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Unidad II: Factores que influyen en el comportamiento Tema I: P S I C O L O G Í A Bases biológicas de la conducta BASES BIOLOGICAS DE LA CONDUCTA Las neuronas: construcción de una “biocomputadora". Los pensamientos, los sentimientos y las acciones tienen su origen en impulsos eléctricos que recorren enmarañadas células nerviosas dentro del cerebro. Aunque parecen estar muy lejos de nuestra vida diaria, todo cuanto hacemos comienza en ellas. Veamos cómo funcionan, cómo el sistema nervioso está "cableado" y cómo los científicos estudian el cerebro. El cerebro se compone de aproximadamente 100 000 millones de neuronas (células nerviosas individuales). Estas células no sólo transportan y procesan información, sino que además activan músculos y glándulas. Una neurona por separado no es muy inteligente; en realidad, se requiere de muchas para realizar una acción tan sencilla como parpadear. Sin embargo, cuando forman vastas redes, producen inteligencia y conciencia. Están conectadas entre sí en grupos compactos tienen largas "cadenas" cada una recibe mensajes de muchas otras y transmite los propios. Millones de neuronas deben enviar mensajes al mismo tiempo para generar el pensamiento más fugaz (Carter, 1998). Cuando Carlos Santana toca un acorde en su guitarra, invierte miles de millones de neuronas. FUNCIONAMIENTO NEURONAL Las partes de una neurona. ¿Cómo es una neurona? ¿Cuáles son sus partes principales? No existen dos neuronas idénticas, pero la mayoría tiene cuatro partes básicas. Las dendritas, que asemejan las raíces de un árbol, reciben mensajes de otras neuronas y el soma (cuerpo celular) hace lo mismo; además, envía mensajes (impulsos nerviosos) hacia su parte inferior a una delgada fibra llamada axón. La mayoría de los axones acaban en terminales axónicas. Estas "ramas" se enlazan con las dendritas y los somas de otras neuronas. De este modo, la información pasa de una neurona a otra. Mientras que algunos axones miden apenas 0.1 milímetros de largo (aproximadamente el ancho de una línea de lápiz), otros se extienden hasta un metro de longitud a través del sistema nervioso. (Por ejemplo, de la base de la columna vertebral hasta el dedo gordo del pie). A semejanza de cables en miniatura, los axones transportan mensajes por el cerebro y el sistema nervioso. En total, el cerebro humano contiene unos 4.83 millones de kilómetros de axones (Hyman, 1999b). Resumamos lo anterior con una metáfora. Imaginemos que estamos formados en una larga fila de personas tomadas de una malla y la persona que se encuentra en el extremo derecho de la fila quiere enviar en silencio un mensaje a la que está hasta el extremo izquierdo y lo hace apretando la mano de la que está a su izquierda, quien a su vez se la aprieta a la que está a su lado izquierdo y así sucesivamente. El mensaje llega finalmente a nuestra mano derecha (dendritas) y decidimos transmitido (somos el soma). El mensaje pasa por el brazo izquierdo (el axón). Entonces, con la mano izquierda (terminales axónicas) apretamos la mano de la persona que está de nuestro lado izquierdo y el mensaje sigue, su camino. El impulso nervioso. Los iones, moléculas con carga eléctrica, se localizan en ambos lados de la neurona, otros están fuera de ella. Algunos tienen carga positiva y otras negativas. Cantidades diferentes de estas cargas existen tanto dentro como fuera de las células nerviosas. De ahí que el interior de una neurona del cerebro posea una carga eléctrica aproximada de menos 70 milivolts (el milivolt es la milésima parte de un volt). Esta carga permite a las neuronas del cerebro funcionar como una diminuta batería biológica. La carga eléctrica de una neurona inactiva se llama potencial de reposo. Pero las neuronas rara vez reposan por mucho tiempo: los mensajes que llegan de otras lo elevan y lo reducen. Si la carga eléctrica alcanza unos 50 milivolts negativos, la neurona llegará a su umbral, o sea, el punto crítico para descargar un impulso nervioso. Es como si dijera "Muy bien, es hora de enviar un mensaje a mis vecinos". Cuando alcanza ese nivel, 50 milivolts, un potencial de acción (impulso nervioso) recorre el axón a una velocidad de hasta 322 kilómetros por hora. Esta velocidad puede parecer espectacular, sin embargo tarda al menos una fracción de segundo en reaccionar. ¿Qué sucede durante el potencial de acción? Diminutos túneles, llamados canales iónicos atraviesan la membrana del axón. En condiciones normales, estas pequeñas aberturas bloquearan a las moléculas que operan como "compuertas" y se abren durante el potencial de acción para que iones de sodio (Na-t) penetren rápidamente en el axón. Los canales primero se abren cerca del soma; después, puerta tras puerta, van abriéndose a lo largo del axón a medida que el potencial de acción se desplaza. El potencial de acción es un proceso de todo o nada (un impulso nervioso ocurre por completo o no ocurre en absoluto). Tal vez le resulte útil imaginarse al axón como una hilera de fichas de dominó colocadas una tras otra. Derribarla es un acto de todo o nada. Una vez que la primera ficha cae, una ola de se precipitará con rapidez hasta el extremo de la hilera. Del mismo modo, cuando se activa un impulso nervioso cerca del soma, una ola de actividad (el potencial de acción) viaja por el axón. Esto es lo que sucede en las largas cadenas de neuronas cuando el cerebro le ordena a sus manos qué hacer a continuación, nota tras nota. Después de un impulso nervioso, la célula cae brevemente por debajo de su nivel de reposo y está menos dispuesta a emitir una descarga. Este pos potencial negativo se debe a que los iones de potasio (K') salen de la neurona mientras se abren las compuertas de la membrana. Una vez terminado el impulso nervioso, los iones fluyen hacia adentro y hacia fuera del axón, recargándolo para la siguiente acción. En nuestro modelo, la hilera de fichas de dominó se reordena rápidamente. Del mismo modo, el axón está listo para otra ola de actividad en poco tiempo. Sinapsis y neurotransmisores. ¿Cómo pasa la información de una neurona a otra? El impulso nervioso es fundamentalmente eléctrico, por eso la estimulación eléctrica del cerebro afecta la conducta. En contraste el impulso nervioso, la comunicación entre las neuronas es de carácter químico. El espacio microscópico de ella, por donde pasan los mensajes, se conoce como sinapsis. Cuando un potencial de acción llega a las puntas de las