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TITULO DE LA PONENCIA “Cooperativismo como herramienta de integración en los países del MERCOSUR. Una breve reflexión sobre desarrollo local sus supuestos y el rol de las universidades” AUTORES Paulo de Albuquerque, Peixoto Universidade Federal do Rio Grande do Sul Faculdade de Educação Professor Adjunto Doutor em sociologia Integrante del Núcleo de Economia Alternativa (NEA) da UFRGS Assessor “ad hoc” de la Organización de las Cooperativas do Estado do Rio Grande do Sul Professor do programa de pós graduação em Cooperativismo das Universidades : Universidade do Alto Uruguai (Uri – Brasil) Universidade Federal do Estado do Rio Grande do Sul (UFRGS) Universidade do Vale do Rio dos Sinos (Unisinos) DIRECCIÓN ELECTRÓNICA albuquerque.paulo@gmail.com RESUMEN El Cooperativismo como herramienta de integración en los países del MERCOSUR es posible siempre que las universidades (local privilegiado de construcción de conocimientos) considere las dinámicas territoriales y que este conocimiento sea resultado de una construcción social que potencialize el poder y las riquezas locales a través de la interacción entre diferentes actores sociales que resultan en una complementariedad paradójica. Este artículo busca reflexionar sobre el cooperativismo y el rol de las universidades en la integración regional propuesta por el seminario impulsado por la Universidad de La República, no se propone solamente como un ejercicio lógico intelectual de una hermenéutica disciplinar; apunta a una temática que no sea accesoria, sino fundamental: - para las universidades en cuanto espacio de modelación de procesos de formación (carreras) de jóvenes adultos; - para la red de investigadores de las universidades que participan del Grupo de Universidades del MERCOSUR, que necesita pensar un proyecto de desarrollo diferente del actual que se presenta evidentemente como ecológicamente predador, económicamente inviable, culturalmente excluyente, y políticamente injusto, porque se fundamenta en la lógica de mercados globales. Y esta lógica se define – no por la libertad y por la igualdad, sino por la imposición de nuevas jerarquías. Otros trabajos1 ya apuntaron a cuestiones de índole de qué tipo de integración tenemos en América Latina y que desarrollo hemos tenido. La diferencia está en el espacio, en el territorio y no en sus presupuestos. Como dijo Castels, la división del trabajo no tiene base en las naciones, sino en cuestiones como: - productos de alto valor; - productos de alto volumen y bajos costos - productos transformados (recursos naturales) - productos de reducida transformación y desvalorizados O sea, en una lógica funcional al capital, en el sentido de atender sus intereses, sin preservar aquellos de la comunidad. Así, hay que rescatar el significado de la palabra cooperativismo, que significa: operar/actuar en conjunto o operar con unidad (comunidad); sentido etimológico que se hace necesario considerar porque en América Latina existen cada vez más regiones que son ‘regiones del hacer” y menos del deber. No hay que confundir el territorio con la distancia, ni la geografía con el mapa, pero es necesario reflexionar sobre las diferentes posibilidades de desarrollo del cooperativismo, dado que ellas implican simultáneamente la afirmación de diferentes saberes económicos existentes en las comunidades. Avanzar en la expresión de un pensamiento contrahegemónico a la lógica sectorial, que abstrae beneficios y socializa costos. En ese sentido, este seminario de Montevideo se presenta como un ejercicio de escucha – un desafío epistemológico – que permite construir, independientemente de las áreas de conocimiento, campos de sentido en los cuales cada uno de nosotros consiga percibir que – si la globalización es el código de la modernidad -, el territorio de MERCOSUR – Latinoamérica – es, en cierto sentido, el anticódigo, porque funciona como un mecanismo de micro identificación y espacio de construcción y resistencia (Boisier). Como una estrategia, una manera de imaginar de la cooperación (comunidad). con unidad Es posible pensar el desarrollo local y el quehacer económico como expresión de una sensibilidad solidaria que favorezca el crecimiento de actitudes de compromiso social de las universidades con la integración entre los países de América Latina, en especial Sobre el tema de regiones