Download Bollgard II: comercialización de nueva generación de genes Bt
Transcript
4 ICAC RECORDER debido a la siembra de algodón Bt. Los precios internacionales debían haber sido inferiores en 1,5 centavos/kg de fibra de haberse sembrado el algodón Bt sólo en los Estados Unidos. La siembra de algodón Bt en el resto del mundo redujo los precios promedio en 1,1 centavos más por kilogramo de fibra. El Cuarto Congreso Brasileño del Algodón se celebrará en Goiânia, Goiás, del 15 al 18 de septiembre de 2003. El tema del congreso es Algodón: un mercado en evolución. El congreso se celebra cada dos años. El primer congreso se celebró en 1997 y se limitó al examen del algodón bajo regadío, pero desde entonces se ha ampliado su ámbito. Al tercer congreso, celebrado en agosto de 2001, asistieron unos 2.000 investigadores de muchos países de la región y los Estados Unidos. El cuarto congreso comprenderá conferencias, talleres y cursillos sobre todos los aspectos de la producción, desde el algodón como cultivo familiar hasta las políticas para el cultivo algodonero, la industria textil y el mecanismo del mercado de futuros. Se puede obtener más información solicitándola a: Cuarto Congreso Brasileño del Algodón Av. 87 No. 662 – Setor Sul Goiânia, Goiás 74093-300, Brasil Tel: (55-62) 541-0163 Email: <4cba@cultura.com.br> Sitio web: http://www.4cba.com.br La Tercera Conferencia Mundial sobre la Investigación Algodonera celebró en la Ciudad del Cabo, Sudáfrica, del 9 al 13 de marzo de 2003, acogida por el ARC-Instituto para Cultivos Industriales y auspiciada por CIRAD, FAO, CCIA, Cotton South Africa, el Consejo de Investigaciones Agrícolas de Sudáfrica y muchas compañías privadas. Más de 300 investigadores de 38 países, así como representantes de varias organizaciones internacionales, asistieron a la conferencia. Brasil, Turquía y los Estados Unidos se ofrecieron para acoger la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Investigación Algodonera en 2007. El Comité Internacional de la Tercera Conferencia Mundial estudiará las propuestas de los tres países en su reunión en Polonia durante de la plenaria. Su decisión será anunciada en THE ICAC RECORDER. Bollgard II: comercialización de nueva generación de genes Bt El primer algodón transgénico resistente a las plagas de lepidópteros fue aprobado para uso comercial en Australia y los Estados Unidos en 1996/97. El gen demostró su valor en una serie de países de diversos continentes, pero la controversia respecto de su inocuidad ambiental persiste. Si bien algunos países están convencidos de que la tecnología es inocua, no están dispuestos a adoptarla debido a posibles implicaciones para el comercio con los países importadores que no están persuadidos aún de que la tecnología no entrañe riesgos. Por tanto, los esfuerzos para promover y adoptar el algodón transgénico continúan y ya está en producción comercial grandes superficies. Se espera que el mayor aumento en superficie para 2003/04 sea en China (continental) y la India. Según pronósticos, Colombia deberá convertirse en país cultivador de algodón transgénico en 2003/04, y otra serie de países intensificarán sus esfuerzos en el campo de la biotecnología para aproximarse a la etapa de la comercialización. Ocho países ya han adoptado las variedades transgénicas resistentes a los lepidópteros, los herbicidas o ambos. La toxina Cry1Ac ha erradicado los gusanos de la cápsula y los del capullo de los algodonales. El año 2003/04 será el primero en que la nueva proteína Cry2Ab en variedades Bollgard II, se sume a la lucha contra los gusanos de la cápsula del algodonero y del capullo del gusano en Australia y los Estados Unidos. Monsanto es el dueño único de la tecnología de Bollgard II. El 23 de diciembre de 2002, la Compañía Monsanto anunció que habían recibido plena autorización reglamentaria de los Esta- dos Unidos para su tecnología de algodón protegido contra los insectos, Bollgard II, desbrozando el camino para el empleo en gran escala del segundo gen Bt junto con el primero introducido en 1996/97. En Australia, la Oficina del Regulador de la Tecnología Genética ya ha dado su aprobación a la comercialización limitada de Bollgard II, luego de una amplia evaluación científica y un proceso de consulta pública. Si bien en los Estados Unidos la aprobación cubre todo el país, en Australia se extiende sólo a las zonas de Nueva Gales del Sur y Queensland, cultivadoras de algodón de larga data, y a una nueva zona en el norte no mayor de 800 hectáreas. Otros países están aún experimentando y no se espera que adopten Bollgard II en 2003/04. Argentina se ha mostrado más dispuesta a adoptar la biotecnología en el pasado y podría aceptar Bollgard II dentro de un año o dos. Ningún país ha adoptado la tecnología Bollgard II sin usar primero la Bollgard. Beneficios de Bollgard II El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) y el organismo norteamericano responsable de los alimenticios y farmacéuticos (FDA, por sus siglas en inglés) ya han confirmado la inocuidad de Bollgard II respecto de los alimentos para consumo humano y animal y del medio ambiente. Bollgard II utiliza la misma bacteria del suelo que se encuentra en Bollgard, pero en un gen distinto. El objetivo primario sigue siendo el mismo: control de los insectos de interés que dañan las cápsulas. Sin embargo, Bollgard II MARZO 2003 presenta ventajas adicionales, algunas de larga duración y otras a corto plazo. • El objetivo básico de encontrar el segundo gen Bt consiste en demorar el desarrollo de resistencia. Los lepidópteros de interés, cuando se alimentan durante años con la toxina Cry1Ac Bt, desarrollan resistencia. Bollgard II tiene dos genes Bt al mismo tiempo, porque los insectos pueden desarrollar resistencia a un gen más rápidamente que a dos genes que trabajan sobre el mismo genotipo. • Las proteínas Cry no muestran la misma eficacia contra todos los gusanos de la cápsula. El gen Cry1Ac que se encuentra en Bollgard ofrece máxima resistencia a la oruga del tabaco Heliothis virescens y al gusano de la cápsula del algodonero americano Helicoverpa