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III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia EL GÉNERO Y OTRAS ENCARNACIONES EN LA ANTIGUA SOCIEDAD MEXICA Eliseo Linares Villanueva 1 Jeanette Chacón Reynosa 2 Resumen-Desde las visiones de la sociología en este trabajo se analizan las encarnaciones de género y algunas maneras de formación del cuerpo entre los mexica, el grupo indígena que a la llegada de los españoles dominaba casi toda Mesoamérica. Particularmente se tratan las asunciones de género y corporales ubicadas dentro de la norma y aquellas que eran consideradas transgresoras por esa sociedad mesoamericana. Palabras claves-Género, cuerpo, incorporación, encarnación, mexica, Mesoamérica. Introducción El presente documento trata sobre las encarnaciones de género y algunas maneras de formación del cuerpo entre los mexicas, una sociedad estratificada que entre los siglos XV y XVI de nuestra Era llegó a dominar casi toda Mesoamérica mediante guerras de conquista.A su llegada los españoles encontraron una sociedad mexica joven y en pleno proceso de expansión imperial. Dicho proceso lo habían iniciado los mexica una centuria antes y ya conformaba un imperio que dominaba casi todo el centro y el sureste de Mesoamérica. En el oriente y el poniente los límites de su dominio llegaban al mar, al norte y al occidente lo limitaban las zonas purépecha, chichimeca y huasteca, y al sur el límite era Xicalango en la parte alta pero presentaba una franja de dominio que bajaba al Soconusco y llegaba hasta el lago de Atitlán. Al final del gobierno de Moctezuma II en 1520, el imperio integraba treinta y ocho provincias tributarias. Debido a que los mexica constituían la principal fuerza derrotada en Mesoamérica, y la necesidad de evangelizarlos, una vez finalizada la conquista, los cronistas españoles se dieron a la tarea de registrar sus costumbres, su estructura social y las especificidades de su religión. Algunos cronistas, como Fray Bernardino de 1 El maestro Eliseo Linares Villanueva es investigador de base del Centro INAH-Chiapas en el área de arqueología. Actualmente pertenece a la 3ª. promoción del programa de Doctorado en Estudios Regionales (DER) de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH). 2 La doctora Karla Jeanette Chacón Reynosa es coordinadora de la Maestría en Estudios Culturales de la UNACH y docente en el DER de la misma universidad. ISBN: 978-607-9348-03-8 4 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia Sahagún, fueron verdaderamente notables y gracias a ellos tenemos hoy información cultural detallada y valiosa de los pueblos de habla náhualt que integraron esa sociedad indígena. El presente trabajo retoma mucha de esa información. En el análisis de las encarnaciones de género entre los mexica en este trabajo se considera, al igual que lo hace García Selgas (2010) y Le Bretón, que en la configuración del género se cruzan cuerpo y sociedad y que las diferencias en la corporalidad de hombres y mujeres resultan ser específicas y situacionales, con un carácter marcadamente histórico, como resultado de lugares y tiempos determinados. Igualmente, se considera que las encarnacionesvan más allá de los aspectos biológicos y que son el resultado de la acción del cuerpo en sociedad incluyendo su gestualidad, sus movimientos así como la interacción con otros cuerpos, esto es, el cuerpo como una relación con el mundo. También, se considera que las manifestaciones del cuerpo entre los mexica fueron expresiones del biopoder, en los términos que definiera Foucault (1992) en el análisis del poder situado en el cuerpo, no sólo, como se verá, con lo que deseaba cada cuerpo mexica para si mismo mediante la disciplina y el autocontrol, sino también con lo que su sociedad marcaba dentro y fuera de la norma corporal, actuando a través de la familia, el barrio, la clase social o la etnia y que establecía la manera de ser formado, amonestado y corregido corporalmente. Además, se considera que en el cuerpo mexica se inscribieron valores significado sociales traducidos en distintos encarnamientos o habitus, en el sentido que lo define Bourdieu (1991) de esquemas que estructuran la acción del actor social, del cuerpo en interacción. Género y mito de la creación El establecimiento del género entre los mexica tenía como base a su visión dual del cosmos, fincado en los principios femenino y masculino, derivada ésta, a su vez, de la creencia de que los seres y los dioses surgieron de una pareja mítica primordial: Ometecuhtli y Ometecihuatl, “señor y señora de la dualidad” (Soustelle, 1968:1001102). Dicha visión, se afirma, no conllevaba un equilibrio perfecto de fuerzas: […] basados en el valor de los símbolos numéricos, se puede deducir la proporcionalidad de lo masculino y lo femenino en el cosmos: hay el trece como ISBN: 978-607-9348-03-8 5 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia número que representa lo masculino y un número menor, un nueve, para lo femenino. (López Austin, 2012:2) Los dioses, por su parte, mediante sacrificios y en distintas épocas o “soles”, crearon al mundo y a diferentes humanidades.En el quinto sol, nacido de la sangre y el sacrificio de los dioses, el dios