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ESFÍNTER ARTIFICIAL AMS-800. NUESTRA EXPERIENCIA EN LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS 989 urología general 4 Arch. Esp. Urol., 56, 9 (989-997), 2003 Esfínter artificial AMS-800. Nuestra experiencia en los últimos 20 años. ENRIQUE SANZ MAYAYO, IGNACIO GÓMEZ GARCÍA, ELDIBERTO FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ, LORENZO PERALES CABANAS, DAVID GARCÍA ORTELLS, RICARDO GARCÍA NAVAS Y ÁNGEL ESCUDERO BARRILERO. Servicio de Urología. Hospital Ramón y Cajal. Madrid. España. Resumen.- OBJETIVO: Presentar una serie de 63 pacientes con incontinencia urinaria por incompetencia esfinteriana que han sido tratados mediante la implantación del esfínter artificial AMS-800. MÉTODOS: Desde 1984 hasta diciembre del año 2002 se ha implantado esta prótesis a un total de 69 pacientes de los cuales se ha podido revisar a 63. La causa de la incontinencia siempre ha sido incompetencia esfinteriana secundaria a cirugía prostática, vejiga neurógena, lesión uretral postraumática y epispadias. De ellos 52 se han colocado en uretra bulbar y 11 en cuello, los tamaños del manguito han variado entre 4 y 10 centímetros y las presiones del reservorio de 51-60 a 71-80 centímetros de agua. RESULTADOS: Las complicaciones detectadas fueron por orden de frecuencia: mal funcionamiento, infección y rechazo o exteriorización, fístula y tamaño no adecuado. El número total de reintervenciones fue de 39, en 28 pacientes. El resultado funcional fue de éxito en 48 y fracaso en 15. CONCLUSIÓN: El uso de la prótesis AMS-800 para el tratamiento de la incontinencia por incompetencia esfinteriana es eficaz pero no exento de complicaciones. Correspondencia Enrique Sanz Mayayo Servicio de Urología Hospital Ramón y Cajal Ctra. de Colmenar Km. 9100 28034 Madrid. España. Trabajo recibido el 20 de junio de 2003. La indicación más frecuente es tras cirugía prostática, siendo en este grupo donde se obtienen los mejores resultados. En pacientes con incontinencia de origen neurógeno la tasa de complicaciones es mayor y los resultados peores dadas las alteraciones de la vascularización y trofismo tisular. En mujeres preferimos la utilización de otras técnicas con las que se obtienen resultados similares, técnicamente más sencillas y más económicas. Palabras clave: Esfínter urinario artificial. Summary.- OBJECTIVES: To present a series of 63 patients with urinary incontinence due to sphincteric incompetence who underwent the implantation of an AMS800 artificial sphincter. METHODS: From 1984 to December 2002 a total of 69 patients received this prosthesis, 63 of which were available for review. The cause of incontinence was sphincter incompetence in all cases, said secondary to prostate surgery, neurogenic bladder, post-traumatic urethral lesion, and epispadias. 52 of them were placed in the bulbar urethra, and 11 in the bladder neck. The cuff diameters varied from 4 to 10 cm and reservoir pressures from 51-60 to 71-18 H2O cm. RESULTS: The complications that appeared, ordered by frequency, were: malfunction, infection and rejection or exteriorization, fistula, and unappropriate size. The total number of reoperations was 39 in 28 patients. Functional results were successful in 48 cases and failure in 15. CONCLUSIONS: The use of an AMS-800 prosthesis for the treatment of urinary incontinence due to sphincteric incompetence is effective but not without complications. The most frequent indication was following prostate surgery, being this group the one that obtains the best results. Patients with incontinence of neurogenic origin have the highest complication rate, and the worst results 990 E. SANZ MAYAYO, I. GÓMEZ GARCÍA, E. FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ Y COLS. in relation to vascularization and tissue trophism abnormalities. In female patients we prefer other techniques that have similar results, are technically easier and more economic. Keywords: Artificial urinary sphincter. INTRODUCCIÓN El esfínter urinario artificial es una buena alternativa terapéutica en pacientes con incontinencia por incompetencia esfinteriana, presentamos los resultados obtenidos en una serie de 63 pacientes tratados con este dispositivo durante los últimos 20 años. MATERIAL Y MÉTODOS En 1984 se inició en este centro el tratamiento de la incontinencia urinaria por incompetencia esfinteriana con la implantación del esfínter