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EL COLEGIO MEXIQUENSE Los portugueses en Hispanoamérica o...seguir aquella vía muy gloriosa por donde Dios nos manda caminar * (Segunda parte) Dagmar Bechtloff ** CÓMO PODER SOBREVIVIR L a amenaza latente y omnipresente, a la cual estaba expuesta la población portuguesa nuevocristiana iberoamericana, hizo que la movilidad llegara a ser un rasgo característico de su vida. Una excepción la representó la parte de Brasil bajo el dominio holandés. Allí no había necesidad de repentinas mudanzas. Al contrario, se puede observar un significativo movimiento de migración entre Lima y DOSSIER Académico México. Siendo comerciantes que se habían especializado en los centros mineros peruanos, la preferencia de estas personas fue nuevamente por las minas y sus poblamientos, como Sultepec, Pachuca, Taxco, Tlalpujahua, Guadalajara, Querétaro y Zacatecas.31 En el foco del interés de las autoridades estaban los portugueses, sobre todo entre los años 1625 y 1649. Muchas veces el motivo de las persecuciones por parte del Santo Oficio era la sospecha de haber realizado espionaje a favor del movimiento por la independencia de Portugal. La primera ola de persecución tuvo lugar entre 1625 y 1635, y empezó con la detención de muchos portugueses en Cartagena de Indias, a quienes se imputó ser cómplices en los planes hostiles contra el Estado español. A continuación, se arrestó a muchas personas en la Ciudad de México, también bajo el pretexto de una supuesta complicidad. Al mismo tiempo, comenzó una ola persecutoria en Lima, que se extendió durante cuatro años y tuvo su triste apogeo en las numerosas detenciones durante la Gran complicidad de 1639. Al fin, la ola del terror volvió hacia el norte. El Gran Autodafé del 11 de abril de 1649 en la Ciudad de México representó el último hito trágico de interés del Santo Oficio por los portugueses judíos en el siglo XVII.32 El Consejo de la Suprema y General Inquisición con su Tribunal del Santo Oficio había sido instalado en la Nueva España y en el Perú en el año 1571.33 Para garantizar una aplicación más eficaz, se fundó en 1610 otra sede en Cartagena de Indias, hasta entonces bajo asesoramiento de jure de Lima. En realidad, los límites de acción entre los consejos de México y Lima eran fluidos, es decir, el sitio para el procedimiento judicial podía depender del domicilio y a veces del lugar de detención. Además había un intercambio regular y detallado de informaciones entre las autoridades de ultramar y entre aquéllas y España y Portugal. * Del 6° cántico de Luis Carvajal el Mozo, anotado en las actas de Inquisición, publicado por Alfonso Toro, Procesos de Luis de Carvajal (El Mozo), Talleres Gráficos de la Nación, México, 1935, p. 198. ** Ph. D. Investigadora del Instituto de Historia de la Universidad de Bremen. Este texto es una versión de la conferencia «Los portugueses en América en el siglo XVII», que la autora ofreció el 11 de octubre de 2001 en EL COLEGIO MEXIQUENSE, A.C. 31 Seymour Liebman, New World Jewery, pp. 60-67. 32 Ibid., pp. 217-267. 33 Felipe II fundó el Consejo de la Inquisición en México y Lima mediante la orden del 25 de enero de 1569. En Cartagena de Indias fue instalado en 1610. Número 14 marzo-abril 2002 1 LA GACETA DE Por su número de habitantes portugueses, las ciudades de México y Puebla de los Ángeles, Lima y Cartagena de Indias eran los centros urbanos más importantes. Por ejemplo, la importancia de Cartagena de Indias, con sus más de 500 vecinos españoles, estaba sobre todo en que era un lugar estratégico como ciudad marítima y comercial. Aquí terminó y empezó una de las rutas marítimas entre Sevilla y América. Por lo tanto, Cartagena era uno de los más codiciables objetos para los ataques de los piratas. Al mismo tiempo, era el lugar preferido de espías franceses, ingleses y holandeses. Repetidos asaltos imprevistos de tropas enemigas habían dado motivo para que la ciudad dispusiera de uno de los fuertes más impresionantes de América. Las autoridades coloniales reaccionaban frente al intenso tráfico de forasteros de este puerto caribeño alternando la sospecha con el pragmatismo. Así, el tribunal de la Inquisición había sido instalado desde 1610; sin embargo, el primer proceso se realizó 15 años más tarde.34 EL COMERCIO INTERNACIONAL: UNA RED DE SEGURIDAD Mientras que la Ciudad de México fue desde el primer momento una metrópoli el centro político y administrativo de la Nueva España que atraía y necesitaba un sinnúmero de personas, Puebla de los Ángeles se fundó como parada media en la ruta de Acapulco a Veracruz. Al poco tiempo, ya era una de las ciudades comerciales más importantes del virreinato. Las personas que trabajaban en el comercio internacional debían tener un despacho allí y, por las actividades industriosas de la ciudad, el porcentaje de extranjeros era alto. A su vez, Cartagena era el punto de empalme económico y militar de todo la región del Caribe, mientras Lima era el centro administrativo del virreinato del Perú, cuya riqueza se basaba en las minas de plata de Huanacavelica y Potosí. En éste, los inquisidores anotaban en 1622, con enfado, que los «portugueses» eran activos en todo el negocio relacionado con las minas y que controlaban todo mercado del abastecimiento de la ciudad. Peor todavía: ¡el comisario de Potosí parecía ser de «ellos», aunque también decía ser español!5 