armigera, pero una resistencia comparativamente menor a otros lepidópteros. El segundo objetivo de insertar el gen Cry2Ab es el de ampliar la gama de gusanos de la cápsula del algodonero y del capullo del gusano que controlan las proteínas Cry. El gen Cry2Ab en Bollgard II proporciona un control igualmente bueno de la el gusano de la acelga Spodoptera frugiperda, la gardama Spodoptera exigua, el gusano gris de la col Trichoplusia ni, y el gusano de la soja Pseudoplusia includens, además de los gusanos de la cápsula del algodonero y los capullos del gusano ya controlados por Bollgard. • Algunos gusanos de la cápsula del algodonero y el capullo del gusano sobreviven en variedades de Bollgard, sobre todo hacia finales de la etapa de formación de los frutos. El fenómeno que ocurre debido a bajas cantidades de la toxina Cry1Ac en la etapa de floración es el causante de algunas pérdidas de rendimiento. No es recomendable emplear insecticidas en esos momentos para controlar los gusanos de la cápsula del algodonero y el capullo del gusano supervivientes en las variedades de Bollgard debido a la razón costo-beneficio. Los niveles de Cry1Ac normalmente se expresan de 1 a 3 partes por millón, mientras que la Cry2Ab en las variedades Bollgard II se expresan de 7 a 19 partes por millón. Una dosis más elevada de toxinas en forma de Bollgard II salvará a la planta de pérdidas bien avanzada la temporada. Variabilidad en la cantidad de Cry1Ac La cantidad de Cry1Ac, que es diferente en distintas partes de la planta, tiene mucho que ver con la capacidad de la planta de resistir a las plagas de interés. Greenplate et al (2000) y muchos otros han emprendido estudios con el fin de investigar si la cantidad de la proteína Cry1Ac permanece igual en todas las partes de la planta a lo largo de toda la estación de cultivo. También examinaron el efecto de la ubicación de la cantidad de la toxina en la misma variedad. Un promedio de doce ensayos en nueve estados de los Estados Unidos reveló que los sitios ambientales, el tiempo de muestreo y los tipos de tejido contri- 5 buyen de manera significativa a la variabilidad entre los niveles de Cry1Ac dentro de la misma variedad. Se halló que las partes terminales tenían más Cry1Ac al compararlas con los capullos inmaduros y las cápsulas. Cry1Ac en los tejidos de la planta Tejido Terminales Capullos inmaduros Cápsulas µ/g peso seco 22,3 14,1 17,1 Se halló que las plantas tienen una expresión máxima de Cry1Ac cuatro semanas después de la etapa en que los capullos inmaduros tienen el tamaño de una cabeza de alfiler. La concentración media de Cry1Ac en el interior de determinados tejidos, si bien es variable de un muestreo a otro, no mostró una tendencia específica a aumentar o a disminuir con el tiempo. El estudio sugirió que tejidos similares de edad fisiológica igual pudieran expresar Cry1Ac en niveles cercanos a la media específica del tejido/edad durante todo el ciclo fructífero. Se verificó que el efecto ambiental era significativo en la expresión de Cry1Ac. La variación entre las localizaciones de sitios fue mucho mayor en comparación con la variación entre tejidos y la edad de estos. La variación entre los doce ensayos fluctuó entre 7,4 microgramos por gramo (µ/g) de peso seco y 31,5 µ/g de peso seco. La experiencia australiana con el Bollgard II En 2002/03 se llevaron a cabo estudios en Bollgard II en Australia. Se evaluó la cantidad de toxina expresada en los frutos y otras partes de la planta para determinar los efectos adicionales del segundo gen Bt. Los ensayos revelaron que los genotipos de Bollgard II tenían de dos a tres veces más cantidad de la toxina en las hojas terminales que el Bollgard. Los genotipos de Bollgard como promedio expresaron la toxina Cry1Ac en 27 µ/g de peso seco, en comparación con 150 µ/g en Bollgard II. Los investigadores evaluaron también la expresión de la toxina en el capullo de la flor en dos tipos de algodones transgénicos. Es más importante tener una expresión de proteína más alta en las partes florales que en las hojas debido a que los insectos de interés atacan las partes florales. Se sabe que las variedades Bollgard tienen mayores niveles de toxina en las hojas que en los capullos inmaduros. Los datos australianos mostraron que, como promedio, las variedades Bollgard producían la mitad de la cantidad de proteína en los capullos inmaduros que en las hojas (27 contra 50 microgramos). Por el contrario, los genotipos Bollgard II producían más proteína en los capullos inmaduros que en las hojas. La retención en la primera posición en las variedades Bollgard II era también superior en comparación con Bollgard. En Australia y Nueva Zelanda no se aprueba para la venta como alimento ningún producto obtenido por ingeniería genética a menos que sufra una evaluación de inocuidad por 6 ICAC RECORDER las Normativas Alimenticias de Australia Nueva Zelanda (Food Standards Australia New Zeland). Se concede la aprobación sólo si se determina que el alimento obtenido por ingeniería genética es tan inocuo y saludable para consumo humano como su contraparte producida del modo convencional. Luego de evaluar los productos derivados de Bollgard II, Normativas Alimenticias de Australia Nueva Zelanda los halló inocuos para consumo humano y aprobó la venta de aceite y borra del algodón Bollgard II conteniendo genes que confieren al algodonero protección contra insectos. Australia decidió también que los productos alimenticios que contienen aceite y borra derivados del algodón Bollgard II quedarían exentos de los requisitos para etiquetar como GM (modificado genéticamente) salvo que un ADN y/o proteína nueva se hallara en el alimento final. Ensayos con Bollgard II en los Estados Unidos Bollgard II ha sido evaluado extensamente en EE.UU. durante cuatro años. La comparación incluyó Bollgard II con Bollgard, variedades no Bt rociadas y sin rociar. Los ensayos fueron realizados en la Universidad del Estado de Luisiana durante 1999/00 y 2000/01. Los lotes rociados recibieron aplicaciones semanales (desde inicios de julio hasta mediados de agosto) de un