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Socialización Temprana y Conducta Delictiva: Un análisis comparativo de cuatro países de América Latina (Versión preliminar – en revisión) Autora: Dra. Ana Safranoff Doctora por la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona). Posición Actual: Investigadora Postdoctoral en el Centro de Estudios de Población (CENEP, Argentina) con una beca financiada por el CONICET. Contacto: anasafranoff@cenep.org.ar Resumen El artículo explora en qué medida las desigualdades manifestadas desde tempranas edades, tal como la crianza en un contexto familiar violento o con un historial delictivo, influyen en la probabilidad de reincidir en el delito y en la utilización de arma de fuego entre los individuos privados de libertad. El análisis se basa en los datos de la “Encuesta de presos condenados” (2013) en cuatros países de América Latina (Argentina, Brasil, Chile y El Salvador). Los resultados muestran que el entorno de crianza del niño/a influye en su posterior conducta delictiva. En El Salvador –contexto más desfavorable - esta influencia es, sobre todo, directa, mientras en Argentina, Brasil y Chile resulta, principalmente, de manera indirecta –mediada por otros factores, tales como la educación-. Este hallazgo parece indicar que un contexto favorable puede ayudar a mitigar el efecto del origen. Finalmente, el artículo sugiere que las intervenciones en el ámbito de la familia para prevenir la conducta delictiva deben tener en cuenta la importancia del apego y la supervisión parental como factores protectores así como el factor de riesgo que implica la familiaridad con bandas delictivas. Palabras Claves Socialización Temprana, Infancia, Conducta Delictiva, Reincidencia, Arma de Fuego, América Latina Introducción El objetivo central del artículo es profundizar en la relación entre el proceso de socialización temprana y determinados aspectos de la conducta delictiva de individuos privados de libertad en cuatro países de América Latina: Argentina, Brasil, Chile y El Salvador. En América Latina, la investigación en torno a esta temática es limitada y no existen análisis comparativos. El presente artículo es novedoso en la medida que explora un tema que no ha sido estudiado anteriormente a nivel regional y lo aborda desde una perspectiva cuantitativa utilizando una base de datos original: la “Encuesta de presos condenados” realizada en el año 2013 por el Centro de Estudios Latinoamericanos sobre Inseguridad y Violencia (CELIV) en los cuatro países latinoamericanos. El artículo explora en qué medida las desigualdades manifestadas desde tempranas edades, tal como la crianza en un contexto familiar vulnerable, violento o con un historial delictivo, influyen en la probabilidad de reincidir en el delito y en la utilización de la violencia de los individuos privados de libertad. Los estudios existentes señalan que los niños/as cuyo proceso de socialización ha sido carencial son más proclives a desarrollar una conducta violenta y delictiva en la adultez. Los resultados de este artículo constituirán insumos relevantes para el diseño de programas y políticas tendientes a la protección de los derechos humanos de los niños/as y a la prevención de la delincuencia. Socialización Temprana y Conducta Delictiva El comportamiento de las personas es consistente con factores originarios de socialización en etapas evolutivas. Por ello, el estudio de la delincuencia en la adultez no puede dejar de lado la historia de vida de los individuos, en la medida que la conducta delictiva no surge de forma espontánea sino que es producto de una serie de factores de riesgo que actúan de manera interdependiente (Bringas et al., 2010). La familia no es la única institución social relevante en el proceso de socialización temprana ya que, en la niñez, hay otras influencias importantes como la escuela y el grupo de amigos (Ensminger et al., 1983). Sin embargo, sí se enfatiza su rol preponderante (Petrosino et al., 2009). Las investigaciones sobre la influencia de la familia de origen en la conducta delictiva han demostrado que un proceso de socialización carencial es lo que va a determinar, en la mayoría de los casos, la aparición de esta conducta (Herrero Remuzgo y León Fuentes, 2006). Diversos factores del entorno de socialización han sido considerados de riesgo: las discordias familiares - con separaciones temporales o permanentes entre los progenitores -, la ausencia de cariño y apoyo de los padres hacia los menores, la existencia de antecedentes penales en el núcleo de referencia, la falta de comunicación entre los miembros de la familia impidiendo una relación paterno-filial positiva, la existencia de una disciplina paterna basada en la violencia física más que en la verbal, la exposición a la violencia entre los padres, el consumo de drogas o alcohol en el hogar, una composición familiar incompleta y numerosa y/o la residencia en un barrio desfavorecido/marginal, entre otros. Los estudios señalan que los niños/as que crecen en hogares caracterizados por estos factores son más proclives a desarrollar una conducta violenta y delictiva en la adultez. Hay dos vertientes de estudios: por un lado, aquellos que analizan la