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Estudio seroepidemiológico de la leucemia e inmunodeficiencia felinas en Madrid. Med Vet 2000; vol. 17 (3): 75-83. RESUMEN Un total de 295 gatos se dividió en dos grupos: un grupo de 180 gatos asintomáticos y otro de 115 gatos que presentaban síntomas relacionados con la infección por FeLV o FIV. Como método diagnóstico se utilizó un kit comercial basado en la técnica ELISA para la detección del antígeno p27 de FeLV y del anticuerpo anti–gp40 de FIV. En el grupo de animales asintomáticos, la prevalencia de gatos FeLV positivos fue de un 15,6%, la de FIV positivos fue de un 8,3%, y la prevalencia de infección doble fue de un 1,1%. En el grupo de animales enfermos, la proporción de animales positivos fue casi del doble; 30,4% FeLV +, 13,9% FIV +, y 2,6% dobles positivos. EL 68% de los animales sanos positivos eran machos, sin embargo, sólo el 44% de los gatos enfermos positivos lo eran. El 70% de FeLV positivos tenía menos de 3 años, mientras que el 80% de los gatos FIV positivos superaba esta edad. Las alteraciones hematológicas más frecuentes en animales infectados fueron anemia, leucopenia y linfopenia. Se analizaron los valores de urea y creatinina en busca de posibles lesiones renales asociadas con estas infecciones, sin obtener resultados significativos. Palabras clave: Retrovirus • FeLV • FIV • Epidemiología • Madrid. INTRODUCCIÓN Leucemia felina Dentro de la familia Retroviridae, el virus de la leucemia felina (FeLV) se incluye en la subfamilia Oncovirinae, en el grupo de retrovirus exógenos productores de leucemias crónicas (11). FeLV afecta a gatos domésticos de todo el mundo y de manera esporádica a algunos felinos salvajes. Su material genético está formado por una hebra de RNA que posee sólo los genes necesarios para su replicación ( 5’-gag-polenv-3’). Estos genes codifican nueve proteíMed Vet 2000; vol. 17 (2). nas. Las proteínas estructurales internas p15 (proteína matriz, MA), p12 (función desconocida), p27 (proteína de la cápside, CA), y p10 (proteína de la nucleocápside, NC), están codificadas por el gen gag. El gen pol codifica las enzimas proteasa (PR), transcriptasa inversa (RT), y la proteína de integración (IN). Por último, env codifica las proteínas de la envuelta gp70 (proteína de superficie, SU) y p15E (proteína transmembrana, TM) (11, 20, 27). Debido a la proteína de la envuelta gp70, se han identificado tres subgrupos dentro de FeLV: A, B y C. FeLV-A se replica sólo en células de gato, y aparece en todos los animales infectados, 75 Arjona, A.*; Escolar, E.**; Soto, I.*M; Barquero, N.*; Martín, D.*; Gómez-Lucía, E.* * Departamento de Patología Animal I(Sanidad Animal). ** Departamento de Patología Animal II (Medicina Veterinaria). Facultad de Veterinaria. Universidad Complutense de Madrid. 28040 Madrid. solo o en combinación con FeLV-B y/o FeLVC. FeLV-B tiene un rango de hospedador más amplio, al igual que FeLV-C. Este último se origina por recombinación de FeLV-A con secuencias endógenas de FeLV (25). No hay una asociación clara entre los distintos subgrupos de FeLV y los variados síndromes que aparecen en los gatos infectados. Los gatos virémicos eliminan partículas víricas por medio de la saliva y de las secreciones respiratorias fundamentalmente, y en menor medida por orina, heces, lágrimas y leche. La concentración de virus en saliva o en sangre es igual en gatos asintomáticos que en los leucémicos. El contagio se produce al compartir las mismas fuentes de alimento y bebida, y también por medio de determinadas conductas como el aseo entre individuos. La transmisión por fómites y aerosoles es poco probable ya que el virus tiene poca resistencia ambiental (6), siendo necesario para el contagio un contacto estrecho y prolongado. La transmisión transplacentaria se puede dar en hembras con infección latente pero es muy poco común. Todos estos factores determinan que la infección por FeLV sea típica de individuos jóvenes que viven en colectividades. El proceso infectivo del virus de la leucemia felina se puede manifestar en forma de distintos síndromes. Se producen tres tipos