terminales axónicas se liberan neurotransmisores hacia el espacio sináptico. Los neurotransmisores son sustancias químicas que alteran la actividad de las neuronas. Al cruzar las moléculas por una sinapsis estas se adhieren a receptores especiales de la siguiente neurona. Estos diminutos sitios recetores de la membrana celular son sensibles a los neurotransmisores y se hallan en grandes cantidades en el cuerpo de las células nerviosas y de las dendritas. Los músculos y las glándulas también tienen sitios receptores. ¿Los neurotransmisores siempre desencadenan un potencial de acción en la siguiente neurona? No algunos simplemente la estimulan (hacen más probable que emita una descarga). En todo momento una neurona puede recibir cientos o miles de mensajes ¿producen eso un impulso? Depende de varios mensajes estimulantes llegan con proximidad temporal, la neurona emitirá una descarga, pero sólo si no recibe demasiados mensajes "inhibidores" que la alejen desde punto de descarga. De este modo, los mensajes se combinan antes que una neurona. "decida" descargar su potencia! de acción de todo o nada. Multiplique estos procesos por 100 000 millones de neuronas y por 100 billones de sinapsis y tendrá una extraordinaria computadora que fácilmente cabría en una caja de zapatos. En el cerebro hay más de 100 sustancias químicas trasmisoras: algunos ejemplos son la acetilcolina, la adrenalina, la noradrenalina, la serotonina, la dopamina, la histamina y varios tipos de aminoácidos. Las alteraciones en algunas de ellas pueden acarrear serias consecuencias. Por ejemplo, un nivel demasiado bajo de dopamina puede causar los temblores musculares de la enfermedad de Parkinson y un nivel demasiado alto puede ocasionar esquizofrenia. Muchos medicamentos imitan, duplican o bloquean estos trasmisores. Por ejemplo, en condiciones normales la acetilcolina activa los músculos. Sin ella, nuestro amigo Yo-Yo b Ma ni siquiera podría moverse, mucho menos tocar una sonata de Bach. Ésa es la razón por la cual el curare produce parálisis, ya que se adhiere a los sitios receptores en Ios músculos y compite con la acetilcolina, impidiéndole activar las células musculares. El resultado: una persona o animal no podrán moverse si les administran curare, hecho bien conocido por los indios de la cuenca del Amazonas, quienes lo ponen en sus flechas cuando salen de cacería. Muchos nervios son blancos debido a que contienen axones recubiertos con una capa de grasa llamada mielina. Los pequeños orificios de la capa permiten a los impulsos nerviosos desplazarse más rápidamente. El potencial de acción salta de un orificio a otro sin tener que recorrer el axón en toda su extensión. Sin el aumento de velocidad que eso permite, probablemente sería imposible frenar a tiempo para evitar un accidente automovilístico. Cuando la capa de mielina se daña, la persona puede sufrir entumecimientos, debilidad o peor de los casos parálisis. Esto es lo que sucede en la esclerosis múltiple, enfermedad que ocurre cuando el sistema inmunológico ataca y destruye la mielina del organismo. La capa delgada de las células llamada neurilema recubre la mayor parte de los axones que están fuera del cerebro y de la médula espinal. De hecho forma un túnel que las fibras dañadas pueden seguir a medida que se reparan. SISTEMA NERVIOSO Redes de nervios El sistema nervioso central (SNC) se compone del cerebro y la médula espinal. El cerebro es la "computadora" central del sistema nervioso. El cerebro se comunica con el resto del cuerpo a través un enorme "cable" denominado médula espinal y es desde que los mensajes fluyen por el sistema nervioso periférico (SNP). Esta intrincada red de nervios lleva información al sistema nervioso central y de allí a otras partes del cuerpo. Los daños provocados por una seria lesión del cerebro o de la médula espinal suelen ser permanentes. Sin embargo, los científicos han comenzado a lograr importantes avances en el proceso de reparación de neuronas dañadas del sistema nervioso central. Por ejemplo, han logrado reparar parcialmente la médula espinal de ratas de laboratorio. Primero cierran el orificio con fibras nerviosas del exterior de la médula espinal; después las sustancias químicas, hacen que las fibras cortadas crezcan por los túneles creadas por las fibras implantadas. Muchas partes de nuestro cerebro son sorprendentemente muy similares a las de los animales inferiores, como los lagartos. La inteligencia humana se relaciona con el gran tamaño de nuestro cerebro. Su superficie rugosa se divide en áreas más pequeñas llamadas lóbulos; en ciertas partes de estas estructuras se localizan las facultades de ver, oír, caminar, pensar y hablar. Así, un mapa del cerebro se parece en ciertos aspectos al de la conducta humana, como veremos a continuación. Cerebro El cerebro es el área más alta en el ser humano. Su capa externa se conoce como corteza cerebral. Aunque mide apenas 3 milímetros de espesor (un décimo de pulgada), contiene 70% de las neuronas del sistema nervioso central. En él reside además gran parte de la capacidad de usar el lenguaje, de hacer herramientas, de adquirir destrezas complicadas y de vivir en grupos sociales complejos (Gibson, 2002). Sin ella, el hombre no sería mucho más inteligente que los sapos. Corticalización La corteza cerebral parece una nuez gigantesca y arrugada. Abarca casi la totalidad del cerebro con una capa de materia gris (tejido esponjoso formado principalmente por cuerpos celulares). En los animales inferiores es pequeña y suave. En el hombre está doblada y retorcida, es la estructura más grande del cerebro. El hecho de que seamos más inteligentes que el resto de los animales se relaciona estrechamente con esta corticalización, es decir, con el incremento del tamaño y las arrugas de la corteza. Hemisferios cerebrales. La corteza se compone de dos mitades, llamadas también hemisferios cerebrales (mitades de esferas). Ambos están conectados por el cuerpo calloso, una banda gruesa de fibras. Éste es el principal "sistema de cables a través del cual se comunican los hemisferios derecho e izquierdo. Los resultados de un estudio reciente concluyeron el cuerpo calloso es más grande en personas que tocan música clásica que en personas que no son músicos. Cuando persona toca el violín o el piano, los hemisferios deben comunicarse rápidamente al coordinar los movimientos de las manos. Se supone que el tamaño del cuerpo calloso se altera con la experiencia temprana; por