fronterizas puede verse: Sergio Boisier, “Notas en torno al desarrollo de regiones fronterizas en América Latina”, Revista del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, # 78, abril-junio 1987, Santiago de Chile y también el trabajo de V. Torrijos: “La diplomacia centrifuga. Preámbulo a una política exterior de las regiones”, Desafíos #2, 2000, Universidad del Rodario, Bogotá, Colombia 1 2 MERCOSUR. Y lo es a partir de otra narrativa, de otras utopías, que no necesiten adjetivar el desarrollo. Pensar desarrollo y cooperativismo, remite a reflexionar sobre competencias (no en la perspectiva de la razón instrumental, sino de la razón comunicativa) a partir de una pedagogía política impartida por la universidades fundada en la emancipación, y en la autonomía de aquellos que hacen la producción de la riqueza. Porque desarrollar significa mostrar lo oculto, sus lógicas, sus amarras, buscar la completud2. Eso significa pensar el desarrollo local a partir de una perspectiva transdiciplinaria y de una ética que es fundamental para un compromiso social de aquellos que son los sujetos aprehendientes (asociados de las cooperativas o alumnos). Tener presente que las transformaciones socio económicas y culturales no son solamente eventos de un ‘ser que está ahí”. Estos cambios precisan que sus supuestos sociológicos y epistemológicos sean explicitados y cualificados para que sepamos de qué comunidad de vida (desarrollo) y desde donde estamos hablando 1. Los presupuestos sociológicos La temática del desarrollo local y del cooperativismo se desenvolvió a partir de diferentes perspectivas y, en algunos casos, como alternativa para enfrentar la crisis (perdida de identidad, marginalización, desempleo, etc.) Cuando se habla de desarrollo local, conviene identificar los elementos que fundamentan las percepciones que los actores sociales tienen de ese proceso, porque el modo en como piensan las cuestiones del desarrollo social, apunta a la manera en que se construyen los saberes que – a su vez – influencian las acciones para hacer frente a los problemas que presenta la contemporaneidad latinoamericana. Algunas representaciones o percepciones colectivas son importantes de identificar, porque – mucho antes que pensar en las herramientas de integración en los países del MERCOSUR -, existe la necesidad de sustituirlas, ya que bloquean nuestra acción política. En ese sentido, se puede caracterizar dichas representaciones como: 1. Naturalización del mercado “completad”en la perspectiva de Octavio Paz (La llama doble, Seix Barral, 1993) cuando dice “…somos seres incompletos y el deseo amoroso es perpetua sed de “completad”, todos los simples mortales estamos autorizados a su uso. 2 3 La misma evidencia cada vez más la hegemonía de un modo de hacer la economía y adquiere una amplitud considerable: el capitalismo contemporáneo que tiene en la mundialización de la economía o en la “globalización” su aspecto más destacado (Jeremi Rifkin: 1997, Castells M:1999)3. La fuerza de esa perspectiva es tan significativa que se presenta como camino único (necesario y triunfante) para el desarrollo local, a tal punto que la ausencia de alternativas al mercado sugiere su casi naturalización. En ese contexto, las modalidades de acción se transforman. En una sociedad recortad por el mercado, el Estado no es más capaz de controlar la economía. Por el contrario, él es quien se articula al mercado (como todos pueden percibir en los procesos de privatización de la economía). 2. Innovación tecnológica como equivalente a progreso Factores como el profundo cambio de la estructura del Estado, la regionalización de los países en función de sus capacidades, gobiernos que no dan cuenta de los problemas sociales, porque sus respuestas están cada vez más bloqueadas por un sistema político incapaz de administrar y dar cuenta de demandas crecientemente diferenciadas, sugieren que la alternativa para el crecimiento y/o progreso de una sociedad está en la implementación de nuevas tecnologías, tecnologías sociales. La reforma del Estado y de un proyecto de sociedad empezó con la irrupción masiva de nuevas tecnologías de información (en la esfera productiva, en el campo de la comunicación y de la educación) transformando profundamente no solamente el trabajo, sino también el ambiente cultural. En esa presentación social sobre el progreso fundado en la innovación