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Desafíos educativos de los medios ante los niños Leticia Porto Pedrosa Universidad Complutense Madrid (España) lporto@ucm.es Patrícia Silveira Centro de Estudos de Comunicação e Sociedade Universidade do Minho (Braga, Portugal) ana_da_silveira@hotmail.com Estudios recientes demuestran que los más jóvenes pasan una media de cuatro horas diarias delante de algún tipo de pantalla. Los medios de comunicación adquieren un gran protagonismo en nuestros días como agentes de socialización, especialmente durante los primeros años de vida. Al permitir el contacto y el acercamiento de los menores a la realidad social a través de los contenidos audiovisuales, los medios inciden inevitablemente en la comprensión y el conocimiento de aquello que nos rodea. De este modo, constituyen mecanismos que interfieren directamente en los modos de entender la realidad, desempeñando un papel central en la formación cognitiva, social y afectiva de los más pequeños. Este abstract plantea algunas de las reflexiones más significativas obtenidas a partir de la puesta en marcha de grupos de discusión con unos 70 menores de diferentes nacionalidades con el objetivo de estudiar las preferencias y el tipo de contenidos audiovisuales que consumen, de manera frecuente, los más pequeños de la casa. Nos interesa destacar especialmente algunas de las características más llamativas que se han visto en las sesiones de trabajo realizadas en la Universidade do Minho, en el marco de una investigación de carácter internacional entre España y Portugal, en las que han participado menores portugueses entre 5 y 6 años, alumnos y alumnas del Colexio Sagrada Familia (Rúa Sá de Miranda, Braga). 1 Entre las conclusiones extraídas del trabajo empírico, reforzadas también por algunos de los resultados de investigaciones y estudios precedentes, en los niños portugueses se evidencia una facilidad especial de acceso a programas o series televisivas dirigidas a un público adulto, así como sus preferencias manifiestas sobre este tipo de contenidos frente a los dibujos, las películas de animación o incluso el propio desarrollo del deporte o los juegos en la calle. 1. Fundamentación teórica a modo de introducción 1.1 Revisión del concepto de socialización La noción de socialización es compleja y ambivalente, además de haberse convertido a lo largo de muchos años en objeto de múltiples debates y controversias en el seno de la academia. El término parte del presupuesto de que el ser humano no se vuelve de manera espontánea un ser social, sino que es necesario que previamente se estimule el desarrollo de sus propias capacidades cognitivas, de modo que se transformen en competencias sociales (Belloni, 2007). Cuando un individuo se socializa, lo que eso quiere decir es que éste adquiere un conocimiento sobre las normas y valores básicos para la convivencia dentro del grupo al que pertenece: el respeto por los sentimientos de otros, la importancia de controlar los impulsos destructivos, una cierta apreciación y valoración por las cosas que la gente usa o necesita, etc. (García Galera, 2000: 74). Por su parte, Giddens se refiere a este proceso como a la etapa a través de la cual “el bebé indefenso se convierte en una persona con conciencia de sí misma y con inteligencia (2006: 178)”. De acuerdo con este sociólogo, gracias a este proceso es posible llevar a cabo la “reproducción social”, fenómeno a través del cual las sociedades logran perpetuar su estructura a lo largo de las diferentes generaciones. De tal modo 2 que, durante el curso de la socialización, los niños aprenden y reproducen de los mayores que les rodean las normas, valores y prácticas sociales. El concepto de socialización ofrece múltiples definiciones según las diferentes corrientes teóricas y de pensamiento. Sin embargo, a lo largo de estos últimos años se constata un cierto esfuerzo por parte de diversos autores (especialmente profesionales del ámbito de las Ciencias Sociales y la Sociología) en conceder una especial importancia a este fenómeno como un movimiento que toma como punto de arranque los procesos de apropiación y aprendizaje de los individuos a partir de los cuales forman y delimitan sus maneras de ser (Belloni, 2007). Esta perspectiva ofrece un particular punto de vista sobre esta cuestión fundamental en la vida de cualquier persona. Manuel Pinto afirma que