principales de alteraciones: enfermedades neoplásicas, síndromes de supresión de la médula ósea e inmunodeficiencia. Enfermedades neoplásicas. Cualquier célula de las series mieloide, eritroide, linfoide o plaquetaria se puede afectar en la transformación por el virus, determinando el tipo de célula afectada la enfermedad clínica que padecerá el animal. Dentro de las alteraciones neoplásicas, el desarrollo de linfosarcoma alimentario es más frecuente en gatos viejos, siendo la forma tímica la más descrita en gatos jóvenes. Sin embargo, el linfosarcoma puede darse en otras muchas localizaciones; multicéntrica, renal, ocular, cutánea, etc. El desarrollo de leucemia linfoblástica es la alteración más común en casos de enfermedad maligna linfoide, y suele estar acompañada de anemia, granulocitopenia, y en algunas ocasiones, trombocitopenia. También se han descrito otras alteraciones neoplásicas como eritroleucemia y leucemia mielógena. Supresión de la médula ósea. Se manifiesta principalmente en forma de anemia, ya que el virus afecta a los precursores eritroides (8, 9). Los gatos virémicos suelen sufrir 76 anemia no regenerativa. La supresión de la médula ósea puede afectar a la serie plaquetaria, originando trombocitopenia. También se pueden observar anormalidades leucocitarias como granulocitopenia o linfopenia, sobre en todo en gatos recientemente infectados. Inmunodeficiencia. Junto con la anemia, la principal causa de muerte en los gatos positivos al virus de la leucemia es la inmunodeficiencia que algunas variantes de FeLV (FeLV-FAIDS) pueden inducir (15). Esta inmunodeficiencia se produce porque el virus se replica en las células del sistema inmune, originando un descenso drástico en las poblaciones de linfocitos y granulocitos, lo que favorece la aparición de infecciones secundarias como estomatitis crónica, rinotraqueítis, neumonía, infecciones crónicas generalizadas (septicemia, piotórax), etc. Hay muchos más gatos infectados que mueren por la inmunodeficiencia inducida por FeLV que por las enfermedades neoplásicas (10). Inmunodeficiencia felina El virus de la inmunodeficiencia felina (FIV) es un retrovirus que pertenece a la subfamilia Lentivirinae, y que es morfológicamente idéntico al virus causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida humana (HIV). La distribución del virus es mundial, variando mucho su prevalencia en función de la localización geográfica. Su material genético tiene la organización típica gag-pol-env de los retrovirus, sin embargo, FIV posee genes reguladores adicionales. Las proteínas codificadas son similares a las de otros virus de su misma familia. FIV se replica en linfocitos T (CD4+ y CD8+), linfocitos B, monocitos y macrófagos. Cada aislado se replica preferentemente en un tipo celular, por lo que se cree que distintas manifestaciones clínicas de la enfermedad se correlacionan con unos aislados o con otros. Los animales infectados por FIV tienen hasta cuatro veces más posibilidades de estar infectados por FeLV, mostrando los gatos doblemente infectados unos signos clínicos más acusados que el caso de infección monovírica (3, 14). FIV se puede aislar de la sangre, suero, plasma, líquido cefalorraquídeo y saliva. Si bien el contagio se puede producir sólo por contacto, el modo de transmisión más eficaz parecen ser los mordiscos (29), lo que explica que la infección sea más común en Med Vet 2000; vol. 17 (3). machos de vida libre o semi-libre, en los que el comportamiento agonístico está más desarrollado. Las vías venérea y lactogénica son poco significativas, dada la escasa concentración de virus presente en semen, moco vaginal y leche. El contagio transplacentario o perinatal es más probable que ocurra cuando la madre está en la etapa 1 de la infección (ver siguiente apartado), coincidiendo con los niveles más altos de viremia. La patología subyacente a la infección por FIV es una disfunción inmune progresiva que se va desarrollando durante meses o incluso años. Dada la gran similitud, tanto morfológica como patogénica, entre FIV y HIV, el curso clínico de la inmunodeficiencia felina se ha dividido en cinco