delincuencia en base a una muestra poblacional general y, por otro lado, aquellos que se centran únicamente en población reclusa. Hay que tener en cuenta que, estos últimos, dada la naturaleza de la fuente de los datos, tienen una seria de limitaciones tales como que no resulta posible analizar la probabilidad de delinquir en la medida que nos encontramos ante una población que, en su totalidad, cometió un delito. El presente artículo se enmarca en esta segunda vertiente de estudios, la cual se focaliza en otras aspectos de la conducta delictiva (por ejemplo, la reincidencia, la edad de ingreso a prisión y/o el nivel de violencia al momento de perpetrar un delito). La investigación en torno a los reclusos adultos se centró, sobre todo, en la familia actual (parejas y/o niños) y las amistades. La familia de origen ha sido poco explorada, aunque hay un reconocimiento creciente de la importancia de considerarla (Leverentz, 2011) en tanto que resulta un ingrediente fundamental para nuestro entendimiento de la delincuencia (Petrosino et al., 2009). Dos teorías han sido principalmente utilizadas para explicar el mecanismo por el cual la familia de origen influye en la delincuencia. Por un lado, la teoría del control social destaca el desapego familiar como una de las causas de la delincuencia (Covington, 1985). La premisa de esta teoría es que el capital social previene la conducta delictiva, es decir que, cuanto mayor es el grado de desconexión social, mayor es el riesgo de delinquir. Cuando el individuo tiene poco apego a la familia, siente menos restricciones morales y es menos sensible a las expectativas del modelo de comportamiento convencional y, por tanto, es más susceptible a involucrarse en actos delictivos (Ryan y Testa, 2005). Contrariamente, la unión a la familia resulta un factor protector. Por otro lado, la teoría del aprendizaje social muestra cómo los patrones de interacción coercivos de la familia son aprendidos, mantenidos y reproducidos por los niños/as cuando se hacen adultos. La exposición a la violencia (ya sea como testigo o víctima) enseña a los niños/as que controlar a los otros a través de la coerción y la violencia es normal y aceptable. Se genera así un “ciclo de violencia” (Widom, 1989; Ireland y Smith, 2009). Tal como explicado anteriormente, diversos factores del contexto de crianza han sido considerados relevantes en la investigación sobre delincuencia. La violencia en la familia de origen es posiblemente el factor familiar más estudiado. Existen distintas dimensiones de la violencia familiar. Por un lado, el maltrato infantil, el cual, según Ireland y Smith (2009), ha recibido mayor atención como predictor del delito y la conducta antisocial durante la adultez (Widom y Maxfield, 2001; Smith et al., 2005). El maltrato infantil se presenta positivamente asociado con la violencia, la delincuencia y la reincidencia en numerosos estudios (Tontodonato y Crew, 1992; Dubowitz et al., 1993; Benda, 2005; Ryan & Testa, 2005; Petrosino et al., 2009). El estudio de otras dimensiones de la violencia familiar, tal como, el haber crecido en un hogar siendo testigo de violencia entre los padres, está menos desarrollado, aunque existen investigaciones que subrayan su efecto perjudicial para el niño/a en lo que respecta a la conducta delictiva (Ireland y Smith, 2009; O`Keefe, 1998). Hay estudios que señalan que ambos tipos de violencia familiar (como víctima y/o testigo en la niñez) están vinculadas a la delincuencia, mientras otras consideran que sólo uno de los tipos de exposición influyen (Foo y Margolin, 1995). En cualquier caso, no hay que olvidar que ambos tipos de violencia familiar suelen superponerse (Appel y Holden, 1998) Las rupturas en la familia son otros aspectos del contexto de socialización que han sido exploradas. Los estudios muestran que los “hogares rotos” (hogares sin dos padres biológicos -broken homes-) se asocian con la delincuencia (Wells y Rankin, 1991; Smith y Stern, 1997). En la misma línea, el tamaño de la familia también se considera positivamente asociado con la conducta delictiva (Valverde, 1988; Bringas et al., 2010), así como también la existencia de antecedentes penales (Otero, Romero y Luengo, 1994; Bringas et al., 2010) y el consumo frecuente de alcohol y drogas en el entorno familiar del niño/a (Loeber y StouthammerLoeber, 1986) El cariño, apoyo y compromiso de los padres es otro factor del contexto familiar de origen que ha sido vinculado con la delincuencia. Se plantea que los niños que crecen en hogares caracterizados por una falta de afecto, apoyo y compromiso son más proclives a ser delincuentes, cuando, por el contrario, una familia “comprometida” puede proteger a los niños incluso cuando el ambiente externo es hostil (Smith y Stern, 1997; Simons, Lin, y Gordon, 1998; Petrosino et al., 2009). Los problemas de comunicación entre padres e hijos también se consideran predictivos de la conducta delictiva (Smith y Stern, 1997). Finalmente, el estatus socio-económico de la familia de origen, asociado con situaciones sociales desfavorecidas y de pobreza, también se presenta como un factor de riesgo para el desencadenamiento del comportamiento violento (Levitt y Lochner, 2001; Torrente