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DECLARACIÓN POR LA VIDA En 1954 la Asamblea General de la ONU recomendó que todos los países instituyeran el Día Universal del Niño, fecha que se dedicaría a la fraternidad y a la comprensión entre los niños del mundo entero y se destinaría a actividades para promover el bienestar de los infantes. Se sugirió a los gobiernos que celebraran tal día en la fecha que cada uno de ellos estimara conveniente. No obstante, el día 20 de noviembre marca la fecha en que se aprobó la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989. EL MEJUNJE, espacio total de la escena Por Armando Morales El Festival de Teatro de Pequeño Formato, creado por la Compañía Teatral Mejunje con el auspicio del Consejo Provincial de las Artes Escénicas, de Santa Clara, en su edición número 20, convocado del 22 al 29 de enero, reservó el horario de las mañanas y tardes a los espectáculos dirigidos al público infantil y juvenil; en tanto en las noches, el espectador adulto aprobaría o no, la presencia de compañías como el Teatro del Viento (Camagüey); el Teatro del Sur y Grupo El Portazo (Matanzas); Compañía Rita Montaner y Teatro El Taller (La Habana); Alas Buenas (Holguín); Grupo Alas (Granma) Calibán Teatro (Santiago de Cuba) Teatro Laboratorio (Villa Clara) y el Mejunje como grupo anfitrión. El 22 de enero, día del teatro cubano, se aquilataba la osadía, por si fuera necesario, del Mejunje, como “…el sitio donde también se está…” liderado por la sabia conducción de Ramón Silverio y su capaz equipo. En la serie de espectáculos dirigidos a la infancia, presentados en el 20 Festival se confirma la pujanza creativa de esta particular escena; la diversidad de propuestas y sobre todo la audacia de una juventud enfrentada a los misteriosos vericuetos de “hacer teatro”. Reconocidas agrupaciones, en su carácter histórico, se han visto reverdecidas por los nuevos talentos que irrumpen en el panorama teatral con arresto suficiente como para poner en tela de juicio conformismos estériles o agotamientos creativos. El Grupo Teatro Escambray (Santa Clara) presentaba un trabajo a partir del cuento Los tres pichones de Onelio Jorge Cardoso. Los pintores nueva propuesta de Maikel Valdés, como director e intérprete nos mostraba, acompañada de la excelencia de Teresa Denisse; la cual recibiría el Premio Caricato por la anterior entrega de la pareja; la aplaudida y fresca versión titulada El sinsonte y el rosal. Con estos títulos se reorientan aquel Frente Infantil del Teatro Escambray. Otros jóvenes secundan la pauta de Maikel, proyectando nuevos trabajos. Saúl Rojas, como autor, diseñador y director de la puesta en escena se revela en El sueño de la oruga, como un inquietante puntal que habrá que seguir en próximos desempeños. El director general del Escambray Rafael González, en sus notas al programa de mano ha dejado asentado que ”…determinados animales están insatisfechos con su condición, sin conocer que después de sufrir una metamorfosis, se convertirán en seres de gran belleza, que harían palidecer de envidia a los que los despreciaban…” El Frente Infantil y el ofrecimiento de sus honestos trabajos iluminan de nuevo al Teatro Escambray Otras de las compañías que han sentido el estremecimiento producido por las nuevas energías ha sido Los Zahories (Las Tunas). Armando (Mandy) Mora continúa la senda de su insuperable Los Pícaros Burlados y se atreve a dirigir otra pieza de Javier Villafañe; la aplaudida y nunca agotada La calle de los fantasmas, en una versión de Geraidy Brito con el título de ¡Donde hay hombre, no hay fantasma! en un unipersonal de Damaris Pacheco. Ambos trabajos cuentan con el sensible y preciso acople del músico Andrés Ávila y su guitarra. El especialista Alberto C. Estrada, comenta que: “Con esta puesta en escena Los Zahoríes siguen dando muestra de reoxigenación y continuidad creadora, ahora en manos que se inician y auto-impulsan a vencer miedos…” Desde Sancti Spíritus llegaría el proyecto escénico Parabajitos, dirigido por Yohandry (Pachi) Naranjo. Esta vez el inquieto teatrero presentó la pieza Picotico, de Mario González. La espectacular respuesta titiritera al texto, se ennoblece con la participación interpretativa de Magdenis López. Ambos jóvenes continúa su línea de trabajo aproximándose al hombre de nuestra campiña; a sus alegres y guaracheras tonadas