ejemplo, con la práctica musical. El lado izquierdo del cerebro controla principalmente las áreas derechas del cuerpo. Y el lado derecho controla principalmente las áreas izquierdas. Con un ataque de apoplejía, el hemisferio derecho queda dañado. La apoplejía se produce cuando una arteria que lleva sangre al cerebro se bloquea y provoca la muerte de ciertas partes del tejido cerebral. Los daños en el hemisferio derecho también pueden causar un problema poco común como la conocida negligencia espacial. Los pacientes con este padecimiento no prestan atención al lado izquierdo del espacio visual (Husain, 2002). Es común también que no consuman los alimentos situados en el lado izquierdo de su plato. Hay algunos que hasta se niegan a reconocer como propio su brazo izquierdo. (Springer y Deutsch, 1998). Si señalamos hacia el brazo "ajeno", probablemente digan: "Oh, ése no es mi brazo. Debe ser de otra persona". Especialización hemisférica En 1981 el biopsicólogo Roger Sperry (1914-1994) ganó el premio Nobel por su trabajo sobre las habilidades especiales de los hemisferios. En su notable descubrimiento demostró que los hemisferios derecho e izquierdo tienen distinto desempeño en pruebas de lenguaje, percepción, música y otras capacidades. Hemisferio derecho/hemisferio izquierdo. Antes se dijo que las capacidades de los hemisferios son distintas; ¿En qué aspecto lo son? El cerebro divide su trabajo en formas interesantes. Aproximadamente 95% de nosotros usamos el hemisferio izquierdo para el lenguaje (hablar, escribir, entender). Además, este hemisferio es superior en matemáticas, en determinar el tiempo y el ritmo, en coordinar el orden de movimientos complejos, como los necesarios para hablar. Por su parte, el hemisferio derecho puede producir sólo el lenguaje más simple y los números. Trabajar con él es como para hablarle a un niño que sólo puede decir una docena de palabras aproximadamente. Para contestar preguntas, este hemisferio debe recurrir a respuestas no verbales, como señalar los objetos. El hemisferio derecho posee sus propios talentos a pesar de la pobre producción de lenguaje. Es especialmente bueno en las destrezas perceptuales: reconocer patrones, rostros y melodías; armar rompecabezas; hacer un dibujo. Ayuda además a expresar las emociones y a identificar las que otros sienten (Borod et al., 1998; Christianson et al., 1995). Aunque el hemisferio derecho es prácticamente "afásico", sobresale en algunos aspectos de la comprensión del lenguaje. Si se daña, perdemos la capacidad de entender las bromas, la ironía, el sarcasmo y otras sutilezas. Fundamentalmente nos ayuda a apreciar el contexto general donde se dice algo (Beeman y Chiarello, 1998). Un cerebro, dos estilos. En términos generales, el hemisferio izquierdo interviene principalmente en el análisis (dividir la información en partes). También la procesa secuencialmente (por orden, un elemento tras otro). El hemisferio derecho procesa la información en forma simultánea y holística (todo a la vez) (Springer y Deutsch, 1998). En resumen, podríamos decir que el hemisferio derecho se especializa en integrar los elementos del mundo en un conjunto coherente; capta todos los patrones y conexiones generales. El hemisferio izquierdo se centra en los detalles. El hemisferio derecho adopta una perspectiva amplia, mientras que el izquierdo se concentra en lo específico. El enfoque del hemisferio izquierdo es local; el del derecho es global (Heinze et al., 1998; Hellige, 1993; Huebner, 1998). LOBULOS DE LA CORTEZA CEREBRAL Además de los dos grandes hemisferios, la corteza cerebral se puede subdividir en lóbulos más pequeños. Las figuras más grandes de la superficie del cerebro delimitan a mucho de ellos, otros se consideran áreas independientes por cumplir funciones muy diversas. Lóbulos occipitales Se localizan en la parte posterior del cerebro y son el área visual primaria de la corteza. Pacientes con tumores (crecimientos celulares que interfieren con la actividad cerebral) en esta, región presentan puntos ciegos en su visión. ¿Corresponden las áreas visuales de la corteza directamente a lo que vemos? Efectivamente se traza un mapa de las imágenes en la corteza, pero está muy distorsionado (Carlson, 2001). No piense que el área visual se parece a una pantalla de televisión en el cerebro. La información visual crea patrones complejos de actividad en las células nerviosas; no una imagen televisiva. Lóbulos parietales otorgue Registran las sensaciones corporales y se sitúan justo arriba de los lóbulos occipitales. Los estímulos táctiles, la temperatura, la presión y otras sensaciones somáticas entran en el área somato sensorial de los lóbulos parietales. Una vez más comprobamos que el mapa de las sensaciones corporales está distorsionado. La corteza refleja la sensibilidad de las regiones corporales, no su tamaño. Las manos también son grandes en el mapa de sensibilidad corporal, lo cual sin duda es muy útil para los músicos, las mecanógrafas, los fabricantes de relojes, los terapeutas masajistas, los enamorados y los neurocirujanos. Lóbulos Temporales Se ubican en ambos lados del cerebro. La información auditiva se proyecta directamente hacia estos lóbulos convirtiéndolos en el principal sitio donde se registra la audición. Los lóbulos temporales del lector se activarían si exploráramos el cerebro con la tomografía por emisión de positrones (TEP), si Iuego tocáramos un disco compacto con su música favorita. Y pudiéramos estimular el área auditiva de su lóbulo temporal. "oiría" una serie de sensaciones sonoras. En la mayoría de la gente, el lóbulo temporal izquierdo contiene un "centro" de lenguaje. En aproximadamente 5%, las personas esa área se encuentra en el lóbulo temporal derecho. Un daño al lóbulo temporal puede limitar seriamente la capacidad de emplear el lenguaje. Lóbulos frontales. Se relacionan con capacidades mentales de nivel superior. Son el área que controla el movimiento: un arco de tejido situado arriba del cerebro, llamado corteza motora, dirige los músculos corporales. Si la estimulamos con corriente eléctrica, varias partes del cuerpo se sacudirán bruscamente o se moverán. Igual que el área somato sensorial, la corteza motora corresponde a la importancia de las regiones corporales, no a su tamaño. Por ejemplo, las manos ocupan un área más extensa que los pies. Si alguna vez se preguntó por qué sus manos son más diestras que sus pies, en parte se debe a que una proporción