la “socialización puede ser concebida –y de hecho, así ha ocurrido- de dos modos diferentes: a partir de la sociedad y los respectivos agentes socializadores o a raíz de los individuos en proceso de socialización y los respectivos mundos sociales (2000: 67)”. Para este autor portugués a través de la socialización los sujetos aprenden, elaboran e interiorizan normas y valores propios de la sociedad en la que viven, a la vez que interactúan con el medio y su familia, convirtiéndose en miembros de un sistema social. Pinto considera que algunos de los modelos conceptuales sobre este proceso centran su atención en el papel del adulto y la sociedad, relegando a un segundo nivel la propia acción de los individuos -en este caso, de los niños-, que se limitan a la adopción de los modelos sociales predominantes. La familia, la escuela, el grupo de pares y los medios de comunicación constituyen las principales instancias que ejercen un papel activo en todo este proceso. Muchos autores coinciden en la diferenciación de dos etapas durante este desarrollo que se produce en la vida de una persona: la socialización primaria y secundaria (Ortega, 2002; Giddens, 2006; Lucas, 2006). La primera tiene lugar en la familia, principal agente de influencia a lo largo de los años iniciales de la vida. En esta fase, los niños aprenden los modos de comportamiento que servirán de base para su aprendizaje futuro. Las nuevas transformaciones sociales han redundado en la disminución de la importancia de la familia, primero mediante la generalización de la escuela, a partir del siglo XIX y, más recientemente, a través de los medios de comunicación, que entran en competencia 3 directa con la familia, que mantenía casi el monopolio de la primera socialización (Ruiz, 2006: 131; Pinto, 2000). En la fase posterior, aparece la socialización secundaria. Ésta tiene lugar tiempo después, asumiéndose en la escuela, entre el grupo de amigos, las distintas organizaciones, en contacto con los medios de comunicación y las nuevas fuerzas socializadoras de los individuos. 1.2 Los medios como agentes socializadores Estudios recientes demuestran que los medios de comunicación forman parte de la vida de los menores desde muy temprano (Kotilainen, 2011; Richert et al., 2011), conviviendo con los otros agentes e instituciones tradicionales, como la familia o la escuela. Éstos desempeñan un papel esencial en la transmisión de normas y valores que, de otro modo, los más pequeños no tendrían acceso a ellos (García Galera y Pascual, 2005; Belloni, 2007; Richert et al., 2011). Los medios son mecanismos que interfieren en la comprensión de la realidad que perciben los menores (Torrecillas, 2011), siendo considerados como referentes permanentes para su aprendizaje posterior (Marta Lazo, 2005). Tal y como aluden Barra y Sarmento (2006), en un estudio sobre la relación entre los niños e internet, los nuevos formatos de comunicación funcionan como poderosos agentes de socialización, permitiendo a los “usuarios y consumidores apropiarse y atribuir significación a los mensajes e información transmitida en sus contextos de vida y tomando como base genuina sus necesidades, motivaciones e intereses”. Los medios, en sus múltiples formatos, permiten el contacto y la familiarización de los niños con aspectos -como mitos, ideas, informaciones- del mundo que les rodea (Silva, 2008), contribuyendo a una mejor comprensión de la realidad. M. Pinto (2000) considera que la televisión ocupa un lugar destacado en la socialización infantil ya que, más allá de ayudar al niño a integrarse en el mundo de los adultos, constituye un pilar de referencia en el proceso de comprensión y en su conciencia reflexiva como persona. En la opinión de este experto, especialmente en determinados contextos de aislamiento, la televisión puede tener un papel de mediador importante entre lo real y su representación a través de una pantalla. 