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Trabajos y ensayos Publicación del Máster Universitario y del Doctorado en Estudios Internacionales. Departamento de Derecho Internacional Público, Relaciones Internacionales e Historia del Derecho UPV/ EHU Número 13 (enero de 2011) ISSN: 1887-5688 El Activismo de la Mujer Islámica: Palestina e Islamismo Soraya Vellisca 1. INTRODUCCIÓN Desde hace siglos el ser humano en lugar de aceptar la diversidad cultural ha subrayado las diferencias entre civilizaciones. Muestra de esto es el caso de la mujer islámica, durante siglos tachada de sujeto pasivo y prisionera de su ley. Sin embargo, los hechos demuestran que las mujeres en el mundo árabe han venido participando en la esfera política con mayor o menor visibilidad y de distintas maneras. El propósito de esta investigación es demostrar que las mujeres islámicas están desarrollando acciones que en las sociedades arabo-islámicas tradicionalmente correspondían a los hombres. Para ello se analiza el caso de Palestina, donde el conflicto árabe-israelí ha llevado a las mujeres a ser protagonistas directas de la lucha. 2. LOS DISCURSOS ISLÁMICOS SOBRE EL ROL DE LA MUJER Ser mujer ha supuesto durante siglos estar subordinada al hombre, no tener las mismas libertades y mucho menos los mismos derechos. En una historia de hombres, hecha por y para éstos, la mujer apenas ha conseguido alzar la voz hasta hace relativamente poco; y no con menores dificultades en el Oriente Medio y Próximo1 a tenor de la dominación masculina imperante. Sin embargo, realizar apreciaciones y llegar a conclusiones cuando el objeto de estudio es Oriente resulta especialmente complicado. Desde hace siglos los estereotipos han 1 Para un criterio de diferenciación entre uno y otro consultar el siguiente boletín terminológico de la Unión Europea: http://www.europarl.europa.eu/transl_es/plataforma/pagina/celter/bol42.htm. 1 TRABAJOS Y ENSAYOS Número 13, enero de 2011 Soraya Vellisca: El Activismo de la Mujer Islámica: Palestina e Islamismo conformado la razón occidental hasta tal punto que muchos de los tópicos habituales se consideran realidades irrefutables. Son conocidas las dificultades que los seres humanos hemos tenido, y continuamos teniendo, para aceptar diferencias culturales. A lo largo de la historia varios acontecimientos han dado cuenta de ello. Valga como ejemplo la esclavitud y la colonización que se justificaron mediante la consideración de lo diferente como una forma inferior de lo propio. Occidente y Oriente son un ejemplo concreto de cómo el contacto entre diferentes sociedades ha llevado a pensar y hablar de los unos y los otros, el grupo propio y el extranjero, lo civilizado y lo irracional, lo bueno y lo malo. El problema es que esta forma de operar ha desembocado en ignorancia, malentendidos y tensiones. El discurso occidental sobre la mujer, en la mayoría de los casos, suele hacerse con base en los principios y objetivos del paradigma que domina en Occidente respecto a las relaciones entre los dos sexos2. De acuerdo con el profesor de Teología José Morales Marín, Occidente atribuye a la ley islámica la culpabilidad de la inexistencia de igualdad en los terrenos político, económico y educativo, dando pie a que las mujeres arabo-islámicas sean descritas como seres pasivos incapaces de llevar a cabo acciones eficaces que mejoren su situación. Esto le lleva a concluir a la socióloga y arabista Gema Martín Muñoz que la visión etnocentrista impide entender dinámicas que no reproduzcan nuestra construcción de la realidad y nuestro modelo feminista laico3. Así, para realizar una interpretación más acorde a la realidad, a continuación se hace un breve análisis de los factores sociológicos y fundamentos religiosos, puesto que de ambos derivan las tendencias políticas e identidades culturales. 