Quetzalcóatl creó a la humanidad actual con el polvo de los huesos de los antepasados. De ese polvo nacieron un hombre y una mujer llamados Oxomoco y Cipactonal, considerados los macehualtin, “los nacidos del sacrificio”, “los eternamente en deuda con los dioses”. A estos macehualtin dio Quetzalcóatl el maíz para su sustento (León-Portilla, 1979) Mediante esas imágenes poderosas que incluían la formación del cosmos, los dioses, el mundo y la humanidad misma, los mexica naturalizaron los géneros masculino y femenino además del sacrificio humano 3 en su sociedad. Rostro y corazón en la formación del cuerpo Los estudiosos de la cultura mexica afirman que en ella no se hizo la separación entre cuerpo y mente, se hablaba de un conjunto formado por las partes físicas, el razonamiento y los estados de ánimo, que daban como resultado una persona auténtica, representado por la frase metafórica ixtli in yolllotl (el corazón en el rostro), esto es, la persona y su forma de ser (López Austin, 1984). El dar rostro y formar el corazón era en sí la manera de formar el cuerpo en buen funcionamiento con la comunidad. Una tarea de esa naturaleza era llevada a cabo por los padres y las madres, así como por los temachtiani y los tlamitini (los maestros y los sabios) quienes se encargaban de la educación de los niños y los jóvenes. Acerca de la labor del maestro se decía que: Hace sabios los rostros ajenos, hace a los otros tomar una cara(una personalidad), los hace desarrollarla. Les abre los oídos, los ilumina… Cualquiera es conformado por él, es corregido, es enseñado. Gracias a él la gente humaniza su querer y recibe una estricta enseñanza (Códice Florentino, citado en León-Portilla y Silva, 1991:10) 3 Soustelle (1986:103) menciona el mito de la creación del sol actual por el sacrificio del dios Nanahuatzin, pero: “[…] este nuevo sol permanecía inmóvil; necesitaba sangre para iniciar su movimiento. Entonces los dioses se sacrificaron y el sol […] comenzó su curso por el cielo”. Sin embargo el movimiento no es definitivo por ello los humanos tienen la obligación, al ser creados por el sacrificio, de dar su sangre para que el sol prosiga su marcha y la vida continúe. ISBN: 978-607-9348-03-8 6 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia Para formar el cuerpo los padres, las madres, los abuelos y abuelas, ejerciendo su Tlacahuapahualiztli (capacidad o arte de educar a los hijos), amonestaban, enseñaban con el ejemplo, corregían, daban consejos (León-Portilla, citado en Villagrana, 2010). Muchas de tales amonestaciones y consejos llegaron hasta nuestros días rescatados en los primeros años de la Colonia por los cronistas españoles, particularmente por Fray Andrés de Olmos, con el nombre de Huehuetlatollis o antigua palabra (León-Portilla y Silva, 1991). Pero el desobedecer las reglas implicaba no sólo exhortaciones y consejos, sino también el castigo del cuerpo, muchas veces de manera sangrienta y mortal para implantar el autocontrol, la templanza, la prudencia, el respeto por los demás y el gusto por el trabajo. Cuerpo y Tonalámatl En la formación del cuerpo también intervenían los dioses manifestando sus designios en el tonalámatl o tonalpohualli (“cuenta de los días” o calendario sagrado) según el día del nacimiento de la persona, pues dependiendo de ello podía tener buen o mal destino (Sahagún, 1957:397). Un sacerdote especialista en ese calendario, el tonalpouhqui (“contador de los días”), determinaba si la persona había nacido en día nefasto, y de ser así “corregía” tal situación presentando e imponiendo el nombre al infante en un día favorable 4. No obstante haber nacido en un buen día o “corregida” su fecha de nacimiento, el infante podía perder su buena fortuna por negligencia o mal comportamiento. Al respecto Sahagún (1975:223) menciona: Y más, decían que aunque naciendo una criatura tuviese carácter bien afortunado, si no hacía penitencia, y si no se castigaba, y si no sufría castigos que se le hacían y las palabras celosas y ásperas que se le daban, y si era de mala crianza, ni andaba en camino derecho perdía todo cuanto había merecido por el buen signo en que nació. Género y nacimiento 4 Para un nacido en día de buena fortuna Sahagún (1975:397) registra lo dicho por un tonalpouhqui a los padres del niño: “En buen signo nació vuestro hijo; será señor, o será senador, o rico o valiente […]”. De igual manera para un nacido bajo mala fortuna el sacerdote mexica decía al padre y a la madre: “No nació en buen signo el niño, nació en signo desastrado, pero hay alguna razonable casa que es de la cuenta de este signo, lo cual templa y abona [mitiga, neutraliza] la maldad de la principal”. ISBN: 978-607-9348-03-8 7 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia Al tomar en cuenta la información proporcionada por Fray Diego Durán (citado por Matos, 1994) y por Fray Bernardino de Sahagún (1975:28), es posible notar como los bebés al nacer eran tratados de acuerdo a su sexo, iniciando con esos actos la definición social de la pertenencia a un género y el comienzo de un habitus: si era niño, su cordón umbilical era sepultado en el campo de batalla o en las milpas, ligándolo de manera simbólica a un futuro de espacios abiertos