artificial AMS-800 (Fig. 1). Desde esa fecha hasta diciembre de 2002 se ha colocado a un total de 69 pacientes, de los cuales se han podido revisar a 63. Previamente se habían implantado prótesis de varios modelos (Kaufman y Rosen) con malos resultados siendo necesaria la retirada de todas ellas. De los 63 paciente, 61 son varones y 2 mujeres, con unas edades comprendidas entre los 9 y los 80 años. La causa de la incontinencia ha sido siempre incompetencia esfinteriana, secundaria a: a) Cirugía prostática: - RTU de próstata: 21 casos. - Adenomectomía retropúbica: 15 casos. - Prostatectomía radical: 7 casos. b) vejiga neurógena congénita: 14 casos. c) Vejiga neurógena traumática: 4 casos d) Lesión uretral postraumática: 1 caso. e) Epispadias: 1 caso. La localización del manguito fue en: Uretra: 52 casos Cuello: 11 casos De los 11 colocados en cuello 10 eran secundarios a vejiga neurógena y uno a epispadias. En los últimos 10 años no se ha colocado ningún Fig. 1: Prótesis AMS-800: manguito relleno en uretra bulbar, se visualiza bomba, reservorio y tubos conectores manguito a nivel de cuello, ni tampoco en mujeres, dado que preferimos otras alternativas terapéuticas más sencillas y económicas y con resultados similares. En pacientes sometidos a cirugías que afectan al cuello vesical, debe evitarse la colocación del manguito a ese nivel, ya que la intensa fibrosis generada secundaria a la cirugía puede ocasionar dificultades técnicas importantes y alteraciones en el funcionamiento al ejercer presión el manguito sobre un tejido fibroso difícilmente colapsable. El tamaño del manguito ha sido muy variado dependiendo de su ubicación, siendo preciso tamaños mayores en los colocados a nivel del cuello. La distribución de tamaños fue la siguiente: Uretra: 4: 20 casos Cuello: 4,5: 1 caso 4,5: 26 casos 5,5: 4 casos 5: 3 casos 6: 2 casos 5, 5: 1 caso 6,5: 1 caso 6, 5: 1 caso 9: 1 caso 7: 1 caso 10: 2 casos ESFÍNTER ARTIFICIAL AMS-800. NUESTRA EXPERIENCIA EN LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS La presión del reservorio ha variado también según la ubicación de la prótesis: Uretra: 51-60: 19 casos Cuello: 61-70: 1 caso 61-70: 22 casos 71-80:10casos No constaba en la historia en 11 casos. En uretra colocamos los reservorios a una presión de 51-60 o de 61-70 dependiendo del tamaño del manguito, necesitando presiones mayores en los manguitos más largos. A nivel de cuello vesical en 10 de los 11 casos se colocó a una presión más elevada , 71-80, necesaria para la correcta oclusión del manguito. En algunos casos previamente a la implantación del esfínter, en tiempos quirúrgicos diferentes, para obtener mejores resultados se realizaron otros tratamientos quirúrgicos consistentes en: - Uretroplastia por estenosis de uretra en 1 caso - Uretrotomía endoscópica en 6 casos. - RTU o cervicotomía por esclerosis de cuello en 4 casos. - Anticolinérgicos 2 casos. - Esfinterotomía externa por disinergia vésicoesfinteriana: 1 caso. TABLA I COMPLICACIONES COMPLICACIONES nº de pacientes porcentaje Mal funcionamiento 15 23% Infección y rechazo o exteriorización 5 7,9% Fístula 6 9,5% Tamaño no adecuado 2 3,1% Fibrosis periuretral 1 1,5% Orquitis 1 1,5% Edema escrotal 1 1,5% Infección herida quirúrgica 1 1,5% 991 - Ampliación vesical por vejiga de baja capacidad: 1 caso. - Corrientes interdeferenciales en 1 caso. - Epispadias 1 caso. En 3 casos se intentó solucionar la disfunción esfinteriana mediante inyecciones de Teflón no siendo efectivas y requiriendo posteriormente la colocación de esfínter artificial. Simultánea a la colocación de la prótesis en 4 casos se realizaron otro tipo de tratamientos: - Prótesis de impotencia en 2 casos. - Técnica antirreflujo (Cohen): 2 casos. RESULTADOS Las complicaciones encontradas tras la colocación de la prótesis fueron las siguientes (Tabla I): - Mal funcionamiento de alguno de los componentes de la prótesis: 15 casos (Fig. 2). - Infección y rechazo o exteriorización protésica: 5 casos (Fig. 3). - Fístula: 6 casos (Figs. 4 y 5). - Tamaño no adecuado: 2 casos, secundario a atrofia uretral por la compresión del manguito. Otras complicaciones menos frecuentes fueron la fibrosis periuretral, edema escrotal intenso, orquitis y la infección de herida quirúrgica. El tratamiento de las complicaciones fue la sustitución de toda la prótesis o de alguno de sus componentes en 15 casos (aquellos en los que existía mal funcionamiento) y