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SEGUIDORES DE JESÚS 21 junio SAN LUIS GONZAGA Patrono de la Juventud DETALLES DE ESTE DÍA / FIESTA Luis fue el mayor de 8 hijos de un matrimonio formado por el príncipe imperial Ferrante Gonzaga, Marqués de Castiglione delle Stiviere (Italia), hermano del duque soberano de Mantua, y por su madre, llamada Marta. Nació el 9 de marzo de 1568 y ya desde pequeño, tuvo sus inquietudes religiosas, aunque su padre se empeñó que tenía que ser caballero y seguir un camino de la “nobleza”. Con esta idea, le enseñó modales y todo lo relacionado con las armas, pero... Luis iba conduciendo su vida por otros derroteros y es que el único ejército que quería servir era el de Cristo. Luis viajó por diferentes países para educarse bajo los servicios de la nobleza a la cual pertenecía, pero en sus tiempos libres aprovechaba para rezar y profundizar en sus decisiones. Una dolencia hepática le obligó a seguir severas dietas, que le ayudaron en su vida de penitencia. A los 12 años recibió allí la primera comunión de manos de San Carlos Borromeo que se encontraba de visita por la región de Brescia. Su director espiritual fue el gran sabio jesuita San Roberto Belarmino, quien le acompañó en ese proceso de búsqueda y de discernimiento. Luis estuvo también en España como paje de honor del príncipe Diego, hijo del rey Felipe II. Allí aprovechó para licenciarse en filosofía, concretamente en la Universidad de Alcalá de Henares y también para conocer la espiritualidad de Fray Luis de Granada. Durante el tiempo que estuvo en España dedicó muchísimas horas a la contemplación y a la oración. Además de estudiar letras, ciencias y filosofía, leyó textos religiosos que le hicieron tomar la decisión de entrar en la Compañía de Jesús. Los esfuerzos de su padre por retenerlo, confiándole delicados asuntos de su familia en Lombardía, no consiguieron nada. El 2 de noviembre de 1583, en el palacio de los Gonzaga de Mantua, cedió a su hermano Rodolfo todos sus derechos como primogénito. Dada la importancia estratégica del marquesado de Castiglione, fue necesario que la cesión fuera aprobada por el Emperador. El 25 del mismo mes de noviembre de 1583 entraba en el noviciado jesuita de Roma. Siguieron luego los estudios de filosofía y teología. En 1587 recibió las órdenes menores. Dos años después, su director espiritual, Roberto Belarmino, le comunicó la orden del padre general Claudio Acquaviva de trasladarse a Castiglione para poner paz entre Rodolfo y el duque de Mantua en sus disputas por el castillo de Solferino, a petición de las madres de entrambos. Lo consiguió y, además, indujo a Rodolfo a hacer público su matrimonio clandestino con Elena Aliprandi, sin dar importancia a las diferencias sociales. En 1590-1591 la peste hizo estragos en Roma, causando miles de muertes entre ellas la de los papas Sixto V, Urbano VII y Gregorio XIV. Luis atendió con heroísmo a los apestados en S. Giacomo degli Incurabili, en San Juan de Letrán, en S. María de la Consolación, y en el hospital improvisado junto a la iglesia del Gesú, donde contrajo la enfermedad. Así moría a los 23 años, tras una vida rica en experiencias. Era el 21 de junio de 1591, el viernes siguiente a la fiesta del Corpus Christi, día dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. Testimonian que cuando fallecía miraba fijamente un crucifijo y recitaba un Salmo, muy de acorde para aquel momento: «Qué alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor». De este modo, reconocía que “el Señor le había dado un gran fervor en ayudar a los pobres”, y añadía: “Cuando uno tiene que vivir pocos años, Dios lo incita más a emprender tales acciones”. San Luis Gonzaga es el patrono de la Juventud. A LA LUZ DE LA PALABRA DE DIOS EVANGELIO: Marcos 10, 17-27 En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: - «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?». Jesús le contestó: - «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre». Él replicó: - «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño». Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: - «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres -así tendrás un tesoro en el cielo-, y luego sígueme». A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: - «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!». Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: - «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el Reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios». Ellos se espantaron y comentaban: - «Entonces, ¿quién puede salvarse?». Jesús se les quedó mirando y les dijo: - «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo». HOY, NUESTRA HORA Nuevamente se nos presenta la situación de un joven muchacho y que, a pesar de su juventud, puede alcanzar las cotas más asombrosas de vida y de plenitud. Éste es el caso de San LUIS GONZAGA. No es el único ni mucho menos. La historia de la Comunidad Cristiana está repleta de auténticos MODELOS, y que supone mucho de radicalidad y entusiasmada entrega. En este caso, destaca -de nuevo- que la LLAMADA del Maestro de Nazaret no entiende ni de edad ni de posición social. De hecho, Luis Gonzaga era un joven de la nobleza y que tenía todo lo que, humanamente, se puede aspirar; o al menos, tiene el camino para ello. Y es precisamente ahí donde resuenan las palabra del Maestro: “Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes…”. Seguro que estas palabras “mágicas” resuenan con fuerza en el corazón noble de Luis. Y, desde ahora, todo se vuelve nuevo y distinto para él. Todo, absolutamente todo, estará condicionado por este momento crucial de su vida. También se da otro hecho, que tiene una importancia singular, y que va a ser una ayuda extraordinaria en el caminar de Luis: es la presencia de un hombre experimentado en los caminos del seguimiento del Maestro. Se trata de un hombre santo y maestro en estas tareas del Espíritu. Es el jesuita San Roberto Belarmino. Este hombre experimentado será compañero fiel y un maestro en la corta vida de Luis Gonzaga. Aquí vuelve a aparecer la importancia vital de los MEDIADORES en las tareas de discernimiento y acompañamiento. También en esta ocasión la tuvo. Y a partir de esta EXPERIENCIA ORIGINAL, todo es posible. Luis Gonzaga será él mismo mediador eficaz de la PAZ entre los diversas familias de la nobleza y que él tan bien conocía. Asimismo, asumirá -con auténtico heroísmo- el estar junto a los más necesitados, castigados por la peste y que hizo auténticos estragos en la ciudad de Roma, causando la muerte de tantas personas. A Luis Gonzaga no le importa y asume los riesgos, hasta el punto de que él mismo contrajo la enfermedad, y con tan sólo 23 años, le llevará a la muerte. Aquí no hay “teorías” sobre el amor, la misericordia y la solidaridad con los pobres y marginados; aquí, y siguiendo los pasos del mismo Maestro de Nazaret, Luis vive con ellos y entrega la vida junto a ellos. Es el Evangelio en su estado puro, con el mismo estilo de Jesús de Nazaret. Y todo esto vivido de una manera consciente y con una plenitud que provoca admiración. Los testimonios nos lo muestran de forma clara y nítida: “el Señor le había dado un gran fervor en ayudar a los pobres”. O también aquella otra afirmación: “Cuando uno tiene que vivir pocos años, Dios lo incita más a emprender tales acciones”. Es el testimonio de un enamorado o de un loco (en aquella situación concreta). La conclusión: es un enamorado del Evangelio de Jesús. De ahí que seguro resonarían muy dentro de Luis aquellas otras palabras del Maestro en el gran Sermón de la Montaña: «Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios». Aquí radica otra de las aportaciones de Luis y que tanto destacan sus biografías: “la limpieza de corazón”, que supone ese don inmenso de PERTENECER sólo a su Señor; no hay otros “señores”, ni hay un corazón dividido. Es la LECCIÓN de Luis Gonzaga a cuantos quieran vivir en TOTALIDAD su pertenencia al Reino y a su causa. HOY y AQUÍ, también NOSOTROS somos LLAMADOS a