2.1. La mujer y el islam Dentro del mundo islámico pueden observarse dos grandes tendencias respecto al papel que debe desempeñar la mujer. La primera de ellas, que enlaza con el fundamentalismo y los tradicionalistas, promueve la vuelta al hogar y una presencia mínima de las mujeres en el espacio público. Valga como ejemplo Muhammed Qutb, quien concluye que, por ignorancia o negligencia, hay quien dice que el islam es enemigo de la mujer, degrada su dignidad y 2 J. Morales, El Islam, Madrid, Ediciones Rialp, 2001, pp. 112-113. G. Martín Muñoz, “Mujeres musulmanas entre el mito y la realidad” en F. Checa y Olmo (ed.), Mujeres en el camino. El fenómeno de la migración femenina en España, Barcelona, Icaria, 2005, p. 208. 3 2 TRABAJOS Y ENSAYOS Número 13, enero de 2011 Soraya Vellisca: El Activismo de la Mujer Islámica: Palestina e Islamismo humilla su orgullo, y que el islam considera que la mujer no es más que un goce sensual para el hombre y un instrumento para engendrar. “Estos y aquellos no conocen la realidad del Islam, o la conocen y luego intencionadamente confunden lo justo con lo injusto para desviar a la gente, y propagar, la corrupción en la sociedad, facilitando así la pesca a quien desea pescar en las aguas turbias”4. La segunda corriente, defendida en particular por ideólogos islamistas como el tunecino Mohammed Ghannuchi, considera que la mujer debe estar presente en el espacio público, acceder a la educación, al mercado de trabajo y a ciertos cargos5. Por tanto, no hay unanimidad a la hora de determinar qué papel debe corresponder a la mujer según el islam. Una mirada al Corán tampoco es suficiente para determinar cuál es la posición adecuada, pues las prescripciones contenidas en el libro sagrado del islam son bastante diáfanas a la hora de determinar los derechos de las mujeres. “Dios ha preparado perdón y magnífica recompensa para los musulmanes y las musulmanas, los creyentes y las creyentes, los devotos y las devotas, los sinceros y las sinceras, los pacientes y las pacientes, los humildes y las humildes, los que y las que dan limosna, los que y las que ayudan, los castos y las castas, los que recuerdan y las que recuerdan mucho a Dios”6. Esta aleya parecería reivindicar la igualdad entre hombres y mujeres, no obstante en todos los casos antepone lo masculino a lo femenino (los devotos y las devotas, los castos y las castas…). Igual de confusa es la aleya 2:282 que reza: “Llamad, para que sean testigos, a dos de vuestros hombres; si no los hay, elegid a un hombre y a dos mujeres de entre quienes os plazcan”7. Textos como este último han llevado a considerar que el Corán establece que el valor de la mujer es la mitad que el del hombre, a pesar de que se diga que ambos tienen iguales derechos. No obstante, un repaso histórico evidencia que durante la época de la revelación, las mujeres y los hombres estaban unidos, ambos seguían el camino de Allah que no comprendía de géneros. Es más, la mujer preferida de Mahoma, Aixa, desempeñaba un papel político no poco importante. Por estas razones muchas mujeres actuales consideran que su falta de 4 M. Qutb, La mujer en el Islam, Madrid, Centro islámico en España, 1986, p. 9. T. Desrues, “El islamismo en el mundo árabe. Interpretaciones de algunas trayectorias políticas”, Revista Internacional de Sociología (RIS), vol. 67, n.º 1, enero-abril, 2009, p. 21. 6 El Corán, edición preparada por Julio Cortes, Madrid, Editora Nacional, 1984, p. 488. 7 Ibidem, p. 42. 5 3 TRABAJOS Y ENSAYOS Número 13, enero de 2011 Soraya Vellisca: El Activismo de la Mujer Islámica: Palestina e Islamismo derechos se debe a que el Corán ha sido interpretado por hombres, por eso exigen que las mujeres puedan reinterpretarlo con el fin de llevar a la práctica en su totalidad la igualdad en términos de género. 