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XIX Certamen Cartas de Amor Villa de Mijas (2014) Mención de Honor: “Regina Cordis Mei” de Miriam Alarcón Ramos Capua, 600 a.C. Regina cordis mei: Aquí estoy, en esta ciudad sin luna puesto que tú me faltas. Dicen que las noches son más oscuras y frías, razón tienen pues para mí todo es penumbra sin ti. Te prometí no echarte en falta demasiado, mas todo me recuerda a ti y yo, ¿qué le hago? Extraño tus abrazos que me rodean, tus labios que me besan, tus ojos que me sonríen, tu cuerpo que me desea. Dicen que el amor es efímero, sin embargo yo creo que el amor es eterno. Dicen que en el amor hay traición, por el contrario yo pienso que hay devoción. Cuando respondo esto, todos me preguntan que cómo lo sé y yo, yo solo tengo que mirarte y ver tu corazón. Maldita suerte sea la que se atreva a apartarme de tu lado, y aun cuando sea así, yo, lucharé hasta que el mundo se haya acabado. Dicen que sueño, pero sé que se equivocan, son ellos los soñadores, que siguen persiguiendo el amor cuando yo ya lo tengo. ¡La vida es sueño!, y cierto es, porque ahora vivo un sueño que, como todos, perseguí. Nuestros caminos entrelazados están por un lazo sedoso de color rojo que invisible es, y ahora yo me pregunto quién osará romperlo. También tengo respuesta a eso, nadie. Nadie en este universo podrá con el amor que siento por ti, ni los mismísimos dioses de los que soy hija. Sólo tú decidirás si quieres partir de mi lado, en ese caso me conformaré con verte ser feliz, pero que sepas que sin luchar no me rendiré. Enamorarte cada día puede que sea un reto, mas es mi prioridad y sé que con esta sonrisa te podré deslumbrar, con estas palabras te lograré conquistar y con este anillo te tomaré en matrimonio. Yo hija de la diosa Atenea, la de los ojos de lechuza, y del dios Ares, destructor de hombres, te pido con humildad que aceptes esta proposición de pasar el resto de la eternidad a mi lado, a cambio prometo hacerte feliz y darte cada regalo que desees. Reina de mi corazón, ahora ya me despido, me reclaman y no tengo más que ir sin replicar. Prometo volver a escribirte en cuanto mis deberes me lo permitan pues tú eres mi máxima prioridad. Ego te amo Regina cordis mei, nos veremos pronto mi hermosa latina. Aquilia, tu gladiadora espartana.