4 En la opinión de García Galera (2000), la televisión interviene en el proceso de socialización a través de la transmisión de creencias, valores y costumbres. Esta influencia depende de factores circunstanciales y necesidades de los propios menores, así como de los principios ya adquiridos. Según esta autora, la televisión actúa como agente de socialización al presentar conductas susceptibles de imitación y proporcionar imágenes que pueden provocar acciones determinadas, al mismo tiempo que permite a los niños, desde bien temprano, entrar en contacto con los valores de la sociedad (2000: 75). La relación que establecen los niños con los medios debe ser analizada teniendo en cuenta la consideración de la familia como importante punto de referencia y espacio de mediación y consumo (Pinto, 2000; Torrecillas, 2011; Del Río, 2004: 286). A este respecto, existen múltiples estudios que reconocen, efectivamente, que la familia es el lugar por excelencia donde se dan habitualmente negociaciones entre los padres y los niños, en lo que al acceso a los medios se refiere (García Galera, 2000; García Galera y Pascual, 2005; Buijzen et al., 2007; Marta Lazo, 2005; Silva, 2008). Afirman Buijzen et al. (2007) que los padres son los principales mediadores del contacto de los niños con los mensajes audiovisuales que se transmiten en la televisión. Para ellos, este papel es fundamental para la gestión de la influencia de los contenidos que se difunden. En este mismo sentido, Marta Lazo (2005) apunta hacia la importancia de este auxilio en los procesos de aprendizaje y lectura activa de los mensajes mediáticos. De tal modo que el resultado se traduce en que los niños y niñas debaten más los contenidos con los padres, contrastando sus propias opiniones en ese proceso de interacción con el medio. En una investigación realizada por Silva en la que se aborda la relación entre la televisión y los niños (entre 3 y 5 años), algunos de sus resultados concluyen que los pequeños consumen televisión generalmente en compañía de sus padres -o de otros niños-, creando la posibilidad de discutir sobre aquello que ven (2008). Sin embargo, parece que los padres todavía no son muy conscientes de su importante contribución en el proceso de construcción de significados por parte de estos menores, cuya capacidad cognitiva se encuentra todavía en pleno desarrollo. 5 Por su parte, Pinto (2000), en su estudio sobre lo cotidiano en la vida de los más pequeños y su relación con la televisión, constata que es necesario contextualizar las relaciones establecidas con este medio, teniendo en cuenta las distintas rutinas familiares, estilos de vida, equipamientos domésticos existentes, etc. En uno de los puntos de la investigación, cuya pretensión era evaluar el control sobre la televisión en el entorno familiar, este autor verificó que existe un poder relativo entre la decisión de los menores y el control de los progenitores, además de constatar diferencias entre los niños y las niñas. En lo que respecta a ellos, ejercen un mayor control sobre su consumo mediático; mientras que las chicas dialogan más con sus padres sobre el acceso y consumo a la televisión. No obstante, Pinto subraya que la televisión puede constituirse como una fuente permanente de conflictos en el seno familiar cuando, por ejemplo, se utiliza como “moneda de cambio” para imponer sanciones o premios ante determinadas conductas (2000: 234). Muchos especialistas coinciden en que se les debe otorgar a los padres la función de ayudar a los niños en la comprensión de esos mensajes mediáticos, promoviendo su autonomía y fomentando esa capacidad crítica ante lo que ven. Pese a que la realidad nos muestra con frecuencia un gran salto tecnológico entre los medios tradicionales y la llegada de los nuevos aparatos y formatos digitales (smartphones, tabletas, ordenadores, videojuegos...). Todos estos cambios generan grandes desproporciones entre las distintas generaciones en cuanto al conocimiento sobre el manejo de esta nueva realidad mediática multipantalla y hace necesario un esfuerzo de adaptación y educación ante este nuevo panorama audiovisual (Pérez-Tornero, 2003; Gabelas y Marta, 2008; García Galera et al., 2008; Pereira y Pinto, 2011: 101-12; Núñez-Ladevéze, 2012; Porto y Ruiz, 2012a: 101-113; 2012b: 185-203; Ortiz Sobrino et al., 2013: 112-135; etc.). Casi como si de un talento natural se tratase, desde los primeros años, los niños adquieren capacidades básicas y conocimientos prácticos para usar estos nuevos medios, lo que hace que se encuentren en una situación más competente para tomar decisiones (Núñez-Ladevéze, 2012). De este modo también se incrementan las dificultades de los adultos para controlar los usos –y abusos-, con respecto a los contenidos que consumen (Perales, 2012). Los padres ven así que, por un lado, saben que la principal referencia para la socialización del niño