tecnológica, se evidencia el análisis fragmentado que refuerza el hecho de que no está solamente en la escuela – en el profesor –, la responsabilidad de construir conocimientos y desconsidera los saberes existentes en la comunidad. Se trata de un escenario compuesto por varios personajes y comandado por una concepción de educación contradictoria, pues mientras enfatiza el tiempo gastado en los bancos escolares (el conocimiento sistematizado), en ciertos casos les da a los alumnos únicamente la posibilidad de repetir. Repetir se convierte en la marca enmudecida y vergonzosa, de la incapacidad de una sociedad que niega la posibilidad de construir conocimiento, sin un plan pretrazado de una tecnología productora de resultados y poco autónoma. 3. El pesimismo La preocupación mayor de estas notas no es describer este proceso de mundialización de la economía, sino identificar lo que está por detrás de esta representación de globalización: Un proceso de internacionalización de mercados y intercambios, que se define como vector de modernización capaz de – por el Mercado – ser el único en asegurar cambos o la transformación de la sociedad. 3 4 El pesimismo y la ausencia de responsabilidad social aparecen como representación significativa de la contemporaneidad y están asociados a las características de los cambios en curso. Estos son, por lo tanto, vividos como una fatalidad, y es grande el número de personas que – sin referirse a esta palabra – redescubren una definición trágica para la historia. Los cambios socioeconómicos, por ejemplo, indican que en Brasil (y en el mundo) la gran mayoría de las personas viven en condiciones de miserabilidad y evidencian un comportamiento de “desilusión” frente al presente. Esta desilusión se expresa en la valorización del pasado y en una gran aprehensión en cuanto al futuro y se manifiesta, principalmente, a través de una actitud de resignación y pasividad. Ese juicio se verifica cuando se habla sobre el desempleo, entendido por la mayoría de las personas como el mayor problema de responsabilidad ineludible de los administradores públicos. En esa materia, es como si las personas se sientisen víctimas de una especie de ruptura unilateral de un contrato social en las sociedades contemporáneas: la promesa de pleno empleo que estaba situada en la base del pacto político construido a partir del compromiso social keynesiano (1945/1975). Los principales editoriales de los periódicos del mundo entero señalan la incapacidad de la economía en mantener el nivel de empleo como la primer causa del descrédito pasivo en la economía (39% revuelta, 30% miedo y 67% desconfianza frente al futuro de los hijos, sean ellos niños o adolescentes).4 Los datos y las informaciones revelan que, consecuentemente, la imagen que aparece es la de una sociedad desorganizada y caracterizada mucho más por sus fracasos que por situaciones de éxito. (Lo cual es verdad). Los trabajadores y los ciudadanos son actores sociales en la medida que tienen la posibilidad de pensar formas de articulación entre lo individual y lo colectivo; de expresar sus saberes, explotar y profundar otros modos de hacer las cosas. Un dato significativo e importante para tener presente en los análisis de esa percepción “negativista” del social, es el hecho de que las personas estén conscientes y atentas a los problemas de lo cotidiano. Pero la vida personal o los proyectos íntimos, particulares, parecen estar relativamente inmunizados para pensar alternativas a parti4r de una dimensión más amplia y colectiva. Dicho de otro modo, es posible ser feliz y construir la vida, siempre que no se tenga presente, por así decir, las cuestiones sociales más abarcativas, colectivas, universales. 4. Las ausencias Datos de la investigación Mapeo de la Exclusión/ Migraciones realizada por la Universidad Católica de Pelotas, en 2006. 