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ARTÍCULOS Subpoblaciones del virus de la influenza en explotaciones porcinas Gerard Eduard Martín Valls Imágenes cedidas por el autor Resumen Summary La circulación del virus de la influenza porcina en las explotaciones porcinas se ha considerado tradicionalmente epidémica, y en un principio creador de una inmunidad que tenderá a limitar su infección. Por el contrario, la dinámica observada en las explotaciones porcinas, con una elevada prevalencia, indica que en la mayoría de los casos los virus de la influenza porcina persisten de forma enzoótica. Este fenómeno se podría explicar por la creación de subpoblaciones de animales susceptibles, con diferentes niveles de protección, que explicaría la persistencia de los virus de la influenza porcina. En este artículo se analizan las causas, el papel de la inmunidad y los posibles abordajes de dicha problemática. Subpopulations of influenza virus in pig farms Palabras clave: influenza, prevalencia, subpoblaciones Keywords: influenza, prevalence, subpopulations Swine influenza virus (SIV) circulation in swine farms has been traditionally considered epidemical, thus, the creation of immunity into the herd would tend to limit the infection. However, the dynamics observed in modern farms, with a high prevalence, indicate that in the great part of the cases, SIV persist in an enzootic model. This phenomenon could be explained by the creation of subpopulations of suitable animals, with different levels of protection, that could explain the persistence of swine influenza viruses. In this article the causes, role of immunity, and potential control strategies for enzootic SIV infections are described. Contacto con el autor: CReSA. Edifici CReSA. Campus UAB. 08193 Bellaterra. Email: gerard.martin@cresa.uab.cat L a influenza porcina es una enfermedad respiratoria del cerdo causada por virus pertenecientes al tipo A del género influenzavirus que se engloban dentro de la familia Orthomyxoviridae. La infección por estos virus causa un cuadro respiratorio que cursa con fiebre, letargia, anorexia, disnea y en algunos casos, puede llegar a causar repeticiones acíclicas, abortos (debido a la fiebre) e incluso la muerte. Se asume que después de la introducción 26 n SUIS Nº 120 Septiembre 2015 del virus en una explotación susceptible se produce un brote que cursa con una elevada morbilidad (que puede llegar a ser cercana al 100 %) y baja mortalidad (inferior al 1 %). Después de esta introducción, la población presente en la granja desarrollará una inmunidad que la protegerá frente a esa misma cepa, propiciando el cese de la infección y evitando que esta pueda repetirse, como mínimo hasta que la proporción de nuevos animales susceptibles a esa cepa sea lo suficientemente grande para permitir de nuevo un brote de influenza. SITUACIÓN ACTUAL La percepción general en las distintas explotaciones es que los brotes como el descrito en el párrafo anterior son poco frecuentes, de lo que cabría esperar que la prevalencia de influenza en la cabaña porcina fuese relativamente baja. Sin embargo, sabemos que la prevalencia de influenza porcina en Europa, especial- ARTÍCULOS mente en los países en los que la producción porcina es más importante, es muy elevada, superando el 30 % de explotaciones seropositivas fácilmente (Van Reeth et al., 2008). En España es donde la seroprevalencia de la influenza porcina es más elevada, alcanzando el 94 % de explotaciones seropositivas (Simón-Grifé et al., 2011). Un dato interesante es que en la mayoría de las explotaciones analizadas no existía un historial reciente de enfermedad respiratoria compatible claramente con un brote de influenza. Además en ninguna de las explotaciones analizadas se vacunaba frente a esta enfermedad, lo que llevaría a pensar que probablemente esta situación se debiera a casos en los que la infección pudiera ser aparentemente subclínica. Situaciones enzoóticas Estas situaciones aparentemente subclínicas podrían estar relacionadas con la presencia de situaciones enzoóticas en las que la infección entre animales está caracterizada por una baja incidencia y con un impacto clínico poco aparente (Loeffen et al., 2009; Simon-Grifé et al., 2012). En estos casos, un mismo virus podría mantenerse en la población afectada durante largos periodos de tiempo y de vez en cuando podría llegar a generar un problema clínico evidente. Las situaciones enzoóticas causadas por virus de la influenza no son un concepto nuevo. De hecho, en los años 70 ya se planteó la posibilidad de que un virus de la influenza pudiera mantenerse en una explotación a lo largo del tiempo. Textualmente, Easterday et al. proponen que “el hecho de que esta enfermedad (influenza), en determinadas explotaciones, se manifieste solamente una vez al año de forma recurrente sugiere que el virus causante podría ser residente de la misma”. Existen diversos