radica en la familia, debiendo 6 preparar a los más pequeños para el mundo contemporáneo que también se caracteriza por la presencia de múltiples canales comunicativos; y por otro, asisten a la introducción de estas nuevas formas de relacionarse, entender, aprender, comunicarse... en las cuales los niños se mueven de manera autónoma, a diferencia de sus padres que necesitan formación complementaria ante estos nuevos escenarios. Se produce una situación contradictoria, ya que son ellos los que deben ser mediadores en este proceso para lograr un acceso y uso correctos de estos nuevos contenidos y formatos (Torrecillas y Araus, 2012). También es cierto que, aunque predomine esta postura en la que se incide sobre la diferencia generacional ante los nuevos medios, desde estas líneas sostenemos que ni todos los padres saben tan poco sobre estas nuevas tecnologías ni los niños dominan tanto el complejo mundo de las pantallas. Es necesario “desmitificar a los nativos digitales” como expertos en los nuevos medios, según sostiene J. M. de Moya (2013). 2. Delimitación del trabajo empírico 2.1 ¿Qué es un grupo de discusión con menores? En España, la práctica de los grupos de discusión cuenta con gran diversidad de opiniones y puntos de vista, pero siempre bajo unos parámetros comunes. Citamos a Jesús Ibáñez (1979), como uno de sus padres fundadores, para quien el grupo de discusión como técnica de investigación consiste en reunir a un reducido de personas y suscitar entre ellas una conversación sobre el tema objeto de la investigación. Los discursos generados a partir de estas sesiones serán la materia prima para el análisis e interpretación de los resultados posteriores. En nuestro caso, hemos aplicado -y adaptado- los parámetros tradicionales sobre esta técnica de medición cualitativa en los grupos implementados con niños de 5 y 6 años 1. 1 Es importante tener en cuenta que este trabajo empírico se enmarca en una investigación más amplia que contempla la puesta en marcha de 11 grupos de discusión con menores de edades comprendidas entre 5 y 11 años. En este artículo únicamente se describen y presentan algunos de los datos y resultados más relevantes de la realización de los dos grupos con niños y niñas portugueses. 7 Tomamos como base los pasos que propone Miguel S. Vallés sobre la estructura que deben tener estas reuniones (1999: 288), especificando la manera en la que hemos acoplado algunas de estas características ad hoc para trabajar con menores. a. Propósitos de la investigación. Nuestro objetivo fundamental se centró en tratar de conocer las percepciones y el grado de comprensión que tienen los menores sobre los contenidos audiovisuales que consumen habitualmente en los medios. b. Lugar de realización. La implementación de los grupos en la ciudad portuguesa de Braga se llevaron a cabo en el Colexio Sagrada Familia (Rúa Sá de Miranda, Braga). En este caso, trabajamos directamente con algunos de los escolares de este centro durante el período no lectivo de finales de junio y principios de julio de 2012. c. Moderación. Una de las claves de este tipo de dinámicas está en la persona encargada de moderar. Ésta debe “hacer hablar” al grupo, pero mucho más importante será saber escuchar, antes que interrogar a los participantes (Colectivo IOÉ, 2010: 82). Es importante evitar la presencia de padres o familiares en estas reuniones, para descartar posibles interferencias en sus discursos. 2.2 Diseño de la muestra de los participantes El diseño de estos grupos de discusión constituye una parte fundamental en todo el proceso. Algunas de las variables tenidas en cuenta han sido las siguientes: Edad. En cada uno de los grupos, la selección de los participantes por rango de edad ha sido escrupulosamente seleccionada para obtener una muestra de carácter estructural para la investigación. Sexo. En este trabajo hemos puesto en marcha grupos sólo con niñas y con niños de manera individual pero también hemos realizado sesiones mixtas. Origen. Tomamos en cuenta la nacionalidad española y portuguesa, además de muchas otras presentes en algunos de estos menores de origen extranjero (Ecuador, Colombia, Marruecos, Perú, Estados Unidos...) que han intervenido en este estudio. 