En el contexto de las investigaciones sobre la «Conspiración de 1635», uno de los testigos se indignó porque prácticamente todo el comercio de Lima estaba en manos de los «portugueses». No importaba si se trataba de telas de brocado o mantas de lana burda, diamantes o comino... todo pasaba por sus manos. Además, podían asegurar mediante el crédito todo un fletamento y entregar la mercancía en un tiempo mínimo y hasta los lugares más remotos. Ello gracias a sus contactos intensos al nivel local, regional e incluso internacional. Como si fuera poco, todas las operaciones crediticias estaban en manos portuguesas, lo cual facilitaba a los comerciantes portugueses tomar créditos, de preferencia grandes y a largo plazo, pagando los intereses pero no la deuda hipotecaria. Concluía el testigo: «El castellano que no tenía por compañero de tienda a un portugués, le parecía no había de tener suceso bueno».36 En su mayoría, los comerciantes portugueses habían llegado de Buenos Aires a la ciudad, que ya en 1625 tenía 25% de habitantes portugueses.37 Esta breve descripción de la vida y los vínculos, al mismo tiempo globales y estrechos, que caracterizaban tan sólo a tres familias, refleja no obstante la importancia de las 34 Nikolaus Böttcher, Aufstieg und Fall eines atlantischen Handelsimperiums: portugiesische Kaufleute und Sklavenhändler in Cartagena de Indias von 1580 bis zur Mitte des 17. Jahrhunderts, Frankfurt / M.,1995, pp. 60-67 y 168-171. 35 Seymour Liebman, Op. cit., p. 91. 36 José Toribio Medina, Historia del Tribunal de la Inquisición de Lima (1569-1820), Fondo Histórico y Bibliográfico Jose Torbio Medina, Santiago de Chile, 2a ed., 1956, Bd. 2, p. 333. 37 Seymour Liebman, Op. cit., pp. 91-94. 2 marzo-abril 2002 Número 14 ciudades de exilio para la comunidad portuguesa-sefardí después de la expulsión de España y Portugal. Al mismo tiempo, nos permite examinar los intensos lazos que mantenían las familias entre sí a pesar de las persecuciones. Previamente a la independencia de Holanda, era sobre todo Venecia la que ofreció exilio a los refugiados. En Francia había solamente unos pequeños enclaves, por ejemplo, Bayonne o Bordeaux.38 En el sureste de Europa, el Imperio Osmano39 daba refugio a los desterrados sefardíes. Las primeras familias españolas-portuguesas-sefardíes llegaron a los Países Bajos casi 100 años después del edicto de expulsión de los Reyes Católicos. Entre 1593 y 1600, se establecieron especialmente en Amsterdam. A partir de entonces, empezó allí una vida teológica y económica bastante animada y activa. Los contactos alrededor del globo, consecuencia de las expulsiones de España y Portugal, recalcaron el ámbito del comercio internacional como la esfera de actividades preferida por los sefardíes. Sobre todo la Cofradía de Olanda, mencionada con creciente frecuencia en el transcurso de los años treinta del siglo XVII en las actas del Santo Oficio de Hispanoamérica, jugó un rol bastante importante en este contexto. Se trataba de una unión de comerciantes y capitanes que se dedicó a la manumisión de sus miembros caídos en el cautiverio de piratas o en la esclavitud. Según los protocolos del Santo Oficio, muchos comerciantes judíoportugueses de Hispanoamérica eran miembros de dicha cofradía, la cual tenía mucho en común con sus hermanas cristianas en cuanto a su campo de actividades sociales, por ejemplo dando créditos a sus miembros y ofreciendo el sostenimiento de las viudas y huérfanos de hermanos difuntos.40 Sin embargo, la Cofradía de Olanda realizó una misión adicional bastante delicada: dio a los holandeses el apoyo logístico para posesionarse de las colonias españolasportuguesas de ultramar.41 Uno de los comerciantes al por mayor de Lima, don Simón Osario, conocido también por el nombre de Simón Rodrígues, condenado en el Gran Autodafe de Lima en 1639, admitió que junto con su hermano había entregado a la cofradía la suma de ocho mil ducados, bajo la condición de emplearla en contra de los españoles.42 CONCLUSIONES En la Nueva España, como en los demás partes del mundo iberoamericano, las autoridades tenían una actitud ambivalente frente a los inmigrantes. Ya per se, los portugueses, nuevocristianos o judaizantes, les parecían sospechosos tanto a las autoridades coloniales como a las eclesiásticas, pues su sola presencia significaba una amenaza a su propio poder y dominación. Esto porque Portugal nunca había estado de acuerdo con la unión de las coronas bajo un rey español y los esfuerzos por conseguir la independencia aumentaron en el transcurso del siglo XVII, hasta que este fin fue logrado en 1640. Además, los Béatrice Leroy, Die Sephardim, pp. 126-128. En 1309 los judíos fueron expulsados de Francia, siendo la única excepción La Provence, de donde salieron expulsados en 1501 por Carlos VIII. Fue sólo a partir de 1656 que los judíos pudieron inmigrar a Inglaterra. En 1290 los súbitos judíos habían sido expulsados de la isla. Véase también Seymour B. Liebman, Op. cit., S. 35. 39 Salo W. Baron, A Social and Religious History of the Jews, vol. XVIII, cap. 75 «Ottoman Empire», pp 3-44 y cap. 76, «Turkeys Golden Age», pp 45-121, New York, 1983. 40 Nikolaus Böttcher, Op. Cit., p. 89, y Seymour B. Liebman, Op. cit., p. 94. 41 Véase Hermann Kellenbenz, A participao da Companhia de judeus na conquista holandesa de Pernambuco, Paraiba, 1966. Después de la conquista militar de Holanda, la población europea de Surinam estaba formada, casi sin exepción, por inmigrantes holandesesportugueses. 