como guerrero o como agricultor. Si era niña, el cordón se enterraba dentro de la casa, cercano al fogón, uniendo simbólicamente su futuro a los espacios domésticos cerrados y a los quehaceres del hogar como ama de casa y madre. En el mismo sentido, dichos cronistas registraron los regalos y los vestidos que se daban a los bebés al nacer: al niño un maxtlatl y un tilmantli (braguero y capa masculinos) y juguetes de madera con forma de escudos y macanas; a la niña un huipilliy una cueitl (blusa y falda femeninos) y juguetes pequeños de barro con forma de trastos de cocina y husos para hilar. En una ceremonia en la que se impuso el nombre de Yáolt a un reciénnacido, Sahagún anota el actuar de la partera y lo que ésta dijo al niño: [La partera] comienza a dar voces y habla como varón con el niño y dícele de esta manera: “Yáolt, que quiere decir hombre valiente, recibe, toma tu rodela, toma tu dardo, que estas son tus recreaciones, y regocijos al sol”. Y luego le ponía la mantilla atada sobre el hombro y le ciñe un maxtli. (1975:400) Así también anota los cantos de los mozuelos del barrio dedicados a ese niño. “¡Oh Yáotl, oh Yáhotl, vete hacia el campo de las batallas, ponte en el medio donde se hacen las guerras! ¡Oh Yáotl, oh Yáotl, tu oficio es regocijar al sol y a la tierra 5 […]” (1975:400).De igual manera anota las palabras dadas a una niña recién nacida: “Habéis de estar dentro de la casa como el corazón del cuerpo […] habéis de ser la ceniza con que cubre el fuego del hogar” (Sahagún, citado en Soustelle, 1986:107). La diferencia en el trato también es evidente en las primeras palabras que dirigen los padres a la/al recién nacida/o: 5 El sol y la tierra conforman otra dualidad simbólica de los mexicas, en este caso la dualidad metafórica de la economía basada en la agricultura y la extracción de tributos mediante la guerra. Esta dualidad también se representará en la parte alta del Templo Mayor de Tenochtitlan, la capital de los mexicas, con los templos gemelos de Tláloc, dios del agua y la agricultura y de Huitzilopoctli, dios del sol y la guerra. ISBN: 978-607-9348-03-8 8 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia Padre al niño: “Hijo mío, mi collar de jade, mi pluma preciosa, has venido a la vida, has nacido, has venido a salir a la tierra, en la tierra del Señor Nuestro”. (León-Porilla y Silva, 1991:49) Madre a la niña: “Ahora mi niñita, tortolita, mujercita, tienes vida, has nacido, has caído a mi seno, de mi pecho. Porque […] te formó menudita tu padre, tu señor. Ojalá no andes sufriendo en la tierra”. (León-Portilla y Silva, 1991:91) Con esas metáforas cariñosas se establecía que la fuerza, el valor y templanza eran características del género masculino, mientras que las del género femenino eran la ternura, la abnegación y la debilidad. Se debe mencionar, que no obstante ser la mexica una sociedad compleja, en la cual había distintos estratos sociales (campesinos, comerciantes, guerreros, sacerdotes y nobles), los rituales de nacimiento eran básicamente los mismos en cada uno de ellos, sólo variaba la cantidad y riqueza de los regalos. Igualmente es de resaltar que en los registros de estos y otros asuntos relacionados con el género, los cronistas con frecuencia hicieron referencia a la división social entre los pipiltin y los macehualtin, 6 es decir, entre los nobles y la gente común. Género femenino De los tres a los quince años la educación de las niñas estaba completamente bajo el encargo de sus madres. Aprenden a formar sus cuerpos mediante la imitación, las amonestaciones, los castigos, la ejecución de las actividades del hogar y la asunción de actitudes de mujer. Entre los consejos que una madre macehual daba a su hija estaban los siguientes: -Ponte junto al agua, junto al metate, y bien coge, toma el molcajete, el canasto. -No vayas buscando discusión ni rías sin motivo. -No sigas a la gente con la mirada, no la mires de frente. -Canta, habla, conversa, responde, la palabra no cuesta -Hazte cargo del huso y la tablilla de tejer. -El trabajo da sabiduría, honra. -No te dejes vencer por la flojera. -Responde a la primera llamada, no provoques enojo, se obediente. -Guarda los buenos consejos en tu corazón. -No te burles de la gente, se respetuosa -No seas caprichosa, al hacer sólo tu voluntad te envileces. 6 El término macehualtin, que originalmente había referencia a la humanidad en general, antes de la conquista española ya había variado para referirse al campesinado y a los plebeyos. ISBN: 978-607-9348-03-8 9 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia -Note hagas amiga de los ladrones, las malas mujeres, los entrometidos ni de los rijosos, dedícate a tu casa.