insecticida para el control de las orugas; los demás lotes no recibieron aplicaciones de insecticidas para el control de las orugas. Todas las demás plagas de insectos se controlaron en caso de necesidad y se hicieron aplicaciones durante todo el ensayo. El daño causado por los insectos se evaluó semanalmente de comienzos de julio hasta mediados de agosto. El indicio más fuerte del efecto de Bollgard II se manifestó como daño mucho menor a los capullos inmaduros. Cuando hay menor daño a los capullos inmaduros se forman más cápsulas, lo que redunda en mayores rendimientos. Los datos sobre los rendimientos mostraron que durante los dos años, Bollgard II tuvo mayores rendimientos que Bollgard y otras variedades que participaron en los ensayos. Los datos a continuación indican que incluso usándose genes Bollgard o Bollgard II para proteger contra la pérdida de frutos, en Bollgard de todos modos hay una cierta pérdida aunque es muy inferior. Las variedades no Bt fumigadas con insecticidas según la necesidad, sufrieron daños de hasta el 6,2% los capullos inmaduros. El daño causado por los gusanos de la cápsula del algodonero potencia el daño a los capullos inmaduros, ya que los capullos más dañados ni siquiera se podrán convertir en cápsulas. Daño a los capullos inmaduros en ensayos realizados en EE.UU. en 2000/01 Bollgard II Bollgard No Bt rociado No Bt sin rociar 0,7% 1,7% 6,2% >15% Los informes indican que la flor del algodonero atrae a los gusanos de la cápsula del algodonero más que los capullos inmaduros, las yemas florales o las cápsulas. Según Gore et al (2001), durante 1996/97, el primer año del algodón Bollgard en los Estados Unidos, se encontró un gran número de larvas del gusano del grano Helicoverpa zea alimentándose de las flores blancas en muchos campos de Bollgard por todos los Estados Unidos. Se dispone de escasa información acerca del porqué las larvas de gusano del grano se observan con más frecuencia en las flores blancas, pero pudiera tener que ver con la cantidad de toxinas que tienen las flores blancas en comparación con otras partes. El valor nutritivo de la flor pudiera también atraer más larvas de gusanos del grano. Gore et al (2001) compararon la forma convencional con las formas Bollgard y Bollgard II de DP 50. Se criaron las larvas de gusano del grano en el laboratorio. Se recogieron partes de las flores del campo y se depositaron las larvas del gusano en pequeños platos Petri para que se alimentaran de las partes de las flores. En cada plato Petri de 9,0 cm se colocaron cinco larvas. Se midió la mortalidad de las larvas luego de 24, 48 y 72 horas de haber sido colocadas en el plato. El cuadro de la página siguiente indica que la supervivencia de los gusanos de la cápsula del algodonero varió entre las partes florales luego de 24, 48 y 72 horas de colocarse las larvas en los platos Petri. La supervivencia de los gusanos de la cápsula fue mínima en las brácteas, seguidas de los capullos inmaduros y los pétalos. Las anteras de los capullos inmaduros y las de las flores mostraron una mayor supervivencia transcurridas 24, 48 y 72 horas de colocarse las larvas en los platos Petri. Se observó la misma tendencia en las tres variedades. Al compararse las variedades se vio que el gen Bollgard II permite la menor supervivencia de las larvas, sobre todo después de 48 y 72 horas de haberse colocado las larvas. Después de 72 horas de colocadas, sólo el 6% de las larvas del gusano de la cápsula del algodonero sobrevivió en las brácteas de Bollgard II, en comparación con el 63% y el 50% de supervivencia en las anteras de la flor y las de los capullos inmaduros, respectivamente, durante igual intervalo de tiempo. La tasa de supervivencia disminuyó del 79,2% al 63,8% y 32,6% en el algodón convencional, el Bollgard y el Bollgard II, respectivamente, después de 72 horas de colocadas las larvas. Cualquiera que sea la razón, los resultados muestran claramente que las larvas de gusanos de la cápsula prefieren determinados sitios de alimentación en el algodonero, siendo el de mayor preferencia las anteras florales seguidas de las anteras de los capullos inmaduros. Los factores bioquímicos asociados a las brácteas florales las hacen las menos preferidas. Cuando se emplea la tecnología del gen Bt, es importante elevar la concentración de la toxina en las anteras a fin de controlar el gusano de la cápsula con efectividad. Parece haberse seguido el mismo enfoque con la tecnología de Bollgard II. El algodón transgénico puede considerarse útil desde perspectivas diferentes pero su éxito depende de las condiciones de cultivo y el beneficio resultante podría ser una menor con- MARZO 2003 7 aquí mencionado. A la misma conclusión llegaron Akin et al Promedio (2003) en sus estudios en DP 50 BII Mississippi. Akin y sus cole(Bollgard II) gas recolectaron cápsulas de 89 84,0 99 99,0 la primera y de la segunda po99 99,0 sición comenzando por el sép100 99,3 97 92,7 timo nódulo hasta el diecinue97 ve en las variedades Bollgard 29 51,0 81 88,7 y Bollgard II. Utilizando la téc88 94,7 nica de la prueba de 72 89,0 38 65,0 inmunoabsorción enzimática 62 (ELISA), midieron la toxina Bt 6 24,0 36 61,3 por separado como Cry1Ac y 63 83,7 Cry2Ab. Los datos arrojaron 50 79,7 8 44,0 que la proteína Cry1Ac alcan33 zaba su nivel más elevado en las cápsulas de la primera y de la segunda posición en el noveno nódulo. Las cápsulas de la primera y la segunda posición en el quinto nódulo contenían cerca de 5 ppm de Cry1Ac comparados con alrededor de 7 ppm en el noveno nódulo. La concentración de la proteína Cry1Ac empezaba a descender después del noveno nódulo y caía a cerca de 4 ppm en el decimoséptimo nódulo. La concentración era ligeramente superior en todos los nódulos en las cápsulas de la primera posición en comparación con las de la segunda posición en los mismos nódulos. Se observó una tendencia similar para la Cry2Ab en los nódulos del séptimo al decimoséptimo. La mayor concentración se halló en el noveno nódulo, más de 7 ppm, la que luego cayó a 5 ppm en las cápsulas de la primera posición y a 4 ppm en las cápsulas de la