfoque (principio de no
contradicción).
Distintas estructuras gramaticales toman a los VMoIs como una unidad. Por
ejemplo, son todos Actividades (Procesos) y, por ende (Van Valin, 1991), típicamente
intransitivos y, específicamente, ergativos. En general no pueden formar parte de una
estructura transitivo-causal con el mismo sentido (“*El vientó/el frío tembló a Juan”).
Originalmente intransitivos, algunos pueden expresarse en estructuras transitivas, quizás
con cierto tinte literario como en (2) otras coloquiales y frecuentes como (3). Nótese
que (2) no tiene sentido causativo (la expresión “#El ejército flameó la bandera” es
semánticamente anómala).
(2)
El ejército flameó su bandera en territorio enemigo.
(3)
La pareja bailó un tango añejo.
Tampoco aceptan frases de medida de Ty como parte del evento. (4) es dudosamente
aceptable; pero para aquellos hablantes que la aceptan, el Ty “hacia la cocina” no forma
parte interna del evento [[tiritar]], funciona como una simple localización externa.
(4)
?El enfermo tiritó hasta la cocina.
La subclase VMoI no incluye verbos que impliquen ‘intencionalidad’.
Consecuentemente, las situaciones denotadas admiten típicamente el rasgo ‘sin control’,
de modo que que una derivación nominal como “temblor” no es combinable con
expresiones agentivas del tipo “*dar un temblor” (como sí es posible “dar una patada”)
sino con formas pasivas del tipo “me agarró/me dio un temblor”. Por el contrario, en el
grupo representado por “caminar”, admite “di una caminata” ( “*me agarró una
caminata”).
Verbos como “caminar”, “correr”, “gatear”, “volar”, “nadar”, “galopar”,
“navegar”, “conducir”, “manejar”, etc. constituyen el conjunto de Verbos de Medio de
Desplazamiento o VMeD. La noción de Manera ha sido usada en la literatura –a mi
juicio, erróneamente– para incluir tanto a VMoIs como a VMeDs. El concepto de
Manera –que es siempre Manera de– presupone distintas alternativas para que ocurra o
se ejecute un evento (Ernst, 2000). En el caso de los VMoIs, si realmente incorporasen
la noción de Manera, deberíamos admitir que el argumento o sustrato de ‘Manera de’ es
un evento abstracto (totalmente inespecificado) de movimiento no locativo, que cada
verbo instancia de un modo particular. He argumentado arriba en contra de esta
posición. Por el contrario, en el caso de los VMeDs, ese evento sustrato es
Desplazamiento y cada verbo describe una alternativa de su ejecución; Medio es una
instancia de la relación Manera (entre eventos) que en París (2006a) remite a una doble
predicación asimétrica: un predicado ofrece la descripción abstracta de un evento que es
especificado por otro predicado. Ambas predicaciones son siempre sobre un mismo
referente –un evento individual– y, a nivel contenido, satisfacen una condición
mereológica: ‘manera de’ especifica a otro predicado (o ‘sustrato’) e introduce un
evento que es parte del evento referido por este sustrato.
La predicación Medio es un subcaso de Manera en la que las dos descripciones
eventivas, además de compartir participantes y una relación –todos relativos a
segmentos espacio-temporales solapados o idénticos–, denotan porciones de un mismo
‘curso de eventos’: eventos temporalmente contiguos (o solapados) tal que el precedente
es condición necesaria para el siguiente. En sentido estricto, los verbos lexicalizan solo
relaciones de Medio; la predicación Manera solo puede realizarse en formas adverbiales
o en la sintaxis. Es por ello que “tiritar” es un VMoI y no un verbo de Manera de
Movimiento, no es posible escindir con naturalidad un movimiento abstracto no
Locativo que sea distinto del especificado por el verbo. Solo existe una relación de
identidad, “tiritar” no es una situación que pueda descomponerse en una situación que
sea ‘Manera de otra’, de hecho, no existe verbo para designar esta última.