y Rodríguez, 2004; Pérez et al., 2008; Bringas et al., 2010). Socialización Temprana y Conducta Delictiva en América Latina: Diferencias entre Países Los estudios en América Latina sobre la influencia de la familia de origen (del contexto de crianza) en la conducta delictiva son muy limitados (Bergman et al., 2014). Si bien se reconoce que la familia es una de las causas, entre muchas otras, de la conducta delictiva, se enfatiza su primacía por su importancia en el desarrollo y el control temprano de la agresividad que es uno de los predictores más fuertes de la delincuencia (Petrosino et al., 2009). De esta forma, conocer la relación entre la vida familiar y la delincuencia es esencial para poder generar intervenciones preventivas en el ámbito familiar (Smith y Stern, 1997). Desde la perspectiva de la intervención, además, es crucial dilucidar cuál de todos los factores del contexto familiar de origen son los que influyen en la conducta delictiva (Petrosino et al., 2009) Hasta mi conocimiento, incluso a nivel mundial, no existen estudios comparativos entre países sobre este efecto. Tal como señalan Nayak et al., (2003), para que las estrategias de prevención sean efectivas, es esencial conocer no sólo los factores nacionales específicos sino también tener información sobre los factores que atraviesan las fronteras nacionales. De esta forma, el análisis comparativo es relevante en la medida que permitirá conocer no sólo los factores familiares específicos donde resulta necesario intervenir en cada país sino también aquellos factores que son comunes entre los distintos países latinoamericanos. En base a la evidencia empírica, citada anteriormente para otros contextos, resulta esperable que, en América Latina, todos los factores del contexto familiar explicados sean relevantes, es decir que, el proceso de socialización carencial influya positivamente en la conducta delictiva en los cuatros países latinoamericanos estudiados. Sin embargo, también se espera encontrar diferencias entre países en esta asociación, en base a los hallazgos que demuestran la influencia de los efectos contextuales. McCord y McCord (1959) encuentran que la ausencia de cohesión familiar es predictivo de delincuencia sólo en barrios humildes y/o marginales, mientras, los barrios favorecidos, mitigan este efecto negativo de la baja cohesión familiar. Sampson (1992) también propone una teoría integradora de los factores familiares y comunitarios. Plantea que los factores comunitarios, directamente e indirectamente, influencian la crianza de los niños y, en consecuencia, también la conducta delictiva. En síntesis, estos autores muestran que la asociación entre el proceso de socialización de los niños/as y la conducta delictiva es compleja y no sólo está influenciada por factores individuales sino también contextuales. En base a estas teorías, se espera que, en aquéllos países más ricos, con políticas sociales más desarrolladas y con mayores oportunidades laborales y educativas para los jóvenes, la influencia de la familia de origen en la conducta delictiva sea menor, en la medida que el contexto favorable mitigará el efecto negativo de una posible socialización carencial. Contrariamente, en los países más pobres, la familia de origen tendrá una influencia mayor en la conducta delictiva. A continuación se presentan una selección de indicadores existentes para los cuatros países latinoamericanos estudiados de forma tal de dilucidar la dirección del efecto contextual. Tabla!1:!Indicadores!socioeconómicos!para!Argentina,!Brasil,!Chile!y!El!Salvador Jóvenes!de!20!a!24!años Incidencia!pobreza! Gasto!Público! Inversión! Jóvenes!de!15!a!19!años PIB multidimensional Social en!jóvenes Año!2012 Año!2012 Año!2012! Año!2014 Año!2009 Año!2012! %!de!jóvenes!con! %!de!jóvenes!con! Países (%!de!población) (PPA) !(%!del!PIB) !(%!del!PIB) primaria!completa secundaria!completa Argentina 8!(2) 947!600!(2) 28!(1) 3,3!(1) 96!(2) 68!(2) Brasil 14!(3) 3!263!800!(1) 27!(2) 2,8!(2) 95!(3) 60!(3) Chile 7!(1) 409!300!(3) 16!(3) 2,3!(3) 99!(1) 82!(1) El!Salvador 53!(4) 50!900!(4) 14!(4) 1,6!(4) 86!(4) 42!(4) Fuente:!Comisión!Económica!para!América!Latina!y!el!Caribe!(CEPAL) Los!números!entre!paréntesis!T!(1)(2)(3)(4)!T!indican!la!posición!del!país!en!el!indicador!correspondiente.!!El!1!corresponde!al!país!mejor! posicionado.! !!!!!Indicadores Si bien se espera que el contexto familiar de origen influya en la conducta delictiva en los cuatro países estudiados, esta asociación será más fuerte en El Salvador en la medida que nos encontramos ante un contexto social más vulnerable - se posiciona en el último lugar en los seis indicadores seleccionados- . En cambio, en Argentina, Brasil y Chile la influencia de la familia será menor y no se esperan encontrar diferencias relevantes entre ellos en tanto que los tres países se posicionan diferente según el indicador que se utilice. Por ejemplo, Chile es el mejor posicionado en lo que respecta a la incidencia de la pobreza multidimensional – con la menor incidencia, 7% - pero, al mismo tiempo, ocupa el tercer lugar en lo que respecta al gasto público social y a la inversión en jóvenes. Datos, Variables y Técnicas de Análisis El objetivo principal del