segunda posición en el decimoséptimo nódulo. El trabajo indicó que la concentración individual de Cry1Ac y Cry2Ab disminuiría en las variedades Bollgard II de toxina dual. Sin embargo, la concentración de las toxinas Bt juntas en las variedades Bollgard II sería el doble de la concentración que se encuentra en las variedades Bollgard. Se llegó a la conclusión de que las cápsulas de la misma edad fenológica tendrían la misma concentración de toxinas en las variedades Bollgard II. Esa conclusión confirma que los factores ambientales mantendrán su importancia en la expresión de las toxinas en el algodón. Pero queda por ver el efecto la merma en la expresión de las toxinas sobre la supervivencia de las plagas de interés. Supervivencia del gusano de la cápsula del algodonero en las partes florares en algodones convencionales, Bollgard y Bollgard II Horas Estructural floral DP 50 convencional Variedades DP 50B (Bollgard) 24 Brácteas Pétalos Anteras florares Anteras de capullos inmaduros Capullos inmaduros Promedio 83 98 98 98 85 92 80 100 100 100 96 95 48 Brácteas Pétalos Anteras florares Anteras de capullos inmaduros Capullos inmaduros Promedio 67 95 98 98 80 88 57 90 98 97 77 84 72 Brácteas Pétalos Anteras florares Anteras de capullos inmaduros Capullos inmaduros Promedio 48 81 95 97 75 79 18 67 93 92 49 64 taminación ambiental. Allen et al (2000) estudiaron la eficacia de las variedades de algodón Bollgard II contra los gusanos que se alimentaban del follaje y del fruto. Informaron que, según un trabajo de Michael R. Williams presentado en la Conferencia de la Faja Algodonera (Beltwide Cotton Conferences) del 2000 del Consejo Nacional del Algodón de América, las pérdidas de algodón ocasionadas por las plagas de orugas no descendieron en los Estados Unidos desde la salida de las variedades Bt entre 1996 y 1999. Como promedio, las pérdidas debidas a las orugas permanecieron cerca del 4,5% de 1996 a 1999, casi iguales a las existentes antes de la introducción del algodón Bt. En sus propios estudios, Allen et al (2000) pusieron de manifiesto que las variedades de Bollgard II mostraban un número muy inferior de la gardama, de la oruga del tabaco, del gusano gris de la col y del gusano de la soja que las variedades Bollgard y no Bt. Por ende, todo parece indicar que la tecnología Bollgard II podría reducir las pérdidas causadas por las orugas en los Estados Unidos. Bollgard II se ha probado no sólo en granjas experimentales sino también en condiciones de terreno para llegar a expectativas realistas acerca de la posible idoneidad de esta nueva tecnología en el algodón transgénico. Bacheler y Mott (2003) emprendieron estudios durante tres años, del 2000 al 2002, y llegaron a la conclusión de que las variedades Bollgard II requerían tratamientos infrecuentes para el control de las orugas en Carolina del Norte y observaron que los campos de Bollgard II presentaban una población mayor de chinche hedionda debido a que se rociaban, como promedio, menos de una vez por temporada. Muchos estudios han demostrado que la cantidad de toxina que produce el gen Cry1Ac en Bollgard desciende hacia el final de la madurez de la planta y de la temporada del cultivo. En esas etapas, si un gran número de cápsulas todavía son vulnerables al ataque de las orugas, pudieran requerirse aplicaciones de insecticidas, según el trabajo de Gore et al (2001) La acción aditiva de los dos genes Bt fue demostrada por Catchot y Mullins (2003) en función del daño a los capullos inmaduros y las cápsulas y los rendimientos de fibra en las pruebas de sistemas. Ellos ensayaron la variedad Bollgard II contra su línea isogénica Bollgard y contra una variedad convencional isogénica en muchos lugares con diferentes tratamientos, que denominaron tratamientos de sistema. En los ensayos sin rociado no se aplicó tratamiento alguno contra los insectos lepidópteros durante toda la temporada. Sin embargo, cuando los insectos no lepidópteros alcanzaron niveles de umbral, se roció toda la superficie experimental con un 8 ICAC RECORDER ra de 2002 por D. S. Brickle y A. L. Catchot, de Monsanto, Rendimiento No. de cápsulas acerca de un ensayo similar de fibra (kg/ha) dañadas (%) realizado en 2001, demostró también que Bollgard II pro8,66 902 ducía mayores rendimientos 2,00 1.137 0,15 1.185 y proporcionaba un control 8,16 833 más eficaz contra el gusano 3,25 941 de la cápsula, el gusano de 0,60 1.001 la acelga y el gusano gris de 7,93 870 la col que el Bollgard. Las 2,40 1.047 variedades Bollgard II a las 0,33 1.100 que no se les aplicó tratamiento contra las plagas de lepidópteros promediaron 103 kg/ ha de fibra más que las variedades Bollgard que no recibieron tratamiento contra los lepidópteros. Los datos recopilados sobre los genotipos Bollgard II, Bollgard y convencionales en condiciones de ausencia de rociado contra larvas de la gardama arrojaron 0,1; 9,6 y 10,2 larvas por metro de hilera. Datos similares para el gusano de la soja mostraron 0,4; 8,0 y 10,7 larvas por metro de hilera respectivamente en las variedades Bollgard II, Bollgard y convencionales. Efectos de los genes Bt rociados y sin rociar Tratamiento de insecticida Genotipo No. de gusanos del algodón adultos por ha. (%) Pruebas sin rociar No-Bt Bollgard Bollgard II 11,24 2,47 0,52 Pruebas de sistemas No-Bt Bollgard Bollgard II 7,31 1,55 0,79 Promedio No-Bt Bollgard Bollgard II 9,37 1,95 0,53 producto insecticida de poca o ninguna actividad contra los lepidópteros. En los ensayos de sistema, se manejó cada variedad por separado conforme al umbral de lepidópteros en las diversas etapas de desarrollo. Pero, al igual que con los ensayos sin rociar, se fumigó toda la superficie con los insecticidas apropiados, de poca o ninguna actividad contra los lepidópteros. En este cuadro se muestran los datos correspondientes al daño medio por temporada a capullos inmaduros y cápsulas y al rendimiento de fibra. Según Catchot y Mullins (2003), el promedio de todos ensayos sin rociado (no fumigados contra lepidópteros) que ellos llevaron a cabo en la parte centro-meridional y oriental de Texas en los Estados