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La poética del teatro de títeres
El títere es un objeto. Un objeto confeccionado específicamente bajo una intención de
representar algún personaje o simplemente para jugar y divertirnos. Este objeto
constituye un símbolo y expresa significados ya por mera razón de ser.
Margareta Niculescu1 define al títere como “una imagen plástica capaz de actuar y
representar”. Sobre esto, el titiritero Juan acuña afirma que la palabra imagen alude a
la representación de un objeto, indica semejanza, es sinónimo de símbolo y figura, por
lo tanto implica metáfora.
La titiritera Viviana Rogozinski2, refiriéndose a la acción específicamente “Actuar
quiere decir poner en acción, lo que no implica de ninguna manera la necesidad de que
haya público para que el títere actúe, se puede jugar libremente con títeres en forma
paralela o en grupos, con o sin espectadores”
Considero que el hecho de actuar implica una transformación sobre el objeto, que al
encuadrarse dentro de un personaje que es parte de una historia que se cuenta a un
público, tal objeto toma existencia simbólica. Se vuelve un símbolo en movimiento.
El público lee. Decodifica. Construye un relato. Dentro del mágico mundo de la escena
cada elemento físico que aparece contribuye a la construcción de ese relato final que
se produce en la lectura que hace el espectador en el disfrute de esa obra. La obra de
títeres ahí termina. Termina en el espectador. Tanto los muñecos, el decorado y la luz
contribuyen a la creación de tal relato. Y los títeres, como elementos físicos que
aparecen en escena, al momento de aparecer, se convierten en un signo, en
significantes, un signo que significa algo que representa. Los títeres, como objetos en
sí, representan mediante su existencia y acción, se vuelven signos.
Dice Henryk Jurkowski:
“Un artista que desee ser comprendido, debería elegir el mejor sistema de signos para
la idea que quiere comunicar al espectador. Esto significa que deberá conocer los
sistemas de signos existentes potencialmente en las mentes de la audiencia.3”
Considero oportuno citar a Henryk Jurkowski, sobre todo a considerar el sistema de
signos existentes en la audiencia. Dado que cada signo, en relación a otros y en si
mismo, constituye una metáfora, una transformación de la forma que pretende ir más
en búsqueda de quien sabe qué (eso es lo hermoso de la poesía) donde cada objeto es
1
Niculescu, M. “La metaphore, moyen d expresión de la marionette” Conferece consacre su theme La
theatre de marionnettes et ses liens avec la cinema et la televisión.
2
Rogonzinski, Viviana. “Títeres en la escuela. Expresión, juego y comunicación” Ediciones Novedades
educativas. Buenos Aires. Mayo de 2005.
3
Jurkowski, Henryk. “Consideraciones sobre el teatro de títeres”. Henryk es Profesor de la Escuela
Superior de Teatro de Varsovia, Polonia. Considerado uno de los teóricos más significativos en el campo
de los títeres.
una realidad en si misma. Por lo tanto, conocer los sistemas de signos existentes
potencialmente en la audiencia puede ser un interesante aporte al momento de crear
una obra de títeres.
2. Diferencias entre el teatro de títeres y el teatro de actores.
Los dos son teatro. Pero son diferentes formas de hacer teatro.
La diferencia radica fundamentalmente en la forma expresiva que elige cada uno para
comunicarse, el instrumento expresivo del actor es su propio cuerpo, sus movimientos
y motivaciones, su gestualidad. Sus limitaciones se encuentran en su propio cuerpo.
Mientras que el titiritero se expresa a través de objetos.
Rafael Curci, Titiritero y escritor de obras de teatro para títeres dice:
“En el teatro de títeres lo que se desplaza y dinamiza en el espacio es objeto, una cosa,
un hecho plástico, una figura desdoblada del intérprete, independiente en apariencia
y, paradójicamente, ligado a él para su existencia escénica4”.
Creo que aquí se nos plantea la principal diferencia entre el teatro de títeres y el
teatro.
Cuando creamos cuerpos, o tomamos cuerpos ya creados (plato, balde, olla) y los
ponemos en función dramática, quien esta realizando el acto de animar, de dar vida a
esos objetos es un intérprete, un titiritero que deja su cuerpo como medio de
expresión y comienza a utilizar un objeto intermediario que funciona como
instrumento de comunicación con el público.
A la vez, una obra hecha para el teatro de actores busca que los protagonistas, en
cuerpos humanos, interpreten personajes utilizando sus cuerpos como medios
expresivos. Es importante destacar el carácter humanizado que tienen los personajes
en los guiones teatrales para actores. Ahora bien. Si en vez de actores utilizamos
títeres con formas humanas, creo que aunque utilicemos títeres para representarlos,
continúa siendo un teatro para actores.
Personalmente considero que si vemos una obra de títeres y observamos que puede
ser representada mediante actores, no es una obra para títeres. Una obra para títeres
pretende aprovechar la riqueza de las imágenes plásticas. La riqueza expresiva de los
objetos puestos en situación dramática. La riqueza expresiva de los títeres como Arte
Dramático radica esencialmente en los títeres. Los títeres como una metáfora (y
celebro del término metáfora) como una búsqueda mas allá de la forma. Más allá de
las formas de la forma de los objetos. Un actor no puede perder su forma, no se le
puede sacar la cabeza o un brazo, y en el lugar del brazo o la cabeza ponerle una flor (a
menos que se realicen complicados artilugios escénicos y hasta mágia, porque no?) un
objeto si puede desarmarse y volverse a armar o cambiar.
