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il / Recursos periodísticos L. E. Nieto Caballero Enrique OIaya "errera y Recursos teológicos •• los Jesuftas Con las debidas licencias. BOGOTA Imp. del Corazón 1916 de Jesus Recursos periodísticos de 10•• eùore. L. E. Nieto Caballero y Enrique Olaya "errera y Recursos teológicos de los Jesuítas Con las debidas licencias. Sr. D. L. E. Nieto Caballero: Redacción de .El Espectador. Bogoth. MI/Y sellar mio: Lo prometido es deuda, y recordará usted cómo en mi contestación a su artículo cReverenda Paere» le prometí avisarle oportunamente la hora de mi conferencia vespertina del día 7 de mayo en la Iglesia de San Ignacio Hoy tengo el honor de poner en su conoc'imiento que la conferencia tendrá lugar a las seis y media p. m. Su excesiva benevolencia lo ha llevado al extremo de atribuir a delicadeza mia el trasferir la plática de la maflana para la tarde, privando .... No, Sr. Nieto Caballero, no hay ta/ trasferencia. Si usted lo desea, pl/ule acudir a las dos plátic{!s. ¡Ho/garia sa~l; cuál de las dé -<posiciones habrá sido más de su agrado a jer cuál de las dos le ha desagradado m¡;,lOs! Otra advertencia deseo hacerle. La contestación a Sil pregunta no ha podido salir en el número del .Mensajero. correspondiente al mes de mayo, porque el Qcho del mes anterior suelo enviar mis cuartillas a la imprenta. El diferirlo para junio me ha parecido demasiado. Por eso he optado por dar cumplimiento a mi promesa, publicando en un nuevo opús- -2culo la contestación a sus preguntas en ef articulo -Reverendo Padre- y las que otros me han hecho en relación con el mismo asunto. En cuanto al otro articulo de usted -Recurcursos teológicos- creo que con más acierto lo hubiera usted podido llamar -recursos periodísticos;- pues no merece otro nombre, ese distraer la atención del objeto de la polémica y fijar tanto su penetrante ingenio en los. manifiestos descuidos del cajista. Hasta el domingo, siete de mayo, en el que ojalá la ternura, con que el buen Pastor va en busca de la oveja descarriada, y la fiereza con que ataca a los lobos, muevan su corazón a entrar en ese redil, fuera del que no hay salvación eterna ni tranquilidad temporal. De usted afmo. y ait.."s.s. MIGUEL MONTOY A S. J. eonsultas I-L. E. Nieto Caballero. -En las citas que V. R. hace están precisamente aquellas palabras del Salvador, que ordenan se adoctrine a los gentiles, precisa oírlo bien, a los gentiles, contra las cuales pecan los que lie abstienen de enseñar en un colegio diz que porque hay en él "ideas tan radicales como el hombre público con cuyo nombre es conocido." ¿En dónde está la disposición de Cristo, en virtud de la cual sólo pueden ir a beber en la fuente de la salud, de donde brotan sus palabras divinas, los copartidarios del General Max. Neira, para concretamos al caso del Tolima? ... ¿Está bien que un Prelado no atienda la solicitud, que se le hace; para que envíe un sacerdote a un Colegio? (El Espectador n. 1847, correspondiente al 12 de abril de 1916.) Respuesta. ¿Por qué, Sr. L. E. Nieto Caballero, precisa oirlo bien, -a los gentiles? O ¿es qué usted esa palabra gentiles, con que Cipriano de Valera traduce la latina gentes, la toma en el sentido restringido de idólatra o pagano, a cuyos oídos no ha llegado aún la doctrina de Jesucristo? Si así fuera ¿cómo explica los innumerables pasajes del antiguo testamento, v. g. Exod. c. 19 v. 6, Ester. c. 10 v. 9, Cien. . c. 12 v. 2 •••• e:1 :os 'tue ••: mismo PU{;o.o de'" -4Israel se le llama gens? Mas, dado caso que asi fuera, vea, Sr.' Nieto Caballero, cómo Jesucristo quiere que se evangelice a esos gentiles, cuando no quieren recibir a los evangelistas .. Abro el evangelio de S. Lücas y en el capitulo 10 v. 10-16 leo, en la antigua versión de Cipriano de Valera.. cEn cualquier ciudad donde entrareis y no os recibieren, saliendo por sus calles decid: Aun el polvo que se nos ha pegado de vuestra ciudad a nuestros pies, sacudimos en vosotros: sabed empero que- el reino de los cielos se ha llegado a vosotros. Y os digo que los de Sodoma tendrán más remisión aquel dia que aquella ciudad. IAy de tí, Corozainl IAy de tí, Bethsaidal que si en Tiro y en Sidón hubieran sido hechas las maravillas, que se han hecho en vosotras, ya dias ha que sentados en cilicio y ceniza se habrfan arrepentido. Por tanto Tiro y Sidón tendrán más remisión que vosotras en el juicio. Y tú, Capernaum, que hasta los cielos estás levantada, hasta los infiernos serás abajada. El que a vosotros oye, a mi oye; y el que a vosotros desecha, a mi desecha; y el que a mi desecha, desecha al que me envió.He aquí la conducta, que el mansisimo Jesús ordenó a sus discfpulos que observaran con los que. no atendian a su doCtrina. Y vea el Sr. L. E. Nieto Caballero cuán conformes con esta conducta