Unidos arrojó un 0,52% y un 0,15% de daño a capullos inmaduros y cápsulas en Bollgard II comparado con un 2,47% y un 2,0% en el caso de Bollgard, y un 11,24% y un 8,66% en el caso de las líneas isogénicas no Bt. La protección de Bollgard II contra los lepidópteros produjo un rendimiento superior en 317 kg/ha al de la no Bt, y en 53 kg/ha al de la línea Bollgard. Se observó una tendencia similar en los ensayos de sistema, pero el margen de rendimiento sobre el algodón no Bt descendió debido a la protección de este tipo de algodón contra los lepidópteros. Bollgard II manifestó un mayor rendimiento que los progenitores recurrentes no Bt y Bollgard. Un informe presentado en la Conferencia de la Faja Algodone- Rendimiento de fibra en algodones no Bt, BG y BG II Kg/ha 4000 Los datos de los ensayos sobre rendimientos comparativos entre las variedades no Bt, Bollgard y Bollgard II son siempre variables, sobre todo debido al complejo de plagas. Suponiendo que no haya ningún ataque de plaga y que las tres variedades no Bt, Bollgard y Bollgard II, se hubieran cultivado en las mismas condiciones agronómicas, no habría diferencia en el rendimiento. Pero mientras mayor es la presión de las plagas de interés, más significativa es la diferencia en el rendimiento. La diferencia en el rendimiento también puede reflejarse como función de las aplicaciones de insecticidas que se requieren para controlar las cápsulas-objetivas y los capullos de los gusanos basándose en sus umbrales. En una situación de esa índole, la diferencia en rendimiento entre las variedades convencionales no rociadas y las rociadas se supone que es muy alta. Se podría ver una tendencia similar entre una variedad convencional rociada, la Bollgard no rociada y la Bollgard II no rociada. Los datos que figuran en el cuadro (Sherrick et al 2003) se limitan a condiciones en la región del sudeste de los Estados Unidos, pero indican claramente el impacto de una sola toxina del gen Bt y el efecto combinado de dos proteínas en condiciones de fumigación y no fumigación en comparación con una variedad convencional en condiciones de fumigación y no fumigación. 3000 Gardama 2000 1000 0 Convencional Bollgard Sin rociar Rociado Bollgard II Una de las ventajas del gen Bollgard II es la resistencia a la gardama Spodoptera exigua que se alimenta primordialmente de las hojas de la planta. Estudios previos en variedades Bt han demostrado variabilidad en la expresión de la toxina en diversas partes de la planta. Las mismas partes de la planta contienen cantidades variables de la toxina en las diversas etapas de desarrollo. La expresión de la toxina disminuye en MARZO 2003 las hojas terminales durante la temporada y también entre las hojas a medida que envejecen. Por lo tanto, cabe temer que los insectos de interés encuentren niveles bajos de proteína a medida que desciendan por la planta y aumenten sus posibilidades de sobrevivir un poco más de tiempo, y hasta de escapar. Durante ese período, continuarán los daños. Sparks y Norman (2002) estudiaron la supervivencia de las larvas de la gardama en hojas jóvenes y viejas que contenían la toxina Bt. Sembraron tres variedades en Texas, DPL 5415 (sin gen Bt), NuCotton 33B (gen Bollgard) y NuCotton 33BII (gen Bollgard II). Los estudios se llevaron a cabo en el laboratorio sobre muestras de hojas recolectadas en el campo en cultivos de 86 días obtenidas en cuatro ubicaciones distintas de la planta: la tercera, la sexta, la novena y la duodécima hoja a partir de la terminal principal. Los estudios de bioensayo se realizaron empleando larvas de un día. Diecinueve días después, se recolectaron muestras y se realizaron bioensayos con larvas de cinco días. Se recolectaron muestras de hojas de cinco plantas distintas para cada una de las cuatro repeticiones por variedad y se utilizaron colonias de gardamas criadas en laboratorio. Se cortaron las hojas en discos de 7/8 de pulgada y se situaron en vasos plásticos. Se colocó una larva de gardama sobre el disco y se controló la mortalidad cada dos días. En cada verificación, se proporcionaba a las larvas supervivientes una muestra de hoja fresca. Se registraron los datos durante diez días para las larvas de un día y durante ocho días para las larvas de cinco días. Se pesaron las larvas supervivientes para determinar su capacidad de tolerar las dosis de toxina. 9 que el peso de las larvas supervivientes fuera mucho más bajo que el de las larvas en otras variedades. Los datos promedio para las tres variedades muestran que las larvas supervivientes en la variedad no Bt eran las de mayor peso. Las larvas de un día mostraron la mortalidad mínima en las hojas de la tercera posición y un aumento lineal de la mortalidad con el aumento en la edad de las hojas. Se obtuvieron resultados similares con las larvas de cinco días, cuya mortalidad aumentó del 3,3% en las hojas situadas en la tercera posición al 26,7% en las hojas en la duodécima posición después de ocho días de alimentación. El peso de las larvas supervivientes al cabo de diez y de ocho días mermó a medida que aumentaba la edad de la hoja. El cuadro de abajo revela que los efectos de la interacción entre la variedad y la edad de la hoja son significativos lo mismo con larvas de un día que de cinco días. Las larvas de un día presentaron alguna mortalidad incluso en ausencia de la toxina, pero todas las larvas de la gardama de cinco días sobrevivieron cuando se alimentaron durante ocho días de una variedad no Bt y también de una variedad Bt portadora solamente del gen Cry1Ac. El 76,6% de las larvas de la gardama murieron luego de ocho días en las hojas de Bollgard II. Sólo el 10% de las larvas de cinco días que se alimentaban de hojas en la tercera posición murieron a causa de Cry2Ab (Bollgard II), lo que indica que el extremo terminal es la ubicación más probable para que puedan sobrevivir las larvas de la gardama. Harris et al (2002) realizaron estudios de terreno durante tres años, comenzando en 1999, en Bollgard y Bollgard II contra gusanos de la cápsula del algodonero y otros insectos en condiciones de fumigación y no