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LA CUESTIÓN SOCIAL ANA MARIA DIAZ VARON ANGELA MARIA BENAVIDES ROJAS FUNDAMENTACIÓN TEORICA, METODOLOGICA Y DISCIPLINAR DEL TRABAJO SOCIAL II MARIA NUBIA ARISTIZABAL UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA MEDELLÍN, 2010 En este trabajo queremos plasmar un poco sobre la concepción de la cuestión social, ya que entendemos su gran complejidad e importancia para nuestro desempeño como trabajadores sociales, pues desde aquí parte todas las problemáticas o bien en su mayoría, en las cuales nos vemos interviniendo en la actuación profesional. Empezaremos por dar una claridad de lo que es en sí la cuestión social y pasamos a plasmar la mirada de ésta desde diferentes enfoques. La intervención profesional es un proceso que se construye a partir de las manifestaciones de la cuestión social y dichas manifestaciones son las coordenadas que estructuran el campo problemático. El concepto de coordenada está pensado en el concepto de apropiarse de elementos y datos necesarios referidos a las manifestaciones de la cuestión social que nos posibilita definir un punto de partida en la direccionalidad de la intervención. Es decir, que atendiendo al origen de la cuestión social en tanto relación contradictoria entre capital/trabajo, se considera que la particularidad que adquiere dicha relación en sus manifestaciones especificas en cada momento histórico constituye el punto de partida que permite desentrañar las condiciones en las cuales se explicita la cuestión social y, por lo tanto, su relación con el campo problemático. La cuestión social viene de una mirada marxista donde se plantea la idea de la explotación de la burguesía sobre el proletariado y toda la relación de poder que se entreteje entre estos. Sabiendo que es una relación mediada por la explotación de la clase hegemónica (que es la clase capitalista), la dueña de los medios de producción, hacia el obrero, el proletariado quienes son los que venden su fuerza de trabajo. A raíz de esto y el egoísmo de la burguesía al querer mas y mas sin importar por encima de quien pasen se desenvuelven problemas laborales, de educación, de salud, etc. y empezamos a hablar de desigualdad. Aunque Marx planteo la cuestión social hace mucho tiempo nos encontramos con que esto no ha cambiado, es decir, sigue habiendo la misma cuestión social, pero las manifestaciones son las que cambian, aparecen nuevas problemáticas sean sociales, económicas, entre otras, pero todas ligadas con esta desigualdad mediada por explotación y egoísmo, La desigualdad social ya está naturalizada, partiendo del supuesto que una vez instalados los” problemas sociales” en la agenda política del estado ellos son reabsorbidos por las virtudes del propio sistema. En este sentido la “solución” de los llamados “problemas sociales” no depende de la voluntad individual de los profesionales, justamente porque la intervención es parte de un trabajo colectivo en el marco del conjunto de las relaciones sociales marcado por su carácter de asalariados cuya relación contractual exige la prestación de determinados servicios. Por esto el reto del trabajador social es plantear nuevas metodologías, y estar ligado a la creación y evaluación de dichas políticas publicas. Desde algunos teóricos del trabajo social encontramos dos formas de ver la cuestión social, de una manera conservadora como la de kisnerman quien plantea que la cuestión social es diferente porque ya todo ha cambiado, y un punto de vista marxista o mas bien llamado trabajo social crítico del cual Pablo Netto nos dice que la cuestión social ha entrado en un proceso de agudización por el contexto capitalista (egoísta), quien es apoyado por Mota, Pagasas, entre otros. Se ha venido diciendo que la C.S. ya no es la única causante de problemas, como en el caso del maltrato intrafamiliar que se da tanto en familias adineradas como en las que no lo son. Se entiende que las manifestaciones potenciadas por su nivel de gravedad de la cuestión social contemporánea ponen en evidencia paradójicamente el ocultamiento social. A su turno dicho ocultamiento se objetiva en el debilitamiento de las decisiones que el estado toma para actuar sobre la cuestión social; así mismo en la medida en que el campo de intervención social del estado se debilita hay un proceso de refilantropización de la sociedad por el crecimiento del voluntariado y por la acción en un conjunto de instituciones privadas que asumen las contingencias derivadas de la cuestión social, Retomando lo anterior, la cuestión social se denomina cuestión social contemporánea, pues como su nombre lo indica es contemporánea a sus manifestaciones, pero agravadas, con las que se expresa y complejiza la estructura social de hoy, cabe señalar que no existe nueva ni vieja cuestión social en tanto ella emerge como tal con el inicio del capitalismo y con las particularidades históricas que ella adquiere en cada formación social. Por ello se considera