de Jesucristo son las disposiciones de la Conferencia episcopal de Colombia. c76. Importa no menos que los padres de familia, los párrocos y confesores tengan un criterio seguro para saber a qué escuelas y •.colégios, entre los privados, pueden ser enviado~ los niños y los jóve~es~ .. o . o -"- ' • -577. Con tal fin cada Prelado dará aprobación ¡expresa a las escuelas y colegios privados que lo soliciten, siempre que sus directores se sujeten a las reglas siguientes: 78. a) Hacer, en presencia del ordinario diocesano o de un sacerdote delegado por él, la profesión de fe prescrita por el Cùncilio Plenario de la América latina. (Dice asl: eYo N. N. creo firmemente y profeso todos y cada uno de los misterios de nuestra religión y todo lo que nos manda creer la santa madre Iglesia. Del mismo modo detesto y condeno todos los errores condenados por la Iglesia católica apostólica romana. AsI Dios me ayude y proteja. Amén-). 79. b) Establecer las prácticas de piedad propias de todo cristiano y que el ordinario les señale. 80. c) Hacer que a los alumnos se dicten clases de religión por un maestro nombrado por el ordinario o expresamel1te aprobado por él. 81. d) Reconocer el derecho que tiene el Obispo de inspeccionar por sI o por medio de un delegado, la marcha del establecimiento en lo moral y religioso, y de objetar la designación de los catedráticos y de los textos adoptados, cuando constituyan p_eligro para la fe o las buenas costumbres de los disclpulos •. N o me negará el Sr. Caballero que el negarse a cualquiera de estas condiciones es sencillamente no recibir a los enviados de Jesucristo; y que serIa vergonzosa traición el que ante los padres de familia apareciera con la aprobación del señor Obispo un colegio, en el que se desconocieran cualquiera de esos Imprescindibles derechos de la Iglesia. Si, pues, los Srs. Obispos de Colombia pudie- -6.Fon y debieron conforme a Jas enseñanzas de .Jesucr.isto determinar las condiciones de los colegios, que pudieran presentarse a los ca· tólicos corno aceptables para la.cristiana educación de sus hijos. y reprobar, condenar '1 prohibir los colegios Americanos, la Uni~r81dad Republicana, el InstitU'to Politécnico de Bogotá, el Liceo Mercantil y el Instituto .Aponte de la misma ciudad (nn. 36 y 37); no podía el Ilmo. Sr. Perdomo prescindir de esas mismas cor,diciones al tratarse de la escuela Murillo Toro. Ni fueron otras las exigencias de tan benemérito Prelado; y al ver negada su autoridad de Pastor, no sacude el polvo de sus sandalias, como pudiera, condenando in fra· ganti la escuela Murillo Toro, sino que se limita a erogar en el Señor a los padres de familia se sirvan retirar a sus hIjos de dicho establecimiento, si el Director a Directores de él no modifican el fin y naturaleza de la escuela de êonformidad con las condiciones que la Iglesia les exige." cEl Director de la escuela Murillo Toro, dice el Ilmo. Sr. Perdomo, solicitó un sacerdote como profesor de la clase de Religión que querran recibir algunos niños de la escuela; exigfle .como condiciones para acceder a su n.etición, las establecidas en la Conferencia Episcopal de Colombia en los números 78 y siguientes. Aunque no he recibido res· puesta, sé que en el Cronista la ha dado diciendo que no se puede someter a las condicionES, que le he exigidQ, porque pugnan con su carácter de liberal y con el carácter liberal del establecimiento. Ahora bíen, como las condiciones, que he exigido, se refieren úni· carnente a poner en salvo la fe, las buenas .costumbres y....Jas prácticas esenciales del cris,:, -7tiano,· negarse a tceptarlas es simplemente profesar que la escuela Murillo Toro es una es· cuela laica, semejante a las de origen masónico, que tienden a descristianizar a lOi niños haciéndolos primero indiferentes, para prepararlos luégo a la apostasía, con el peligro cierto de su eterna condenación. Por estos motivos y guiado sólo del deseo de conservar a los niños en la pureza de la fe cristiana y en la integridad de las costumbres, me dirijo a usted, invocando su amor de padre, para rogarle en el Señor, se sirva retirar a su hijo de dicho establecimiento, si el Director o Directores de él no modifican el fin y naturaleza de la escuela de conformidad con las condiciones, que la Iglesia les exige.» n-L. E.Nieto Caballero .