concebidas desde una estética de fuerte acento popular. De Matanzas llegaba el afamado y afanoso Teatro Papalote presentando Nubes azules, uno de los últimos trabajos de René Fernández, como autor y director. La puesta en escena confirma la sabiduría del director en la que las categorías “forma y contenido” marcan una lección de mesura y de contención estética. Los factores innegables de la dramaturgia espectacular anotan respuestas exactas a las directrices magistrales del director. Como afirmaba Amarilis Ribot en las notas al programa de mano: “Con esta obra, el gran dramaturgo titiritero se vale de los recursos de un arte milenario para lanzarse a enseñar, con esa vocación suya por el magisterio…” Las propuestas de la Compañía Teatral Mejunje evidenció el amplio registro de los expresivos recursos escénicos con que cuenta sus componentes. Por una parte la sabiduría de actores, devenidos directores, como la ilustrada pareja formada Por Idania García y Nelson Águila en su Perico y yo, Por otra, jóvenes como Rafael Martínez y Leisy Domínguez defendiendo un Cumpleaños feliz, inquietante texto y puesta en escena de Raudel Morales. Desde Granma llegaron La Guerrilla de Teatreros, en una propuesta escénica donde la estética del clown se entrelaza con la titiritera. Dirigida por Yaqui Sáiz sobre un guión de Ariel Hernández, La Guerrilla… marcaba el acento particular otorgado por el clown en la gama de espectáculos vistos en el Mejunje. Otra de las producciones imprescindibles, en un evento de esta naturaleza, lo constituyó la presencia de Teatro La Proa (La Habana). Las presentaciones de Mowgli, el mordido por los lobos, en la legendaria sala teatral del Guiñol de Santa Clara recibió, una vez más, la aprobación del ¡Respetable! y más cuando dos de sus fundamentales miembros Arneldy Cejas, como director y Erduyn Maza, como intérprete titiritero recibieron, por sus labores en este título, el codiciado Premio Caricato UNEAC. El Teatro Nacional de Guiñol, presentó una versión del cuento La caperucita roja, título estrenado en el 2003, pero que nunca se había presentado en Santa Clara, de ahí que sus titiriteros aprovecharon la ocasión, nueve años después de su estreno, para trasladarse a apartados poblados de Manicaragua y Remedios, igualmente al Hospital Infantil Provincial. Se presentaron, además, en la función que marcaría la celebración del 28 aniversario del Mejunje en su Patio Central colmada de espectadores. La caperucita roja, versionada por William Fuentes, en las manos titiriteras de Armando Morales y Lázaro Hernández hizo exclamar al aplaudido tunero Mandy Mora “…cuando se sabe hacer las cosas, se hace lo que les da la gana…” Una certera argumentación a la libertad creadora. Como fiesta de la escena, espacios teatrales de la ciudad como el remozado Teatro La Caridad, la Sala EstudioTeatral, la sala del Guiñol de Santa Clara, Círculos Infantiles y Sociales de la Provincia recibieron el arte teatral dirigido a la infancia y la juventud. Habría que destacar, por su justeza, el movimiento Títeres Mueven Titiriteros (TMT) como edificante acción que ha estado presente en casi todas las producciones presentadas en el 20 Festival. La labor de Yaqui Sáiz y Geraidy Brito, indistintamente como directoras escénicas o como libretistas y asesoras en el diseño, construcción y animación de figuras, pero sobre todo, como compañeras de sueños y realidades revelaron una trashumancia fraternal al depositar semillas en tierra fértil, sin ellas la cosecha actual no habría brindado estos frutos. El Mejunje y Ramón Silverio se preparan para la 21 edición en el 2013. Allí estaremos. ¿Más cerca de la luz? Por Amelia Duarte de la Rosa En el libro El títere ¿en la luz o en la sombra?, del director y dramaturgo cubano Armando Morales, el autor desde las primeras páginas asevera que: “el teatro de títeres, lúdicro por las esencias poéticas que lo identifican, es también, y mucho, capaz de representar los errores de la sociedad, de la política, de la religión, del quehacer humano todo”. La tradición titiritera y de teatro infantil en nuestro país es un innegable exponente de la afirmación, sin embargo su popularidad y razón de ser muchas veces se ha enfrentado al destierro y al silenciamiento impuesto a través del tiempo y el espacio. Por ahora, no se trata de recorrer esa “selva oscura” sino de señalar un nuevo período de