estudios que demuestran que este tipo de situaciones ocurren con relativa frecuencia en el campo (Madec et al., 1985; de Jong et al., 2001; Loeffen et al., 2009; Simon-Grifé et al., 2011 y 2012; Rose et al., 2013; Díaz et al., 2015). En enfermedades como el PRRS, el concepto de virus “residente” es relativamente fácil de entender, ya que por un lado la viremia de este virus es de larga duración (desde 21 días hasta más de 200 días en animales nacidos virémicos); y además éste puede quedar latente en tonsila hasta nueve meses en animales que han supe- Los lechones recién nacidos y las cerdas de reposición suelen actuar como “reservorio” del virus de la influenza porcina, favoreciendo la aparición de situaciones endémicas o enzoóticas. rado la infección inicial, lo que permitiría al virus permanecer en la explotación durante largos periodos de tiempo hasta encontrar nuevos animales susceptibles. En el caso del virus de la influenza es más complicado de entender que el virus llegue a residir en la explotación ya que siempre causa una infección aguda que va a durar entre 5 y 7 días (dado un animal infectado). Entonces, ¿cómo es posible que el virus de la influenza sea capaz de generar situaciones de circulación enzoótica en una explotación? SUBPOBLACIONES QUE PUEDEN ACTUAR DE RESERVORIO EN UNA EXPLOTACIÓN Aunque las cerdas en producción presentes en una explotación parecen presentar mayores títulos de anticuerpos frente a una o más cepas de influenza, y son los animales que permanecen mayor tiempo en la explotación, no parece que jueguen un papel importante en el mantenimiento de cepas de influenza dentro de una granja. En cambio, como veremos a continuación, los lechones recién nacidos y cerdas de reposición sí podrían tener un papel relevante en las situaciones endémicas o enzoóticas causadas por estos virus. Allerson et al., (2011) plantearon qué subpoblaciones de animales podrían actuar como “reservorio” del virus en una explotación de cerdos. Entre ellas se propusieron las cerdas de reposición, las cerdas productivas, los lechones recién nacidos o animales en lactación de más de 11 días de vida. Los resultados indicaron que tanto los animales recién nacidos como los animales de más de 11 días de vida eran positivos por PCR (detección SUIS Nº 120 Septiembre 2015 n 27 ARTÍCULOS ¿QUÉ PAPEL TIENE LA INMUNIDAD PASIVA EN LA EPIDEMIOLOGÍA DEL VIRUS DE LA INFLUENZA EN CERDOS? A la entrada de transición, es de esperar que se haya producido una caída de anticuerpos maternales. directa) al virus, mientras que los otros dos grupos de animales resultaron ser negativos en el momento del muestreo. Seguimiento virológico En otro trabajo realizado en España (Simón-Grifé et al., 2012) en el que se realizó un seguimiento virológico longitudinal de un lote de animales, un mismo virus de la influenza fue detectado en distintos momentos a lo largo del ciclo productivo de un lote de 121 animales desde su nacimiento hasta el momento de envío a matadero. La prevalencia en maternidad fue superior al 30 %, mientras que en el resto de fases nunca llegó a superar al 10 %. Este dato indicaría que si bien el virus puede estar presente en cualquier momento del ciclo productivo de una población determinada de cerdos, la mayor incidencia se observaría en la fase de maternidad. En un estudio más reciente (Díaz et al., 2015), las subpoblaciones con mayor riesgo de ser positivas mediante PCR a influenza resultaron ser las cerditas de reposición recién llegadas y los cerdos neonatos. En el caso de las cerditas de reposición recién llegadas a la explotación, la explicación es sencilla; estos animales llegan susceptibles a la cepa presente a la explotación y al entrar en contacto con ella se infectan rápidamente. Sin embargo, el caso de los cerdos neonatos resulta más complicado de entender, ya que como hemos dicho antes, en una situación enzoótica las cerdas suelen presentar títulos elevados de anticuerpos frente a la 28 n SUIS Nº 120 Septiembre 2015 cepa circulante, lo cual, a priori, debería otorgar cierta protección pasiva a los lechones recién nacidos. Lo cierto es que hoy día se sabe que la inmunidad maternal protege frente a la clínica, pero no frente a la infección, lo que permitiría al virus mantenerse en esta fase productiva. Flujos de trabajo Finalmente, hay que tener en cuenta que los flujos de trabajo que se siguen hoy en día en la mayoría de explotaciones de cerdos siguen manejos en bandas ya sean de 1, 2, 3 o X semanas. Eso favorece que constantemente haya animales susceptibles en una explotación y que, en paralelo, puedan existir animales susceptibles y animales infectados (por ejemplo, animales susceptibles de transiciones o engordes que pueden ser infectados por virus presente en maternidades en ese mismo instante). Un trabajo muy interesante que nos muestra cómo el virus puede saltar de un lote productivo a otro es el descrito por Rose et