artículo es explorar en qué medida las desigualdades manifestadas desde tempranas edades influyen en la probabilidad de reincidir y en la utilización de arma de fuego de los individuos privados de libertad en cuatro países de América Latina: Argentina, Brasil, Chile y El Salvador. El artículo se basa en los datos de “Encuesta de presos condenados” realizada en el año 2013 por el Centro de Estudios Latinoamericanos sobre Inseguridad y Violencia (CELIV) en centros penitenciarios de los cuatro países latinoamericanos. En Argentina, Chile y El Salvador los datos tienen representación nacional, lo cual no sucede en Brasil en donde la encuesta ha sido realizada únicamente en centros penitenciarios de la ciudad de San Pablo. La muestra se compone de 1033 reclusos en Argentina, 805 en Chile, 751 en Brasil y 1160 en El Salvador. La técnica principal empleada es la regresión logística. Dos son las variables dependientes analizadas en tanto que se analizan aspectos diferentes de la conducta delictiva: la reincidencia y el uso de arma de fuego en el delito cometido. Dada la existencia de valores perdidos en las variables principales, la muestra utilizada en los análisis sobre reincidencia cuenta con 926 casos en Argentina, 674 en Chile, 1028 en El Salvador y 621 en Brasil. En los análisis sobre el uso de arma de fuego, la muestra se compone de: 917 casos en Argentina, 700 en Chile, 1014 en El Salvador y 623 en Brasil. La variable dependiente reincidencia es un indicador binario sobre si el individuo ha pasado anteriormente por un instituto de menores y/o cárcel de adultos. Los/as reclusos/as que adquieren el valor 1 en esta variable binaria se considera que han reincidido en el delito mientras que, aquéllos/as que no reincidieron (y, por tanto, ésta es su primera vez en prisión) adquieren el valor 0. A partir del análisis descriptivo (Tabla 2) se observa que, el porcentaje de reclusos reincidentes es de 49% en Argentina, 69% en Chile, 55% en Brasil y, por último, El Salvador tiene el porcentaje más bajo, un 25%. [Tabla 2] La variable dependiente sobre el uso de arma de fuego en el delito es también un indicador binario que se construyó a partir de una pregunta de la encuesta sobre si las autoridades dijeron que el/la recluso/a llevaba un arma de fuego cuando ocurrió el delito. Los/as reclusos/as que sí lo llevaban (valor 1) se considera que cometieron un delito más violento, en contraposición a aquéllos/as reclusos/as que no tenían un arma de fuego (valor 0). En Argentina un 49% de reclusos llevaba un arma de fuego cuando fue detenido; en cambio, este porcentaje se reduce drásticamente en los otros países: 30% en Brasil, 26% en Chile y 20% en El Salvador (Tabla 2). Las variables independientes se derivan de los distintos factores del contexto familiar de origen que la literatura demostró que influyen en la conducta delictiva. Los factores no serán tratados como alternativos sino como complementarios en la medida que se considera que todos ellos tienen un rol significativo en la conducta delictiva. La base de datos utilizada cuenta con una gran cantidad de información sobre el entorno de socialización de el/la recluso/a, si bien algunos factores específicos no podrán ser analizados dada la ausencia de preguntas al respecto (por ejemplo, sobre el tamaño de la familia, Valverde, 1988; Bringas et al., 2010). Todas las variables incluidas sobre el entorno de socialización son variables dicotómicas. En primer lugar, se incluye una variable sobre violencia familiar: aquel/lla recluso/a cuyo padre le pegaba para retarlo/a y/o fue testigo de violencia hacia la madre por parte del padre adquiere el valor 1 en esta variable binaria y se considera que proviene de un entorno familiar violento, en contraposición a quienes adquieren el valor 0. En segundo lugar, se incorpora al análisis una variable sobre si el/la recluso/a, alguna vez, se fue de su casa antes de los 15 años (valor 1). La categoría de referencia (valor 0) comprende a aquéllos individuos que no se fueron de su casa antes de los 15 años y, por tanto, se puede considerar que han tenido mayor supervisión y apego familiar (Covington, 1985). En tercer lugar, para también intentar captar el efecto del apego familiar y compromiso de los padres hacia los hijos se construye una variable a partir de una pregunta de la encuesta sobre el grado de confianza en los padres o adultos con los que vivía. Aquéllos/as reclusos/as que consideran que podían confiar “mucho” o “algo” en sus padres adquieren el valor 1 en esta nueva variable, mientras aquéllos/as que confiaban “muy poco” o “nada” adquieren el valor 0. En cuarto lugar, se incluye una variable sobre el consumo frecuente de drogas y/o alcohol por parte de los padres y/o adultos con los que vivía cuando era chico/a –la categoría de referencia la componen aquéllos/as reclusos/as que provienen de un entorno familiar que no consume drogas ni alcohol. En quinto lugar, se considera una variable sobre el historial delictivo de la familia, la cual se deriva de una pregunta de la encuesta sobre si algún miembro de su familia estuvo preso – la categoría de referencia la conforman aquéllos/as reclusos/as que provienen de una familia sin antecedentes delictivos. Finalmente, se