etapas, al igual que se realiza con el curso de la inmunodeficiencia adquirida humana (18). La duración de la etapa 1 es de dos semanas aproximadamente, y se caracteriza por linfadenopatía, fiebre, diarrea, leucopenia y neutropenia. La etapa 2 puede durar de 1 a 5 años, durante los cuales no se aprecian signos clínicos de enfermedad. La etapa 3 puede prolongarse desde meses hasta años, encontrando signos inespecíficos tales como fiebre, inapetencia, cambios en el comportamiento, pérdida de peso, etc. En la etapa 4 aparecen infecciones secundarias de la cavidad oral, sistema respiratorio, piel, tracto digestivo, y alteraciones hematológicas como anemia, leucopenia y neutropenia. Su duración oscila entre algunos meses y un año. En la etapa 5 aparecen infecciones oportunistas, gran pérdida de peso, anemia, linfopenia y neutropenia. Su duración es de meses. El objetivo principal del presente estudio ha sido estimar la prevalencia de retrovirosis felinas (FeLV y FIV) en Madrid, dato que hasta ahora no se conocía. También se han analizado algunas variables epidemiológicas y clínicas de los gatos infectados. MATERIALES Y MÉTODOS Origen y obtención de los casos Los casos fueron obtenidos de gatos que acudían a la consulta de diversas clínicas privadas de Madrid, así como del Hospital Clínico Veterinario de la Facultad de Veterinaria de Madrid, y de muestras remitidas por el laboratorio privado LAV. El proceso de recogida de casos se inició en enero de 1999 y terminó en noviembre del mismo Med Vet 2000; vol. 17 (3). año. Se decidió realizar un muestreo consecutivo, dividiendo los casos en dos grupos de animales: Grupo A: 180 gatos que no presentaban ningún síntoma indicativo de infección por FeLV o FIV. Son gatos sanos que acudían a la consulta por motivos de control médico, vacunación, etc. Grupo B: 115 gatos que presentaban síntomas como anorexia, depresión, fiebre, linfadenomegalia, o procesos de estomatitis, rinotraqueítis, infecciones cutáneas generalizadas, masas tumorales, etc., sugerentes de infección por retrovirus felinos. A todos los gatos de ambos grupos se les extrajo una muestra de sangre, utilizando como anticoagulantes EDTA o heparina, y obteniendo el plasma por centrifugación durante cinco minutos a 10.000 rpm. De cada caso se intentó recoger el mayor número de datos, poniendo especial atención a la edad, sexo, procedencia, tipo de vida del animal, vacunaciones e historia clínica. Método diagnóstico Se utilizó el kit comercial Snap Combo Plus® de Laboratorios Idexx, Inc., para la detección conjunta del antígeno del virus de la leucemia felina p27, y del anticuerpo anti–gp40 del virus de la inmunodeficiencia felina. Según la bibliografía, la sensibilidad y especificidad de este tipo de tests (ELISA), oscilan entre un 95% y un 100% en el caso de FeLV (13, 19, 26). Para FIV, la sensibilidad es de un 93-100%, y la especificidad varía del 98% al 99,6% (2, 5). Análisis laboratoriales • Hematología: Se analizó el número de hematíes, leucocitos, y la fórmula leucocitaria. Se realizaron 27 analíticas de gatos FeLV+, 9 de gatos FIV+, y como control, 43 analíticas de gatos negativos. Los intervalos de normalidad utilizados son: 5,5-10 millones de hematíes/µl, 5,5-19,5 miles de leucocitos/µl, 35-75% de neutrófilos y 20-55% de linfocitos. Los datos hematológicos son cortesía del Laboratorio de Análisis Veterinarios (LAV). • Perfil renal: Se analizaron los valores de urea y creatinina de 213 muestras (de los 295 casos en total), estableciendo unos intervalos fisiológicos de 20-50 mg/dl para la urea y 1-2 mg/dl para la cre77 atinina. Los análisis fueron realizados por el Laboratorio de Biopatología Clínica del HCV de la Facultad de Veterinaria de Madrid. máticos WinEpiscope 2.0, SPSS 9.0, y Micr osoft Access 8.0. RESULTADOS Métodos estadísticos Estimación de la prevalencia • Muestreo: Como se ha indicado anteriormente, hemos utilizado un muestreo consecutivo, es decir, las unidades de muestreo eran seleccionadas a medida que acudían a la consulta y se les incluía en el grupo A o B en función de su estado sanitario. La población diana son los gatos domésticos (Felis