En los VMeDs, ese evento abstracto es Desplazamiento y existe un verbo que lo
designa (‘desplazarse’). Por ejemplo, “caminar”, “correr”, “trotar” y “gatear” registran
un patrón motor iterativo que involucra cierta configuración de los miembros del Tema
(objeto en movimiento). No puede decirse que ese patrón sea un subevento distinguible
y que cause el evento Desplazamiento; éste está incorporado al evento descrito por
estar en el mismo curso de eventos. Son dos descripciones de distintas partes (ergo,
descomponibles) de un todo único. Algunos autores (por ejemplo, Goldberg, 1995)
consideran que los verbos en inglés del conjunto que denomino VMeD no codifican en
sus significados un Ty, es decir, no son verbos de Desplazamiento; los VMeDs
realizarían la noción de Manera tal como “tiritar” o “vibrar”. Mi posición es la opuesta
respecto del español (coincidente aquí con Morimoto 2001). Los VMeDs sí codifican un
Trayecto ya que –al contrario de VMoIs como el del ejemplo (6)– aceptan frases de
medida, como lo muestra (5). La única interpretación posible es que la Frase de Medida
mide Ty y, siendo que este participante no es introducido por ninguna otra expresión,
debe asumirse que es introducido por el verbo.
(5)
a. Juan corrió doscientos metros.
(6)
b.# Juan bailó dos metros.
Desplazamiento es en estos verbos un entrañamiento, es decir, información que
conllevan necesariamente. Si alguien nadó, corrió, caminó o gateó, necesariamente se
trasladó de un lugar a otro y, por ende, se desplazó a lo largo de un Trayecto. Medio y
Desplazamiento son fáciles de aislar conceptualmente tal que, por un lado, en casos
excepcionales –como el de una cinta en un gimnasio– puede hablarse de “correr” sin
Desplazamiento. También es cierto que el foco semántico de los VMeDs radica en la
especificación de Medio y no en la especificación del Trayecto. La posibilidad de
predicar Frases de Medida indica, sin embargo, que este está codificado y es visible para
una sintaxis no mediada por otro elemento distinto al verbo.
Hay subtipos de VMeDs. El subtipo típico –por ej. “correr”– alude a un patrón
motor del Tema, esto es, registra una particular configuración corporal de un ser vivo.
Por propiocepción obtenemos una imagen kinestésica en la que nos representamos el
origen del movimiento como interno, asociado a cierto grado de esfuerzo. Por otro lado,
las oposiciones en relación al patrón motor (por ejemplo, en “caminar” y “correr”
movemos una extremidad inferior hacia adelante pero en el primero la otra extremidad
permanece en contacto con el , mientras que en el segundo no) implican derivadamente
efectos distintos en relación con el parámetro Velocidad. Otros VMeDs como “nadar”,
“planear” o “volar” introducen el parámetro semántico Medium, mientras que otros
incorporan un Instrumento como en “manejar” o “conducir”.
Los VMeDs se comportan como una clase natural en relación con distintas
propiedades estructurales. En primer lugar, son todos verbos intransitivos que describen
Procesos. Siendo los Procesos eventualidades abiertas, el Ty en estos verbos es
necesariamente abierto, es decir, sus extremos no son visibles. Esta correlación ha sido
observada y suficientemente explicada en la literatura (Tenny, 2000; Dowty, 1991). ¿Por
qué el español –y las lenguas en general– no combinan en sus representaciones léxicas
Medio y Ty cerrados? Una respuesta plausible es que ambos tipos de información están
codificados estructuralmente y el sistema no permite dar prominencia –que aquí
significa ‘especificar’– a dos tipos de información en una misma forma. Es así que,
como veremos, los verbos que se focalizan en especificar los extremos de Ty no
focalizan Medio (tendencia captada en la literatura, por ejemplo, Rappaport y Levin,
2010). Los verbos registran tipos de situaciones (o eventualidades) y una generalización
fuerte con mucha aceptación en Semántica dice que el significado verbal describe o bien
el Proceso o bien el Resultado, pero no ambos. En otras palabras, la distinción entre
Procesos y Eventos atraviesa todo dominio cognitivo y en el del movimiento se realiza
en la forma de verbos que especifican, respectivamente, el Proceso (Manera, dirían las
autoras mencionadas) o los límites de Ty. Obtener ambas especificaciones
simultáneamente no es una imposibilidad lógica sino de la particular estructura del
sistema lingüístico. Fuera del léxico, es perfectamente normal cerrar Ty de VMeDs con
Frases Nominales como en (7) o con Frases Preposicionales como en (8) e, incluso,
ciertos verbos como “escalar” y “trepar” –que codifican Medio– sean más
frecuentemente usados con Ty cerrados (“Pedro escaló el Tupungato”).
