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Capítulo 4 Historia natural de la infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana tipo 1. Clasificación y criterios diagnósticos para vigilancia epidemiológica José M.ª Gatell y Laura Zamora Introducción Historia natural de la infección por el VIH-1 Infección aguda o primaria Infección crónica por el VIH-1 Por qué llegamos al sida Progresores lentos y controladores de élite Evolución clínica de la infección por el VIH-1 antes del HAART Diagnóstico y clasificación de la infección por VIH-1 y 2 y criterios de sida para vigilancia epidemiológica Respuesta al HAART. Reservorios y potencial para la erradicación Potencia intrínseca de los fármacos antirretrovirales Origen de la viremia en los pacientes con HAART (reservorios). Potencial para la erradicación de la infección Esperanza de vida Linfocitos CD4+ y eventos relacionados con el sida Eventos no sida Bibliografía INTRODUCCIÓN Los primeros casos del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) se describieron en los años 1981-1982 (1). Se trataba de una nueva enfermedad que conducía a una inmunodeficiencia global y que se complicaba con determinadas infecciones oportunistas (como la neumonía por Pneumocystis jiroveci, NPj) o neoplasias (como el sarcoma de Kaposi o los linfomas primarios del sistema nervioso central o difusos de células B) (1). El agente causal, un retrovirus de la familia de los lentivirus, actualmente denominado virus de la inmunodeficiencia humana tipo 1 (VIH-1) se identificó en 1983 (2). Tres años más tarde se identificaba el VIH-2. Las diferencias entre los dos son ≥ 40%. Dentro de cada uno de ellos hay varios grupos con diferencias ≥ 30%. Los cuatro grupos del VIH-1 se denominan M, N, O y P y dentro del M (responsable de la mayoría de infecciones) se han identificado al menos 9 subtipos y 43 formas recombinantes con diferencias ≥ 15-20%. En los países occidentales el subtipo B es el mayoritario y a nivel global mundial probablemente lo sea el C que también es el más fácilmente transmisible por vía sexual, seguido por las formas recombinantes y el subtipo A. 73 GUIA PRÁCTICA DEL SIDA En pocos años, la infección por el VIH-1 se convirtió en una pandemia y en la causa más frecuente de mortalidad, al menos en el segmento etario entre los 20 y los 40 años. Ya en 1984, cuando pudo disponerse de tests diagnósticos para detectar la presencia de infección (detección de anticuerpos), se estableció claramente que el VIH-1 era el agente causal del sida y que se trataba de una enfermedad de evolución lenta (promedio de 7-10 años) antes de desembocar en una inmunodeficiencia severa y global (aunque de predominio de la inmunidad celular) que se complicaba con infecciones y/o neoplasias «oportunistas» que solían conducir a un desenlace uniformemente fatal en menos de 1-2 años, a partir de aquel momento. También desde el primer momento llamó la atención la paradoja de que una inmunodeficiencia progresiva coexistía con una hiperactivación crónica del sistema inmunitario y un estado inflamatorio crónico que ahora sabemos que son los mejores marcadores para predecir la progresión de la enfermedad (3). La infección por VIH-1 es básicamente una enfermedad de transmisión sexual, aunque pueda transmitirse también por vía parenteral (contactos directos con sangre o trasplante de tejidos u órganos infectados) o maternofetal (sobre todo durante el periparto o a través de la lactancia materna). La tasa de transmisión (parejas heterosexuales serodiscordantes) es de 1-2 por mil coitos, oscilando entre prácticamente 0 y 8, dependiendo de la carga viral. Es similar, independientemente que el miembro infectado de la pareja sea el hombre o la mujer. Un mecanismo de barrera como el preservativo reduce esta probabilidad un 85%. FIG. 4-1. Esquema de las manifestaciones clínicas y evolución de la carga viral plasmática y la cifra de linfocitos CD4+/µL 74 HISTORIA NATURAL DE LA INFECCIÓN POR VIH Tabla 4-1. Situaciones clínicas diagnósticas de sida para adultos y adolescentes (> 13 años). Contiene las 23 categorías aceptadas en las clasificaciones de 1986 y 1987 y las tres nuevas de la clasificaión de 1993. Se han mantenido sin cambios en la clasificación del 2008. Para niños entre 18 meses y 13 años, ver nota pie de página. 1. Candidiasis traqueal, bronquial o pulmonar 2. Candidiasis esofágica** 3. Carcinoma de cérvix invasivo* 4. Coccidioidomicosis diseminada (en una localización diferente o además de los pulmones y los ganglios linfáticos cervicales o hiliares) 5. Criptococosis extrapulmonar 6. Criptosporidiasis, con diarrea de más de un mes 7. Infección por citomegalovirus, de un órgano diferente del hígado, bazo o ganglios linfáticos, en un paciente de edad superior a 1 mes 8. Retinitis por citomegalovirus (con pérdida de visión)** 9. Encefalopatía por VIH 10. Infección por virus del herpes simple que cause una úlcera mucocutánea de más de 1 mes de evolución, o bronquitis, neumonitis o esofagitis de cualquier duración que afecten a un paciente de más de 1 mes de edad 11. Histoplasmosis diseminada (en una localización diferente o además de los pulmones y los ganglios linfáticos cervicales o hiliares) 12. Isosporiadiasis crónica (> 1 mes) 13. Sarcoma de Kaposi 14. Linfoma de Burkitt o equivalente 15. Linfoma inmunoblástico o equivalente 16. Linfoma cerebral primario 17. Infección por M. avium-intracellulare o M. kansasii diseminada o extrapulmonar** 18. Tuberculosis pulmonar* 19. Tuberculosis extrapulmonar o diseminada** 20. Infección por otras micobacterias, diseminada o extrapulmonar** 21. Neumonía por P. jiroveci ** 22. Neumonía recurrente* 23. Leucoencefalopatía multifocal progresiva** 24. Sepsis recurrente por especies de Salmonella diferentes de S. tiphy 25. Toxoplasmosis cerebral en un paciente de más de 1 mes de edad** 26. Wasting syndrome Notas: Para niños menores de 13 años no son aplicacbles las categorías 3, 18 y 22 y hay que añadir la categoría de «Infecciones bacterianas múltiples o recurrentes», lo que hace un total de 24 categorías. *Categorías clínicas incorporadas en la clasificación de 1993. **Se acepta el diagnóstico de presunción. HISTORIA NATURAL DE LA INFECCIÓN POR EL VIH-1 La infección por el VIH es un ejemplo único de infección viral persistente que causa replicación viral y enfermedad crónica sintomática en el 100% de los casos. La persistencia a nivel molecular se explica por múltiples mecanismos y la capacidad del virus para evadir de forma continuada al sistema inmunitario es también multifactorial (4). 75