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Día 14: Los 3 binarios
http://dev.radiomaria.org.ar/_audios/1443.mp3
07/04/2014 – El Señor y su camino en medio de nosotros,
invitándonos al seguimiento. Los ejercicios son para una
elección de vida. Es un llamado que Dios nos hace invitándonos
al discipulado para reformar nuestra vida. Eso supone una gran
determinación para seguirlo.
Publicación by Radio María Argentina.
Estamos caminando con Jesús a quien queremos conocerlo de
cerca, y pedimos luz para conocerlo internamente,
escuchándonos desde adentro y las resonancias que aparecen en
el corazón. Probablemente Dios nos va a ir mostrando un camino
de transformación, de ir cambiando algunos aspectos de nuestra
vida, prestar más atención y más vida en cierta dimensión de
la vida, etc. Es importante ir tomando registro y anotando lo
que Dios nos va pidiendo.
San Ignacio nos dice que mientras seguimos a Jesús vamos a
tener que ir tomando opciones, elegir una forma y estilo,
caminos alternativos, posibilidades y también aparecerán mis
trabas y resistencias.
Él considera 3 actitudes:
– Una primer opción es querer, pero a la vez no. Deseo lo que
Dios quiere pero estoy parado en otro lugar. Lo veo como de
lejos y yo sigo con mi vida como habitualmente vengo. Como si
estuviera de turista, veo de lejos pero no me involucro.
– La segunda opción es “quiero seguir a Jesús, quiero hacer su
voluntad, pero tengo otras cosas que me tiran con igual
intensidad. Me encuentro en el medio. Quizás ambos son buenos,
pero no se cuál seguir”. El Señor pasa, me invita pero hay
algo que me tironea.
– La tercer posibilidad o tentación es “quiero seguir la
voluntad de Dios, hacer de mi vida algo importante, y a la vez
tengo otas cosas que también me atraen y no necesariamente van
en esa dirección. Pero yo estoy dispuesto a hacer lo que Dios
me pida, y hasta estoy dispuesto a abandonar aquello otro,
porque lo que quiero es hacer su voluntad. Estoy disponible.
Eso no se logra con fuerza propia, sino siguiendo donde me va
ganando Jesús el corazón, despejando el camino. Descubro que
el Señor me llama, y estoy dispuesto a dejarlo todo para ir
detrás de Él.
Estos tres estados se trabajan, se piden y se contagian sólo
desde Jesús. Por eso buscamos y contemplamos. Es una gracia
que vamos a recibir de Dios. Es importante lograr identificar
en cuál de las tres opciones estoy. El objetivo es amar el
tercer estado, pero para eso necesitamos pedirlo y antes
descubrir en cuál verdaderamente estoy. Pedimos gracia de
“santa indiferencia” para poder elegirlo.
La multiplicación de los panes (jn 6, 1-15)
Jesús nos pone a prueba para ver a dónde rumbeamos y cómo
usamos la sabiduria del corazón. Andrés dice que hay un
muchacho con unos pocos panes. Y es lo que nos preguntamos ¿de
qué sirve tan poca cosa? ¿para qué estudie mi carrera, de qué
sirve mi profesión, qué pasó despues de tanto esfuerzo en todo
lo que hice?. A veces por parecer poco, no llegamos a ver que
ahí está Jesús. ¿Puede Dios recibir tan poca cosa de mi?.
Frente a tantas necesidades, y mis aspiraciones grandes,
¿puede servir esto?.
Jesús no pregunta si es poco o mucho sino si lo ponés a su
dispocisión. Es como la parábola de los talentos: aunque sea
uno, si lo ponés, se multiplica. No esconder nada, porque el
que mezquina no va a encontrar el camino del reino. Poner el
pan, el talento, pero ponelo… Para lo grande Dios necesita de
tu pequeñez. No te vuelvas mezquino. Eso que yo puedo es todo
lo que Dios necesita. De lo más modesto de mi, pero valioso,
sale la plenitud de Dios.