• Su Reverencia mis- ma habla de que todo articulo que no cuadre dentro de las enseñanzas católicas debe merecerle a su auior «una prolongada estancia en el Panóptico» y señala a un periodista como «acreedor alodio de todo buen colombiano» ¿En qué parte de las enseñanzas divinas halld eso su Reverencia»? (Lugar citado). Si en vez de mirar en el Sr. L. E. Nieto Caballero un homLre que ávido de la verdad no recela en manifestar todos sus pensamientos con la ingenuidad y docilidad de un candoroso niño, llegara a imaginármelo, cual pudieran sonar sus palabras, como uno que de igual a igual arguye¡ me contentaría con decirle: abra U. el primer manualito que encuentre de Etica, Historia eclesiástica y Derecho canónico. En el primero comprenderá U. que si ha de ir aliada la sociedad civil con la religión, no puede aquella dejar impunes los delitos contra la Religión cometidos. La historia eclesiástica le demostrará que desde los Apóstoles hasta Benedicto XV no han deja- -8-do los Vicarios de JesucristÓ y los sucesores de los Apóstoles de anatematizar y execrar los errores de todos los tiempos y de aplicar penas espirituales y temporales a los heresiar-<:asy enemigos de la Iglesia. El derecho canónico en su ampllsimo tratado «De las penas,. satisfará toda su, curiosidad respecto de la naturaleza, fin, legitimidad, aplicación de las pena~, que la Iglesia, como sociedad perfecta que es, puede imponer a sus súbditos . . Pero ya que como humild~ discípulo, asl quiero suponerlo, me pregunta los fundamentos, en que me apoyé, para afirmar «que todo articulo, que no cuadre dentro de las enseñanzas católicas debe merecerle a su autor una prolongada estancia en el Panóptico y señalar a un periodista como acreedor alodio de todo buen colombiano, paso a exponérselo de una manera sucinta remitiéndole para más amplias exposiciones a cualesquiera textos de Religión, Teologla fundamental, Derecho Canónico. No dejaré sin embargo de notar que no reflejan sus palabras el sentido exacto de las de mi conferencia. En ella dije: «En esta misma semana se ha expresado (<<Gil BIas,.) en términos tales que le hacen acreedor alodio de todo buen colombiano,.. Según las más rudimentarias nociones de gramática, el acreedor alodio de todo buen colombiano no es el periodista, sino el periódico. AsI quizás no se hubiera U. admirado tanto de mi frase, ya que parece embebido en la idea (Ique tuve muy presentel) cristiana: Parcere personis, dicere de vitiis: Atacar y odiar a los vicios, perdonar a las personas. En aquel otro párrafo, al que U. indudablemente alude: .Si toda calumnia contra el clero y otras personas respetabilísimas de la so- -9~iedad, si todo artfculo irrespetuoso contra la religión hubieran de pagarlo con la plata de su bolsillo o con prolongada estancia en el panóptico; dejarían de ser los buenos como aquella degradada turba de esclavos que se dejaban azotar en el circo romano-; en este párrafo, repito, según las más rudimentarias nodones de dialéctica, ya que es una proposición condicional -no se afirma la existencia de la condición ni la del condicionado, sin'o el nexo de éste con aquella.- Y ¿se atreverá a negarme el Sr. L. E. Nieto Caballero, que U. mismo confrontaría más sus artículos, antes de publicarlos, con los libros de teología 't cánones y filosofía e historia, si cualquier mexactitud hubiera de pagarla, no ya -con plata de su bolsillo, o con prolongada estancia en el panóptico» sino con una mera retractación en el número siguiente? Pero vengamos a la consulta tal cual U. la expone. Abro de nuevo los sagrados Evangelios y leo en el de San Mateo cap. 18 v. 17 -y si no oyere a ellos, dilo a la Iglesia; y si no {)yere a la Iglesia, tenle por un étnico y publicano.» Y ¿sabe el Sr. L. E. Nieto Caballero el alcance de estas palabras de Cristo Nuestro Señor? Negaban en el siglo V los donatistas a la Iglesia o a la sociedad civil el derecho de imponer penas temporales para la defensa de las leyes de la Iglesia; y San Agustín en la epístola 133 a Marcelino, tribuno de Africa, le alaba porque castigaba a los Donatistas cazotándolos con varas, cuyo castigo suele emplearse, no sólo por los maestros de las artes liberales, sino también por los mismos padres, y muchas veces también por los Obispos en los juicios-.» En el siglo XIII resucitó Marsilio de Pa-<lua el error de los Donatistas negando a la -10Iglesia el derecho coactivo fin la venia del emperador; y el Sumo Pontifiee juan XXII en su bula dogmática -Licet,. después de citar las precedentespalabras de Jesucristo (S. Mat. c. 18 v. 17) prosigue: .Aún consta, como se lee a1U: que si alguno hiciese indebidamer1'te daño a otro, y no qutsiese enmendarlo al prescribírselo la Iglesia, que ésta en virtud de la potestad que Cristo le ha concedido, puede compeler al tal por medio de la excomunión a que 10 haga, lafcual potestad es ciertamente coactiva. Sobre esto debe advertirse que como la excomuni!'