4 5 La visión negativa del cambio es alimentada y se da en función de algunas ausencias: 1. Ausencia de una interpretación creíble de los procesos y de los fenómenos sociales que están aconteciendo. La fragilidad de las explicaciones dadas por las instituciones sociales o culturalmente creíbles y valorizadas (iglesia, universidad, partidos políticos, porta-voceros gubernamentales, etc.) que , en principio, tendrían por vocación representar los diversos segmentos de la sociedad, ya no convencen ni movilizan más a las personas; 2. ausencia de lo político en su sentido más amplio, pensado en términos no tradicionales de participación activa en la vida de las personas y sin la representación ritualística de las elecciones.5 En verdad, lo social y las cosas que ocurren, aparecen como sueltas, desarticuladas y la sensación es que no hay – y no se sabe – cuales son fuerzas sociales o políticas capaces de conducir cambios; 3. Ausencia de pensamiento crítico y alternativo. El pensamiento único es la expresión cultural de la sociedad, cuya actitud pasiva es confortada y disimulada por el descrédito a priori del pensamiento crítico.6 5. La paradoja de la pérdida Realmente, las personas ya no se sienten comprometidas con el cambio porque estos vienen de arriba para bajo, de los aparatos políticos, y no son construidos a partir de un consenso o de la participación de la gente. Las reformas institucionales que reconocen y buscan crear nuevas condiciones de funcionamiento de un sistema político, se encuentran bloqueadas y no explican las cuestiones referidas a la vida concreta de las personas o a la vida colectiva. Las reformas que se proponen hablan de una consolidación de los fundamentos de la democracia. No se caracterizan por la adopción de procedimientos democráticos renovados en los cuales la revisión de las relaciones entre ciudadanos y administración pública sea reconstruida. Además, la dinámica de los procesos políticos en nuestros países concurre para que tengamos una superposición de diferentes realidades sociales. Es decir que la acción política está sometida y debe dar cuenta de múltiples problemas sociales de base. La gran mayoría de los dirigentes empresariales o políticos no se asumen como responsables directos de los cambios necesarios a la vida y al país. Al contrario, dicen no estar comprometidos con los cambios que ocurren y que, en la realidad, apenas siguen procesos de una realidad global a la cual es necesario adaptarse. 6 En ese sentido el pensamiento crítico se da como un tipo de pensamiento revanchista marcadamente marxista y que debe ser eliminado como lo fueron las sociedades socialistas de tipo comunista. 5 6 En relación al MERCOSUR, la acción colectiva está limitada a los procesos de articulación económica global y a la simultaneidad de la declinación económica de regiones que alcanzarán su punto de obsolescencia tecnológica (regiones económicas agropecuaristas) con la globalización y la apertura de los mercados. La imprecisión sobre a qué grupo pertenecemos, (las dudas sobre los cuadros políticos y culturales del futuro colectivo) , las hesitaciones frente a los mercados globales, el descrédito en cuanto a las instituciones , el sentimiento de pérdida consecutivo a la sensación de impotencia, hace a un futuro. Pasa ser a marca de referencia a un pasado excesivamente hiperidealizado de éxito y desarrollo. Ese escenario constituyente de nuestras sociedades mezcla pérdida, déficit simbólico y un pasivo que se forma a partir de un profundo sentimiento de “minusvalia”, de no ser tratado de forma justa por la sociedad. Esta percepción facilita el asistencialismo populista y el énfasis en el registro de las quejas. Sin embargo, este mismo escenario se abre como posibilidad social innovadora porque esta realidad se reviste de una situación paradójica que es potencialmente capaz de resignificar el presente. El número cada vez mayor de protestas morales de los individuos, aunque puntuales, concurre para la afirmación positiva de valores éticos que implica un compartir información de interés común y abre la posibilidad de acciones conyuntas…cooperativas. Son nuevas conexiones de un proceso de comunicación que se dan – no por la aceptación de lo nuevo por la novedad o por la no-aceptación de lo viejo – sino por la resignificación de los principios que pautan la vida: individual y colectiva. Estas transformaciones que atraviesa la región son importantes porque pueden revelar algunos elementos - de forma y de fondo – que interesan especialmente a las universidades en cuanto espacio de construcción del conocimiento: Cuestiones de forma: Mercado como vector de la modernización y único factor por adonde empezó el cambio (si antes el Estado articulaba la economía, hoy ocurre al revés). Tenemos la afirmación triunfante del neo-liberalismo. Desempleo Afirmación triunfante de la razón instrumental Egotización de la cultura – identidades difusas Cuestiones sustantivas o de fondo: La lógica del mercado y la egotización de la cultura provocan disonancias y ecos individualistas visibles. Un pesimismo cultural que traduce una sociedad desarmada en lo que concierne al futuro colectivo como trabajadores y ciudadanos (sensación de impotencia). 