Curiosamente, después del milagro, aparecerá lo contrario. La
gente se entusiasma de Jesús, y lo buscan por sus milagros
pero no por su gloria. A veces la “gloria” me hace perder el
foco, y no valoro el espacio. El Papa Francisco lo dice, es
más importante el todo que las partes. Es bueno tener en
cuenta las cuatro nociones que el Papa Francisco incluye en la
exhortación apostólica Evangelii Gaudium (del 222 al 234): El
tiempo es superior al espacio; La unidad prevalece sobre el
conflicto; La realidad es más importante que la idea; El todo
es superior a la parte.
Jugate por lo pequeño que podés dar si tiene que ver con lo
que Dios te hace sentir.
Las dos monedas de la viuda (Lc 21, 1-4)
Es el texto en donde vemos a la viuda en el templo que se
acercó a dar la moneda. Jesús que la miraba, se dio cuenta que
“dio todo lo que tenía para vivir”. No dio lo que le sobra,
dio todo, y ese todo es mucho más grande que las sobras
abundantes que a veces damos por descarte, de lástima, para
tranquilizar nuestra conciencia. Los pobres cuando te reciben
dan todo lo que tienen para agasajarte.
Hay actos de santidad heróica, quizás todos los días, entre la
gente sencilla. Es la que habla de la grandeza del corazón,
dar mis moneditas y mis panes, dar lo mejor de mí sin
mezquindades. Ese es el tercer binario que dice Ignacio tan
importante para recibir la voluntad de Dios. Él no pide cosas
inmensas, sino el pan que vos tenés. No importante si es más
grande o más chicos que el de los otros, es el que vos sabés
dar y hacer, y ese es el que Dios quiere.
Las condiciones para seguir al Maestro (Mt 8, 18-22)
Jesús habla de la condiciones para seguirlo. Lo podemos haber
escuchado muchas veces. “Maestro, te seguiré a donde vayas”
dice un discípulo que se le acerca a Jesús, a lo que Él
responde: "Los zorros tienen cuevas y las aves tienen nidos,
pero el Hijo del Hombre ni siquiera tiene dónde recostar la
cabeza". Es como si dijera "Vos me querés seguir pero mirá que
yo no tengo nada. Si vamos a curzar el río juntos yo no estoy
para llenarte la panza ni tus bolsillos". No hace falta
llenarse, sino saber disfrutar donde uno camina y hacia donde,
eso es lo que nos trae la paz. Sentirse llenos sigue siendo
primitivo y parcial.
Ahí, otro discípulo le quiere seguir pero primero pide que
deje enterrar a su padre. Es una figura central en el
judaísmo. El Padre símbolo de la tradición, de la ley, y con
su muerte es como si se fuera un respaldo. Cuando tenemos la
palabra, palmadita, ejemplo del padre, algo nos falta. Dejar
partir a ese apollo en la vida, el evangelista lo pone como
algo importnate. Jesús le contesta: Vos seguime y dejá que los
muertes entierren a los uertes. Sería un dejá que la vida se
haga cargo, que Dios se ocupe, no te afirmes en eso, construí
tu propio camino. Quizás la trampa sea que nos quedemos en ese
sentimiento nostálgico, en esa ….. Se que las cosas con el
Señor van a andar, tarde o temprano. Quizás no pueda ser padre
si antes no aprendo a ser hermano.
Pedirle al Señor que nos deje ver cuáles son las trampas que
nos traban, y qué nos permitiría alcanzar el 3º binario y
darlo todo. Dame la fuerza y la luz para seguir en la pobreza,
en la humillación, poder dar mis panes y no mirar atrás. Poder
seguirte y no poner como trabas eso que me ata y me impide
seguirte. Que podamos abrir el corazón sin temor a lo poco que
podemos dar.
Padre Fernando Cervera sj