fumigación en el estado de Mississippi, y midieron el daño a la fibra ocasionado por diversas plagas. Los lotes rociados recibieron dos tratamientos contra orugas mientras que los sin rociar recibieron cinco tratamientos contra chinches de algodoneros dañados. Los datos sobre el daño causado por las larvas de la gardama al alimentarse de las hojas por cada segmento de 9,14 metros se registraron en tres etapas. En cada etapa, la variedad no Bt y la variedad Bt mostraron daños que oscilaban entre 0,8 y 5,8 en Los resultados revelaron que dos días después de colocar las larvas sobre las hojas, la mortalidad en cada prueba (larvas de un día y de cinco días) fue baja y que por lo general siguió siendo baja en el caso de las hojas jóvenes de DPL 5415. De ese modo se confirmó que la mortalidad en las etapas avanzadas es consecuencia de la toxina Bt y no de los efectos que ejercen el manejo y las enfermedades sobre las colonias. Los datos revelaron que la presencia o ausencia y tipo de la proteína Cry y la edad de la hoja ejercían un efecto significativo sobre la mortalidad y el peso de las larvas al cabo de diez días de alimentación. Los Efecto en la mortalidad de la gardama según la edad de la hoja y la variedad datos promedio de todas la edades de las Mortalidad (%) hojas arrojaron que el 88,3% de las larvas Larva de un día Variedad Hojas terminales Larva de cinco días murieron después de diez días cuando se (Alimentación durante 10 días) (Alimentación durante 8 días) colocaron larvas de un día sobre las hojas de Bollgard II, en comparación con el DPL 5415 3 1,7 0,0 20,4% sobre hojas de Bollgard, y sólo el 6 13,3 0,0 12,9% sobre la variedad no Bt. Las larvas 9 1,7 0,0 12 35,0 1,7 de cinco días podían tolerar mejor una alta dosis de toxina Cry2Ab, y sólo el 46,3% NuCotton 33B 3 18,3 0,0 6 0,0 0,0 de las larvas murieron después de ocho 9 35,0 0,0 días en las hojas de Bollgard II en compa12 28,3 1,7 ración con una mortalidad de menos del NuCotton 33B II 3 65,0 10,0 1% en las variedades Bollgard y no Bt. El 6 88,3 26,7 gen Bollgard II causó la muerte a un por9 100,0 71,7 12 100,0 76,7 centaje superior de larvas y además hizo 10 ICAC RECORDER Peso promedio de la supervivencia de las larvas del gusano de la cápsula del algodonero (gr) Parte de la planta DP 50 DP 50B DP 50BII Hoja grande Hoja terminal Capullos inmaduros Brácteas Cáliz Pétalo Anteras Ovulo Cápsula pequeña 77,3 63,5 48,8 80,8 83,8 56,2 39,3 25,0 26,5 27,8 19,0 12,6 28,8 25,5 16,7 14,7 8,9 11,1 6,1 5,7 3,4 10,5 12,5 5,4 5,6 3,2 3,6 55,6 18,3 6,2 Promedio condiciones de rociado y entre 1,0 y 4,5 en ausencia de rociado. El grado del daño fue casi el mismo en la variedad Bollgard rociado y sin rociar. La variedad Bollgard II no mostró daño alguno a causa de la gardama en ninguna de las etapas habiéndose revisado los campos tres veces durante la temporada. El daño causado por las larvas de la gardama al alimentarse de hojas por cada 9,14 metros fue cero. Sivasupramaniam et al (2003) realizaron estudios similares y compararon el efecto de la alimentación en diversas partes de la planta sobre el peso del gusano de la cápsula del algodonero. Las partes vegetativas y florales se incluyeron como material alimenticio y las variedades que se emplearon fueron tres isolíneas: DP 50, DP 50B y DP 50BII. Diversos tejidos de la planta como los que aparecen en la tabla que figura a continuación se liofilizaron, se pulverizaron en partículas finas y se emplearon en todos los ensayos. Se realizaron ensayos ELISA y bioensayos cuantitativos con la oruga del tabaco para estudiar el perfil de expresión. Se verificó la actividad frente a las larvas de gusano de la cápsula del algodonero utilizando un ensayo basado en una dieta, donde el tejido en agar recubrió la dieta (2% de tejido en 0,2% de agar), y se infestó con las larvas del primer instar. Se registraron los datos siete días después de la infestación. Los datos del ELISA y del bioensayo cuantitativo mostraron que todos los tejidos que se investigaron expresaron Cry1Ac sola o en combinación con Cry2Ab en todas las partes de la planta. Sin embargo, como se analizó arriba en el presente trabajo, la cantidad de proteína era diferente en las diversas partes de la planta. Los resultados del análisis del bioensayo cuantitativo mostraron que el perfil de expresión de las proteínas en nueve partes diferentes de la planta fue similar en ambos tipos de transgénicos. Bollgard mostró la mayor cantidad de Cry1Ac en la hoja terminal seguida de los pétalos y las anteras. Bollgard II también arrojó la mayor cantidad de Cry2Ab en las hojas terminales. Se vio, sin embargo, que los capullos inmaduros presentaban una alta cantidad de Cry2Ab. El análisis ELISA arrojó la mayor cantidad de Cry1Ac en las hojas terminales. Sin embargo, la prueba ELISA mostró la mayor cantidad de Cry2Ab en los óvulos, al menos el doble que en muchas otras partes y diez veces más que en el cáliz. El peso de los gusanos de la cápsula del algodonero que sobrevivieron en esas partes de la planta varió. En general, DP 50 produjo las larvas de gusano de la cápsula del algodonero más saludable, seguida de Bollgard. Las larvas del gusano de la cápsula del algodonero que sobrevivieron en la variedad Bollgard II fueron las de menor peso. Ninguna de las larvas que sobrevivieron en Bollgard II logró sobrevivir más allá del segundo estado larval o siete días posteriores a la infestación. Interacción entre dos toxinas Cry1Ac y Cry2Ab son toxinas proteicas capaces de interactuar para afectar el desempeño de una o ambas toxinas. Monsanto ya ha emprendido estudios acerca de este tema y Greenplate et al (2002) informaron que no se produce interacción entre las dos proteínas Cry. Los investigadores diseñaron un estudio para cuantificar la bioeficacia del algodón Cry1Ac/Cry2Ab (Bollgard II) y la compararon con el desempeño del algodón Cry1Ac (Bollgard) en el ensayo con la oruga del tabaco Heliothis virescens. Se emplearon tres isolíneas de una variedad dotadas sólo de Cry1Ac, sólo de Cry2Ab y de Cry1Ac+Cry2Ab para determinar la contribución relativa de cada toxina a la