mayor de la corteza motora está dedicada a ellas. Los lóbulos frontales se relacionan con conductas más complejas. Si se dañan, la personalidad del paciente y su vida emocional pueden cambiar de modo drástico. También el razonamiento o la planeación pueden verse afectados. Los pacientes con este tipo de daño cerebral quedan frecuentemente "aferrados" a actividades mentales y repiten una y otra vez las mismas respuestas equivocadas (Coel y Grafman, 1995). La exploración TEP indica que gran parte de lo que llamamos inteligencia se relaciona con el incremento en la actividad de las áreas frontales de la corteza (Duncan, 2000). Por desgracia, el abuso de drogas es una manera en que pueden dañarse (Liu, 1998). Áreas de asociación. Sólo una pequeña parte de la corteza cerebral controla al cuerpo y recibe información de los sentidos. El resto de las áreas circundantes, llamadas corteza de asociación, la combinan y la procesan. Si vemos una rosa, nos ayudarán a reconocerla ya nombrarla. La corteza de asociación interviene en las habilidades mentales superiores. Por ejemplo, la persona con daño en las áreas del hemisferio izquierdo puede sufrir afasia (deterioro de la capacidad de usar el lenguaje). Un tipo de afasia se relaciona con el área de Broca, "centro del habla" situado en el lóbulo frontal izquierdo (Leonard, 1997). A las personas con daño en el área de Broca se les dificulta mucho hablar o escribir. Normalmente, su gramática y pronunciación son deficientes y su habla es lenta y forzada. Por ejemplo, la persona puede decir "bificleta" en lugar de bicicleta, "seña" por sueño o "zocaido" por zodiaco. En general, la persona sabe lo que quiere decir, pero al parecer no puede pronunciar las palabras (Geschwind, 1979). Cuando se daña el área de Broca, la pérdida de lenguaje puede relacionarse con el sexo del individuo. Un segundo sitio del lenguaje, llamado área de Wernicke , se localiza en el hemisferio temporal izquierdo. Si se daña, la persona tendrá problemas para entender el significado de las palabras, no su pronunciación. Un paciente (afasia de Broca podría decir "tssila" cuando se le muestra la fotografía de una silla. En cambio, un paciente de Wernicke podría decir "taburete" (Leonard, 1997). La agnosia (incapacidad de identificar los objetos vistos), conocida también como "ceguera mental", es uno de los resultados más interesantes del daño cerebral. He aquí un ejemplo: si mostramos una vela a una paciente llamada Alice, la describirá como "un objeto largo y estrecho que se afila en la punta". Podría incluso dibujarla con precisión y aún así no poder mencionar su nombre, pero si se le permite sentirla, podrá designarla al instante (Warrington y McCarthy, 1995).En una palabra, Alice puede ver el color, el tamaño y la forma, pero simplemente no puede percibir el significado de los objetos (De Haan et al., 1995). ¿Las agnosias se limitan a objetos? No. Una forma fascinante de “ceguera mental” es la agnosia facial, es decir, la incapacidad de percibir caras conocidas. Una paciente con agnosia facial fue incapaz de reconocer a su esposo y a su madre cuando la visitaron en el hospital, y no pudo identificar fotografías de sus hijos. Sin embargo, cuando los visitantes hablaban, los reconocía inmediato por sus voces (Benton, 1980). Las áreas dedicadas a reconocer los rostros se ubican debajo de los lóbulos occipitales y al parecer no tienen ninguna otra función. ¿Por qué una parte del cerebro se reserva exclusivamente a identificar rostros? Desde un punto de vista evolutivo en realidad no es tan sorprendente. Después de todo, somos animales sociales y el reconocimiento facial es muy importante. Esta especialización no es más que un ejemplo de un maravilloso órgano de conciencia que poseemos. En resumen, el grueso de la experiencia diaria y nuestro conocimiento del mundo tienen su origen en las áreas sensoriales, motoras y de asociación situadas en la corteza cerebral. El cerebro humano es el más avanzado y complejo de las especies provistas de este órgano; sin embargo, no garantiza en absoluto que una "biocomputadora" tan excelente sea aprovechada al máximo. Con todo, su potencialidad no deja de asombramos. La subcorteza: en lo más profundo del cerebro Podemos perder grandes porciones del cerebro y aun así sobrevivir. No sucede lo mismo con las áreas situadas debajo de la corteza. Un daño serio de esta región (parte inferior del cerebro) puede resultar fatal. Algunas áreas de ella regulan muchas funciones vitales: hambre, sed, sueño, atención, sexo, respiración. Examinemos brevemente cada una. La subcorteza se ubica justo abajo de los hemisferios cerebrales. Puede dividirse en el tallo cerebral (cerebro posterior, rombencéfalo), mesencéfalo (cerebro medio) y prosencéfalo (cerebro anterior). Este último contiene la corteza cerebral, la cual ya estudiamos debido a su tamaño e importancia. Para nuestros propósitos, el cerebro medio puede considerarse como un nexo entre el cerebro anterior y el mesencéfalo. Por consiguiente, nos enfocaremos en el resto de la subcorteza. Cerebro posterior (o rombencéfalo) ¿Por qué las áreas inferiores del cerebro son tan importantes? Conforme la médula espinal entra en el cráneo para unirse al encéfalo, éste se ensancha para formar el rombencéfalo, o tallo cerebral, el cual se conforma principalmente del bulbo raquídeo (médula oblongada) y el cerebelo. El bulbo raquídeo contiene centros importantes para el control reflejo de las funciones vitales, entre las que se encuentran la frecuencia cardiaca, la respiración y la deglución. Algunos fármacos, enfermedades y lesiones pueden deteriorarla y acabar con la vida del individuo, o bien, ponerla en peligro. Por eso un golpe en el cuello puede resultar extremadamente peligroso. El puente de Varolio, una pequeña protuberancia situada en el mesencéfalo, funciona como un puente entre el bulbo raquídeo y otras áreas del cerebro. Además de conectarse con muchas otras estructuras, el cerebelo entre ellas, influye en el sueño y en la activación. El cerebelo, que parece una corteza en miniatura, se halla en la base del cerebro. Regula fundamentalmente la postura, el tono y la coordinación muscular. También almacena las memorias relacionadas con destrezas y hábitos (Thompson, 1991). ¿Qué sucede cuando el cerebelo se lesiona? Sin el cerebelo sería imposible realizar actividades como caminar, correr y jugar. Los primeros síntomas de una enfermedad paralizante, llamada degeneración espinocereberal, son