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LA TIERRA ES NUESTRO ANFITRIÓN UN LLAMADO DE ACCIÓN URGENTE POR LA JUSTICIA CLIMÁTICA Volmoed, Centro de Convenciones y Retiros (Casa compañera de la Comunidad de la Cruz de Clavos), Sud África, 23 a 27 Febrero 20151 En el nombre de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Amen. Nosotros, un grupo de Obispos Anglicanos provenientes de diócesis de nuestra Comunión global saludamos a nuestros hermanos y hermanas en Cristo a través de toda la Comunión Anglicana en este santísimo día Viernes Santo. En este día en el cual nuestro Salvador dio su vida por el mundo, compartimos la siguiente declaración en un espíritu de amor sacrificial y reconciliatorio. Por los deseos codiciosos de pueblos y naciones de poseer lo que no es de ellos. Padre perdónanos Por la avaricia que explota el trabajo de manos humanas y despoja la tierra. Padre perdónanos2 En este momento de crisis climática sin precedentes hacemos un llamado a nuestros hermanos y hermanas de la Comunión Anglicana a unirse con nosotros en oración y en acción pastoral, sacerdotal y profética. Hacemos el llamado en humildad pero con una determinación urgente, motivados por nuestra fe en Dios quien es Creador y Redentor y por el dolor que experimentan los pueblos de nuestras diócesis y Provincias y su anhelo y necesidad de semillas de esperanza. De diferentes formas, cada una de nuestras diócesis está siendo profundamente afectada por la injustica climática y la degradación ambiental. Aceptamos la evidencia científica con respecto a la contribución de la actividad humana a la crisis climática y el rol desproporcional de las economías a base de combustibles fósiles. A pesar de que por muchos años los climatólogos han estado advirtiendo sobre la consecuencia de la inacción, no existe un acuerdo global sobre cómo proceder. Creemos que el problema es tanto espiritual como económico, científico y político, pues el impedimento a la acción 1 2 Volmoed significa “lleno de coraje y esperanza” www.coventrycathedral.org.uk/about-us/our-reconciliation-ministry/coventry-litany-of-reconciliation.php eficaz está relacionado a cuestiones básicas de cómo percibimos y valoramos la vida: incluyendo la competencia entre los reclamos morales de los intereses de generaciones actuales y futuras, entre intereses humanos y no humanos, y como el estilo de vida de los países ricos debe encontrar un equilibrio con las necesidades básicas de los países en desarrollo. Por este motivo la Iglesia debe buscar con urgencia su voz moral y colectiva. En el transcurso del año pasado, con la facilitación del equipo directivo de la Red Ambiental de la Comunión Anglicana (ACEN en ingles) fuimos invitados, a través de correo electrónico, estudios personales y teleconferencias, a considerar como podríamos poner en práctica, y de manera urgente y en esperanza, la Quinta Marca de Misión “Luchar por salvaguardar la integridad de la creación y por el sostenimiento y la renovación de la vida en la tierra.” Nuestra reflexión se profundizó cuando, en Febrero 2015, el presidente de ACEN, el Arzobispo Thabo Makgoba, gentilmente se ofreció como anfitrión de un encuentro cara a cara. Esto nos dio la oportunidad de compartir las experiencias de nuestras diócesis y, dentro del contexto de Eucaristía y oración diaria, escuchar nuevamente el llamado de Dios en las Escrituras y en la Creación (Salmos 104, 48, 24) y discernir el camino a seguir. Nos aferramos a la esperanza de las promesas de Dios, quien restaurará toda la creación (Romanos 8:18-25) y quien hará nuevas todas las cosas (2 Corintios 5:17; Apocalipsis 21:5). Escuchamos relatos de las diócesis afectadas por eventos climáticos extremos que son cada vez más fuertes y frecuentes; cambios en la estacionalidad de los patrones climáticos; incrementos en el nivel del mar; la acidificación de los mares, el agotamiento de los recursos pesqueros, los impactos devastadores de la contaminación, la deforestación, y las prácticas destructivas de la minería, de la extracción de recursos energéticos y del transporte. Lamentamos el desplazamiento de personas a causa de los efectos del cambio climático y la degradación del ambiente, y la consecuente pérdida de cultura, identidad y sentido de pertenencia. Sabemos