(7) Juan corrió la Maratón de Paso de las Carretas.
(8) Juan corrió hasta su casa.
2. Verbos con Trayecto
Los denominados path verbs (Rappaport y Levin, 2010) o directed motion verbs
(Zubizarreta, 2007) codifican un Ty del que especifican una propiedad relativa a los
parámetros ‘dirección’ u ‘orientación’. En verbos como “ir”, “avanzar” o “venir”, el
parámetro es ‘dirección’, es decir, se trata de un vector, una línea que se recorre en una
dirección particular. En “avanzar” se presupone en el Ty un Origen y la dirección
consiste en alejarse de él; Ty es abierto y el verbo atélico. Por el contrario, “ir” y “venir”
contienen un Ty cerrado y son, consecuentemente verbos télicos; esto es, se afirma
mediante el verbo que el Tema alcanzó la Meta.
(9) Pedro fue al kiosco.
Morimoto (2001) sostiene que “ir” codifica un trayecto cerrado. La motivación de su
propuesta es, a mi juicio, débil, se basa en que el verbo puede combinarse con Frases
Preposicionales con trayectos abiertos como en (10).
(10) Pedro fue hacia la plaza.
En todo verbo que contenga un Ty cerrado, este puede ser abierto mediante una FP
“hacia” o “por”; a su vez, todo Ty abierto puede cerrarse (véase (7) y (8) arriba).
Morimoto no puede usar esto como evidencia. Por otro lado, podría pensarse –aunque
no sea mencionado por Morimoto– que quien enuncia (9) no asume un compromiso
sólido con su verdad en el sentido de que si Pedro no llegó al kiosco, (9) no deja de
expresar algo verdadero (por ejemplo, Pedro salió y dijo que iba al kiosco; hasta donde
el hablante sabe, (9) es cierto. En términos semánticos, (9) abriría un ‘contexto
intensional’ y, por ende, la interpretación debe darse en el campo de la posibilidad. Este
fenómeno tampoco aporta evidencia alguna a favor de la autora. Si Pedro no llegó al
kiosco, (9) es simplemente falsa. Esa supuesta situación discursiva abre una ‘coerción
pragmática’ y de allí que permite, entre sus lecturas posibles, una intensional; pero su
base semántica tiene a “ir” o “venir” aportando un evento cerrado y, en consecuencia,
un Ty cerrado. Por otro lado, de 11.534 usos de “ir” del corpus oral CREA que he
registrado, solo uno combina ‘ir’ con una FP-hacia, y esto en un contexto donde el
argumento que realiza la Meta es una persona, lo que hace difuso su uso espacial
(“María fue hacia Carmen a decirle que …”). El corpus escrito revela una tendencia
similar, de 90.455 casos, 116 combinan ‘ir’ con una FP-hacia y de estos ningún caso
tiene un sentido nítidamente espacial.
Existe también evidencia gramatical que favorece a mi propuesta. El
denominado “se” aspectual con verbos atélicos –como en (11a)– privilegia la lectura
aspectual completiva; con los verbos télicos, en cambio, el “se” toma una significación
particular que, con “ir”, desfocaliza el Trayecto para concentrarse en su parte inicial u
Origen, como se ilustra en (11b). Se trata ahora de un verbo de cambio Locativo: el
Tema ya no está donde estaba, no importa qué Trayecto tomó o a dónde fue.
(11)
a. Los turistas se caminaron la alameda en una tarde.
b. Los turistas se fueron.
Es anómalo especificar el Trayecto completo (con Origen y Meta) de “irse” como en
(12), dato que refuerza mi interpretación de que el verbo focaliza un Cambio Locativo.
(12) ?#Pedro se fue de su casa a la oficina anoche.
Los ejemplos típicos de path verbs como “ir” y “venir” no aceptan Frases de Medida
que especifiquen el Trayecto (ejemplo (13)); sin embargo, esta especificación sí es
posible con verbos como “avanzar” (ejemplo (14)). Esta restricción podría deberse a
que el sistema no acepta que Trayectos cerrados léxicamente sean especificados
adicionalmente en relación al mismo parámetro.
(13)
*Juan fue dos cuadras al almacén.
(14)
Juan avanzó cien metros hacia/hasta el almacén.