al., en el año 2013. En ese trabajo, entre otros aspectos también interesantes, se muestra cómo un mismo virus (o incluso dos) empiezan afectando un lote de producción, y al cabo de dos o tres semanas infectan animales del siguiente lote (nacidos tres semanas más tarde), e incluso llegan a infectar animales de un tercer lote al cabo de tres semanas más. Esta situación también se observó en otras dos explotaciones y podría explicar también la persistencia de un virus de la influenza a lo largo del tiempo dentro de una explotación porcina. Como ya hemos comentado, los lechones en la fase de maternidad pueden infectarse aún en presencia de anticuerpos maternales. En un trabajo realizado en 2003 por Loeffen et al., se demostró que animales con anticuerpos derivados de calostro obtenidos a partir de cerdas seropositivas de una granja comercial no vacunada pueden infectarse. Estos animales, no van a desarrollar signos clínicos pero tampoco desarrollarán inmunidad humoral frente a la cepa, por lo que cuando se produzca una caída de anticuerpos, estos animales serán perfectamente susceptibles a la infección. Cabe destacar que los animales de este estudio fueron infectados experimentalmente con títulos de virus no comparables a los que pueden detectarse en campo de forma habitual, pero en una situación en la que la presión de la infección sea lo suficientemente alta, un animal con presencia de anticuerpos derivados del calostro podría llegar a infectarse. Larsen et al., presentaron en 2010 un trabajo en el que se realizó un muestreo de cerdas y lechones en parideras para detectar la presencia de gripe en una explotación enzoótica de influenza no vacunada. En este trabajo se observó que una proporción importante de las camadas estudiadas era positiva a PCR. Las camadas pertenecientes a cerdas jóvenes (primer y segundo parto) tenían un mayor riesgo de ser positivas. Una protección subóptima (bajos o nulos títulos de anticuerpos maternales) va a facilitar la presencia de animales infectados con peores índices clínicos en la fase de lactación. Este grupo de animales va a excretar una gran cantidad de virus suponiendo una fuente de infección a otros animales susceptibles o parcialmente susceptibles (como por ejemplo sus compañeros de lote). Además, las camadas infectadas presentaban peores valoraciones clínicas en cuanto a problemas respiratorios. ¿Cómo puede afectar esto a la dinámica de infección en una explotación? A continuación veremos un planteamiento teórico en el que se pretende valorar qué puede suceder en una explotación infectada endémicamente por virus influenza: ARTÍCULOS Población de cerdas multíparas positivas con elevados títulos de anticuerpos frente a la cepa “residente”: lechones parcialmente protegidos, puede que los animales sí se infecten si existe una elevada presión de infección en su entorno, aunque estos no van a mostrar signos clínicos aparentes. ■■ Población de cerdas jóvenes que pueden ser negativas, positivas con bajos títulos de anticuerpos o positivas con altos títulos (se han infectado recientemente) frente a la cepa “residente”: lechones desprotegidos a la infección en función del nivel de inmunidad derivada de calostro obtenida a partir de sus madres. En caso de infección, ésta sería por falta de protección, o una protección subóptima (por ejemplo, encalostramiento insuficiente). ■■ Según la proporción de animales totalmente susceptibles a la infección, estos pueden representar una elevada presión de infección para sus compañeros de lote ■■ parcialmente protegidos, lo que podría alargar la infección en esta fase ya que animales infectados con presencia de anticuerpos maternales pueden llegar a excretar el virus durante más tiempo (Loeffen et al., 2003). ■■ A la entrada de transición, es de esperar que se haya producido una caída de anticuerpos maternales. En este momento, se hayan infectados o no los animales protegidos o parcialmente protegidos en la fase de maternidad, habrá un incremento de animales susceptibles, ya que no habrán desarrollado inmunidad activa frente a la cepa residente (Loeffen et al., 2003). Si existe una proporción suficientemente alta de animales infectados en maternidad (por ejemplo, en el lote siguiente, o todavía infectados del mismo lote), los animales susceptibles en transición se infectarán. Existen distintos estudios que muestran que la infección enzoótica por el virus de la influenza tiene un mayor impacto econó- mico/productivo en la fase de transición. ■■ De nuevo, los animales positivos en transición supondrán un incremento de la presión de la infección en la explotación que puede volver a infectar otros lotes de animales lactantes u otros lotes de transición. ¿Cómo puede reducirse la presión de infección y eliminar la circulación del virus en una situación enzoótica? En la bibliografía encontramos tres trabajos que describen cómo se puede controlar e incluso erradicar el