2.2. La mujer y la militancia Para comprender lo que realmente sucede en el seno del mundo islámico resulta indispensable analizar la actitud y opinión de las propias mujeres. Atendiendo al grado de protagonismo que se le reserve a la religión puede establecerse una tipología de mujeres militantes en la que cabe distinguir distintos casos: En primer lugar, las mujeres islamistas reivindican una sociedad islámica justa y equitativa que reconozca y respete la compatibilidad de sexos en lugar de verlos como competidores. Su misión, por lo tanto, es trabajar para un cambio hacia la islamización a través de una participación activa de la mujer en todos los niveles. Así pues, las islamistas se benefician de las adquisiciones de la modernidad para dar a la mujer una nueva garantía y una nueva dignidad. En segundo lugar, las feministas musulmanas consideran que el discurso de la igualdad entre el hombre y la mujer está totalmente de acuerdo con el islam. Estas mujeres rechazan que la igualdad sea algo que intente imponerse desde Occidente, defienden que tal igualdad está reconocida por el Corán, sólo que ha sido malinterpretada por los hombres a lo largo de la historia, por lo que exigen una reinterpretación de la Sharia. Justo este aspecto religioso es el que el tercer grupo de mujeres, las feministas liberales o seculares rechaza. Según éstas, los derechos de la mujer y los derechos humanos son inherentes al individuo. Consideran que la religión es un asunto privado; no quieren que la religión sea la base de decisiones políticas, lo que ha conllevado que sean consideradas infieles o víctimas occidentales8. No obstante, cabe considerar que esta clasificación estaría incompleta sin añadirle un cuarto tipo de mujer: la islamista radical. “Radical Islamic terrorist organizations such as Al Qaeda and others linked to the global jihad were slow to begin incorporating women into their ranks. Initially, Islamic clerics opposed 8 M. Makram, “La mujer, los derechos humanos y el islam”, Foro FRIDE, 1 de abril de 2005, pp. 3-11 en http://www.fride.org/evento/96/mujer-derechos-humanos-e-islam. 4 TRABAJOS Y ENSAYOS Número 13, enero de 2011 Soraya Vellisca: El Activismo de la Mujer Islámica: Palestina e Islamismo women’s involvement in jihad, and only a handful of the more progressive clerics acknowledged that women could participate in a jihad” 9. El hecho de que en una sociedad patriarcal la mujer haya adquirido tal protagonismo, independientemente de su racionalidad, demuestra que el islamismo está suscitando cambios. Representa un intento de encontrar una estabilidad en un mundo que apenas guarda valores tradicionales, no repara en la religión y además soporta ocupaciones, bombardeos, saqueos e invasiones. Esto es evidente en el conflicto árabe-israelí, donde la mujer se ha entregado a la causa política de la misma manera que lo han hecho los hombres. 3. LA LUCHA DE LA MUJER EN PALESTINA La diversidad del mundo islámico conlleva que la situación de la mujer varíe en función de la ubicación geográfica, entorno y condiciones de vida. El caso de Palestina es especialmente relevante en tanto que las condiciones políticas, sociales y económicas surgidas desde el conflicto árabe-israelí han impulsado la ruptura de las funciones que tradicionalmente se le habían atribuido a la mujer. La ocupación, además de ejercer la violencia política sobre las mujeres como una parte de la sociedad palestina, también ha instrumentalizado desde el principio las tradiciones y la inequidad de género. Teniendo en cuenta que existe una relación directa entre la violencia política y la violación de los derechos de las mujeres, entramos en un círculo vicioso en el que la protección de las mujeres se hace prácticamente imposible. En este contexto, la ocupación ha afectado a las mujeres palestinas de manera diferente desde 1967 hasta el día de hoy10. 3.1. El comienzo del conflicto árabe-israelí Hasta mediados del siglo XX, la sociedad palestina era rural y tradicional, pero una serie de acontecimientos históricos como el final del Período Otomano, el Mandato Británico de 1927 a 1948, el inicio de la inmigración judía, el éxodo rural y los primeros focos de industrialización dan comienzo a un cambio en la vida de la mujer. Así, poco a poco ésta 9 M. Bloom, “Mother. Daughter. Sister. Bomber” en J. Davis, Women and radical islamic terrorism: planners, perpetrators, patrons?, Strategic Datalink, n.