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Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa de la Santísima Virgen María Curso de la Divina Liturgia Tercera Clase: Liturgia de los Catecúmenos La Divina Liturgia Tercera Clase Elementos Liturgia de los Catecúmenos. – Bendito sea el Reino… ELEMENTOS Altar: Mesa y Trono - Cubo Reliquias Lc. 22:30 Evangelio En Orden desde la Resurrección Antimension: En lugar de la Mesa Antimension Cruz Tabernáculo Velas LA LITURGIA DE LOS CATECUMENOS Se llama así a la primera parte de la Divina Eucaristía, porque los catecúmenos sólo pueden participar de esta parte. ¿Quiénes son los catecúmenos? (del griego Katekhoumenos, el que se instruye) En los primeros siglos, la Iglesia ordenó que no se aceptara a ninguna persona sin el cumplimiento de condiciones que demostraran la sinceridad a Cristo, en épocas que esta sinceridad exponía a la persona a la persecución y martirio. Y cuando una persona quería ser cristiana, le manifestaba su deseo a uno de los cristianos, entonces, éste lo presentaba al obispo y el obispo escribía su nombre en el libro de los catecúmenos. El catecúmeno tenía el deber de estudiar las verdades de la fe cristiana, mediante el catecismo que era impartido por un diácono o el obispo, llegando de aquí la palabra “catecúmeno”, debiendo vivir en forma conveniente a Cristo, con la ayuda de la persona que lo presentó al obispo, que es su padrino en frente de la Iglesia. El período de enseñanza requería de 3 a 12 años. Al final de este tiempo, el catecúmeno que aprendió las verdades de la fe y creyó profundamente en ellas, fijando su entrega a Cristo en su vida y comportamiento, aceptaba recibir el sacramento del bautismo el día del Gran Sábado ( Sábado de la Resurrección), llegando a ser, de esta manera, un miembro de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo. LA LITURGIA DE LOS CATECÚMENOS TIENE DOS METAS ESENCIALES: 1- Es enseñada para educar a los catecúmenos (y también a los fieles) las doctrinas de la fe. 2.- Es preparación que dispone al creyente para la participación en el sacramento de la comunión por los himnos espirituales, la lectura de la palabra de Dios y la prédica. Esto ayuda al creyente en la devoción y la metanía para purificar su alma y elevarla, preparándola para recibir al Divino Novio, como dice Orígenes: “En la Liturgia de los catecúmenos se cumple el compromiso del alma con el Señor, por lo tanto se cumple el matrimonio del Señor con el alma”. Sacerdote: Bendito sea el reino del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. 1.- Es una declaración del dogma cristiano esencial que es el dogma de la Santa Trinidad, en el cual aparece la trinidad de la hipóstasis con la unión en la esencia al decir “El Reino” y no “Los Reinos”. 2.- Es una invitación a los creyentes para entrar en el Reino de la Trinidad, como si el sacerdote dijera a los creyentes: “Cada uno de ustedes, apártense de sus solicitudes temporales, de todos sus proyectos, de todas sus preocupaciones, de todas sus penas y arrepiéntanse de sus pecados en el significado profundo de la palabra arrepentimiento… …como aparece en el Evangelio, escrito en griego: “Metanía”, que significa el cambio de la mente y de la mentalidad, la renovación interior y el abandono profundo de todo lo que pertenece al pecado y prepárense de esta manera porque vienen a la Divina Liturgia para enfrentarse a Dios, la Santa Trinidad. Entren en su presencia y participen de Su Vida Divina”. El AMEN coro responde, en nombre del pueblo, con la palabra “Amén”, que es una palabra originalmente semita y que significa “Así asea” o “En verdad”. El pueblo confirma, con estas palabras: Su fe en la Santa Trinidad y su disposición a entrar en el Reino de la Trinidad, el Reino de la Verdad, la santificación y la vida eterna. LETANÍA DE LA PAZ •Se llama así porque es la súplica más larga de la Divina Eucaristía y comienza con la súplica de la paz, al decir el sacerdote: “En paz, roguemos al Señor” y a continuación: “Por la paz que viene de lo alto y la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor”. Y esta paz que el sacerdote solicita es superior (celestial) porque desciende desde lo alto, de Dios mismo que abraza el alma arrepentida (metaniada) a El, devolviéndole Su amistad y compañía como el padre abrazó a su hijo, haciéndolo habitar nuevamente en su casa. (Lucas 15:11-32). Nosotros recibimos esta gracia de reconciliación a través del arrepentimiento, la Metanía. De la paz con Dios se produce: 1.- La paz interior o la reconciliación del ser humano con su alma porque su unión con Dios anula la intranquilidad interior que adquiere el pecador por el caos de su ser, donde disputan los factores sicológicos y deseos en desorden, revolucionando las pasiones contra la voluntad de Dios. 2.