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neurociencia más neuronas menos ansiedad El cerebro adulto genera neuronas todos los días. El descubrimiento de que las células nuevas nos ayudan a distinguir un recuerdo de otro podría dar lugar a nuevos tratamientos contra los trastornos de ansiedad Mazen A. Kheirbek y René Hen Para que los recuerdos no se mezclen,el cerebro debe codificar las características de los sucesos y situaciones de manera que puedan distinguirse unos de otros. Este proceso se conoce como separación de patrones. La separación de patronespermite diferenciar situaciones peligrosas de otras similares que no conllevan ningún riesgo. Las personas con en esta capacidad alterada pueden ser propensas a sufrir trastornos de ansiedad. 78 INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, octubre 2014 El proceso tiene lugaren una de las dos regiones del cerebro donde se generan neuronas a lo largo de toda la vida. Estas células inmaduras parecen ser fundamentales para la separación de patrones. Las intervencionesque aumenten el número de células nuevas podrían regular el estado de ánimo y quizá tratar patologías como el trastorno por estrés postraumático. thomas fuchs EN SÍNTESIS Octubre 2014, InvestigacionyCiencia.es 79 Mazen A. Kheirbekes profesor de neurobiología clínica y psiquiatría en la Universidad de Columbia e investigador en el Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva York. L René Henes catedrático de psiquiatría, neurociencia y farmacología en la Universidad de Columbia y director de la división de neurociencia integrativa del departamento de psiquiatría del Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva York. Los autores han trabajado juntos en el estudio del papel del giro dentado (y sus neuronas recién formadas) en la memoria y el estado de ánimo desde 2009. a idea de que el cerebro adulto no podía formar neuronas nuevas ha constituido durante siglos un principio fundamental de la neurobiología. Incluso Santiago Ramón y Cajal, creador de la neurociencia moderna a finales del siglo xix, declaró imposible tal renovación. Tras décadas de meticulosa observación e ilustración de la arquitectura microscópica de las neuronas y sus conexiones, el científico llegó a la conclusión de que en el cerebro adulto «las vías nerviosas son algo fijo, acabado, inmutable. Todo puede morir, nada renacer». Así que cuando Joseph Altman, por aquel entonces en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), publicó una serie de artículos en los años sesenta del siglo xx en los que demostraba la formación de neuronas en el cerebro de cobayas adultas, fue en gran parte ignorado. Tal actitud no sorprendió, dado que, desde un punto de vista lógico, añadir nuevas neuronas a un cerebro completamente desarrollado tendría consecuencias desastrosas. Después de todo, si el órgano almacena información en redes de conexiones neurales, insertar de manera aleatoria células inexpertas en esas redes podría anular nuestra capacidad para codificar y recuperar la información y, en consecuencia, podría alterar nuestros recuerdos. Pero la lógica no está a la altura de los resultados experimentales, y en los años noventa comenzaron a llegar más datos. Se aportaron pruebas de que en los cerebros adultos de ratones, monos e incluso humanos seguían formándose neuronas, a lo largo de la vida. En concreto, en dos regiones: una implicada en la olfacción y la otra, el hipocampo, en el aprendizaje, la memoria y las emociones. Desde entonces, los investigadores se han preguntado sobre la función de esas neuronas recién nacidas. Aunque todavía no está claro su papel en el sistema olfativo, se han comenzado a desvelar sus secretos en el hipocampo. Los trabajos de nuestro grupo, entre otros, indican que tales células ayudarían a registrar los recuerdos para que se les identifique como únicos y se evite confundirlos con los posteriores. Este conocimiento podría dar pie al desarrollo de estrategias novedosas para tratar varios trastornos de ansiedad, como el trastorno por estrés postraumático (TEPT), dado que quienes lo sufren tienen dificultades en distinguir las situaciones peligrosas de las inocuas. Memoria engañosa La memoria consiste en recordar y también en