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EL ORIGEN Y DESARROLLO DE LA MÚSICA DE MOROS Y CRISTIANOS La Música Festera1, la que se interpreta en la Fiesta de Moros y Cristianos, es una realidad presente en la vida musical de la Comunidad Valenciana. Es una aportación muy valiosa que ha enriquecido el repertorio musical para banda y tiene unos contenidos propios que le imprimen carácter y la distinguen de cualquier otro género musical. Ya que es una música que se interpreta sólo y exclusivamente en la Fiesta de Moros y Cristianos, cabe ahora realizar una breve reseña sobre el concepto, la definición y el origen de esta fiesta. Dar un concepto ideal de Fiesta de Moros y Cristianos resulta verdaderamente difícil, ya que existen distintas variantes dispersas por toda la geografía española. Es mejor observar los caracteres que son comunes a todas ellas y los específicos de cada área y sacar a la luz los elementos más representativos. Mansanet Ribes opina que, en todo festejo de Moros y Cristianos se observan una serie de caracteres básicos que son éstos: – Una confrontación moro-cristiana que es el elemento temático primario del festejo. – Una vinculación específica al patrón local en su festividad religiosa y – Una estructura esencialmente popular, el festejo se hace para el pueblo y por el pueblo como comunidad. Esta Fiesta es, por tanto, la representación popular de unos actos festeros en honor al patrón del lugar (San Jorge en Alcoy, San Bonifacio en Petrel, la Natividad de Nuestra Señora en Villena, San Blas en Bocairente, Santa Marta en Villajoyosa, el Santísimo Cristo de la Agonía en Ontinyent…). Son muchos los autores que han vertido sus experiencias y comentarios sobre el tema que nos ocupa. Rogelio Sanchís Llorens recoge en Raíces históricas de la Fiesta de Moros y Cristianos de Alcoy, una definición muy completa que sabe captar la esencia de la Fiesta: Las Fiestas de Moros y Cristianos son representaciones populares dramáticas en las que los propios habitantes actúan como actores. En ellas deben figurar un bando moro y otro cristiano que representan la lucha entre los cristianos de la localidad y los sarracenos, teniendo por fundamento un hecho de su tradición o de su historia, y que se celebran anualmente para exaltar o agradecer la ayuda de su patrón o patrona con ocasión de algún hecho2. Se sabe que esto ocurre en la Baja Edad Media en casos concretos como los de Valencia, Lleida, Ceuta o Jaén. Estas fiestas son las que a través de los años han ido evolucionando y desarrollándose hasta lograr las complejas estructuras que hoy presentan. La Fiesta será diferente en función de elementos como el número de comparsas, la suntuosidad de los desfiles o incluso las condiciones geográficas del lugar. A finales del siglo XVII y principios del XVIII encontramos el fenómeno de la soldadesca o simulaciones de combates entre grupos de milicias de distinto bando, que son consideradas como el antecedente de estos actos culturales. En ellos, los ciudadanos se disfrazaban de 1 Por Música Festera entendemos todas aquellas composiciones dedicadas a la Fiesta, al Santo Patrón, o a la evocación de cualquiera de estos dos elementos consustanciales. [Cfr.: Barceló Verdú, Joaquín, Homenaje a la Música Festera, Selegraf, Torrent, 1974, pág. 19.]. 2 Sanchís Llorens, Rogelio, “Raíces históricas de las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy”, en VV. AA., Actas del I Congreso Nacional de Fiestas de Moros y Cristianos, tomo II, Caja de Ahorros Provincial de la Excma. Diputación de Alicante, Alicante, 1976, pág. 525. soldados e imitaban sus actos guerreros y combates por las calles de los pueblos, usando sus armas (arcabuces) y la pólvora. Llegados a este punto cabe plantearnos la pregunta de ¿qué se entiende por Música Festera? En el I Centenario de la Música Festera de Moros y Cristianos celebrado en el año 1982 se define el concepto de «Música Festera» como la música compuesta para los diversos desfiles de Moros y Cristianos y se dice que es un importante patrimonio cultural y común de todas las poblaciones que celebran la Fiesta de Moros y Cristianos, tanto de la originaria como de las demás que la siguieron3. Es un término difícil de definir porque en muchas ocasiones engloba erróneamente diferentes estilos de música y no sólo la Música de Moros y Cristianos. La Música Festera no se