(León-Portilla y Silva, 1991:91-98) Las madres pilpiltin por su parte aconsejaban: -Eres noble, no te deshonres ni nos deshonres, usa tu discreción y tu razón. -Eres mujer y como tal tienes formas de ser de día y de noche. - No seas dormilona, levántate a la media noche a orar a los dioses -Comienza luego tu oficio de hacer cacao, moler maíz, hilar, tejer, guisar. -Aprende a preparar buena comida y buena bebida, así serás honrada y amada. -Aprende a tejer, a bordar, a pintar las telas, no dejes de aprender por negligencia o pereza. -Si no aprendes dirán de nosotros que no te enseñamos lo necesario. -No te des al deleite de la carne, a la lujuria, eso nos infamaría, y si has de venir a esto, más valdría que te murieras. -No escojas hombre para marido, acepta al que te demande, lo han enviado los dioses para ti. -Viste de manera honesta y limpia, que no sea presunción ni vileza tu ropa. -No hables demasiado rápido ni demasiado bajo, que tu palabra sea honesta, el sonido bueno y la voz mediana. -No camines demasiado rápido ni demasiado lento, lleva un paso medio pues lento da idea de pompa y rápido de desasosiego. -No te encorves ni llevesla cabeza muy inclinada ni muy erguida. Camina derecha y con la cabeza poco inclinada. -No andes mirando para todos lados, no mires enojada, mira serena. -No te pintes la cara, eso es señal de mujer mundana y carnal. -Atavíate y lávate con discreción, que no digan que eres regalada. -Mantente virgen hasta el matrimonio, de no hacerlo serás despreciada -Cuando te cases, respeta a tu marido, no lo menosprecies -No cometas adulterio, será una deshonra para todos y la muerte para ti. 7 (Sahagún, 1975:345-352) En caso de que los consejos y las amonestaciones no funcionaran, tanto entre los pipiltin como entre los macehualtin, para hacer cumplir la norma, se castigaba al cuerpo mediante golpes con varas, rasguños y punciones con espinas de maguey, aspirar humo de chile, dejar sin comer o interrumpiéndole el sueño (Soustelle, 1982:73). En esta construcción del cuerpo (del rostro y del corazón) era muy importante crear el sentido del trabajo en casa y garantizar en las adolescentes la templanza y la abstinencia sexual como valores importantes de la comunidad. 7 En las llamadas leyes de Netzahualcóyotl, quizá un grupo de normas consuetudinarias adjudicadas al rey de Texcoco, se establecía la muerte por lapidamiento a los adúlteros encontrados in fraganti. ISBN: 978-607-9348-03-8 10 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia Después de los 15 años, las niñas pipiltin, ya encarnadas como mujeres, podían ser entregadas en matrimonio o ingresar a un templo en calidad de “monjas”. Este enclaustramiento podía ser temporal si la chica era pedida en matrimonio. Sobre esta costumbre, Sahagún apunta: […] y si era mujer, era servidora del templo, que se llamaba cihuatlamacazqui, había de ser sujeta a las que regían esta religión, y había de vivir en castidad y guardarse de todo deleite carnal y vivir con las vírgenes religiosas que llamaban las hermanas y que vivían en el monasterio […] y que estuviese allí hasta que se casase sirviendo a Tezcatlipoca […]. (1975:401-402) Las niñas macehualtin después de los 15 años también asistían a un templo y algunas se enclaustraban definitivamente y otras no. Éstas segundas, pertenecientes al telpochpan (escuela, lugar para jovencitas), regresaban todos los días a sus casas. En el templo barrían y limpiaban y aprendían a bailar y danzar en honor a los dioses guerrerosMoyocoya, Tezcatlipocay Yáoltl (Sahagún, 1975:402). Las que se quedaban en el templo como monjas o sacerdotisas llevaban una vida austera de trabajo intenso. Tenían como marcas corporales varias cicatrices de cortes diagonales en el pecho y las costillas. Portaban el pelo corto, el vestido muy humilde y un collar llamado yacualli(de cordón, de hilo). Su trato era serio, llevaban la mirada baja y ayunaban constantemente. Se levantaban en la madrugada para hilar, tejer, participar en rituales en honor a los dioses y para preparar alimentos destinados a los sacerdotes. En las noches, a diferentes tiempos, se levantaban para ofrecer incienso a los dioses (Sahagún, 1975:402; Las Casas, 1967:47) La edad adulta deparaba a las mujeres las encarnaciones principales de amas de casa, esposas, concubinas 8 y madres; sin embargo, el caso de las monjas, muestra que podían tener un futuro fuera de los espacios domésticos. También había encarnaciones y otros nichos, casi todos asumidos en los espacios cerrados del hogar, que las mujeres podían abarcar y que se combinaban con los naturalizados de orden femenino 8 De acuerdo con Flores y Elferink (2009:207-208), el matrimonio común era el monogámico; no obstante,la sociedad mexica permitía la poligamia para todos aquellos hombres laicos que tuvieran medio para sostener más de una familia. En esos matrimonios siempre había una esposa principal, siendo las demás secundarias. A estas últimas esposas los cronistas españoles las registraron como concubinas para hombres casados o teichtacamecauh. Los autores, siguiendo información de Las Casas, también mencionan que había concubinas para jóvenes solteros pilpiltin, denominadas temecauh. ISBN: 978-607-9348-03-8 11 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia como eran los de partera, médicas, vendedoras en los mercados y, en algunos casos, orfebres y productoras de arte plumario (León-Portilla, 1979). Había otra encarnación, la de ahuiani (alegradora, juguetona, la que huele bien), que los cronistas españoles tradujeron como prostituta, mala mujer o mujer pública 9. De ella decían que: […] anda como borracha y perdida, y es mujer galana y pulida, y con esto muy desvergonzada; y a cualquier hombre se da y le vende su cuerpo, por