acción y legitimación que algunos creadores nacionales llevan a cabo para reivindicar el teatro de títeres y el dedicado al más joven espectador. Aclaración esta necesaria por la inmediata asociación que se hace con los títeres y el público infantil. Las figuras animadas no se circunscriben solo a los más pequeños aun cuando, no deja de ser menos cierto, que la amalgama es la oferta actualmente más llevada a nuestros escenarios. La producción es hoy mucho más visible. Ha aumentado el número de propuestas de algunos conjuntos que se salen de la dramaturgia naif y retórica, además ha existido un incremento de su estudio y la mirada crítica; se han reconstituido centros como la UNIMA (Unión Internacional de la Marioneta) y la ASSITEJ (Asociación Internacional de Teatro para niños y jóvenes); y más recientemente –con vistas a su introducción permanente en la enseñanza artística- se creó la Cátedra Freddy Artiles en la Universidad de las Artes para promover su actividad, investigación y superación. Una programación estable; espacios de encuentros, festivales; y una participación activa de estudiantes y jóvenes creadores, también dan cuenta satisfactoria de la zona en la que se encuentra varado este arte, “el miembro más díscolo de la familia teatral” como lo catalogara el argentino Juan Enrique Acuña. En todo el país existen elencos que persisten en sus búsquedas estilísticas, las técnicas de animación y el discurso dramatúrgico que proponen a los niños. Por supuesto, que cada logro tiene su criptonita. En la primera reunión nacional del Centro cubano de la UNIMA, celebrada en Matanzas, Yudd Favier -especialista del Consejo Nacional de las Artes Escénicas- exponía la falta de autenticidad y uniformidad del diseño, la mayoría de las veces realizado por los propios actores-titiriteros. “Nuestro teatro –manifestó- no ha comprendido la necesidad de un diseñador que investigue sobre tejidos, épocas, combinaciones, perspectivas, estilo, precisión en las escenografías. Recorres todo el país y ves las mismas cabezas inmensas, idénticos colores y tejidos en similares trajecitos bien cortados a la usanza correcta de los años sesenta. Basta ya de que las carencias materiales y el tercermundismo económico nos sirvan de pretexto para lo feo por dejadez y lo empobrecido por facilismo.” Más adelante, con respecto al mensaje que necesita el niño de hoy, señalaba: “La dramaturgia tiene varios problemas en su tratamiento y la causa más tangible está en la pereza a la hora de investigar. La simultánea aparición de los mismos títulos en varios grupos ya comenzó a ser sospechosa prueba de ello. Algunos se han estancado en una dramaturgia exclusivamente nacionalista pero además circular. Muchos son mensajes caducos donde el receptor es cual recipiente vacío en el que se deposita una información explícita y probablemente superflua. De nuestros propios autores existen obras muy buenas que ni siquiera una vez han sido llevadas a la escena.” En este mismo sentido de extender el mensaje y los niveles de calidad, la dramaturga Esther Suárez Durán y presidenta del Comité cubano de la ASSITEJ, explicó: “No todos los grupos alcanzan un dominio de los recursos expresivos en sus puestas en escenas. Es necesario compartir con ese espectador joven y que sienta una pertinencia en relación con las urgencias ideológicas que vive. Los niveles de calidad son muy desiguales, hay algunos colectivos excelentes y otros que han logrado niveles no sostenidos”. Que la inconformidad y los problemas existan, sean planteados y analizados por creadores y dramaturgos es realmente un buen indicio para elevar la calidad. No obstante, prejuicios externos retrasan el desarrollo, Suárez Durán revela: “Hay otra situación que tiene que ver con la subestimación, existe un criterio peyorativo por parte del resto de los colegas que hacen teatro para adultos. Muchos piensan que este teatro por lo general carece de valor y que no tiene ningún requisito técnico. Por suerte hay una zona de ellos que va cambiando su mirada. El problema es que a veces existe del mismo modo una subestimación en los funcionarios. Por ejemplo, en una sala teatral cuando se presenta un espectáculo para niños y otro para adultos, las luces que se montan para el espectáculo de adultos están priorizadas. En general el no poder o querer tiene que ver con un concepto y suponen que los artistas