7 Ausencia aparente de control de los cambios por parte del Estado, visto que los cambios se dan en dirección a una adaptación del mismo a una realidad externa. Ausencia de protesta que deriva de la fragilidad de los movimientos asociativos. Identidades difusas (las personas no se sienten comprometidas porque los cambios cuando vienen, vienen de arriba para abajo y no son construidos a partiré de consensos o con participación de la gente. En función de eso, los cambios son vividos y experimentados como problemas de desorden, de desorganización o fracaso. Así los procesos sociales hoy son modelados: Por la marginalización (generada en gran parte por el desempleo) Por patologías económicas y patologías sociales Crisis de identidad de las sociedades latinas que concurren para la ruptura de las redes sociales de pertenencia , así como la inseguridad cada vez más grande en las comunidades (Castel, R. Giddens. A) Dado que la temática de los cambios sociales intersecciona diferentes ideas, diversas prácticas y áreas del conocimiento, es importante considerar los conceptos de crisis y/o de complejidad pues ayudan a repensar los cambios de la sociabilidad , de cognición y de la(s) subjectividad (es) en cuanto trama social damnificada por lógicas productivas que transformarán el “mundo de la vida” en su forma y en su contenido. A nivel macrosocial, estos cambios productivos provocaran masivas migraciones del campo a la ciudad o de las pequeñas ciudades hacia otras más grandes. A nivel microsocial, se percibe la pérdida del sentido de la identidad del trabajador, sea en las regiones industrializadas o agropecuarias. Por otro lado, las nuevas lógicas productivas también posibilitarán el desarrollo de estrategias de supervivencia como condición para adaptarse a un nuevo modelo societario más predador y concurrencial. Sin embargo, por más diferenciadas o creativas que sean estas estrategias se supervivencia de las personas, la inclusión en la red social no se realiza de forma activa. Por el contrario, se encuentra obstruida. Como resultado se produce un progresivo proceso de desfiliación (Castel.M,1991) en el cual se van debilitando los ejes que permitían la inclusión de los individuos o de los grupos sociales. En función de eso, vemos surgir una serie de estrategias de resistencia que buscan dar cuenta de los problemas socioeconómicos7. En Brasil notadamente por los grupos de Economía solidária y en la region del Mercosur el Programa Mercosur Social y Solidario impulsado por 18 ONG’s, de los países miembros. 7 8 Son propuestas pensadas a partir de un quehacer diferenciado que esta fundado en las prácticas asociativas y cooperativas, que no implica el retorno a formaciones caracterizadas como pre-modernas. Son en cambio formas que apuntan más a la necesidad de pensar en relaciones de confianza con el otro, en la posibilidad de participación en la construcción de herramientas sociales (tecnologías sociales) de gestión democrática: en gobernabilidad. En ese sentido – cooperativismo – aparece como herramienta de integración entre comunidades y regiones. Trabaja con la inclusión, pero no cualquier inclusión, sino aquella basada en la concertación de actores, porque parte de una identidad de nuestros procesos de resistencia. Estos significados tienen que ver con el concepto de ética y responsabilidad social, que implica un proceso de construcción dialógica permanente tanto individual como colectivo. En ese sentido, la construcción de una ética trasndiciplinaria interesa a todos, principalmente a las universidades que buscan – a partir de su praxis – crear “consensos posibles” dentro de estructuras de sentido muchas veces discrepantes en relación a la vida de la gente. 