pertinente algunos comentarios respecto a la “nueva” cuestión social analizada por Rosanvallon. En principio dicho autor entiende que la cuestión social hacia fines del siglo XIX “remitía a las disfunciones de la sociedad industrial naciente y se vinculaba fundamentalmente a las transformaciones del proletariado, así como a los sistemas de protección contra “riesgos” a los que estaban sometidos, producto de la organización capitalista de la sociedad; “…desde principios de los años ochenta, el crecimiento de la desocupación y la aparición de nuevas formas de pobreza parecieron, al contrario llevarnos a largo tiempo atrás. Pero a la vez se ve con claridad que no se trata de un simple retorno a los problemas del pasado. Los fenómenos actuales de exclusión no remiten a las categorías antiguas de explotación. Así ha hecho su aparición una nueva cuestión social” (Rosanvallon; 1995: 7) Los problemas actuales de la sociedad moderna entendidos como la “nueva cuestión social” para este autor no están referidos a la relación capital-trabajo. Las contradicciones más globales, a su juicio, se centran en dos problemas: 1. desestabilización genera de la condición salarial y la fragilización multiforme del trabajo asalariado (precariedad y flexibilidad). 2.”la cuestión de las clases medias” el cual resulta de el corte creciente que hay entre la lógica de las políticas sociales que consiste en concentrarse cada vez mas en el mundo de los excluidos, y la lógica política y fiscal que hace de las clases medias el pivote del funcionamiento social. Este autor considera que la nueva cuestión social viene acompañada de la crisis del estado providencia y es de orden filosófico. “se trata de explorar sus términos para comprender el nuevo paisaje social en cuyo relieve se dibuja, y aparecen dos problemas mayores: la desintegración de los principios organizadores de la solidaridad y el fracaso de la concepción tradicional de los derechos sociales para ofrecer un marco satisfactorio en el cual pensar la situación de los excluidos (…) la concepción tradicional de los derechos sociales, por su lado, comprueba ser inoperante para tratar el problema mayor de la exclusión. En efecto, el estado providencia tradicional funciona como una maquina de indemnizar. Es un estado providencial compensador, que descansa sobre el principio de disociación entre lo económico y lo social (…) este es un espiral de autodestrucción de la solidaridad: para indemnizar la exclusión del mercado del empleo de una gran parte de la población incrementa cada vez mas los gravámenes al trabajo, lo que como consecuencia genera la reducción de volumen de este ultimo.” (rosanvallon) Las manifestaciones de la cuestión social contemporánea no pueden ser leídas al margen del problema central que las originan: los modos de organización de la sociedad a partir de la relación entre capital y trabajo. Estas manifestaciones están complejizadas porque traen aparejado un conjunto de contradicciones instaladas en el registro de la sociedad capitalista. Vera Da Silva Telles explora sobre esas contradicciones a partir del concepto de “aporía” que usa Castel; ella las analiza desde la perspectiva de “disyuntiva” de las diversas dimensiones de la actual cuestión social: “la cuestión social es una aporía que pone en el centro una disyunción, siempre renovada, entre las derechos y los imperativos de eficacia de la economía entre el orden legal que pretende igualdad y la realidad de las desigualdades y exclusiones tratadas en la dinámica de relaciones de poder y dominación. Aporía que en los tiempo que corren se refiere también a la disyunción entre las esperanzas de un mundo que valga la pena ser vivido, inscritas en las reivindicaciones por derechos y el bloqueo de perspectivas de futuro para las mayorías afligidas, por una modernidad salvaje que desestructura formas de vida y hace de la vulnerabilidad y la precariedad formas de existencia que tienden a ser cristalizadas como único destino posible” (1999: 85)a. Para terminar quisiera concluir con la manera en la que concibe el trabajo social crítico y el contemporáneo la cuestión social, pues en estos momentos son las corrientes más importantes de trabajo social latinoamericano. El trabajo social crítico se ve directamente ligado con la cuestión social, ya que los dos son de una mirada Marxista, entonces éste entiende que la C.S. es afectada de acuerdo a las políticas sociales neoliberales, que se hacen pensando en el bien de la clase hegemónica, la burguesía, quienes direccionan todo su sentido no en lo público ni en el bien social sino en las leyes de mercado. Por otro lado el trabajo social contemporáneo no concibe la cuestión social como tal, sino que piensa en sus manifestaciones, focalizándose en algunas problemáticas, naturalizándolas. Siendo entonces la C.S. resultado de algunas problemáticas. El contemporáneo no hace mucho énfasis en las políticas sociales como ayuda solucionadora para las manifestaciones de X problemas.