que trabajamos para niños podemos hacerlo con las luces que sean. Ese es el matiz que diferencia.” La aceptación general de este arte ha estado permeada por la desestimación. No son solo los títeres un pasatiempo válido para los niños, ni los pequeños son receptores conformistas. Importa mucho el trabajo de estos artistas identificados con su público y el milenario arte de animar lo inanimado. Lo cierto es que con logros y deficiencias, desterrado o enterrado, con recursos o sin ellos, el teatro de títeres y para niños continúa su difícil sendero, renace con renovados bríos. En cuanto a la pregunta que da título a este trabajo, las palabras de Morales son la mejor respuesta: el teatro para niños y los títeres, los de nuestros días, han conquistado la luz gracias al fuerte poder de convencimiento que proyecta la hechizante presencia títerehombre en tablados y retablos. La Compañía Teatral Mejunje continúa marcando la diferencia Por Blanca Felipe Rivero En el marco de la XX edición del Festival de Teatro de Pequeño Formato de Santa Clara en el Mejunje, liderado por Ramón Silverio y en medio de los festejos por el 28 Aniversario de este peculiar espacio socio cultural, la Compañía Teatral Mejunje presentó dos de las propuestas de teatro para niños y de títeres más atractivas y válidas del certamen, sobre todo cuando la oferta escénica para niños fuera de mayor variedad y calidad. Hablo de los espectáculos Cumpleaños felíz y Perico y yo, ambas desde perspectivas muy propias con temas y tratamientos escénicos diferentes dentro de un mismo grupo creador. Cumpleaños felíz con dramaturgia y puesta en escena de Raudel Morales continúa la pauta de la laureada Relato de un pueblo roto de su propia autoria, con enlaces entre familia y sociedad, hogar y contexto social de actualidad. El niño como centro en las necesidades y miedos propios de su edad, anhelos y aspiraciones en constante dilema consigo mismo, la importancia de los amigos, el primer amor y la familia. En el día de su cumpleaños el niño desea como regalo una pistola para ser aceptado por la pandilla más popular del barrio pero su madre afectada por este deseo no lo admite. Ella está marcada por una guerra que los cubanos vivimos en Nicaragua, Angola o Etiopía desde hace algún tiempo tratada con regularidad sobre todo en el cine cubano. Raudel no menciona el lugar pero si la hace presente, cuestión únicamente tocada con anterioridad en el teatro para niños con el espectáculo Cría cuervos de Teatro de las puertas al colocar el trauma de un niño que pierde a su padre en la guerra de Angola. La historia se desata a partir de una paradoja en la connotación de un objeto, un arma como juguete pero también como portadora de sufrimiento para el ser humano. Se advierte una estructura dramatúrgica atractiva con un lenguaje orgánico de cercanía al infante. Con el escenario vacío, la banda sonora original para la puesta se comporta interactiva y provocadora en diálogo con los actores. Los rostros de los personajes se suceden desde posibles bolsillos o partes de las costuras de una vestimenta uniformada mientras los que cuentan gesticulan la corporeidad de los personajes. Un arduo trabajo de Leysi Domínguez y Rafael Martínez para un acople complejo de acciones y simultaneidades. De este modo Cumpleaños felíz se inscribe dentro de una dramaturgia y búsquedas de códigos diferentes que toman al niño como un espectador pensante e inteligente. Perico y yo con puesta de Idania García, al igual que su antecesor Eureka en apuros - aunque esta ves junto a su compañero de vida y obra Nelson Aguila- se vuelca hacia el burro Perico, un personaje popular de la ciudad de Santa Clara que vivió en los finales de los años 40. Este querido burro es el Platero de los pobladores villaclareños, que del carretón pasó a la libertad de ser amigo de todos y hasta participar en marchas políticas contra Machado y en los festejos carnavalescos. Su muerte fue un suceso y su escultura, creada por Arnaldo Artiles está allí cerca del estadio Sandino, vía al mercado, aseguran que en el antiguo camino de Las Bocas donde se inundan las calles para que Perico siga rodeado de gentes por siempre. Bajo esta peculiar aureola Idania resuelve hacer historia relatada por personajes de la tercera edad. Desde un banco del parque Vidal ellos cuentan, sueñan, se interrelacionan animando títeres planos