42 Seymour Liebman, The jews in New Spain, p. 221. 38 EL COLEGIO MEXIQUENSE nuevocristianos y judaizantes ponían en duda, por su mera existencia, la infalibilidad de la iglesia católica. Por fin, esta red de contactos por todas las partes del mundo, que habían tenido que generar los sefardíes en el curso de su expulsión, los hacía difícilmente controlables. Por lo demás, hay que agregar que las coronas ibéricas cayeron en una presión creciente por parte de los poderes competidores de ingleses y holandeses, y las autoridades españolas temían que los comerciantes portugueses nuevocristianos, siendo global su radio de acción, pudieran realizar espionaje para sus enemigos. Hay que considerar también bajo el punto de vista de garantizar la seguridad del Estado a las actividades de la Inquisición que, por el Patronato Real, estaban subordinadas a las autoridades reales. Por su lengua materna, el imperio mundial españolportugués, incluyendo la patria e Italia, era el destino preferido por los emigrantes; sin embargo, muchos de ellos buscaron refugio en los reinos no católicos enemigos de España, como Inglaterra, los Países Bajos y el Imperio Osmano. Asimismo, hay que ver las olas de detenciones contra el fondo de los intereses económicos. Aunque raras veces un comerciante cristiano-español denunciaba a un colega para deshacerse de competencia indeseada, no se puede negar que esta exitoso red de contactos de negocios de los comerciantes portugueses, que incluyó tanto el tráfico de mercancías sin operar al contado como el sistema de concesiones de crédito, causó envidia en muchas ocasiones. Por lo sucedido, este grupo de comerciantes no era considerado como ligado a los intereses nacionales de la Madre Patria. Por lo general y esto se refleja en las informaciones de las actas que eran intercambiadas periódicamente entre las autoridades de los Tribunales de la Inquisición en Iberoamérica y la península, los integrantes de una familia no emigraban todos juntos a América, sino que las diferentes ramas de la parentela se establecían en diversas partes del mundo. Por lo tanto, disponían de socios y hombres de confianza tanto en el mundo ibérico como en los países bajo el dominio protestante o en el Oriente musulmán. Entonces, aunque las autoridades no fomentaban la emigración portuguesa hacia Hispanoamérica, tampoco la prevenían ni la impedían sin excepción. Para erigir e implantar los virreinatos ultramarinos se necesitaba de profesionales y de capital. Así fue como se aceptaron los conocimientos portugueses en los campos técnico-artesanales y comerciales para aprovechar mejor las minas de plata, en el comercio de telas y en lo referente a la construcción naval. Es evidente la dependencia real de la Corona de este grupo de súbditos nuevocristianos en lo referente a sus conocimientos, sin embargo, había también una dependencia demográfica. Se debe notar que este grupo representaba hasta 10% de la población europea en Hispanoamérica, de ahí que los nuevocristianos resultaran indispensables para asegurar la presencia europea durante la Colonia. Por lo tanto, la inmigración portuguesa recibió una tolerancia tácita. Esto se explica por un conjunto de consideraciones tanto al nivel de la política interior como al nivel colonial: la Corona recurrió con regularidad a sus súbditos nuevocristianos para asegurarse de fuentes de ingresos adicionales a través de licencias especiales para irse a los virreinatos. Al mismo tiempo, dicha emigración liberó a la Corona de una grupo social posiblemente herético y difícilmente dominable, lo cual ayudó a disminuir la presión social y política que tenía el rey por parte de súbditos inconformes. Si bien es verdad que no había ni mucho menos un patrocinio oficial a la emigración «portuguesa» al Nuevo Mundo, no fue ni prohibida sin excepción ni impedida de facto. Hablan en favor de esta conclusión tanto la existencia de una sinagoga en la cercanía directa del Tribunal en la Ciudad de México como los mismos simulacros de procesos. Se procesaba con procedimientos sensacionalistas a unos cuantos representantes prominentes de la comunidad portuguesa que, en su mayoría, quedaba sin ser molestada. Asimismo, esto se refleja en el número de investigaciones realizadas en el periodo: a partir de la segunda mitad del siglo XVII no se puede registrar por lo menos por lo que dicen los documentos vistos hasta ahora una vigilancia mayor o un tratamiento especial a los inmigrantes portugueses: formaban ya parte de la nueva sociedad colonial. BIBLIOGRAFÍA Alberro, Solange, Inquisición y sociedad en México 1571-1700, México, 1998. Avni, Haim, Argentina and the Jews: A History of Jewish Immigration, Tuscaloosa, 1991. Baron, Salo W., A Social and Religious History of the Jews, Bd. XVIII, New York, 1965 / 1983. Böttcher, Nikolaus, Beziehungen zwischen «conversos» in Spanien und spanischen Juden in Amsterdam in der ersten Hälfte des 17. 