Verbos como “subir”, “bajar”, “caer”, “descender” y “ascender” describen un Ty
orientado en el eje gravitatorio cuyos valores alternativos son ‘arriba/abajo’. En el plano
sintáctico son intransitivos, pero intervienen en una variedad de distintos patrones. Por
ejemplo, “bajar” registra movimientos del Tema en un Ty cuya parte inicial está en una
posición más elevada que la final, información expresada en (15a). También permite la
expresión como OD del Trayecto –ejemplo (15b)– e impone la restricción a su objeto de
tener una orientación como “escalera” o “los tres pisos”; caso contrario –“el sendero”–
resulta poco coloquial.
(15)
a. Pedro bajó (al sótano)/(de/desde su oficina).
d. Pedro bajó las escaleras/los tres pisos/?el sendero.
e. Pedro bajó la mesa (al sótano).
¿Es este Trayecto cerrado o abierto? Los Ty cerrados coinciden necesariamente con
descripciones eventivas télicas, y los abiertos, con atélicas. Según el conocido criterio
para determinar telicidad, (16) sugiere que es mucho menos costoso la interpretación
télica que la atélica. Aceptar “durante media hora” requiere imaginar un contexto
enriquecido mientras que “en media hora” es instantáneamente interpretable. Concluyo
que Ty está léxicamente cerrado en el tipo “subir/bajar” aunque no en el
“ascender/descender” (“El andinista ascendió por la ladera sur durante cinco minutos”).
(16)
Pedro bajó (?? durante media hora) (en media hora).
Si el Tema es ilimitado –como la denotación de los ‘nombres masa’, por ej., “agua”– se
legitima una interpretación atélica (‘doble incrementalidad’; véase Beavers, 2008).
Todos los verbos de desplazamiento que son télicos permiten con relativa facilidad una
lectura gradual del Ty. Por ejemplo, es posible decir “Juan fue un poco más allá de la
Meta”, mientras que es imposible con verbos télicos de cambio de estado “*Juan mató a
Pedro un poquito más”. La versión más simple de (15c), “Pedro bajó la mesa”, puede
registrar un evento en el que Pedro sostenía en sus manos una mesa en lo alto y la bajó
apenas unos centímetros. Otra interpretación es que le acortó las patas y la hizo un poco
más baja. En cualquier caso, la descripción eventiva sigue siendo télica en la versión
causativa aun con Trayectos codificados como escalas graduales. Por último, Ty puede
abrirse con los procedimientos usuales.
(17)
Los chicos bajaron por el sendero durante media hora.
La versión de estos verbos con ‘se’, como ‘subirse a’ o ‘bajarse de’, representa
transparentemente una refocalización en el Cambio Locativo en desmedro de Ty,
relativizado así a un segundo plano.
(18)
Pedro se subió al caballo *dos metros.
Sensu stricto, este uso Locativo desfocaliza incluso el parámetro orientación en cuanto
es posible describir mediante la expresión “subirse a un barco” una situación en la que
el Tema estaba en una posición más alta que la del barco. 7
Los verbos “ascender” y “descender” contienen, por otro lado, un Ty abierto
como se muestra en (19), Ty que puede cerrarse, de lo que resulta un Evento (ejemplo
(20)).
7
Una observación significativa válida para todo verbo de movimiento es que el porcentaje de uso
figurativo de estos verbos es del 80%. Es decir, el uso espacial (literal) es mínimo; sin embargo, todo
hablante consultado por el significado de alguno de estos verbos aduce inmediatamente el espacial.
(19)
El avión despegó y ascendió durante tres minutos hasta alcanzar altura.
(20)
El avión ascendió hasta los 8.000 metros en una hora.
A diferencia de sus co-miembros verbos de orientación télicos (ej., “subir”), estos
verbos no tienen versiones causativas (en su sentido literal) como tampoco admiten la
combinación con un ‘se’ aspectual.
El verbo “caer” contiene una orientación hacia abajo y su Ty es cerrado. No tiene
–a diferencia de “subir” o “ir”– una versión causativa. En los usos del corpus CREA no
es posible encontrar una versión claramente atélica, sin embargo, no es difícil imaginar
una como la de (21).
(21)
El avión cayó durante tres minutos pero luego pudo alcanzar altura de nuevo.