registrar. La mayoría de las veces es este último proceso el que más fascina, en el que un recuerdo vívido puede ser evocado por una simple visión, olor o sabor. El sabor de un bizcocho sumergido en una 80 INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, octubre 2014 taza de té transportó de inmediato al narrador de En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, a las mañanas de domingo de su infancia: En cuanto reconocí el sabor del pedazo de magdalena mojado en tila que mi tía me daba... la vieja casa gris con fachada a la calle, donde estaba su cuarto, vino como una decoración de teatro a ajustarse al pabelloncito del jardín...; así ahora... Combray entero y sus alrededores, todo eso, pueblo y jardines, que va tomando forma y consistencia, sale de mi taza de té. La capacidad de las señales sensoriales para evocar una experiencia previa, proceso conocido como terminación de patrones, es una de las funciones más importantes del hipocampo. Sin embargo, antes de poder recuperar un recuerdo, debe fijarse adecuadamente. Rememorar los detalles de un suceso de modo que podamos distinguirlo de otros, lo que se denomina separación de patrones, constituye la otra función básica del hipocampo. Gracias a esta capacidad, que parece estar asociada a la producción de nuevas neuronas, podemos (en la mayoría de los casos) recordar dónde aparcamos el coche esta mañana, a diferencia de ayer o la semana pasada. Esta distinción resulta fundamental no solo para mantener ordenados los recuerdos, sino también para guiar nuestros actos (como dirigirnos al lugar donde pensamos haber visto por última vez nuestro coche). A diferencia de la terminación de patrones, que parece concentrarse en una región del hipocampo llamada CA3, la separación de patrones ocurre en una estructura cuneiforme conocida como giro dentado. Decidimos estudiar el papel de las neuronas nuevas en la distinción de recuerdos en parte porque tales células aparecen justo en esta estructura. En esta zona del hipocampo las células madre neurales (las progenitoras de las neuronas nuevas) se hallan empaquetadas en una fina capa, la zona subgranular. Las células recién formadas migran desde allí hacia el resto del giro dentado, donde se integran en los circuitos neurales existentes. En ratones, las células nuevas pueden representar hasta el 10 por ciento de las neuronas del giro dentado. Y un estudio reciente que empleó dataciones de carbono para estimar el momento en que se originaban ha demostrado que los humanos continuamos formando neuronas en el hipocampo hasta bien entrada la vejez, con una frecuencia constante de unas 1400 al día. Ansiedad por separación Para comprobar si las neuronas nuevas participan en la separación de patrones, en 2009 iniciamos algunos estudios con ratones. En primer lugar, inhibimos la neurogénesis con el fin de eliminar las neuronas jóvenes e inmaduras, o bien promovimos la supervivencia de estas células para aumentar su número. Examinamos entonces si tales manipulaciones afectaban a la capacidad de los animales experimentales para diferenciar entre situaciones semejantes. Como muchos investigadores del comportamiento, usamos un tipo de condicionamiento desarrollado por el fisiólogo ruso Iván Pávlov en los primeros años del siglo xx. Pávlov se dio cuenta de que si hacía sonar una campana cuando daba de comer a sus perros, los animales asociaban el sonido con la comida y comenzaban a salivar al oír el repiqueteo de la campana. Durante los últimos cien años se ha utilizado ampliamente esta sencilla forma de aprendizaje para estudiar las bases neurales de la memoria. En nuestros experimentos, en lugar de hacer sonar una campana para anunciar la llegada de la comida, entrenamos a los ratones a anticipar una suave descarga eléctrica en sus pies cuando se los sacaba de la jaula y se los introducía en una caja desconocida. Tras varias exposiciones, un animal aprende a asociar el nuevo entorno con la descarga, de modo que cada vez que se le sitúa en este recinto, se quedará paralizado por el miedo. A continuación, con el fin de estudiar la separación de patrones en los ratones, los introdujimos en una caja muy similar a la primera, aunque no exactamente igual. Si la caja de la descarga era cuadrada