º 136, mayo 2006, p. 1, http://www.opencanada.org/wpcontent/uploads/2011/05/SD-136-Davis.pdf. 10 H. Muhiar, “Las mujeres palestinas como objetivo de la ecuación demográfica” en R. Escudero Alday (ed.), Segregados y recluidos. Los palestinos y las amenazas a su seguridad, Madrid, Catarata, 2008, p. 198. 5 TRABAJOS Y ENSAYOS Número 13, enero de 2011 Soraya Vellisca: El Activismo de la Mujer Islámica: Palestina e Islamismo comienza a acceder a niveles más altos en su educación. No obstante, las transformaciones más visibles empezaron posteriormente, con la diáspora palestina entre 1948 y 1949. Es entonces cuando la guerra y la ocupación sionista forzaron a la mujer a intervenir en el espacio público, el trabajo y la política, hecho que contribuyó a que cambiaran la opinión sobre sí mismas y el juicio que sobre ellas tenía el resto de la sociedad11. Hablar de Palestina y sus dramáticas circunstancias supone necesariamente hacer referencia al conflicto árabe-israelí. La Naqbah o catástrofe, simboliza la destrucción del pueblo palestino a costa de la creación de un hogar para los judíos en 1948. Es entonces cuando, a consecuencia de la muerte de hermanos, hijos, maridos y padres en el conflicto, las mujeres se convierten en las encargadas de garantizar la supervivencia de la familia. Esto las llevó a participar en la esfera laboral, ámbito marcadamente masculino en tal sociedad patriarcal, lo que conllevó también el desarrollo de una mayor conciencia política que finalmente se plasmó en acciones. De este modo, progresivamente, el conflicto árabe-israelí fue promoviendo que la mujer optase por dar prioridad a la lucha del pueblo palestino por la liberación nacional antes que a la problemática del reconocimiento de sus propios derechos. Pese a que en un principio los líderes palestinos pidieran ayuda a las mujeres, las funciones no se alejaban de la tradicional partición de labores atribuida a los géneros. En cambio, la mujer fue buscando sus propios medios para llevar a cabo la lucha: “Primero vendían su oro para comprar armas para la revolución (1923-1948), luego utilizaron éstas para resistir (1948-1967-1970), tomaron parte en la Intifada enfrentándose al Ejército israelí con piedras para defender su tierra y sus hijos, participaron en actividades en barrios y medios de comunicación, preservando su identidad y cultura en su papel de madres (1978-1990) y, finalmente, hay que destacar su papel como líderes políticos a partir de su implicación en partidos políticos, siendo partícipes, de 1990 en adelante, de la toma de decisiones”12. Es decir, hasta la creación del Estado israelí la mujer desempeñó trabajos sociales y caritativos, educó y trabajó en organizaciones benéficas y religiosas. La ocupación israelí en 1967 cambió drásticamente la vida de éstas pues desde entonces se involucraron en 11 A. García y E. Ortiz, “Intifada Al-Aqsa: voces de mujeres”, Feminismo/s: revista del Centro de Estudios sobre la Mujer de la Universidad de Alicante, n.º 3, junio 2004, p. 192. 12 M. Nassar, “Resistencia y lucha ante el conflicto”, Gara, 31/10/07. 6 TRABAJOS Y ENSAYOS Número 13, enero de 2011 Soraya Vellisca: El Activismo de la Mujer Islámica: Palestina e Islamismo operaciones armadas. Además, se produjo una especialización que atendía a parámetros geográficos; en Gaza, por ejemplo, lanzaban bombas contra vehículos militares y sedes oficiales del Gobierno israelí. Después, se afiliaron a partidos políticos y por primera vez fueron admitidas como dirigentes en las organizaciones de resistencia logrando luchar como un hombre más. En 1976 se reconoció por primera vez el derecho de voto a la mujer, pero no se les permitió la actividad política. 