incorpora una variable sobre si, cuando era niño/a, el/la recluso/a vivía en un barrio donde había bandas delictivas, lo cual puede ser interpretado como un indicador del nivel socioeconómico familiar. Aquéllos individuos que provienen de barrios con presencia de bandas adquieren el valor 1 en esta variable y se considera que provienen de un contexto social más vulnerable (menor nivel socioeconómico). En base a la literatura previa, se espera que todos estos factores familiares que caracterizan al entorno de crianza del niño/a tengan influencia en la conducta delictiva. Aquellos/as reclusos/as que, alguna vez, se fueron de su casa antes de los 15 años, que crecieron en un hogar caracterizado por violencia familiar, cuyos padres tenían antecedentes delictivos y/o consumían frecuentemente drogas y/o alcohol, donde no existía un vinculo paterno-filial de confianza y/o vivían en un barrio donde había bandas delictivas son más proclives a reincidir y a desarrollar una conducta más violenta (es decir, a utilizar arma de fuego en el delito). Se espera también encontrar diferencias entre países en esta asociación, siendo más fuerte en El Salvador y, más débil, en Argentina, Brasil y Chile –con poca diferencia entre ellos-. Es necesario incluir en los análisis otros factores que la literatura no sólo vinculó de forma directa con la conducta delictiva sino que, además, demostró que estos mismos pueden verse influenciados por el entorno familiar de origen. Esto permitirá explorar hasta qué punto el contexto de socialización tiene un efecto directo sobre la conducta delictiva y/o también un efecto indirecto a través de estos factores intervinientes. Las variables que se incorporan son: edad, educación, trabajo, satisfacción con la economía propia y consumo de drogas o alcohol antes de cometer el delito. Adicionalmente también se incluye el género únicamente como variable de control (no como factor interviniente). El género es una variable dicotómica en donde ser mujer resulta la categoría de referencia. Se han utilizado dos variables distintas de edad según la variable dependiente. Para los análisis sobre reincidencia, se contruyó una variable continua sobre la edad a la que lo detuvieron la primera vez: para quien reincide, esta variable corresponde a la edad que lo detuvieron la primera vez –anterior a la actual-, mientras, para quien no es reincidente, esta variable corresponde a la edad que lo detuvieron por el delito por el que se encuentra en prisión. Tal como plantean, Herrero Remuzgo y León Fuentes (2006), la edad es uno de los factores más importantes ya que, cuanto antes se comience en la carrera delictiva, mayor es el número de delitos que se pueden cometer y, por tanto, mayor es el número de reincidencias. En los análisis sobre el uso de arma de fuego, se incluyó únicamente la edad a la que lo detuvieron por el delito por el que se encuentra en prisión en la actualidad (y en el cual utilizó –o no- el arma de fuego). La variable educación presenta tres categorías: la primera categoría –nivel inferior, categoría de referencia- comprende a los individuos que alcanzaron, como máximo, a completar la primaria; la segunda, a aquéllos que, si bien iniciaron la secundaria, no la finalizaron y, por último, la tercera categoría corresponde a los individuos que, como mínimo, completaron la educación secundaria. La variable trabajo se divide, por un lado, entre quien trabajaba en el mes anterior a que lo detuvieran y, por otro lado, quien no trabajaba en el mes anterior a la detención o bien nunca trabajó – categoría de referencia - . La variable satisfacción con la situación económica propia se deriva de una pregunta de la encuesta sobre el grado de satisfacción con su situación económica un mes antes de ser detenido: aquellos individuos que se encontraban “muy” o “algo” satisfechos con su economía adquieren el valor 1 en esta nueva variable binaria, mientras los individuos que se encontraban “muy poco” o “nada” satisfechos adquieren el valor 0 –categoría de referencia-. Por último, la variable referida al consumo comprende, por un lado, a aquéllos individuos que consumieron alcohol y/o alguna droga durante las 6 horas anteriores a cometer el delito y, por otro lado, a aquéllos individuos que no consumieron - la categoría de referencia-. Los análisis serán realizados en cada país de forma separada: Argentina, Brasil, Chile y El Salvador. En cada uno de los países, para cada una de las variables dependientes (reincidencia y uso de arma de fuego en el delito), se realizan dos modelos de análisis. En primer lugar, una regresión logística con la variable dependiente correspondiente (reincidencia –Tabla 3- o uso de arma de fuego en el delito –Tabla 4- ) y todas las variables independientes anteriormente explicadas que captan el efecto del entorno de socialización temprana (Modelo 1). Este primer modelo permitirá captar, en cada país, el efecto total de los factores familiares de origen en la conducta delictiva. En segundo lugar, a este modelo inicial, se le añaden las posibles variables intervinientes para dilucidar el efecto directo e indirecto de los factores familiares (Modelo 2). Resultados (preliminares) Reincidencia [Tabla 3] El