2. LOS SUPUESTOS EPISTEMOLÓGICOS Partimos del supuesto que la cooperación es un proceso por lo cual la sociedad civil asume los espacios públicos y a partir de la noción de control democrático (asambleas, consensos) buscan construir otro tipo de sociabilidad fundada en el discurso argumentativo de la solidariedad y del reconocimiento del otro8 Proceso que se desarrolla simultáneamente con otras acciones colectivas9 de producción de saber, cultura y conocimientos sobre sus condiciones de vida (en un sentido amplio) que no excluye la contradicción. Por el contrario, “mirarse en los otros es querer ser visto por sí mismo” (J.J. Rousseau, en su discurso sobre la imagen de la desigualdad). Pero, de este reconocimiento nace el ideal de autenticidad individual y colectivo propuesto por el cooperativismo. Por lo tanto, el primer elemento conceptual que utilizamos para pensar el desarrollo local y la cooperación tiene que ser la complejidad, ya que los proyectos de sociedad (desarrollo) implican asumir la perspectiva de otro tipo de orden, no derivado del 8 Nuestro concepto esta basado en las ideas del alemán Axel Honneth en su libro: Luta por Reconhecimento - A Gramática Moral dos Conflitos Sociais. Una lucha social solo es social a partir del momento en que se generaliza para allá de las intenciones individuales, tornándose base para un movimiento colectivo. 9 9 pensamiento cartesiano que expresa la realidad a partir de categorías explicativas excluyentes. Diríamos que pensar el desarrollo local – macro, meso y micro – articulado con el cooperativismo, permite comprender la sociedad como un sistema abierto a través del cual es posible el intercambio entre grupos sociales; posibilita tener presente otro padrón de comportamiento que puede potenciar no solamente los recursos existentes , sino también la historia y la cultura local. Si cada miembro de una familia, de un grupo o de una institución se enriquece a través de la múltiples relaciones que desarrolla, entonces, cuanto más grande sean los intercambios, más consistencia tendrán los individuos porque su identidad se forja en la diversidad de los espacios sociales. Segundo punto que fundamenta pensar la cooperación y el cooperativismo como herramienta de integración entre los países está en la concepción del cambio como proceso. Proceso que se explica (plica en latín significa doble) de forma discontinua y a través de sistemas auto-organizadores. Es decir, todo fenómeno de auto-organización viene acompañado por una desorganización del ambiente, del sistema que se autoorganiza. Eso involucra aceptar que la introducción de cambios en un sistema dado produce alternaciones capaces de hacer que un modo de acción se diferencie, potencializando todavía más las posibilidades de supervivencia porque exige una complementariedad: que el otro –diferente -, pueda hacer parte de mi existir. Dicho de otra manera, si s se entienden los sistemas sociales como sistemas cooperantes y auto-organizadores, se puede tener por supuesto que el cambio introduce otro orden a partir del orden anterior, y en el desorden que de allí se deriva está la capacidad de que el grupo o comunidad actúen como seleccionador de pares, de elementos que nos ayuden a dar cuenta de problemas mediatos e inmediatos. Un tercer elemento apunta al concepto de obstáculo, en la perspectiva de Gaston Bachelar, que establece como supuesto: la relatividad y la incompletitud del conocimiento. La transformación de los obstáculos se presenta como momento de tensión necesario al cambio de conductas habilítales o que – en última instancia – abre posibilidad de una acción innovadora. Un cuarto elementos está constituido por la compresión de la noción de que la realidad procede de una construcción social, y por lo tanto debe ser asumida como incompleta, como una perspectiva y no como verdad absoluta. Esta concepción remite a tener presente la diferencia entre invención, deslumbramiento e innovación social. Siempre hay algo importante que se nos escapa y ser humano es eso: darse cuenta, feliz o infelizmente, que las cosas – inevitablemente – se nos escapan. De esta manera, consideraos que el hacer económico de las personas o grupos en las comunidades preexiste a nuestra conceptualización. Por eso creemos que relativizar el 10 saber de la Universidad es importante: porque nos hace tener en cuenta los saberes sistematizados existentes en una sociedad amplia y compleja, y en las posibilidades de articulación de los saberes conocidos/raros, ejercitando la tolerancia como factor de comprensión. Para eso es necesario que las universidades desarrollen una ética en la perspectiva trasnsdiciplinaria, porque así será posible “mirar” una articulación compleja de las siguientes dimensiones: del pragmático, del ético y