ser muy lujuriosa, sucia y sin vergüenza […] Es andadora, o andariega, callejera y placera,ándase paseando, buscando vicios, anda riéndose, y nuca para y es de corazón desasosegado. (Sahagún, 1975:562) A estas mujeres se le identificaba, informa Sahagún (1975:62), por el uso de pintura facial y tintes dentales: principalmente usaban el amarillo de axin (aje) para maquillar el rostro, y rojo grana para teñir los dientes. Además de estar siempre adornadas, se perfumaban con sahumerios y tenían la costumbre de masticar xictli (chicle). Según Flores y Elferink (2009), a pesar de que la prostitución no era legal en la sociedad mexica, tenía aspectos positivos y en ciertas festividades y actos era bien vista, por ejemplo antes de entrar en batalla era permitido a los jóvenes guerreros tener relaciones sexuales con prostitutas pues, se creía, con ello se garantizaba la victoria. Género masculino En el caso de los niños la educación de los 3 a los 15 años quedaba bajo la responsabilidad del padre, y, al igual que en las niñas, la formación del cuerpo se lograba a partir de la imitación de las actividades consideradas propias de su género y la obediencia a su mentor. El padre, en este proceso de formación, aconsejaba, amonestaba y, de ser necesario, castigaba cuando el niño no obedecía o rompía las normas. Los castigos tanto para los niños macehualtin como para los pipiltin eran básicamente los mismos, ya mencionados páginas antes, no así las actividades que debían realizar de acuerdo a su diferencia social básica y a los consejos que recibían 9 Para Flores y Elferink (2009), en el asunto de la prostitución entre los mexicas los cronistas españoles malinterpretaron con frecuencia. En principio, afirman, los españoles no sólo dieron una connotación negativa a la prostitución, sino que también incluyeron en ella relaciones sexuales que no tenían fin comercial como las que practicaban las maqui y las motetlaneuahtiani para los soldados y otros hombres en contextos ceremoniales. Veáse un comentario similar en Soustelle (1982:175). ISBN: 978-607-9348-03-8 12 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia de sus padres. Entre los consejos dados por un padre macehulallia su hijo se encontraban los siguientes: -Muéstrate fervoroso ante los dioses, sírvelos, ellos te formaron. -Debes ser amable, saluda a todos -Ama, agradece, respeta, obedece y teme a tus padres, lo merecemos. -Sigue el buen camino, no te embriagues, no te drogues porque eso será tu perdición 10. -No te burles, no causes agravio a la gente, respeta a todos. -Debes ser humilde y discreto, vivir con alegría pero sin escándalo. -Conversa con propiedad, no ganes ni cortes la palabra, no seas chismoso ni calumnies. -No busques siempre la buena apariencia, eso quita tiempo, atrapa. -Cuando camines, no mires para todos lados, ve de frente. No mires a la gente a la cara. No muevas la cabeza con presunción. -Si recibes y tienes lo necesario, no te envanezcas, si no recibes no tengas envidia, así lo decidieron los dioses. Toma sólo lo que es tu mérito, lo que te pertenece. -No desees la mujer ajena, no te inmiscuyas con lo ajeno, no cometas adulterio -Trabaja como yo lo hice, recoge leña, labra la tierra, siembra nopales, siembra magueyes. Así tendrás comida y bebida. Así tendrás vida y honra. (León-Portilla y Silva, 1991) Por su parte los padres pipiltin daban a sus hijos consejos como los siguientes: -Sirve a dios y serás bienaventurado -Este mundo es difícil y peligroso por ello debes estar atento y ser listo. -Guarda mis consejos como si fueran piedras preciosas u oro. Me fueron dados por mis antepasados que tuvieron dignidad y principados. -Tienes una gran crianza, pero debes ser humilde, no desprecies al inferior ni lo tengas en poco. -Mira las virtudes de tus antepasados y de tus parientes, imítalas. Dios los ha elegido para gobernar -No hagas niñerías, ora reverentemente, actúa con humildad, obedece, no se le da cargo notable al atrevido, al disoluto al hablar. Debes ser cuerdo, prudente, muy pacífico y reposado. -Si eres elegido para un cago importante no te ensoberbezcas ni te altivezcas, porque esto es cosa que dios mucho se enoja. -Ama a los niños y a los sacerdotes, ellos son limpios de corazón. Ama a las personas pacíficas, de buena vida, honradas. -Apártate de los deleites carnales y en ninguna manera los desees. Eso ensucia el cuerpo y causa enfermedades. 10 Sahagún (1975) registra que la embriagues, y por extensión la drogadicción, estaban prohibidas entre los mexicas y se castigaba con la muerte. Sólo los ancianos escapaban permanentemente a esa prohibición, mientras que para los hombres jóvenes sólo se permitía en situaciones ceremoniales específicas, como la que se representa en el llamado “Mural de los bebedores” de Cholula, Puebla. ISBN: 978-607-9348-03-8 13 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia -Para la procreación dios ordenó que una mujer usase de un varón, y un varón deuna mujer. Pero sólo hasta que seas un perfecto hombre, un hombre casado, podrás hacer esto y lo harás con templanza y discreción. Así tendrás hijos altos, recios, hermosos. -Si lo haces antes, andarás como un muchacho flaco y enfermizo, te habrás secado y ya no serás