como en el juego de un niño o uno de esos cuentos que arrullan. La interrelación actoral de Idania y Nelson es uno de los soportes fundamentales del espectáculo, destacándose de manera conmovedora y hermosa el instante en que Perico muere como títere plano articulado en las manos del abuelo. Sin dudas esta es una manera de enseñar al niño a amar los espacios de su ciudad y respetarlos, descubrir la herencia de una identidad para sentirse orgulloso, sobre todo cuando es contado desde la simpatía de los más viejos. Ambos espectáculos por caminos diversos enfrentan de manera comprometida el universo infantil valorizando la labor de la Compañía Teatral Mejunje que en el año 2012 continúa marcando la diferencia. Apetitosas calabazas desde Remedios Por Esther Suárez Durán Güirito y las calabazas es el título que presenta el Teatro Guiñol de Remedios Rabindranath Tagore en la sala del Teatro Nacional de Guiñol en esta gira a la capital en los días finales del primer mes del año. El público que colma la sala ratifica con su presencia, su atención y sus aplausos la calidad del espectáculo y la efectiva comunicación que logra con los espectadores. Güirito… parte de un texto escrito para la escena por el poeta y dramaturgo Fidel Galbán, el ya mítico fundador de este conjunto teatral que desde 1967 alienta en el actual territorio de lo que fuera uno de los primeros asentamientos de la Isla: San Juan de los Remedios de la Sabana del Cayo (así nombrado en 1578). Galbán, director general de la institución, es asimismo el director artístico de este espectáculo concebido básicamente en la línea del teatro de actores, aunque no desdeñe emplear recursos del teatro de figuras, con los cuales consigue la diversidad de formas y la eficacia expresiva. Según ha expresado el propio dramaturgo la idea poética de la obra busca enriquecer la perspectiva del empleo y tratamiento de las culturas populares en nuestra escena, apostando por una visión plural (la cual incluye el folclor ibérico y el de las culturas indígenas americanas) que aporte un equilibrio a la vez que resalta nuestra pertenencia y diálogo con una particular región geográfica y un específico ámbito de cultura. Güirito… destaca por muchos motivos. Entre ellos vale citar la belleza de su texto, que toma por eje la humanísima (por veraz y compleja) relación entre la abuela y el nieto abriéndose a la real posibilidad del intercambio entre tan alejadas generaciones; el acertado desempeño de su equipo actoral , encabezado por Yoniel Hernández Torres (como Güirito) y Daily Torres Estevez (como Ñabuela), a quienes respaldan con acierto Dianela González Bermúdez y Yeisi Pérez , en las Uicas; Jorge Luis Rojas , en el papel de Cucumalo (quien también tiene a su cargo la animación del pájaro) y María Teresa de Paz y Leticia Liset como las Sombras; el hermoso diseño escenográfico a base de primorosos telones que giran sobre un pivote definiendo las distintas locaciones de la historia; la banda sonora vasta y cuidada que firman el propio Galbán y Norberto Guerra y que ejecuta este último en vivo al pie del escenario; el diseño de luces de Sergio Pozo, cuyo oficio y pericia consigue obtener el máximo de los escasos medios de iluminación con que cuenta la sala del Vedado. Los actores bailan y se mueven por la escena con destreza y dominio del espacio, interpretan las canciones – de partitura nada sencilla— con afinación y gracia. Galbán y su equipo nos regalan una puesta en escena de alto rigor profesional donde un colectivo disciplinado y entregado brinda lo mejor de sí y alcanza este valioso resultado. La puesta en escena excede la hora y media de duración y, aunque en la función que presencié los espectadores más jóvenes no dieron señales de inquietud, creo que su primera parte, la que antecede y prepara la travesía de Güirito en pos de las calabazas, resulta reiterativa y agradecería una labor de síntesis y ajuste. Con este espectáculo el grupo se presentará a los ejercicios de selección que definirán las obras participantes en el venidero Festival de Teatro de Camagüey. Para tal momento sus integrantes acumulan experiencias, recogen opiniones en cada una de las presentaciones, antes de realizar los últimos cambios y precisiones. Por mi parte solo espero que las calabazas que Güirito y su abuela liberan de la avaricia del tonto de Cucumalo y recuperan para el mundo