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Buenas Nuevas sitio: http://www.buenasnuevas.com << >> email: correo@buenasnuevas.com El espejo de la Palabra por Marcelo A. Murúa mmurua@buenasnuevas.com Evangelio del domingo 7 durante el año – Ciclo C Ser misericordiosos, como lo es el Padre Lc. 6, 27-38 " «Yo les digo a ustedes que me escuchan: amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian, bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los maltratan. Al que te golpea en una mejilla, preséntale también la otra. Al que te arrebata el manto, entrégale también el vestido. Da al que te pide, y al que te quita lo tuyo, no se lo reclames. Traten a los demás como quieren que ellos les traten a ustedes. Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué mérito tienen? Hasta los malos aman a los que los aman. Y si hacen bien a los que les hacen bien, ¿qué gracia tiene? También los pecadores obran así. Y si prestan algo a los que les pueden retribuir, ¿qué gracia tiene? También los pecadores prestan a pecadores para que éstos correspondan con algo. Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, que es bueno con los ingratos y los pecadores. Sean compasivos como es compasivo el Padre de ustedes. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados Den, y se les dará; se les echará en su delantal una medida colmada, apretada y rebosante. Porque con la medida que ustedes midan serán medidos ustedes. »" Continúa el discurso del llano en el evangelio de Lucas, equivalente al discurso de la montaña del evangelio de Mateo. Tras proclamar el programa del Reino en las bienaventuranzas, y señalar con claridad a sus discípulos cuáles son las actitudes que deben vivir para ser sus seguidores, Jesús se dedica a ampliar sus enseñanzas. El mandato de amar a los demás estaba contenido en las enseñanzas del Antiguo Testamento, pero Jesús va más allá de la letra de la Ley para buscar un verdadero cambio del corazón de sus discípulos. El Antiguo Testamento era claro en el sentido de amar al prójimo, pero en la mentalidad y cultura judía se entendía al prójimo como alguien conocido, del mismo grupo, perteneciente al mismo pueblo. Jesús, en su práctica y en sus enseñanzas (notar que siempre encontramos una coherencia de vida entre lo que dice y hace), muestra un camino que supera los antiguos preceptos: se debe amar al prójimo haciéndose próximo de los demás (ver parábola del buen samaritano, Lc. 10, 25-38), especialmente de los preferidos de Dios: los pobres, los afligidos, los que sufren, los que lloran, los perseguidos (ver bienaventuranzas de Lucas, cap. 6, 1 ss). Esta es la propuesta de vida de Jesús, que nos viene a mostrar con su práctica cómo es Dios. El evangelio de Juan nos enseñará que "quien ve a Jesús ve al Padre", por lo tanto en la práctica de Jesús se revela el rostro misericordioso de Dios, que hace salir el sol sobre buenos y malos, y ama por sobre todas las cosas. El evangelio nos invita a ser compasivos, como lo es Dios. Otras traducciones pueden decir "misericordiosos". La palabra "misericoridia" significa "corazón sensible a las miserias". Así es nuestro Dios, el Dios de la Vida, tiene un corazón rico en misericordia y sufre por los pobres, se acongoja con los que lloran, comparte con quienes tienen necesidades reales (hambre, salud,…). La vida pública de Jesús es una permanente pra´ctica de la misericordia como la entiende Dios, es decir con gestos, hechos y actitudes concretas… pues de nada vale decir "Señor, Señor…2 (Mt. 7, 21). Para que venga el Reino hay que vivir como ciudadanos del Reino, coonstructores de vida nueva allí donde nos toque vivir. Las enseñanzas de Jesús son un verdadero desafío ético que replantea el sentido de vivir y de cómo vivimos. Nos hace reflexionar sobre nuestras opciones y prioridades, ¿son las mismas que las del Dios de Jesús? ¿vivimos con la misericordia y compasión que exige confesarlo como Dios y Señor? ¿o nos llenamos la boca con palabras pero no cambiamos el corazón y la vida? Estamos próximos al comienzo de la cuaresma y la voz del profeta Isaías resuena con su actualidad imperecedera invitando a un verdadero cambio de corazón que se exprese en obras concretas de servicio y solidaridad (ver Is. 58, 1-10) a los desposeídos y despojados. Porque, ¿hacer el bien a los que nos aman?… alcanza para ser discípulo. La respuesta está en las palabras de Jesús, exigentes y comprometedoras. No juzgar, no condenar, perdonar, estas son las actitudes que en la vida cotidiana demuestran lo que hay en nuestro corazón. Al final del texto Jesús hace una advertencia, con la misma medida que medimos a los demás nos medirán. Quien ama mucho recibirá mucho amor. Quien viva como Jesús enseña será reconocido por El como su discípulo. Para rumiar la Palabra… - Releer el texto. ¿Qué actitudes nos invita a tener en cuenta? - Repasar las enseñanzas de Jesús en este texto, ¿a qué se refieren? ¿qué tienen en común? - Recordar pasajes de la vida de Jesús donde El viva las actitudes que nos propone. - ¿Qué nos revela el texto sobre Dios? ¿Cómo es el Dios de Jesús, el que anima su vida, el que predica con su palabra y sus obras? Reconocer en la vida de Jesús gestos compasivos y misericordiosos. y fecundar la vida - A partir del texto revisa tu propio corazón y tu compromiso con su Palabra. ¿Qué acciones y actitudes debemos vivir para ser misericordiosos, según las palabras de Jesús? ¿Cómo debemos tratar a los demás? ¿Por qué? ¿Qué significa ser compasivo en nuestros días? ¿Con quiénes sería compasivo hoy Jesús? ¿Adónde nos llama a vivir la misercordia el Dios de la Vida? La Palabra, espejo de vida… "Pongan por obra lo que dice la Palabra y no se conformen con oirla, pues se engañarían a sí mismos. El que escucha la palabra y no la practica es como aquel hombre que se miraba en el espejo, pero apenas se miraba, se iba y se olvidaba de cómo era. Todo lo contrario el que fija se atención en la Ley perfecta de la libertad y persevera en ella, no como oyente olvidadizo, sino como activo cumplidor; éste será dichoso al practicarla" Sant. 1, 22-25 La Palabra es espejo de vida. En la Palabra contemplamos nuestra propia imagen, nuestra existencia, las situaciones que vivimos. La Palabra nos refleja el proyecto de Dios para nuestro tiempo, a nivel peresonal, social y comunitario. ¡Anímate a mirarte en el espejo…de la Palabra! Copyright © Marcelo A. Murúa - Buenas Nuevas.com Recursos Pastorales para la Nueva Evangelización