virus de la influenza en explotaciones endémicas. Gillespie (1999) y Corzo (2011) proponen la vacunación en sábana en todas las cerdas de la explotación. Con ello, lo que pretenden es homogeneizar la inmunidad de las cerdas, para reducir al máximo la subpoblación de lechones susceptibles a la infección en maternidad Las camadas pertenecientes a cerdas jóvenes (primer y segundo parto) podrían tener un mayor riesgo de ser positivas a virus de la influenza porcina, jugando un papel importante en la desestabilización del equilibrio inmunitario de las explotaciones. SUIS Nº 120 Septiembre 2015 n 29 ARTÍCULOS (especialmente lechones hijos de cerdas jóvenes); de tal modo que el reservorio principal de la cepa residente se vería eliminado o disminuido de forma muy importante. En consecuencia, se conseguiría reducir la presión de la infección, tanto en maternidad como en transición, lo que llevaría finalmente a la extinción de la infección en la granja. En ambos trabajos se consiguió eliminar la infección. Este método es fácil de aplicar en una explotación comercial y no supone un esfuerzo en cuanto a manejo importante. No obstante, hay que tener en cuenta que la gran diversidad que presenta el virus de la influenza no garantiza la eficacia de la vacuna para poder proteger la subpoblación susceptible en maternidad en el 100 % de los casos, con lo que hace falta valorar cada situación de forma individual. Un buen diagnóstico en el que se determine el subtipo e incluso la cepa (por secuenciación) va a ser muy importante en este punto. En el tercer trabajo, realizado por Torremorell et al., (2009) el planteamiento es totalmente distinto. En él se plantea una erradicación de la cepa en la explotación mediante medidas de cierre de granja, bioseguridad y vaciado de transición y engorde. El proceso planteado en esta explotación dura aproximadamente dos años y se consigue erradicar la cepa de la explotación de forma eficiente. Este método permite eliminar totalmente la cepa de la explotación, pero el manejo que se debe realizar y la inversión que supone BIBLIOGRAFÍA swine influenza A (H1N1) virus isolates with possible implications for vaccination policy. 2001. Vaccine. 19:4452-64. Larsen LE, Nielsen KC, Aakerblom S, Hjiulsager CK, Nielsen JP, Stege HH, Kristensen SC, Elvstrom A, Lau L. Dynamics of swine Influenza infections in the farrowing unit of a Danish sow herd. 2010. Presentación oral O.042 en el International Pig Veterinary Symposium, Vancouver. Loeffen WL, Heinen PP, Bianchi AT, Hunneman WA, Verheijden JH. Effect of maternally derived antibodies on the clinical signs and immune response in pigs after primary and secondary infection with an influenza H1N1 virus. 2003. Vet Immunol Immunopathol. 92:23–35. Loeffen WL, Hunneman WA, Quak J, Verheijden JH, Stegeman JA. Population dynamics of swine influenza virus in farrow-to-finish and specialised finishing herds in the Netherlands. 2009. 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Conclusiones Las situaciones enzoóticas (o endémicas) de la influenza porcina son probablemente más frecuentes de lo que cabría esperar inicialmente. ■■ Las cerditas de reposición, lechones de maternidad y la coexistencia de animales de distinta edad en el mismo espacio juegan un papel importante en el mantenimiento de la cepa residente dentro de una explotación comercial de cerdos. ■■ El control de estas situaciones es complejo y habitualmente necesita de la combinación de distintas medidas (vacunación, medidas de manejo y bioseguridad), ya que no existe evidencia de la eficacia de estas herramientas individualmente en casos reales. El resultado dependerá de factores intrínsecos de cada granja (número y tipo de cepas, introducción de nuevas, tamaño de explotación, tasa de reemplazo, adaptación de las primerizas, presencia de transición en la misma granja, cumplimiento del todo dentro todo fuera, distancia entre bandas de producción, etc.). Un buen diagnóstico que determine el o los subtipos involucrados, e incluso la cepa dominante, va a ser muy importante para poder valorar cada situación de forma individual. ■■ Andraud M, Camsusou C, Madec F, Simon G. Dynamics of influenza A virus infections in permanently infected pig farms: evidence of recurrent infections, circulation of several swine influenza viruses and reassortment events. 2013. Vet Res. 44:72. Simon-Grifé M, Martín-Valls GE, Vilar MJ, García-Bocanegra I, Mora M, Martín M, Mateu E, Casal J. Seroprevalence and risk factors of swine influenza in Spain. 2011. Vet Microbiol. 149:56-63. Simon-Grifé M, Martín-Valls GE, Vilar MJ, Busquets N, Mora-Salvatierra M, Bestebroer TM, Fouchier RA, Martín M, Mateu E, Casal J. Swine influenza virus infection dynamics in two pig farms; results of a longitudinal assessment. 2012. Vet Res. 43:24. Torremorell M, Juarez A, Chavez E, Yescas J, Doporto JM, Gramer M. 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