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Vones, Ludwig, Geschichte der Iberischen Halbinsel. Mittelalter (7111480), Sigmaringen, 1993 Las manifestaciones de la religión popular en el Santuario de Chalma * María J. Rodríguez-Shadow1 davecita@hotmail.com Robert D. Shadow2 rshadow@mail.udlap.mx E l objetivo de esta ponencia es presentar la información obtenida a través del trabajo documental y etnográfico realizado durante un año ritual en el santuario de Chalma. Antes de iniciar el análisis y descripción del ciclo festivo y los diversos aspectos ceremoniales de la religiosidad popular tal y como se manifiestan en ese santuario, es necesario considerar algunos aspectos de estas manifestaciones populares. Carrasco afirmó que lo distintivo de la religiosidad popular se debe a la sobrevivencia de elementos prehispánicos, a la aceptación selectiva y adaptación de creencias y prácticas católicas y, lo más importante, al hecho de que existe una organización local de las creencias populares que constituye un elemento básico de la vida económica y política de la comunidad. La religiosidad popular podría definirse como el conjunto de prácticas, ceremonias y rituales ejercidas por gente * Ponencia presentada en la XXVI Conferencia Internacional de la Sociedad Internacional de Sociología de las Religiones, realizada en agosto de 2001, en Ixtapan de la Sal, Estado de México, con EL COLEGIO MEXIQUENSE, A.C., como anfitrión. 1 Investigadora del Departamento de Etnología y Antropología Social-Instituto Nacional de Antropología e Historia. 2 Investigador de la Universidad de la Américas-Puebla. 4 marzo-abril 2002 Número 14 de los estratos marginados. Esa expresión religiosa es, históricamente hablando, resultado de la convergencia entre el catolicismo popular español y las religiones indígenas precolombinas. Dichas prácticas se caracterizan por el predominio de actitudes devocionales y de búsqueda de protección y amparo efectuadas y dirigidas por agentes laicos. Se trata de la religión de lo cotidiano, de lo concreto, en suma, de una «religión práctica». Los practicantes ven a Dios como justiciero y equilibrador de las injusticias del mundo, de su propia condición. Dentro del marco de la religiosidad popular, el devoto aparece como el protagonista humano que interactúa ritualmente con un agente sobrenatural adoptando actitudes de sumisión, con el fin de obtener su actitud favorable y su ayuda en asuntos de carácter empírico y utilitario, con énfasis en ciertas prácticas propiciatorias, como promesas, procesiones, peregrinaciones y ex votos. Debido a su condición socioeconómica, los practicantes de este tipo de religiosidad buscan en su acercamiento al ser divino no la salvación de su alma, sino una ayuda de tipo práctico: protección contra enfermedades y accidentes, tanto para ellos como para sus seres queridos y sus animales; recibir las lluvias a tiempo, alejar el granizo de sus cultivos y otros favores y beneficios de carácter material. Por ello, la imagen EL COLEGIO MEXIQUENSE divina aparece como un personaje que prodiga sus dádivas permite que se transluzcan las ambigüedades y tensiones del entre este estrato subordinado de la sociedad. sistema. Es por ello que sus imágenes y rituales detentan una El dar y recibir a través del personaje sagrado representa el naturaleza confusa y contradictoria: al mismo tiempo que punto de partida del evento religioso popular: todo se organiza aproximan existencialmente a los pueblos campesinos con otros en torno a ello: las danzas, la peregrinación, los cuetones, la sectores de la sociedad, en cuanto a lealtad y reconocimiento música, las aspersiones, la misa, las flores, la comida, las de los ideales representados por los símbolos religiosos bendiciones, el establecimiento del parentesco ritual y las centrales la Pasión, muerte y vindicación final del Redentor procesiones. En términos generales, puede decirse que los los desarticula culturalmente y posibilita un territorio de santuarios constituyen lugares privilegiados para el estudio de cuestionamiento e impugnación a la estructura real. Es posible estas expresiones de religiosidad popular, ya que el santuario que esta perspectiva, que hace hincapié en el carácter se considera un centro sagrado en donde se encuentra la dinámico, dialéctico y ambiguo de la peregrinación, sea más imagen venerada, lugar que debe ser visitado para implorar y fiel a los matices semiológicos presentes en la celebración y buscar seguridad y protección. menos a los enfoques que ven en los símbolos y rituales Los santuarios, entonces, son sitios donde los seres humanos religiosos sólo expresiones de solidaridad social. tratan de encontrarse con la divinidad, intentan construir Las peregrinaciones al santuario de Chalma que relaciones y comunicación mediante el establecimiento de un realizan anualmente individuos y diversos grupos sociales en culto que está constituido por ritos, con el fundamento de un ciertas fechas especiales se caracterizan por ser prácticas mito de origen. Desde la perspectiva de los devotos, los rituales con acciones repetitivas, ofrendas pecuniarias y santuarios son lugares que la divinidad ha elegido para prestaciones físicas que implican sacrificio. El peregrino, al mostrar su grandeza y prodigar sus dones, por ello, los establecer el buscado contacto con lo sagrado, intenta que sea creyentes dirigen sus esfuerzos para construir un edificio o un lo más directo posible, ya sea tocando, tallando, besando o santuario dignos de su majestad. frotando el objeto sagrado con el fin de posibilitar la No es de sorprender el hecho de que muchos de los lugares de transmisión de su presunto poder sobrenatural. La realización adoración estén localizados en manantiales, en cerros