entero puedan estar presentes en la cita agramontina e iluminar con su espíritu generoso un encuentro que debe estar signado por la fraternidad, la alegría y la belleza. La vida es lo que transcurre mientras se hacen otros planes. John Lennon Por gusto doy un portazo Por Blanca Felipe Rivero Por puro gusto, porque así lo quiero, porque yo decido doy el portazo, hago una apertura de mi vida o llego hasta donde sueño y puedo. Así parecen decirnos los personajes de Por gusto, espectáculo del grupo El Portazo, de la Asociación Hermanos Saíz de Matanzas que con la dirección de Pedro Franco y la autoría de Abel González Melo se presentó en la XX Edición del Festival de Teatro de Pequeño Formato del Mejunje liderado por Ramón Silverio en Santa Clara el pasado enero. La puesta la vi en el patio del Mejunje, que sin dudas asevera mis sensaciones como espectadora y cubana por la aureola de inclusión que identifica este espacio. Por varias razones estamos ante un teatro juvenil, armado y seleccionado por jóvenes, y porque el tema y la concepción escénica tienen la energía, el cuestionamiento y comportamiento de los jóvenes. Y no es únicamente porque las situaciones y personajes tengan la inmediatez de hoy sino por la contundencia y profundidad con que se abordan. Abel González Melo es uno de los dramaturgos jóvenes más talentosos de esta generación que asume con inteligencia la contemporaneidad cubana, sobre todo la citadina, moviéndose en sus esencias y concreciones con una habilidad de increíble empatía. Llega a las unicidades de la cotidianeidad que revela y connota la realidad de los espectadores de hoy. Así lo vemos también en otros de sus textos como Chamaco, Nevada y Talco no solo desde la escritura sino desde la escena. Con la propuesta de El Portazo asistimos a la radiografía de cuatro personajes atrapados por su tiempo donde no importan los niveles de educación o posibles estatus para transitar las mismas tormentas que los acosan. El artista plástico que crea únicamente para vender, la maestra sin cultura ni instrucción, el universitario que sus saberes se convierten en absurdo y el policía de doble vida. La obviedad de la vida se muestra para conmover, todos enlazados en sus instintos vitales de amor y cercanía que contienen sus vidas en resistencia al contexto que habitan. Pedro Franco se auxilia de un andamio de construcción, un metal frío y roído por el tiempo con la textura ocasionada por la intemperie para dar casa, edificio, esquina. Esta es la estructura material visible fundamental de la puesta solo acompañado de una mesa o soporte para algunos movimientos del interior de la casa de Marcos y una manta en el piso para dar cama como centro del hogar de Leonardo personaje. La precariedad y la esencialidad como concepto que identifican los ambientes de La Habana. Una grabación con la voz del Ernesto Che Guevara en la que habla del hombre nuevo es un leitmotiv del espectáculo, lo escuchamos en cambios de escenas y los personajes lo repiten como autómatas pero con naturalidad, recurso que alude a la interrogante de quiénes somos y por qué somos. Advertimos una coherencia en el espectáculo en la materialidad del andamio, el comportamiento de los personajes, esa inquietud dentro de la desidia y el desapego o la aprehensión a deseos e impulsos que se transitan entre las necesidades económica, sus valores como seres humanos y sus ideales de existencia. Los actores logran sellar la diferencia y la presencia de sus personajes, la asimilación de sus esencias corporeizadas para dejar huellas en los espectadores y la sensación de agradecimiento de que El Portazo esta vez nos ha dado por gusto. Adiós al maestro titiritero Por Carmen Sotolongo Valiño En la noche del seis de febrero falleció Iván Jiménez Hurtado, director del Guiñol de Santa Clara. Esta vez no pudieron sus títeres interceder, pedirle un plazo a la Muerte, al menos para una función más. Se fue con proyectos incumplidos: celebrar con los suyos el 50 Aniversario del Grupo el próximo 25 de mayo, reestrenar El Gulliver de los muñecos, Meñique y, si aparecía presupuesto, también Okán- Deniyé. Soñaba retomar el trabajo que años atrás tuvo el Guiñol con niños aficionados; quería que nuestro teatro fuera una unidad docente para la formación de nuevos titeristas; planeaba aún dirigir la última obra que escribió: Volar. Y, sin embargo, se fue, con