la retirada en 13 casos, de los cuales en 4 fue por fístula, en 5 por infección y rechazo y en 4 por mal funcionamiento. En un caso simultáneamente a la retirada fue necesario la realización de una uretroplastia término-terminal por fístula. El número total de pacientes reintervenidos fue de 28, y el número total de reintervenciones fue de 39, ya que muchos pacientes requirieron sustitución de la prótesis o de alguno de sus componentes en varias ocasiones. La mayoría de los casos en los que surgió infección y rechazo o fístula corresponde a pacientes con vejiga neurógena, con una afectación neurológica y vascular intensa que favoreció la aparición de esta complicación. El resultado funcional final es el siguiente (Tabla II): 992 E. SANZ MAYAYO, I. GÓMEZ GARCÍA, E. FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ Y COLS. - Inyección de carbono en otro caso por falta de efectividad de la prótesis en un caso. - Balones parauretrales 1 caso (Fig. 6). DISCUSIÓN Fig. 2: Fallo mecánico de la prótesis, se observan burbujas de aire en el interior del sistema. - Éxito: dentro de este grupo se incluye a los pacientes con continencia completa y a los pacientes con mínima incontinencia al realizar grandes esfuerzos con vejiga muy repleccionada: 48 casos - Fracaso: 15 casos. Posteriormente a la implantación protésica en algunos casos ha sido necesario la realización de tratamientos coadyuvantes: - Cateterismos intermitentes en 4 casos, en aquellos pacientes con vejiga arrefléxica y mala utilización de la presa abdominal. - Anticolinérgicos: en 9 casos, debido a la aparición de inestabilidad del detrusor tras la implantación, que no existía previamente. - Prueba de estimulación de raíces sacras en 1 caso por inestabilidad vesical rebelde a tratamiento médico, esta prueba fue negativa y no se implantó el neuromodulador. TABLA II RESULTADOS RESULTADOS nº de pacientes porcentaje Éxito o mejoría 48 76% Fracaso 15 24% Han sido múltiples los mecanismos protésicos propuestos para el tratamiento de la incontinencia urinaria por disfunción esfinteriana. El primero del que se tiene conocimiento fue creado por Foley en 1947 (1), consistía en un manguito de presión que situado alrededor del pene ocluía la uretra, se manipulaba desde una bomba escondida en el bolsillo. En 1961 Berry (2) desarrolló una prótesis de material acrílico impregnada en bismuto de forma cuadrada, con una depresión central que ejercía presión sobre uretra bulbar para impedir la fuga de orina. La alta tasa de rechazo y fistulización hizo que quedara en desuso, pero fue la base para el desarrollo de nuevos mecanismos. Girgis y Veenema (3) en 1965 crearon una prótesis realizada en colágeno, pero la tasa de rechazo a pesar de este material seguía siendo elevada. Sobre la misma idea de compresión uretral Kaufman (4) en 1973 propuso una prótesis de forma ovoidea realizada en gel de silicona con una cara convexa y otra plana que se sujetaba mediante dos o tres bandas de Dacrón a los músculos bulbocavernosos. Esta prótesis tenía posibilidad de relleno desde el exterior mediante inyecciones a través del periné. Los malos resultados obtenidos a largo plazo hicieron que este dispositivo entrara en desuso. En 1976 Rosen (5) desarrollo la primera prótesis que actuaba con un mecanismo similar al verdadero esfínter, realizada en silicona, era situada en uretra bulbar y ejercía presión sobre esta mediante un sistema de pinzabalón. El vaciado-llenado se hacía mediante un balón reservorio, con un sistema valvular alojado en hemiescroto. Este dispositivo tampoco obtuvo buenos resultados debido a las lesiones uretrales por la presión excesiva del balón y defectos del material. En 1973 (6) Scott-Bradley-Timm desarrollan el primer esfínter artificial totalmente oculto y manipulable desde el exterior. Constaba de un reservorio, un manguito hinchable, un mecanismo para hinchar y otro para deshinchar, todo ello relleno de suero con un 2, 5% de contraste yodado. Poco a poco fueron mejorando sus características desarrollándose varios modelos, el original fue el 721 y posteriormente se diseñaron el 743, 761, 791, 792, hasta el actual AMS-800. ESFÍNTER ARTIFICIAL AMS-800. NUESTRA EXPERIENCIA EN LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS 993 la perfusión tisular este comprometida se deben usar presiones menores (8). La ubicación del reservorio puede ser paravesical o intraperitoneal, siendo preferible esta última ya que en la región paravesical se puede generar fibrosis perirreservorio alterando su correcto funcionamiento y no alcanzando las presiones deseadas. Fig. 3: Infección rechazo y exteriorización de uno de los componentes de la prótesis. El esfínter AMS-800 ha sido implantado en aproximadamente 20.000 pacientes, de los cuales unos 2.600 han sido relatados en la literatura en las diferentes series publicadas (7). 