>n mayor no sólo aparta al excomulgado de la recepción de los sacramentos, sino que también le excluye de la comunión de los fieles. es una coacción corpoÚtl de la Iglesia permitida por Cristo,. Más tarde los albigenses, valdenses y demás innovadores, después los jansenistas y por último los liberales se han escandalizado de esta potestad coactiva de la Iglesia y ést3 no ha cesado de defender sus derechos radicados en la voluntad dejesucristo. El Concilio Tridentino ses. XXV c. 13 de reformo dice: ·Séales permitido (a los jueces eclesiásticos de cualquiera dignidad), si les pareciese conveniente, en las causas civiles pertenecientes de cualquier modo al fuero eclesiástico, proceder contra cualesquiera, aunque sean legos, por medio de mullas pecuniarias.,. Pío VII en su constitución dogmática Auctorem fidei, en la condenación de la proposición cuarta del Sínodo de Pistoya,·'@ la cual se aseveraba que seria abuso de la au- toridad de la Iglesia ... exigir por la fuerza la sujeción a sus decretos,. el Sumo Pontifice dice: -En cuanto pre~ende' que Dios no h, conferido a la Iglesia la potestad, no sólo Qe dirigir por m,edio de c_o~!ejos y persuasiones, -11sino también de mandar por medio de leyes y reprimir y obligar a los extr1:lviados y contumaces en juicio externo, con penas saludables ... la cual conduce a la teoría en otro tiempo condenada como herética .• En la encfclica cQuanta cura- de 8 de DIciembre de 1864 en la cual se condenan los errores dominantes, se enumera entre estos la doctrina de los que enseñan que lÍo compete a la Iglesia el derecho de obligar con penas a los violadores de sus leye:,. Y en el Syllabus del mismo Plo IX se encuentra la proposición XXIV entre las condenadas: cLa Iglesia no tiene poder de emplear la fuerza, ni posee directa ni indirectamente poder alguno temporal.Pero no sólo cuidó la Iglesia de mantener inconcusa su autoridad para imponer a los fieles penas temporales, sino que en la práctica impuso: las pccuniarias, la de servidumbre, ta deportâción a algu.l país, el dcstierra de alguna provincia, la cárcel perpetua, la reclusión en un monastcrio, los azotes. Si quiere el Sr. L. E. Nieto Caballero ver documcntos históricos sobre esta materia consulte a Vittadini (Diritto publico eclesiastico vol 2 pág. 310 Y sig.) y a Nannetti (Gius publico eclesiastico vol. 2. pág. 185 Y sig.) III--Católico sincero. ¿ Se puede leer con conciencia tranquila cEl Espectador. de Bo- gotá? E:t el N°. 135 de la Conferencia episcopal de Colombia nos dan esta norma los Prelados puestos por el Espíritu Santo para regir la Iglesia: cPara que los pastores de las almas, sobre todo en casos dudosos, puedan entender' fácilmente cuáles son los libros o escritos, que deben quitar de manos de los fieles, aunque nominalmente no estén prQhi- -12bidos, tengan por infectos, no solo aquellos,_ que expresamente contienen herejfas, errores,. impiedades u obscenidades, sino también to-dos los que admiten, defienden o sostienen, doctrinas contrarias, sea como fuere, a la fe, a la moral a a la piedad cristiana. Ordenen por consiguiente, que deben evf-· tarse en general todos los libros y opúsculos, y aun hojas sueltas y periódicos de pequeñas dimensiones, en que los enemigos de la Iglesia y los adversarios de la libertad. cristiana son celebrados con epltetos laudatorios; los que tienen resabios de superstición y de paganismo; los que atacan el buen nombre del prójimo,50bre todo de los eclesiásticos y de los gobernantes; los contrarios a las buenas costumbres y a la disciplina cristiana, a la libertad, inmunidad, y jurisdic-ción eclesiásticas: ...• Es ast que cEL Espectador. de Bogotá 1) Llama anticristianas las decisiones del Concilio Plenario latino-americano: 2) Condena como arbitraria la inspección' de las escuelas mandada a los Obispos por los Concilios de la Iglesia: 3) Señala como fruto de la prohibición de' determinados colegios el retroceso o el estancamiento, señalando asf a la Iglesia como enemiga del verdadero progreso, a la fe como contraria a la razón: 4) Llama fanáticos a los profesores católicos: 5) Se burla de los_ sacerdotes en general Ilamándolos soberbios, intolerantes y pretenciosos de infalibles: 6) Afirma que queremos los católicos tener por herética toda censura: 7) Calumnia a los fieles cuando afirma que -13~e atribuyen a 51 mismos la misma infalibilidad que a la Iglesia: 8) Calumnia a los católicos cuando asegura que apenas se ha reconocido la infalibilidad de la Iglesia: 9) Calumr:ia a los fieles cuando parece in~invar que este dudoso reconocimiento de la infalibilidad sólo se ha tenido para la Iglesia discente y no para la docente y para el Romano Pontífice: 10) Sostiene la proposición 80 condenada en el f'yllabus: Il) Ridiculiza el modo de proceder de la Iglesia al lanzar sus anatema~ contra los herejes: 12) Señala como único campo de la autoridad doctrinal de la Iglesia los antros de los infieles: t 3) LI ama desertores a los Prelados: 14) A CU5a a 105 Concilios y a los Papas de haber modificado las enseñanzas de Jesucristo: . 