su morral lleno de haber cumplido bien la obra de la vida. Iván se unió a la labor fundadora de Olga Jiménez y Allán Alfonso, que, ciertamente, fue más allá de la mera creación del Guiñol, y a la cual debemos que sea hoy Santa Clara un territorio de muchos retablos. Fue actor, diseñador y constructor de mecanismos para títeres y escenografías, luminotécnico, operador de sonidos, y también hizo de utilero, tramoyista, taquillero y hasta carpintero y albañil en las muchas ocasiones en que fue necesario. Como dramaturgo, más de quince montajes del Guiñol se deben a su autoría, además de numerosas versiones y adaptaciones de clásicos y autores nacionales. Como director general supo situar a su colectivo entre uno de los más destacados del país, distinguido por su alto grado de profesionalismo y su potencia creadora. Dirigió artísticamente espectáculos que giraron por toda Cuba y por Polonia, Nicaragua y España, siempre con mucho éxito de crítica y público; entre ellos se encuentran importantes puestas en escena como El ciclón de Güinía, La bicicleta azul y Okán Deniyé que participó en el festival Titirimundi, de Segovia. También se destacó como director general y artístico en espectáculos gigantes en espacios abiertos, como el realizado por el 302 Aniversario de la Fundación de la ciudad de Santa Clara. Se empeñó siempre en que su grupo alcanzara no solo metas artísticas sino también de servicio a la comunidad, llevando su arte a los barrios más apartados de nuestra ciudad, a las casas de niños sin amparo filial, al Hospital Infantil, a los municipios y poblados más alejados, y a las zonas rurales intrincadas, incluyendo las de montaña. Fue profesor de la Escuela Profesional de Arte Samuel Feijoo, perteneció a la Comisión Nacional para la evaluación de actores; fungió varias veces de jurado en importantes certámenes de teatro a nivel provincial y también en el Festival Nacional de Teatro de Camaguey. Ostentaba la membresía de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y la Distinción por la Cultura Nacional. A Iván Jiménez le fueron otorgadas más de 37 condecoraciones como artista y como ciudadano: entre ellas la Medalla de la Alfabetización, Cuarenta Aniversario de las FAR, Medalla Raúl Gómez García, Fundador de los CDR, Sello de Oro por más de 50 donaciones de sangre; Distinción Juan Marinello, Diploma La Rosa Blanca, el Zarapico y el Premio Provincial de Teatro y Danza; fue Vanguardia Nacional más de una década, y bajo su dirección le fue otorgado al Guiñol el Premio Provincial de Cultura Comunitara y la Placa Avellaneda por sus destacados aportes al teatro cubano. En el Festival Nacional de Camagüey 2006 le fue entregada la Placa Avellaneda en el orden individual. Recientemente se le confirió la condición de Miembro de Honor de la UNIMA (Unión Internacional de la Marioneta) que su secretario en Cuba, Rubén Darío Salazar, vino a traerle hasta nuestra ciudad: “la recibió junto al trío de oro ––como gusta decirles a él, Olga y Allán, el maestro Armando Morales––. Estaba trunco, pero no derrotado y tenía un entusiasmo por vivir que me apretó el pecho”, confiesa Rubén. El pasado martes, mientras era despedido en el cementerio de Santa Clara con una cerrada ovación, nos llegaban mensajes de condolencia de todos los titiriteros y teatristas que trabajan para niños y niñas en la Isla, asegurando que él se ha quedado en las manos que se alzan para animar a esos seres de papel, madera y cartón a los que Iván se consagró por casi medio siglo. Teatreros de las otras provincias le dedicaron ese día sus representaciones, o hicieron una pausa en importantes actividades para brindarle un fuerte aplauso. Ahora nos toca preservar y continuar con respeto, con inmensa admiración, su legado excepcional; porque se nos fue el Maestro Titiritero, con su humilde grandeza, con su morral de títeres al hombro, a plantar su retablo en una estrella. Premios, muchos premios !!! Los mejores del 2011. Como cada año, por estos días se reconocen los mejores espectáculos y artistas del año anterior en cine, radio, televisión y teatro. La Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) con su Premio Caricato 2011, en el concurso Pepe Camejo reconoció como Mejor Puesta en escena a Mowgli, el mordido por los lobos de Teatro La Proa con dirección de Arneldy Cejas. La Mejor actuación femenina recayó en Teresa Denisse