con muros plateados, iluminación azul y olor a anís, la nueva poseía la misma forma y color pero un aroma de plátano o limón. Al principio los animales mostraban miedo. Sin embargo, cuando no llegaba ninguna descarga, aprendían pronto a diferenciar ambas situaciones: permanecían inmóviles en la caja de descarga pero relajados en la versión ligeramente distinta. Pensamos que si la producción de neuronas nuevas resultaba fundamental para la separación de patrones, la inhibición de la neurogénesis en el giro dentado de un animal alteraría su aptitud para distinguir una situación de otra. Y así lo comprobamos. Los múridos sin neuronas nuevas se volvían muy asustadizos, reaccionando con miedo en ambos entornos incluso después de ocupar varias veces seguidas la caja inofensiva. Incapacitados para la separación de patrones, los animales generalizaban el miedo de la localización inicial, con lo que la ansiedad apare- cía en cualquier lugar que se asemejara al de la experiencia desagradable. Por otro lado, es posible aumentar el número de neuronas nuevas en el giro dentado del ratón mediante la eliminación de un gen que promueve la muerte de neuronas jóvenes innecesarias. Los animales resultantes, que presentan un giro dentado más grueso, diferencian mejor entre la caja de la descarga y la que se le parece, y pronto se encuentran cómodos en el recinto que ha demostrado ser seguro. Estas observaciones confirman que las neuronas recién formadas están implicadas en la codificación y discriminación entre recuerdos relacionados pero distintos. Otros laboratorios han obtenido resultados similares. Investigadores liderados por Fred. H. Gage, del Instituto Salk de Estudios Biológicos, cuyo trabajo dio pie a la expansión de los estudios sobre neurogénesis en los años noventa, y por Timothy Bussey, de la Universidad de Cambridge, han revelado que la eliminación de nuevas neuronas en el cerebro de ratones adultos disminuye su capacidad para distinguir objetos próximos entre sí (evaluada según su aptitud para elegir el brazo correcto en un laberinto o tocar con el hocico la imagen correcta en una pantalla de ordenador). El laboratorio de Bussey ha demostrado, además, que la potenciación de la neurogénesis mejora los resultados del animal en la prueba de tocar la pantalla. De igual modo, mediante un protocolo de condicionamiento similar al nuestro, Susumu Tonegawa y sus colaboradores del MIT han confirmado que los ratones sin neuronas nuevas son incapaces de distinguir entre situaciones peligrosas y seguras. Algunos estudios sobre el antidepresivo Prozac apoyan la idea de que una deficiencia en la producción de nuevas neuronas puede exacerbar los trastornos de ansiedad Cuando menos es más No se han realizado estudios en voluntarios humanos sobre el efecto de inhibir o promover la generación de neuronas. Pero si la neurogénesis fuera importante para la separación de patrones en las personas, cabría esperar que la alteración de este proceso iría unida a algún tipo de perturbación detectable en la actividad del giro dentado, donde nacen y residen las neuronas nuevas. Mediante el empleo de la resonancia magnética funcional para medir la actividad neural, Michael Yassa, de la Universidad Johns Hopkins, y Craig Stark, de la Universidad de California en Irvine, demostraron que los individuos que presentaban dificultades en diferenciar elementos similares mostraban una elevada actividad en el giro dentado. Aunque el descubrimiento de hiperactividad, en lugar de una función reducida, parezca contradictorio, podría tener sentido. Si cada situación evocara una estimulación generalizada de las neuronas del giro dentado (pongamos por caso, 95 neuronas activadas en una población de 100), los recuerdos asociados se confundirían y no podrían discernirse. Por el contrario, el giro dentado acentúa las diferencias entre un suceso y el siguiente mediante la activación selectiva de subconjuntos de neuronas independientes, no solapantes. De este modo, el lugar donde hemos aparcado hoy activa unas 5 neuronas de las 100 del giro Octubre 2014, InvestigacionyCiencia.es 81 m e ca n i s m o p r o p u e s t o La función de las neuronas nuevas Las neuronas de nueva hornada en el giro dentado del cerebro (abajo) participan