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La necesidad Universal del Evangelio Parte IV
El juicio a los que no conocen la ley - Romanos 2.12-16
Introducción: En un nuevo alcance de acusación, ahora toca el turno a aquellos que no conocieron la
ley de Dios. Definitivamente el objetivo sigue siendo el mismo: que nadie escape de quedar bajo el justo
juicio de Dios. Todo ser humano queda indefendible ante el argumento que desarrollan estos versículos
y que poco a poco nos atraen a todos y cada uno, grandes y pequeños, ricos y pobres, “buenos” y
malos.
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Una premisa que debe quedar asentada antes de entrar en el tema, es que: El juicio de Dios será en la
medida de la luz recibida. A mayor luz (conocimiento) mayor responsabilidad.
V.12 Tenemos aquí dos clases de personas a la vista: los que no tienen ley (gentiles) y los que están
bajo ella (judíos). Pero hay un tercer grupo que aquí no es mencionado, la Iglesia de Dios (1 Co.10.32),
por lo tanto, la raza humana se divide en estos tres grupos. De ahí que el tema de hoy no corresponda a
nosotros porque, ni somos judíos, ni tampoco gentiles que ignoremos la verdad de Dios.
El juicio a la Iglesia es en otro aspecto y si quieres indagar más en ello puedes leer 1 Co.11.27-32; I
Pe.4.17; y principalmente los tres primeros capítulos de Apocalipsis.
Observa: La segunda parte del V.12 y el V.13 se refieren a los judíos y la ley y esto se abre como un
paréntesis, ya que los V.14-16 son la continuidad de aquellos que sin ley pecaron
Pecaron sin ley, y sin ley perecerán. La ausencia de la ley pareciera eximir de la responsabilidad ante
Dios, pero contrario a ello, el ser humano sigue siendo responsable en la medida de la revelación
recibida a través de la conciencia. Ro.5.12-14
V.14 Hacen por naturaleza lo que es de la ley. Dios ha depositado en cada ser humano un instinto
innato del bien y el mal. Conocen que mentir, robar, asesinar, adulterar o cualquier otra acción que vaya
en deterioro de otros o de sí mismo está mal. Los únicos mandamientos de la ley que no conocerían
intuitivamente serían los que tienen que ver con los rituales levíticos, pero estos son más bien
ceremoniales que morales. Ellos mismos constituyen su propio código de qué conducta es buena o mala
en base a sus instintos naturales.
V.15 La ley escrita en el corazón. Esto no se refiere a que la Ley de Dios esté escrita en el corazón
pues esta viene por medio del conocimiento de la ley (Ro.7.7-8) sino se refiere a la obra de la ley. La
obra que la ley tenía la intención de mostrar al pueblo de Israel, se ve en cierta medida en la vida de los
gentiles. El hecho de que sepan lo que es correcto y lo que no, muestra la obra de la ley escrita en el
corazón.
Dando testimonio su conciencia. La conciencia es un controlador que confirma este conocimiento
instintivo. Y sus pensamientos están continuamente decidiendo lo correcto o incorrecto de sus acciones.
Prohibiendo o permitiendo.
Un aspecto interesante aquí es que la conciencia tiene la posibilidad de ser modificada o alterada
(aunque esto tampoco exime de responsabilidad) a gusto personal (I Ti.4.1-3) La conciencia es como
una herida abierta que nos guarda y nos advierte acerca del mal, pero aquel que se revela a esa
advertencia, poco a poco la cauteriza, hasta que pierde su efecto protector.
V.16 El día en que Dios juzgará. Una verdad aquí expresada es que Dios tendrá en cuenta los secretos
de los hombres, no solo sus pecados públicos. El pecado que es un secreto en el presente, será un
escándalo abierto en el Juicio del Gran Trono Blanco. Ver Mt.10.17,26 y 2 Sa.12.12
Acerca del V.12b y 13 que se enfoca en los que conocen la ley (judíos) hablaremos la semana próxima
cuando entremos de lleno a la acusación específica del pueblo de Israel.
Tarea: Lee Ga.3.19 a 4.7 para que consideres el tema de cuál fue el propósito de la ley. Resume en tus
propias palabras y tráelo a clase.