catus) de Madrid capital. La población en estudio estaría formada por los gatos que acuden a las clínicas veterinarias. • Tamaño de la muestra: Si bien el muestreo consecutivo no es probabilístico, hemos calculado el tamaño de la muestra como orientación del que sería un número representativo de casos. Para una prevalencia esperada para ambas infecciones del 10% (valor aproximado según bibliografía) (1, 4, 7, 16), un error aceptado (L) del 5%, y un nivel de confianza del 95%, el tamaño de muestra (n) es de 163 animales (el grupo A está formado por 180 casos). • Intervalos de confianza: Se han calculado con un nivel de confianza del 95%. • Prueba de asociación: Se utilizó el test χ2 para calcular el valor p, con un valor α de 0,05. • Almacenamiento y procesamiento de datos: Se han utilizado los programas infor- Hemos seleccionado el grupo A (180 gatos) para estimar la prevalencia, ya que la realización de la prueba diagnóstica no estaba condicionada al estado sanitario del animal, lo que favorece la extrapolación de los resultados obtenidos. Se detectó el antígeno p27 del virus de la leucemia felina en el plasma de 28 gatos (15,6%). El anticuerpo anti-gp40 del virus de la inmunodeficiencia felina fue detectado en 15 gatos (8,3%). Resultaron ser positivos a ambos virus 2 gatos (1,1%). Asumiendo que la presencia en el plasma del p27 y del anti-gp40 significan que el animal está infectado, y obviando los fallos del método diagnóstico, se podría decir que la prevalencia de gatos infectados por el virus de la leucemia felina en la ciudad de Madrid oscila entre el 10,3% y el 20,9%, y que la prevalencia de gatos infectados por el virus de la inmunodeficiencia felina oscila entre el 4,3% y el 12,3%. La prevalencia de infección doble estaría entre el 0,1% y el 2,6%. De los 115 animales enfermos del grupo B, 35 gatos resultaron ser positivos a FeLV (30,4%), 16 gatos fueron positivos a FIV (13,9%), y 3 fueron dobles positivos (2,6%) (Fig. 1). Fig. 1. Prevalencia de gatos FeLV+, FIV+ y dobles positivos en el grupo A (gatos asintomáticos) y en el grupo B (gatos enfermos). 78 Med Vet 2000; vol. 17 (3). En un subgrupo de 35 animales “callejeros”, es decir, que fueron recogidos de la calle o bien que tenían libre acceso al exterior, el 26% era positivo a FeLV, el 14% era FIV positivo, y el 6% era doble positivo. TABLA I. Distribución por sexo y estado sanitario de 48 gatos FeLV+ y 18 gatos FIV+. FeLV+ FIV+ FeLV+ FIV+ Machos 12 (41%) 6 (50%) 12 (63%) 5 (83%) Hembras 17 (59%) 6 (50%) 7 (37%) 1 (17%) Edad y sexo de los animales infectados Hallazgos laboratoriales Para el estudio de la edad, se dividieron los casos en tres estratos: gatos menores de 3 años (jóvenes), gatos de 3 a 8 años (adultos), y gatos mayores de 8 años (viejos). En el grupo A, el 70% de los casos positivos a FeLV tenía menos de 3 años, el 20% tenía entre tres y ocho años y el 10% más de 8 años. De los gatos positivos a FIV, tenían menos de 3 años el 20%, el 60% eran animales adultos (3-8 años), y el 20% tenía más de 8 años (Fig. 2). Existe una relación significativa entre la edad y la infección por FIV (p=0,005). La distribución de edades en el grupo B se asemeja bastante a la del grupo de animales asintomáticos. En cuanto al sexo, la proporción de machos asintomáticos positivos es significativamente mayor que la de hembras (p=0,034). De 103 animales del grupo A, el 63,2% de los gatos positivos a FeLV y el 83,3% de los positivos a FIV, eran machos. Sin embargo, de 94 casos del grupo B (enfermos), la proporción de machos positivos a FeLV y a FIV se reducía al 41,4% y al 50% respectivamente (Tabla I), siendo estas diferencias significativas (p=0,003). Estos datos parecen indicar que el sexo puede influir de alguna manera en el desarrollo de síntomas relacionados con las infecciones por FeLV o FIV. • Número de hematíes: De los 79 gatos analizados, un 50% de los gatos positivos a FeLV y un 44% de los positivos a FIV, tenía anemia. La proporción de gatos anémicos del grupo control (FeLV/FIV negativos) era de un 14% (Fig. 3). Las infecciones por FeLV y por FIV parecen estar relacionadas con estados anémicos, si bien