15) Falsea el motivo de la conducta del Sr. Perdomo y la presenta como contraria a la de Jesucristo: 16) Censura las magistrales conferencias de Monseñor Carrasquilla: t 7) Parece sostener el más crudo mdiferentismo copiar sin anotación ninguna la carta del clor Marco A. Ochoa al Ilmo. Sr. Perdomo: 18) De una plumada, sin prueba ninguna, ataca a todo el Episcopado Colombiano: 19) Asegura que alguno de sus propios redactores profesa doctrinas condenadas por los Obispos; 20) Llama miserables a los laicos que no aceptan un duelo por motivos fundados en sus creencias religiosas: -14Afirmaciones todas contrarias «a la fe- o la disciplina eclesiástica- o «al buen nombre de los eclesiásticos-. Luego .... ¿Qué juzgar de un periódico, en el que en menos de un mes, sin observar todos sus números, sin analizar todo el contenido de los números examinados, se encuentran veinte cosas que observar y algunas tan fundamen': tales? Porque todas esas afirmaciones se encuentran clara y terminantemente expresadas en sólo los siguientes artículos de «El Espectador-: «Qua vadis?- del 22 de marzo, «Parábolas - de 26 de marzo, «Monseñor- de 6 de abril, «Recursos teológicos de 18 de abril. Si analizáramos todos los sueltos y gacetillas, si examináramos todos los telegramas ¿es creíble que los encontraríamos todos libres de virus antirreligioso y anticatólico? ¿Qué criterio se formará el que sin estudios previos de filosofía y teología lea de eontinuo tal periódico? ¿Pélsearíamos tranquilos por una calle en laque hubiese un porcientaje parecido de atacados de enfermedades contagiosas? O ¿es que vale más la vida del cuerpo que la del alma? Repasad de nuevo la proposición mayor, que nos dan nuestro') amadfsimos Prelados; reflexionad sobre la~ veinte partes de la menor; y cual si os hallarais en la hora de la muerte a en el momento del juicio particular a universal dejad que vuestro buen entendimiento saque la conclusión .... IV-Miqueta. «¿Por qué no aceptó V. R. la discusión verbal y pública? ¿No adivinó V. R. que al Sr. L. E. Nieto Caballero le gustaria más «esa especie de 'sesión solemne, con flores, b;: 1deritas, mucha' gente, si posible, c(l lt --15con música?Respuesta. No se imagine usted que he rehusado tal forma de debate por estimar que sea menor la sabiduría del Sr. L. E. Nie'to Caballero que la de los Srs. Cano, OIaya Herrera, Ancfzar de nuestra invitación patriótica. Nada más ajeno de mi intención; sé que toda comparación es odiosa. Fuera de que tal comparación no pudiera de manera alguna influir en que aceptara o rechazara tal forma de debate; allí de· bían actuar de maestros los Srs. Cano, Olaya Herrera, Ancízar .... aquí se ofrecía el Sr. L. E. Nieto Caba!lero a hacer el oficio de discípulr. ,:Qliél! 11:1 exigido jamás mayor caudal de conocimientos en el dise/pula que en el profe~;or? La razón es mucho más sencilla .... Porque esta discllsión era para mí mucho más importante, mucho l1~á:; ~;eria que la provocada anteriormclilè sobre los métodos de enseñanza e ineptitud de los profesores religiosos. Y aÚn rcsuenan en mis oidos todas aquellas fra:,es con que El Espectador llamaba a un debate en esa forma «cómico examen» «sainete joco-didáctico-. Si el 28 de marzo no más -la preocupación-acaso infundada-de Gue el problema de la educación pública en Colombia debe siempre tratarse en serio. y el temor de que pudiera acabar «a golpes de tubo de acueducto. sugirieron a los de El Espectador la «excusa patriótica- para no aceptar nuestra b:::¡ intencionada y «patriótica invitación» ¡Ina me daban derecho a temer otra -patriót:ca excusa- del Sr. L. E. Nieto Caballero tratándo~e de materias más serias y que más profundamente conmueven y agitan las multitudes? Además él me ofrecía en primer término la exposición en una plática; j -16j éste es el medio más usado en la oratoria sagrada; creo que no hay que culparme por la elección. Bogotá, 25 de abril de 1916. M 'QUEL MONTOY A, S. J. PENSAMIENTOS MOVIBLES E IDEAS FIJAS En el .Diario Nacional" sonó el clarín que tocaba la retirada del combate, apagamos los fuegos del otro lado, creyendo leal al adversario; cuando he aquí que sonó un caftonazo, disparado por el Dr. Olaya Herrera desde la revista «Cromos-. y asegura que, .cuando pudo esperarse que un rayo de luz viniera hasta estas remotas regiones del universo, sólo vemos una nueva chispa par" la hogurra en que voluntariamente no:, .mos consumiendo," y afirma que la ira sa. ta lanzó esa chispa. No, Dr. OIaya, esa chispa incend~aria salió de las hogueras republicanas; fue lanzada por el Sr. Ancízar en el ·Diario Nacional,- con anuencia voluntaria del Director¡lfque no es menor de edad, y fue propagada por «El ~spectador.,. Nosotros nos limitamos a repeler las chispas a fin de que no incendiaran nuestros campa- mentos. -18Según confesión propia, usted venía luchando al lado de todos los periodistas por la reforma de la ínstrucción pública desde que fundó su