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Miguel Hernández
Miguel Hernández (VIDA)
• Nace en Orihuela (Alicante) el 30 de octubre de 1910.
• Sus padres se dedicaban a la cría y pastoreo de animales.
• Fueron siete hermanos, de los cuales sólo cuatro llegaron a
la edad adulta.
• Inicia su aprendizaje escolar a los 9
años. A los 14, tiene que abandonar la
escuela para ayudar a su familia.
• Durante su escolarización destacó por su
afición a la lectura y por sus excelentes resultados.
Conoció a Ramón Sijé, gran amigo al que dedicaría
una elegía, convertida en una de las más importantes de las
letras españolas.
Miguel Hernández (VIDA-2)
• Empieza a escribir poesías, aproximadamente,
hacia 1925. Las publica en las revistas de su
pueblo.
• Su principal fuente de inspiración es el entorno
en el que vive: la huerta, su patio, la montaña, las
cabras, el pastoreo, el río, etc.
• Miguel aprovecha cualquier ocasión para escribir.
Incluso tiene que esconderse de su padre, a
quien le molesta esa afición poética de su hijo.
• Continúa su formación con la lectura de los
clásicos que le facilita un sacerdote de Orihuela.
Miguel Hernández (VIDA-3)
•En 1931 realiza su primer viaje a Madrid.
•En 1933 se edita su primer libro, Perito en
lunas.
En 1934 realiza su segundo viaje a Madrid.
Este viaje supone un cierto triunfo para él.
Se publica en la revista 'Cruz y Raya' su auto
sacramental Quién te ha visto y quién te ve
y sombra de lo que eras.
•Comienza a relacionarse con grandes
poetas como Alberti, Rosales, Aleixandre y
Neruda. Regresa a Orihuela en verano.
•En septiembre formaliza su noviazgo con
Josefina Manresa.
Miguel Hernández (VIDA-4)
• En 1935 colabora en las Misiones Pedagógicas.
Comienza su trabajo en la enciclopedia 'Los
Toros', con José María de Cossío.
• Su amigo Ramón Sijé fallece en diciembre de
1935.
• En 1936 publica su "Elegía" dedicada a Ramón
Sijé. Se edita su libro de poemas El rayo que no
cesa. Termina su obra teatral El labrador de más
aire.
• Se incorpora al Ejército Popular de la República.
Es nombrado Comisario de Cultura.
Miguel Hernández (VIDA-5)
•En febrero de 1937 es destinado en Andalucía al
"Altavoz del Frente". En marzo se casa con
Josefina Manresa. Participa en el II Congreso
Internacional de Intelectuales en Defensa de la
Cultura, celebrado en Valencia. Realiza un viaje a
la URSS.
•Se publican 'Viento del Pueblo', 'Teatro en la
guerra' y 'El labrador de más aire'.
•En diciembre nace su primer hijo, Manuel
Ramón, el cual muere en otoño de 1938 y ello
provoca una serie de poemas que anuncia en su
libro 'Cancionero y romancero de ausencias'.
Escribe el drama 'Pastor de la muerte'. Actúa
como soldado, y como poeta, en diversos frentes.
Miguel Hernández (VIDA-6)
• En 1939 nace su segundo hijo, Manuel Miguel. Cuando acaba la
guerra, Miguel intenta escaparse a Portugal, pero se lo impide la
policía portuguesa y es entregado a la Guardia Civil fronteriza.
• En la prisión de Torrijos en Madrid, compone las famosas "Nanas de
la cebolla". Puesto, inesperadamente, en libertad, es detenido de
nuevo en Orihuela. En 1940 se le traslada a la prisión de la plaza de
Conde de Toreno en Madrid. Es condenado a la pena de muerte.
• Más tarde la condena es conmutada por la de 30 años de prisión.
En 1941 es trasladado al Reformatorio de Adultos de Alicante. Se
manifiesta una grave afección pulmonar que se complica con
tuberculosis.
• En 1942 muere en la enfermería de la prisión alicantina y es
enterrado en el cementerio de Nuestra Señora del Remedio de
Alicante. Contaba, a su muerte, con 31 años de edad.
Miguel Hernández (Obra-1)
Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto.
Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.
Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.
Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.
Miguel Hernández (Elegía- 1)
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
con quien tanto quería).
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Miguel Hernández (Elegía- 2)
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
Miguel Hernández (Nanas de la
cebolla)
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.
Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.
Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
Miguel Hernández (Nanas de la
cebolla -2)
Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!
Desperté de ser niño.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.
Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!
Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Miguel Hernández (Nanas de la
cebolla-3)
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.
Vuela niño en la doble
luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.
Miguel Hernández: Vientos del pueblo
me llevan
VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.
No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?
Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
Miguel Hernández: Vientos del pueblo
me llevan 2
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.
Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra:
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
Miguel Hernández: Vientos del pueblo
me llevan 3
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.