digno del matrimonio ni podrás engendrar. Y se te casas, no podrás satisfacer a tu mujer y ella se buscará otro marido. -Cuando te cases, no te des demasiado a tu mujer, conviene tener templanza. Frecuentar la obra carnal hace mucho daño, te secarás como maguey chupado. -No seas dormilón, levántate a la media noche a orar, así serás digno a los dioses. Barre sus lugares, ofréceles incienso. -Camina con honestidad madurez, sosegadamente. No arrastres los pies ni vayas haciendo meneos con el cuerpo. Mirarás derecho sin inclinar la cabeza. -Habla con mucho sosiego, no alces la voz, que no digan que eres loco o vulgar. -Debes ser discreto, disimula y calla si escuchas cosas malas. No curiosees el vestido ni el gesto de las personas. No te metas en lo que no te incumbe, te pueden achacar a ti los perjuicios. -Que no te llamen varias veces, acude a la primera. Ve ligero, cumple lo que se te pide. Es cosa de bellacos, soberbios y flojos esperar a la segunda llamada. -Se templado y honesto en tus ropas, que no sean curiosas ni fantásticas, rotas o vil, que no arrastren, que no sean muy cortas, que todo sea de buena manera y bien puesto. -No comas demasiado en la mañana y en la noche. Se templado en la comida y en la cena. -Cuando comas, lo harás con sosiego y reposo, y beberás con templanza cuando bebieres. No te metas grandes bocados a la boca, no tragues como perro. No seas glotón ni tragón. -Todo esto que te digo es el camino recto, si te desvías te desbarrancarás (Sahagún 1975:349-362). Después de los 15 años, los niños iniciaban la encarnación de hombres con el ingreso a las escuelas según su extracción social: el telpochcalli (casa o escuela de jóvenes) para los macehualtin y el calmecac (hilera de casas o centro de educación superior) para lospipiltin. En Tenochtitlán, y en otras ciudades que conformaban la cabeza del imperio, había varios telpocalli por cada calpulli (barrio o parcialidad agrícola)11 y se integraban al templo principal. No obstante estar anexos a construcciones religiosas, la administración de cada uno estaba bajo el cargo de un funcionario laico llamado telpochtaltoque (maestro de los jóvenes). En estos lugares la 11 López Austin (1961), considera al calpulli algo más que una unidad administrativa y territorial, pues existían calpullis sin territorio y fuera del control del gobierno central. Sin embargo, para la capital, era la base usada por le estado para la extracción del tributo y la organización de la milicia, por lo cual se puede tomar como barrio. ISBN: 978-607-9348-03-8 14 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia instrucción básica estaba dirigida a preparar a los jóvenes para la guerra y para convertirlos en ciudadanos medios, la cual era complementada con la ejecución por parte de los alumnos de tareas comunes como limpiar la casa común, cortar leña para el colegio o participar en grupo en tareas de su calpulli. Era una instrucción relativamente relajada que incluía cantos y danzas en honor a Tezcatlipoca (dios joven de la guerra), y que permitía la compañía de concubinas o de auianime (Soustelle, 1982:174-175). La marca corporal que indicaba el pertenecer a un telpochcalli y haber alcanzado la edad adulta era la perforación del labio inferior y el uso del besote, de lo cual Sahagún comenta que “en señal de que era súbdito todo tiempo que estuviese por casar, y en señal que ya era de aquella religión o manera de vivir que llamaban telpochalli, y agujerábanle el beso de abajo, y allí le ponían una piedra preciosa por barbote” (1975:402). Su ropa, tilmantli y maxtlatl, eran de ixtle fino, aunque, ocasionalmente podían ser de algodón blanco sin bordar. Normalmente no portaban cactli (sandalias). A diferencia de los telpochcalli, los colegios para hijos de pipiltin, eran pocos y se ubicaban en el corazón de las ciudades mexicas. Son famosos por la calidad de sus enseñanzas los de Tenochtitlan, Tlatelolco y Texcoco. Egresados de esos colegios y otros utilizará Sahagún como informantes para escribir su obra magna sobre esa sociedad nahua. La enseñanza en el calmecac estaba plagada de ejercicios religiosos, penitencias y ayunos en honor a Quetzalcóatl, acentuando el sacrificio, la abnegación, la castidad y el dominio de si mismo. Cualquier falta era rigurosamente castigada. Las penitencias incluían sangrarse con espinas de maguey, bañarse en agua fría y usar poco ropa por la noches y pasar largos tiempos de ayuno. En el calmecac se aprendía a hablar bien, a descifrar y a componer los códices, a cantar los cantos religiosos, a interpretar los sueños y el tonalámatl, pero también se enseñaba el arte de mandar en los asuntos civiles y militares, pues en el calmecac: […] se crían los que rigen, señores y senadores y gente noble, que tienen cargos de los pueblos; de allí salen los que poseen ahora los estrados y sillas de la república […]. También los que están en los oficios militares que tienen poder para matar y derramar sangre, allí se criaron. (Sahagún, 1975:403) ISBN: 978-607-9348-03-8 15 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia En el caso de los pipiltin pertenecientes o egresados del calmecac, las marcas corporales eran, además de la perforación labial para el bezote, la