periódico; los religiosos callábamos mientras esa campana permanecía dentro del terreno de la politica, sólo interrumpimos el silencio, cuando se nos trató de analfabetas y retrógrados. Dr. Olaya, cuando arroje la piedra,. o vea que sale de los suyos, no esconda la mano ni acuse a los inocentes, conserve su valor característico para asumir responsabilidades. Incoloros-No es cosa nueva, ya hace mucho que una voz hien autorizada llamó a los republicanos grupito de incoloros: las ideas de éstos se parecen mucho a las que profesan los partidos que se dan el pomposo título de progresistas. Tales hombres a~rman que no hay verdad absoluta, sino que todo es relativo; que no debemos ser inflexibles como la corriente de los ríos, antes bien, debemos plegamos siempre a las circustancias. Los que no St' muevan al compás que ellos les toquen, los que no se nutr-an de ideas elásticas, los que no renieguen del credo religioso y político que de niños 'aprendieron; son oscurantistas, retrógrados, analfabetas. No es otra la idea que envuelven las siguientes palabras del Dr. Olaya Herrera: cesos mismos hombres que sobre el puente de un navio inglés o al abrigo car:inoso de un hotel parisiense, fueron como la --19encarnación de pensamientos que al realizarse conduciría a esta república por camino de venturosos destinos, tornan a su regreso a la patria, a ser los mismos vehementes luchadores, aferrados a los prejuicios que como sombra funesta arrojan sobre nosotros cuatro siglos de vida colonia!.» Verdaderamente, si al pie del artículo no se leyera el nombre del Dr. Enrique Ohya Herrera, nos resistiríamos a creer que los conceptos antes citados eran suyos. No veo por qué el puente de un navío inglés y el abrigo carifioso de un gran hotel parisiense puedan formar esa encarnación de pensamientos en e/ turista colombiano, hasta el punto de modificar sus ideas y quebrantarie el carácter de noble luchador. Esas trasformaciones podrán, tal vez, operarse en algún campesino sin ta/enta y sin estudios, deslumbrado momentáneamente por fenÓmenos de óptica. Matices-Para que vea, Dr. O/aya, que en la capital de Francia también hay concepción de pensamientos sublimes para refutar las doctrinas del partidito incoloro, oiga cómo describe el P. Félix, desde /a cátedra de Nuestra Se fiara de París a sus correligionarios de Ud. de allende los mares. y lo invito a escuchar las palabras del sabio orador, y no al puente de un navío inglés ni a un gran hotel parisiense, porque el olor a aceite del primero y los vapores de los manjares en el segundo, nada -20dirfan a su clara inteligencia. cSi no tenéis como primera base, dice el orador, principios absolutamente ciertos ¿sobre qué pensáis asentar esa ciencia cuya grandiosa arquitectura nos anunciáis, y cuyo elegante peristilo trazáis de antemano en' vuestras obras?«¿Sobre qué? Ah, sellores, oíd con profundo recogimiento la palabra sacramental de la crítica anticristiana: cLa verdad toda entera sólo se encuentl,a en los matices-o El matiz y siempre el matiz. Ved aquí el punto de partida de esta ciencia tan fina, tan flexible, tan delicada, tan fugaz tan impalpable, que se sustrae a las miradas de la razón popular, para ocultarse tras alguna nube tornasolada, a través de la cual en vano intentaréis buscar el punto que separa un color de otro, porque no descubrís sino matices que se confunden.cEsta imagen os pinta la nueva crítica èn toda su realidad-. «A fuerza de analizar y descomponer ,la luz con el prisma de su genio, os presentan no verdades íntegras y comple~as, sino mitades, tercios, cuartos, décimos o centésimos de verdades; una especie de polvo de verdad que ciega como el polvo del error; y en el que distinguís cuando mucho, en medio de esos resplandores fugitivos, realidades indecisas; menos aún, sombras flotantes de vaguedad infinita-. «Con este procedimiento veréis cómo lo que ·lIamabais falso no es sino un matiz de la verdadero, la que llamabais feo es un -21matiz de lo bello, la que llamabais mal es un matiz del bien, .... que la blanco es un matiz de la negro y la negro de la blanco- .... Mas como la ciencia según los verdaderos sabios, ces la verdad de los principios manifestada en las conclusiones; esa escuela de los matices que niega la verdad absoluta, y por la tanto carece de principios fijos y conclusiones ciertas, debiera tener pudor para no presentarse como científica. c¿Cuál es el teatro, cuáles los actores de esta nueva guerra? Se hace bajo todas las formas de la literatura; en el drama, el folleto, la novela, la revista y el periódico .... ¿Los actores? Una legión de anticatólicos, soldados dispersos de sectas ya olvidadas. Todos esos Voltaires en miniatura, posteridad legítima pero degenerada del patriarca del Ferney, imitan la mejor que pueden su paternidad anticristiana. Sintiéndose