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TROMBOFLEBITIS SÉPTICA DE LA VENA YUGULAR INTERNA El síndrome de Lemierre o necrobacilosis es un proceso grave e infrecuente que consiste en la tromboflebitis séptica de la vena yugular interna, con frecuentes metástasis sépticas, secundaria a una infección faríngea. Aunque su incidencia es escasa ( 0,8 casos por millón y año¹) se trata de una complicación grave con una tasa de mortalidad de hasta el 18%²; según las distintas series. Presentamos un caso de un paciente diagnósticado de síndrome de Lemierre. CASO CLÍNICO: Varón de 56 años, con antecedentes de carcinoma renal de células claras en 2009 tratado con nefrectomía derecha en control por el servicio de urología. Sin otros antecedentes médicos de interés. Acude al Servicio de urgencias por un cuadro de fiebre asociado a odinofagia de 3 días de evolución. Refiere también la aparición de un bultoma doloroso en cuello y dolor en hemotórax izquierdo con disnea. En la exploración física encontramos una masa en región latero-cervical izquierda adherida a planos profundos, sin aumento de la circulación colateral. No se palpan adenopatías ni se objetivan lesiones en cavidad oral. En la analítica realizada en el servicio de urgencias destaca un aumento de la proteína C reactiva ( 140 mg/L) sin leucocitosis. Se realiza ecografía de urgencia encontrándose una trombosis de la vena yugular interna izquierda con importantes cambios inflamatorios en partes blandas y adenopatías reactivas; la región cervical derecha no presenta hallazgos patológicos. En Rx de tórax se objetiva pinzamiento con perdida de volumen en lóbulo inferior izquierdo. Dada la historia clínica del paciente y los hallazgos de la ecografía se diagnostica una tromboflebitis séptica de la vena yugular interna y se decide ingreso del paciente iniciando antibioticoterapia intravenosa de amplio espectro y heparina de bajo peso molecular a dosis anticoagulantes. Se solicita TAC cervical y abdomino pélvico en el que se observa además de la trombosis de la vena yugular interna izquierda destaca un derrame pleural izquierdo asociado a una foco consolidativo en lóbulo inferior izquierdo sugestivo de proceso neumónico. En la resonancia cervical se encuentran los mismos hallazgos, sin objetivar alteraciones estructurales anatómicas que justifiquen la trombosis venosa yugular. El paciente es dado de alta a la semana del ingreso con tratamiento antibiótico y anticoagulación con heparina de bajo peso molecular durante tres meses. A los 2 meses del evento el paciente permanece asintomático desde el punto de vista vascular, sin tratamiento antibiótico y pendiente de completar periodo de antiocoagulación. DISCUSIÓN No es bien conocido el mecanismo por el que se produce la trombosis de la vena yugular, aunque parece que la infección viral o bacteriana previa de la faringe podría alterar las barreras mucosas y ser la causa de una intensa inflamación del espacio lateral faríngeo con invasión de los linfáticos de la zona y de las venas peritonsilares que están junto a la vena yugular interna provocando así la trombosis de la misma. El diagnóstico es fundamentalmente clínico y se debe tener presente ante todo cuadro de fiebre con antecedente de infeccion orofaríngea, tumefacción latero-cervical a lo largo del trayecto del músculo esternocleidomastoideo y signos de sepsis. La mayoría de las veces existe antecedentes previos de un cuadro amigdalar, no obstante, también se han descrito casos tras sinusitis, mastoiditis e incluso infecciones odontógenas Las metástasis sépticas a distancia son una complicación muy frecuente; se han descrito entre un 89% y un 97% de los casos. El pulmón es el órgano más frecuentemente afectado (80-90%), pero se han descrito otras localizaciones, como en articulaciones, piel y tejidos blandos, hueso, meninges, sistema nervioso central y otros órganos. El principal agente etiológico es el Fusobacterium necrophorum (80%), anaerobio gram negativo, que forma parte de la flora orofaríngea y del tracto respiratorio superior. Otros anaerobios han sido también implicados y se ha encontrado en algunos casos flora mixta polimicrobiana y con menor frecuencia estreptococos, bacteroides y Eikenella. Los cultivos y las pruebas de imagen nos ayudan a confirmar él diagnostico, tras la sospecha clínica inical. La ecografía doppler es una prueba sencilla y no invasiva que puede ser útil para el diagnóstico inical pero el TAC con contraste tiene mayor sensibilidad que cualquier otra prueba para detectar la patología vascular y otro tipo de complicaciones como abscesos o celulitis. La radiografía del tórax puede mostrar derrame pleural y la presencia de cavidades o condensaciones en el parénquima pulmonar, provocadas por embolizaciones sépticas. El tratamiento recomendado consiste en la antibioterapia contra anaerobios gram negativos durante varias semanas, por vía venosa durante los primeros 7-10 días especialmente con metronidazol o piperazolina-tazobactam, y posteriormente terapia oral prolongada. No existen pautas definidas en cuanto a la duración del tratamiento, pero la mayoría de los pacientes son tratados con antibioterapia durante al menos 4 semanas. Dos pautas aconsejadas por vía oral son la asociación de amoxilcilina – clavulánico más metronidazol o clindamicina en monoterapia En caso de abscesificación es recomendable drenar las colecciones. La anticoagulación es controvertida, pero puede ser efectiva si, pese al tratamiento antibiótico, los embolismos sépticos persisten. Algunos autores consideran que debe reservarse solo en aquellos casos en los que se produzca progresión del trombo hasta el seno cavernoso. El periodo de tiempo recomendado por la mayoría de los autores es de 3 meses, tiempo durante el cuál persiste el riesgo de nuevos émbolos sépticos. En algunos casos con importante trombosis de la vena yugular interna o con persistencia del estado séptico y de los embolismos a pesar del correcto tratamiento médico, estaría indicada la ligadura o resección de la vena yugular interna. BIBLIOGRAFÍA 1. Celia Sánchez Acedoa, Pedro Luis Martos Díaz, Mario F. Muñoz Guerrac, Luis Naval Gías, Francisco J. Rodríguez Campo y Emilio Martín Díaz. Trombosis de la vena yugular interna y mediastinitis aguda necrosante descendente debido a una faringoamigdalitis aguda. Rev esp cir oral maxilofac. 2010;32(3):119-122. 2. Riordan T, Wilson M. Lemierre’s syndrome: More tan a his- torical curiosa. Postgraduate Medical Journal. 2004:80: 328-34. 3. 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