que Dios delegó en nosotros, sus hijos, el cuidado de la creación (Génesis 1:28-29, 2:15) pero que hemos sido irresponsables (Jeremías 2:7). Por ello consideramos que como cristianos la justicia climática demanda una respuesta de fe. Juntos hemos luchado con las dimensiones prácticas y espirituales dela justicia climática a la luz de los discernimientos e imperativos de nuestra fe cristiana. Reconocimos que algunos de nosotros servimos en culturas y naciones que están entre las que más contribuyen al calentamiento global, mientras que otros vivimos en lugares que si bien contribuyen poco al problema son afectados de manera desproporcionada. También reconocemos con humildad que tenemos diferencias culturales, políticas, históricas y teológicas, y que luchamos por dejarlas a un lado en el momento de formular una respuesta unida a esta crisis. El lenguaje que empleamos para enfrentar el problema, y los intereses y poderes que debemos confrontar, varían de modo significativo de un lugar a otro. Sin embargo, esta es una crisis compartida y su resolución solo puede surgir de la unidad de pensamiento y práctica con el propósito de demoler las barreras de la desigualdad e injusticia en nuestras vidas en común. Compartimos el entendimiento de que la creación es santa, y que somos llamados a servir (ebed) y proteger (shamar) la tierra hoy y para generaciones futuras (Génesis 2:15). Reconocimos que hemos sido cómplices en una teología del dominio (Génesis 1:26), y reconocemos que el dominio humano sobre la tierra solo puede ser ejercido a la luz del mandamiento de Jesús el cual establece que el más grande es aquel que sirve (Lucas 22:26). Reconocimos que existen grandes temas económicos y políticos en esta conversación compleja en torno a las reservas no explotadas de combustibles fósiles y el desarrollo de fuentes de energía sustentables y renovables; incluyendo el subsidio de la industria de combustibles fósiles y la poderosa influencia de grandes empresas sobre las políticas de estado en todo el mundo. Creemos que las voces de los pueblos originarios, cuya relación con la creación permanece integral a su espiritualidad y a su relación con Dios, es fundamental para el ministerio que se está llevando a cabo de justicia climática. Estuvimos muy conmovidos al participar en un rito eucarístico indígena que relacionó la Creación, la Moralidad y la Redención de una manera bíblica, integral y completa. Tuvimos plena conciencia de que las mujeres son, con frecuencia, las que deben soportar un peso desproporcionado del cambio climático, en gran parte, porque constituyen la mayoría de los pobres del mundo, y que, a menudo , son las personas cuyo sustento más depende de los recursos naturales amenazados por el cambio climático. Por lo tanto, las voces y contribuciones de las mujeres son esenciales en el momento de responder al cambio climático. Hay una necesidad convincente de escuchar las voces de la juventud la cual heredará los retos y las catástrofes que no seamos capaces de afrontar y anticipar. Creemos que debemos estar reconciliados con la Creación y el uno con el otro y que éste es un llamado urgente. Creemos que la problemática del cambio climático es en esencia un problema moral. Reconocimos que la salvación en Cristo nos llama a ser responsables más allá de nosotros mismos. Sobre todo en los países desarrollados nuestra percepción de la salvación con frecuencia ha estado enfocada sobre nuestras almas individuales y el viaje hacia el cielo. Nuestra responsabilidad de cuidar la Creación de Dios ha sido pasada por alto o ignorada. Hemos actuado como si fuera que Cristo solo murió para salvar la raza humana. Debemos reivindicar la verdad de la redención de todas las cosas en Cristo, lo cual es el mensaje de la cruz dadora de vida3 (Colosenses 1:20; Juan 3:16). Escuchándonos el uno al otro aprendimos que para ocuparnos de la vida y salud actual y futura del planeta serán necesarios sacrificios ahora, tanto personales como colectivos, una apreciación más profunda de la interdependencia de toda la creación y un compromiso genuino con el arrepentimiento, la reconciliación y la redención. Esto demanda un profundo cambio de mente y de corazón. En línea con 1 Corintios 12:26, nuestros estudios y diálogos sirvieron para