3) Bomba de control: se sitúa en hemiescroto o en labio mayor en la mujer. En su interior existe un sistema valvular que dirige el paso en una u otra dirección del líquido de llenado permitiendo que el manguito se infle o se desinfle. Con la compresión de la base de la bomba se activa el mecanismo y de forma automática se vacía el manguito permitiendo la micción, a continuación sin manipular la bomba esta reinvierte el sentido del flujo y se produce el relleno del manguito, este proceso dura 3 o 4 minutos, tiempo durante el cual el paciente puede tener un pequeño goteo postmiccional. La bomba tiene un botón que provoca la desactivación de la prótesis vaciando el manguito oclusivo, bloqueando el paso de Consta de tres elementos: 1) Manguito oclusivo: existen doce longitudes diferentes que varían de 4 a 11 centímetros, todos tienen una anchura de dos centímetros. El de 4, 5 cms. Es el que más frecuentemente se pone a nivel de uretra bulbar (8) y en el cuello varía de 6 a 8 cms. Si se coloca un manguito excesivamente grande, este no ejercerá la suficiente presión y el paciente permanecerá incontinente, si es demasiado pequeño dificultará la micción por exceso de presión pudiendo llegar a ocasionar atrofia y erosión uretral. Este manguito va unido a la bomba de control. Esta constituido por una banda de silicona y en su cara interna existe un balón que será el que se hinche al activar la prótesis (9). 2) Reservorio: es el componente que regula la presión oclusiva del manguito, tiene una capacidad de 22 cc. Existen cinco rangos diferentes de presión pero los más usados son los de 51-60, 61-70, 71-80 cms de agua. El reservorio elegido debe ser el que produzca continencia con la mínima presión. Si la presión es muy baja puede causar incontinencia y si es muy alta obstrucción, atrofia y erosión. Los valores recomendados de presión son: en varones a nivel de cuello 71-80, uretra 61-70, en mujeres en cuello 61-70, y en niños a nivel de cuello 6170 y en uretra 51, 60. En aquellos pacientes en los que Fig. 4: Fístula urinaria 994 E. SANZ MAYAYO, I. GÓMEZ GARCÍA, E. FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ Y COLS. Fig. 5: Fístula urinaria objetivada después de retirar el manguito. Fig. 6: Balones parauretrales. líquido, pudiendo tener así vacío el manguito durante largo tiempo (9). Tras la implantación de la prótesis esta debe ser inactivada por lo menos durante 4-6 semanas por el dolor que ocasionaría la manipulación de la bomba durante el postoperatorio y para permitir que el edema escrotal desaparezca y evitar la presión del manguito sobre tejidos muy susceptibles a la isquemia. Durante este periodo de tiempo se crea un manguito fibroso entre el manguito y el cuello o uretra que evitará la aparición de complicaciones. Tras la activación se debe aconsejar que el paciente accione la bomba de forma regular 4-6 veces al día para aliviar la presión del manguito sobre el tejido (8). La indicación básica es la incontinencia por incompetencia esfinteriana tanto en el varón como en la mujer, es fundamental la habilidad manual e intelectual para permitir al paciente su correcta manipulación. El enfermo debe ser avisado de las posibles complicaciones por alteración en el funcionamiento de sus elementos, con las reintervenciones que estas conllevan, y la necesidad de mantener un largo periodo de seguimiento con revisiones periódicas. Existen una serie de requisitos para la selección de candidatos a la colocación de la prótesis: capacidad vesical > 200 ml., vejiga estable, orina estéril, si existe obstrucción previamente al implante y en un tiempo quirúrgico diferente solucionarla. El candidato ideal es aquel con una insuficiencia esfinteriana irreversible y una función vesical normal (9). Las indicaciones más frecuentes son las siguientes: - Postcirugía prostática: es la indicación más frecuente (7), ya sea por RTU de próstata, adenomectomía retropúbica, o por prostatectomía radical. Los mejores resultados a largo tiempo para el tratamiento