8 Ideología y religión. Estos aspectos no han sido tenidos en cuenta a priori, pero a través de la inclusión de diferentes ideologías y creencias religiosas – especialmente determinado por los diferentes países de origen de los participantesse han dado interesantes reflexiones. No en todos los grupos ha habido rupturas discursivas en este sentido, pero sí en algunas salió a relucir la importancia de estas cuestiones en cuanto a la comprensión de ciertos contenidos audiovisuales según las costumbres y tradiciones familiares en las que han sido educados. Clase social. Por un lado, participaron niños y niñas de clase social media-baja y baja (incluso, menores en proceso de inclusión social); y, por otro, analizamos el discurso de menores provenientes de familias más acomodadas, de clase media-alta. Hábitat. Esta categoría se contempla en el estudio pero no con carácter clasificatorio sino como un valor añadido a la información de los propios grupos. De manera complementaria a estas características: En cada grupo de discusión participaron entre cuatro y ocho menores, con edades comprendidas entre los 5 y 6 años. La duración aproximada de cada una de estas sesiones con menores ha sido entre una hora y media y dos horas. En estas sesiones contamos con un moderador pero también con un ayudante, como apoyo en grupos donde intervienen los más pequeños. Todas las sesiones de trabajo han sido grabadas y trascritas con el fin de poder analizar el discurso y la dinámica de su producción. 2.3 Presentación de los grupos de niños portugueses En este artículo describimos los rasgos de los dos últimos grupos de discusión que completan esta investigación de carácter internacional. Durante las reuniones previas de trabajo para la preparación de estas sesiones, nos preguntábamos si habría diferencias sustanciales con respecto a los grupos llevados a cabo en España. No podíamos imaginar que las preferencias por los contenidos audiovisuales fueran tan diferentes 9 entre dos culturas tan próximas como son la española y portuguesa. Para elaborar este epígrafe seguiremos a J. Callejo (1995) en su libro La audiencia activa. El consumo televisivo: discursos y estrategias y su modo de presentación de la información recabada a partir de este procedimiento cualitativo2. 2.3.1 GD.10. Niños y niñas (5 y 6 años), clase social media-alta. Residentes en la ciudad de Braga (Portugal). Realización en Braga, en julio de 2012. Al comienzo de estos grupos, acostumbramos a preguntarles qué películas o programas infantiles les gustan más, para que cada uno pueda hablar según sus preferencias. Los siete participantes que intervienen en esta reunión coinciden en que muchos de estos contenidos los ven a través de la televisión y los canales temáticos, aunque algunos también cuentan con diferentes películas de dibujos y animación que les gustan, así como diferentes artículos y productos de merchandising generados a partir de estos títulos comerciales. M - A mí me gusta “Peter Pan”. H - A mí los Gormitis. - ¿Y dónde es que los veis? (moderadora) H - En el Canal Panda. GD. 10:5 GD. 10: Niños y niñas 5/6, Braga El discurso de estos grupos se acompaña de breves proyecciones audiovisuales sobre determinados contenidos infantiles que todos reconocen y la mayoría han visto a través de algún tipo de pantalla. Por ejemplo, en la parte de la película de “Ratatouille” (2007), cuando la abuelita agarra la escopeta y trata de disparar contra las ratas que descubre en 2 Todos los fragmentos que se recogen se corresponden con la trascripción literal de las grabaciones originales. Se han seguido los criterios clásicos de trascripción para identificar las intervenciones, de tal modo que, en este caso, la letra “H” se emplea para los niños y la “M” cuando hablan las niñas. Así mismo, se especifican las intervenciones de la “moderadora”. La numeración responde al número del grupo de discusión (GD), según la fecha de realización, y la página en la que se encuentra ese extracto literal en las trascripciones. 