o en el de ofrendas, sacrificios, plegarias o limosnas tendría la función interior de una de sellar el escondida gruta alejada pacto de ayuda y de cualquier centro cooperación que poblacional, como es el es solicitado a las Investigadores de la Red de Colegios llevan a cabo el caso de Chalma, por fuerzas proyecto «El agua en México en el cambio de siglo», dos razones: en primer sobrenaturales. para lo cual se estableció un seminario metodológico lugar, por la Es en este que incluirá tres reuniones de trabajo. Por parte de EL persecución religiosa sentido que el COLEGIO MEXIQUENSE, A.C., participa la maestra Diana que emprendieron los acto de caminar Birrichaga Gardida, especialista en el tema, quien españoles con el ánimo tendría trabaja con los investigadores Luis Aboites, de El de suprimir los restos de connotaciones de Colegio de México; Brigitte Boehm, de El Colegio de las antiguas tradiciones, un rito de Michoacán; Miguel Ángel Casillas, de El Colegio de y, en segundo, porque comunicación, el desde tiempos de danzar un Jalisco; Alfonso Cortés, de El Colegio de la Frontera inmemoriales las significado de Norte; Edith Kauffer, de El Colegio de la Frontera Sur; cavidades, tanto aquí propiciación o Cecilia Lezama, de El Colegio de Jalisco; José Luis como en el Viejo invocación de Moreno, de El Colegio de Sonora; Francisco Peña, de Mundo, han servido de favores y el de El Colegio de San Luis, y Martín Sánchez, de El santuarios. pintar, como en el Colegio de Michoacán. La peregrinación, caso de los ex expresión por excelencia votos, el sentido de la religiosidad de agradecer los popular, puede favores ya concebirse entonces como un conjunto de rituales y ceremonias recibidos. Estas danzas, como ya lo han notado los estudiosos, formalmente dirigidas hacia lo sobrenatural, pero arraigadas nada tienen de arrebatos de éxtasis; son, por el contrario, en estructuras materiales, mediante las cuales la gente gestos rituales acompasados, lentos y discretos que representan transmite sus percepciones de la realidad a fin de escenas de lo cotidiano, como el trabajo de la gente rural. No transformarla, aunque sea ilusoriamente, según sus es un espectáculo artístico; es el cumplimiento de un necesidades. compromiso con su dios. De acuerdo con nuestras Partiendo de la premisa de que las peregrinaciones religiosas observaciones, las actividades a las que se dedican los constituyen una manifestación cultural de los grupos peregrinos que van a Chalma son: subordinados, no hay que omitir la estructura sociopolítica en nuestro país que es fundamentalmente asimétrica, donde 1. (Si son «primerizos») bailar con sus coronas de flores persisten grandes distancias socioculturales y fuertes ante la capilla que está dedicada a Santa Rita de Casia, antagonismos clasistas engendrados por una economía política 2. Entrar al santuario en peregrinación corporada, previa cimentada en la reproducción de la desigualdad. develación de alcancías y estandartes, Entendiendo a la peregrinación como una de las variadas 3. Asistir a misa, confesarse, formular juramentos y expresiones de intercambio cultural que se establecen entre tres formarse para ver y reverenciar al señor de Chalma, instancias o estratos asimétricos: las tradiciones y grupos tocarlo e impregnarse de su poder divino populares; las instituciones y niveles superiores de la sociedad; 4. Realizar un acto de purificación y «limpia» en la capilla y los poderes sobrenaturales. Se propone que el mensaje de anexa al santuario, posteriormente bañarse en el río y súplica y amparo que llevan los peregrinos en su marcha hacia nadar en la alberca, sus protectores espirituales se relaciona con las desigualdades 5. Finalmente, se llevan a cabo las actividades recreativas: e incertidumbres que caracterizan su posición en la estructura los jóvenes van a la disco, compran cuadros y artículos social terrenal y su subordinación frente a los grupos religiosos, que llevan a bendecir y con los cuales dominantes. Es necesario señalar que ni el mensaje ni la regresarán a su pueblo. función del acto son inequívocos. Debido a su carácter mediatizador, la peregrinación exhibe las discordancias y Número 14 marzo-abril 2002 5 LA GACETA DE La extensión y la profundidad de los lazos rituales que se establecen durante toda esta compleja serie de rituales propios de la religiosidad popular, pueden sintetizarse en dos puntos: uno es responder a la necesidad de cubrir determinados fines rituales y sociales; el otro tiene fines práctico-utilitarios. Los padrinos elegidos durante una peregrinación (corporada) suelen conducir y adoctrinar a los «primerizos» en su tránsito por regiones potencialmente peligrosas; también son los encargados de comprarle escapularios a sus respectivos ahijados, así como listones, rosarios y cirios, y efectuar los ritos apropiados; es una obligación social del ahijado comprar en los puestos de Chalma piezas de pan «de fiesta» para regalar en correspondencia. Las ferias que se celebran a lo largo del ciclo ritual son de tres tipos, en el primero los peregrinos participan en forma corporada, como en la feria de Reyes, que se celebra del 4 al 7 de enero; la de la Primera Semana de Cuaresma, que es del 9 al 17 de febrero, y la de Navidad, que es del 21 al 26 de diciembre. Los peregrinos llegan al santuario caminando, en bicicleta o en camiones de redilas. Los pueblos que asisten