En su uso coloquial, aparece típicamente combinado con un “se” aspectual. Mi hipótesis
es que “caerse” es un verbo de ‘Cambio de Posición’ (verbos que describen Cambio
Locativo en la orientación de un objeto como “pararse”, “sentarse”, “levantarse”, etc.)
con una representación semántica en la que el Ty está relegado. Significa básicamente
“perder la orientación vertical”. Por el contrario, “caer” no desfocaliza Ty tal que (22) es
aceptable mientras que (23) no. Esta inaceptabilidad indica que la expresión de (uno de
los extremos de), Ty es un requerimiento de “caer” pero no de “caerse”.
(22)
(Juan) Se cayó Juan.
(23)
#(Juan) cayó Juan.
Los ejemplos (24) y (25) refuerzan mi propuesta. La frase de medida “diez metros”
describe la extensión de Ty y puede combinarse con “caer” pero no con “caerse”.
(24)
#?El avión se cayó dos mil metros y rozó los picos andinos.
(25)
El avión cayó dos mil metros y rozó los picos andinos.
3. Verbos de Traspaso
Verbos como “traspasar”, “cruzar”, “entrar”, “salir” y “trasponer” refieren a situaciones
donde el Trayecto corta un Límite (o Lm) perpendicular como en (26).
(26)
El grupo traspasó/cruzó/traspuso la frontera.
Estos tres verbos son transitivos. “Atravesar” y “cruzar” admiten situaciones donde Ty
no traspone Lm, no va más allá de sus límites. Por ejemplo, en (27) el Tema va de un
límite a otro de un objeto (el país) sin atravesarlo. La imagen topológica que
corresponde es la de un ensanchamiento de Lm, que sigue siendo afectado totalmente
por un Ty que es delimitado y se corresponde con la dimensión transversal de Lm.
(27)
Juan cruzó el país entero (de punta a punta).
La característica de estos verbos es que realzan Lm en desmedro de Ty, ya sea que este
sea representado unidimensionalmente o ‘ensanchado’ en una superficie, lo que resalta
es el objeto perpendicular a Ty. Por ejemplo, no aceptan predicaciones de Frases de
Medida.
(28)
El grupo cruzó (*veinte metros) el río (*veinte metros).
El subgrupo de verbos “entrar” y “salir” –que, a diferencia de los otros, son intrasitivos–
realzan un Lm al que interpretan como el contorno o Borde de un Lugar (Lakoff et al.,
2005). Significan esencialmente que el Tema cambió de Lugar, está en un Lugar en el
que antes no estaba. Ty es conceptualmente necesario –para moverse de un Lugar a otro
hay que pasar por puntos intermedios– pero el verbo no resalta ese Ty como para ser
objeto de predicación tal como lo indica (29). Tampoco permite frases preposicionales
que lo describan. En sentido estricto, el Ty introducido por “hacia” o “hasta” en (30)
describe lo que sucedió luego de completado el evento [[entrar]]. Es decir, Pedro entró
en un Lugar –presumiblemente una casa o edificio–, y solo una vez completado ese
evento siguió hasta la cocina.
(29)
Pedro entró (?dos metros) en su casa.
(30)
Pedro entró hacia/hasta la cocina.
En la combinación de estos verbos con una FP-por, esta refiere a una parte de Lm (tal el
caso (32)) cuando, en realidad, lo típico es que introduzca Ty, tal como en (31).
(31)
Pedro caminó por la ventana.
(32)
Pedro entró por la ventana.
Este comportamiento también corresponde a los verbos “cruzar”, “atravesar”,
“traspasar” y “trasponer”. Una propiedad que legitima mi hipótesis sobre la ausencia de
Ty prominente (temática saliente en París 2010) es que, de haberlo, el Tema es el
participante incremental. En (33), es el cuerpo de Pedro el que mide el cumplimiento del
evento. El mismo ejemplo muestra, además, que el verbo –en un registro coloquial–
legitima la combinación con la frase preposicional “en” que introduce Lugares, no Ty.
(33) Pedro entró al/en agua lentamente.
En la Figura 3 represento las generalizaciones establecidas hasta ahora en términos de
una taxonomía multiclasificatoria de relaciones de subsunción ‘isa’.
{{moverse}}
{{causar}}
mover
{{desplazarse}}
{{VMoI}}
{{VMeD}} //ir cruzar entrar//
//desplazar//
//tiritar bailar
temblar// ..//caminar//
Figura 3
4. Verbos híbridos
El verbo “girar” describe en su sentido más simple el movimiento en forma de círculo
de un Tema sobre sí mismo y sin desplazamiento en el espacio. No hay desplazamiento
y, por lo tanto, carece de Ty. El Tema se mueve circularmente en un mismo lugar y ese
círculo puede ser parcial (“El auto giró a la izquierda”), completo (“López giró una sola
vez el circuito”) o, en la situación típica, completado iterativamente (como en (34)).