3.2. La primera Intifada Posteriormente tuvo lugar la primera Intifada en 1987 y, con ésta, la asunción de un papel de liderazgo. Desde esta fecha las mujeres se enfrentaron a los soldados en defensa de sus hijos y maridos y, cuando éstos eran hechos prisioneros, se hicieron cargo de la manutención de la familia como también de la visita a los prisioneros. No obstante, cinco años después de la Intifada, la falta de una solución política a la ocupación, el desastre económico tras la guerra del Golfo y la aparición de movimientos fundamentalistas provocaron la vuelta de la mujer a las viejas normas patriarcales13. Este nuevo contexto fue aprovechado por el islamismo. El islamismo buscó intimidar y coaccionar a las mujeres militantes laicas de los comités populares. Algunas renunciaron a su activismo, aunque de manera general el efecto producido fue el contrario: las organizaciones de mujeres empezaron a plantear abiertamente temas como el carácter discriminatorio de ciertas tradiciones, la violencia doméstica o la discriminación dentro de los partidos y familia. Es decir, globalmente la Intifada supuso un desarrollo de la conciencia crítica de género sobre las diversas formas de opresión, fuera ésta de carácter nacional (en la ocupación), económica (en el mercado), social o familiar. La implicación masiva de la mujer en todos los escenarios supuso un punto de inflexión en la historia del movimiento de las mujeres y acarreó un reconocimiento social del papel de la mujer mas allá de los roles que tradicionalmente se le habían asignado14. 13 A. García y E. Ortiz, op. cit., pp. 194-196. I. Barreñada, “Mujeres palestinas. Protagonismo y relegación”, Nación Árabe, n.º 44, año XIV, primavera 2001, p. 62. 14 7 TRABAJOS Y ENSAYOS Número 13, enero de 2011 Soraya Vellisca: El Activismo de la Mujer Islámica: Palestina e Islamismo 3.3. La segunda Intifada Tras un breve periodo relativamente pacífico, volvieron a comenzar las revueltas. El incumplimiento de los Tratados de Oslo que preveían devolver a los palestinos la mayor parte del territorio ocupado en 1967, el duplicamiento del número de colonos israelíes asentados en Gaza y Cisjordania, el mantenimiento del control israelí en Jerusalén y la visita que en septiembre del año 2000 hizo el exministro de Defensa Ariel Sharon a la mezquita Al Aqsa, fueron el caldo de cultivo para que estallara la segunda Intifada. “The agenda of this intifada thus included three characteristics that differed from those of the first one: a gender-oriented (feminist) social agenda as an alternative to the national agenda of the hegemonic male-dominated leadership; an alternative motherhood, along with the previous recruited national motherhood; and the phenomenon of women suicide bombers (shahidat)”15. A diferencia de la primera Intifada, en la de Al Aqsa las madres no asimilaron el tipo de maternidad que años antes se les había atribuido. Durante la primera Intifada, las mujeres tenían hijos con la idea de que fueran combatientes, pero en ésta se oponen a que sus hijos se enfrenten a la muerte. Por otra parte se produce un cambio de mentalidad, ya que, con el empeoramiento de las condiciones de vida en Palestina, se da la circunstancia de que las mujeres son las que más sufren dada la manera particular en que, desde su nacimiento, se ven condicionadas por el conflicto. Esto supone que la mitad de una población está condenada a una vida no digna, circunstancia que impide el desarrollo del pueblo palestino. Por último, la Intifada de Al Aqsa supuso una moderación en los discursos políticos que impedían que la mujer ejecutara ataques suicidas. La organización Fatah fue la primera en cambiar estas limitaciones y apostar por una mujer que esté dispuesta a dar su vida para hacer frente a Israel. Hoy por hoy, la organización nacionalista Fatah y los partidos islamistas Hamas y Yihad Islámica en Palestina siguen considerando que las mujeres pueden hacer frente a los israelíes