apostar por el Reino y, para ello, pertenecer al Señor Jesús, poniendo en un segundo lugar todo el resto de posibilidades y oportunidades. Pero, también, es una INVITACIÓN a vivir el amor a los necesitados, pero dejándonos de teorías. Luis no nos dice lo que es el amor, sino -como el mismo Jesús de Nazaret- “habla” de amor con las OBRAS, hasta el punto de entregarlo todo, como el mismo Maestro. Hermoso MODELO de fe y de seguimiento para todo momento, para todos los tiempos y para todas las personas, ya sean jóvenes o adultos, y que buscan expresar de forma VIVA, PLENA y TOTAL su opción por Jesús y su causa. Ojalá nos quedemos, en la celebración de esta fiesta, con un mensaje, puro y exigente, pero lleno de inmenso gozo por lo que supone de plena COMUNIÓN con el Maestro de Nazaret. ORACIÓN Dios y Padre lleno de amor, que deseas lo mejor para todas tus criaturas, hasta el punto de ofrecernos, sin condiciones, a tu propio Hijo amado, para que nos enseñe, de forma concreta y viva, la verdad amorosa de tu proyecto. Padre, siguiendo las huellas y los caminos de tu Hijo, algunas personas, como San LUIS GONZAGA, han asumido tu proyecto y son, hoy y aquí, para nosotros, TESTIGOS vivos y llamada constante a apostar por ese estilo del Reino. Te pedimos que NOSOTROS, acogiendo su invitación, asumamos el desafío que supone tu propuesta, y podamos ofrecer a nuestro mundo el testimonio de un amor, vivido con entrega total, de forma que en nuestras vidas, los hombres y mujeres de hoy puedan descubrir el rostro de Jesús, tu Hijo, y tu corazón entrañable y lleno de amor. AMÉN. PLEGARIA ESCUCHAR TU PALABRA Señor de la Vida, abre nuestro corazón a tu Palabra. Queremos anunciar tu Reino y construirlo con nuestras vidas. Queremos ser testigos de tu amor y ofrecer tu proyecto a todos. Ayúdanos a escuchar tu Palabra, a contemplar la vida y la historia para descubrir tus propuestas y caminar siempre según tus deseos. Tú, Señor Jesús, que mostraste a los discípulos la necesidad del encuentro con Dios Padre, esa compañía que nunca abandona… suscita en nosotros el deseo de ese encuentro. Ayúdanos, Señor Jesús, a buscar siempre momentos para un diálogo filial con el Padre que nos ama con ternura. Enséñanos a percibir el aliento del Espíritu que sopla en nuestras vidas. Guíanos al encuentro con tu Palabra para así descubrir nuevos caminos y revelar la presencia de Dios Padre en la vida y en la historia que nos toca vivir. Danos hambre y sed de tu Palabra, hasta convertirla en el verdadero cimiento donde asentar nuestro proyecto de vida, en nuestro caminar hacia la plenitud del Reino. Despierta en nosotros el gusto por la lectura cotidiana de tu Palabra para aprender a escuchar, para aprender a discernir, para experimentar que Tú estás cerca, y que caminas en nuestra historia... Y así sentir tu llamada para ser tus testigos y anunciar que es posible un mundo distinto, más fraterno, más humano, más justo y más solidario. Tú, Señor Jesús, que aprendiste de la mano de María, la madre fiel, a acoger a Dios y sus proyectos de vida: enséñanos a seguir su ejemplo y estar siempre abiertos a su Palabra, a guardarla en el corazón y meditarla en el silencio, como María misma la vivió. AMÉN. CANTO NO HABLASTE DE CAMINOS PORQUE ERES EL CAMINO. NO HABLASTE DE VERDADES PORQUE ERES LA VERDAD. NO HABLASTE DE LA VIDA PORQUE ERES TÚ LA VIDA. TÚ ERES EL CAMINO, LA VIDA Y LA VERDAD. Camino y Verdad y Vida es la vida del Señor, desde que pobre nace en Belén hasta que triunfa en su resurrección. Camino, Verdad y Vida es la vida de Jesús, desde que oculto vivió en Nazaret, hasta que dijo “del mundo soy la luz”. Camino, Verdad y Vida es la vida del Señor, desde que a todo exigió renunciar, hasta que a todos su vida nos dio. Camino, Verdad y Vida es la vida del Señor, desde que manda a todos amar, hasta que exige el completo perdón. Camino, Verdad y Vida es la vida del Señor, desde que exige la ofensa olvidar hasta que a todos nos brinda el perdón. (C. Gabaraín – Disco: “Camino, verdad y vida” – Ediciones Paulinas)