durante el festejo de las ferias del primer tipo proceden de comunidades campesinas del Estado de México, Tlaxcala, Puebla, Morelos y, en menor grado, de Guerrero, Hidalgo, Querétaro y el Distrito Federal, y son organizadas por los mayordomos. Los peregrinos llevan diversas ofrendas que consisten en canastas de panes y frutas para bendecir y contribuyen al espectáculo festivo de las ferias con sus juegos pirotécnicos, su música de banda, cantos y bailes como las danzas de los cañeros, las pastoras, los santiagueros, los arrieros, los vaqueros y la de moros y cristianos. La organización de las peregrinaciones corporadas incluye a la totalidad de la comunidad, que tiene que realizar un esfuerzo sostenido durante un año para reunir los recursos materiales suficientes para llevarla a cabo. Se fundamenta sobre la base de un dispositivo laico que se haya, en principio, fuera del control eclesiástico: la mayordomía, cuyos dirigentes permanecen en el puesto durante un año y reciben su investidura de manera ritual, en Chalma o en la iglesia de su propio pueblo. Puesto que los mayordomos son funcionarios civiles que se autoeligen, no hay aparentemente una relación formal entre éstos y los miembros de la jerarquía política, pero nadie duda que ser mayordomo supone prestigio social, lo cual facilita su inserción en la estructura política comunitaria. Ferias del segundo tipo son las de Semana Santa, que es del 24 al 31 de marzo; la de Pascua de Pentecostés, del 12 al 19 de mayo, y la de San Agustín, que se festeja del 26 al 31 de agosto. En éstas los peregrinos asisten «en forma masificada» y llegan en camiones de pasajeros, bicicletas y autos o camionetas particulares. A estas ferias «multitudinarias» asisten peregrinos de la gran ciudad, que hacen «muchedumbre» por su asistencia simultánea en un mismo tiempo y lugar sagrados, aglutinados por un vago sentimiento religioso objetivado en un símbolo común: el Cristo. Esos peregrinos generalmente proceden de antiguos pueblos que, en virtud del contacto con la ciudad, han sido disgregados y rotas sus relaciones sociales tradicionales; como consecuencia de esa desintegración, se observa un incremento de conductas antisociales y agresivas. Los peregrinos suelen ser trabajadores asalariados, comerciantes y empleados públicos, que pueden llegar en grupos familiares, de compañeros de trabajo, agrupaciones de 6 marzo-abril 2002 Número 14 vecinos, de sindicatos y organizaciones devocionales o congregaciones civiles diversas. Ritualmente, estas ferias se distinguen por la presencia urbana y de conjuntos musicales, mariachis, los doce pares de Francia, las danzas aztecas, los romanos, los concheros y la danza chichimeca. Las ferias de San Miguel, que es del 26 de septiembre al primero de octubre, y de San Agustín, que se celebra del 26 al 31 de agosto, se consideran de gestión clerical. A la feria de San Miguel asiste una gran concurrencia, cuyos festejos corren a cargo de siete comisiones dirigidas por un mayordomo. Tanto éste como los miembros de las comisiones son elegidos, cada año, por una asamblea de vecinos que se reúne en la Sala del Consejo del Convento, bajo la presidencia del Padre Superior. Las personas que se eligen para ocupar los cargos deben contar con recursos para solventar los gastos de los festejos. Se nombra una comisión del altar, que se encarga del adorno de flores y de ceras del santuario; la de la música, que gestiona la contratación de la banda, que recibe con sus acordes a las peregrinaciones que llegaron con sus ofrendas y a amenizar la feria; la comisión de iluminación, que se ocupa del alumbrado que adorna la fachada y el atrio; la comisión del «castillo», que financia y ordena la manufactura y el tipo de diseño de los juegos pirotécnicos que son quemados durante la celebración; la comisión de la salva, que solicita y supervisa la clase de cohetería; los miembros de la comisión del «vítor», que son los responsables de organizar el desfile tradicional de carros alegóricos que representan escenas religiosas; la comisión de la «portada», cuya responsabilidad es la manufactura de la portada de flores que luce el santuario. BIBLIOGRAFÍA Aguilar, Íñigo, Sarita Molinari y María J. Rodríguez-Shadow (1999), «Las motivaciones de los adolescentes que peregrinan del valle de Puebla-Tlaxcala a la Basílica de Guadalupe», México, Antropología, Boletín del INAH, núm. 53, enero-marzo, pp. 3137. Anónimo (1972), Chalma: Primer centenario (1872-1972), México, ed. de los Frailes del Santuario. Ayala, Jorge (1965), Chalma. Su Señor, su Santuario, su Convento, sus Ferias, sus Danzas, sus Leyendas y Tradiciones, México, ed. de los Frailes del Santuario. Barba de Piña Chan, Beatriz (1998), Caminos terrestres al cielo: contribución al estudio del fenómeno romero, «Colección Científica», México, Instituto Nacional de Antropología e Historia. (Coord.) (1999), «Ritual Journeys in Ancient México», ponencia presentada en la XXV Conference of the Society for the Sociology of Religion, 26-30 de julio, Bélgica. Giménez, Gilberto (1978), Cultura popular y religión en Anáhuac, México, Centro de Estudios Ecuménicos, A. C. Rodríguez-Shadow, María J. y Robert D. 