sólo existe asociación significativa en el caso de la leucemia felina (p=0,003). En 12 de los 13 gatos anémicos y FeLV+, la anemia era macrocítica e hipocrómica. El gato restante presentaba un patrón normocítico-hipercrómico. • Número de leucocitos: El 46,2% de los casos positivos al virus de la leucemia felina presentaba leucopenia, mientras que el 30,8% presentaba leucocitosis. Existe asociación significativa entre la leucopenia y la infección por FeLV (p=0,0004). En el caso de gatos infectados por FIV, no se halló una alteración predominante; el 56% tenía valores normales de leucocitos, el 22% presentaba leucocitosis, y el otro 22% leucopenia. • Fórmula leucocitaria: No se obtuvieron resultados significativos. Las alteraciones más frecuentes fueron neutropenia (33,3% de gatos FeLV positivos), y linfopenia (37,5% de gatos FIV positivos). • Urea: Tenían valores altos de urea el 45,8% de los gatos FeLV positivos y el 62,5% de los FIV positivos. La proporción de gatos negativos que tuvieron valores altos de urea fue del 51%. • Creatinina: el 9,1% de los animales positivos a FeLV y el 16,7% de los positivos a FIV dieron valores altos de creatinina. La proporción de gatos negativos con la creatinina alta fue de un 13,2%. DISCUSIÓN Fig. 2. Distribución por edades de los gatos positivos a leucemia e inmunodeficiencia felina. Med Vet 2000; vol. 17 (3). A pesar de que para el cálculo de la prevalencia lo indicado es utilizar un método de muestreo probabilístico, creemos que los resultados obtenidos en este estudio pueden reflejar bastante bien la cantidad de animales infectados por estos retrovirus 79 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% FeLV+ FIV+ NEGATIVOS 5,5 millones de hematíes/µl 5,5-7 millones de hematíes/µl >7 millones de hematíes/µl Fig. 3. Número de hematíes/ l de 27 gatos FeLV+, 9 gatos FIV+, y 43 gatos negativos a ambos virus. en la población objetivo. La prevalencia estimada de gatos FeLV positivos (10-20%), coincide con los resultados de otros estudios. Por ejemplo; 18% en Italia (1), 13,4% en Alemania (7). En el caso de la prevalencia estimada de FIV (4-12%), los resultados también son similares; 11% en Francia (4), 6% en U.K. (16). Existen otros estudios donde la prevalencia de gatos infectados fue mucho menor, por ejemplo; 2% de FeLV+ en Sydney (23), 1,2% de FeLV+ en Noruega (28), 0,7% de FIV+ en Suiza (21). Estas diferencias se pueden deber tanto a razones climáticas que afecten a la resistencia del virus en el ambiente, como a razones socio-culturales que determinen el modo de vida y procedencia de los gatos domésticos en cada país. De los resultados del grupo de gatos enfermos se concluye que estos animales tienen dos veces más probabilidad de estar infectados que los gatos asintomáticos, ya que la prevalencia de FeLV, FIV y de dobles positivos se llega a doblar. Aún así, la sintomatología es muy inespecífica, y un gran número de gatos enfermos son negativos a ambos virus. En el subgrupo de gatos “callejeros”, la prevalencia de animales infectados es también mayor que el grupo A, sobre todo la prevalencia de dobles positivos, que aumenta sensiblemente (6%). 80 La infección por el virus de la leucemia felina es más común en animales jóvenes (el 70% de positivos tenía menos de 3 años). Durante esta fase de la vida, los gatos mantienen unas relaciones intraespecíficas más estrechas, lo que favorece la transmisión del virus. Las madres infectadas serían una fuente de transmisión importante, ya que el contagio a los cachorros se produciría con facilidad. En contraposición, la infección por el virus de la inmunodeficiencia felina es mucho más frecuente en animales adultos (el 80% de gatos positivos tenía más de tres años), seguramente debido a que, como se ha señalado anteriormente, el modo de contagio más eficaz son los mordiscos. Tanto en el caso de FeLV como en el de FIV, la infección es más frecuente en machos. Sin embargo, cuando estudiamos el grupo de animales enfermos, la proporción de machos infectados desciende significativamente, llegando a igualarse con la proporción de hembras infectadas, por lo que es posible que el