Modelo 1 de la Tabla 3 muestra que, en todos los países, el entorno de socialización tiene un efecto total fuerte en la probabilidad de reincidir, es decir que, el contexto de crianza del niño/a influye en su posterior conducta delictiva. En Argentina y El Salvador, cinco de los seis factores familiares tienen un efecto significativo, todos ellos en la dirección esperada: aquellos/as reclusos/as que, alguna vez, se fueron de su casa antes de los 15 años, cuyos padres tenían antecedentes delictivos, que carecían de un vinculo paterno-filial de confianza y que vivían en un barrio donde había bandas delictivas son más proclives a reincidir. Adicionalmente, en Argentina, el hecho de que los padres consumiesen drogas y/o alcohol resulta un factor relevante, mientras, en El Salvador, lo es el hecho de haber experimentado violencia familiar (ya sea como testigo o víctima). En Chile y Brasil hay menos factores del contexto de socialización que tienen una influencia significativa en la probabilidad de reincidir, aunque todos ellos también en la dirección esperada. En el Modelo 2 de la Tabla 3 se incorporan los posibles factores intervinientes. Se observa que la influencia del entorno de socialización sobre la probabilidad de reincidir se reduce en todos los países, excepto en El Salvador, donde el cambio es imperceptible. En Argentina, Chile y Brasil, muchos de los factores de origen dejan de ser significativos, lo cual evidencia que su influencia en la reincidencia es indirecta a través de estos factores intermedios. En cambio, en El Salvador, el efecto del entorno de socialización permanece inalterado en tanto que todas las variables continúan siendo significativas. Estos hallazgos constatan que el efecto directo de la familia de origen es mayor en El Salvador que en los otros países, lo cual corrobora la hipótesis sugerida anteriormente. En El Salvador la influencia del entorno de socialización en la probabilidad de reincidir es mayor e independiente de los otros factores. En cambio, en Argentina, Chile y Brasil, esta influencia se ve mediada por otros factores intervinientes, tal como la educación. El nivel educativo tiene una influencia significativa -y negativa- en la probabilidad de reincidir en Argentina, Chile y Brasil, mientras no resulta relevante en El Salvador. El único factor de socialización que tiene una influencia directa significativa sobre la probabilidad de reincidir en los cuatro países es el hecho de haberse ido de su casa antes de los 15 años. En los cuatro países considerados, aquellos reclusos que, alguna vez, se fueron de su casa antes de los 15 años tienen entre un 58% y un 98% más de chances de reincidir en comparación con quienes nunca lo hicieron. Este hallazgo subraya la importancia del apego y la supervisión parental como factor protector para la reincidencia. Uso Arma de Fuego [Tabla 4] A partir del Modelo 1 de la Tabla 4 se observa que, en todos los países, hay menos factores de origen que influyen en la probabilidad de haber usado arma de fuego en el delito que aquellos que influían en la probabilidad de reincidir. Este hallazgo pone de manifiesto que la influencia del origen es diferente según el tipo de conducta delictiva que se explore. El Modelo 2 de la Tabla 4 permite visualizar el efecto directo del entorno de socialización sobre el uso de arma de fuego en el delito. Nuevamente El Salvador es el país donde el efecto directo de la familia de origen es mayor: tres de los seis factores familiares tienen un efecto significativo, todos ellos en la dirección esperada. En El Salvador, aquellos reclusos que, alguna vez, se fueron de su casa antes de los 15 años, cuyo proceso de socialización se desarrolló en un hogar con presencia de violencia familiar y que vivían en un barrio donde había bandas delictivas son más proclives a utilizar arma de fuego en el delito, es decir, a desarrollar una conducta delictiva más violenta. En cambio, en Argentina, Chile y Brasil, el único factor de origen que tiene una influencia significativa directa en la probabilidad de usar arma de fuego es el hecho de haber vivido en un barrio con bandas delictivas. Estos resultados subrayan la importancia de este factor: en los cuatros países estudiados, aquellos reclusos que, cuando eran chicos, vivían en un barrio con bandas delictivas tienen entre un 53% y un 115% más de chances de utilizar un arma de fuego en el delito en relación a quienes vivían en un barrio sin bandas delictiva. Este hallazgo revela que una situación social desfavorecida/vulnerable - la cual parece poder deducirse del hecho de vivir en un barrio con bandas delictivas- impulsa una conducta delictiva más violenta. Al mismo tiempo, esto podría estar indicando mayores facilidades/oportunidades para conseguir un arma producto del contacto cercano con bandas delictivas. Conclusión (preliminar) Este artículo contribuye al conocimiento sobre la relación entre el proceso de socialización temprana y la conducta delictiva en América Latina. A partir del análisis de una base de datos de individuos privados de libertad en Argentina, Brasil, Chile y El Salvador, se concluye que el entorno de crianza del niño/a influye en su posterior conducta delictiva, tanto en la probabilidad