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(2000), El pueblo del Señor: fiestas y peregrinaciones del Santuario de Chalma, 1ª ed., Toluca, Universidad Autónoma del Estado de México EL COLEGIO MEXIQUENSE La participación de la sociedad civil en procesos de integración comercial: el caso del ALCA en México * Alejandro Natal ** anatal@cmq.edu.mx Tonatiuh González *** tgonzal@correo.insp.mx INTRODUCCIÓN E ste documento intenta analizar cuál ha sido la participación de las organizaciones de la sociedad civil (OSC) en procesos de negociación comercial. Especialmente se enfoca a la participación de las OSC en la integración del Área de Libre Comercio de las Américas ( ALCA). Nuestro estudio de caso son las OSC mexicanas en un periodo que va de 1999 al 2001. Aunque las negociaciones del ALCA continuarán hasta el año 2004 ó 2005, consideramos que varios de los parámetros y tendencias observadas marcarán en buena medida el futuro de la participación de las OSC en este ámbito. Este documento reporta sobre un estudio mayor que analiza la participación de la sociedad organizada en la integración hemisférica. El estudio, liderado por FLACSO Argentina, presenta estudios similares para otros países latinoamericanos: Brasil, Chile y Argentina. Intenta ser un análisis de la participación ciudadana en el marco de la globalización. Identifica actores emergentes y los mecanismos que actores anteriores han utilizado para recontextualizarse en la nueva realidad cambiante y dinámica de la integración comercial. Este documento intenta explorar también algunos de los factores que, en el marco de la globalización, potencian o reducen la efectividad de las organizaciones para cabildear, generar opinión pública y proponer alternativas de acción. Iniciamos con un breve recorrido histórico sobre el desarrollo de la sociedad civil del México posrevolucionario hasta la fecha, que nos permite ubicar y entender a las OSC involucradas en el ALCA en un contexto histórico. En una segunda parte se analizan los actores que han aparecido en torno de las negociaciones del ALCA; en especial, buscamos describir analíticamente cuáles OSC se han constituido como actores y cómo participan en la arena de la globalización comercial. Aunque este estudio se enfoca especialmente en el análisis de las negociaciones para la creación del Área de Libre Comercio de las Américas ( ALCA), toma ejemplos de otros acuerdos como el TLCAN para entender la dinámica de la participación ciudadana en el marco de la integración comercial. En esta segunda sección utilizamos la clasificación discutida por Korzeniewicz y Smith, quienes en términos generales proponen distinguir dos estrategias principales de participación de la sociedad civil transnacional en relación con la Cumbre de las Américas, una la de los insiders, y otra la de los outsiders. En la tercera parte de este documento discutimos algunos elementos que limitan o potencializan la participación de las OSC en las negociaciones del ALCA. Analizamos cuál ha sido la * Fragmento del cuaderno número 18 de la serie «Documentos de Discusión sobre el Tercer Sector». Hemos seleccionado la introducción y una primera parte del documento, en que se hace una revisión histórica de las luchas de la sociedad civil en México durante el siglo XX. En una próxima entrega se presentará la continuación de esta revisión histórica. Se ha seleccionado esta parte porque constituye un material de difusión por sí EL COLEGIO MEXIQUENSE, A.C., a través de su Programa de mismo; el cuaderno es de reciente publicación y puede solicitarse a la librería Información, Prospectiva y Estudios Estratégicos del de EL COLEGIO MEXIQUENSE, cuyos teléfonos, Estado de México, concluyó los Programas Estatales de correo electrónico y dirección pueden Ordenamiento Territorial en el Estado de México y en el consultarse en este número de la GACETA. ** Distrito Federal, y los entregó a las dependencias Candidato a doctor en Estudios del Desarrollo por The London School of correspondientes de ambos gobiernos así como a la Economics. Es coordinador del Programa Secretaría de Desarrollo Social. Ambos programas Interdisciplinario de Estudios sobre el Tercer señalan cuál es la situación actual de los territorios en Sector (PIETS) de EL COLEGIO MEXIQUENSE, A.C. cuanto a su desarrollo o deterioro, y cuáles son las Entre sus publicaciones más recientes destaca el cuaderno del que se ha expectativas a partir de sus vocaciones urbanas, seleccionado este texto, ambos con el agrícolas, pecuarias, etcétera. Los programas cumplieron mismo título. además cuatro fases que cubren la descripción, el *** Maestro y candidato a doctor en diagnóstico integral, la prospectiva y los modelos Ciencias Políticas por el Centro de Investigación y Docencia en Humanidades propuestos de ordenamiento territorial para cada caso. del estado de Morelos; es investigador del Instituto Nacional de Salud Pública. Número 14 marzo-abril 2002 7 LA GACETA DE capacidad de negociación e influencia de las OSC mexicanas a la luz de los canales que han utilizado para expresarse, de sus acciones de cabildeo, su acción colectiva, generación de opinión pública y de las propuestas concretas que han hecho en el marco de la discusión sobre el ALCA. Concluimos con una breve sinopsis que busca dejar una fotografía de este mapa social, así como algunas preguntas para plantearse en escenarios por venir. ANTECEDENTES DE LA PARTICIPACIÓN SOCIAL EN MÉXICO Cómo parte del proyecto para organizar la lucha por el poder tras la Revolución Mexicana, el presidente Lázaro Cárdenas consolida la estructuración iniciada por