10 su casa, se reproduce una escena con una gran carga violenta protagonizada por una persona mayor. Ante esta situación, se les pregunta qué les ha parecido. M - Es divertida. M - Da miedo. H - Asusta pero yo no tengo miedo. GD. 10:5 GD. 10: Niños y niñas 5/6, Braga Aunque en esta comunicación tan solo podemos recoger algunos ejemplos, en este tipo de respuestas podemos apreciar la diferencia entre ellos y ellas. En un sentido clásico, es frecuente que los niños se muestren más valientes y menos sensibles que las niñas ante determinadas situaciones relacionadas con el miedo o la violencia, por ejemplo. Aunque trabajemos con niños muy pequeños, ya se evidencian desde los primeros años esas marcas de género tan presentes en sus discursos y a la hora de identificarse con sus personajes de ficción. Cuando les preguntamos sobre la película de “Cars” (2006 y 2011) todos quieren ser tan rápidos como Rayo McQueen (o Faísca McQueen, según la versión portuguesa), mientras que ellas se quedan con Sally porque es la más guapa. - ¿Y quién es Sally? (moderadora) M - Es la abogada del pueblo (…), la chica, la novia de Rayo… - ¿Y por qué os gusta Sally? (moderadora) M - Porque es una chica y es guapa. - ¿Y por qué a vosotros os gusta Rayo? (moderadora) H - Porque es rápido. GD. 10:12 GD. 10: Niños y niñas 5/6, Braga Por otro lado, se les muestra una parte concreta de “Ratatouille” (2007) en la que se hace uso de la violencia física. Es la escena en la que Colette expresa sus sentimientos delante de Linguini, y ella malinterpreta su reacción y le propina una fuerte bofetada que le deja en el suelo. Resulta significativo cómo las niñas son capaces de percibir mejor los sentimientos latentes entre estos dos personajes. Por otro lado, pueden llegar a “justificar” determinados comportamientos violentos al compararlos con escenas que 11 han visto en su entorno familiar. Ante este tipo de representaciones y manifestaciones, los niños son menos receptivos. Y vemos otro ejemplo ilustrativo. H H M M H - Son amigos. - ¡Amigos! - Son novios… porque ella le dice que “a mí me gustabas tú…” - Sí, son novios. - No, son amigos pero están enfadados. (...) - Pero si ellos fuesen novios, ¿por qué se pegan el uno al otro? ¿Qué es lo que pensáis? (moderadora) M - Bueno, mi madre ya pegó a mi padre y mi padre ya pegó a mi madre alguna vez… GD. 10:7 GD. 10: Niños y niñas 5/6, Braga Pero el rasgo más característico en este grupo de niños y niñas portugueses -que veremos que de igual modo se repetirá el patrón en el segundo- es su clara preferencia por los contenidos relacionados con las telenovelas. En medio de un debate sobre contenidos infantiles de animación ellos desvían naturalmente la conversación hacia algunos de los personajes de una conocida novela portuguesa. M H Todos Todos - ¿Qué es lo que les pasa a los personajes malos de las películas al final de la historia? (moderadora) - Se vuelven buenos. - ... Y José murió... (personaje de la telenovela “Rosa Fogo”) - ¿Vosotros veis novelas? (moderadora) - Sí, sí… - ¿”Rosa Fogo”? (moderadora) - Sí, “Rosa Fogo”. GD. 10:8 GD. 10: Niños y niñas 5/6, Braga La aparición de “Rosa Fogo” como telenovela emitida en un canal portugués en horario nocturno nos alerta sobre una cuestión novedosa hasta el momento en este trabajo de campo. De tal modo que seguimos indagando sobre esta clase de contenidos televisivos que consumen estos menores portugueses. 12 - ¿A vosotros os gustan más las novelas o los dibujos animados...? (moderadora) Todos - Novelas. - ¿Pasáis más tiempo viendo novelas o viendo dibujos animados o películas? (moderadora) Todos - Novelas. - ¿A cuál de vosotros os gusta más ver novelas y pasa más tiempo viendo novelas? (moderadora) M - Yo. M - Y yo. H - ¡Yo! GD. 10:9-10 GD. 10: Niños y niñas 5/6, Braga Hacia el final de la reunión de trabajo, se les pide a los participantes que realicen un dibujo sobre las escenas proyectadas de “Toy Story 3” (2010): el papel de los malos en las historias, los posibles castigos para reparar su error, la muerte de algún personaje, cómo nos sentimos cuando alguien nos abandona.... Y ellos explican sus dibujos. M H H M H - ¿Qué es eso azul por encima? (moderadora) - Es el cielo… - Es que si los personajes se mueren van para el cielo. - ¿Quién os habló sobre eso? ¿Alguien os habló sobre eso en la escuela, en la televisión, en los dibujos animados…? (moderadora) - No sé. - En la televisión… - En el ordenador. (…) GD. 10:17 GD. 10: Niños y niñas 5/6, Braga En este grupo de 5 y 6 años de edad se observa una gran cercanía con los medios de comunicación. Aunque son niños muy pequeños se evidencia su familiaridad con la televisión o Internet como agentes de socialización en determinados aspectos emocionales fundamentales en la vida de cualquier persona y especialmente durante los primeros años. 2.3.2 GD.11. Niños (5 y 6 años), clase social media-alta. Residentes en la ciudad de Braga (Portugal). Realización en Braga (Portugal), en julio de 2012. 