de reincidir como en la de utilizar arma de fuego en el delito. Esta influencia es diferente según el contexto socioeconómico del país. En El Salvador –contexto más vulnerable- el entorno de crianza del niño/a tiene un efecto directo mayor sobre la conducta delictiva, independiente de los otros factores. En cambio, en Argentina, Chile y Brasil el efecto directo del entorno de socialización en la conducta delictiva es menor y está intermediado por otros factores, tal como la educación. Asimismo, la influencia del contexto de socialización es diferente según el aspecto de la conducta delictiva que se explore: en términos generales, hay más factores de origen que influyen en la reincidencia en comparación con el uso de arma de fuego en el delito. Tal como plantean Petrosino et al., (2009), desde la perspectiva de la intervención, es crucial dilucidar cuáles son los factores específicos del contexto familiar de origen que influyen en la conducta delictiva, de forma tal de conocer dónde es necesario actuar. Se observa que, respecto a la reincidencia, el único factor de socialización que tiene una influencia directa significativa en los cuatro países es el hecho de haberse ido de su casa antes de los 15 años. Este hallazgo subraya la importancia del apego y la supervisión parental como factor protector ante la reincidencia. De esta forma, las intervenciones en el ámbito familiar – para prevenir la reincidencia - deben enfocar sus actuaciones específicamente aquí. En cambio, el uso de arma de fuego está asociado directamente, en los cuatros países, al hecho de haber crecido en un barrio con bandas delictivas. Este resultado subraya la necesidad de intervenir – para prevenir conductas delictivas violentas - ante un contexto de crianza vulnerable, el cual se presenta como un factor de riesgo. Al mismo tiempo, este hallazgo parece sugerir la necesidad de restringir las oportunidades de los individuos para conseguir un arma. Más allá de estos dos factores comunes entre todos los países analizados, las intervenciones preventivas deben también considerar los factores de origen que son relevantes en cada país, de forma tal de diseñar estrategias de intervención específicas. Por ejemplo, en El Salvador, provenir de un entorno familiar violento tiene una influencia positiva en ambos aspectos de la conducta delictiva (reincidencia y uso de arma de fuego) y, por tanto, este factor debe ser un foco primordial de las intervenciones preventivas en el ámbito de la familia. En síntesis, el artículo muestra que el entorno de crianza influye, ya sea de forma directa o indirecta, en la conducta delictiva en los cuatros países estudiados. En El Salvador –contexto más desfavorable- esta influencia es, principalmente, directa, mientras en Argentina, Brasil y Chile resulta, sobre todo, de manera indirecta. Esto parece indicar que un contexto favorable (un país con políticas sociales desarrolladas, con oportunidades educativas y laborales para los jóvenes, etc.) puede ayudar a mitigar el efecto del origen. Este artículo ha sido una primera aproximación a la influencia de la familia de origen (del contexto de crianza) en la conducta delictiva en América Latina, lo cual deja lugar a muchos temas para profundizar. Futuras investigaciones deberán explorar otros factores de origen que no han sido considerados aquí, tal como el tamaño de la familia, la pertenencia a un “hogar roto” (broken homes) u otros indicadores de nivel socioeconómico familiar. Además, deberán considerar posibles diferencias de género. Por ejemplo, Herrera y McCloskey (2001) plantean que se sabe poco sobre cómo la exposición a la violencia familiar en la niñez afecta diferencialmente a varones y mujeres en relación a su conducta delictiva posterior. Esta cuestión es relevante ya que, si existen diferencias de género, las estrategias de intervención preventivas deben ser diferentes para varones y mujeres. Este artículo es un punto de partida a partir del cual se definen líneas de investigación futura. 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Violencia/Familiar Si Se/fue/de/su/casa/antes/de/ No/(Ref.) los/15/años Si No/(Ref.) Confiaba/en/los/padres Si Consumo/Alcohol/o/ No/(Ref.) Droga/en/el/entorno Si Antecedentes/Delictivos/ No/(Ref.) en/el/entorno Si Bandas/Delictivas/en/el/ No/(Ref.) Si barrio Variables) Trabajaba/antes/de/ No/(Ref.) Intervinientes/) ingresar/a/prision Si de)Control Satisfacción/con/su/ No/(Ref.) propia/economía/ Si Consumo/Droga/o/ No/(Ref.) Alcohol/antes/del/delito Si Mujer/(Ref.) Género Varón Hasta/Primaria/Completa/(Ref.) Educación Secundario/Incompleto Secundario/Completo/o/más Edad/Primera/Detención Media/(desviación/tipica) Edad/Detención/Actual Media/(desviación/tipica) Variables) No/(Ref.) Reincidencia Dependientes Si No/(Ref.) Uso/de/Arma/de/Fuego Si Contexto)de) Socialización Argentina 54,5 45,5 60,6 39,4 15,4 84,6 62,1 37,9 58,5 41,5 34,3 65,7 35,5 64,5 43,6 56,4 70,2 29,8 18,2 81,8 44,9 37,0 18,1 27,4/(10,8) 31,2/(10,3) 51,2 48,8 50,7 49,3 Chile Brasil El/Salvador Total 39 43,5 38,6 44,1 61 56,5 61,4 55,9 43 72 62,6 59,7 57 28 37,4 40,3 22,1 8,6 19,7 16,8 77,9 91,4 80,3 83,2 52,1 51,1 59,2 56,9 47,9 48,9 40,8 43,1 43,2 49,7 72,6 57,8 56,8 50,3 27,4 42,2 36,1 53,8 54 44,7 63,9 46,2 46 55,3 56,9 33,2 18,2 34,3 43,1 66,8 81,8 65,7 32,9 37,4 33,2 36,8 67,1 62,6 66,8 63,2 51,1 60 84,7 68,6 48,9 40 15,3 31,4 13,9 13,7 18,1 16,4 86,1 86,3 81,9 83,6 60,4 23,5 47,8 44,8 24,0 37,1 20,8 29,2 15,6 39,5 31,4 26 24,6/(11,1) 25,9/(10,1) 27,8/(10,5) 26,6/(10,7) 31,1/(10,9) 30,2/(10,5) 28,7/(10,3) 30,2/(10,5) 30,9 45,2 75,4 53,4 69,1 54,8 24,6 46,6 74,4 70 79,8 68,6 25,6 30 20,2 31,4 Tabla$3:$Factores$asociados$con$la$probabilidad$de$reincidir$en$el$delito.