- La paz exterior o la reconciliación mutua de los hombres y su alejamiento de disputas, peleas y guerras. La paz edificada sólo sobre conceptos humanos firmes ni profunda porque está edificada no sobre unión verdadera entre los seres humanos sino sobre temores e intereses comunes los que terminan en la desaparición de los factores que la iniciaron. Solamente Dios puede hacer la paz profunda y firme entre la gente porque si se reconcilian con El, alcanzarán la común unión mutua. Por esto los ángeles cantaron en el nacimiento de Jesús: “Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra”, señalando que la llegada de la paz a la tierra está condicionada a la glorificación de la gente a Dios, el Altísimo. Y quien nos otorgó la paz con Dios fue el Cristo Jesús, que por su Cruz nos reconcilió con Dios. El cristianismo, en su naturaleza profunda, rechaza la individualidad porque es, esencialmente, “Común-unión” y porque es cósmico, entra en la intensidad del cosmos para redimirlo y salvarlo por la gracia de Dios Encarnado. El cristianismo, como dijo el Señor, es la levadura que entra en lo profundo de la masa para leudar todo. LAS ANTIFONAS Después de la Gran Súplica de la Paz vienen las Antífonas, que es una palabra de origen griego que significa “Himnos alternados por los dos coros”. (Literalmente ANTI= del otro, FONOS= voz). LA PRIMERA ANTIFONA “Por las intercesiones de la Madre de Díos, OH Salvador, sálvanos”. LA SEGUNDA ANTIFONA Después de una corta súplica, los cantores entonan la Segunda Antífona que es: ‘“Sálvanos oh Hijo de Dios, Tú que resucitaste de entre los muerto, te cantamos Aleluya”. Esta Antífona nos recuerda una doctrina básica que es la confesión de que Cristo es el Hijo de Dios y esto significa: 1.- El Cristo es igual al Padre en todo porque como el Hijo tiene la misma naturaleza que su Padre, de esta manera el hijo del pájaro es pájaro como él; el hijo del león es león como él; el hijo del humano es humano como él, entonces, el hijo de Dios es Dios como él y tiene la misma naturaleza divina, como dijo Jesús: “El Padre y yo somos uno sólo; quien me ha visto ha visto al Padre”. (Juan 10:30 y 14:9). 2.- El Cristo es engendrado del Padre, lo que significa que provino de El como proviene el pensamiento de la mente y la luz, del sol. Y como el pensamiento requiere de la mente y la luz del sol de esta manera, el Hijo requiere del Padre eterno como EI, a pesar de que apareció en la tierra, en un tiempo determinado. Y la confesión de que Cristo el Hijo de Dios es la piedra básica en la estructura de la Iglesia como dice el Señor a Pedro, después de su confesión “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Vivo”. Y le respondió Jesús: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. (Mateo 16:17-18). De esta manera, la Iglesia es la extensión de la encarnación del Hijo de Dios, es la habitación de Dios entre los hombres, en su Hijo que adoptó la naturaleza humana. La Iglesia es el cielo en la tierra porque el Hijo de Dios unió en su persona el cielo y la tierra cuando amalgama la naturaleza humana a su naturaleza divina. Esta Antífona, aparte de su validez doctrinal y pedagógica tiene una validez espiritual porque alienta a los creyentes al arrepentimiento (Metanía) y a refugiarse en el Hijo de Dios, ya que solamente El puede salvarnos del pecado y reconciliarlos con Dios porque es el único puente entre Dios y la humanidad. A esta Antífona sigue un himno que es la síntesis de la doctrina ortodoxa: “Oh Hijo Unigénito...”. Esta parte, rica en doctrina, nos recuerda lo que hizo el Señor por nuestra salvación, por su ilimitado amor a nosotros, animándonos a llegar al arrepentimiento y regresar a EI. De esta manera crece en nosotros nuestra preparación para la comunión. LA ENTRADA MENOR Salida y Entrada con el Evangelio. Hoy en día, la entrada tiene un significado simbólico; nos muestra la salida de Jesucristo para la predicación (simbolizada en el Evangelio) y la vela que escolta al sacerdote señala la luz del Evangelio y la imagen de San Juan EI Bautista que precedió al Señor para preparar el camino, según la profecía que dice: “Envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino’”. (Marcos 1:2). “Sabiduría, estemos de pie” Lo que significa que ese Evangelio contiene la sabiduría de Dios. Entonces, debemos corregir nuestro comportamiento según esta Divina Sabiduría. Después el sacerdote canta el Tropario dominical y a continuación, el coro canta el Tropario del Santo Patrono (Intercesor) de la iglesia y finalmente el Kontakion, que depende de la fiesta que se celebre el domingo. Por ejemplo: “Oh intercesora de los cristianos...”. Tropario: Himno del Santo, o de la Fiesta. Kontakion: Resumen de la fiesta o del Santo. TRISAGIOS Significa “La adoración tres veces santa”. Este himno fue sacado de la visión de Isaias Santo Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal ten piedad de nosotros. “Dinamis” significa fuertemente LA EPISTOLA En las cartas encontramos un grupo de enseñanzas doctrinales y espirituales inspiradas por Dios y contestaciones a problemas que encontraron las iglesias en el alba del Cristianismo y direcciones de comportamiento cristiano en todas las dimensiones de la vida, nuestras mentes se iluminarán con la sabiduría divina y confirmaremos en la fe, esperanza y amor. EL EVANGELIO La palabra de Dios dirigida a nosotros en el evangelio, no pide de nosotros solamente entenderla y comprenderla. Es una invitación que el Señor Jesús dirige a cada uno de nosotros personalmente y espera una respuesta que es nuestra: asumir el, cumplimiento de los fines salvadores de Dios y nuestra participación en la redención que realizó Jesús La palabra de Dios es una palabra innovadora que se filtra en lo profundo del ser para renovar al ser humano entero. Nuestra relación con el evangelio permanece superficial si no tiene extensión en nuestra vida, si no nos renovamos por el evangelio si sus palabras no llegan a ser activas en nosotros. EL SERMON Es obligatorio como parte de la instrucción de los catecúmenos. Es la Palabra de DIOS, que llega a los hombres. FIN TERCERA PARTE Presentación preparada por el Padre Francisco Salvador a iniciativa de la (Movimiento Juvenil Ortodoxo) de la Iglesia Ortodoxa de la Santísima Virgen María. Santiago de Chile Fiesta de Navidad 2002