interpreta dentro del marco de una fiesta en singular, sino de la Fiesta de Moros y Cristianos y es interpretada no por una sociedad musical, sino por una banda de música. En este sentido nosotros preferimos hablar más bien de Música para la Fiesta de Moros y Cristianos. Además de la música propia del desfile (marchas moras, cristianas y pasodobles), dentro de esta música tienen cabida otra serie de formas musicales como son: los pasodobles marcha, pas-moro, marchas de procesión, poemas sinfónicos, bailes, himnos de fiesta, himnos de comparsas, himnos patronales, ballets o música incidental para boatos. Nos centraremos en la música funcional para la Fiesta dentro del desfile. Así como la Fiesta ha evolucionado con el paso del tiempo, la música también lo ha hecho y continuará haciéndolo según las necesidades de cada momento. Sabemos que la pieza más antigua localizada hasta la fecha es una marcha de mediados del siglo XVIII escrita en Re mayor para dos pífanos y tambor. El siglo XIX es realmente interesante para estudiar el nacimiento de la Música Festera actual. Se sabe que hasta los años treinta del siglo XIX las comparsas desfilaban acompañadas por este tipo de música, con instrumentos de viento y percusión. En el año 1817 la Filà Primera de Lana (hoy Filà Llana) se hace acompañar en la Entrada Mora por una Banda de Música, la Banda del Batallón de Milicianos Nacionales, la única banda que por aquel entonces existía en la ciudad. El repertorio que se interpretaba podía abarcar desde pasodobles hasta polkas, mazurcas, valses y habaneras. Pero la Fiesta necesita un tipo de música propia, específica, una música que todo el pueblo identifique, y exige un ritmo que sea genuinamente festero y que esté de acuerdo al desfile de las Entradas: música “ad hoc”, original y compuesta exclusivamente para las entradas. El compositor Juan Cantó Francés (1856-1903) fue pionero en este sentido al escribir, ex profeso para la Fiesta, un pasodoble en el año 1882 que titula Mahomet; Cantó Francés marca un hito al escribir esta original pieza con ese aire moderado, brillante y elegante, concebida para Las Entradas y que es el inicio y el verdadero arranque de la Música Festera de Moros y Cristianos. Con este pasodoble Cantó consigue que la comparsa asiente más la andadura, arrastrando lentamente los pies -de ahí el nombre de sentat-. El pasodoble sentat es una composición de ritmo pausado, de 80 a 100 M/M para unos, y de 85 a 95 M/M para otros. Es un pasodoble de corte moderado, reposado, elegante y señero. Existen muchas dudas sobre si Mahomet ha sido el primer pasodoble de la historia de la Música de Moros y Cristianos. Unas opiniones aluden a que no aportó nada nuevo a la Fiesta excepto la alusión en el nombre y, otras, a que Cantó Francés continuó en su música 3 Anón, en VV. AA., I Centenario de la Música Festera de Moros y Cristianos, Undef, Caudete, 1987, pág. 17. sin ningún tipo de innovación después de componer el pasodoble y que no creó ningún tipo de escuela en sus contemporáneos o en la generación posterior. Se prefiere pensar que podrían ser El Capitán (1894) de Camilo Pérez Laporta (1852-1917) o La Primera Diana (1880), del mismo compositor los primeros pasodobles compuestos para la Fiesta. Creemos que es justo pensar que Mahomet se interpretara por primera vez en la Fiesta con las características de pasodoble sentat y de que marcaría un antes y un después en las piezas que acompañarán el desfile y, por tanto, es la primera pieza en su género. El pasodoble festero se separa cada vez más del patrón originario que lo hizo nacer. Y así, en 1891 el maestro José Espí Ulrich (1849-1905) compone, también ex profeso para la Fiesta, el pasodoble Anselmo Aracil, que por sus características merece la denominación de festero, aunque en otras poblaciones se denomina dianer o ligero, de carácter vivaz y alegre. Con los pasodobles dianer y festero la música inicia su camino en la Fiesta pero no hay distinción alguna en el ritmo. Está claro que todavía no existe una música compuesta expresamente para Las Entradas. Camilo Pérez Laporta compone para ella la primera pieza que aparece adjetivada como marcha árabe, la marcha Benixerrajs (1904). Aunque no se sabe si esta marcha fue estrenada en ese año o en años sucesivos. El que sí es reconocido como compositor de la primera marcha mora de la historia de la Música