$Regresión$Logística.$ Variables Constante Violencia$Familiar Se$fue$de$su$casa$antes$de$los$15$ años Confiaba$en$los$padres Consumo$alcohol$o$drogas$en$el$ entorno Antecedentes$delictivos$en$el$ entorno Bandas$Delictivas$en$el$barrio Varón Variables$ Edad$Primera$Detención Intervinientes/$$$$$$$$$$$ de$Control Secundario$Incompleto Secundario$completo$o$más Trabajaba$antes$de$prisión Satisfecho$con$su$propia$ economía Consumió$drogas$o$alcohol$antes$ del$delito Contexto$de$ Socialización Argentina Modelo&1 Modelo&2 Exp$(B) E.E Exp$(B) E.E Chile Modelo&1 Modelo&2 Exp$(B) E.E Exp$(B) E.E 0,514*** 0,252 13,743*** 0,463 0,774 0,157 0,821 0,176 0,824 0,983 2,366*** 0,150 1,843*** 0,168 2,811*** 0,649** 0,286 11,801*** 0,530 0,197 0,916 0,212 0,131*** 0,256 1,438** 0,174 0,598 1,544** 0,484 0,551* 0,182 1,625*** 0,184 1,884*** 0,201 2,271*** 0,160 1,980*** 0,169 2,009*** 0,354 5,573*** 0,651 0,179 2,145*** 0,208 0,203 1,583** 0,232 0,905 0,225 1,059 0,240 0,689** 0,185 0,704* 0,199 1,084 0,309 0,994 0,348 1,646*** 0,156 1,797*** 0,178 0,909 0,190 1,066 0,205 1,233 0,159 1,189 0,169 0,906 0,176 0,729 0,201 1,578*** 0,174 1,182 0,169 1,125 0,191 1,223 0,195 0,147 2,045*** 0,154 N=$926,$Argentina;$674,$Chile;$1028,$El$Salvador;$621,$Brasil 0,648* Brasil Modelo&1 Modelo&2 Exp$(B) E.E Exp$(B) E.E 0,244 1,315* 0,214 El$Salvador Modelo&1 Modelo&2 Exp$(B) E.E Exp$(B) E.E 0,964 0,166 1,668*** 0,177 1,290 0,192 1,500** 0,163 1,185 0,183 1,599** 0,181 2,046*** 0,157 1,169 0,205 2,185*** 0,224 0,848 0,270 2,908*** 0,256 3,664*** 0,286 0,906*** 0,010 0,937*** 0,011 0,937*** 0,012 0,909*** 0,013 0,621*** 0,177 0,442*** 0,233 0,825 0,171 0,634** 0,610* 0,729 0,220 0,260 0,197 1,088 0,205 0,739 0,193 0,465*** 0,205 0,553** 0,269 0,676 0,263 0,714 0,209 0,606*** 0,163 0,816 0,205 0,945 0,191 0,795 0,175 1,394** 1,009 0,171 1,642*** 0,173 0,169 0,799 0,201 1,901*** 0,201 1,031 0,198 $***Significativo$al$0.01$$$$**Significativo$al$0.05$$$$*Significativo$al$0.1 Categoría$de$Referencia:$hogar$sin$violencia$familiar;$no$se$fue$de$su$casa$antes$de$los$15$años;$no$confiaba$en$los$padres;$no$se$consumía$en$el$entorno$familiar;$ausencia$de$antecedentes$delictivos;$no$había$ bandas$delictivas$en$el$bario;$mujer;$primaria$completa$o$menos;$no$trabajaba;$insatisfecho$con$la$economia$propia;$no$consumió$drogas$o$alcohol$antes$del$delito Tabla$4:$Factores$asociados$con$la$probabilidad$de$utilizar$arma$de$fuego$en$el$delito.$Regresión$Logística.$ Variables Argentina Modelo&1 Modelo&2 Exp$(B) E.E Exp$(B) E.E Constante 0,344*** Violencia$Familiar 0,925 Se$fue$de$su$casa$antes$de$los$15$ 1,294* años Confiaba$en$los$padres 1,437* Consumo$alcohol$o$drogas$en$el$ 0,941 entorno Antecedentes$delictivos$en$el$ 1,234 entorno Bandas$Delictivas$en$el$barrio 2,462*** Varón Variables$ Edad$Detención$Actual Intervinientes/$$$$$$$$$$$ de$Control Secundario$Incompleto Secundario$completo$o$más Trabajaba$antes$de$prisión Satisfecho$con$su$propia$ economía Consumió$drogas$o$alcohol$antes$ del$delito Contexto$de$ Socialización N=$917,$Argentina;$700,$Chile;$1014,$El$Salvador;$623,$Brasil Chile Modelo&1 Exp$(B) E.E Modelo&2 Exp$(B) E.E El$Salvador Modelo&1 Modelo&2 Exp$(B) E.E Exp$(B) E.E Modelo&1 Exp$(B) E.E Brasil Modelo&2 Exp$(B) E.E 0,247 0,152 0,547 1,000 0,450 0,167 0,186*** 1,094 0,304 0,202 0,931 1,074 0,585 0,209 0,121*** 1,296 0,273 0,179 0,181*** 1,373* 0,505 0,183 0,172*** 0,969 0,386 0,193 0,370 1,118 0,682 0,204 0,149 1,173 0,163 1,345* 0,192 1,150 0,201 1,553*** 0,170 1,454** 0,174 1,142 0,207 1,073 0,219 0,205 1,231 0,229 0,900 0,217 0,867 0,225 0,989 0,205 0,973 0,211 1,403 0,334 1,252 0,348 0,154 1,039 0,171 0,771 0,192 0,888 0,199 0,772 0,171 0,751 0,176 1,240 0,187 1,212 0,195 0,143 1,204 0,157 1,186 0,184 1,062 0,193 0,930 0,179 0,968 0,183 1,321* 0,180 1,306 0,188 0,152 1,672*** 0,174 1,981*** 0,204 1,529** 0,214 2,722*** 0,169 2,150*** 0,179 2,030*** 0,185 1,759*** 0,192 7,205*** 0,970*** 1,118 0,772 0,430*** 0,237 0,008 0,169 0,216 0,168 1,578 0,955*** 0,954 1,050 0,741 0,304 0,012 0,222 0,281 0,204 3,545*** 0,966*** 1,173 0,986 0,695* 0,287 0,011 0,209 0,194 0,210 2,581*** 0,959*** 0,859 1,154 0,844 0,304 0,011 0,269 0,264 0,200 0,911 0,156 1,040 0,195 0,820 0,171 0,967 0,195 0,505*** 0,168 0,604*** 0,186 0,824 0,224 0,733* 0,196 $***Significativo$al$0.01$$$$**Significativo$al$0.05$$$$*Significativo$al$0.1 Categoría$de$Referencia:$hogar$sin$violencia$familiar;$no$se$fue$de$su$casa$antes$de$los$15$años;$no$confiaba$en$los$padres;$no$se$consumía$en$el$entorno$familiar;$ausencia$de$antecedentes$delictivos;$no$había$bandas$delictivas$en$el$ bario;$mujer;$primaria$completa$o$menos;$no$trabajaba;$insatisfecho$con$la$economia$propia;$no$consumió$drogas$o$alcohol$antes$del$delito