temblores, mareos y debilidad muscular. Con el tiempo, a las víctimas les resulta difícil realizar cosas tan sencillas como sostenerse de pie, caminar o alimentarse. Formación reticular. La formación reticular (FR) se localiza en el interior del bulbo raquídeo y del mesencéfalo y se trata de una red de fibras y de cuerpos celulares. La FR influye en los mensajes que entran y salen del cerebro, dando prioridad a algunos y excluyendo a otros. Como resultado, la formación reticular influye en la atención. Esta estructura alcanza su madurez plena en la adolescencia razón por la cual los niños tienen periodos tan cortos de atención. También modifica las, ordenes que se dirigen al cuerpo, afectando así el tono muscular, la postura y los movimientos de ojos, rostro, cabeza, cuerpo y miembros. Así mismo, controla los reflejos que intervienen al respirar, estornudar, toser y vomitar. Otra función importante de la formación reticular es mantenemos vigilantes, alertas y despiertos. Los mensajes provenientes de los órganos sensoriales se ramifican en una parte de la formación reticular llamada sistema reticular (SRA), el cual bombardea la corteza con estimulación, manteniéndola activa y alerta. Por ejemplo, suponga que un conductor somnoliento toma una curva y de repente ve un venado frente a él; de inmediato se despabila y pisa el freno. Este individuo debe agradecerle a su sistema reticular activador que ha despertado su cerebro y evitado un accidente. Si a usted le da sueño mientras lee esta unidad, haga la prueba de pellizcarse ligeramente el oído, un poco de dolor hará que el sistema reticular activador active al instante su corteza cerebral. Cerebro Anterior Como perlas preciosas, dos de las estructuras más importantes del organismo se encuentran en lo profundo del cerebro. El tálamo y una región debajo de ella llamada hipotálamo son partes fundamentales del cerebro anterior. ¿Por qué estas dos estructuras son más importantes que otras que ya describimos? El tálamo opera como un "conmutador" de mensajes sensoriales que se dirigen a la corteza. La visión, la audición, los estímulos táctiles y gustativos pasan por esta pequeña estructura en forma de balón de fútbol americano. Por eso, la más mínima lesión puede ocasionar sordera, ceguera o la pérdida de otros sentidos, a excepción del olfato. El hipotálamo humano tiene aproximadamente el tamaño de una uva. A pesar de sus dimensiones, es un centro maestro que regula la emoción y muchos motivos primarios (Cadson, 2001). Influye en conductas tan heterogéneas como sexo, ira, control de la temperatura, segregación de hormonas, alimentación e ingestión de bebidas, sueño, vigilia y emoción. Es básicamente un "cruce" que conecta muchas regiones del cerebro. También es la trayectoria definitiva de muchas clases de conducta. En una palabra, es el último lugar donde muchas conductas se organizan o se escogen antes que los mensajes salgan del cerebro, haciendo que el organismo reaccione. El sistema límbico. Se compone del hipotálamo, algunas partes del tálamo, la amígdala, el hipocampo y otras estructuras. (El sistema límbico interviene de manera importante en la producción de las emociones y de la conducta motivada). En varios de sus puntos se origina la ira, el temor, las respuestas sexuales y la excitación intensa. Por ejemplo, podemos hacer agresivos a los gatos estimulando eléctricamente su sistema límbico. De hecho, se ha comprobado que se agazapan, silban, se inclinan hacia adelante y tensan sus músculos, características de defensa o ataque. En el ser humano el daño de este sistema a menudo origina una conducta agresiva y autodestructiva (Garza- Treviño, 1994). A lo largo de la evolución, el sistema límbico fue la primera capa del prosencéfalo (cerebro anterior) en aparecer. En los animales inferiores contribuye a organizar las respuestas básicas de la supervivencia: alimentación, escape, lucha y reproducción. En el hombre subsiste un nexo claro con las emociones; en particular con el miedo. Por ejemplo, durante unas pruebas clínicas una mujer reaccionaba con ataques repentinos de miedo. Cerebro y conducta En una palabra, es el último lugar donde muchas conductas se organizan o se escogen antes que los mensajes salgan del cerebro, haciendo que el organismo reaccione con ataques repentinos de miedo e ira cuando le estimulaban la amígdala, diciendo "Siento como si quisiera levantarme de esta silla. ¡Por favor, no me dejen hacerlo! ¡No quiero dañar a nadie! ¡Deseo tomar algo y romperlo en mil pedazos!" (King, 1961). La amígdala es un "camino rápido" hacia la corteza. A semejanza de los animales inferiores, somos capaces de reaccionar frente a estímulos peligrosos antes que sepamos lo que va suceder. Las respuestas rápidas de esta estructura favorecen la supervivencia en situaciones donde hay un peligro verdadero, como en un combate militar. Los trastornos del sistema cerebral que regulan el miedo pueden ocasionar problemas serios. Un ejemplo de ello es el veterano de guerra que involuntariamente se oculta entre los arbustos al escuchar el escape de un automóvil (LeDoux, 1996, 1999). Algunas partes del sistema límbico han adoptado otras funciones de más alto nivel. Una de ellas, el hipocampo, contribuye de modo importante a la creación de memorias duraderas (Bigler et al., 1996). Se halla dentro de los lóbulos temporales, razón por la cual al estimularlos se producen experiencias semejantes a la memoria o al sueño. También nos sirve para desplazarnos en el espacio. Por ejemplo, el hipocampo derecho se volverá más activo cuando alguien planea mentalmente recorrer una ciudad en su automóvil. Los psicólogos han descubierto que los animales aprenderán a tirar de una palanca para obtener una dosis satisfactoria de estimulación eléctrica en su sistema límbico. Su conducta indica que la estimulación es agradable o placentera. En efecto, varias áreas del sistema operan como trayectorias de recompensa o "placer". Muchas de ellas se encuentran en el hipotálamo, donde se superponen a áreas que controlan la " sed, el sexo y el hambre. Muchas de las mismas trayectorias del, placer se activan con las drogas de uso común: cocaína, anfetaminas, heroína, nicotina, marihuana y alcohol. Esto explica, en parte por qué resultan tan placenteras (Wise y Rompre, 1989). Quizá le interese saber que la música que calificaría de "impactante" activa los sistemas de placer en el cerebro. A ello se debe el atractivo de la música que produce