13 Aunque no hay grandes divergencias con respecto al anterior grupo, recogemos algunas de las particularidades de esta sesión. Entre estos seis chicos existe un consenso casi total, desde el principio, con respecto al tipo de contenidos que les gustan. H H H H H H - ¿Cuál es la película de dibujos animados que os gusta más? (moderadora) - A mí me gustan las que me hacen reír… - “Cars 2”. - Yo, “Cars 2”. - Yo, de “Cars 1”, “Cars 2” y “Cars 3” - No hay “Cars 3”… - A mí me gusta “Cars 1”, “Cars 2” y después, jugar a la pelota. GD. 11:3 GD. 11: Niños 5/6, Braga En cuanto a los matices de género en los productos audiovisuales presentes en todas las sesiones de la investigación, en los grupos que son sólo niños todavía son más acusados. En este caso, se advierte que ellos se hacen fuertes en este terreno y desprecian todo lo que consideran que lleva un sello femenino. - Y películas por ejemplo como Rapunzel… (moderadora) Todos - Agg, nooo, aggg… H - Es para chicas. - ¿Le explicas a tus compañeros por qué son para chicas? (moderadora) H - A ti te gustan porque tú eres una chica… GD. 11:4 GD. 11: Niños 5/6, Braga Esa terminología de “películas para chicos” y “películas para chicas” parece que es algo extendido en la mentalidad de casi todos ellos porque en los anteriores grupos con niños españoles también estaba presente este aspecto. Tratamos de averiguar qué entienden ellos ante esa dicotomía manifestada de manera reiterada en sus discursos. - Entonces, chicos ¿qué películas os gustan más? (moderadora) H - De chicos. H - De Rayo. H - Y de jugar a la pelota. 14 GD. 11:5 GD. 11: Niños 5/6, Braga Seguimos con esta conversación y ellos explican mejor cuáles son sus intereses a la hora de ver las películas en las que prima la acción o, al menos, es con lo que más disfrutan al ver historias a través de alguna pantalla. H - A mí me gustan las carreras. H - Yo quiero lucha. H - Yo quiero pelea, lucha… GD. 11:5 GD. 11: Niños 5/6, Braga El tema de la realidad y la ficción siempre es una cuestión habitual entre los menores. Algunos conciben que lo que ven en la pantalla es “creado” de alguna manera, aunque no todos lo tienen claro y confunden una representación real de un personaje con la propia realidad del mismo. Sería el caso de ver un personaje en Eurodisney y considerar que tiene vida, por ejemplo, como alguno de los niños comenta en esta sesión. H - Yo sé que todo eso está hecho para la televisión… - ¿Tú comprendes entonces que lo que ves es fantasía? ¿Que eso no sucede en la realidad, que todo es fantasía…? (moderadora) H - Sí, que esas películas sólo están hechas para la televisión. - Entonces, ¿tú entiendes que en la realidad no hay armas, no hay violencia…? (moderadora) H - Yo vi una película de guerra, sólo que era en los Estados Unidos y estaba a suceder en serio… y el camión cayó… (...) H - ¡Los ratones no hablan! H - Pero Rayo McQueen existe, en la Disney... GD. 11:9-10 GD. 11: Niños 5/6, Braga Estos serían algunos de los temas que surgen en estos grupos de discusión con estos menores en torno a cómo los medios de comunicación les ayudan a comprender la realidad que les rodea. Y de nuevo, la presencia de las telenovelas cobra protagonismo 15 en su discurso. Al hilo de otra conversación, uno de los niños introduce un pasaje y varios personajes que intervienen en el guion de la telenovela “Rosa Fogo”. H - Yo ya vi la película cuando murió “la marida” del señor… Yo vi una mujer enterrada (…) van dentro de un cajón… H - Diana cuando estaba en el cajón… - Eso es de la novela (…) ¿Os gustan las novelas? (moderadora) Todos - Sí. - ¿Os gustan más las novelas o los dibujos animados? (moderadora) H - A mí me gustan las novelas. H - A mí me gustan. H - A mí me gustan los Gormitis y jugar a la pelota. (...) - ¿Veis siempre todas las novelas? (moderadora) H - Yo veo “Rosa Fogo”. - ¿Con quién: con tu madre, con tu padre? (moderadora) H - Con mi madre... H - Sí, con mi madre. GD. 11:18 GD. 11: Niños 5/6, Braga Vemos que las madres ejercen el papel de acompañante mientras consumen esta clase de programación televisiva. Más adelante, se les insiste si realmente prefieren este tipo de contenidos u otros más acordes a su edad, como podrían ser los dibujos. - ¿Qué preferís ver, por ejemplo, “Rosa Fogo” o dibujos animados? (moderadora) H - “Rosa Fogo” H - “Rosa Fogo” sólo la echan por la noche… GD. 11:20 GD. 11: Niños 5/6, Braga Esta preferencia hacia las telenovelas, así como el reconocimiento de sus personajes llegó hasta tal punto en esta sesión que todos los dibujos de los participantes giraron en torno a este asunto. Ningún fragmento anteriormente proyectado sobre contenidos de animación –ni siquiera “Cars” (2006)- tuvo el suficiente éxito como para que un niño de 5 y 6 años se haya interesado en plasmarla en su dibujo, como sí ocurrió con personajes como Catarina, Agustinho o José de “Rosa Fogo”, tal y como podemos ver en la siguiente imagen. 