impotentes' para reproducir su estilo, reproducen las bufonadas; careciendo de su ingenio la imitan en el odio a Jesucristo y a la 19lesia. Aquí tiene Dr. Olaya, cómo habla un sabio en la primera cátedra de Paris a los legionarios menos falsificados de las ideas modernas. ¿Qué diría si se dirigiera a impios criollos, que han adquirido todas sus grandes concepciones al vaivén de las olas sobre el puente de un navío inglés, a en los grandes hot{!1{esparisienses? Y ¿qué sonrisa de compasión asomaría a sus labios, ~l ver a otras lumbreras incoloras de aquenlO lO -22de los mares? Antes de abrir campana franca o solapé'da contra la Iglesia, sería bien que los tenues y progresistas revisaran sUStítul03, contaran sus soldados y examinaran las fuerzas intelectuales y morales con que cuentan. Protesta-Cuando vi el interminable artículo del Sr. Nieto Caballer~ no tuve paciencia para leerlo todo, ni intención de ponerme a pescar ideas en ese mar de palabras, a fin de refutarlas;"pero al ver que el P. Montoya lo refutaba con argumentos que él había de desechar por ~er teológicos, me provocó escribir cuatro líneas, que estuvieran al alcance de todos. El artículo del P. Montoya me parece oportuno, puesto que su objeto es, no sólo refutar lo~ errores del Sr. 1\lieto Caballero, sino ilustrar las' inteligencias bien cultivadas, para que conozcan mejor el carácter anticatólico de cierta prensa destefiida en política y en religi6n satánica. Yo he creído más propio dejar los canones cuarenta y dos para las grandes batallas, y gastar en la caza de pájaros munición pequefia. Recursos teoJóglcos-Dos cosas hay en Colombia dignas de conocerse: el salto del Tequendama y el ¿doctor? Nieto Caballero; conozco el primero, al segundo no tengo el honor. Este nuevo artículo del cano-nista es como todos los Que escriôe, largo, culto, irónico, dentlfico y lleno de exquisitez. En seis largos párrafos, sombrero en mano e -23inclinado el busto, da las gracias al P. Montoya por la invitación que le hace a la plática del 7 de mayo y porque no le obliga a madrugar. Cúbnse, caballero, no le vaya a perjudicar la niebla y el escaio/rio del alba. Lógica Irresistible-La del Sr. Nieto Caballtro es aplastante y por eso queremos evadirla, (según dice) no sea que nos caiga como trampa de número cuatro. Le distinguimos las dos épocas de la enseñanza liberal y católica; le dijimos que durante la primera los corderos todos estaban en poder de los lobos, y entonces los pastores, dejando seguras las ovejas en el santuario, acudían a las que se hallaban en peligro. Sí, caballero, toda la ensel'ianza laica y obligatorh estaba en poder del Estado, los contados establecimientos que Ud. enumera son precisamente los santuarios seguros en donde quedaban sin peligro las almas. Cuando digo que Jesucristo volvió a las escuelas, hablo de la dominación de los católicos. Entonces fue cuando los Prelados accedieron a las peticiones de varios enemigos de la Iglesia para cohonestar su ulterior conducta .... Pero Ud. aparenta no entender la fuerza del argumento. Cuando Ud. dice, Sr. Nieto Caballero, que toda la argumentación de los Jesuitas en el presente caso se reduce a tratar de responderle a las dos pregunticas que Ud. habia hecho y que creia de dificil solución; -24'demuestra, o no haber leido los articulos, o no haberlos .... ¿cómo dijera? .. ¿entendido? ... no, es muy fuerte .... meditado. Puesto que dicha respuesta ocupaba lugar minimo y secundario en el opúsculo. ¿Para qué no ser francos?, dice usted con su ingénita caballerosidad; pues voy a corresPQnderle con la misma franqueza. No le creo que se mueva usted por el cela, de las almas cuando ab06a porque se envie un sacerdote a la escuela cMurillo Toro •• para dar clase de Religión; no le puedo creer, fporque en dicha asignatura los alumnos tendrían que aprender: en la Dogmática, a obedecer a Jesucristo Dios y a ~Ia Iglesia; en la Apologética a defender los Iderechos ca~ólicos; y en la Moral a no abolir la pena de muerte, a condenar la libertad de imprenta, la de pensamiento, la de palabra y otras por el estilo; en toda ella a militar contra el liberalismo. Si Ud. viera que de la clase de ~eligión en esa escuela se seguía tal perjuicio al liberalismo, y no previera que es un medio de propaganda liberal, y por consiguiente, anticatólica, trabajaría en sentido contrario, so pena d~ ser traidor a sus principios. cEl Espectador' •• de Medemn es hermano legítimo del bogotano, y aquel se muestra indignado porque pretenden establecer clase de Religión en la escuela de Minas de aquella ciudad. Es por .que allá no ven los liberales el modo de neutralizar tales enseftanzas ni les sirve el sacerdote como de pantalla ... l. -25. -Siento como oleadas de vanidad que me suben al cerebro •... dice el Sr. Nieto Caballero. y se la