escalofríos en la columna vertebral (Blood y Zatorre, 2001). (También por qué pagamos tanto por un boleto de concierto musical). Las áreas de castigo, o "aversivas" también se localizan en el sistema límbico. Cuando se activan, el animal muestra malestar y hará lo posible por interrumpir la estimulación. Descubrimientos como los anteriores siguen fascinando a los psicólogos pues en gran medida la conducta se basa en buscar placer y evitar el dolor. El maravilloso cerebro Conviene hacer un breve repaso después de la abundante información que obtuvimos en nuestro recorrido por el cerebro. Hemos visto que el cerebro es un conjunto de miles de millones de células sensoriales y fibras nerviosas. El cerebro controla las funciones vitales, lleva un registro del mundo externo, envía órdenes a músculos y glándulas, reacciona ante las necesidades actuales, produce la magia de la conciencia y regula la conducta del individuo, todo ello al mismo tiempo. La información que llega se distribuye por todo él y converge otra vez a la medida que pasa por la médula espinal, los músculos y las glándulas. El sistema en su conjunto es mucho más complicado de lo que indica nuestra exposición de "segmentos" independientes. Además, el cerebro revisa constantemente sus circuitos en respuesta a las experiencias cambiantes de la vida. Sistema Nervioso Periférico Se divide en sistema somático y sistema autónomo. El primero lleva los mensajes desde y a partir de los órganos sensoriales y los músculos esqueléticos. En general controla la conducta involuntaria. Por su parte el sistema nervioso autónomo (SNA) regula los órganos internos y las glándulas en este contexto autónomo significan autorregulador. Las actividades gobernadas por el son casi vegetativas o automáticas: frecuencia cardiaca, digestión y sudoración. Los mensajes que transmite el sistema somático hace que la mano se mueva, pero no hace que el ojo se dilate. Los mensajes que transmite el sistema nervioso autónomo puede estimular la digestión, pero no ayuda a escribir una carta. El sistema nervioso autónomo se divide en dos ramas la simpática y parasimpática. Ambas se relacionan con las reacciones emocionales como llorar, sudar, respirar y otras acciones involuntarias. El sistema nervioso autónomo, junto con el somático, coordina las reacciones internas del cuerpo ante estímulos del mundo exterior. ¿En que se distinguen las ramas del sistema nervioso autónomo? La rama simpática es un sistema de emergencia, ya que prepara al organismo para luchar o huir en momentos de peligro o de emoción. En esencia lo estimula para la acción. La rama parasimpática tranquiliza al organismo y lo reintegra a un nivel de menor excitación. Su actividad es máxima poco después de una emoción, contribuye además a mantener en niveles moderados funciones vitales como la frecuencia cardiaca, la respiración y la digestión. Ambas ramas del sistema nervioso autónomo siempre están activas. En un momento dado, su actividad combinada determina si el cuerpo está relajado o en actividad. La Médula Espinal La médula espinal es una especie de cable que conecta al cerebro con otras partes del cuerpo. Si lo cortáramos en forma transversal, veríamos columnas de materia blanca (manojos de axones recubiertos con mielina). Los axones forman nervios al salir de la médula espinal. Otro par (no mostrado) sale del extremo. Los 31 nervios espinales transportan mensajes sensoriales y motores desde y hacia la médula espinal. Además, 12 pares de nervios craneales parten directamente del cerebro. Juntos, mantienen al organismo en comunicación con el cerebro. ¿Cómo se relaciona la médula espinal con la conducta? El patrón conductual más simple es el arco reflejo, que ocurre cuando un estímulo desencadena una respuesta automática. Tales reflejos ocurren dentro de la médula espinal sin que intervenga el cerebro. Imagine que uno de nuestros jugadores de frisbee pisa una espina. El dolor es detectado inmediatamente en sus pies por una neurona sensorial (célula nerviosa que lleva mensajes de los sentidos al sistema nervioso central). Entonces, y de manera automática, las neuronas sensoriales emiten un mensaje a la médula espinal. En el interior de la médula espinal, una de las neuronas sensoriales, forma sinapsis con una neurona conectora (célula nerviosa que enlaza otras dos). Ésta, a su vez, activa una neurona motora (célula que lleva órdenes del sistema nervioso central a músculos y glándulas). Las fibras musculares se componen de células efectoras (células que producen una reacción), las cuales se contraen y provocan que el pie se retire del lugar en donde está la espina. Note que no se requiere de una actividad cerebral para que ocurra un acto reflejo. El cuerpo reaccionará automáticamente para protegerse. En realidad, un reflejo simple suele desencadenar una actividad más compleja. Por ejemplo, los músculos de la otra pierna, deben contraerse para sostenerlo mientras desplaza su peso. Incluso eso puede hacerlo la médula espinal, pero intervienen muchas otras células y varios nervios espinales. La médula espinal normalmente comunica sus acciones al cerebro. Al retirar el pie de la espina, sentirá dolor y pensará: "¡Ouch!, ¿qué fue eso?". Seguramente ya se habrá dado cuenta de la conveniencia de tener una médula espinal capaz de reaccionar en forma independiente. Estas respuestas automáticas liberan el cerebro para que se ocupe de información más importante, la ubicación de los árboles, de los postes de luz y de espectadores. El sistema endocrino: hormonas y conducta La conducta humana no es producto exclusivamente del sistema nervioso. Las glándulas son el segundo gran sistema contaminación del organismo. El sistema endocrino está constituido por glándulas que vierten directamente sustancias químicas en la corriente sanguínea o en el sistema linfático. Esas sustancias, llamadas hormonas, son transportadas por todo el cuerpo y afectan las actividades internas, lo mismo que la conducta visible. Se relacionan con los neurotransmisores. A semejanza de éstos, activan las células. Éstas no pueden responder si no cuentan con sitios receptores de las hormonas. ¿Cómo influyen las hormonas en la conducta? Las hormonas nos afectan en múltiples formas, aunque rara vez nos demos cuenta. He aquí una breve muestra: las glándulas suprarrenales segregan más hormonas durante las situaciones de estrés; los andrógenos (hormonas "masculinas") se relacionan con el impulso sexual en hombres y