(34)
Manuela giró sobre sus talones una y otra vez.
El Ty no es visible tampoco para una predicación con Frase de Medida.
(35)
?? Pedro giró dos metros.
El círculo denotado permite un ensanchamiento topológico pero sin entrañar
desplazamiento. En este uso, el eje del círculo no es el Tema sino el del objeto
introducido por la FP, esto es, el lago.
(36)
Pedro giró alrededor del lago durante tres horas.
Se trata siempre de un evento dinámico y atélico que naturalmente adopta una
interpretación iterativa como en (36); es decir, “girar” tiene los rasgos que caracterizan a
los VMoIs, incluida la ausencia de desplazamiento. Sin embargo, se diferencia de los
VMoIs en que la propiedad focalizada por el verbo –la circularidad del movimiento– es
externa y circunstancial respecto del movimiento. Con “tiritar” o “temblar” no nos
referimos solo a una experiencia visualmente captable sino también a una causalidad
interna accesible por propiocepción. Por el contrario, “girar” acepta con toda
naturalidad una versión causativa como en (37).
(37)
Pedro giró la perilla hacia la derecha.
Los VMoIs se caracterizan por instanciar típicamente dos propiedades. Primero,
denotan eventos que experimentamos por propiocepción como internamente originados
(aun aquellos de los que no tenemos control, como “tiritar”). Segundo, son movimientos
necesariamente iterativos, de un lado al otro, ida y vuelta, en unidades que son mínimas
en el caso de “vibrar” y mayores en “oscilar”. Los VMoIs no tienen versiones
causativas porque, o tienen causación interna o, como “oscilar” o “vibrar”, carecen de
ella pero refieren a movimientos iterativos mínimos que, de atribuirle una causalidad
externa, tendría que ser también iterativa tal que se relacionase con todas y cada una de
esas unidades. 8 El verbo “girar”, en cambio, refiere a un movimiento continuo, no
8
Es cierto también que involucran propiedades inherentes al Tema, más allá de la causalidad
externa que desencadenara el evento. Por ejemplo, por conocimiento enciclopédico, sabemos que al
golpear una campana, esta vibra; pero no cualquier objeto golpeado vibra.
necesariamente iterativo, que tiene como prominente una figura geométrica, que es
irrelevante como causa del movimiento.
El verbo “rodar” establece que la geometría circular corresponde al movimiento
del Tema, pero introduce un Ty –y, ergo, clasifica como VMeD– cuya geometría es
recta. No existe un vínculo causal entre la forma de movimiento circular del Tema y el
Desplazamiento; es decir, el verbo no codifica la noción de ‘tracción’ (desplazamiento
debido en parte al contacto con Ty). La relación entre el movimiento del Tema y su
Desplazamiento es la de Medio en un sentido mereológico –y no causal– idéntico al de
los VMeDs: cada unidad de movimiento del Tema (cada círculo) contiene un
desplazamiento. Claramente, en (38) los giros del Tema no causan el desplazamiento.
(38)
Pedro rodó veinte metros cuesta abajo.
Por ejemplo, a “caminar” asociamos las experiencias propioceptivas del esfuerzo, el
control y la causalidad interna, de las que carece “rodar” y que le permiten combinarse
naturalmente con una estructura causativa como en (39).
(39)
El obrero rodó el tonel hasta la bodega.
Por otro lado, el verbo “saltar” cubre un espectro semántico de significados aislables y
opuestos. Al mismo tiempo, todos tienen algo en común. Los principales están
representados en (40-42) y, a partir de ellos, es visible que una marca de
desambiguación es la propia sintaxis.
(40)
Pedro saltó en la cama durante una hora/#en una hora.
(41)
El niño saltó la verja/el zanjón.
(42)
El perro saltó a la vereda/a la silla.