creo; pero no ponga como fundamento de esa vanidad el que le reconozcamos la beligerancia, pues hasta el presente s610 le hemos reconocido ignorancia su pina en Cánones, Exégesis y Teología. Ponga esa vanidad en la cultura de sus frases y po· litez de sus modales, que hacen de Ud. el árbitro de las elegancias, el Petronio colombiano. (Aunque la cita de la boca sin dientes que deja la baba, la de pals-cuti y otras, son palabras fortísimas e indignas de tan tildado Caballero.) Sigamos siendo francos. El Sr. Nieto Caballero propuso al P. Montoya, o que en una plática le explicara ·el proceder del Sr. Perdomo, a que le admitiera una discusión pública (en materias .exegéticas, canónicas y teológicas.) El P. optó por la primero, y ahora se muestra el Sr. Caballero contrariado y hasta ofendido. Por dos razones no le ha aceptado el desafío el P. Montoya: por lástima a Ud. y por respeto al público. ¿Cómo podría el Dr. Pompi/io Martínez, pongamos por caso. aceptar un desafío público en ciencias médicas al sacristán de Somondoco? ¿No sería falta de caridad con el pobre apaga-luces y poca consideración con el público invitado? Y, para no dejar la franqueza, le aseguro que no queremos plivarle del placer de un desafío público. Si quiere, adornamos el salón del Círculo de Obreros con arre- -26glo, banderitas, alumbrado extra y hasta música, y allí tiene un desafío con los nifios de, los obreros, en doctrina cristiana. El programa puede ser el siguiente: per- signarse, el Padre nuestro, el credo, las obras de misericordia, los mandamientos y los pecados capitales.. Le apostaría a que ni a esto llega su ciencia en materias religiosas, Sr. Maestro de Prelados y Doctores. Sensacional descubrimiento - El Sr. Nieto Caballero diCf:: "Yo no soy me- nos que los señores a quienes les propusieTon un debate sobre cuestiones de instrucción." El argumento se puede poner en forma silogística de la siguiente manera: El Sr. Nido Caltallero en Cáno~s y Teologia no es menos que los seftores Olaya Herrera, Ancizar, Canos y Garcia Vásquez en cuestiones de instrucción; es así que el Sr. Nieto Caballero ·ignora hasta los rudimentos de la doctrina cristiana, luego .... La mayor le ¡toca probarla a quien la afirma, nosotros la suponemos bien enterado, puesto que los debe conocer a fondo. La menor quedará p~obada cuando pase el desafío con los chinitos de la escuela; por ahora solo sabemos que el censor de Obispos no ha estudiado ni el vocabularío de la Teología. ¿Pata qué no ser francos? Curiosidades-Llega el cuatro de mayo, los partidos anticatólicos lanzan a las calles de Bogotá una turba ebria de chiella y de sangre; apedrean imprentas y -27colegios, ,insultan y apuñalean a ciudadanos indefensos y reproducen las escenas salvajes del interior del Africa-¿Serán estos los mitingueros patriotas de que habla el doctor Carlos E. Restrepo? Tales mitingueros, al oír la noticia vaga de la actitud hostil de una república vecina, juntan la patrulla profesional y vociferan po~ las calles. Los periodistas republic anos y liberales se ponen nerviosisimos y llenan columnas y 'columnas de su-' posiciones fantásticas y discursos patrioteros-¿S~rán acaso los neurasténicos de quienes habla el doctor Restrepo? Para extinguir la chispa incendiaria lanzada por los neurasténicos y no dejar que los profesionales del desorden lleven a Colombia a la ruina, el jefe de la Nación y el Gobernador de un departamento dictan medidas prudentes y salvadoras. La prensa liberal y republicana, perora, grita, vocifera, insulta, amenaza, llora y gasta litros de tinta y resma s de papel-¿No son estos los alharaqueros sin patriotismo .a que alude el doctor Restrepo? FERNANDO ARANGO, S. J. 5user/base usted a EL MErISAJERO DeL CORAZON ¡JE JESUS es una revista religiosa sentadas en Colombia. de las mejor pre- Instructiva, amena, y baratísima. Instruye deleitando y recrea instruyendo. Tienen concedida sus lectores Bendición apostólica e indulgencia plenaria para la hora de la muerte.-La suscripción por ano no vale sino $ 100. p. m. Admite anuncios. Apartado San Bartolomé-Bogotá. 210. «El Espectador», Jesuítas "Oil Bias» y los en la Catedral» «Los Jesuítas a los sapientísimos teólogos y canonistas de «El Espectador» «Libertad de imprenta» y el presente «Recursos de 105 periodísticos de señores L. E. Nieto Caballero los y Enrique Olaya Herrera y recursos teológico s de los Jesuítas» son los cuatro opúsculos hasta ahora impresos, con el fin exclusivo de neutralizar en cuanto se pueda la propaganda impla, y difundir las verdades católicas. Seguiremos, Dios mediante, publicando otros de palpitante actualidad. De venta en la portería de San Bartolomé y Librería de «El Mensajero>. Los dos primeros: El ejemplar '$ 0,02. La docena '$ 0,20. Los dos últimos: El ejemplar '$ 0,03. La docena 0,30.