del estético en la medida que estas dimensiones definen las posibilidades de una construcción colectiva comprometida con un propósito de integración regional y con un compromiso trascendente al aquí y el ahora. Ese propósito es lo que para Hanna Arendt podría ser considerado la condición humana par evitar la labor ecosuicida mediante la cual pensamos estar construyendo la vida. Un parámetro pragmático porque toda la construcción de la realidad (el desarrollo local y sostenible, por ejemplo) se origina en el accionar diferenciado de un comportamiento habitual de una comunidad, grupo o individuo sobre una realidad considerada problemática. Un parámetro ético porque implica – en referencia a la subjetividad – saber el modo como las personas actúan en relación a la naturaleza y a otras personas. Por último, un parámetro estético, porque considera los sentimientos, las sensaciones de malestar y bienestar en relación a la realidad considerada problemática, sabiendo que ese movimiento será un hecho incompleto. Tomamos como referencia ese conjunto de conceptos para el análisis de las transformaciones socioeconómicas y podemos (sin ser muy originales) decir que cada vez más debemos tener presente que somos seres simbólicos, gestuales, relacionales y biosocioculturales. Y que, pensar los cambios sociales a partir de dichos seres pasa a ser el punto de inflexión de una lógica, dado que los mismo aportan elementos interesantes para reflexionar como los programas de educación e investigación en las universidades pueden o no transformar un orden antiguo en otro nuevo. Entendemos que desconocer estos movimientos, ayuda al desconcierto frente a situaciones de fracaso o de bloqueo cuando se piensa tanto el trabajo de formación y capacitación de jóvenes adultos dentro de la Universidad como el desarrollo local a partir de una economía para la cooperación. Sin ser una prescripción, como imperativo de justicia social, los desafíos son: Construir escenarios comunes en la realidad en mutación Identificar las redes de poder socio-territoriales Clarificar cuadros colectivos (investigación, formación técnica, porque los grupos cooperativos no tienen anemia schumpeteriana) 11 Desarrollar cadenas de valor en las principales cadeanas productivas y articularlas Construir tecnología social para promover densidad en los sistemas productivos locales Buscar “parteners” tecnológicos (agregar fuerzas) Construir redes internas y externas (lenguaje común) Buscar apoyo institucional (universidades, centros de formación) Porque si replicamos procesos interdependientes, el supuesto hobbesiano de transferencia del poder por el miedo y la violencia, no tiene sentido. Son nuevas conexiones de un proceso de comunicación que crean otros sentidos, que se dan y se reiteran, no por la aceptación de lo nuevo como novedad o por la no- aceptación de lo viejo- , sino en la resignificación de los principios que pautan la vida. En síntesis: Cooperativismo como herramienta de integración en los países del MERCOSUR es posible siempre que las universidades (local privilegiado de construcción de conocimientos) considere las dinámicas territoriales y que este conocimiento sea resultado de una construcción social que potencializa el poder y las riquezas locales a través de la interacción entre diferentes actores sociales que resultan en una complementariedad paradójica. Por eso en este Seminario de Montevideo es una razón a más para pensar: Emancipación de los individuos y autonomía de las comunidades; Procesos endógenos de cambio – estrategias innovadoras Empoderamiento de los grupos asociativos y cooperativos Pensar otras formas de pertenencia y pertinencia Promover concertación social y pactos Aprendizaje colectivo Innovación tecnológica La incorporación de conocimientos – tecnologías sociales – para dar respuestas creativas a los problemas presentes. Referencias bibliográficas: ARENDT, Hanna. 1999. “A condição Humana” 9 edição. Rio de Janeiro: Editora Forense Universitária.. BACHELARD, G. 1985. O novo espírito cientifico. Rio de Janeiro:Ed. Tempo brasileiro. CASTELLS, M. 1991. “ O poder da identidade” São Paulo: Ed. Paz e Terra.. _____________ 1999 “A sociedade em rede”Ed. São Paulo: Paz e Terra. CASTEL, ROBERT. 2001. 5 edição “A questão social”. São Paulo: Ed. Movimento. 12 GIDDENS, A. 2000. “Mundo em descontrole. 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