mujeres; las que se secretan en momentos de emoción fuerte intensifican la formación de recuerdos; al menos una parte de la crisis emocional de la adolescencia se debe a niveles elevados de hormonas; varias de ellas asumen el control cuando estamos enojados y no cuando tenemos miedo. Los ejemplos anteriores son una simple muestra, por lo cual vamos a estudiar otros efectos que ejercen sobre el cuerpo y la conducta. La hipófisis (o glándula pituitaria) es un globo del tamaño de un chícharo. Una de sus funciones más importantes es regular el crecimiento. Durante la niñez segrega una hormona que acelera el desarrollo corporal. Si libera muy poca hormona del crecimiento, el individuo tendrá una estatura mucho menor de la promedio. En cantidades excesivas causa gigantismo (crecimiento corporal exagerado). En el periodo avanzado de crecimiento produce acromegalia, estado en que aumenta demasiado el tamaño de brazos, manos, pies y huesos faciales. La acromegalia origina rasgos faciales prominentes, de los que algunos se sirven para hacer una carrera de actor, luchador, etcétera. La hipófisis rige el funcionamiento de otras glándulas (sobre todo de la tiroides, las glándulas suprarrenales, los ovarios o testículos). Éstas, a su vez, regulan procesos orgánicos como el metabolismo, la respuesta al estrés y la reproducción. En la mujer controla la producción de leche durante el embarazo. A menudo se le conoce como "glándula maestra" porque sus hormonas influyen en otras glándulas endocrinas. Pero tiene a su vez un amo: la dirige el hipotálamo, que se halla encima de ella. De ese modo el hipotálamo afecta a las glándulas de todo el cuerpo, y es el principal nexo entre, el cerebro y el sistema glandular (Carlson 2001). En algún tiempo la glándula pineal fue considerada un residuo inútil de la evolución. En algunos peces, ranas y lagartos es un órgano bien desarrollado y fotosensible, conocido también como el "tercer ojo". Hoy en el hombre su función consiste en llegar a la luz (por así decirlo). Libera la hormona melatonina ante las variaciones diarias de la luz. Los niveles de melatonina en la corriente sanguínea, elevan al anochecer y alcanzan su nivel máximo hacia media noche. Vuelven a descender al acercarse el amanecer. Este ciclo regulado por la luz sirve para controlar los ritmos del organismo y del sueño. La glándula tiroides, situada en el cuello, regula el metabolismo, el metabolismo es la rapidez con que se produce y se consume energía en el cuerpo. Altera el metabolismo y con ello puede influir poderosamente en la personalidad. El paciente que sufre hipertiroidismo (una tiroides demasiado activa) tiende a ser delgada, tensa, excitable y nerviosa. Una tiroides poco activa (hipotiroidismo) en el adulto puede ocasionar inactividad somnolencia, lentitud y obesidad. En la infancia el hipotiroidismo limita el desarrollo del sistema nervioso, produciendo retraso mental severo. Cuando estamos asustados o enojados, unas reacciones importantes preparan nuestro cuerpo para la acción: la frecuencia cardiaca y la presión arterial aumentan, el azúcar almacenado se libera hacia la corriente sanguínea para suministrar energía rápidamente, los músculos se tensan y reciben más sangre, y ésta se prepara para coagular más pronto en caso de lesiones. Como señalamos antes, estos cambios están controlados por el sistema nervioso autónomo. Más exactamente, su rama simpática hace que las glándulas suprarrenales segreguen las hormonas epinefrina y norepinefrina (conocidas más comúnmente como adrenalina y noradrenalina). La adrenalina, que se asocia con el miedo, tiende a activar el organismo, la noradrenalina también hace lo mismo, pero se relaciona con la ira. Las glándulas suprarrenales se ubican justo arriba de la parte posterior de la caja torácica, específicamente encima de los riñones. La médula suprarrenal, o núcleo interno, es la fuente de adrenalina y noradrenalina. La corteza suprarrenal o capa externa de ellas, produce un grupo de hormonas llamadas corticoides. Una de sus funciones consiste en regular el equilibrio de la sal. Una deficiencia de ciertos corticoides provoca en el hombre un deseo irresistible de deleitarse con la sal. Los corticoides ayudan al organismo a adaptarse al estrés y son fuente secundaria de las hormonas sexuales. La secreción excesiva de las hormonas sexuales suprarrenales puede ocasionar virilismo (características masculinas exageradas). Por ejemplo, a la mujer le crece barba o la voz del hombre es tan baja que difícilmente se entiende lo que dice. En los primeros años de vida puede causar pubertad prematura (desarrollo sexual pleno en la niñez). Las hormonas sexuales, hay otra cuestión que vale la pena mencionar. Uno de los principales andrógenos, u hormonas "masculinas", es la testosterona que las glándulas suprarrenales segregan en pequeñas cantidades. (Los testículos son la fuente principal de testosterona en los varones.) Quizá haya oído que los atletas que quieren una gran masa muscular usan esteroides anabólicos. La mayoría de ellos son una versión sintética de la testosterona. Aunque los atletas crean lo contrario, no se ha demostrado que los esteroides mejoren el rendimiento y si que pueden causar efectos secundarios: voz más grave o calvicie en la mujer; disminución del tamaño de los testículos, impotencia sexual o crecimiento de los senos en el hombre. En los adolescentes más jóvenes se observa mayor riesgo de ataques cardiacos y apoplejía, daño al hígado o atrofia del crecimiento (Bahrke, Yesalis y Brower, 1998). Por eso muchas asociaciones deportivas prohíben el consumo de esteroides anabólicos. Métodos de investigación: descripción de los dominios internos del cerebro. La psicobiología estudia la forma en que los procesos biológicos, el cerebro y el sistema nervioso se relacionan con la conducta. Muchas de las funciones del cerebro fueron identificadas mediante estudios clínicos en los que se examinaron cómo las enfermedades o lesiones del cerebro afectan la personalidad, la conducta y las capacidades sensoriales. Una técnica experimental afín se funda en la ablación (extirpación quirúrgica) de algunas de sus partes. Cuando la ablación causa cambios en la conducta o en las sensaciones, conocemos la función de la parte extirpada. Otro método consiste en utilizar la estimulación eléctrica para "activar" las estructuras cerebrales" Por ejemplo, podemos activar su superficie tocándola con un pequeño alambre electrificado llamado