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Office of the Archbishop Post Office Box 1979 Chicago, Illinois 60690-1979 312-751-8230 Fax: 312-337-6379 Sermón dado durante la Misa de las 9:30 a.m. del 3 de agosto de 2003, en la Catedral del Santo Nombre Queridos amigos en Cristo: Estoy ante ustedes no como celebrante de esta misa, sino como Arzobispo de Chicago, el pastor de esta Iglesia local, para usar el púlpito de esta Catedral de una manera nunca antes utilizado por mí en los seis años que llevo aquí de arzobispo. Para ustedes que son visitantes, les pido su indulgencia. Estoy aquí para defender a Nuestro Santo Padre, el Papa Juan Pablo II, contra una falsa acusación hecha el pasado viernes en la primera plana del Chicago Sun-Times. El encabezado dice: "El Papa lanza campaña global contra homosexuales". El Papa por supuesto, no hizo tal cosa. Primero, ¿Qué hizo el Papa que dio pie a que hicieran esta falsa acusación contra él? El Santo Padre, a través de la Congregación de la Doctrina de la Fe, aprobó una declaración acerca de la naturaleza del matrimonio, una declaración que repite lo que cada uno de los Papas ha enseñado por dos mil años: que el matrimonio es la unión de por vida de un hombre y una mujer, en la cual se comparten a sí mismos de manera total en el nombre de la familia. Esto, primero que todo, no es una enseñanza religiosa, aún cuando Cristo elevó el matrimonio a nivel de sacramento. Este es un entendimiento del matrimonio a partir de la naturaleza misma. El matrimonio precede a nuestro presente gobierno o a cualquier otro y precede, también, a la fundación de la Iglesia. El matrimonio no es una criatura del estado o la iglesia, y ningún gobierno ni la iglesia tiene la autoridad de cambiar su naturaleza. Un gobierno que reclama semejante autoridad se convierte en totalitarista. Lo que la Santa Sede concluyó a partir del hecho que no existe equivalencia biológica ni moral entre el matrimonio heterosexual y las uniones homosexuales es que tampoco debe haber una equivalencia legal, en una sociedad sana y bien ordenada. Evidentemente es esta conclusión la que fue presentada falsamente como una “campaña global contra los homosexuales”. Debido a una campaña concertada en años recientes a través de películas y programas de TV para moldear la imaginación y la opinión pública para aceptar las relaciones del mismo sexo como normales y moralmente no excepcionales, las verdades obvias son ahora consideradas evidencias de homofobia. Debido a que la moralidad basada en deseos ha suplantado en gran parte a la moralidad basada en la verdad de las cosas, una enseñanza que limita la auto-expresión sexual de cualquier tipo se convierte en opresiva. En este contexto, el Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que las personas con orientación homosexual deben ser tratadas con todo respeto y compasión; por el otro lado, el Catecismo también enseña la verdad acerca de la naturaleza del don divino de la sexualidad humana, una verdad que nuestros cuerpos proclaman por sí mismos y que las vidas de las parejas casadas atestiguan. En segundo lugar, ¿quién es el Papa y por qué deben los católicos tomar con gran preocupación las acusaciones falsas que se hacen en su contra? El Papa es el Obispo de Roma, y por lo tanto, el sucesor del apóstol que escuchó a Jesús decirle: “Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos”. Mt. 16, 18-19. El Espíritu Santo de manera invisible ancla la Iglesia en la verdad de Cristo. Las verdades de la fe pueden ser entendidas de manera más apropiada de época en época, pero el Espíritu Santo no se contradice a sí mismo. La Santa Sede, debido a su naturaleza de oficina personal del Sucesor de Pedro, es una expresión visible, privilegiada y segura de la guía espiritual de la Iglesia. Los católicos por lo tanto veneran la oficina de San Pedro como un don de Visit the Archdiocese of Chicago’s official home page on the World Wide Web http://www.archdiocese-chgo.org Cristo mismo y tienen un profundo respeto por la persona que dirige dicha oficina. El divulgar información errónea acerca del Papa, el hacer propaganda antipapal, representa un ataque a todos los católicos y es, usualmente y de acuerdo a la historia, una preparación para la persecución activa de la Iglesia. El Santo Padre no inventa nada de lo que enseña. La suya no es la “opinión del Vaticano”. La suya es la enseñanza de Jesucristo, porque él es el principal testigo de la fe que nos une con Cristo. En cuestiones que hemos recibido a través de diferentes épocas y que son proclamadas por el Papa en la nuestra, ninguna persona que esté en desacuerdo, hasta el punto de llegar a la negación, puede proclamar tener la fe católica. El desdén y el odio hacia el Papa son claros signos de anticatolicismo. Y en tercer lugar, por lo tanto, ¿qué dice el hecho de publicar una acusación falsa en contra del Papa en un diario de importancia en Chicago sobre el anticatolicismo que existe en esta ciudad? Esta es una pregunta que nunca creí tendría que hacer. La Iglesia Católica estuvo aquí antes que ningún periódico, antes de la incorporación de la ciudad de Chicago o del establecimiento del Estado de Illinois. La Iglesia ha sido el instrumento utilizado por Cristo para santificar a miles de chicagoenses. La Iglesia ha predicado el Evangelio y ha puesto los sacramentos a disposición del pueblo, ha educado y curado , servido a los pobres y elevado la voz por la justicia. Nosotros los católicos somos pecadores y, en este momento, estamos particularmente avergonzados por los terribles pecados de algunos sacerdotes y obispos; sin embargo, la Iglesia permanece santa en los dones que provienen del Señor. Si su enseñanza moral fuera hornada en nuestra conducta, no habría abuso sexual de nadie, ni violación o traición al matrimonio, ni promiscuidad sexual proclamada como libertad, ni fraude en los negocios o el gobierno, ni acusaciones falsas o mentiras, publicadas o no publicadas. La Iglesia condena todos estos pecados, y lo que ofrece constantemente es el perdón de Cristo a los pecadores. El Papa es atacado por muchas razones. En algunos círculos protestantes, es aún considerado como el Anticristo. Entre los secularistas, su oficina de enseñanzas es una amenaza contra la libertad humana. Entre los católicos desleales, el Papa debe ser desacreditado para que los católicos sean forzados a cambiar su fe. ¿Y para los escritores de encabezados del Sun-Times? Desconozco su motivación. A un obispo le gusta presuponer una buena voluntad, y que lo que hicieron encontraría eco en muchos lugares; sin embargo, lo que debo decir el día de hoy es que se ha cruzado una línea, y los católicos de Chicago no pueden ignorar lo que ha ocurrido. He escrito una carta de disculpa al Papa Juan Pablo II. Él ha visitado esta ciudad muchas veces y siempre pregunta con cariño por ella. No la considera un centro de anticatolicismo. Por primera vez en mi vida, dudé en el momento de firmar mi título. Estoy avergonzado que esta falsa acusación contra el Papa haya sido hecha en nuestra ciudad. Es, por decir lo mínimo, injusta, y nos vanagloriamos de ser justos. Les pido que oren por el Santo Padre; oren también por los enemigos de la Iglesia; y finalmente oremos el uno por el otro, por tener fortaleza en el presente y perseverancia en las dificultades que están por venir. Cardenal Francis George, O.M.I. Arzobispo de Chicago Visit the Archdiocese of Chicago’s official home page on the World Wide Web http://www.archdiocese-chgo.org