perforación de los lóbulos de las orejas para portar orejeras de jade o turquesa, la perforación del septum nasal, y las diversas cicatrices producto de sus ofrendas de sangres a los dioses, causadas por la punción con agujas de maguey y obsidiana en distintas partes del cuerpo. Después del colegio, el cual se dejaba para casarse, el mundo de los adultos ofrecía a los macehualtin las encarnaciones principales de padre de familia y de agricultor integrado a un calpulli. Así también las complementarias de artesano (de la cestería, de la orfebrería, del arte plumario, de la alfarería, de la lapidaria, etcétera), vendedor en un mercado, pescador y, en tiempos de guerra, soldado del ejercito imperial. Para los pipiltin, después del calmecac, se ofrecía las incorporaciones principales de padre de familia o de sacerdote (esta última antagónica con la primera pues implicaba la castidad), así también las complementarias de funcionario público en diferentes niveles de gobierno (desde recaudador de impuestos, hasta gobernador de provincia o emperador), oficial del ejército 12 y de aquellas profesiones que implicaban conocimiento especializado como las de médico, tlacuilo (“escribano”) o la de arquitecto, entre otras más. Aunque para cada puesto y rango había adornos que los identificaban, la vestimenta general para los pipiltin constaba de ropa bordada de algodón, el uso de sandalias, plumas preciosas, collares y ajorcas para el adorno. Otras encarnaciones de género En la antigua sociedad mexica existieron otras encarnaciones de género que fueron pobremente tratadas por ser consideradas ilegales y, de acuerdo a lo reportado por los cronista, altamente reprobables: la del “afeminado” o somético pasivo y la de la 12 Al existir oficiales y sacerdotes de alto rango sin ascendencia noble, Soustelle (1982) piensa que al calmecac también se podía ingresar por méritos. ISBN: 978-607-9348-03-8 16 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia “varonil” 13. De esta primera, mencionándola como una manifestación viciosa, Sahagún (1975:57) dice: El somético paciente es abominable, nefando y detestable, digno de gran burla y se rían las gentes, y el hedor y fealdad de su pecado nefando no se puede sufrir por el asco que da a los hombres; en todo se muestra mujeril o afeminado, en el andar o en el hablar, por todo lo cual merece ser quemado. Flores y Elfreink (2009) consideran que debido al castigo con pena de muerte que establecieron los mexicas para la homosexualidad masculina y la visión negativa que los cronistas tenían de ello, evitó que se registrara mayor información al respecto. Sin embargo, el hecho de que en festividades a la diosa Xochiquetzal se permitiera la presencia y participación de “afeminados” (Soustelle, 19823),y el que existiera el termino cuiloni (homosexual prostituto) indica que la homosexualidad masculina era tolerada en condiciones específicas. Misma situación de rechazo y de escasa información se dio con la mujer “varonil”, la de platlacheh, a la que Sahagún iguala a “mala mujer” pues, similar a la hermafrodita, podía tener trato con mujer. La descripción de la hermafrodita da una idea cercana de esa mujer varonil: “La mujer que tiene dos sexos, o la que tiene natura de hombre y natura de mujer, […], es mujer monstruosa, la cual tiene supinos, y tienes muchas amigas y criadas, y tiene gentil cuerpo como hombre, anda y habla como varón y (es) vellosa[…]”. (Sahagún, 1975:563) En estas visiones españolas, expresadas sobre distintas incorporaciones de género en la sociedad mexica, Mérida (2007) observa tendencias y elementos morales europeos de la época que hacen poner fuertemente en duda la parcialidad de los cronistas. En apoyo de su observación menciona como Hernán Cortés y Bernal Días del Castillo dolosamente agregaron el combate a la sodomía como uno de los motivos de la conquista y la evangelización. En ese sentido afirma: La mirada, el discurso y la acción del colonizador nunca pueden ser inocentes, sino más bien siempre todo lo contrario. Paralelamente, la mirada, el discurso y la acción del colonizador, pasado y presente, suelen imprimir sobre las tierras colonizadas y sobre sus gentes las lacras más terribles e ignominiosas de su herencia política, económica,cultural y, por supuesto, sexual. (Mérida, 2007:101) 13 El adjetivo de “varonil” podía también significa que una mujer tenía fuerza y valentía como un hombre y en las descripciones de que implicaba ser una buena mujer eso era una virtud. En el caso de las “malas mujeres” significaba que éstas realizaban actividades propias de los hombres. ISBN: 978-607-9348-03-8 17 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia Encarnaciones emergentes Otra de las incorporaciones para un hombre adulto era la de pochteca o comerciante de larga distancia. En la sociedad mexica estos comerciantes eran una clase emergente pues a la llegada de los españoles ya tenían una fuerte organización y controlaban por completo el comercio exterior. Los pochteca organizaban caravanas de cargadores para traer, desde los más remotos rincones de Mesoamérica, productos exóticos y de lujo para las joyas y el vestido de la clase dirigente. Desde las costas del Golfo y del