de la incontinencia postprostatectomía radical se obtienen mediante el uso del esfínter artificial (10-13). - Origen neurógeno: ya sea congénita o adquirida, en este tipo de pacientes debemos siempre tener en cuenta el mal trofismo de los tejidos con el consiguiente riesgo de atrofia, infección y rechazo, siendo este el grupo que más complicaciones presenta, requiriendo en un alto porcentaje de casos reintervención (14). En pacientes con arreflexia del detrusor es necesario posteriormente a la implantación la realización de cateterismos intermi- ESFÍNTER ARTIFICIAL AMS-800. NUESTRA EXPERIENCIA EN LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS tentes. En aquellos pacientes con vejiga neurógena y baja acomodación se plantea la necesidad de ampliación vesical que puede realizarse previamente, simultáneamente o en un segundo tiempo tras el implante, siendo primordial la realización de un estudio urodinámico (15). Existen autores (16) que abogan por el uso de segmento gástrico en la ampliación vesical simultánea a la implantación protésica obteniendo una tasa de infecciones prácticamente similar. -Traumauretral/cuellovesicalconlesiónesfinteriana: en este caso el manguito siempre ha de colocarse alejado de las líneas de sutura de las cirugías previas, evitando así la erosión. - Incontinencia de esfuerzo recidivada: estaría indicada en pacientes que han sido sometidos a múltiples técnicas quirúrgicas habiendo fracasado todas. Existen autores que para su colocación en mujeres realizan una vía abdominovaginal, aunque existía al principio cierta reticencia por el riesgo de infección posteriormente se ha visto que el número de infecciones es perfectamente asumible. Esta vía permite una disección más fácil del cuello vesical y la uretra con menor riesgo de lesiones (17). El hecho de que haya existido una cirugía previa que afecte al cuello vesical añade una dificultad técnica importante que puede llevar a un mayor riesgo de complicaciones, por lo que abogamos por el uso de otras alternativas terapéuticas (18) En niños también puede ser utilizada esta prótesis con una tasa de viabilidad de la prótesis a diez años del 79% y una tasa de continencia global del 80% (19). Los resultados obtenidos son independientes de la edad del paciente en el momento de la implantación, siendo más fácil su colocación en niños prepuberales por tener una pelvis menos profunda y menor ingurgitación de plexos venosos periuretrales (20). En niños sometidos a reconstrucciones quirúrgica previas por extrofia vesical, epispadias complejos, traumatismos, etc., los resultados son peores con una mayor tasa de complicaciones (21). En aquellos pacientes que han sido sometidos a radioterapia pélvica , su indicación es controvertida ya que genera hipovascularización y fibrosis. Existen autores que la consideran una contraindicación relativa dado el alto riesgo de erosión del 57% (22, 23), pero otros autores (24, 25), refieren que esta tasa de erosión no es tan alta, pudiendo ser implantados con un riesgo razonable utilizando una técnica meticulosa y seleccionando muy bien a los pacientes. Si se implanta deberemos usar presiones del reservorio bajas e inactivarla por la noche (26). 995 Se han descrito en la literatura indicaciones anecdóticas como en pacientes con transplante renal (27) y en gestantes (28, 29). Los mejores resultados son los obtenidos en pacientes con incontinencia secundaria a cirugía prostática y los peores y con más complicaciones, como hemos dicho anteriormente, en los neurógenos. Para obtener un buen resultado es preciso que la indicación sea correcta, el manguito tenga un tamaño adecuado, con un rango de presión del reservorio suficiente para ocluir sin obstruir. Basándonos en los resultados publicados en la literatura, aproximadamente el 73% presentan continencia completa y el 88% mejoría (7). En los últimos años, dadas las modificaciones introducidas en los nuevos modelos, los resultados han mejorado con respecto a los primeros años, y las complicaciones han disminuido. Las complicaciones tras la implantación ocurren según las series publicadas, en alrededor de un 32% de los pacientes (7), y las más frecuentes son las siguientes: - Fallo mecánico de alguno de los componentes, es la complicación más frecuente ocurriendo en un promedio del 13, 8% de los pacientes en las series publicadas (7), variando del 7 al 53% según los autores (8). Los problemas más