de igual modo que lo harían los hombres. Según manifiestan líderes de las organizaciones, las razones por las que se acepta que las mujeres participen en atentados 15 M. Tzoreff, “The palestinian shahida: national patriotism, islamic feminism, or social crisis” en Y. Schweitzer, Palestinian Female Suicide Bombers: Reality vs. Myth, 2006, pp. 15-16, http://se2.isn.ch/serviceengine/Files/.../en/03_The+Palestinian+Shahida.pdf. 8 TRABAJOS Y ENSAYOS Número 13, enero de 2011 Soraya Vellisca: El Activismo de la Mujer Islámica: Palestina e Islamismo suicidas no responden a la falta de hombres para llevarlos a cabo, sino que se debe a una mayor facilidad de acceder a zonas estratégicas. No obstante, esto no quiere decir que las mujeres participen en la elaboración de planes estratégicos, pues su cooperación se limita a tomar parte en una fase de entrenamiento para llevar a cabo el objetivo. La participación activa de las mujeres en atentados suicidas ha sido un salto evolutivo muy importante en el tradicional papel de la mujer en la mayoría de las organizaciones terroristas. Si bien su papel siempre fue clave para la supervivencia de todos los grupos extremistas, ahora ha pasado de ser una eficaz colaboradora en labores de apoyo y logísticas, además de ser la verdadera responsable de transmitir los valores a los hijos, a convertirse en la protagonista directa de la lucha. 4. EL ISLAMISMO, ¿UNA OPORTUNIDAD PARA LA MUJER? A pesar de que no todas las organizaciones islámicas reivindiquen los mismos principios, el simple hecho de que una mujer pueda tomar parte en ellos es un paso adelante, pues esto supone una ruptura con las tradicionales reinterpretaciones islámicas que mantienen en un segundo plano a la mujer. El islamismo es una ideología política que se desarrolla en sociedades en profunda transformación. Su objetivo es recrear una sociedad islámica, construir un Estado islámico y establecer la Sharia en la sociedad. Por tanto, debe considerarse un movimiento moderno en tanto que recoge la necesidad de crear un Estado-nación. El islamismo surge y se expande en las sociedades arabo-islámicas cada vez más urbanas, donde las solidaridades rurales se están debilitando y emergen nuevas formas de articulación social. “La juventud urbana, alfabetizada en masa, nacida después de las independencias, poco sensible a la retórica de la legitimación nacionalista de las elites gobernantes y con escasas expectativas de movilidad social, constituye la base de los diferentes movimientos islamistas. La ideología islamista ofrece a estos individuos un instrumento conceptual para pensar una modernización que invade su cotidianidad”16. 16 B. López y M. Hernando de Larramendi, “Islamismo” en J. Antón Mellón (ed.), Ideologías y movimientos políticos contemporáneos, Madrid, Tecnos, 2006, p. 329. 9 TRABAJOS Y ENSAYOS Número 13, enero de 2011 Soraya Vellisca: El Activismo de la Mujer Islámica: Palestina e Islamismo Es en este contexto donde la mujer musulmana ha encontrado una vía para hacer frente a tradiciones que la mantienen subordinada. De hecho, de acuerdo a la socióloga Nilüfer Gole, además de propiciar cambios en los roles que se les han atribuido a las mujeres tradicionalmente, el islamismo supone una oportunidad de alzar la voz para un colectivo silenciado. “Islamism empowers Muslims women, providing intellectual and political tools for asserting their long-silenced difference. /…/ Furthermore, Islamic politics provides a realm of opportunities for their “self-realization” and becomes a vehicle for their public and professional visibility. /…/ An elite cadre of Islamic women is thus emerging from within Islamist”17. En este mismo sentido, Thierry Desrues plantea que la militancia femenina muestra la existencia de una ruptura con la sociedad tradicional, puesto que se promueve la individualización de la mujer, lo que significa que un proceso de modernización es posible en las sociedades árabes18. En definitiva, la modernización propuesta por el islamismo junto con determinadas circunstancias que tienen lugar en entornos conflictivos permiten de una manera progresiva la participación de la mujer. 