por su desempeño en El sinsonte y el rosal, de Teatro Escambray, mientras que el mejor actor resultó ser Erduyn Maza por su protagónico en Mowgli, el mordido por los lobos. Por su parte la Sección de la crítica encontró ganador al espectáculo Canción para estar contigo al entregarle el Premio Villanueva a Teatro de Las Estaciones, bajo la dirección artística de Rubén Darío Salazar. El Premio Adolfo Llauradó, que entrega la A.H.S. a menores de 35 años en teatro para niños y jóvenes fue a parar a las manos de Liliana Berques y Reinier Chávez por la obra Historias con sombrillas del capitalino Teatro Pálpito. El Consejo Nacional de Casas de Cultura también premió con la entrega de la Beca de creación Ignacio Gutiérrez al Proyecto Estrella Roja, del instructor Luis Ángel Hernández de la Casa de Cultura Carlos Puebla, de Ciro Redondo, en Ciego de Ávila. Este reconocimiento se entregará el próximo 19 de febrero en el Teatro Nacional de Guiñol. Teatro Nacional de Guiñol (Calle M e/ 17 y 19, Vedado) Museo y Teatro de Títeres El Arca. (Casa Pedroso, Baratillo 103, Habana Vieja) Del 11 al 18 de marzo Primera Bacanal de Teatro de Títeres para Adultos. Pabellón Cuba (Calle 23 e / M y N, Vedado) Feria Internacional del Libro. Obra: El lucero del alba Grupo: El Baúl mágico (Sancti- Spíritus) Dirección: Ricardo Cobo Obra: Andariegos (preferiblemente para mayores de 14 años) Grupo: Teatro Papalote Autor: René Fernández Puesta en escena y Dirección Artística: René Fernández Martes 21 Miércoles 22 Hora 6:00 p.m Viernes 3, 10 , 17 Sábados 4, 11 , 18 Domingos 5, 12, 19 Hora 3:00 p.m Obra: Títeres de Maravilla Grupo: Teatro Viajero Dirección: Carmela Núñez Sala Adolfo Llauradó (Calle 11 e/ D y E, Vedado) Sábado 11 Hora 3:00 p.m Obra: Fantasía de una noche Grupo: La Colmenita de Habana del Este Dirección: Mónica Digat Sábados 11, 18 , 25 Domingos 12, 19 , 26 Hora 11:00 a.m Obra: Caperucita roja rojita (para todas las edades) Grupo: Teatro Papalote Autor: René Fernández Puesta en escena y Dirección Artística: René Fernández Hospital Oncológico (Calle 29 e/ E y F. Vedado) Obra: Variedades titiriteras Grupo: Proyecto Títerecuento Dirección: Gladys Casanova Jueves 23 / 3:00 p.m Sábado 25/ 11:00 a.m Domingo 26/ 5:00 p.m Miércoles 15 / 2:00 p.m Teatro Principal Obras: Flashback y Vacío (para mayores de 15 años) Grupo: Compañía Teatral La Andariega Autor: Leonardo Richard Dirección artística y general: Luis Orlando Antúnez (Bambino) Miércoles 15 Viernes 17 Sábado 18 Hora 8:30 p.m Casa de las Tradiciones (Barrio Chino) Consejo Popular José Martí Obra: La niña y la luna Grupo: Proyecto Títerecuento Autora: Yolanda Ulloa Dirección: Gladys Casanova Lunes 6 Hora 2:30 p.m (Carretera Central, Esperanza) Obra: Caperucita (preferiblemente para niños mayores de 6 años) Grupo: Dripy Puesta en escena: Margot Álvarez Viernes 10 Hora 2:00 p.m Teatro Papalote (Daoiz No. 83) Obra: Caperucita roja rojita (para todas las edades) Grupo: Papalote Autor: René Fernández Santana Dirección artística y general: René Fernández Santana Sábados 4 , 11 Domingos 5 , 12 Hora 10:00 a.m Teatro Papalote (Daoiz No. 83) Galería de Arte de Colón Obra: El Cangrejo volador (para todas las edades) Grupo: Teatro Icarón Dirección Artística: Miriam Muñoz Obra: Una niña con alas (para todas las edades) Grupo: Teatro de Las Estaciones Dirección artística y general: Rubén Darío Salazar Sábado 25 Domingo 26 Hora 10:00 a.m Domingo 15 Hora 11:00 a.m C.P.A. Ovidio Cabrera (Carretera a Maleza Km 3 ½) Obra: Caperucita (preferiblemente para niños mayores de 6 años) Grupo: Dripy Puesta en escena: Margot Álvarez Sábado 11 Hora 2:00 p.m Pabellón infantil Tesoro de Papel (Plaza de La Vigía) Feria Internacional del Libro Obra: Una niña con alas (para todas las edades) Grupo: Teatro de Las Estaciones Dirección artística y general: Rubén Darío Salazar Sábado 18 Domingo 19 Hora 1:00 a.m Obra: Una niña con alas (para todas las edades) Grupo: Teatro de Las Estaciones Dirección artística y general: Rubén Darío Salazar Domingo 15 Hora 11:00 a.m Equipo creador: Erduyn Maza, Amelia Duarte de la Rosa, Marianela González, Isabel Cristina, Aymelis Díaz, Dania del Pino, Blanca Felipe Rivero, Arneldy Cejas,Wilfredo Rodríguez (Villa Clara), Mónica Alfonso y Frida Padrón. email: assitejcuba@cubaescena.cult.cu Se autoriza la reproducción del contenido de este material siempre que se cite la fuente