frecuentes son el fallo en la bomba que supone el 35, 6% de las complicaciones mecánicas (7) y alteraciones del manguito con perforación y pérdida de líquido. Se estima que la vida media de la prótesis es de 10 años (8). - Infección y rechazo: ocurre en un 4, 5% de pacientes, variando del 2, 5 al 10% según las series. La infección puede ser precoz relacionada con contaminación durante el acto quirúrgico o con una septicemia postoperatoria. La infección de orina leve y de la herida quirúrgica no suelen originar infecciones protésicas si son tratadas adecuadamente (8). - Erosión perforación y fístula: originada por la isquemia secundaria a la presión del manguito. Puede ser debida a una presión excesivamente alta del reservorio, a un manguito demasiado pequeño o por alteraciones del trofismo tisular en pacientes neurológicos. Su incidencia varía del 12-44% y en más de 2/3 se produce en varones con manguitos en uretra bulbar (7). También la erosión puede ser originada por la bomba o alguno de los tubos sobre la piel pudiendo llegar a salir al exterior (8). - Inestabilidad vesical : en un 3% aproximadamente de los casos tras la implantación los pacientes presentan 996 E. SANZ MAYAYO, I. GÓMEZ GARCÍA, E. FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ Y COLS. una hiperactividad del detrusor que previamente no existía, o si existía se ha exacerbado. Este tipo de pacientes tienen una buena respuesta al empleo de anticolinérgicos (9). - Atrofia uretral: es una complicación tardía por la presión mantenida del manguito durante largo tiempo, esta en relación con la presión del reservorio y el tamaño del manguito y ocasiona la reaparición de la incontinencia por falta de oclusión completa de la uretra. El tratamiento de las complicaciones puede ser la sustitución de la prótesis, que es mandatorio en aquellos casos de infección, erosión y perforación . En los fallos mecánicos se puede cambiar el componente averiado o bien sustituir completamente la prótesis. En los casos de atrofia uretral se debe cambiar el manguito por otro de menor tamaño. Existen autores (30) que recomiendan siempre el cambio completo de la prótesis para evitar la contaminación del fluido y el envejecimiento del resto de componentes de la prótesis que no han sido sustituidos. En un estudio realizado en la Clínica Mayo con 323 pacientes se observó que el porcentaje de pacientes con un normal funcionamiento de la prótesis a 5 años es del 90, 4% y el 72% a los 5 años no han requerido reintervención (31). Aunque el esfínter AMS-800 es el mejor que existe en estos momentos, presenta varios problemas que convendría solucionar como el elevado coste, la incapacidad para controlar la presión del sistema y para conocer la presión exacta dentro del rango del reservorio, la presión que ejerce el manguito no es homogénea ya que al tener tres almohadillas existen tres puntos de alta presión que favorecen la erosión. Otro problema es la formación de una cápsula fibrosa alrededor del manguito que puede alterar la transmisión de presiones (8). Se han presentado nuevas modalidades de esfínter que tratan de paliar las deficiencias de la AMS-800 mediante una serie de modificaciones para intentar disminuir el número de complicaciones (32, 33). CONCLUSIÓN El uso del esfínter urinario artificial es una buena alternativa terapéutica para pacientes con incontinencia por incompetencia esfinteriana, pero con una tasa de complicaciones importante que puede requerir reintervención. La selección de los pacientes debe ser muy minuciosa, siendo la indicación más frecuente incontinencia postcirugía prostática, donde se obtienen los mejores resultados. En pacientes con vejiga neurógena los resultados son peores y la tasa de complicaciones más alta dadas las alteraciones tróficas y vasculares. En mujeres abogamos por el uso de otras técnicas alternativas con las que se pueden obtener resultados similares, con menores dificultades técnicas, menos complicaciones y más económicas. BIBLIOGRAFÍA Y LECTURAS RECOMENDADAS (*lectura de interés y **lectura fundamental) 1. FOLEY, FEB: "An artificial sphinter: a new device and operation for control of enuresis and urinary incontinence. General considerations, indications and results." J. Urol., 58: 250, 1947. 2. BERRY, J.L.: "A new procedure for correction of urinary incontinence: preliminary report." J. Urol., 85: 771, 1961. 3. 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