16 Imagen 1. Dibujos de niños (5 y 6 años) relacionados con “Rosa Fogo” 3. Análisis de los resultados a modo de conclusión Hasta aquí hemos desarrollado algunos de los rasgos más representativos que hemos hallado en estos grupos con menores portugueses con respecto a los realizados en España. En medio de todas las transformaciones que estamos viviendo durante estas últimas décadas, los medios de comunicación se convierten en instituciones que se encargan de la socialización y formación desde los primeros años. Si la televisión cambió sobre todo a partir de los años ochenta –en Portugal principalmente a comienzo de los noventa- también los contextos de la infancia sufrieron alteraciones con respecto a las estructuras sociales de las familias, así como los valores, las identidades o los modos de consumo (Pereira, 2007: 63) Investigaciones sobre los hábitos frente a la televisión y los efectos sobre los niños en Portugal revelan unos resultados parecidos a los aquí obtenidos (Pereira, 2006; Guimarães y Pereira, 2010; Pereira y Pinto, 2011: 101-112). También en países como Brasil coinciden estos datos, como por ejemplo el estudio llevado a cabo por L. Camurra y T. Kazuko (2008), en el que “el 50% -de los menores de su investigaciónafirman que prefieren las telenovelas”, porque manifiestan que son más parecidas a lo real, mientras que los dibujos animados les resultan infantiles. Con respecto a los resultados obtenidos en los primeros nueve grupos de discusión con menores residentes en España, aunque de diferentes nacionalidades como hemos señalado, los niños portugueses muestran un mayor consumo de telenovelas emitidas en 17 horario nocturno. Por establecer una equivalencia, podríamos decir que el perfil analizado de los niños entre 9 y 11 años, de clase media-baja que viven en España se correspondería con los menores portugueses de 5 y 6 años en cuanto a preferencias de contenidos audiovisuales. Algunos de los mayores que intervienen en los primeros grupos afirman que ven “Aquí no hay quien viva” o “La que se avecina”, series españolas de entretenimiento para adultos, mientras que vemos cómo en Portugal esa edad de exposición a contenidos para mayores se reduce considerablemente. Y además, estos menores aseguran consumir esta programación en compañía de sus padres. En nuestra sociedad, debemos tener muy presente que las experiencias mediáticas de los niños se llevan a cabo en un contexto global, en el cual resulta cada vez más importante el papel activo de las familias (Livingstone, 1998: 435-456; Bernardes, 2012: 333-348; Torrecillas y Araus, 2012; etc.). En la opinión de Sara Pereira (1999; 2007), las prácticas mediáticas en relación con la familia dependen de factores diversos como el contexto familiar, los valores o intereses personales de cada menor, así como varían en función de la edad y el sexo de estos chicos. Ante este nuevo paradigma mediático, uno de los principales desafíos educativos ante los medios deberán protagonizarlo las familias como agente de socialización de referencia. Bibliografía - Barra, S. y Sarmento, M. (2006) “Os saberes das crianças e as interações na rede” en Zero a Seis, nº14 disponible en http://www.periodicos.ufsc.br/index.php/zeroseis/article/view/1776/1539. - Belloni, M. (2007) “Infância, mídias e educação: Revisitando o conceito de socialização” en Perspectiva, vol. 25, nº1, pp.57-82. - Bernardes, F. (2012) “Condicionantes que interfieren en la dinámica familiar en torno a las pantallas” en Jiménez, A. (ed.) Comunicación, Infancia y Juventud, Barcelona, Editorial UOC, pp.333-348. - Buijzen, M., Molen, J. y Sondji, P. (2007) “Parental mediation of children`s emotional responses to a violent news event” en Communication Research, vol.34, nº2, pp.212230. 18 - Colectivo IOÉ (2010) “¿Para qué sirve el grupo de discusión? 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