resaltar el vínculo que existe entre el estilo de vida y el uso de los recursos naturales en una parte del mundo y como esto llega a afectar al mundo entero. Discernimos un llamado para revitalizar nuestra vocación humana que se rehúsa a dejar a algunos en la pobreza y a otros en la riqueza, y redescubrir nuestro gozo y asombro en las maravillas de la creación de Dios (Salmo 96: 11-12). Fuimos desafiados a ir más allá de insistir en el accionar de los gobiernos y empresas y asumir la práctica del camino del arrepentimiento, la restricción, practicando la justicia entre norte y sur, hombre y mujer, seres humanos y la creación más-que-humana dentro de nuestra vida en común como Iglesia. Las iglesias de la Comunión Anglicana son a la vez locales y globales. Arraigados en nuestra teología de la creación y en solidaridad el uno con el otro, nos podemos hacer responsables de las acciones a lo largo y ancho de la Comunión utilizando los recursos del intelecto, espíritu y decisión que Dios nos ha dado. Para vivir en el camino de nuestro Salvador, quien une todo en sí mismo, nos comprometemos a iniciar las siguientes acciones y en los próximos meses desarrollar un plan estratégico. Las iniciativas listadas a continuación constituyen algunos pasos iníciales importantes mientras hacemos un llamado a anglicanos en todas partes para que se unan a nosotros en estas iniciativas: 3 cf Atkinson D: Climate Change and the Gospel: Why we in the churches need to treat climate change more urgently, Epiphany 2015 http://operationnoah.org/category/resources/theology/ En calidad de obispos en nuestras respectivas provincias diócesis, congregaciones y comunidades: En humildad, como hermanos y hermanas en Cristo y reconociendo nuestras diferencias circunstanciales y de organización política, nos comprometemos a apoyar el uno al otro en dialogo y oración, para continuar el discernimiento del liderazgo de Dios, para desarrollar recursos eco teológicos y formular propuestas estratégicas para la acción local y global. Nos comprometemos a ayunar por la justicia climática el primer día de cada mes4 en solidaridad con la tierra y en reconocimiento de que nuestra vida en común como Iglesia ha contribuido a la actual crisis climática. Nuestro ayuno persistirá mientras discernimos en base a la oración de que estamos ante la necesidad del arrepentimiento como Iglesia. Trabajaremos para fortalecer nuestras alianzas ecuménicas como así con otras tradiciones de fe en el ámbito global en nuestras respectivas jurisdicciones acompañando a todas las personas de bien en responder a la crisis climática. Desarrollaremos y distribuiremos materiales educativos sobre cambio climático, justicia climática, y los principios prácticos y éticos de la vida sustentable en el contexto local y global para todos (adultos, jóvenes y niños). Desarrollaremos y distribuiremos materiales litúrgicos sobre el Cuidado de la Creación para uso en parroquias e iglesias. Hacemos un llamado para la revisión de las prácticas de inversión de nuestras iglesias con la perspectiva de apoyar la sustentabilidad ambiental y la justicia mediante la desinversión en industrias involucradas primordialmente en la extracción o distribución de combustibles fósiles. Hacemos un llamado para el fortalecimiento de pautas para inversiones éticas de tal modo que incluyan justicia para la creación no-humana como así también los intereses de futuras generaciones. Hacemos un llamado para que los programas de formación teológica de nuestros seminaristas, como así también la capacitación de los clérigos ordenados en servicio, incluya componentes detallados sobre eco-justicia y eco teología. Hacemos un llamado para que las instituciones Anglicanas de educación integren en sus currículos y vida comunitaria los temas de la sustentabilidad ambiental y ética y que a la vez adopten un enfoque de enseñanza teológica sobre la justicia climática. 