5. CONCLUSIONES El islamismo es un movimiento político que está cobrando fuerza en aquellos lugares donde las injusticias y los conflictos son constantes. Hasta hace poco a la mujer islámica se le reservaba un ámbito privado, era la encargada de garantizar el equilibro afectivo y emocional de la familia, ser madre y ama de casa. Esto, no obstante, no quiere decir que tal y como argumenta Occidente la mujer sea necesariamente una víctima del islam, sino que hay países en los que la interpretación de las fuentes religiosas ha sido una tarea masculina, hecho que ha propiciado un mantenimiento de roles a través de los años. No es el islam en sí lo que conlleva que a la mujer se le atribuya ese papel, sino las interpretaciones de éste por una parte, y la defensa frente a la amenaza occidental por otra. De hecho, la inclusión de la mujer islámica en los discursos occidentales ha aumentado la presión en las sociedades islámicas hacia las mujeres. Ahora bien, en ambientes conflictivos, las circunstancias dramáticas han 17 18 N. Gole, The forbidden modern: civilization and veiling, Michigan, University of Michigan Press, 1997, p. 22. T. Desrues, op. cit., p. 21. 10 TRABAJOS Y ENSAYOS Número 13, enero de 2011 Soraya Vellisca: El Activismo de la Mujer Islámica: Palestina e Islamismo permitido que la tradición y el rechazo antioccidental no impidan que la mujer se convierta en protagonista directa de la lucha. Las transformaciones en el rol de la mujer palestina empiezan en un viejo escenario belicoso, Palestina, concretamente con la diáspora entre 1948 y 1949. La guerra y la ocupación sionista forzaron a la mujer a intervenir en un ámbito público —trabajo y política— hecho que contribuyó a que ellas cambiaran de opinión sobre sí mismas. Durante las Intifadas el cambio fue más evidente. Durante la primera, el rol de la mujer fue instrumentalizado tanto por israelíes como por palestinos. La capacidad reproductiva de las mujeres suponía una amenaza para los israelíes, en tanto que el objetivo sionista es expulsar a palestinos, y una oportunidad para los palestinos, puesto que ellas tienen la capacidad de crear nuevos combatientes. En cambio, durante la segunda Intifada las mujeres llevan al extremo sus reivindicaciones políticas hasta el punto de estar dispuestas a dar su vida para hacer frente a Israel en nombre de Allah. Si las circunstancias continúan como hasta ahora, la influencia de los islamistas podría crecer de nuevo considerablemente. Si este movimiento continúa su labor en los ámbitos social, educativo y político, el apoyo de la población será mayor. Debido a que este movimiento tiene en consideración al sector femenino, las mujeres islámicas lo seguirán apoyando, pues les brinda nuevas posibilidades que pueden permitirles progresar. Así, el islamismo aumenta el número de simpatizantes al incluir a las mujeres entre las defensoras, a la par que abre nuevos caminos a éstas. 11 TRABAJOS Y ENSAYOS Número 13, enero de 2011 Soraya Vellisca: El Activismo de la Mujer Islámica: Palestina e Islamismo BIBLIOGRAFÍA BARREÑADA, ISAÍAS, "Mujeres palestinas. Protagonismo y relegación", Nación Árabe, n.º 44, 2001, p. 62. BLOOM, MIA, "Mother. Daughter. Sister. Bomber", en Jessica Davis, Women and radical islamic terrorism: planners, perpetrators, patrons?, Strategic Datalink, n.º 136, mayo 2006, p. 1 en http://www.opencanada.org/wp-content/uploads/2011/05/SD136-Davis.pdf. DESRUES, THIERRY, "El islamismo en el mundo árabe. Interpretaciones de algunas trayectorias políticas", Revista Internacional de Sociología (RIS), vol. 67, n.º 1, enero-abril, 2009, p. 21. EL CORÁN, Edición preparada por Julio Cortes, Madrid, Editora Nacional, 1984. 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