Plutarco Elías Calles de un sistema político que termine con el caudillismo y el faccionalismo. En este nuevo sistema, el corporativismo, la lucha por el poder se da de manera pacífica e institucionalizada dentro de un partido de Estado. Desde los 40, el corporativismo sirve también como un mecanismo para controlar y regular las demandas sociales y, paradójicamente, para atender muchas de ellas. A través de las estructuras del corporativismo, el Estado (1) cooptaba a los líderes sociales por medio de prebendas políticas, condicionamiento de recursos, represión, etcétera; (2) ponía un camuflaje a los focos de descontento social, los acotaba y enmarcaba, delimitándolos al punto en que las demandas se volvían aquellas permitidas dentro de la lógica corporativista y de la agenda de la lucha por el poder; (3) atendía las necesidades específicas de aquellos grupos que lograban conquistar un lugar en la agenda, desarrollando así importantes vínculos con la sociedad civil. Así las cosas, a través del sistema corporativo, el Estado mexicano «prevaciaba» a la sociedad civil, secuestraba sus posibilidades de discutir lo público, condicionándolo a la agenda del corporativismo y modificando el entendimiento del ciudadano como individuo al ciudadano como agremiado. Bajo esta lógica, el sindicalismo en México se desarrolla como un «sindicalismo desde el Estado» que (a) promueve a los líderes sindicales a puestos políticos desde los que controlan al movimiento obrero y le allegan el consenso necesario al Estado, y (b) atiende algunas de las demandas de los trabajadores reduciendo de esta manera las posibilidades de conflicto. Los intereses obreros quedan así subordinados a los del Estado y, frecuentemente, a los de la elite política. Tras controlar al movimiento obrero, el esquema corporativista envolvió también a la iniciativa privada y a sus organizaciones. Éstas sirvieron como facilitadoras de un proyecto de Estado caracterizado por una fuerte intervención estatal en la economía y por la subordinación de ésta a la política. A cambio de su apoyo, el Estado contenía las demandas laborales y protegía a las empresas de la competencia externa, además de suministrarles créditos, subsidios y apoyos fiscales. Este patrón se repitió en muchos otros sectores, como el campesino, que también fue corporativizado a través de la Confederación Nacional Campesina (CNC). 8 marzo-abril 2002 Número 14 LOS GÉRMENES DEL CAMBIO En este estado de cosas, durante la segunda parte de la década de los 60, se comienza a vivir en México un movimiento contracultural que planteó importantes propuestas en áreas como salud, educación, tecnología, desarrollo y, muy especialmente, sobre democracia. Este movimiento fue encabezado por los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y alcanzó un amplio apoyo de sindicatos y otras organizaciones de base. Aunque este movimiento terminó con una brutal represión en octubre de 1968, sus planteamientos fueron el germen de muchas organizaciones sociales que prosperaron en la base de estas ideas. Este es el caso de las organizaciones no-gubernamentales que comenzaron a multiplicarse a principios de los 70, atendiendo a sectores marginados por el proyecto corporativista. Estas organizaciones se convirtieron pronto en portavoces de los excluidos y en válvulas de escape para el descontento social. Es en este periodo que surgen también, aunque con un bajo perfil, por todo el país, organizaciones católicas, pastorales, de caridad y, particularmente, vinculadas a la teología de la liberación. Estas organizaciones atienden también a los marginados del corporativismo con propuestas innovadoras de desarrollo y autoayuda. El germen del cambio iniciado por el movimiento estudiantil, aunque lentamente, fue influyendo también en los sindicatos mexicanos que durante los 70 añadieron a sus preocupaciones tradicionales (incremento salarial, prestaciones y defensa del empleo) asuntos como la seguridad en el empleo, la capacitación, la participación en la toma de decisiones de sus empresas o instituciones y la democracia interna. Pero además, para los 80, la mayoría de ellos mostró una enorme preocupación frente a los proyectos modernizadores del Estado que contemplaban la privatización o la participación de la iniciativa privada en empresas hasta ese momento paraestatales. Las propuestas alternativas presentadas por los sindicatos iban desde la nacionalización y la continuación de la propiedad pública o el mantenimiento del control estatal en empresas «estratégicas» hasta la propuesta de programas alternativos de toma de decisiones y / o comercialización. Sin embargo, pese a lo propositivo y activo que se mostró el sindicalismo de estos años, sus propuestas tuvieron poco éxito debido a que seguía estando en el centro mismo de la estructura corporativa y del partido en el poder, lo que hacía sumamente difícil que se expresara libremente y generara acción colectiva para oponerse a los proyectos del Estado. En este periodo, el sindicalismo enfrenta una seria crisis de representatividad, no sólo en términos de la distancia y la falta de legitimidad que se daba entre líderes y agremiados, sino también con respecto al porcentaje de trabajadores que realmente aglutinaban los sindicatos (el problema era tan serio que para finales de los 80, el 80% de los trabajadores mexicanos no contaba con organización sindical alguna)