eficacia total del Bollgard II. A la vez, se estudió la característica de la interacción (sinérgica, antagónica o aditiva) de cada toxina en el algodón con las dos toxinas. Se empleó Cry1Ac purificada como patrón de comparación. El cuadro muestra los datos acerca de la cantidad de proteínas Cry en las tres isolíneas individuales. La línea Bollgard II contenía una cantidad aditiva simple de Cry1Ac y Cry2Ab según las mediciones individuales realizadas en dos isolíneas diferentes. Los resultados mostraron que la suma de Cry2Ab con Cry1Ac en el algodón generaba un aumento significativo y altamente uniforme en su bioactividad frente a los lepidópteros. La actividad frente a los lepidópteros en el ensayo cuantitativo con H. virescens resultó de 3 a 6 veces más alta en el algodón con los dos genes. Al aplicar el ensayo de inmunoabsorción enzimática en todas las muestras liofilizadas de las plantas empleadas en el estudio, se pudo confirmar que ninguna de las dos toxinas se vio influida por la presencia de la otra. Los resultados del ELISA confirmaron que el nivel de cada toxina en la isolínea con los dos genes es idéntico al nivel detectado en la isolínea de un solo gen. Cantidad de proteínas Cry en tres isolíneas (mg/g de peso seco) Isolíneas Cry1Ac 2 genes Cry2Ab Cry1Ac Cry2Ab 7,2 7,0 0,0 0,0 412,0 417,7 Jackson et al (2003) estudiaron la producción de la población del gusano del grano Helicoverpa zea y los daños resultantes para las cápsulas de los algodones Bollgard y Bollgard II en comparación con la variedad convencional en condiciones de rociado y sin rociar. Las pruebas se realizaron en tres sitios de Carolina del Norte y los resultados se presentaron en la Confe- MARZO 2003 11 comendada de sembrar un cultivo en refugio se continuará aplicando para Bollgard II y BoParte de la planta Análisis ELISA Bioensayo cuantitativo llgard. El objetivo fundamental del cultivo en refugio es demorar el desarrollo de la resistenBollgard Bollgard II Bollgard Bollgard II cia a la toxina Bt. Persiste el temor de que los Hoja grande 0,9 419 21,3 200 insectos de interés pudieran desarrollar resisHoja terminal 8,3 372 36,1 263 tencia a ambas toxinas a la vez. Por ello se esCapullo inmaduro 4,8 642 21,6 221 pera que con la aprobación de la tecnología de Bráctea 0,6 302 10,4 110 Cáliz 1,3 137 8,9 43 Bollgard II pudiera aumentarse la superficie Pétalos 5,6 380 34,5 90 sembrada con genes Bt. La razón fundamental Anteras 5,8 583 24,5 68 del aumento de la superficie podría ser el auOvulo 4,5 1243 22,3 170 mento en la gama de insectos que controla Cápsula pequeña 5,0 792 22,6 198 Bollgard II frente a Bollgard. Dado que una Promedio 4,1 541,1 22,5 151 superficie superior atraería un mayor número de plagas de interés de Bollgard más Bollgard rencia de la Faja Algodonera de 2003. Se cultivó DP50 en forma II, más agricultores se interesarán en Bollgard II. Las zonas pura, y en forma de Bollgard y Bollgard II en todos los sitios. algodoneras que gozarán de mayor beneficio en los Estados Como parte del tratamiento con insecticidas se hicieron aplica- Unidos serán las afectadas por el gusano gris de la col y el ciones de aldicarb (Temik) en el surco para el control de los gusano de la acelga, como Georgia y Mississippi. insectos chupadores en la primera parte de la temporada, una Bollgard II será suministrado a los cultivadores por Delta and aplicación a mediados de temporada para el control de la chin- Pine Land Company y Stoneville Pedigree Seed Company en che del algodonero y la chinche hedionda, y dos aplicaciones los Estados Unidos y estará en la etapa de ventas en escala de un insecticida idóneo para el control suplementario del gu- comercial, llamada etapa de multiplicación de semillas, en 2003/ sano de la cápsula del algodonero. Las restantes operaciones 04. La semilla producida permitirá su adopción en gran escala agronómicas se realizaron de conformidad con las recomenda- en 2004/05. En la presente etapa, parece que sólo dos variedaciones para la zona. des de Delta and Pine Land, la DP 424 BGII/RR y la DP 468BGII/ Proteínas Cry1Ac y Cry2Ab en dos isogramas (µg/g de peso seco) Según los autores, la temporada 2002/03 en Carolina del Norte estuvo caracterizada por una alta presión del gusano de la cápsula del algodonero. En los lotes menores se tomaron los datos del gusano de la cápsula del algodonero en estado larval, pupal y adulto, así como los daños causados a las cápsulas. Los datos fueron convertidos a una base por hectárea. Los investigadores determinaron que, como promedio, resultaron dañadas 400.000 cápsulas por hectárea en el DP50 en condiciones de rociado, en comparación con 190.650 cápsulas en el Bollgard DP50 y solamente 23.315 cápsulas en el Bollgard II DP50. Los daños provocados por el gusano de la cápsula en Bollgard II en ausencia de rociado fueron 172 veces menores que en la misma variedad sin el gen Bt y 45 veces inferiores a los de la variedad Bollgard. Con las aplicaciones de insecticida se redujo marcadamente el número de cápsulas dañadas por el gusano de la cápsula: 142.814 cápsulas/ha en el DP50; 35.530 cápsulas/ha en el Bollgard DP50 y 2.464 cápsulas/ha en el Bollgard II DP50. Perspectivas para el Bollgard II Con la siembra del 77% de la superficie algodonera total con variedades transgénicas en 2002/03, los cultivadores de los Estados Unidos ya han colmado las posibilidades para el algodón transgénico. Sin embargo, sólo el 40% de la superficie total sembrada de variedades transgénicas contenía el gen Cry1Ac: 3% en forma pura y 37% en forma de paquete con el gen resistente a los herbicidas Roundup Ready. La norma re- RR, se sembrarán en unas 5.000 a 6.000 hectáreas cada una en 2003/04. Ambas variedades han sido mejoradas de Bollgard/ Roundup Ready a Bollgard II/Roundup Ready y ambas tendrán también el gen Bollgard. La variedad ST 5222B2 de Stoneville, disponible para la siembra en la temporada de 2003/ 04, no vendrá en forma de gen en paquetes. Sin embargo, Stoneville piensa introducir variedades de Bollgard II de genes en paquete con el gen Roundup Ready para la temporada de 2004/05. Mientras