electrodo. Cuando esto se hace durante la cirugía del cerebro, los pacientes describen cómo les afectó la estimulación. El cerebro no tiene receptores, del dolor, de modo que la cirugía puede hacerse mientras el paciente está despierto. Se usan sólo analgésicos locales en el cuero cabelludo y en el cráneo, Incluso las estructuras situadas debajo de la superficie del cerebro pueden ser activadas o removidas. En una intervención quirúrgica de lesión profunda se introduce en el área target cerebro un delgado electrodo aislado. Después, y con la ayuda de una corriente eléctrica, se destruye una pequeña parte del tejido del cerebro. Una vez más, los cambios de conducta dan pistas sobre la función del área afectada. Con una corriente más débil pueden activarse las áreas target en lugar extirparlas. A esto se le llama estimulación eléctrica del cerebro (EEC), la cual puede provocar conductas futuras con increíble fuerza. Además, puede causar de inmediato agresión estados de alerta, huídas, cambios en la alimentación, ingestión de bebidas, sueño, movimientos, euforia, recuerdos, hablas, lágrimas y muchas otras reacciones. Gracias a esta herramienta, los investigadores han empezado a crear mapas dimensionales del cerebro que muestran las respuestas sensoriales motoras y emocionales que pueden obtenerse de varias partes de él. Prometen, además, ser una guía utilísima en el tratamiento médico y en la exploración del cerebro (Carter, 1998; Yoshida, 1993). ¿Podría usarse la estimulación eléctrica del cerebro para controlar un individuo contra su voluntad? Al parecer, podríamos servirnos de ella para controlar personas sin embargo la personalidad y las circunstancias modifican las conductas y las emociones así provocadas. En lo que vemos en las películas de ciencia ficción, sería imposible que un dictador despiadado esclavizara a la población por medio de un control remoto. Para averiguar lo que hacen las neuronas individuales, se necesita un registro con micro electrodos. El micro electrodo es de vidrio extremadamente delgado que contiene un líquido salado para que sea capaz de conducir la electricidad. Su extremo es lo suficientemente pequeño como para detectar eléctrica de una sola neurona. A través de la observación del potencial de acción de una sola neurona se puede tener una fascinante idea sobre los verdaderos orígenes de la conducta. ¿Y qué decir del panorama general? ¿Es posible registrar lo que hace el cerebro globalmente? Sí, por medio de electro encefálica. Esta técnica mide las ondas de la actividad eléctrica producida en el cerebro. Los impulsos eléctricos provenientes del cerebro son detectados por los electrodos y enviados a un electroencefalógrafo (EEG), el cual amplifica las señales débiles (ondas cerebrales) y las registra en una hoja móvil de papel o en una pantalla de computadora. Con este aparato, los investigadores registran la actividad del cerebro sin invadir la región del cráneo. Los patrones de las ondas cerebrales revelan tumores, epilepsia u otras enfermedades; también indican cómo la actividad cerebral cambia durante el sueño, los ensueños, la hipnosis, el coma y otros estados mentales. Nuevas imágenes del cerebro en vivo. Muchos de los enigmas del cerebro se han resuelto gracias a los métodos que acabamos de describir y con otras técnicas basadas en medicamentos y en la química cerebral. Con todo, sólo nos ofrecen una pequeña parte del panorama. ¿Qué tal si pudiéramos "husmear" dentro de un cerebro intacto, mientras la persona piensa, percibe y reacciona?, ¿y si en vez de ver las notas musicales aisladas o en pequeñas partes pudiéramos disfrutar la sinfonía completa del cerebro? Este sueño, antiguamente imposible, ahora es real gracias a las imágenes computarizadas. Entremos a la biocomputadora humana a través de, algunas de estas "ventanas" recién abiertas, Exploración por tomografía computarizada El equipo de exploración computarizada ha venido a revolucionar el estudio de las lesiones y las enfermedades cerebrales, ya que los rayos X convencionales producen imágenes borrosas del cerebro. La exploración por tomografía computarizada (TC) es un tipo especial de rayos X que permite visualizar mejor el cerebro: una computadora obtiene la información de los rayos X y la convierte en una imagen. De hecho, puede revelar los efectos de paraplejías, lesiones graves y otros problemas, los cuales, a su vez, se relacionan con la conducta del individuo. Exploración por imágenes de resonancia magnética Las imágenes de resonancia magnética (IRM) usan un fuerte campo magnético, en lugar de rayos X, para producir una imagen del interior del cuerpo. Durante la exploración, el cuerpo se coloca en el interior de un campo magnético y entonces, por medio de la computadora, se crea un modelo tridimensional. Cualquier plano bidimensional, o "rebanada", del cuerpo puede seleccionarse y mostrarse como una imagen en una pantalla. De este modo, se puede visualizar un cerebro vivo como si fuera transparente. Una imagen funcional de resonancia magnética (IFRM) va un paso más allá de lo posible y hace visible la actividad del cerebro. Con estas imágenes los investigadores localizan las áreas donde se producen los pensamientos, los sentimientos y las acciones. ¿Es verdad que la mayoría de las personas usan apenas el 10% de si la capacidad cerebral? Es uno de los mitos más arraigados en esta área. Las exploraciones muestran que todas las partes del cerebro están activas en las horas de vigilia. Claro que algunos aprovechan mejor su potencia innata, pero no hay reservas ocultas o no explotadas de la capacidad mental en un cerebro que funciona normalmente. Exploración por tomografía por emisión de positrones (TEP) Las imágenes del cerebro obtenidas con esta técnica son acaso las más notables de todas. Una exploración TEP detecta positrones (partículas subatómicas) emitidos por una glucosa débilmente activa (azúcar) a medida que es consumida por el cerebro. Dado que el cerebro funciona con, la exploración muestra qué áreas están usando energía. Un consumo elevado de energía indica mayor actividad. Por eso colocar detectores de positrones alrededor de la cara al enviar los datos a una computadora, se produce una imagen cromática móvil de los cambios en la actividad cerebral. Este tipo de imágenes revelan que áreas muy específicas del cerebro están activas cuando leemos, escuchamos o decimos una palabra, lo mismo que cuando pensamos en su significado (Petersen et al., 1988).