4
Cursi Rafael. “De los objetos y otras manipulaciones titiriteras” Ed. Tridente. Cap.Fed. Buenos Aires
2002.
Un títere se puede fabricar con cualquier objeto, y en su forma humanizada puede
jugar con la poética de la forma. De esta manera, podemos lograr que un muñeco abra
su pecho, saque un corazón y que dentro de ese corazón salga un sol.
Para aclarar, retomemos la idea de representar un texto de Shakespeare mediante un
termo y un mate, un libro y una media como protagonistas. Al sacar a los objetos de su
contexto original y ponerlos en situación dramática, al hacer que un libro mediante sus
hojas y su movimiento de abrir y cerrar encarne la interpretación de un pájaro estamos
generando una poética dramática gracias a la animación de un objeto que pretende
representar la vida de un pájaro.
Considero muy interesante citar a Josette Feral.
“Todo objeto teatral desde el momento que es llevado a escena, abandona su sistema
de referencia inicial, sistema que lo integraba a una cultura dada y le atribuía una
función precisa, para integrarse a un nuevo sistema, como es el de la escena, donde
adquiere un nuevo sentido y una nueva función. En este sentido es posible decir que
todo objeto escénico se convierte en el escenario de un `objeto construido´. Sin duda
este objeto puede compartir con su referente inicial numerosas características
comunes: forma, estructura e incluso función, aunque se trate de una semejanza
puramente accidental. La realidad primera del objeto escénico es ante todo aquella
que le da el sistema de la escena, porque sólo en ella adquiere sentido5”
Importante tener en cuenta, las observación del titiritero Carlos Converso sobre el
tema.
“El actor (como ser vivo) pertenece al mismo género que el personaje que debe ser
encarnado; el títere en cambio, pertenece al mundo de los objetos, es un actuante con
otra naturaleza, que está estrechamente emparentada con los ídolos, los fetiches y las
máscaras.
Esa condición, sin embargo, no afecta su poder de comunicación porque su lenguaje es
otro.
El títere carga con su condición de objeto, de materia muerta que se anima
escénicamente, de metáfora en movimiento. Eso le concede una característica muy
especial; tiene, quizás en esencia, algo de juguete, de curiosidad, de rito mágico.
El hecho de ser un objeto que va a intentar convencernos de que está vivo despierta
cierta expectación, intriga, algo de misterio y encantamiento.
El títere, en cuanto a objeto, aparece irremediablemente distanciado como personaje
para el espectador, y sin embargo, es capaz de seducirlo por su extraordinario poder
alegórico6”
Desde la poética que ofrecen los títeres como objetos expresivos con enorme
potencial comunicativo y sus posibilidades de expresivas hacen del teatro para títeres
un arte en sí mismo.
5
Josette Féral, “Le signe en procés: experencie du théatre naturaliste”. Les Cahiers Naturalistes 1982.
Pág.120.
6
Converso, Carlos. “Apuntes sobre el lenguaje y la naturaleza de los Títeres”
Diferencias entre el teatro de objetos y el teatro de títeres.
Claramente lo explica Rafael Cursi cuando se refiere al teatro de objetos.
“En el teatro de Objetos, los objetos se remiten por lo general a sí mismos, vale decir,
un florero, un zapato, o un maniquí se muestran bajo su forma original, pero son
despojados de sus funciones utilitarias para ser insertados en otro contexto, dentro del
marco teatral. Aún manteniendo su forma intrínseca esencial, estos objetos son
accionados de acuerdo a las pautas que establezca el manipulador para su vida
escénica, transmutándolos en personajes7”
Considero importante destacar la importancia de que más allá que los objetos cobren
vida, y al ser puestos en función escénica y representen personajes, no dejan de
representarse a sí mismos (el Florero es el florero y el zapato es el zapato). Por lo
tanto, al remitirse a ellos mismos como personajes de una obra el teatro ser refiere a
los objetos. Es el teatro DE objetos, de los objetos y sus historias. De los objetos y sus
historias.
Pero si pretendemos representar a Don Quijote utilizando un termo y a Sancho Panza
con un mate y bombilla. Ahí nos estamos metiendo en el mundo del teatro de títeres.
Ahí descontextualizamos al termo y, a medida que vamos profundizando la
interpretación, el termo se vuelve cada vez más un Quijote. Y dejamos de verlo como
termo en sí.
Rafael Cursi afirma: “
El teatro de títeres es definido –un poco apresuradamente- como un arte icónico a
causa de su facultad de imitar escénicamente una realidad referencial, conductas y
actitudes humanas, situaciones y conflictos afianzados en la mímesis y la simulación8”.
Si en una escena contamos las tristes o felices peripecias de un termo en un día de
playa, utilizando un termo para realizar la interpretación del personaje, ahí estaríamos
en el marco de un teatro de Objetos.
7
Rafael Cursi “De los objetos y otras manipulaciones titiriteras” Ed. Tridente. Cap.Fed. Buenos Aires
2002.
8
Idem 7.