tanto, continuarán las pruebas en el terreno con otras variedades y Stoneville pudiera introducir más variedades en escala comercial para la temporada de 2004/05. Australia ha limitado la superficie dedicada al algodón Bollgard (llamado Ingard en Australia) al 30% de la superficie total desde la adopción de las variedades transgénicas en 1996/97. Australia pretendía sembrar 5.000 hectáreas de Bollgard II en 2002/03, sobre todo para la multiplicación de las semillas. En 2003/04 se sembrará Bollgard II en unas 50.000 hectáreas mientras que la superficie sembrada con Bollgard se reducirá en correspondencia. El plan de Australia es reemplazar todo el algodón Bollgard con variedades Bollgard II para 2004/05. Las tecnologías de Bollgard y Bollgard II continuarán en el mercado durante muchos años. Los países podrán tener sus propias razones específicas, pero el costo es uno de los impedimentos a la extensión acelerada de la tecnología de la ingeniería genética. Se espera que con la identificación y adopción de nuevos genes resistentes a los insectos un número mayor de países tenga acceso a los genes más antiguos. 12 El costo tecnológico del Bollgard II Las variedades Bollgard tienen la capacidad de controlar un espectro más amplio de lepidópteros y, en consecuencia, pueden producir ahorros en insecticidas. El aumento en los ahorros dependerá de la población de insectos de interés que deba controlarse. Bollgard brinda mejor control del gusano de la acelga Spodoptera frugiperda, la gardama Spodoptera exigua, el gusano gris de la col Trichoplusia ni y el gusano de la soja Pseudoplusia includens. Por lo tanto, si esas plagas no constituyen una seria amenaza, el Bollgard II podrá no producir ningún ahorro, ya que el gen Bt adicional entrañaría un costo superior para los agricultores. Monsanto ha fijado el costo tecnológico del Bollgard II en US$99/ha, que, como ya se ha dicho, dependerá de la tasa variable de la distribución de la semilla dependiendo del peso de la misma («variable seed-drop rate») en los EE.UU., como sucedió con el algodón Bt. Los cultivadores que se decidan por el Bollgard II pagarán el mismo costo tecnológico, independientemente del tamaño/tasa de la distribución de la semilla que se emplee para sembrar una superficie determinada. El costo tecnológico del algodón Bollgard en los Estados Unidos es de US$79/ha y menor en los estados donde el ahorro por concepto de insecticidas es más reducido. Se supone que el costo de la tecnología para Bollgard II también variará de un estado a otro en los EE.UU. En el pasado, Monsanto le ha cobrado más a los cultivadores de algodón australianos por la misma tecnología que se ofrece a los agricultores de los Estados Unidos porque el ahorro por concepto de insecticidas en Australia es superior. Se supone que con Bollgard II se siga la misma filosofía. Referencias Akin, D. S., Layton, M. B., Stewart, S. D. and Adamczyk, Jr., John J. 2003. Profiling expression of Cry2Ab in bolls of cotton expressing two toxins of Bacillus thuringiensis var. Kurstaki. Proceedings of the 2003 Beltwide Cotton Conferences, National Cotton Council of America, Nashville, TN 38182, USA. Allen, Charles T., Kharboutli, Marwan S., Capps, Charles and Earnest Larry D. 2000. Effectiveness of Bollgard II cotton varieties against foliage and fruit feeding caterpillars in Arkansas. Proceedings of the 2000 Cotton research Meeting and Summaries of Cotton research in Progress, University of Arkansas, Special Report 198, September 2000. Bacheler, Jack S. and Mott, Dan W. 2003. Efficacy of Bollgard II cotton under non-enhanced agronomic conditions in North Carolina, 1996-2002. Proceedings of the 2003 Beltwide Co- ICAC RECORDER tton Conferences, National Cotton Council of America, Nashville, TN 38182, USA. Gore, J., Leonard, B. R. and Adamczyk, J. J. 2001. Bollworm (Lepidoptera: Noctuidae) survival on “Bollgard and “Bollgard II” cotton flower bud and flower components. Journal of Economic Entomology, 94(6): 1445-1451. Greenplate, John, Penn, S. R., Mullins, J. Walter and Oppenhuizen, Mark. 2000. Seasonal Cry1Ac levels in DP50B: The “Bollgard” basis for Bollgard II. Proceedings of the 2000 Beltwide Cotton Conferences, National Cotton Council of America, Nashville, TN 38182, USA. Greenplate, John, Penn, Stephen, Dahm, Andrew, Reich, Barbara, Osborn, Jason and Mullins, Walt. 2002. Bollgard® II: Dual toxin expression and interaction. Proceedings of the 2002 Beltwide Cotton Conferences, National Cotton Council of America, Nashville, TN 38182, USA. Harris, F. A., Creech, J. B., Robbins, J. T., Sudbrink, Jr. D. L. Furr, R. E. and English, P. J. 2002. Coton bollworm and other insect pests in Bollgard® and Bollgard® II, Mississippi Delta 2001. Proceedings of the 2002 Beltwide Cotton Conferences, National Cotton Council of America, Nashville, TN 38182, USA Jackson, R. E., Bradley, J. R. and Van Duyn J. W. 2003. Bollworm population production and associated damage in Bollgard and Bollgard II cottons under insecticide-treated and non-treated conditions. Proceedings of the 2002 Beltwide Cotton Conferences, National Cotton Council of America, Nashville, TN 38182, USA. Sherrick, Stew, Pitts, Dan, Voth, Rich and Mullins, Walt. 2003. 2002 Bollgard II™ performance in the Southeast. Proceedings of the 2003 Beltwide Cotton Conferences, National Cotton Council of America, Nashville, TN 38182, USA. Sivasupramaniam, S., Ruschke, L. G., Osborn, J. A., Oppenhuizen, M. E., Mullins, J. W. Watson, K. G. and Mueller, G. 2003. Bollgard II: Improvements in efficacy and spectrum against Lepidopteran pests of cotton. Proceedings of the 2003 Beltwide Cotton Conferences, National Cotton Council of America, Nashville, TN 38182, USA. Sparks, A. N. Jr. and Norman, J. W. Jr. 2002. Effect of leaf age on efficacy of Bollgard II against Beet armyworm, Spodoptera exigua. Proceedings of the 2002 Beltwide Cotton Conferences, National Cotton Council of America, Nashville, TN 38182, USA. Turner, Donald. 2002. Bollgard II gets the nod. The Australian cottongrower, Volume 23, No. 5, P. O. Box 766, Toowoomba, Queensland 4350, Australia.