Conceptualmente, el núcleo semántico del verbo refiere a una pérdida total de contacto
del Tema (sus extremidades) con su sustentación (típicamente, el piso). El eje
descriptivo realza el eje de verticalidad. ¿Codifica Ty este verbo? El significado más
simple que encontramos es (40), donde se denota una acción iterativa de un mismo
patrón motor unitario. No se focaliza ningún tipo de desplazamiento. Como los VMoIs,
este “saltar” tampoco permite la predicación por una frase de medida aunque, a
diferencia de ellos, sí admite la añadidura de un Ty por un adjunto en (43).
(43)
Pedro saltó hasta el techo/hasta los dos metros sesenta.
Es ostensible que “saltar en la cama” permite una lectura iterativa, mientras que (43)
denota típicamente un único evento de salto. La combinación con verbos aspectuales
realza la iteratividad y el carácter atélico del verbo como en (44).
(44)
Empezá a saltar.
Este ejemplo no significa “ponerse en posición de ejecutar un salto” sino comenzar a
ejecutar una acción iterativa. Por otro lado, “saltar” en (41) remite a la trasposición de
un límite mediante un salto, esto es, la pérdida de contacto con el piso en el eje vertical;
este sentido es asimilable a “cruzar” o “traspasar”. Por último, (42) muestra un sentido
del verbo que realza la Meta como término de un Ty vertical.
5. Verbos causativos
Existe un número significativo de verbos que incluyen la referencia a un movimiento en
su significado; sin embargo, solo un número reducido de ellos son VMs. Solo aquellos
cuya descripción se focaliza en el movimiento pertenecen a la clase; de este modo,
descartamos verbos como “cavar” en (45).
(45)
Los arqueólogos cavaron una fosa tres días.
Toda situación denotada por este verbo incorpora el movimiento de materia –tierra en
este caso– de un lugar a otro. Sin embargo, este no es prominente. El verbo se focaliza
en la creación de un vacío (agujero, fosa, etc.) y, por lo tanto, “cavar” es un ‘verbo de
creación’. Con el mismo razonamiento, “golpear” entraña el movimiento de un objeto
(hacia otro), pero se focaliza en el contacto, estrictamente, en el impacto.
Algunos verbos causativos añaden una relación causal a una representación de
movimiento ya codificada, como es el caso de “traer” (“venir”), “llevar” (“ir”), “subir”,
“bajar”. En consecuencia, introducen un Agente que afecta causalmente a un Tema. Se
trata de dos eventos, un evento agentivo y otro de movimiento tal que el primero
precede al segundo y ambos comparten necesariamente un participante (Tema). La
literatura previa ha observado dos generalizaciones significativas. Primero, es ostensible
la ausencia de VMoIs y VMeDs en esta clase. 9 Segundo, muchos de estos verbos
codifican una noción de ‘causalidad continua’ (Jackendoff, 1990), esto es, el Agente
afecta al Tema durante todo el Trayecto. El tipo de acción causal ejecutada por el
Agente es inespecífica, la carga informativa reside todavía en la descripción del
Desplazamiento. La combinación ‘Causa+Cambio Locativo’ también es posible:
“entrar”, “sacar”, “poner”.
A diferencia de los anteriores, el verbo “tirar” dedica parte de su significado a
especificar el evento causativo. Se trata de un verbo ‘incoativo’ que registra un Cambio
Locativo –es decir, sin Ty prominente– del Tema. Si se introduce Ty, este no es
especificado respecto de ningún parámetro tal que, incluso si se incorpora una Meta,
esta no es necesariamente alcanzada, como lo muestra el ejemplo (46). Es decir, el Ty
introducido no es necesariamente cerrado a pesar de que el verbo es télico. Esto es así
porque su telicidad deriva del cumplimiento del acto causal, no del cumplimiento del Ty
del Tema, lo que acentúa aún más la centralidad del subevento causativo en este verbo.
(46) Tiré la pelota al río pero cayó en la orilla.
9
El verbo “arrastrar” combina Causa con Manera en cuanto no solo introduce un Agente sino que
además registra el contacto del Tema con su base de sustentación. Este contacto no es Medio de
Desplazamiento como sí lo es en su derivado no causativo “arrastrar” (el verbo refiere a la “tracción”
como medio).
En París (2006a), se propone que las propiedades del Ty que puede introducirse con este
verbo son inferencias (Implicaturas Generalizadas). Su derivado no causativo “tirarse”
es un verbo incoativo que registra un evento de Cambio de Posición que, a diferencia de
un Cambio Locativo, refiere a un cambio en la orientación espacial del Tema y, por lo
tanto, relaciona al Tema consigo mismo o, más precisamente, dos de sus ‘estadios’.