en la separación de patrones, la capacidad para distinguir entre experiencias parecidas. Los autores han propuesto una hipótesis para explicar la manera en que las neuronas nuevas contribuyen a la separación de patrones (a la derecha) y por qué su ausencia podría hacer que una persona confundiera una situación sin riesgo con otra atemorizante vivida en el pasado (más a la derecha), como sucede en el trastorno por estrés postraumático. Giro dentado Neurona silenciada Percepción de un estímulo nuevo Respuesta del giro dentado Neuronas maduras (verde) Neuronas nuevas (azul) Recuerdo de un estímulo parecido Neuronas inhibidoras (negro) Señal inhibidora Señal activadora Estímulos sensoriales al giro dentado Hipocampo ¿Cómo destacan las neuronas nuevas las diferencias entre experiencias? dentado, mientras que la localización de ayer, hizo disparar otras 5 distintas. Hemos comenzado a conjeturar que las neuronas nuevas promoverían la separación de patrones al controlar la actividad global del giro dentado. A medida que maduran, parecen interaccionar preferentemente con neuronas inhibidoras. Cuando estas últimas se excitan, atenúan la actividad de otras células en el giro dentado. Tal conexión entre neuronas recién formadas y represión del giro dentado se refleja en estudios con ratones en los que se ha eliminado la neurogénesis. Estos animales, que carecen de neuronas recientes, exhiben una elevada actividad espontánea en el giro dentado, lo que hace pensar que este tipo de células son las responsables de regular la actividad neural general. Si la neurogénesis se halla realmente implicada en la separación de patrones en los humanos, este descubrimiento podría ayudar a entender mejor la causa de los trastornos de ansiedad como el TEPT. Los psicólogos han sospechado durante mucho 82 INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, octubre 2014 tiempo que la generalización excesiva de un recuerdo contribuye a los trastornos de ansiedad, marcados por una respuesta de miedo exagerada y a veces incapacitante, incluso en situaciones que no presentan un riesgo inmediato. Esta reacción inapropiada puede deberse a una disminución en la capacidad para distinguir entre un trauma pasado y una situación inocua que presenta algunas similitudes con el suceso traumático. De este modo, si durante un picnic se oye un fuerte estallido, los individuos con una separación de patrones normal tal vez se asusten momentáneamente, pero pronto se darán cuenta de que el parque no es una zona de guerra y continuarán comiendo. En cambio, un veterano de guerra con una separación de patrones alterada no podrá distinguir el petardeo de un coche del recuerdo del campo de batalla, lo que le puede provocar un ataque de pánico. Algunos experimentos han aportado pruebas sobre la posible conexión entre la separación de patrones anómala y los trastornos de ansiedad en humanos. Shmuel Lissek, de la Universidad de Minesota, y sus colaboradores han demostrado así que las tami tolpa Las neuronas recientes podrían contribuir a la separación de patrones al codificar mejor que las antiguas la información novedosa. Pero los autores proponen otro mecanismo: después de que los estímulos externos activen a la vez células nuevas y antiguas, las nuevas hacen que las neuronas inhibidoras repriman gran parte de la actividad del giro dentado (tonos atenuados). Este efecto destaca con fuerza los detalles que diferencian la nueva experiencia (amarillo) de otra antigua similar (rojo) que tal vez resultara siniestra. en humanos. Mediante el examen de cerebros post mórtem donados, hemos determinado que los tratamientos con antidepresivos aumentan el número de células madre neurales (las progenitoras de las neuronas nuevas) en el giro dentado de pacientes con trastornos depresivos agudos. Todavía hay que determinar si la neurogénesis resulta necesaria para que estos medicamentos traten con eficacia la depresión y la ansiedad en humanos. Actividad solapante en circuitos del giro dentado Alivio del dolor La percepción de una nueva experiencia se mezcla con los recuerdos del pasado Sin neuronas nuevas reina la confusión Según la hipótesis de los autores, la ausencia de neuronas nuevas elimina el efecto de las células inhibidoras en