sexo influya de alguna manera en el desarrollo de síntomas relacionados con estas infecciones. La anemia aparece como una alteración típica de los gatos infectados, sobre todo en los casos FeLV+. El tipo de anemia predominante fue el patrón macro c í t i c o hipocrómico, que se relaciona con la Med Vet 2000; vol. 17 (3). infección por FeLV-A/B (22), aunque según otros estudios, este tipo de anemia no es la más frecuente 8. El otro tipo de anemia que se detectó (normocítica-hipercrómica), se relaciona con la infección por FeLVC (24) . El 78% de los gatos FeLV positivos presentaban alteraciones en el número de leucocitos, siendo más frecuente la leucopenia que la leucocitosis. Esto explica que la manifestación clínica más común de los gatos infectados por el virus de la leucemia felina sea el desarrollo de infecciones secundarias por causa de una inmunodeficiencia grave (12). El hecho de que no se encontrara una alteración predominante en el número de leucocitos en los gatos infectados por FIV puede deberse a las distintas fases clínicas de esta enfermedad y su distinta duración. Algunos autores han señalado como causa de lesión renal (glomerulonefritis por depósito de inmunocomplejos) las infecciones por retrovirus felinos (17, 25). En este estudio, no encontramos en los gatos infectados una mayor proporción de gatos con lesión renal (entendiendo que valores altos de urea y creatinina indican lesión renal) que en los gatos no infectados. Existe una mayor proporción de gatos FIV+ con valo- Med Vet 2000; vol. 17 (3). res altos de urea y creatinina que de FeLV+. Este hecho seguramente se debe a que los de gatos infectados por el virus de la inmunodeficiencia tienen una media de edad mayor (las enfermedades renales son frecuentes en edades avanzadas). En líneas generales, los parámetros epidemiológicos y clínicos determinados en este estudio son los esperados para ambas infecciones. AGRADECIMIENTOS Desearíamos expresar nuestro agradecimiento a las clínicas veterinarias que nos han remitido muestras para la elaboración del presente estudio, y en especial a D. Gustavo Sánchez Visconti y todo el personal del Laboratorio de Análisis Veterinarios por su amable y desinteresada colaboración. También deseamos agradecer a José Antonio Ruiz Santa Quiteria (Dpto. Patología Animal I. Facultad de Veterinaria) por el asesoramiento sobre técnicas epidemiológicas. Este trabajo ha sido financiado por la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM08.2/0011/98/98) y por la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología (DGES-PM 98-0077/98). 81 SUMMARY A whole of 295 cats was distributed in two groups: a first group of 180 healthy cats and a second group of 115 cats that had FeLV/FIV related symptoms. A commercial ELISA kit was used for detection of FeLV p27 antigen and anti-FIV gp40 antibody. In the first group, the prevalence of FeLV positive cats was 15,6%, the prevalence of FIV positive cats was 8,3%, and 1,1% were FeLV and FIV positive. In the second group, the prevalences of FeLV+, FIV+ and double positive were 30,4%, 13,8%, and 2,6%, respectively. Over 68% of the healthy positive cats were male, but only 44% of the sick positive cats belonged to this sex. Most of FeLV positive cats (70%) were younger than three years old, whereas 80% of FIV positive cats were older than this age. Anaemia, leukopenia and lymphopenia were the most frequent haematological abnormalities in infected cats. Urea and creatinine values were analysed in search of possible renal disease related with those infections, but results were not significant. Key words: Retrovirus • FeLV • Epidemiology • Madrid. BIBLIOGRAFÍA 1. Bandecchi P, Matteucci D, Baldinotti F, Guidi G, Abramo F, Tozzini F, Bendinelli M. Prevalence of feline immunodeficiency virus and other retroviral infections in sick cats in Italy. Vet Immunol Inmmunopathol 1992; 31(3-4): 337-345. 2. Barr MC, Pough MB, Jacobson RH, Scott FW. Comparision and interpretation of diagnostic tests for feline immunodeficiency virus infection. J Am Vet Med Assoc 1991; 199: 1377-1381. 3. 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