Otros ejemplos son “levantarse”, “pararse”, “sentarse”, etc. e incluso no derivados de
causativos, como “caerse”.
Conclusión
El lenguaje es una capacidad fecunda y generosa en esquemas cognitivos para la
organización de nuestra activa interacción con el entorno, del que el movimiento es un
constituyente central. FM es el recurso lingüístico central para la articulación de nuestra
experiencia del movimiento al ofrecernos un sistema de representaciones esquemáticas
de eventos motrices que, precisamente, este estudio ha intentado especificar. FM se
estructura en torno a dos ejes vertebrales. El primero –el eje del contenido- se monta
sobre propiedades especialmente relevantes del movimiento, esto es, (por ejemplo,
Medio de Movimiento, Desplazamiento (presencia de Trayecto), Orientación del
Trayecto, Perpendicularidad y traspaso de Límite, etc. y genera la tendencia entrópica
que estructura el dominio en torno a contenidos específicos. El otro eje –el estructuralaporta esquemas generales -transversales a todo dominio- a esas representaciones
semánticas desde el léxico mismo, es decir, más allá del movimiento y desde la
organización del sistema entero. En cada representación semántica léxica se conjugan
ambos ejes y quizás el punto de articulación más claro es el de Trayecto y la telicidad:
un Trayecto cerrado solo aparece en Eventos télicos y aquellos abiertos en
eventualidades atélicas. De esta manera FM es atravesado por categorías generales, es
permeable a ellas y es por esto que nociones generales como Proceso o Evento son son
aquí operativas. En contraste, los alineamientos entre los dos ejes no son perfectos; por
ejemplo, la distinción entre Procesos (Activities) y Eventos (Accomplishments) no se
corresponde con categorías específicas de FM. Por ejemplo, “avanzar” –un Proceso– se
aglutina semánticamente con verbos que especifican Ty (respecto de orientación) como
“subir” y no con VMeDs, que son Procesos pero con Ty no especificado. De allí que la
representación de FM sea necesariamente una red de herencia múltiple.
Otra generalización destacable es la del ‘desacoplamiento’ entre conceptos y
significados. Existen conceptos que son simples y generales ({{la situación de
desplazarse en el espacio}}) y que, o no son captados por ninguna lexema en particular
o son referidos por un lexema morfológicamente derivado de otro que realiza un
concepto más complejo (“desplazar”).
He expuesto, además, el fenómeno de ‘hibridación’ taxonómica y que refiere al
hecho de que un mismo verbo puede comportarse –en distintos usos– como miembro de
distintas clases, respectivamente. Por ejemplo, “girar” se comporta en ciertos casos
como un VMoI. Sin embargo, en otros usos expresa un evento causativo y su forma
nominal puede intervenir en expresiones agentivas (“dar un giro”) y no en aquellas que
enfatizan la pasividad del participante (“*me dio un giro), ambos comportamientos
vedados a los VMoIs y VMeDs. Esto muestra que, al menos, ciertas ramificaciones
inherentes al FM son convencionales y no comportan necesidad lógico-conceptual.
En cuanto a las generalizaciones respecto de la forma, muestro aquí que los
verbos de movimiento no causativos son intransitivos y que los VMeDs son ergativos y,
semánticamente, Procesos. Con los verbos de Ty [+dir] establecer correspondencias
absolutas es más complejo, porque incluyen tanto verbos que registran Procesos (como
“ascender” y “avanzar”) como Eventos (“ir”, “venir”). Los verbos de Cambio de Lugar
son todos Eventos e inacusativos (como “entrar” y “llegar”).
Todos los verbos causativos añaden Causalidad (y, con ello, un participante
Agente) a un tipo de movimiento ya codificado por algún lexema (“subir”, “bajar”,
“entrar”, “llevar”, “traer”, etc.), combinación que se ciñe a composicionalidad. He
sugerido que un patrón frecuente y particular del español resulta ser el de un verbo
causativo-transitivo (“arrastrar”, “levantar”, etc.) del que se deriva una forma
intransitiva no causativa (“arrastrarse” o “levantarse”). Es decir, la forma causativa –
conceptualmente más compleja- resulta ser la base de la cual ser la base de la que se
deriva la forma intransitiva, conceptualmente más simple.
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