el giro dentado. Ello provoca que un mayor número de células se activen en respuesta a los nuevos estímulos y a los recuerdos que estos evocan. Como resultado, las representaciones neurales de las experiencias se solapan en exceso y se confunde la percepción de ambos eventos. personas que padecen trastornos de pánico tienden a sobresaltarse cuando ven un objeto parecido a otro que han asociado a una ligera descarga eléctrica en la muñeca. Varios estudios sobre el antidepresivo Prozac apoyan la hipótesis de que la producción insuficiente de neuronas nuevas puede fomentar los trastornos de ansiedad. El fármaco alivia los síntomas tanto en animales como en humanos. Los ratones tratados están menos nerviosos y se muestran más atrevidos cuando se los introduce en un ambiente nuevo. Hemos observado que este mayor atrevimiento inducido depende por completo de las nuevas neuronas. Los tratamientos que frenan la formación de neuronas suprimen los efectos ansiolíticos del Prozac, unos resultados que publicamos en Science en 2003. Desde entonces, uno de nosotros (Hen), en un estudio realizado en colaboración con la Universidad de Columbia, ha demostrado que la neurogénesis es necesaria para que el Prozac alivie los comportamientos depresivos en macacos adultos. Estamos también comenzando a explorar el papel de las neuronas nuevas Dado el creciente reconocimiento del papel del giro dentado (y sus neuronas recién formadas) en la separación de patrones y posiblemente en la eficacia de los antidepresivos, sospechamos que mucha gente que lidia con la depresión, el TEPT y el declive cognitivo asociado a la edad podría beneficiarse de intervenciones que promuevan la neurogénesis en el cerebro adulto. Se ha comprobado que en los animales esta puede ser estimulada mediante ejercicio físico. De hecho, el descubrimiento de Cage de que los ratones adultos que corrían en una rueda giratoria presentaban un mayor número de neuronas hizo reavivar el interés en la neurogénesis a finales de los años noventa. Sin embargo, el ejercicio físico y los antidepresivos como el Prozac probablemente también influyen en el comportamiento y la actividad neural de otros modos (por ejemplo, reforzando y aumentando el número de conexiones entre neuronas) distintos a los efectos sobre la neurogénesis. Una intervención más directa que favoreciera la aparición de neuronas nuevas ayudaría a corregir de manera específica las deficiencias en la separación de patrones que podrían desencadenar el pánico en algunos casos de TEPT o trastornos de ansiedad. Una investigación reciente sobre sustancias que aumenten la neurogénesis en el giro dentado del ratón adulto ha señalado un candidato prometedor, llamado P7C3, que promueve la supervivencia de las neuronas recién nacidas. Junto con los estudios en los que demostramos reducir la ansiedad en ratones al inhibir la muerte de neuronas nuevas, este trabajo nos hace albergar esperanzas de que las estrategias farmacológicas novedosas que favorezcan la neurogénesis podrían ayudar a los que sufren ansiedad. Aunque Ramón y Cajal nunca imaginó que el cerebro adulto pudiera generar neuronas nuevas, quizá pensó en el potencial terapéutico del rejuvenecimiento neural. Tal y como observó en su libro de 1914 Degeneración y regeneración del sistema nervioso, «Toca a la ciencia del porvenir casar, si ello es posible, la ardua sentencia». PARA SABER MÁS Increasing adult hippocampal neurogenesis is sufficient to improve pattern separation.A. Sahay et al. en Nature, vol. 472, págs. 466-470, abril de 2011. Neurogenesis and generalization: A new approach to stratify and treat anxiety disorders.M. A. Kheirbek et al. en Nature Neuroscience, vol. 15, págs. 1613-1620, diciembre de 2012. Adult neurogenesis in the mammalian hippocampus: Why the dentate gyrus?L. J. Drew, S. Fusi y R. Hen en Learning and Memory, vol. 20, n.o 12, págs. 710-729, diciembre de 2013. en nuestro archivo Regeneración de las células nerviosas en adultos.Gerd Kempermann y Fred H. Gage en IyC, julio de 1999. Regeneración cerebral.Fred H. Gage en IyC, noviembre de 2003. Neurogénesis en adultos.H. Breuer y A. Lessmöllmann en MyC n.o 14, 2005. Neurogénesis.Gerd Kempermann en MyC n.o 19, 2006. Octubre 2014, InvestigacionyCiencia.es 83