Festera es el alcoyano Antonio Pérez Verdú (1875-1932). Pérez Verdú compone expresamente para la Fiesta la pieza A-Ben-Amet (1907), título que cambiaría por el de Marcha Abencerrage. Efectivamente, esta marcha mora empleaba por primera vez acompañamiento de percusión o carabassetes -que según hemos sabido son unos timbales pequeños- y ahí residió su innovación, lo que le llevó a diferenciar por primera vez la música que se interpretaría en cada una de Las Entradas. Así surge la marcha mora de 65 negras por minuto que en Alcoy se llama “marcha árabe u oriental”, denominación que pierde con el paso del tiempo y pasa a llamarse “marcha mora”. Sobre si A-Ben-Amet es la primera marcha de la historia de la Música Festera, las opiniones son muchas. Por ejemplo, Oriola Velló prefiere hablar de una evolución progresiva desde el pasodoble y descartar que haya sido A-Ben-Amet la primera marcha mora de la historia4; o la opinión de Ferrando Morales que esclarece un poco el tema y, aunque no le quita la autoría a A-Ben-Amet como primera marcha mora, dice que hay partituras compuestas antes, aunque no asegura con certeza que se hayan interpretado en el desfile5. Lo que es seguro es que la persona que marcará la estructura definitiva de la marcha mora será Camilo Pérez Monllor (1877-1947) con su obra estrenada en 1914 Uzul el m’selmein o L’Entrà dels moros. El siglo XX avanza y con él llegamos a una renovación en la música, tanto en el aspecto melódico como en el instrumental, dando mucha importancia al elemento rítmico y a la percusión, sobre todo de los timbales. Pero queda todavía algo por hacer en el terreno de la Música Festera y es el nacimiento de la marcha cristiana. Era necesario distinguir la temática de la Entrada Cristiana como música creada ex profeso para ella, y surge Aleluya (1958) gracias al alcoyano Amando Blanquer Ponsoda (1935-2007), compositor dedicado por entero a la música. La marcha cristiana es un género musical cuyo aire es de unos 85 4 Oriola Velló, Frederic, “Música Festera”, en VV. AA., Diccionario de la Música Valenciana, vol. II, ICCMU-IVM, Madrid, 2006, págs. 145. 5 Ferrando Morales, Àngel Lluís, “A propòsit de “Benixerraix” (1904) de Camilo Pérez Laporta (I)”, en Revista de Fiestas de Moros y Cristianos, Asociación de San Jorge, Alcoy, 2003, pág. 180. pisadas/minuto con predominio del sonido de los metales. Es música con clímax guerrero y compacto sonar de trompetería en la que los metales priman más que la madera. Responde Aleluya a una estructura temática y formal basada, como su nombre indica, en cánones litúrgicos. La pieza está llena de fanfarrias de júbilo y alabanza junto con armonías cálidas que acompañan a melodías instrumentadas en forma de coral. No cabe duda que el estreno de esta obra fue todo un acontecimiento y que con ella Amando Blanquer marca un antes y un después en la Música Festera y, lógicamente, en la Fiesta de Moros y Cristianos. A pesar de este éxito aparente, no fue una pieza bien acogida en el mundo festero del momento, pues la percepción que tenía la gente de la calle era más bien contradictoria, ya que las opiniones a favor y en contra fueron muchas. No acababa de quedar definida la marcha cristiana como género para el desfile cristiano, pues muchas comparsas continuaban desfilando con pasodobles. Hoy en día la marcha cristiana es una modalidad en vías de consolidación a pesar de las buenas aportaciones de músicos como Jose Mª Ferrero Pastor (Bonus Cristianus de 1966), Jose Mª Valls Satorres (Als Cristians de 1975), José Vicente Egea (Piccadilly Circus de 1991) e incluso el propio Blanquer Ponsoda que cuatro años después de Aleluya compondría otra marcha cristiana: Salmo (1962) y más tarde Tino Herrera (1995). Por último, debemos considerar la música para la Fiesta de Moros y Cristianos como una música original y un género desconocido en muchos ámbitos que debe ser sacado a la luz. Además, es el único género compuesto para banda de música y la música propia de una Fiesta que ha sufrido una evolución tanto formal como estética pareja a la música que ha generado, hecho que hace que contemos con un corpus actual de más de 4000 composiciones que merecen ser estudiadas, analizadas y proyectadas socialmente, ya que, aparte de su valor como piezas musicales, tienen un valor pedagógico muy interesante y por descubrir que podemos aplicar en las aulas.