Pacifico traían jade de diversas calidades, turquesa, plumas preciosas, caracoles y conchas marinos, caparazones de tortuga, pieles de felinos y ámbar. De México llevaban para intercambiar telas, mantas de piel de conejo, vestidos de lujo, joyas de oro y de obsidiana, cuchillos de obsidiana, cochinilla y plantas medicinales.Soustelle (1982:71) afirma que la importancia de los comerciantes de larga distancia puede observarse en el hecho de que en cada una de las ciudades mexicas había por lo menos un barrio de ellos, signo de su riqueza por estar lleno de lujos y bien construido, y porque tenían un tribunal particular. Finalmente, otra encarnación emergente fue la de tlacotli o “esclavo” 14, que supuestamente ocupaba el escalón más bajo de la sociedad. En principio lo era todo enemigo y extranjero atrapado en combate, pero también adquirían esa condición los mexicas que habían cometido cierto tipo de delitos o solicitado voluntariamente su esclavitud, en particular en este último caso, aquellos que no tenían arraigo en su calpulli y por lo tanto carecían de tierras y bienes para sostenerse. También podían llegar a la esclavitud los deudores, en especial los que adquirían deudas por juegos de azar. El que los compraba los ponía a trabajar para él sin remuneración, pero tenía la obligación de darles alimentos, hogar, ropas y trato de hijos (Las Casas, 1967). En el caso de los esclavos por deuda, la esclavitud duraba hasta que se cubría el monto de lo debido. En ningún caso la condición de tlacotli se heredaba a los hijos. Es frecuente en Sahagún (1975) y en otros cronistas la mención de esclavos para el sacrificio, por lo general se trataba de cautivos de guerra y aquellos tlatlacotin mexicas de por vida que se mostraban muy perezosos. También se mencionan diversas 14 El esclavo del México prehispánico es diferente al de la antigüedad romana y griega. El o la tlacotli podía acumular riquezas, casarse con persona libre, dirigir a personas libres y tener sus propios tlatlacotin (esclavos), tal como la apunta Motolinía (citado en Soustelle, 1982:83). ISBN: 978-607-9348-03-8 18 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia maneras de adquirir la libertad, una de ellas muy parecida a la “santuario” que sed aplicaba a los esclavos o reos de Europa cuando se refugiaban en las iglesias, en el caso mexica los esclavos obtenían inmediatamente su libertad al ingresar al palacio real. Conclusiones Los mexicas naturalizaron las encarnaciones de género a partir de sus mitos cosmogónicos de creación y de su visión dualista. A partir de ahí, en asuntos de género, se estableció o normal y lo que se separaba de la norma. La formación del cuerpo en los géneros permitidos corrió a cargo de la familia y de las instituciones educativas del estado mexica, de acuerdo a la procedencia social. La formación educativa del cuerpo masculino, buscó reforzar las enseñanzas en el seno familiar y especializar los cuerpos en funciones de espacios abierto según las clases de procedencia: para los pertenecientes a familias nobles o con méritos intelectuales o prácticos, desarrollar los conocimientos y las actitudes para ejercer puestos de mando tanto en el gobierno como en la religión y en la guerra. En el caso de los cuerpos procedentes de familias sin ascendencia noble, formar en ellos la disciplina y la actitud para integrarse a sus labores y roles en su calpulli y servir como soldados en el ejercito imperial. Para el género femenino en la edad adulta su encarnación principal fue la de ser madres y esposas, limitando sus actividades en los espacios cerrados. Sin embargo, también había otras complementarias que podían ser consideradas de espacios abiertos como las de partera, casamentera, vendedora del mercado o “monja”. Las encarnaciones posibles también incluían algunas transgresoras de la norma, como las señaladas para las “malas mujeres” y distintas asunciones de género como las de los “afeminados y las “varoniles”. Todas estás castigadas con la muerte, según relatan los cronistas españoles. También incluían aquellas consideradas emergentes como la de los comerciantes a larga distancia y el “esclavo”, dos encarnaciones que anunciaban un cambio en la sociedad mexica. ISBN: 978-607-9348-03-8 19 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia Referencias Bourdieu, P. (1991). El sentido práctico. Madrid: Taurus. Flores, J.A. y Elferink, J.G. (2009). La prostitución entre los nahuas. Consultado en www.ejournal.unam.mx/ecn/ecnahuatl38/ECN038000011.pd Foucault, M. (1992). La microfísica del poder. La piqueta, Madrid García Selgas, F. y Casado, E. (2010). Violencia en la pareja: género y vínculo. En prensa. Las Casas, B. (1967). Apologética Historia Sumaria. Edición de Edmundo O´Gorman. México. Le Breton, D.(2001). La sociología del cuerpo. Nueva visión, Buenos Aires. León-Portilla, M. (1979). La filosofía náhuatl. Estudiada en sus fuentes, UNAM. León-Portilla, M. y Silva, L. (1991). Huhuetlatolli: testimonios de una antigua palabra. SEP-FCE: México. López Austin, A. (2012). Cuerpo: es.mesolore.net/classroom/debates/49 una visión holística. Consultado en Matos, E. (1994). Los dioses de la muerte. 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