4 http://fastfortheclimate.org/es/ http://www.prayandfastfortheclimate.org.uk/ Motivamos a los Anglicanos en todas partes a: Sumarse al ayuno y oración por la justica climática el primer día de cada mes como parte íntegra de su vida y adoración. Implementar medidas para la conservación de la energía en los edificios de las iglesias y transitar cuanto antes hacia el uso de energías renovables. Tomar medidas para conservar, reciclar, y almacenar agua en las propiedades y edificios de las iglesias. Nutrir la biodiversidad en propiedades de las iglesias mediante la creación de hábitats seguros para especies nativas. Apoyar a comunidades locales compartiendo agua, energía y tierras cultivables para la producción local de alimentos. Apoyar iniciativas de uso sustentable de la tierra, incluyendo la no deforestación de bosques nativos. En nuestras comunidades, abogar por prácticas sustentables en lo que concierne al agua, alimentos y agricultura. Es importante tomar en cuenta la relación entretejida entre los alimentos, agua y sistemas de energía. Hacemos un llamado a los líderes políticos, económicos, sociales, y religiosos en nuestros respectivos distritos a que respondan a la crisis climática reconociendo que es el problema moral más urgente de este tiempo. Les urgimos a: Trabajar con compromiso y un sentido de urgencia en la elaboración de acuerdos vinculantes y responsables sobre el cambio climático en el ámbito nacional e internacional. Desarrollar políticas que asistirán de manera genuina a refugiados climáticos y promover mecanismos de cooperación entre gobiernos que aseguren sus derechos humanos, seguridad y reasentamiento. En conclusión: Afirmamos nuestra fe con las palabras del Credo “Creemos en Dios, Padre todopoderoso, creador del Cielo y de la Tierra.” A su vez afirmamos que esta proclamación es fundacional para el Evangelio de Cristo Nuestro Señor. Nuestra declaración es ofrecida en oración, con gratitud a Dios, creador, sustentador y redentor de todo a quien sea la gloria y honra, ahora y siempre. Todopoderoso Dios, Tu creaste los cielos y la tierra y todo lo que ellos hay. También creaste la humanidad en tu semejanza y fue muy buena; concédenos valentía en reconocer nuestras falencias en mantener tu creación. Y por tu gracia ayúdanos a detener la degradación de nuestro ambiente. A través de Cristo Jesús nuestro Señor, quien vino para que podamos tener vida plena. Amén. Asistieron los siguientes Obispos a esta iniciativa: Arzobispo de Ciudad del Cabo y Primado de la Iglesia Anglicana del Sur de África el Revmo Dr Thabo Makgoba Obispa de Edmonton, Iglesia Anglicana de Canada, Revma Jane Alexander Obispo de Kowloon Oeste, Hong Kong Sheng Kung Hui, Revmo Andrew Chan Obispo Davao, Iglesia Episcopal de Filipinas, Revmo Jonathan Casimina Primado de la Iglesia Episcopal de Escocia y Obispo de St Andrews Dunkeld & Dunblane, Revmo David Chillingworth Obispo de New/Nueva York, Iglesia Episcopal de Estados Unidos, Revmo Andrew Dietsche Obispo del Norte de Argentina, Iglesia Anglicana de Sudamérica, Revmo Nicholas Drayson Obispo de Harare, Zimbabwe, Iglesia de la Provincia de Africa Central, Revmo Dr Chad Gandiya Obispo de Salisbury, Iglesia de Inglaterra Revmo Nicholas Holtam Obispo Nacional Indígena, Iglesia Anglicana de Canada, Revmo Mark MacDonald Obispo de Zambia Oriental, Iglesia de la Provincia de Africa Central, Revmo William Mchombo Obispo de Johanesburgo, Iglesia Anglicana de Africa del Sur Revmo Stephen Moreo Obispo de Namibia, Iglesia Anglicana del Sur de Africa Nathaniel Nakwatumbah Obispo Madhya Kerala, Vice-Moderador de la Iglesia del Sur de India, Revmo Thomas Oommen Obispo de Vanua Levu y Taveuni, Fiji, Iglesia Anglicana en Aotearoa, Nueva Zelanda y Polynesia, Revmo Apimeleki Qiliho Obispa de Swaziland, Iglesia Anglicana Africa del Sur, Revma Ellinah Wamukoya Obispo auxiliar de la Diócesis de Perth, Iglesia Anglicana de Australia, Revmo. Tom Wilmot El Obispo Moderador, Iglesia de Bangladesh y Obispo de Dhaka, Revmo Paul Sarker, y el Obispo de Amazonas, Iglesia Episcopal Anglicana de Brazil, Revmo Saulo Mauricio de Barros, y la Obispa de la Iglesia Episcopal de Cuba, Revma Griselda Delgado han participado en la iniciativa pero no pudieron asistir a la reunión. The statement, its contents and translation are ©The Anglican Consultative Council and the Anglican Communion Environmental Network 2015. Permission is given to reproduce portions for publication. Copies may be made for distribution with appropriate citation. We acknowledge with gratitude the support of the Archbishop of Canterbury’s Anglican Communion Fund and Tearfund in making this initiative possible.